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O21 | CONFESIÓN

POR FAVOR, LEAN LA NOTA DEL FINAL

Espero que disfruten de la lectura de este capítulo que es uno de mis favoritos.

Una vez que bajaron de la Rueda de la Fortuna, decidieron junto a los demás tomar caminos separados, Jungkook notando cómo Wyatt lo observaba con picardía mientras iba junto a Jaeden y Freddie, por más que Megan había dicho que se uniera a ellos y eligieran qué comer. El pelinegro dirigió su mirada a la fémina que estaba a su lado, notando cómo abrazaba con fuerza el peluche de conejo, apoyando el mentón entre las orejas de este mientras su rostro lucía sonrojado y tenía la mirada perdida. Se preguntaba si acaso estaba avergonzada luego de lo que habían hablado, por más que ella había soltado una risotada y dicho que era una buena broma, lo que él negó, pero tuvieron que bajarse, por lo que no pudieron continuar la conversación.

El verla de aquella manera tan solo provocaba que tuviera que reprimir una sonrisa ante lo tierna que se le hacía, lo cual sucedía pocas veces, teniendo que saber cómo controlar aquel impulso de estrecharla entre sus brazos y no soltarla jamás.

—¿Qué te gustaría que compráramos para comer? —Jungkook se atrevió a preguntar mientras comenzaban a caminar.

Al llamar su atención, observó cómo sus grandes ojos claros se abrían ante la sorpresa mientras sus labios se entreabrían, aunque nada parecía salir de su garganta y el sonrojo aumentaba al conectar sus miradas.

—¿Y...?

—E-en realidad, no tengo hambre —respondió medio sonriendo, detestando el sentir su rostro arder, por lo que desvió rápidamente la mirada.

—¿Segura?

—S-sí, pero si tú tienes hambre...

—Estoy bien.

La tensión solo parecía aumentar mientras caminaban y Megan maldecía mentalmente a su primo por no haberse unido a ellos, aunque como sabía que estaba eligiendo con los demás qué comer, deberían acompañarlo de un lado a otro, pero al menos él ayudaría a desaparecer la tensión con sus conversaciones.

—¿No quieres un algodón de azúcar?

—¡Sí! —exclamó sorprendiéndolo por su emoción, lo que tan solo causó más su vergüenza al reaccionar—. E-es que hace mucho no los pruebo y... me gustan.

—Está bien —asintió soltando una ligera risa, sorprendiéndola al entrelazar sus dedos—. Ven, te compraré uno.

—Pero traigo dinero...

—Dije que te lo compraré yo.

—Bueno.

Megan había decidido darse por vencida rápidamente, ya que no quería aumentar la tensión y notó que realmente quería hacerlo, por lo que se mantuvo a su lado mientras él conversaba con el hombre que los observaba con una sonrisa, más cuando le entregó el algodón de azúcar a Jungkook que se le entregó a ella que mantenía sus mejillas sonrosadas y su pequeña sonrisa se ensanchó.

Luego de eso, continuaron caminando hasta que Jungkook señaló un banco de madera donde terminaron tomando asiento, él detestando cómo ella colocó el peluche de conejo en medio de ellos, lo que hacía que quisiera empujarlo con el brazo. Frustrado se inclinó hacia adelante, apoyando los brazos en sus piernas, hasta que dirigió su mirada a ella que parecía realmente concentrada en comer el algodón de azúcar. No pudo evitar sonreír al pensar en que parecía estar disfrutándolo, sin comprender cómo podía no cansarse de aquel sabor tan dulce.

Megan notó su mirada, abriendo sus ojos a la par al verlo a la vez que su rostro enrojecía haciendo reír al pelinegro.

—¿Quieres? —preguntó acercándolo a él, por más que ya quedaba poco.

—No —negó repetidamente con la cabeza—. Termínalo tú que parece que no mentías en absoluto con que te gusta.

Megan medio sonrió y bajó la mirada al algodón de azúcar para continuar comiéndolo, lo que hizo que él siguiera mirándola sin disimular siquiera un poco.

Una vez que acabó, ella suspiró mirando hacia el frente, rogando que Wyatt apareciera o la llamara de una vez para que pudieran regresar, ya que estaba exhausta.

—¿Ya estás mejor? —preguntó al cabo de unos segundos, Jungkook, llevándose una mirada de confusión de su parte—. Dicen que el dulce ayuda con el ánimo...

—Oh...—soltó una risilla nerviosa—, creo que sí.

—Mírame para comprobarlo —ordenó sorprendiéndola.

Jungkook al seguir incómodo con aquel peluche que no le permitía verla bien y estaba cansado de estar inclinado, acabó empujándolo hacia adelante.

—¡Jungkook! —exclamó haciéndole sobresaltar—. No maltrates a Kook.

—¿Kook? —frunció el ceño.

Ajá... Estaba pensando su nombre hace un rato.

—Oh, así que era en eso en lo que estabas tan concentrada —comentó riendo.

—Ya, déjalo en paz —reprochó tomándolo para ponerlo en sus piernas—. Pensé en ponerle JK, pero Wyatt te llama así, luego en Kookie, pero tan solo me hacía pensar en galletas, así que terminé eligiendo Kook. Le queda bien, ¿no es así?

Jungkook intentaba reprimir la risa, pero acabó fallando. Observaba la ilusión en su mirada todavía enrojecida por haber llorado, pero conteniendo un brillo especial mientras sonreía, abrazando a aquel peluche. En ese momento su corazón se sentía tan cálido, estaba embobado con ella y llenándose de ilusiones nuevamente, preguntándose cómo podía tener aquel lado tan dulce.

—Me gusta —asintió con una sonrisa.

Kook pasado mañana conocerá mi departamento.

—¿Te lo llevarás a Filadelfia? —preguntó sorprendido.

—¡Claro! ¿Por qué le pondría nombre si pensara en dejarlo aquí? —cuestionó frunciendo el ceño—. Además, tú me lo regalaste, así que no podría dejármelo. Es especial.

Aquello tan solo lograba que la sonrisa de Jungkook se ensanchara mientras las arrugas a los costados de sus ojos aparecían, por lo que Megan desvió la mirada, preguntándose porqué sentía tantos nervios y un cosquilleo en su corazón.

—Entonces, ¿sí estás mejor?

Asintió rápidamente, pero él se acercó más a ella, tomándola con delicadeza del mentón para conectar sus miradas, notando cómo sus ojos se abrían, mostrándose brillosos por haber llorado, sus mejillas sonrosadas y sus labios enrojecidos entreabiertos. Le acariciaba el mentón con el pulgar, llegando a rozar la comisura de su labio inferior mientras los latidos se aceleraban al preguntarse si llegara a besarla, sus labios llegarían a saber tan dulces como aquel algodón de azúcar. Pero al notar su manera de mirarlo, reaccionó a lo que estaba haciendo y pensando.

