Capítulo 33
-¿Para qué has traído la botella de champagne? -le pregunto mientras me saco los tacones y subimos en el ascensor hacia su apartamento-¿Acaso vamos a celebrar algo? -dejo caer los tacones al suelo.
Alex solo me sonríe, pero no me da una respuesta. Lo admiro mientras se encuentra recostado a la pared del ascensor. Del lado contrario al mío. Es algo de lo que me percaté desde que salimos de casa de su madre. Está algo distante, o quizás es que está nervioso por algún motivo.
Las puertas del ascensor se abren y antes de agacharme a recoger los zapatos, Alex se me adelanta y me toma por ambas manos.
-Déjalos, acompáñame. -me pide mientras me conduce dentro del apartamento.
Caminamos hacia la cocina y Alex suelta mi mano en la cocina para colocar la botella de champagne dentro de la nevera. Después vuelve a envolver mi mano con la suya y me conduce rumbo al corredor que da a las habitaciones. Nos detenemos frente a la puerta de la habitación de invitados y Alex me mira, nervioso una vez más.
-Te advierto que debes mantener una mente abierta.
Lo miro entrecerrando los ojos. ¿Qué significa eso?
-¿Qué hay dentro?
-Todo depende de ti.
-¿De mí?
-Solo de ti depende nuestro futuro juntos-me dice antes de abrir la puerta-. Adelante.
Y sus ultimas palabras se quedan grabadas en mi mente mientras me adentro en la habitación.
La habitación está completamente a oscuras, excepto por una sola luz que ilumina el centro de la habitación. Debajo de la luz hay una mesita sobre la que se encuentra una caja de color negro envuelta con cintas rojas. Giro mi rostro hacia Alex y el solamente me mira, divertido.
-No te va a morder, te lo prometo.
Camino hasta el centro de la habitación. Las cintas rojas, ahora que las observo bien, son sus vendas de Kick boxing. Y la caja está envuelta en satén negro. Ese satén me trae recuerdos y comienzo a sonreír. Desato las vendas lentamente dejándolas caer al suelo y después desenvuelvo la caja.
El satén se escurre entre mis dedos y de la mesa, cayendo al suelo. Me quedo mirando fijamente la elegante caja de madera oscura que hay en la mesa. Tengo miedo abrirla, no sé que puede haber dentro. Mi corazón late queriendo escapar por la boca. Miro hacia la puerta. Alex no se ha movido de allí. Vuelvo a mirar la caja no más grande que una caja de zapatos.
Cierro los ojos brevemente e intento controlar mi respiración errática y descontrolada. Y entonces siento el sonido de la puerta cerrándose. Abro los ojos y me giro hacia donde vi a Alex por ultima vez. Se ha marchado y me ha dejado sola.
«¿Qué significa esto?»
Me concentro nuevamente en la caja.
-Solo de ti depende nuestro futuro juntos. Debes mantener una mente abierta.
Sus palabras aún resuenan en mi mente mientras comienzo a abrir la caja y después miro sorprendida el contenido de su interior. No entiendo nada.
Me siento en el suelo con la caja entre mis piernas mientras pienso en lo que podría significar una caja vacía. Pueden ser muchas cosas. Desesperación, soledad, vacío de sentimientos. ¿Acaso esto refleja como se siente Alex conmigo? Esto no tiene mucho sentido. Creo que estoy sobre analizándolo todo. Lo mejor será que el me explique lo que significa y no sacar conclusiones apresuradas.
Guardo la venda y el satén negro dentro y cierro la caja. Me levanto del suelo y salgo de la habitación en su búsqueda. En cuanto salgo al corredor puedo verlo al final, parado frente a los cristales panorámicos de la sala de estar. Camino en su dirección. Como voy descalza sé que no me sentirá llegar. Mientras me voy acercando puedo sentir una música suave comenzar a fluir por los altavoces. Es un instrumental de violín y guitarra, una melodía algo melancólica, pero al mismo tiempo me impulsa a continuar caminando en su dirección. No sé si la letra refleja lo que el quiere expresar. Habla de encontrarlo y hablar con él, que quiere sentirme, necesita escucharme y que yo soy la luz que lo guía a ese lugar donde encuentra paz.
