13. Beber como una zorra. NUEVO
Buenas tardes, disculpen las molestias, pero he Editado toda la historia, a lo largo de los próximos días, iré Editando todos y cada uno de los capítulos. No me maten. Pero era más que necesario para lo que se avecina.
Leo.
Lucas ni siquiera me preguntó ese sábado noche por lo que aconteció unos días atrás, en su cumpleaños, cuando me vio besándome con Samuel, tan sólo brindó conmigo en el reservado, mientras yo grababa un directo para instragram acicalándome el cabello y saludando a mis seguidores.
Llevaba un vestido rojo con corte griego, precioso, unos pendientes perlados que caían hacia abajo y llevaba el cabello recogido en una coleta.
- ¿Qué hacías con ese crío el otro día, Leo? – llamó mi atención Sergio, mientras yo sonreía, maliciosa, dejando el móvil sobre la mesa, agarrando mi copa dando un sorbo con mi pajita al desagradable líquido que había en su interior. Nunca me ha gustado beber, pero es lo único que me ayuda a desconectar.
- Jugar – contesté – justo lo que hacíamos tú y yo algunos meses, ¿te acuerdas? – se quedó mudo, pues no esperaba que yo lo dijese en voz alta, delante de todos nuestros amigos – pero ya me he cansado de él, igual que me cansé de ti – recalqué, mirándome la perfecta manicura de las uñas – aún no ha nacido hombre que esté a mi altura.
Lucas sonrió, divertido, levantando la mano para que chocase los cinco, y lo hice, con una gran sonrisa.
- Leo la rompe corazones ha vuelto – bromeó – hacía dos años que no sabía nada de ella – rompí a reír, divertida – Este club está guay ¿eh?
- Os dije que os iba a gustar – añadió Lalo – es lo más.
- Y sin tantos pijos – se quejaba Sandra – estoy harta de ver siempre a la misma gente, quiero nueva carnaza.
- Eres lo peor – le decía Lalo, divertida.
- Ostia, es Charlie – anunció Sergio, haciendo que todos le prestásemos atención – hacía tiempo que no le veía. Voy a por unas pastillas para animar la noche – se levantó, sacando la cartera, acercándose al tipo que había en medio de la pasta, trapicheando su mierda con los clientes.
- Yo voy a pedir otra botella – les dije, levantándome del sillón, con dificultad, estaba bastante mareada – nos estamos quedando sin munición.
Me acerqué a la barra, dejando a Lucas allí que bromeaba sobre lo que estaría haciendo nuestro amigo Gorka en casa, al no haberse apuntado a la salida, junto a nuestro otro amigo. Le indiqué al camarero que queríamos otra botella de Lario rosa y más latas de gaseosa, mirando de reojo a Charlie, que trapicheaba con Sergio.
Nuestras miradas se cruzaron entonces, con la sorpresa de ambos. Aceptó el dinero de mi amigo y le pasó una bolsa de pastillas, para luego guardarse las manos en los bolsillos, bajando la mirada, dándose vueltas por el lugar, con la intención de encontrar nuevos clientes.
Dio un rodeo, mientras el camarero ponía la botella y las latas encima de la mesa. Hice una señal a Lucas para que viniese a ayudarme y juntos llevamos a nuestra mesa todo aquello.
- Oh, me encanta esta canción – comenzó Lalo, tirando de Sandra hacia la pista – vente Leo – miré hacia Lucas que me hizo una señal para que me animase.
Dejé que aquella sensual canción de Lauren Jauregui se metiese dentro de mí, dejándome llevar por los acordes, contorneando las caderas.
Ladeé la cabeza, al ritmo observando de nuevo a Charlie, que no me quitaba ojo. Me mordí el labio, divertida y sensual. En aquel momento me imaginé lo bien que se sentiría si pudiese provocarle.... Me besaría apasionadamente y me empotraría contra la pared, mientras mete sus manos fuertes debajo de mi vestido...
¿En qué demonios estás pensando Leonor?
¡Por el amor de Dios!
Es Charlie, el hermano de Samuel, y peor aún, el capullo que te trató fatal el otro día. Despierta de una vez.
Se dejó caer sobre la pared, junto al dj, sin dejar de observarme, mientras yo seguía contorneando mi cuerpo, provocándole, o al menos era lo que pretendía. Sonrió, con chulería, derritiéndome por completo. ¿Cómo podía estar tan bueno?