«Por favor, no notes la manera en cómo te miro, cómo te oigo y cómo te respiro. Por favor, no sospeches ni siquiera de que si estoy tomándote de esta manera es porque te necesito cerca»

Los nervios estaban invadiendo a Megan mientras sentía su rostro arder.

«¿Qué rayos le pasa a mi corazón?» se preguntó alterada, llevando la mano a su pecho, empuñando su chaqueta.

Jungkook al notar cómo su ceño se fruncía, decidió soltarla mientras dirigía su mirada hacia el frente, escuchando cómo ella soltaba un suspiro de alivio.

—Megan...

—¿Qué sucede?

—¿Cómo te gustaría que se sintiera el amor para ti?

—¿Qué? —preguntó soltando una risotada.

—Hay personas que les gusta que se sienta intenso, emocionante, a veces doloroso...—explicó encogiéndose de hombros mientras que al sentir su mirada, sus mejillas comenzaron a arder, aunque decidió soportarlo—. Así que, no puedo evitar preguntarme... ¿Cuál sería el ideal para ti, Baker?

Megan arrugó levemente la frente al no comprender porqué Jungkook se preguntaría algo así.

Mmm... Prefiero no decirlo.

—¿Por qué?

—¡Porque vas a reírte de mí!

—¡¿Qué?!

—Sí, lo has hecho varias veces y si te digo esta estupidez, vas a hacerlo.

—¡No! Juro que no lo haré. Dime y yo también te diré el mío.

—Si no cumples, te golpearé —advirtió, por lo que él asintió rápidamente.

Megan mordió ligeramente su labio inferior mientras parecía pensar, logrando que Jungkook se inclinara más hacia su lado, esperando atento su respuesta.

—Sí me gustaría un amor intenso —asintió mirándolo con una pequeña sonrisa mientras que sus mejillas se teñían de un rosado—. Me gusta esa clase de amor que te hace temblar con solo una mirada, que va más allá de un roce, de palabras y promesas. Quiero que esa persona piense que no hay nadie como yo y no contenga su amor, que podamos sentir esa necesidad de querer introducirnos en el otro y ni así sea suficiente —explicó haciendo una mueca mientras volvía a abrazar con fuerza al peluche al sentirse algo avergonzada ante la intensa mirada de Jungkook—. Que sea un placer tenernos, que me haga llorar, pero de las risas que me arranca del alma. No quiero algo efímero, quiero algo duradero con esa clase de amor, Jungkook.

Ella observó al tatuado que tenía la mirada perdida y parecía estar todavía pensando en sus palabras.

—Ahora responde tú.

—Oh... Lo mío es simple —soltó una ligera risa nerviosa mientras masajeaba su nuca—. Solo quiero un amor tranquilo, suave, sin prisas, estable, consistente y que pueda brindarme seguridad. Puede llegar a parecer algún sueño, pero que... el dar todo por ella, me dé la seguridad de que va a elegirme cada día por el simple hecho de ser yo.

—Oh, ¡eres más tierno de lo que creía! —comentó mirándolo enternecida, provocando que él riera mientras su rostro ardía.

—Ya, entonces, recordaré tus palabras.

—¿Qué? ¿Por qué...?

—No estaba bromeando con lo que te propuse en la Rueda de la Fortuna —recalcó conectando sus miradas, ladeando la cabeza.

—¡¿Q-qué carajos dices?! —preguntó histérica, golpeando su brazo, sacándole una risotada.

—Oh, vamos, ya nos conocemos más que bien al haber fingido, y creo que haríamos una buena pareja si lo intentáramos en serio y sabiendo lo que el otro quiere —explicó con una pequeña sonrisa—. Si en ese tiempo sigues sin encontrar a alguien, te daré ese amor intenso, Baker.

—E-estás loco.

—¿Te gustaría tener hijos?

—Ni siquiera he pensado...

—¿Cuántos quieres? ¿Cinco? ¿Seis? —interrogó inclinándose hacia ella mientras una sonrisa de picardía se dibujaba en sus labios, notando cómo ella lo miraba aterrorizada—. Tú dime y te los haré...

—¡Jungkook! —chilló golpeando su brazo, provocando que soltara otra risotada—. ¡Cállate si no quieres que te golpee de nuevo! ¡¿Cómo puedes decir algo así?!

Él tan solo podía reír a carcajadas mientras notaba su rostro enrojecido que cubría con sus manos. Sabía que estaba realmente avergonzada e intentaba calmarse, lo que le provocaba cierta ternura porque en un principio ella parecía ser más desvergonzada que él.

—Eres increíble. Has tomado demasiada confianza...

—Aun así es mejor tenernos que quedarnos solos, así que aceptas, ¿no?

—Bueno, en eso tienes razón —murmuró con la mirada perdida—. Pero espera... Cuando tenga veintiséis, ¿aparecerás con esa propuesta de la nada?

Jungkook notó que parecía no agradarle demasiado, por lo que soltó una risilla.

—¿A qué te refieres exactamente? ¿Quieres ir por pasos?

—Bueno...—rascó su nuca con nerviosismo, evitando su mirada—, tener algunas citas no estaría mal, ¿no crees?

—Está bien —asintió satisfecho—. Primero te pediré que seamos novios, tendremos citas, y luego te pediré que me hagas el honor de permitirme ser tu esposo.

Megan lo miraba asombrada, sintiendo sus mejillas arder al escucharlo decirlo de esa manera, lo que hizo que cuando él conectara sus miradas todavía sonriendo, ella bajara la suya, ocultando la pequeña sonrisa que comenzaba a dibujarse en sus labios.

—No tienes que encargarte de todo tú, ¿sabes?

¿Huh?

Yo... Yo puedo ser la que te proponga matrimonio.

—Pero eso...

—No empieces.

—Bien —asintió—. Entonces, deberíamos sellar esta promesa.

—¿Sellar? ¿Cómo? —frunció el ceño, conectando sus miradas, sorprendiéndose al darse cuenta de la cercanía.

—Creo que la manera correcta de sellar esta promesa es... con un beso —respondió con una pequeña sonrisa, acercándose más al punto de que sus respiraciones se mezclaran.

Megan lo observaba con sus ojos abiertos a la par, detestando la forma en que su corazón parecía acelerarse aquella noche por Jungkook. Aun así, asintió mientras cerraba los ojos con fuerza, estremeciéndose al sentir cómo la tibia respiración de él chocaba contra sus labios.

—Ya, hazlo rápido —ordenó por lo bajo.