La letra de la canción es bastante profunda.
La sala se encuentra iluminada a media luz. Puedo ver la chaqueta y la corbata colocadas sobre el enorme sofá despreocupadamente. Las luces de la ciudad iluminan la distancia. Alex se ha recogido nuevamente las mangas de la camisa y esto solo hace resaltar más sus musculosos bíceps. Su camisa se ajusta perfectamente a los músculos de su espalda y por un momento, olvido lo que he venido a hacer.
Alex se gira hacia mí justamente en el instante en que me detengo a varios metros de él. Tiene las manos metidas en los bolsillos del pantalón. Frunce el ceño cuando me ve llevando la caja en las manos.
-Necesito que me expliques que significa-el alza la mirada de la caja hacia mis ojos-. Puede que lo haya malinterpretado todo, así que mejor explícamelo tu.
Se acerca lentamente hasta mí. Su mirada azul traspasa la mía. Cuando se detiene, me sonríe levemente, casi imperceptible antes de comenzar a hablar.
-Imagina esta caja como un libro en blanco, uno que aún no se ha escrito y que alguien hábil llenará sus páginas con una hermosa historia. Esta caja vacía, es para que la llenes de recuerdos-no puedo estar escuchando lo que creo estar escuchando-. Quiero que todos nuestros momentos juntos sean memorables para ti. Que atesores cada uno de ellos. Quiero que comencemos una vida juntos Lia. Quiero despertar cada mañana contigo a mi lado y hacerte el amor en cada maldito lugar de este apartamento-sonrío con este comentario, si por el fuera estuviésemos todo el tiempo desnudos-. Quiero poder desvestirte a mi antojo y gritarles a todos que eres mía. Quiero que mis sábanas no sean solo mías, quiero que sean nuestras. Y que tengan tu delicioso e intoxicante olor a coco. Quiero todo contigo, Lía-hace una pausa-. Porque tú eres todo lo que quiero
Todo lo que necesito. Tú eres Todo, todo.
Sus palabras me han dejado de piedra. Esto es más que una confesión de amor. Mientras asimilo lo que significa todo lo que me está diciendo, dejo que las emociones tomen el control sobre mí. Se me ha hecho un nudo en la garganta y mis ojos se han hecho agua por un momento. Me concentro en la letra de la lenta canción que suena de fondo para controlar las lágrimas de emoción que amenazan con escapar. Y justo en ese instante, el tempo de la canción cambia a uno más rápido y puedo escuchar las últimas palabras que Alex me acaba de decir.
Y entonces Alex se saca las manos de los bolsillos y me muestra una cajita de terciopelo negra, coloca una rodilla en el suelo y alza la mirada hacia mí.
-No quiero que seas mía, quiero ser tuyo. ¿Te casarías conmigo?
¡Oh Dios! ¡Creo que voy a llorar de la emoción! Esto jamás pasó por mi mente cuando creí que me pediría matrimonio. Y, sin embargo, no creo que hubiese necesitado decirme tantas cosas hermosas. Mi respuesta no va a cambiar nunca.
-¡Sí!-exclamo embargada por la emoción. Alex sonríe ante mi respuesta. -Pero-la sonrisa desaparece de su rostro. Me arrodillo en el suelo frente a él y coloco la caja a un lado-, quiero que me ayudes a llenar esta caja de recuerdos, no quiero que sean solo míos, quiero que sean nuestros.
Alex vuelve a sonreír ante mis palabras y se arrodilla de la misma forma que yo. Le extiendo la mano izquierda con una sonrisa. Abre la cajita y saca el hermoso anillo de su interior. Es una sencilla banda de oro blanco con un zafiro en forma de corazón. Es simplemente hermoso y de solo verlo, siempre recordaré a Alex. Me coloca el anillo lentamente en el dedo y después lo besa.
