-Hija por fin te tenemos de vuelta-, le dijo a Margot.

mientras se daban un cálido abrazo y un beso en cada mejilla. Enseguida saludo a Marcia.

-Bienvenida Marcia Y esta linda jovencita ¿Quién es?

-Es la hija de una gran amiga de la señora Elisa, va a pasar unos días con nosotros -. Rápidamente contestó su hija.

-Bienvenida, te puedes quedar todo el tiempo que desees.

Enseguida palmeo las manos diciendo, "Cosette" Al momento se acercó una mujer de mediana edad y dirigiendose a mí me dijo.

-Cosette, será tu doncella mientras estés con nosotros.

-condúcela a su habitación a las ocho se sirve la cena.

Solo atine a decir-. Gracias señora.

La mujer me invito a seguirla, pasamos por unos salones bellamente decorado, con magníficos cuadros y muebles confortables, en el piso lucían costosas alfombras persas, de pronto llegamos a un salón grandísimo, era tan lujoso que no lo puedo describir, al fondo a la derecha había una elegante escalera, por la cual subimos.

Cuando llegamos a lo alto había una hilera de puertas de madera finamente talladas, el olor que despedían llegaba a mis fosas nasales todo era esplendido, llegamos a la sexta puerta, tuve el bien a contarlas ya que todas eran iguales la señora abrió la puerta invitándome a pasar, cuando cruce la puerta casi me voy de espaldas, la recamara era digna de una princesa de cuento, así me sentía yo en esos momentos, el baúl con mi ropa descansaba en un extremo de la habitación, la doncella me pidió.

-Señorita puede elegir su ropa que va a usar para bajar a cenar.

-Si claro.

-Al abrir el baúl vi varios vestidos nuevos, ropa interior y ropa de dormir, además de los vestidos que ya me había regalado Marcía, bendita señora doña Elisa, había pensado en todo, mientras yo elegía la ropa la criada diligentemente preparaba el baño, cuando saque la ropa del baúl, la señora se la entregó a una mujer que esperaba fuera de la habitación, pase al baño, me dispuse a quitar la ropa, cuando la sirvienta me dijo.

-Permítame señorita, enseguida me empezó a despojar de la ropa, ya no me resiste como lo hice con Manuela, dejé que hiciera su trabajo, me metí a la tina la mujer empezó a lavar mi cuerpo, solo respeto mis partes íntimas, cuando terminó, secó mi cuerpo y me ayudó a vestir con la ropa que anteriormente había elegido que descansaba en la cama bien planchada.

Así es la vida de los millonarios, en esos momentos yo me sentía uno de ellos, ya vestida y bien peinada, la sirvienta me condujo al comedor, este era grande, como todo lo de la casa, en esos momentos entraron Margot y Marcia, tras de ellas entraron la señora y el señor los padres de Margot, un criado que estaba parado como estatua, vestido impecablemente con un traje negro y guantes blancos, diligentemente sacaba las sillas para que nos sentáramos.

Un sirviente igual de uniformado empezó a servir la cena, todo muy rico, cuando terminamos de comer fuimos al salón de música, amueblado con costosos muebles, un magnifico piano era el mueble principal, de las paredes colgaban hermosos cuadros al óleo, pintados por pintores famosos, entre ellos, algunos retratos de grandes virtuosos de la música.

Marcia se sentó al piano y tocó una sonata, cuando termino se puso de pie y fue hasta mi lugar, me tomó de la mano y dirigiéndose a los señores les comento.

-Leonor toca el violín.

El señor al momento me pidió.

- ¿Por qué no toca para nosotros señorita?

-Por mi parte lo haría encantada, pero desafortunadamente no traje mi violín.

-Eso no es ningún impedimento, permítame.

Se puso de pie y se dirigió hasta una vitrina que yo no había visto y saco un violín "Stradivarius" uno de los más caros del mundo, me quedé helada, me dio pánico escénico, Marcia apretó mi mano, enseguida empecé a tocar el instrumento musical, de este salían una notas maravillosas, cerré los ojos y me concentré en la música que estaba tocando, quizás esa fuera la única vez que tuviera la dicha de tocar un violín tan valioso, cuando terminé todos aplaudieron.

-Magnifico señorita toca usted maravillosamente bien ¿Usted también estudia en el conservatorio de música?

-Gracias señor es usted muy amable, pero no, yo no estudio en el conservatorio, mi abuelo me enseño todo lo que se de música.

