Capítulo 28
Alex baja del auto y yo hago lo mismo. Pero mientras entrelaza su mano con la mía y caminamos hacia la entrada del club, no puedo evitar sentirme nerviosa y ansiosa al mismo tiempo.
—¿Estás nerviosa? —me pregunta mientras caminamos dentro del club.
—Un poco, no tengo idea de que haremos. —le respondo mientras me dejo conducir hacia el piso superior de los VIP.
Allí, Alex me toma entre sus brazos y comenzamos a bailar bajo la atenta mirada de todos. Y no me pasa desapercibido que todos nos están mirando.
—Todos nos miran. —le susurro.
—Desde luego que sí, estas muy hermosa. —responde antes de robarme un delicado beso.
—No me has respondido que es lo que harás. —Alex acerca su rostro a mi cuello y siento su aliento en mi oído.
—Te haré gritar de placer, eso te lo puedo garantizar.
—¿Estaremos solos? —Alex separa su rostro y me mira fijamente.
No sé porque he preguntado eso. No es como si quisiera que alguien más nos viera mientras tenemos sexo, mucho menos que participara con nosotros.
—¿Te estás ruborizando? —me pregunta mientras yo siento mis mejillas arder aún más. —¿En qué estás pensando?
Y no le respondo. La sola idea de pensar en ser observada o en hacer un trío ha hecho que me excite. Y no es la primera vez. Alex tira de mi hacia una mesa en una esquina de los VIP.
—Espera aquí. —me pide mientras se aleja rumbo a la barra.
Lo observo desde mi lugar ordenar unas bebidas y después regresar donde estamos. Me ofrece una copa de champagne y se sienta a mi lado en el asiento acolchonado.
—Ahora hablemos honestamente y sin secretos. ¿De acuerdo?
—Sí. —contesto mientras le doy un sorbo a mi copa.
—Bien. Te traje aquí porque tengo en mente un delicioso postre que quiero que compartamos, pero al parecer tu tienes otras ideas en mente que me gustaría que compartieras conmigo. ¿Estabas pensando en hacer un trío?
—Solo pensar en que alguien me vea teniendo sexo o que se una a nosotros, hace que me excite.
—¿Quieres hacer un trío? —me pregunta mientras me mira fijamente.
—No lo sé. No sé si me gustaría, no sé si me atreveré. No sé si seré capaz de dejar que alguien que no conozco o que no seas tú me acaricie.
—¿Quieres intentarlo?
Se que mi boca se debe de haber quedado abierta y que mis ojos deben de haberse abierto de par en par. Me bebo toda la copa de un golpe. Esto no estaba en mis planes de esta noche. Pero no sé porque asiento mientras él sonríe levemente.
—De acuerdo. —me dice poniéndose de pie. —Vamos. — me tiende la mano nuevamente y la tomo sin dudar.
Alex me conduce al pasillo donde están las habitaciones y se detiene frente a la puerta con el número 3. No tengo ni idea de que hay detrás, pero lo descubriré muy pronto. Alex abre la puerta y al igual que la habitación 5, hay un pequeño recibidor con perchas para colgar la ropa. Y sé que es lo que hay que hacer. Dirijo mis manos al cierre del vestido y Alex me detiene.
—No te desnudes. —me dice sacándose la americana. —Quiero ser yo el que te saque ese vestido.
Y no muevo mis manos. Lo observo desnudarse y colgar su ropa cuidadosamente hasta quedar completamente desnudo. Abre un pequeño armario y saca una venda negra.
—Debo vendarte los ojos. —me dice mientras sostiene la venda en el aire.
Me giro y lo dejo vendarme los ojos. Hace mucho tiempo que no lo hace. Alex ajusta la venda a mis ojos y mi mundo queda completamente a oscuras.
—Así será mucho más fácil todo. —susurra en mi oído antes de comenzar a guiarme.
Siento la puerta abrirse y Alex me guía por los hombros hasta el interior de la habitación. Lo primero que siento es la dulce melodía que inunda mis oídos. El volumen está alto, así que, aunque aguce mis sentidos para sentir la presencia de los demás, no lo lograré.
Mentiría si dijera que no estoy nerviosa. Lo estoy. Siempre que involucra a Alex o a su club no sé que puedo esperar. O si estoy preparada para lo que él tiene planeando. Y mientras me dejo conducir dentro de la habitación, no tengo idea de que me espera. Puedo hacer una suposición por lo que conversamos antes de entrar aquí. Alex detiene sus pasos.