Él sonrió al escucharla, pero llevó la mano a su mejilla para luego juntar sus labios. Jungkook la besaba de manera suave siendo completamente correspondido, aunque notaba la torpeza con la que lo besaba, pero estaba perdido en el dulzor de su boca que lo hechizaba. Megan empuñaba su chaqueta mientras agradecía sentir cómo la envolvía en sus brazos, aunque eso había hecho que el peluche cayera al suelo, pero es que en ese momento sentía que estaba derritiéndose y cómo su corazón parecía estar a punto de salirse de su pecho al golpear con fuerza.

—No rompas la promesa —murmuró sobre sus labios y con la respiración pesada, Jungkook.

—N-no...

—Entonces, ¿sí te haré los hijos?

Megan abrió rápidamente los ojos, volviendo a golpear su brazo, escuchando cómo soltaba un quejido, pero luego reía.

—¡Deja de decir esas cosas!

—¡Es broma! —aseguró dejando de reír, notando cómo ella parecía no creerle—. Sé que me lo pedirás.

Megan decidió ignorarlo y concentrarse en intentar descifrar lo que estaba sucediendole en el interior, lo que hizo que gruñera mientras volvía su mirada hacia el frente y tomaba el peluche.

—Sigues portándote mal con Kook.

Estoy empezando a pensar que te proecupas más por él que por mí. Eso me pone celoso.

—¡Ya basta, Jungkook! —exclamó histérica, levantándose mientras él reía.

—¿Por qué estás roja? ¿Acaso te hice sonrojar, Baker? —examinó divertido, levantándose.

—¡Cállate! ¡No es cierto!

Él no podía dejar de reír, tomando la valentía suficiente para acercarse y abrazarla por detrás por la cintura mientras caminaban, lo que hizo que ella cerrara los ojos por un momento, tomando una temblorosa bocanada de aire. De cierta manera, lo agradecía, porque en ese momento sentía que hasta que sus rodillas temblaban, aunque el hecho de que él apoyara el mentón en su hombro haciendo que el aroma a la colonia que utilizaba se colara por sus fosas nasales, no la ayudaban.

—No te molesta que caminemos abrazados así, ¿verdad?

—Jungkook, esta noche, tú me...

—¡A ti estaba buscándote!

Al escuchar ese grito masculino, ambos se sobresaltaron al punto de que Jungkook se alejó de ella, abriendo los ojos a la par al ver cómo a unos pocos metros Asher se acercaba peligrosamente.

—¿Qué carajos...?

—¡¿Cómo te atreves a acercarte a mi novia, maldita lesbiana?! —preguntó enfurecido, tomándola del brazo, provocando que ella chillara de dolor—. ¡¿No dirás nada luego de lo que hiciste?! ¡¿Así de pervertidos son todos los homosexuales como tú?!

—¡¿Qué mierda haces?! —intervino rápidamente, Jungkook, histérico al verlos forcejear—. ¡Suéltala, animal!

—¡Asher...!

Los tres ignoraban por completo la voz de Elliot que se acercaba rápidamente, Jungkook tomando con fuerza del brazo a Asher que soltó bruscamente a Megan que cayó en seco al suelo, soltando un quejido mientras su mirada se tornaba nublada y sentía el corazón a punto de salirse de su pecho. 

—¡No te atrevas a intervenir! —gritó empujando a Jungkook—. ¡¿Acaso no sabes lo que le hizo a mi novia?! ¡No deberías defender...!

—¡Asher, basta! ¡Te lo suplico, no hagas esto!

Heather se encontraba detrás de él, tomándolo de la chaqueta mientras las lágrimas brotaban sin parar y su rostro estaba enrojecido.

—¡Carajo, estás pasándote! ¡Reacciona, Asher! —habló Elliot mientras a su lado se encontraba Judy, completamente desconcertada, pero asustada.

—¡No voy a calmarme un carajo! ¡¿Y sabes qué?! ¡Dame esa porquería!

Asher le arrebató el peluche a Heather que sollozaba asustada, para luego acabar golpeando en la cabeza a Megan que estaba cabizbaja, respirando con dificultad con sus manos apoyada en la acera como si quisiera enterrar las uñas en esta.

—¡¿Qué mierda acabas de hacer?!

En ese momento, voltearon a ver a Wyatt que se acercaba enfurecido, zafándose del agarre de Jaeden que intentaba impedir que se enfrentara a Asher mientras que Freddie parecía observar atónito toda la situación, sin entender nada en absoluto.

—¡No te quiero cerca de ella, maldita enferma!

—¡Ya es suficiente! ¡Lárgate de aquí, idiota! —exigió colocándose frente a él, Jungkook, impidiendo que se acercara más a Megan, la cual soltaba pequeños sollozos.

—¡¿Cómo puedes defenderla luego de lo que ha hecho?! ¡Está enferma...!

—¡Enfermo estás tú, bastardo! —Wyatt escupió enfurecido, tomándolo del brazo con la intención de golpearlo, pero fue rápidamente sostenido por Freddie.

Jungkook al ver cómo Elliot se acercaba rápidamente a impedir la pelea entre Asher y Wyatt que parecía haber perdido la cabeza, mientras que Heather lloraba a un lado, gritando que se detuvieran y Judy la consolaba, se alejó volteando a ver a Megan. Ya no podía soportar la situación que estaba alterándolo cada vez más, por lo que antes que pudiera paralizarse por completo, se acercó rápidamente a ella sintiendo su corazón encogido.

Se colocó en cuclillas frente a la fémina, dándose cuenta de que se le estaba dificultando respirar. Pues, Megan sentía un horrible nudo en la garganta, las manos le sudaban frío, estaba temblando y las lágrimas brotaban sin que fuera consciente. Era algo que jamás había experimentado antes, por lo que estaba asustada y no sabía qué hacer para que se detuviera porque ni siquiera su cabeza la ayudaba y su ser parecía estar derrumbándose.

—Megan, ¿estás bien? —preguntó preocupado.

—N-no puedo...—titubeó con voz débil.

—Hey, ¿qué sucede? Mírame...

—N-no puedo respirar.

Jungkook se encontró con sus ojos enrojecidos, las lágrimas brotando mientras su pecho subía y bajaba de manera violenta. La visión de Megan estaba nublada, su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho y una presión en su pecho parecía dificultarle cada vez más el respirar mientras un miedo irracional terrible la invadía, haciéndole sentir que podría perder la conciencia en cualquier momento.

—Tranquila, respira conmigo.

—¡N-no! No puedo...

Los gritos no se detenían, por lo que él cerró los ojos por un momento, queriendo sacar los recuerdos de su cabeza.

—Ven aquí.

