- ¡Señoras y señores, llegó el momento más esperado! Con ustedes el show de nuestro coro de bailarinas, "El Cancán".

Enseguida se escucharon las notas musicales de el "Galop infernal" de la opereta de Jacques Offenbach "Orfeo en el inframundo". Varias mujeres salieron bailando con faldas largas llenas de encajes, medias negras, zapatos del mismo color con tacón bajo y un penacho de plumas en la cabeza, manipulaban sus faldas de un lado a otro, daban patadas altas y movimientos provocativos, todos los presentes guardamos un silencio total, solo se escuchaban las respiraciones agitadas de algunos de los presentes, cuando las mujeres tiraban sus largas piernas al aire, ataviadas con medias negras sostenidas por seductores ligueros, dejando ver su atrevida ropa interior, yo estaba anonadada nunca me imaginé ver un espectáculo de tal magnitud.

Cuando terminaron su baile, las mujeres nos dieron la espalda, se agacharon levantando sus faldas más arriba de la cintura, dejando ver sus posaderas, con ese acto daba fin a su atrevido baile, los hombres gritaban y silbaban, uno de los presentes me dijo.

-Te vez algo sorprendida - ¿Es la primera vez que asistes al "Moulin Rouge"

-Si y creo que será la última.

-Y eso - ¿Acaso te asustó ver el show?

-No, no claro que no, lo que pasa es que no estaba preparada para ver algo tan moderno.

-Jajaja, moderno dices, pero si él coro se viene presentando en París desde el año 1830, antiguamente era exclusivo para hombres, pero en la actualidad también las mujeres son bienvenidas, tienes que divertirte muchacha, antes de que estalle la guerra, quizá no sobrevivamos.

- ¿Pero entonces es cierto que se avecina una guerra?

-Lo más seguro es que así sea, si los gobernantes de Francia y Alemania no llegan a un acuerdo...

En ese momento un chico muy bien parecido se acerco a la mesa diciendo.

- ¿Por qué asustas a la señorita? eso de la guerra quizá solo sea un rumor.

Margot se levantó de su asiento, y grito llena de alegría abrazando al joven recién llegado.

- ¡Marcel! ¿cuándo llegaste de Moscú?

-Hace unas horas llegué al departamento, la señora Isabella me informo de su estancia en la ciudad y estaba seguro que las encontraría aquí.

-No te equivocaste hermanito, te presento a Leonor nuestra invitada.

-A sus pies señorita.

Después del show nos regresamos al departamento, esa noche fue la última que pasamos en París, al siguiente día nos regresamos a la finca.