—¿Estás nerviosa? —susurra en mi oído mientras sus labios descienden hacia mi cuello y hacen contacto con mi piel.
—Sí—dejo escapar en un jadeo.
—No debes estarlo. No haremos nada nuevo, solo lo que ya hemos hecho. Pero igual si deseas que me detenga en algún momento, solo debes pedirlo, ¿entendido?
—Sí—respondo con voz trémula.
Eso no es exactamente lo que me preocupa.
—¿Cuántas personas hay en la habitación? —le pregunto.
—Las necesarias para satisfacerte. Ahora vamos a desnudarte, pero primero, necesitarás algo más. —susurra antes de apartarse de mi. —No te muevas.
Alex regresa donde estoy unos segundos más tarde y aparta mi cabello a un lado antes de colocar algo en mi oído y pegado a mi rostro.
—Es un intercomunicador, así podrás escucharme y yo a ti.
—De acuerdo.
Sus manos se deslizan por mis hombros y siento como da la vuelta y comienza a dejar besos por mi columna vertebral mientras desciende hasta el cierre del vestido. Todo mi cuerpo reacciona ante su contacto y las descargas eléctricas se distribuyen por toda mi piel. Y entonces siento como baja el zipper del vestido.
—Esto no lo esperaba. —susurra mientras continúa besando mi piel desnuda de un hombro a otro.
—El que escogiste, no podía ponérmelo con este vestido.
Sus manos, que descansan en mis hombros, comienzan a deslizar las mangas hacia abajo y con ellas también el vestido por mi cuerpo hasta que queda ajustado a mis caderas, justo sobre las nalgas. Sus labios descienden besando mi piel por toda la columna. Sus besos hacen que gemidos escapen de mis labios y que todo mi cuerpo se estremezca de puro placer.
—Ahora veamos lo que traes debajo.
Sus dedos se cuelan por dentro del vestido, pero separados sin tocar la ropa interior. Y siento como el vestido poco a poco comienza a deslizarse por mi piel.
—No quiero que pienses en nada. Solo quiero que sientas. —va diciéndome mientras comienza a bajar el vestido por mis piernas. —Quiero que sientas el roce de las manos en tu piel. —desliza levemente y casi imperceptible sus dedos por mis piernas haciendo que mi respiración su vuelva aún más dificultosa. —Quiero que sientas la música en tus venas. —puedo sentir el bit de la música muy dentro de mí. —Solo quiero que pienses en una cosa. —el vestido llega al suelo y siento sus manos subir recorriendo nuevamente mi cuerpo. Y entonces susurra en mi oído. —Placer. Eso es en lo único que tienes permitido pensar hoy. Ven conmigo.
Me toma de la mano y me hace salir del vestido mientras me conduce hacia algún lugar desconocido de la habitación.
—Me gusta el encaje que traes puesto, vamos a dejarlo en su sitio por el momento. Siéntate.
Hago lo que me ha pedido y me siento en algo acolchado. Coloco las manos junto a mis piernas y las extiendo hacia los lados. Estoy sentada en un banco de no más de un metro de ancho. Se siente muy suave y cálido, así que satén no es.
—¿Esto es un banco? —inquiero mientras continuó explorando el banco con mis manos.
—Veo que estás haciendo uso de tus otros sentidos. Sí. Ahora acuéstate. —me pide mientras comienza a dejar besos en mi cuello y me va inclinando hasta hacerme quedar acostada completamente. —Sube las manos por encima de la cabeza. —me pide antes de apartar su boca de mi piel.
No dudo ni un segundo en hacer todo lo que me pide. Aún estoy nerviosa, pero sé que todo lo que Alex está haciendo termina proporcionándome un placer indescriptible, así que lo dejo hacer todo lo que desee conmigo. Subo las manos por encima de la cabeza y él las toma, las estira y las acomoda antes de cerrar algo acolchado sobre cada una de ellas. Me ha esposado.
—Esto me gusta—siento su sexy y ronca voz en el oído —. No tienes idea de cuánto.
Separa sus manos de mi cuerpo. Mis pies descansan en el suelo, con los tacones aún puestos. Mi pecho sube y baja con la respiración acelerada en anticipación de lo que está por venir. Intento agudizar mi oído, pero es imposible saber qué hace o donde está con la música tronando en la habitación. Siento una mano en mi pierna derecha y automáticamente sé que no es Alex. Su toque no se siente cálido ni suave, ni hace que las chispas y la electricidad brinquen en mi piel. Y automáticamente me tenso.