La obligó a pasar los brazos alrededor de sus hombros para así cargarla y levantarse con algo de dificultad, comenzando a caminar alejándose de ellos.

—¡¿Qué carajos hacen?! ¡Vuelvan aquí, par de enfermos!

—¡Suéltenme, carajo! ¡Déjenme partirle la cara de idiota! —exigió Wyatt.

—¡Eres repugnante, Megan! ¡No te atrevas a volver a acercarte...!

Jungkook buscaba alejarse rápidamente de ellos para que Megan no pudiera seguir escuchándolos porque sabía que eso tan solo estaba empeorando cómo se sentía. Ella se aferraba al tatuado, escondiendo el rostro en el hueco de su cuello mientras sollozaba desconsoladamente.

Él se dirigió hacia la salida del parque de diversiones que estaba a varios metros, detestando que su coche estuviera tan lejos, ya que podía sentirla temblar y cómo la piel de su cuello se humedecía por las lágrimas de ella, haciendo que su corazón se encogiera.

—Tranquila, todo va a estar bien —aseguró con suavidad—. Estoy aquí contigo.






















(...)















Jungkook había caminado hacia su coche, escuchando cuando estaba cerca los pasos rápidos y gritos de Wyatt. Aquello lo había frustrado de gran manera, aunque entendía su enfado porque él también lo tenía, pero aún podía escuchar también los pequeños sollozos de Megan que seguía teniendo el rostro escondido en el hueco de su cuello y se aferraba a su cuerpo con fuerza como si no quisiera que la soltara.
La verdad es que al estar frente al coche, no quería bajarla, pero luego de tanto caminar con ella en brazos, estaba algo agotado. Pues, Megan precisamente era insegura por no verse como aquellas féminas de baja estatura y cuerpo delgado. Al contrario, ella apenas era unos pocos centímetros más baja que Jungkook, además que contaba con hombros, espalda y caderas anchas, al igual que con muslos gruesos. Aun así, Jungkook la bajó una vez que estuvo al lado de la puerta del copiloto, abriéndola para que ella pudiera subirse, indicándole a Wyatt que hiciera silencio, por lo que se subió de mala gana en el asiento trasero.

Durante el camino, Jungkook observaba por el espejo retrovisor cómo Wyatt tenía su ceño fruncido y sus brazos cruzados. Podía apostar que estaba mordiéndose la lengua para no continuar insultando, y es que Megan estaba con la cabeza apoyada en la ventanilla y se había dormido, así que el pelinegro agradecía que el primo de ella decidiera mantenerse callado.
Pero toda aquella tranquilidad llegó a su fin una vez que llegaron a la casa de la fémina. Pues, para su mala suerte, Georgia estaba levantada tomando una taza de té y pareciendo lo suficiente estresada como para ver a su hija con sus ojos enrojecidos e hinchados, mientras que Jungkook tenía el brazo por su cintura como si de alguna manera quisiera ayudarla a empezar a subir las escaleras.

Podía notar cómo Megan parecía hacer un gran esfuerzo por no explotar mientras su madre los seguía y quería obligarlos a decir lo que sucedió para que ella se encontrara de esa forma. Mientras estaban en la habitación, Jungkook al no poder soportar la situación, informó que bajaría a hacerle un té, por lo que en medio del caos de la discusión que estaban teniendo Georgia con su sobrino, Megan le agradeció a lo que él medio sonrió de manera tranquilizadora y ella intentó devolvérsela.

—¡Mire a mi prima! ¡¿Acaso cree que la ayuda que esté actuando de esa manera?! —preguntó frustrado, Wyatt.

—Oh, ¡¿acaso tú vas a enseñarme a cómo cumplir mi papel de madre, mocoso?! —cuestionó indignada—. No me hagas llamar a mi hermana para decirle la manera en la que me hablas.

—¡Solo estoy diciendo que podría esperar hasta mañana para hacer esto, tía!

—¡Entonces díganme qué rayos sucedió!

—¡Solo fue una estupidez con Asher, mamá! —aseguró frustrada—. En serio no fue nada importante.

—Oh, justamente no va a ser nada cuando se trata del que tanto te molestaba en el instituto y el novio de Heather —comentó cínica—. No me tomes por estúpida...

—Aquí está el té —informó entrando a la habitación, Jungkook.

Estaba demasiado tenso, pero el escuchar aquello de parte de Georgia, hizo que decidiera entrar porque sabía perfectamente la presión que podía estar sintiendo la fémina que pareció aliviarse al verlo.

—Gracias...

—Ten cuidado. Está caliente.

Él tomó asiento al lado de ella, la cual asintió y tomó cuidadosamente la taza mientras que Wyatt caminaba de un lado hacia el otro, estresado por cómo actuaba su tía que miraba interrogante a su hija.

—¿No piensas decir nada?

—Ya te he dicho que solamente discutimos.

—¡Y por eso vienes así de mal! —exclamó bajando las manos, llegando a golpearse los muslos.

—Creo que es mejor que continúen la conversación cuando despierten. Ya es medianoche, así que deben estar muy cansadas...—comentó haciendo una mueca, Jungkook.

—¡Eso llevo diciendo hace más de media hora, pero mi tía no quiere escucharme!

—Tú cierra la boca si no quieres que llame a mi hermana.

—De todos modos el martes volveré con Jungkook y Megan —se encogió de hombros, notando cómo su tía parecía enfadarse más.

—Por favor, intenten calmarse, ¿sí? —se levantó algo tenso, Jungkook.

—Ya, agradece que tu padre esté durmiendo porque sino hubiera pegado el grito al cielo al verte así, Megan. Me iré a descansar de una vez.

Jungkook asintió agradecido, pero al sentir su intensa mirada decidió seguirla hasta el pasillo, escuchando cómo Wyatt se acercaba rápidamente a Megan que estaba bebiendo el té. El pelinegro sentía cómo los nervios lo invadían cuando la mujer volteó a verlo.

—¿Tú no vas a decirme qué sucedió?

—Creo que eso debería hablarlo en unas horas con su hija —respondió masajeando su nuca al estar tan tenso.

Podía notar su forma de mirarlo, la cual ya no era para nada la del comienzo cuando se sentía tan cómodo, algo parecía haber cambiado, y eso tan solo provocaba que deseara marcharse de una vez. No podía soportarlo, mucho menos sabiendo que estaba ahí a base de mentiras.

—Está bien. Qué descansen.

—Usted igual —medio sonrió mientras la mujer asentía para voltear y comenzar a caminar por el pasillo.

Soltó un suspiro de alivio al verla alejarse y volvió a la habitación, observando cómo Wyatt ahora se encontraba sentado frente a Megan que seguía teniendo la taza de té entre sus manos.

