El sonido del violín es mi favorito, claro que el clarinete, la trompeta, la flauta, el chelo y el piano son maravillosos también, pero el violín es mi favorito.

Es melancólico y esperanzador al mismo tiempo. Expresa tantos sentimientos que me obliga a cerrar mis ojos y escuchar. Escuchar cada sonido atentamente. Disfrutando de esa melancolía, de esa calma y calidez que solo escucho através de un violín.

La primera pieza que escuche fue el Ave María de Tsukimori-kun. Creo que nunca podré olvidar ese día, en ese momento cuando la música llego a mi corazón me di cuenta de la belleza que se puede crear con las cuerdas de tan hermoso instrumento.

Quise llegar a ser capaz de tocar así algún día.

Ahora se que desde ese día estoy persiguiendo los pasos de Tsukimori-kun, desde entonces y todo este tiempo eh estado tras él.

Intentando mejorar y convertir la mentira en realidad. Demostrándome a mi misma que puedo ser capaz de tocar piezas hermosas que toquen su corazón tal como su Ave María alcanzo el mío.

Las notas llenas de tristeza pero al mismo tiempo de anhelo y esperanza.

El reflejo de su corazón noble y vulnerable atrapado bajo su fachada de fría seriedad fue lo que pude descubrir escuchándolo tocar.

Extraño su música.

Su manera de tocar.

Esa calma y serenidad que sentía cuando estaba a su lado. Esa magia que recorría mis venas cuando lo escuchaba tocar piezas hermosas y complicadas con tal perfección y sentimientos que pareciera imposible.

Las horas ensayando solo nosotros, charlando entre sonrisas y sarcásticos comentarios.

El aroma de su perfume y esa sensación electrizante que provoca el tacto de sus manos frías sobre mi piel cuando me toca para corregir mi postura o el movimiento de mi mano derecha.

Ahora, sentada en un rincón de mi habitación con mi violín entre mis manos y su chaqueta sobre mis hombros no puedo dejar de preguntarme si volveré a verlo.

No se que es lo que siento por el con total seguridad, solo estoy segura de que no soporto la idea de no verlo nunca mas.

¿Eso es amor?

Se que mis padres duermen pero no puedo evitarlo, tengo que tocar el Ave María. Tengo que sentir como las notas me envuelven y mi mente se llena de calma y felicidad. Recordar su rostro, sus ojos y su música.

Permito que mis manos actúen y el dulce sonido sale del violín, mi mente se llena de imágenes, en todas ellas él esta presente… cada uno de mis recuerdos están llenos de él.

¿Eso es amor?

Las lágrimas caen incontrolables al recordar el adiós. Ese día cuando se marcho para cumplir sus sueños. La chaqueta sobre su cama aun conserva un poco de su aroma y al usarla no puedo evitar recordar cuando me rodeo con sus brazos, el calor y su aroma que me hicieron suspirar y sonrojarme.

La última nota floto en el aire y una lágrima especialmente amarga rodó por mi mejilla…

Eso era amor.

Estaba enamorada de Tsukimori Len pero…

¿Él podría amarme también?.