-Creo que esto merece una celebración. -me dice guiñándome un ojo.
-Espera aún falta algo más. No has visto lo que hay dentro de la caja-la recojo del suelo y la sostengo con una mano mientras con la otra la abro. La cara de sorpresa de Alex es única. No creo haberlo sorprendido jamás-. Ya he comenzado a atesorar nuestros recuerdos-saco la venda de kick boxing-. Esto es de la primera vez que me hiciste tuya-la coloco en su cuello-. Y esto, es de mi primera sesión de fotos desnuda. -le digo mostrándole el paño de satén negro que envolvía la caja-. ¿Lo hiciste a propósito? -Alex me sonríe.
-Quise hacer algo especial, que todo fuera importante para ti, para los dos. Y que más especial que envolver nuestros recuerdos juntos, con parte de ellos.
-Ha sido perfecto.
-Y para que sea aún más perfecto, que tal si brindamos con champagne.
-Suena perfecto.
Alex deja la caja a un lado y se pone de pie. Me tiende la mano y me ayuda a levantarme. Entrelaza sus dedos con los míos y me conduce hacia la cocina, saca la botella de champagne de la nevera y me la tiende.
-Sostén esto. -me pide mientras coge una cubitera, que llena de hielo, y dos copas-. Vamos a celebrar de una forma diferente. -me dice ofreciéndome su brazo.
Me sostengo de él y dejo que me conduzca hacia el pasillo que lleva hacia la habitación.
-¿Me enseñarás algún día las fotos que tomaste?
-Puede ser-nos detenemos frente a la puerta cerrada de su habitación-. El que utilizara la venda y el satén para envolver la caja, tiene más que ver con la nueva decoración de nuestra habitación. ¿Me ayudas?
Abro la puerta y entro en la habitación sin procesar sus últimas palabras. Camino hasta los cristales panorámicos y me giro hacia él. Solo entonces comprendo lo que quiso decir. Decorando la única pared de la habitación, se encuentran una serie de fotografías, de diferentes tamaños y a todo color. Apenas se distingue las personas que se encuentran en las imágenes, pero las posiciones dejan muy poco a la imaginación. Me acerco para admirarlas mejor y me detengo en una muy seductora.
-Esa es mi preferida-susurra en mi oído-. No hay nada mas sexy y excitante que tu rostro descompuesto de placer.
En la foto estoy claramente excitada. Pero quien la vea no lo sabrá, no sabrá que estoy disfrutando y haciendo que Alex casi pierda el control. O que en ese preciso instante estaba por llegar a otro orgasmo intenso y arrasador.
La foto es un acercamiento de mi boca, mientras me muerdo el labio inferior, y de mi nariz y mi cuello.
Y así son todas. Sensuales y seductoras, donde claramente hay una pareja teniendo sexo sobre una cama cubierta de satén negro.
-¿Te gustan?
-¿Lo dices en serio? ¡Me han encantado! Tienes talento para la fotografía. Creo que deberías hacer una exposición.
-Lo pensaré, pero no me gustaría que nadie más que no sea yo te vea así.
-Solo tu sabrás que soy yo.
-Puedes llamarme posesivo y controlador, pero te quiero toda para mí.
-Soy toda tuya. -le respondo con una sonrisa.
-Me alegra que te hayan gustado, porque eso es lo único que está permitido en esta habitación-se separa de mi y coloca la cubitera y las copas en una mesita.
Camino en su dirección y le tiendo la botella de champagne que Alex abre rápidamente y vierte en ambas copas.
-Por una vida llena de perversiones. -no puedo evitar reírme antes su comentario.
-Por una vida llena de seducción y pasión. -le respondo mientras chocamos nuestras copas.
Sonrío feliz mientras bebo de mi copa junto al hombre que amo y con el que acabo de comprometerme.
-Lia, ¿eres feliz? -me pregunta de repente.
-Contigo a mi lado, lo soy.