—¿Está todo bien? ¿Qué te dijo? —interrogó rápidamente, Megan.

—No es nada —negó con la cabeza, regalándole una sonrisa tranquilizadora—. Me daré una ducha.

—Oh, está bien.


















(...)
















Una vez que Jungkook estaba dándose una ducha, mientras que Megan se inclinaba a dejar la taza en la mesa de noche, sentía cómo la tensión comenzaba a hacer su aparición ante la intensa mirada de su primo.

—Creo que... ya es hora de que vayas a descansar, ¿no? —mencionó nerviosa—. Mi mamá ya me dejó en paz, y la verdad... solo quiero darme una ducha y descansar.

—Oh, puedes escapar de mi tía, pero no de mí que sé perfectamente lo que ocurre.

—¿L-lo sabes?

—Absolutamente todo. Y créeme, ni siquiera hizo falta que ocurriera lo de hoy con ese bastardo porque ya sabía lo que pasaba —aclaró alzando una ceja.

Megan bajó la cabeza mientras se pellizcaba los dedos ante la ansiedad que la estaba invadiendo. No era ni siquiera capaz de mirarlo, tenía la cabeza gacha y mordía ligeramente su labio inferior sintiendo temor ante lo que podría suceder, pero Wyatt al ser consciente de eso, apoyó la mano sobre las de ella.

—¿Por qué no me lo dijiste? —Megan levantó la mirada, pero las palabras no parecían salir de su garganta—. Carajo, pensé que además de ser tu primo, éramos como amigos, que nos contábamos todo.

—Yo sé, pero...

—¿En verdad creíste que soy tan mente cerrada como nuestra familia? —cuestionó frunciendo el ceño—. ¿No me conoces?

—E-es que...

—Sí, me burlo de ti, constantemente, pero así nos llevamos. Yo... Mierda, me haces poner sentimental —suspiró bajando la cabeza—. Yo jamás te juzgaría y menos por algo así. No me importa en absoluto. Aunque tuvieras un tercer ojo, fueras más intensa de lo que ya eres o más estúpida, seguirías siendo mi prima favorita, Megan.

Lo observaba mientras su labio inferior temblaba, hasta que sin poder soportarlo más se abalanzó sobre sus brazos, escuchando una ligera risa por parte de su primo que correspondió a su abrazo.

—Aunque esté abrazándote, tienes que saber que sigo indignado porque no me hayas contado nada...

—Tenía miedo —confesó con un hilo de voz, aferrándose con más fuerza a él—. Sigo teniendo miedo, Wyatt.

Quería romper en llanto, largar todo lo que reprimía desde hacía años, pero sabía que no era el momento porque quizás explotaría y estaba en la casa de sus padres, por lo que luego no habría marcha atrás. Deseaba algún día poder sentirse libre con ellos, pero estaba completamente segura de que jamás podría ser aceptada, amada, ni reconocida por ellos. Había aprendido que al ser lesbiana, debía serlo con vergüenza y remordimiento gracias a su familia.

Una vez que logró calmarse, se separaron y Wyatt acarició su cabello mientras la observaba con una pequeña sonrisa, haciéndole soltar una risilla.

—Debes tener tantas anécdotas que yo no sé —comentó indignado.

—Todas son de fracasos.

—Y no he podido burlarme todavía.

—Idiota —soltó una risotada, golpeando su brazo.

—Oye, pero ¿eres, ya sabes... completamente lesbiana? —indagó algo nervioso mientras que ella fruncía el ceño por la confusión.

—¿Por qué me preguntas eso?

—¡Tú solo responde!

—No voy a responderte algo obvio.

—Bueno, entonces, responde si solo ves a JK como un amigo.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué ahora me sales con eso?!

Shh... Harás que nos escuche si sigues gritando así.

—Haré que escuche las estupideces que dices.

—No son estupideces. Yo siento que hay algo más ahí.

—¿Algo más?

—¡Claro! ¿Acaso no has visto como te ve? —preguntó con una sonrisa de picardía, inclinándose hacia adelante mientras ella arrugaba el rostro.

—C-claro que lo veo. Es decir... me ve con sus dos ojos...

—¡No actúes como estúpida! Estoy seguro que no soy el único que te ha hablado de esto —chasqueó la lengua—. Sabes a lo que me refiero y por esa misma razón te pregunto. Además que te comportas diferente con él...

—Ya basta, Wyatt. No estoy para tus estupideces.

Él suspiró asintiendo al notar cómo ahora tenía un semblante serio, pensando en que tenía toda la razón, aunque quisiera indagar en ese tema de conversación. En eso, escucharon la puerta abrirse, por lo que voltearon rápidamente a ver cómo Jungkook salía de baño con su cabello húmedo que comenzaba a ondularse y él parecía desconcertarse por la reacción de ambos.

—¿Interrumpo algo?

—Bien, creo que es mejor que ya me vaya a descansar.

Wyatt se levantó, no sin antes dejar un beso en la coronilla de la cabeza de su prima, la cual lo observó entre sorprendida y confundida.

—Descansa, mocosa.

—Tú igual, idiota.

El castaño volteó a ver a Jungkook, regalándole una media sonrisa que intentó devolverle, pero le salió más una mueca torcida.

Una vez que la puerta de la habitación se cerró, quedando ambos completamente solos, la tensión comenzó a aparecer siendo algo demasiado evidente para ambos que no parecían saber qué decir.

—¿Cómo...? ¿Cómo te sientes? —preguntó luego de unos incómodos segundos, tomando asiento frente a ella.

Sus ojos seguían enrojecidos y algo hinchados mientras que sus mejillas estaban sonrosadas, lo que hizo que Jungkook tuviera que luchar contra sí mismo para reprimir el impulso de acariciarla.

—Mejor, supongo —respondió por lo bajo y sin mirarlo, encogiéndose de hombros mientras medio sonreía.

—Lo siento.

—¿Qué? —levantó la cabeza, mirándolo confundida—. ¿Por qué dices eso?

—Es más imbécil de lo que creía y no pude defenderte como debía. Quizás debí hacer algo más como golpearlo o...

—¡No!

—Sí, Megan. Debí haber hecho algo más al respecto, pero... las situaciones así...—suspiró negando repetidamente con la cabeza—. Yo no puedo con ellas. Lo siento.

—Hey...—Megan apoyó la mano en la suya que estaba sobre su muslo, haciendo que Jungkook levantara la cabeza y conectara sus miradas—, tú hiciste más que suficiente por mí. No tenías que meterte en una pelea ni nada por el estilo. Si hubieras salido lastimado... ahora mismo no sabría cómo mirarte por la culpa que sentiría.

—Pero no sería tu culpa...

—Jungkook, en verdad hiciste más que suficiente por mí.

