yo le conté a mi madre de la propuesta de Álvaro, ella se puso feliz como se esperaba.

- ¡Pero hija que maravillosa noticia! Por supuesto que le dijiste que sí.

-No madre me dijo que lo pensara.

- "Pero hija no hay nada que pensar", es un hombre muy bien parecido, y, aunque no lo fuera, tienes que pensar en tu buen nombre. Ya sabes que una mujer sin hombre, es una mujer sin nombre.

Esa noche no pude dormir, pensaba una y otra vez, ¿estoy lista para querer a otro hombre? ¿acaso sería capaz de volver a quererr? podría amar de nuevo?  pero me instalé en la realidad, en esos momentos no me podía arriesgar a viajar sola, en los periódicos que recibía mi padre, se describían las barbaridades que cometían los llamados revolucionarios, por otra parte, Europa estaba envuelta en una guerra sin sentido, que unos meses después se convirtió en la primera guerra mundial, solo le pedía a Dios que Diego, no se viera en medio del conflicto cuando regresará a España, por lo que resolví aceptar casarme con Álvaro Blanc López. Al día siguiente le mandé una nota con un sirviente, citándolo a las seis de la tarde, el cual el acudió sin dilación. Después de los saludos reglamentarios fui al grano.

-Álvaro acepto su propuesta de casarme con usted, solo le pido que te tenga paciencia, como usted comprenderá yo no comparto sus sentimientos.

-Leonor, no siga yo lo comprendo perfectamente, pero yo tendré toda la paciencia del mundo, yo voy hacer que me quiera tanto como yo la quiero a usted ¿le parece bien, si mañana mismo vienen mis padres a pedir su mano?

-Creo que es mejor el sábado, tengo que preparar a mi familia, y pienso que usted debe de hacer los mismo con la suya.

-Tiene razón, el sábado estaremos aquí, usted nada más dígame la hora.

A las siete de la noche, los espero a usted y a su familia.

En cuanto se marchó, le comunique mi decisión a mi madre,

-Mamá el sábado vienen los padres de Álvaro a pedir mi mano, para que se lo comunique a mi padre.

- ¡Oh hija que alegría!

-Espero no arrepentirme de mi decisión.

Mi madre se lo comunico a mi padre, aunque a él se le hacía muy precipitado el matrimonio, en ningún momento, sospecho la verdad, el atribuyo la prisa al hecho de que Álvaro tenía que presentarse en el cuartel muy pronto.

Al sábado siguiente llegó Álvaro acompañado de sus padres su hermana Gabriela (Gaby) la más pequeña de la familia, sus otros dos hermanos, una mujer y un hombre, ya habían contraído matrimonio y vivían en otro estado, También los acompañaba una hermosa joven, de nombre Mercedes, una prima lejana, al momento de presentarnos intuí que no le caía muy en gracia que su primo contrajera matrimonio.

Su padre era muy alto, güero, rubio, ojos azul intenso, con una mirada brillante y cristalina, similar a la mirada de su hijo, nariz recta, cara ovalada y mentón cuadrado, Álvaro tenía mucho parecido a él, la piel de su hijo era más oscura sin llegar al color canela tan tradicional en los mexicanos, su pelo era negro intenso y sus ojos del mismo color.

Su madre, también era hermosa, de tez color canela, ojos grandes, de color negro, pelo y cejas del mismo color, no tan alta como su marido, su cara formaba un ovalo perfecto, y sus labios tenían la forma de corazón, sus hijos eran bien parecidos eran una mezcla de los dos.

A los poco minutos de la llegada de los invitados, llegó Luis mi hermano, acompañado del señor cura y dos matrimonios, una pareja eran amigos de mis padres y los otros eran amigos de los padres de Álvaro, ellos iban a fungir como testigos.

Se hizo a petición de mano, según el protocolo requerido, dado que mi futuro marido, tenía que integrarse a su trabajo en menos de un mes la fecha para el matrimonio quedo pactado, en quince días, tiempo suficiente para confeccionar mi vestido de novia y hacer los preparativos para el enlace, el señor cura, como un favor muy particular a nuestros padres, se salto el protocolo de la iglesia, y no puso objeción alguna para oficiar la ceremonia, después de la pedida de mano pasamos todos los presentes al comedor a degustar una rica cena.