-Pues no te dejaré nunca-chocamos nuevamente las copas y en cuanto bebo mi trago Alex me quita la copa de la mano-. Suficiente de champagne, te quiero bien cuerda para terminar de celebrar.
-¿Me pregunto que tendrás en mente? -inquiero pensativa.
-Tengo varias opciones. Sexo contra la pared, en la ducha, en el sofá...puedes escoger, hay bastantes opciones.
-¿Puedo escoger yo? ¿Lo que desee? -le pregunto mientras voy desabrochando su camisa.
-Lo que desees, es tu noche. -le termino de desabrochar la camisa y se la saco.
-Date la vuelta. -le pido.
Alex me sonríe, pero obedece y después enrollo su camisa y la ato sobre sus ojos, como si fuera una venda, impidiendo que pueda ver.
-Cuenta hasta 10 y sale a buscarme, si me encuentras, dejaré que me tomes como quieras, donde quieras y por donde quieras.
-Una propuesta interesante. Diez...
Comienza a contar y yo salgo corriendo de la habitación con una idea clara en mi mente. Corro rápidamente porque el lugar donde pienso esconderme y esperarlo aún está lejos. Me detengo dentro del ascensor con la respiración acelerada tanto por la carrera como por la excitación. Me saco el vestido y el sujetador y lo lanzo todo al suelo. Me giro y me sostengo del pasamanos del fondo del ascensor mientras inclino mi culo hacia la puerta. Y espero.
No me muevo de mi posición. Ni siquiera hablo cuando lo escucho llamándome. Me quedo muy quieta esperando que llegue a por mí. A medida que transcurre el tiempo, comienzo a preocuparme. ¿Porqué aún no me ha encontrado? Han pasado cerca de quince minutos, creo que debería darle una pista. Se que su apartamento es grande, pero ha tenido tiempo suficiente de buscarme en cada habitación.
-¡Alex! -grito su nombre
-Me preguntaba cuanto tiempo estarías así, sin llamarme, sin moverte.-escucho su voz cerca, pero no está dentro del ascensor, habla detrás de mí, pero incluso así, no me muevo de mi lugar.
-¿Cuánto llevas ahí observándome? -inquiero alzando un poco la vista y viendo su reflejo en los espejos de los paneles.
Está sentado en una banqueta en el recibidor, está desnudo y tiene una copa en la mano. Esto solo significa que se ha divertido observándome en esta posición.
-bastante tiempo-dice mientras le da un trago a su copa-. Ya que te he encontrado-se levanta y camina en mi dirección dejando la copa a un lado en el suelo-., prometiste ciertas cosas antes de jugar a las escondidas.
-Y las cumpliré, cada una de ellas.
-Bueno, quiero tomarte justamente como estás en este instante. No sé como lo hiciste, pero has leído mis pensamientos.
-Soy toda tuya. -le respondo mientras nuestras miradas se encuentran en el espejo.
Alex da varios pasos dentro del ascensor.
-¿Estás lista para mí?
-Siempre.
Alex se pega a mí. Su miembro duro contra mi trasero. Me toma por las manos y me mueve de donde estoy hacia una de las paredes laterales.
-Apoya tus manos en la pared y no apartes tus ojos de mi. -me pide mientras yo obedezco rápidamente.
Alex apoya una de sus manos junto a la mía y con la otra guía su mimbro entre mis piernas. Puedo sentirlo deslizándose en mi entrada, jugando y haciendo que yo me excite aún más y deje escapar un gemido de necesidad. Lo necesito en mi interior.
-Estas jugando con fuego. -susurro si apartar mi mirada de la suya y el sonríe perversamente.
-Lo sé, eres puro fuego y eso es exactamente lo que deseo. Quemarme. Y justo en ese instante, se introduce en mí de una sola vez, haciendo que se me escape un gemido.
Y entonces se queda quieto. Esto me es familiar, pero no quiero que este inmóvil. Necesito que se mueva y me recuerde lo que se siente tenerlo en mi interior. Así que contraigo los músculos vaginales y los relajo nuevamente. Y entonces me llevo una nalgada.