Una corriente eléctrica me recorrió entera en cuanto sus ojos volvieron a cruzarse con los míos. Estaba caliente y me moría por tenerle entre mis piernas, ni siquiera quería pensar en que era un capullo o en todo lo demás.
El mismo tipo de canción que la anterior sonó, y en aquel momento parecía que toda la pista se estaba provocando unos a otros. La culpa era del dj, diré en mi defensa.
Nuestras miradas volvieron a encontrarse y él se lamió el labio inferior, mordiéndolo después, con deseo, haciéndome recordar algo que había olvidado...
Acababa de entrar, había salido a tomar el aire con las chicas, pero hacía demasiado frío, justo vi a Lucas en la pista con un chico muy mono. Sonreí, dirigiéndome hacia él, cuando una mano agarró la mía, impidiéndome a dar un paso más.
- Buenas noches, princesa – dijo una voz varonil, haciendo que me faltase el aliento al descubrir que se trataba de Carlos – estás realmente espectacular esta noche – sonreí, ante el piropazo - ¿has venido así porque intentas seducir a alguien? – me mordí el labio antes de contestar, estaba muy borracha, cabe destacar.
- Quizás intente seducirte a ti – sonrió, con chulería, tirando de mi mano hacia la pista, muy cerca de dónde se encontraba mi amigo. Le miré sin comprender.
- Inténtalo – pidió – Seducirme.
- ¿Crees que no puedo? – porfié, sonrió, soltándome la mano, observando cómo me movía, contoneando mis caderas al ritmo de la canción. Apoyando la mano sobre su hombro, sin previo aviso, con sensualidad, evitando su mirada a propósito, levantándola justo cuando rompía la canción, mientras él abría la boca con deseo, mordiéndose el labio inferior después de lamerlo levemente. Bajó la cabeza, sonriendo un momento, para luego agarrarme de la cintura, atrayéndome a él. Entreabrí la boca histérica, subiendo la mano hasta acariciar con la yema de los dedos su barba, rascándomelos. Su mano sujetó mi barbilla, justo cuando apoyaba su frente sobre la mía, dejándome sin palabra. Nos deseábamos el uno al otro, aquello no era ningún secreto.
- Charlie – le llamó un tipo a su lado, agarrándole del brazo para que le prestase atención. Le miró de reojo sin tan siquiera apartarse de mí – David está entrando.
Se echó un poco hacia atrás, divertido, volviendo a mirarme, justo iba a decirme algo. Pero me gustaba demasiado la canción que comenzó a continuación, así que le di la espalda, comenzando a moverse de forma arrebatadora. Sonrió, divertido, agarrándome de la cintura, pegando mi trasero a su pelvis.
- Si sigues así esto se va a poner muy feo, princesa – apretó su miembro contra mí, haciendo que me diese cuenta de que estaba muy bien dotado y la tenía dura. Me di la vuelta despacio, mientras su nariz acariciaba mi rostro – uf, estás tan sexy esta noche, Leo – se mordió el labio inferior mientras a mí se me hacía la boca agua le quería a él entre mis piernas, y me daba igual que fuese el primero – Me encantaría quedarme, pero tengo que irme... - hizo el amago de separarse de mí, pero le agarré de la camisa, obligándole a que se quedase en el mismo lugar.
- Fóllame, Carlos – supliqué, dejándole boquiabierto. Sonrió divertido, echándose un poco hacia atrás, observando como mi hermano entraba por la puerta, y comenzaba a buscar a su colega por el local.
- Sí que estás borracha – se quejó, divertido, lanzándome una última mirada antes de marcharse al encuentro de mi hermano.
¡Por el amor de Dios!
¿Qué coño había sido eso?
¿Cómo se me había ocurrido suplicarle algo así?
Debía haberme vuelto loca esa noche.
Recién entendía por qué estaba tan caliente esa noche, y por qué terminé en el baño con ese tipo. Tan sólo quería apagar el fuego que él había encendido.
¿Qué demonios pasó después de esa noche? ¿Por qué mi hermano y él se pelearon? ¿y... por qué no volvió a buscarme?
Seguramente pensaba que tan sólo era una cría, no había otra explicación.
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Hasta aquí el capítulo. Este es nuevo.
¿Que os ha parecido?
Aquí fotos del capítulo, espero y les guste :D
Y esta es la canción que sonaba cuando bailaban.
https://youtu.be/BSyTA0zoprc
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