Parte/2/ Cumpliendo una promesa.
Leonor se dispuso a ver el contenido de la caja que le había dejado su Nona; abrió la caja con la pequeña llave y poco a poco empezó a sacar varias fotografías, amarillentas por el paso del tiempo, pero todavía visibles, en ellas pudo admirar la belleza de su Nona, cuando estaba en la flor de su juventud.
En unas fotos aparecía al pie de la torre Eiffel en París y algunos lugares turísticos de esa ciudad, en otras, estaba en la ciudad de Venecia Italia, paseando en una góndola sonriendo muy feliz, acompañada de su guapo acompañante y varias personas más; en algunas otras eran de la ciudad de Madrid, Leonor lo supo porque al reverso de cada fotografía estaba la fecha y el lugar donde fueron tomadas, un pequeño estuche llamó poderosamente su atención, lo abrió y apareció un hermoso anillo, ese debió ser el regalo al que se refirió su Nona.
Al fondo de la caja descansaba un pequeño cuaderno con un forro de piel color tinto; cuando Leonor lo abrió, aparecieron las hojas amarillentas que, en algún tiempo fueron blancas, contenían los recuerdos de una anciana que recién había partido de este mundo.
Cuando Leonor se disponía a leer, sus ojos se posaron en un sobre blanco que decía Pajarillo, ese nombre era el que usaba su Nona cuando se dirigía a ella, lo abrió saco una carta escrita con una excelente caligrafía, no parecía que la hubiese escrito una anciana de 106 años, la carta empezaba así:
Querido Pajarillo, si estas leyendo estas líneas es que yo ya no estoy entre ustedes; no llores por mi partida, la vida y la muerte son compañeras inseparables, todo lo que vive tiene que morir es la ley, yo tuve la suerte de vivir mucho tiempo, hay unos que ni siquiera llegan a ver la luz de este mundo, espero que tú también vivas muchos años, gracias pajarillo por hacerle compañía a esta vieja, fui egoísta al permitir esa atrocidad tú, mi pajarillo tenias que estar jugando con tus amigos y no acompañando a esta anciana inútil, espero me perdones por mí egoísmo, no sé si hago bien hacerte participe de mi secreto ya que eres muy joven, solo recuerda pajarillo, es un secreto entre tu y yo, después de leer mis recuerdos tienes que quemar el cuaderno, con todo su contenido.
Leonor lloró, las palabras de su Nona le habían llegado hondo, pero como lo dijo su abuela, era la ley de la vida, nacer, vivir y morir, se dispuso a quemar las fotografías, solo dejo en las que aparecía ella sola, que eran muy pocas, cuando termino su tarea observó como las cenizas volaban con el viento, se disponía a leer pero la voz de su madre la volvió a la realidad, rápidamente guardo el cuaderno de su Nona en la caja de madera, y la volvió esconder.
- ¡Leonor! ¿en dónde andas metida?
-Aquí estoy.
-Que paso ya es tarde y no has recogido los huevos del gallinero.
-Ya voy mamá.
Regresaron juntas, Leonor dejo para después la lectura de la historia de su Nona.
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