-¡Ah! ¿Y eso porque fue?
- Vuélvelo a hacer y lo sabrás.
Si cree que no me atreveré, está equivocado. Vuelvo a repetir lo mismo y recibo ora nalgada. Pero no me duele, solo siento crecer mi excitación. Mi respiración se ha entrecortado y el escozor se ha convertido en placer. Lo repito unas cuantas veces más y con cada nalgada mi excitación va aumentando. Para la sexta nalgada, estoy casi al borde del orgasmo.
-¿Vas a continuar? -pregunta jadeante-. Podemos hacer esto toda la noche.
-¡No! No podemos. Si me vuelves a dar, me voy a venir.
-¡De veras!
-Inténtalo y verás.
Alex comienza a acariciar mi nalga lentamente y yo asciendo hasta el borde del orgasmo. Levanta la mano de mi piel y por un instante pienso que va a darme esa ultima nalgada que me haga alcanzar el cielo. Pero no lo hace.
Coloca ambas manos en mi cintura y después las sube hasta mis hombros. Deja una en mi hombro y con la otra acaricia mi cuello. Siento su aliento en mi oído y mi piel se eriza completamente.
-Tentadora, pero por más que me gustaría verte llegar al orgasmo con una sesión de spanking, prefiero que lo hagas mientras me muevo en tu interior.
Desliza un dedo por mis labios entreabiertos y atrevidamente deslizo la lengua por él. Y entonces lo introduce en mi boca. Lo chupo y gimo mientras mis paredes se contraen a su alrededor. Alex gime en mi oído antes de comenzar a moverse.
-Solo aguanta un poco más-me pide jadeante mientras acelera las embestidas-. Quiero que terminemos juntos.
Saca el dedo de mi boca y se aferra a mis hombros con ambas manos. Puedo sentirlo bien profundo en mi interior. Cada estocada golpea profundamente y con cada una tengo que concentrarme en no venirme.
-¡Dios! ¡Esto es insoportable! -grito extasiada. No creo poderlo soportar más, golpeo el cristal y cierro los ojos.
-Mírame-rápidamente abro los ojos y me pierdo en su mirada oscurecida de deseo-. No apartes tu mirada de mí. Solo somos tu y yo-jadea sin apartar su mirada de mí. Mi cuerpo casi comienza a convulsionar- ¡Lista!
-¡Si! -grito
-Déjame escucharte gemir de placer. ¡Vente conmigo, Lia!
Y no lo contengo más. Me dejo ir con sus palabras y sus fuertes y certeros movimientos. Ver el rostro de Alex descompuesto de placer no tiene comparación. Sus arremetidas se van deteniendo poco a poco mientras une su cuerpo sudoroso al mío. Tira de mi cuerpo y se sienta en el suelo mientras me abraza por la cintura y comienza a dejar besos por mi cuello y espalda.
-Mmmm. -murmuro mientras entrelazo nuestras manos en mi vientre.
-Ascensor-susurra contra mi piel-. Listo.
-¿Listo? -susurro.
-Esta es solo la primera parada de una noche que promete ser intensa.
Últimamente he descubierto un nuevo rasgo de Alex que desconocía. Normalmente puede llegar a ser tan intenso como seductor. Pero últimamente se ha vuelto todo un romántico. Y eso es algo que me gusta aún más de él. Nunca imaginé que pudiera encontrar el amor o al hombre con el que me casaría cuando nada bueno me había sucedido en los últimos tiempos. Pero creo que finalmente, mi momento ha llegado. Y no creo que haya nada que me evite ser feliz en este momento.
Y mientras me acurruco contra su cuerpo cálido, tengo muy clara la respuesta que le daré a Laura mañana en la mañana.
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Espero les guste este capítulo.
¿Que les ha parecido el compromiso?
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Xoxo
🐦⭐
Este capitulo está dedicado a BrendaLeiva791
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