—Pero...

Jungkook acabó soltando un jadeo sorpresa cuando Megan se abalanzó sobre él, pasando los brazos por sus hombros. No se había esperado para nada eso, pero aun así pasó los brazos alrededor de su cintura mientras escondía el rostro en el hueco de su cuello, aspirando así su dulce aroma en busca de que eso pudiera calmar un poco su cabeza.

—Gracias, Jungkook —murmuró con suavidad.

Él cerró los ojos, estrechándola más entre sus brazos, deseando que pudieran quedarse así por un buen rato hasta que estuviera lo suficientemente tranquilo.

—¿Sabes algo? —volvió a hablar, llamando su atención—. Taehyung y tú son los mejores amigos que siempre he deseado tener, pero, por favor, no le digas que eres igual de especial que él porque tendré que lidiar con sus reproches.

Megan se separó soltando una risilla, sin saber en absoluto que aquellas palabras seguían resonando en la cabeza de Jungkook mientras su corazón daba un vuelco. Levantó lentamente la mirada encontrándose con su sonrisa, aunque su ceño se frunció al notar la expresión del pelinegro que no era capaz de disimular el dolor que estaba sintiendo ante las palabras "mejores amigos".

Jungkook pensó que si algún día lograba enamorarse, sería de alguien que también lo estaría de él. Pero, lamentablemente, se encontraba en una situación demasiado solitaria, donde su inocencia la quería más cerca, y ahora que la miraba a los ojos luego de aquellas palabras que soltó ingenuamente, terminó dándose cuenta de que no podría significar lo mismo para ella. Solamente era su segundo mejor amigo.

Dolía saber que no podría significar jamás lo que él deseaba por más que se esforzara. Estaba volviéndose tan doloroso quererla en silencio, no poder decirle todo lo que pasaba por su cabeza.

Un nudo se formó en su garganta y siguió su impulso de levantarse, provocando que ella se desconcertara.

—Hey, ¿qué haces?

—Yo... Llevaré la taza a la cocina —respondió con voz débil, inclinándose hacia la mesa de noche para tomar la taza.

—Pero no es necesario —dijo rápidamente mientras él volteaba para dirigirse a la puerta—. ¡Jungkook! ¡Oye!

Él pasó completamente de ella, cerrando la puerta tras sus espaldas para comenzar a caminar por el pasillo, intentando ser lo suficientemente fuerte para no derrumbarse en ese preciso momento y por primera vez al cargar con esos sentimientos.















(...)















Jungkook salió de la casa, sintiendo que aquella brisa fresca podría ayudarlo a ordenar sus ideas. Pues, escucharla llamarlo de esa manera había hecho que nuevamente tuviera esa sensación de que estaba destruyéndolo y con aquella sonrisa en su rostro que lo volvía loco. Ahora observaba la pantalla de su celular, aquella fotografía de su madre con él y su hermano que hacía que un nudo se formara en su garganta porque la mayor parte de él quería poder llamarla, pedirle desesperadamente un consejo al no saber cómo controlar aquellos sentimientos y las emociones tan intensas que lo invadían. Y la otra pequeña parte le aseguraba que solamente la preocuparía, que si escuchaba su voz en ese momento lograría derrumbarse como estaba comenzando a necesitar. Pero claro que no podía hacerlo, mucho menos allí, porque al volver, Megan lo descubriría y ya no habría marcha atrás.

Guardó el celular nuevamente en uno de los bolsillos delanteros de los pantalones negros que llevaba, abrazándose a sí mismo, ya que corría la brisa fresca y aquel suéter que llevaba parecía no ayudarlo demasiado, como tampoco el llevar el cabello algo húmedo aunque estaba cubierto por la capucha.

Por momentos pensaba en mandar todo al carajo, pero luego reaccionaba a lo que podría provocar. Pensaba, ¿qué sentiría Megan si le dijera que estaba enamorado de su corazón siendo consciente de que, quizás, jamás latiría por él? Nuevamente estaba esperando una respuesta a una pregunta que no se atrevía a hacer. Y es que aquel silencio se había vuelto un tormento, aquel silencio ahora era un compañero que lo lastimaba.

Al sentir una presencia, se sobresaltó encontrándose con Wyatt, el cual presionó los labios y se quedó a su lado, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta negra. Jungkook no quería decir palabra alguna, tan solo esperaba frustrado que él dijera algo, pero para su sorpresa, eso no sucedía a pesar de que los minutos pasaban, lo que hizo que soltara un suspiro.

—¿Vas a quedarte en silencio, apreciando lo miserable que me siento?

—En realidad, ¿quieres hablar de lo que sucede? —cuestionó arrugando levemente la frente.

—No lo sé —musitó encogiéndose de hombros—. Bueno, empieza de una vez porque estoy seguro de que sino no te moverás de aquí.

Wyatt soltó una ligera risa al darse cuenta de que ya estaba conociéndolo.

—¿Estás así por lo que pudo haber sucedido entre ellas para que Asher explotara así?

Jungkook mordía el interior de su mejilla mientras pensaba en sus palabras, sintiendo su mirada.

—No sé qué fue lo que pasó entre ellas —respondió sorprendiéndolo—. Y tampoco sé si quiero saberlo. Quizás solo logre lastimarme más, por eso mismo no se lo he preguntado.

—No creo que haya sido demasiado. Es decir, Asher odia hasta que hablen. Eso es evidente.

—No lo sé, Wyatt. Yo no lo conozco como tú.

—Hey...—pasó la mano por su espalda, llamando su atención, notando cómo parecía exhausto—, ¿Puedo decirte algo?

—Lo harás de todo modo —rodó los ojos mientras él asentía riendo.

—Me alegra que estemos conociéndonos tan bien.

—Ya, dilo.

—En verdad yo creo que Megan te quiere, y no solamente como amigo. Estoy seguro de que hay algo más, pero aún no quiere admitirlo.

—No digas eso. No me ilusiones —suspiró exhausto, negando con la cabeza—. Megan solamente tiene ojos para Heather por más que ella no deje de lastimarla.

Jungkook no quería seguir escuchando cómo intentaba darle ilusiones, cuando estaba aceptando el hecho de que se había enamorado de la idea de un amor imposible. Ahora se preguntaba qué podía hacer con aquel sentimiento, si no podía decírselo, pero callar le estaba doliendo. Tenía que ocuparse de sus sentimientos de soledad, por eso mismo no podía seguir permitiendo que su corazón se ilusionara nuevamente.

Iba a rendirse sin intentarlo como le gustaría, porque no había posibilidad.

Tendría que dejar de escuchar a su corazón, aunque anhelara conocerla más y estar en sus manos.