—Tranquila, solo siente. —su voz me calma al instante y más cuando siento su mano deslizándose por mi otra pierna.
Me relajo y dejo que una mano desconocida recorra mi cuerpo. Sube desde mi pierna por todo el contorno de mi cuerpo y vuelve a bajar. Se separa de mi y unos instantes más tarde la vuelvo a sentir desatando mis zapatos. Dejo que me saquen los zapatos unas manos desconocidas.
—¡Alex! —necesito saber dónde está.
—Enseguida estoy contigo. —responde mientras las mismas manos que sacaron mis zapatos, ahora masajea uno de mis pies.
Y no puedo evitarlo. Se me escapa un gemido mientras unas manos fuertes y poderosas presionan puntos sensibles que no sabía que existían.
—¿Te gusta?
No consigo hablar. Lo único que puedo hacer es contener un gemido mientras me dejo envolver por la sensación placentera que comienzo a sentir. Cuando termina con ese pie, cambia hacia el otro. Y esto solo hace que mi excitación crezca aún más. Para cuando termina de masajear mis pies todo mi cuerpo está palpitando de deseo. Vuelvo a sentir dos manos ahora deslizándose desde mis piernas y hacia mis muslos, pero ese toque si lo reconozco. Las manos abren mis piernas y entonces siento su boca en la parte interna de uno de mis muslos. Su ligera barba envía señales hacia mi cerebro. Señales placenteras que se dispersan por todo mi organismo. Sé hacia donde se dirige su boca perversa y también sé lo que el puede hacer con ella.
Sus manos aprietan ligeramente mis muslos mientras continúan ascendiendo. Rota sus pulgares en círculos, aprieta y continúa ascendiendo. Repite lo mismo hasta que sus manos están en mis caderas y sus pulgares se cuelan por dentro de las bragas y frotan el vértice de mis piernas haciéndome casi convulsionar.
No puedo evitarlo. El gemido sale de mi boca alto y claro sin yo poderlo contener.
—Me estás torturando. —logro decirle mientras muerdo mi labio inferior.
—La idea es extender tu placer hasta lugares inalcanzables, infinitos. Quiero que llegues al cielo y no puedas tocarlo, no hasta que yo te diga que lo hagas. No, no es una tortura, es una lección.
—¿Una lección? — esto no me lo esperaba.
—¿Acaso no estás ávida de conocimientos? —pregunta deteniendo el movimiento de sus dedos.
—Siempre, solo no dejes de hacer lo que estás haciendo.
Lo siento reír mientras reanuda el movimiento de sus dedos en mis muslos.
—Te voy a mostrar lo que tu cuerpo es capaz de hacer cuando alcanza el orgasmo. Y vas a poner a prueba todo lo que has aprendido.
¡Oh dios mío!
Alex me deja sin palabras con el conocimiento que tiene. El sexo con él, siempre es alucinante. Pero sé que estoy por experimentar algo desconocido y mucho más intenso.
—Pero primero. —saca los dedos de mi ropa interior. —Vamos a deshacernos de esto.
Ni siquiera me pide que lo ayude, no lo necesita. En dos segundos la tela ha sido rasgada y el encaje reducido a meros retazos de tela que seguro están esparcidos por el suelo. Se había tardado en volverlo a hacer.
—Ahora vamos a ajustar la altura del banco.
—¡Qué!
—Solo lo digo para que no te asustes, vas a sentir un leve movimiento.
Y entonces siento como mis piernas comienzan a separarse del suelo hasta que están colgando en el aire. Puedo sentir la vibración del banco mientras se mueve hacia arriba hasta detenerse.
—Justo ahí, perfecto. Ahora voy a sujetar tus piernas.
Vuelvo a sentir las mismas manos anteriores como toman una de mis piernas y la mueven hacia un lateral del banco donde envuelven una correa de cuero achochada en mi tobillo. Repiten la operación con mi otra pierna.
¡Mierda!
El banco debe de haber ascendido unos treinta o cuarenta centímetros del suelo. Y ni siquiera puedo ser capaz de ver o escuchar absolutamente nada. Lo único que escucho es el sonido de la respiración de Alex en mi oído. Estoy atada e inmóvil, sin poder ver absolutamente nada y a merced de todo el que esté en la habitación. Y a pesar de todos mis miedos e inseguridades, estoy excitada.
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Espero les guste este capítulo.
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Xoxo
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Este capitulo está dedicado danngilc DanyaZamora
Gracias por su apoyo y por sus comentarios🥰
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