Parte/1
Leonor nació en un pueblo llamado Peña alta como todos sus hermanos, los nacidos y los no nacidos, ella descendía de una familia longeva, al nacer contaba con abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, tanto maternos como paternos, quizá porque los jóvenes contraían matrimonio a muy temprana edad.
Cuando su tatarabuela materna quedo viuda, no quiso ir a vivir con ningún familiar, es por eso que mandaban a la niña a su casa para hacerle compañía, todas las tardes la niña llegaba a la casa de su tatarabuela su "Nona", ese era el mote con el que llamaban cariñosamente a la anciana, para Leonor no era ningún sacrificio pasar las tardes con su Nona, quizá sin proponérselo fue la causante de que ella a muy temprana edad albergara los deseos de salir del Pueblo que la vio nacer, lo primero que hacía la niña era prenderle un cigarrillo y servirle un vaso de rompope.
-Gracias niña, esto me mantiene viva jajaja.
- ¿Cuantos años tienes Nona?
-Tengo tantos como peces hay en el mar.
- ¿Tota tú conoces el mar?
-Claro hija, si no de donde crees que llegué
- ¿Tu viniste del mar?
-Si chiquilla yo vine del mar en un barco muy grande.
- ¿Cómo es el mar Nona?
- ¿Has visto el cielo?
-Si abuela muchas veces.
-Pues así es el mar, grande y azul como el mismo cielo.
La Nona le dio una llave que colgaba de su cuello con una cinta roja, se la dio a la niña y le ordenó con voz dulce.
-Abre el ropero y tráeme una caja de madera que esta debajo de las cobijas.
La niña fue hasta el lugar donde se encontraba la caja, la tomó y se la entregó a su abuela, la Nona abrió la caja con una llave más pequeña, sacando una vieja fotografía donde aparecía ella recargada en la barandilla de un gran barco, acompañada de un apuesto joven que la rodeaba con uno de sus brazos, enseguida se la entregó a su nieta.
-Mira Leo este es el mar.
- ¿Por qué esta de este color y no azul como dices que es el agua del mar?
-Por que cuando me tomaron esta foto aún no se usaban las fotografías de colores.
- ¿Y esta señora eres tú y el señor mi Toto?
-La señora si soy yo, pero el señor no era tu Toto
- ¡No! ¿y porque el señor te tiene abrazada?
La señora dio un profundo suspiro, contestándole a su nieta con su cansada voz.
-Estas muy pequeña para contarte una linda historia de amor, pero quizá, cuando estés más grande te la cuente si es que aún sigo con vida.
Su Nona le contaba historias maravillosas de los lugares que ella y el apuesto joven que aparecía con ella en la foto visitaban, si un adulto la hubiese escuchado, la hubiera tildado de loca, pero la anciana con sus historias hacía que la imaginación de Leonor viajara a todos los lugares que su Nona le describía, y, después de escuchar cada historia, despertaba más el deseo de su tataranieta de salir de aquel lugar, su Nona siempre terminaba su historia con las siguientes palabras.
-Cuando tengas edad de salir de aquí, extiende tus alas pajarillo y vuela, vuela sin voltear hacia atrás.
Cuando Leonor contaba con doce años, la anciana murió a la edad de ciento seis años, pocos días antes de morir le entrego a Alicia la caja junto con la pequeña llave que la abría y que tan celosamente guardaba.
-Quiero darte mi caja, estos son mis recuerdos, prométeme que la vas a abrir solo hasta que yo ya no este en este mundo.
- ¡Pero Nona tu todavía vas a vivir muchos años!
-Solo tenla contigo y, cuando yo falte lees todo lo que hay en esa caja y, cuando termines de leer, prométeme que quemaras la caja con todo lo que guarda dentro y dejaras que las cenizas vuelen con el viento.
-Te lo prometo Nona, no solo te lo prometo te lo juro, pero Nona y si solo quemó lo que hay dentro y me quedo con la caja, está muy bonita.
-Está bien hija te la puedes quedar, pero lo demás lo quemas, menos un sobre que dice tu nombre y un regalito que hay dentro, pero lo escondes porque es solo tuyo.
La chica abrazó a su querida Nona, unas silenciosas lagrimas mojaron la cara de la anciana.
-No llores mi niña, no tengo miedo morir ¿y sabes por qué?
-Por qué Nona.
-Porque conocí el verdadero amor, los seres humanos no deben morir sin conocerlo.
- ¿Y cómo sabemos cuál es el verdadero amor?
-Eso lo vas a saber sin que nadie te lo diga.
A los pocos días de esa charla, la Nona murió apaciblemente en su cama sin sufrir, solo dejo de respirar.
Leonor sufrió mucho la perdida de su tatarabuela y, cuando pasaron los rosarios del novenario, tomo su caja y se fue a un lugar solitario del bosque, se sentó debajo de un frondoso árbol, abrió la caja y se dispuso a ver su contenido.
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