—¡No! Escúchame, yo la conozco muchísimo mejor que tú —recalcó frustrado—. Megan solo está encaprichada con Heather. Lo que realmente quiere es a alguien con quien pueda sentirse segura, que también la cuide como a ella le gusta cuidar, que la ame...

Jungkook levantó inconscientemente la mano, provocando que Wyatt soltara una risotada sintiéndose enternecido por aquella reacción, notando cómo sus grandes ojos oscuros brillaban de ilusión.

—Sí, alguien como tú. Por eso mismo no puedes rendirte.

—¿Y qué demonios se supone que haga?

—Yo sé que lo que sientes por ella es algo sano y bonito, por eso creo que deberías arriesgarte de una vez.

—Pero si me rechaza...

—Bueno, eso es algo que puede pasar, no te lo voy a negar. Pero, Jungkook, ¿no quieres quitarte esa duda de una vez? —frunció el ceño—. Tienes que arriesgarte a decirle tus sentimientos. Quizás podría salir mejor de lo que esperas. Cuentas con mi apoyo.

Jungkook mordió ligeramente su labio inferior mientras pensaba en sus palabras, sintiendo cómo Wyatt apretaba su hombro, observándolo con una media sonrisa.

—Oh, pero no digo que lo hagas aho...

—Hey, ¿qué hacen aquí?

Al escuchar esa voz femenina, Jungkook sintió cómo un escalofrío recorría su espina dorsal.

—Oh, solo le hacía un poco de compañía —respondió tenso, Wyatt—. Pero ahora sí ya voy a recostarme porque estoy exhausto. Descansen bien.

Wyatt pasó por el lado de su prima, regalándole una sonrisa inocente que provocó más la curiosidad de ella, la cual al verlo entrar, volteó a ver hacia Jungkook que estaba dándole la espalda y parecía bastante tenso.

—Jungkook, ¿sucede algo?

Él cerró los ojos con fuerza mientras empuñaba las manos, intentando mantener la calma, ya que necesitaba actuar con normalidad, pero aquello parecía estar volviéndose imposible.

—¿Jungkook? ¿Qué sucede? —insistió preocupada, dando unos pasos hacia adelante.

—Nada.

—Entonces, ¿por qué no me miras?

Tomó una bocanada de aire temblorosa, decidiendo voltear de una vez, pero tan solo logró mirarla por un instante, ya que sentía que en ese momento si lo hacía, sus ojos serían tan traicioneros que le gritarían sus sentimientos y, ella, por primera vez, no sería tan distraída. Megan ya no podría pasarlo por alto como llevaba haciendo.

—Sé que algo sucede, ¿por qué no me lo dices? —frunció el ceño mientras daba otro paso hacia adelante, quedando frente a él que seguía con su cabeza gacha—. Jungkook, ¿somos amigos o no?

Nuevamente aquella palabra que tan solo provocaba que volviera aquella opresión. Estaba jodiéndole tanto el tener ese sentimiento que estaba llegando a quemarle, queriendo poder aferrarse a ella, pero no podía.

—No —respondió en seco, provocando que los ojos de Megan se abrieran a la par.

—¿Qué? Es broma, ¿verdad?

¿Acaso aquel sentimiento estaba envolviéndolo en una locura indescriptible? No lo sabía, pero no podía callarse por más que una voz en su cabeza le gritara que se detuviera.

—No soy tu amigo. Ni siquiera sé si en algún momento realmente lo fui.

—¿Q-qué estás diciendo? —cuestionó riendo histérica—. Es mejor que entremos a descansar.

—Cállate y déjame hablar, porque si no lo hago ahora, yo... no sé si en algún momento vuelva a tener la valentía para hacerlo.

Podía notar la expresión de nervios en el rostro de Megan, como si sus ojos le gritaran que se callara porque sabía la confesión que haría y no quería escucharla para nada, pero aun así no podía detenerse.

A pesar de que había aceptado la verdad, se negaba a dejarla ir, quizás gracias a las palabras de Wyatt había una pequeña ilusión que intentaba sobrevivir en su tormentoso corazón que latía sin descanso, anhelando ser notado. Se aferraba a aquellos pequeños momentos donde podía notar cómo ella lo miraba con dulzura, aquellos besos apasionados que le hacían olvidarse por completo que el corazón de ella estaba aferrado a alguien más. Y aunque sus ojos estaban puestos en ella, pero era demasiado distraída y nunca lo notaba, mientras aquel amor que estaba sintiendo iba consumiéndose en el aire, su corazón persistía, porque en cada latido, latía su nombre.

Conocerla había abierto su corazón y ahora necesitaba soltarlo todo sin importar lo que pudiera suceder luego.

—¿Te acuerdas de la primera vez que nos vimos?

—Fue... Fue en el bar cuando Taehyung nos presentó —respondió con voz débil mientras él asentía con una pequeña sonrisa de nostalgia.

—Llevabas tu cabello atado y la chaqueta azul de Taehyung que resaltaba el color de tus ojos —mencionó sintiendo su rostro arder, desviando su mirada mientras que los ojos de ella se abrían a la par por recordar esos detalles—. Habías bebido de más. Lo noté cuando me diste tu mano. Desde que te vi esa primera vez... te mostraste como un desastre.

—Lo siento...

—No —la interrumpió volviendo a conectar sus miradas, notando cómo ella parecía avergonzada—. Para mí todo comenzó como una fijación, el querer saber si eras realmente ese desastre como te mostrabas. Y podía confirmarlo cada vez que te embriagabas, que me acercaba a ti, porque parecías mostrarme sin problema alguno tu verdadero yo, hablándome de tu vida, quejándote de absolutamente todo.

Megan soltó una ligera risa mientras se abrazaba a sí misma, bajando la cabeza.

—¿Sabes? Cada fin de semana... esperaba verlos allí, verte a ti en la barra —confesó tímido—. Y es que... no lo sabía, pero cada vez que te veía, una emoción desconocida me invadía, así que aprovechaba esos momentos para poder acercarme a ti y escuchar lo que tenías para contarme. En verdad disfrutaba de esos momentos, solamente que... no era consciente de eso hasta hace unos días que comencé a pensarlo.

—Entonces, ¿no debo avergonzarme tanto de eso?

Jungkook negó con la cabeza.

—Para nada. Sentí que nuestra conexión iba más a allá de la comprensión, así que jamás me detuve a entenderlo.

—Supongo que también la sentía porque, en realidad, no soy de hablar de eso con cualquiera —confesó masajeando su nuca.

Presionó los labios, desviando la mirada al no poder ser capaz de sostenérsela, temiendo lo que pudiera continuar. Solamente podía rogar que no hiciera la confesión que creía, porque su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho ante el temor de escucharla.