-La felicitó señorita, su abuelo es un gran maestro.

-Si lo era desafortunadamente el ya no esta con nosotros hace algunos años falleció.

-Oh que pena, pero no hablemos de cosas tristes, había de considerar estudiar en el conservatorio, con su talento musical estoy seguro que llegaría a ser una gran concertista, y si el problema es el dinero, yo la puedo apadrinar, me gusta ayudar a los jóvenes talentosos como usted.

-Muchas gracias señor, se lo agradezco mucho.

Fue una velada muy amena, nos fuimos acostar, yo estaba muy cansada, esa noche dormí como una reina.

Al siguiente día, después del desayuno me dijo Margot.

- ¿Lista para conocer París?

-Si claro.

Enseguida se despidió de su madre, ya que su padre no se encontraba en casa en esos momentos. 

-Ya nos vamos mamita, regresamos en unos días.

-Muy bien hijita, cuídense, tal vez cuando regresen ya hayamos salido a Gracia.

-Oh, es verdad, si gustas que nos esperemos hasta que ustedes salgan de viaje.

-No, no para nada, vayan disfruten de la maravillosa ciudad, yo te despido de tu padre, quizá Marcel las alcance en Paris, esta por volver de Moscú.

Subimos a un auto y partimos hacia la ciudad de la luz, llegamos, era una vista hermosa, nos dirigimos a un edificio muy elegante, un hombre uniformado nos dió la bienvenida.

-Señoritas bienvenidas.

-Gracias Louis.

- ¿Traen equipaje?

-No, hoy no.

Subimos unas escaleras y llegamos al primer piso, había dos departamentos ¡qué digo departamentos! eran dos casas, las escaleras seguían a dos pisos más arriba, Margot tocó la puerta, una mujer toda vestida de negro y muy estirada nos recibió.

-Bienvenidas señoritas.

Entramos a una estancia grande, amueblada con unos muebles carísimos y de muy buen gusto.

-Por favor, Isabella ordene que preparen el baño, que vamos a salir.

-Como usted ordene señorita Margot.

-Como por arte de magia, llegaron tres jóvenes sirvientas, a diferencia de la mujer que nos recibió en la puerta con su gesto duro y severo, estas chicas, tenían una gran sonrisa en su cara.

En este momento les preparamos el baño señoritas.

- ¿Van a comer algo las señoritas? – pregunto la mujer vestida de negro.

-No, vamos a comer fuera.

Poco tiempo después regresaron las jóvenes sirvientas, diciendo.

-Su baño ya está listo señoritas.

-Valentine, conduce a la señorita Leonor a su habitación y asístela.

-Sígame por favor señorita.

Entramos a una habitación muy elegante y confortable, la sirvienta abrió un armario muy grande. me dijo.

- ¿Puede elegir la ropa que va a usar?

Le iba a replicar, pero no me dio tiempo, salió de la habitación rápidamente. En el armario había de todo, elegí la ropa y me metí a la bañera, la chica regresó unos minutos más tarde, se dispuso a ayudarme, yo no repliqué, me dejé ayudar dócilmente, después de todo, ya nunca iba a tener la oportunidad de gozar de esos privilegios.

Ya bañadas y vestidas salimos del apartamento, un carro esperaba por nosotras, lo abordamos y fuimos directamente a un elegante restaurante, después de comer paseamos por la ciudad, lo primero que visitamos fue la torre "Eiffel", la vista era espectacular, me tomé una fotografía de recuerdo, fueron tres días de paseos por toda la ciudad: el museo Louvre, los jardines de Versalles, el arco del triunfo, el río Sena, la catedral de Notre Dame.

Una tarde fuimos a visitar el estudio de un pintor muy conocido y famoso. "Pablo Picasso", yo no entendí su pintura, eran, figuras geométricas: círculos, cuadrados, triángulos etc. Pero aún sin entender, no pude dejar de admirar los colores tan vivos, el hombre pintaba con pinceladas largas, sin importarle nada a su alrededor, la última noche que pasamos en Paris, fuimos a un centro nocturno de nombre "Moulin Rouge" (Molino rojo), mis amigas me presentaron a varias personas jóvenes y adultos, mujeres y hombres todos estaban relacionados con el arte: bailarines, músicos, cantantes, actores, pintores, etc.

Todosbrindaban, Yo solo tomaba soda y comía bocadillos,