Estoy junto a ti.

—Bien, repasemos.—Se dijo internamente Jungwon desde las afueras de la casa de Ni-ki, su vecino.—Entras, saludas, entregas el obsequio y te vas.

Si, era el plan perfecto. No era como que le avergonzara un poco mirarlo a la cara después de la pequeña confesión que redactó en su invitación, no claro que no.

—Eso será pan comido.—susurró.

—¿Qué el pan que?—preguntó Jake detrás de el.

—¡Nada!—dijo de manera rápida.

Jake tocó la puerta y quien los recibió fue la señora Nishimura, la madre de Ni-ki. Con una amigable sonrisa se hizo a un lado y los dejo pasar. Eso si que no estaba en sus planes.

En el interior de la casa se encontraban alrededor de unas quince personas, entre ellos adultos quienes suponía que eran familiares y algunos chicos de su clase, quienes eran amigos de Ni-ki. Este último aún no aparecía, cosa que le pareció rara a Jungwon, ¿No se suponía que el cumpleañero tenía que recibirlo? Bueno, eso se preguntaba pero recordó que el cumpleañero era Ni-ki, algo mejor no podía desear.

—Pueden servirse de la mesa.—dijo la señora Nishimura señalando la mesa con bocadillos. Jake no se hizo esperar y sin pensarlo dos veces fue hasta ella. Jungwon suspiro avergonzado e hizo una reverencia.

—Perdone a Jake, él es.. extranjero.—se disculpó Jungwon.

—Son niños, no te preocupes, wonnie.—la mujer sonrió y el menor le devolvió el gesto.

En la fiesta se encontró con Sunoo quién se les unió a Jungwon y Jake junto a un primo suyo, bailaron y conversaron durante la festividad. Pasó cierto tiempo y si se lo pensaba, Jungwon podría decir que fueron horas en las que Ni-ki seguía sin salir de su habitación.

¿Nadie más notaba la ausencia del cumpleañero?

Hace media hora había visto bajar a la madre de Ni-ki con una expresión de melancolía que cambió en segundos cuando sus miradas se encontraron.

¿Nadie más notaba la ausencia del cumpleañero?

—¡Jungwon!—llamaron tras de él.

Volteo y se encontró con el lamentable gesto de tristeza en Sunoo. Jungwon buscó la mirada del contrario, buscando una respuesta a la amarga expresión.

—Es Ni-ki.. hablamos por Kakao ya que aún no aparece. Su gatita estaba estaba enferma y bueno, cuando llegó de la escuela...—relató con una lastimera voz.—ella falleció.

Jungwon abrazó a Kim tratando de brindar algo de consuelo, aunque no era él, el principal afectado, Jungwon sabía lo  sensible que podía llegar a ser Sunoo por sus amigos.

Sunoo ahora lloraba escondido en el hombro de Jungwon quien le daba palmaditas en su espalda.

—Estoy preocupado por él, quiero ir con él pero esta muy deprimido para recibirme.—dijo secando sus lágrimas con la manga de suéter.—No quiere ver a nadie.

Jungwon se separó de Sunoo y mirando a este a los ojos, respondió.

—Tranquilo, intentaré hablar con él.

Si se hubiera tratado de otro tipo de situación, Sunoo evitaría a toda costa que esos dos se encontrarán, pero en momentos como esos, no creía que alguno de los dos empiece con alguna de sus escénitas.

Nadie a excepción de Sunoo, Jungwon y la madre de Ni-ki sabían por lo que pasaba el último mencionado.

No sabía como tomó coraje de pensar intentar hablar con él, pero sin vuelta atrás, sus nudillos tocaron suavemente la puerta que correspondía a la habitación de Ni-ki.

—La fiesta es abajo.—fue lo único que salió. Pero Jungwon no se rindió y tocó una vez más.—¡Dije que es abajo!

Unos fuertes pasos se aproximaron y Yang se alejó unos centímetros de la puerta cuando se dio cuenta de ello.

—Oh.. solo eres tú.—susurró el menor, no se le podía ver el rostro pero su voz temblaba con cada palabra. Ni-ki había estado llorando.

—¿Puedo entrar?

El menor no respondió, giró sobre sus talones y se adentro al interior de su habitación, pero en ningún momento cerró la puerta. Lo tomó como una señal y  finalmente entró cerrando la puerta tras de él.

—No entiendo porque se esfuerzan, es claro que nada será como antes, alguien muy importante acaba de irse.

—¿De qué hablas, Niki?

Ni-ki aspiró y soltó el aire en un largo suspiro.

—Aurora, mi gata, estaba algo enferma y en tratamiento, hoy por la mañana estaba algo débil y pensé que solo estaría algo cansada, pero cuando llegue de la escuela ella.. ella ya se había ido.