—Te odio.

Aquello llamó por completo la atención de la fémina que lo miró entre sorprendida y asustada.

—¿P-por qué me dices eso? —cuestionó indignada.

—Te odio porque ni siquiera pareces notar cómo con lo que acabas de decir y con tu manera de actuar, haces que me ilusione y mi cabeza se llene de mil dudas, te odio porque no notas como ahora mismo mi corazón está desbordándose por ti, te odio porque cada vez que nos hemos besado, siempre he tenido que ser yo el que tome la iniciativa sin dejarme algún lugar para las ilusiones, y lo peor es que luego actúas como si eso no fuera especial mientras que a mí me duele saber que es porque no significan nada para ti, te odio porque noto cómo la miras, cómo tu atención va para ella mientras yo me quedo con tus amigos y deseo poder ser Heather —confesó con sus ojos brillosos por las lágrimas acumuladas—. Carajo... No. Odio los sentimientos que has causado en mí, porque, ¿a ti? A ti no podría odiarte por quién y cómo eres, ni aunque rompieras mi corazón ahora mismo recordándome que jamás vas a poder fijarte en mí por el hecho de que soy hombre. Yo no podría odiarte ni aunque lo quisiera.

—J-Jungkook...—su voz salió débil y temblorosa—, es todo tan lindo lo que dices que yo... No sé —murmuró histérica sin ser capaz de mirarlo, intentando procesar la información mientras masajeaba su frente—. Yo no sé...

—Aún no termino.

Jungkook dio un paso hacia adelante, dándose cuenta de que, en realidad, temía encontrar en su mirada el rechazo, pero tan solo encontró angustia y desesperación.

—Por favor...

—Déjame continuar porque ya no puedo seguir queriéndote en silencio. Quererte y no decírtelo está consumiéndome. Y sí, tengo miedo de no ser para nada correspondido, pero voy a soltarlo todo —continuó tomándola de los hombros—. Por favor, no me mires con lástima. No finjas para nada. Sabes de mis sentimientos ahora, pero créeme que entenderé si no puedes corresponderme para nada. Solo tienes que saber que mi corazón te anhela y es tuyo. Pero ahora... si tan solo tú pudieras decir algo... aunque sea una palabra, yo... yo también sería completamente tuyo, Baker.

El anhelo estaba siendo su salvación y perdición, hasta que aquella crueldad de silencio estaba haciéndole saber que no era para nada correspondido. Pero comenzaba a creer que eso era necesario y más cuando ella se apartó bruscamente mientras las lágrimas brotaban, mirándolo asustada.

—Ya lo entendí. No tienes una idea de cuánto lo siento por no poder ser ese mejor amigo que deseabas, pero es que estoy enamorado de ti —expresó con un ligero temblor mientras su garganta parecía cerrarse por el nudo que se había formado, y sus ojos brillaban antes las lágrimas retenidas que comenzaban a brotar haciendo encoger el corazón de Megan—. Solo necesito tiempo para dejar de mirarte con este amor que siento, así que, por favor, ¿podrías esperarme y no alejarme por completo de ti?

—L-lo siento...—musitó volteando para comenzar a caminar hacia la entrada.

Jungkook la observaba, cubriéndose el rostro con una de las manos mientras un sollozo ahogado escapaba de sus labios y las lágrimas comenzaban a brotar. No podía dejar de verla porque, en ese momento, quería enseñarle a su corazón cómo era completamente rechazado al no haber sido suficiente con escucharlo, ni notar cómo miraba de manera especial a aquella joven rubia.

Al no poder seguir resistiéndolo más, bajo la cabeza sintiendo cómo sus mejillas se empapaban por las lágrimas y su cabeza se volvía un caos. No sabía qué hacer, cómo manejar aquel rechazo. Estaba en un lugar que jamás creyó que podría estar. Cayó en donde no debía, aunque sabía perfectamente que podría ser su perdición, pero se convenció de que podría ser capaz de hacerle sentir algo más.

Estaba tan sumido en el dolor, que al escuchar unos pasos rápidos, levantó la cabeza sorprendiéndose cuando las manos de Megan lo tomaron del rostro empapado de lágrimas y estampó sus labios con los de él, robándole el aliento. Hizo un sonido involuntario con la garganta, pero cuando comenzó a mover los labios ejerciendo algo de presión, reaccionó tomándola de la cintura mientras ella tomaba por primera vez la iniciativa. Lamía sus labios y piercings para pedirle acceso, el cual se lo dio sin dudar sintiendo cómo recorría su cavidad bucal, acariciando su lengua con la suya, debilitándolo por completo, por lo que la tomaba con fuerza, deseando que eso significara que podía entregarse por completo a ella porque, de alguna manera, era correspondido.

¡Hola! ¡Al fin no tuvieron que esperar casi un mes para la actualización! Por cierto, ¿qué tal la nueva portada? ¿Les gusta?

¿Qué les pareció el capítulo? Hubo un buen momento entre Megan y Jungkook, ¿les gustó? ¿Qué les pareció la confesión de Jungkook? ¿Qué creen que signifique ese beso de Megan? ¿Será que al fin está dándose cuenta de que Jungkook está despertando algo en ella? ¿O luego de ese beso todo va a salir mal? ¿Qué esperan en el siguiente capítulo?

Tocó actualización antes de tiempo y un capítulo de 8K palabras y ahora voy a explicarles el porqué. Tengo otras dos historias en emisión que están por finalizar y ahora que al fin cumplí con Lesbian, voy a concentrarme en escribir el capítulo final de The other woman como también el Epílogo de los trillizos Jeon. Y no solo eso, también quiero tener el primer capítulo de la última historia larga que voy a publicar con el final de esas dos, así que ya cuando tenga eso voy a volver a concentrarme en esta historia que espero no tardar más de dos semanas. Veré si realmente es así sino les estaré informando por el canal de difusión, ya que también tengo mis estudios en lo que concentrarme y tengo que empezar con los exámenes, pero por el momento confío en no tardarme más de eso porque de ambos finales ya tengo algo escrito. Y aclaro esto porque hay personas que quizás no leen lo que pongo acá en las notas, en el canal de difusión o en el grupo que tenemos (pueden encontrarlos en el enlace que está en mi biografía) y llegan a presionar con las actualizaciones de esta historia como si no tuviera otras en emisión y una vida fuera de Wattpad, lo cual realmente está llegando a molestarme y hacer que se me quite las ganas de escribir Lesbian. La verdad no quiero responder de una manera en la que yo quede como mala onda, así que, por favor, espero que entiendan y si no tienen paciencia para esperar, saben que pueden dejar de leer y listo.

En fin, espero que les haya gustado este nuevo capítulo y si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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