Tal y como lo hizo con Sunoo, limitó la distancia entre ellos, diferente a Sunoo, abrazó a Ni-ki con más fuerza. Tal vez no se llevaban de la mejor manera pero entendía a Ni-ki perfectamente. Sabía lo que se sentia el dolor de perder a una mascota.

—Esta bien, está bien, puedes hacerlo.

Ni-ki no cuestionó la situación, solo no soporto más y volvió a romper en llanto. Gritaba y sollozaba por su tan querida mascota pidiendo que por favor volviera, aunque sabía que sería inútil.

El día de su cumpleaños número doce, la despedida de su mejor amiga, que desastre.

—Ella estuvo en sus últimas horas de vida y no pude acompañarla, Jungwon.

Jungwon asintió y brindó suaves caricias en su espalda tratando de aliviar y calmar un poco a Ni-ki.

—Ella ahora está en un lugar mejor.—susurro suavemente.—Es difícil de procesar, lo sé, pero debes ser fuerte Kiki. Aurora cumplió su rol de hacerte feliz y tu de cuidarla y brindarle tu amor hasta donde se te permitió, el cariño era mutuo y hoy en tu día especial no creo que a Aurora le haga feliz verte así.

—Si, pero no es sencillo continuar como su nada cuando una parte importante de mi vida ya no me hará compañía.

—Entiendo, no te estoy pidiendo que actúes como normalmente lo haces, es duro, tómate el tiempo que necesites para afrontarlo.

Ni-ki se acomodó mejor en el hueco entre su hombro y su cuello y asintió soltando pequeños hipidos de vez en cuando.

—Gracias y perdona que me tengas que ver así.

—No, está bien, no te preocupes, no me molesta.—dijo separándose de Ni-ki—Si quieres puedo llamar a Sunoo y podríamos-

—¡No!—gritó de inmediato y se aclaró la garganta.—Es decir, no, no me gustaría que me vea así, ni el ni nadie, ahora mismo estoy tan ido que no mido mis acciones pero puede que a más tardar me avergüence y.. simplemente no.

—No está mal llorar Ni-ki.—contestó abrazando por los hombros al menor.—Pero si esa es tu decisión, la respeto.

Ni-ki solo le atinó a asentir.

—Si quieres despejarte, conozco un buen lugar.

—¿Si?

Jungwon asintió sonriendo.—Sígueme.

[♡]

—Las estrellas el día de hoy se ven fabulosas.

—Y la brisa es refrescante a esta hora de la noche, es relajante.

Ni-ki asintió posicionando sus brazos detrás de su cabeza y Jungwon lo imitó.

—No es tan cómodo estar acostado aquí que en mi cama, pero de alguna manera, me gusta.

El mayor volvió a asentir.—Con el tiempo te acostumbras.

Ni-ki no recordaba como es que había cedido a subir al techo de su casa y acostarse sobre este, pero ahí estaban, en el techo con una excelente vista y ambiente agradable.

—¿Te sientes mejor?

—Lo estoy.—respondió.—Gracias por esto.

—No hay de qué.—comentó sonriendo.

—No creí que..

—¿Qué alguien como yo viniera a tu rescate?—inquirió con una sonrisa de lado.

—No alguien como tú, si no, tú específicamente.

—Uhm.. ya veo, bueno, yo tampoco lo sé. Pero llegué en el momento indicado, ¿o no?

—Lo hiciste, a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros. Lamento haber sido una molestia durante todos estos años.—soltó un largo suspiro y continuó—A veces no medía lo que decía y no controlaba mis emociones. Perdona haberme burlado de ti, hacerte la vida imposible y molestarte, entiendo que me odies pero de verdad me arrepiento de todo lo que te hice y no sólo por el favor que me estás haciendo hoy, realmente soy patético.

Ni-ki cubrió su rostro con una de sus manos avergonzado.

—Ni-ki, yo no te odio. Creo que el odio es un sentimiento demasiado profundo y consumidor para alguien como yo. No negaré lo mucho que me hacías enojar con tus bromas y ocurrencias pero jamás llegue al punto de odiarte, ni a ti, ni a nadie.

—¿Crees que podamos olvidarnos de todo y empezar de nuevo?

—Olvidarme de todo creo que resultaría imposible..—dijo soltando una risa.—Eres parte de mi infancia y vida como puberto en crecimiento, así que.. sería una misión muy difícil.

—Tienes razón. Entonces.. ¿Podemos ser amigos?

—Veremos que sucede más adelante, por ahora, me perdono y te perdono, creo fielmente que esa es una buena manera de empezar a hacer las cosas bien.

—Siempre envidie tu inteligencia, sabes.

—Y yo tu sinceridad.—agregó Jungwon.—Realmente asusta.

Ambos rieron al unísono y continuaron su conversación entre chistes, bromas y anécdotas. Si Ni-ki la pasaba mal, Jungwon estaría allí para saciar esa sed de consuelo que no se había atrevido a pedir.

Este fic ya traía telarañas, ha pasado mucho desde la última vez que lo actualice, increíble.