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7. Asher

Canción: Wind of change - Scorpions


La primavera acababa de comenzar, pero aún sentía frío. Lloviznaba un poco y empezaba a arrepentirme de aceptar la invitación de JJ a jugar tenis. No obstante, Bea había insistido en que salir con él sería una buena manera de recuperar terreno en una relación a la que ella le veía más importancia que yo. Sobre todo, porque la teoría de mi exnovia era que mi actitud indiferente había sido la culpable de que él se comportara como un idiota.

No le dije que me parecía una tontería y que yo no tenía la culpa de que él fuera menos contratado, y, en su lugar, me encontré conduciendo hasta el club Athalia para jugar con Jayden Jones, la persona a la que más tiempo llevaba conociendo en el medio y con la que, en teoría, no me soportaba. Lo que era decir mucho porque, en nuestros inicios, incluso habíamos compartido departamento por ser los protegidos de Lexie, cuando ni Rouse Management, nuestra agencia, creía lo bastante en nosotros.

Llegué al club unos minutos antes de lo previsto y, cuando salí del auto, agradecí que el lugar escogido incluyera canchas bajo techo. Nacer en tierra caliente todavía me pesaba y si podía evitar el frío, lo haría con gusto.

Entregué al valet parking las llaves de mi auto y subí las escaleras frontales del elegante edificio de tres plantas en blanco y negro que se alzaba frente a mí y custodiaba los extensos jardines traseros para practicar deportes y realizar actividades al aire libre.

El club Athalia era tan exclusivo que no dudé que la intención de JJ fuera presumir su membresía. Bufé y asentí a los dos guardias de seguridad que abrieron las puertas tintadas para que entrara a la recepción en la que mosaicos en tonos vibrantes y hermosas esculturas de mármol con deportistas me dieron la bienvenida. Caminaba a registrarme con las dos bonitas chicas que me sonreían desde un alto mesón de mármol, cuando escuché mi nombre. Era JJ quien acababa de entrar y avanzaba con premura hacia mí, elevando su mano derecha en señal de saludo.

—JJ. —Asentí al tenerlo en frente y extendí mi mano para agitar la suya.

Jayden medía lo mismo que yo, sin embargo, su piel era un poco más tostada y poseía un cuerpo más trabajado, debido a su afición por los deportes. Tenía el cabello negro y ondulado, y casi siempre estaba alejando mechones de su rostro.

Había venido cambiado, al igual que yo, pero su ropa era color blanco, contraria a la mía, por completo en negro.

—Llegas a tiempo, Ash, pensé que me rechazarías otra vez —murmuró liberando mi mano.

—Lo consideré, pero no podía perderme una invitación a un lugar tan exclusivo.

—Me imaginé que aquí no te negarías.

—Imaginaste bien —confirmé y golpeé su hombro derecho de forma amistosa—. ¿Tengo que inscribirme o algo así?

—No, no te preocupes, ya lo he arreglado por hoy.

—Bien, entonces, ¿vamos? Muero por verte morder el polvo.

—¿Puedes decir eso sin morderte la lengua? —cuestionó y me entregó una tarjeta en las manos para pasar uno de los torniquetes tras las fuentes—. ¿Debo recordarte nuestro último juego en LA?

—Eso fue suerte —aseguré, pero mis risas tuvieron que haberle dicho que bromeaba, porque él también rio.

Así, me dejé guiar a través de unas enormes puertas de cristal, que nos separaban de la recepción, hasta el área común, en la que varias mesas y muebles eran ocupados por una que otra celebridad y un par de personalidades de la política. Hubo saludos y un par de asentimientos, y más tarde estuvimos en el área de las canchas sintéticas internas, donde el sonido de pelotas siendo golpeadas nos recibió.

Abandoné mi bolso en la banca junto a la puerta y me dirigí con mi raqueta al lado contrario de la red, lo más alejado de la puerta de ingreso.

—Tranquilo, Ash, no habrá acosadores aquí.

—Solo asumía que eras buen anfitrión y me dejarías escoger el lado que quisiera —repliqué, tomando una pelota de la máquina dispensadora.

JJ decidió permitirme esa victoria y, mientras organizaba sus cosas en la banca junto a la que escogí, yo me dediqué a observar, a través de los cristales, los juegos de al menos tres parejas más en las canchas adyacentes.

—Cuéntame, Ash, ¿tienes planes ahora que acabó la serie? —JJ llamó mi atención y me asintió para que hiciera el saque.

—Nada seguro todavía, aunque Lexie mencionó que me ofrecieron el protagónico de una película animada por la que no estoy muy entusiasmado —respondí, retornando la pelota con un drive.

—¿La de Disney? ¿Se te metió humo en el cerebro? Es una oportunidad excelente.

—La mejor pagada sí, pero no la que quiero.

—¡¿Te has vuelto loco?! —cuestionó e incluso ignoró la pelota para mirarme indignado.

—Espero que sepas que voy ganando.

—Lo que sea, Ash, pero ¿en serio vas a rechazar a Disney?

—No rechazo a Disney, rechazo esa película en particular. De cualquier manera, el guion está con nosotros, léelo y presenta la audición —ofrecí y pude ver su incredulidad incluso a la distancia que estábamos.

—No luzcas tan sorprendido, hombre, que la mitad del tiempo el insufrible eres tú.

—Idiota.

—Sí, sí, lo que digas, suerte con la audición.

El resto del tiempo se trató de Jayden pateándome el trasero, y yo utilizando cualquier excusa para distraerlo o invalidar sus puntos. Nuestra condición física era buena y no fue hasta el segundo cambio de lado en la cancha que comenzamos a notar el cansancio.

Tenía que admitir que había sido divertido y que JJ era un buen compañero para pasar el rato, aunque no supiera dejar de presumir cuán genial era.

—Tienes que aceptar que yo sería un león cool.

—JJ...

—Admítelo, hombre, no perderás tu dignidad más de lo que ya la perdiste en el juego —insistió y me hizo comer césped sintético con su último golpe.

—No necesitas que lo diga, tienes las miradas de esas chicas puestas en tu espalda —respondí, señalando al grupo de chicas que habían tomado la cancha a la izquierda nuestra—. Parece una práctica universitaria, ¿escogiste el día a propósito, cierto?

—Nunca imaginé que tu derrota sería tan humillante. Mi única intención era conseguirnos un par de citas —murmuró, encogiéndose de hombros y estirándose lo suficiente para mostrarle su trabajado abdomen a las vecinas.

—Por el amor de Dios, JJ, sé menos evidente —juré y me senté en el césped con las piernas cruzadas.

—¿No te cansas de estar encerrado en tu casa, Ash? Necesitas salir y recibir vitamina D en tu no tan bronceado cuerpo. Es más, ¿te apuntas a invitar a las vecinas a tomar un trago en el bar?

—Están en un partido, JJ, y por cómo practican es probable que sea para algún torneo.

—¿Te creíste que la gente no descansa, cabezón?

Reí tan fuerte que tuve que dejarme caer en el césped. No había escuchado ese apodo desde hacía varios años, cuando JJ me había atrapado ebrio y muy caliente con Bea en la cocina de nuestro departamento. Había querido vestirme muy rápido y, por error, había escogido la camisa de ella que de ningún modo encontró forma de pasar por mi cabeza.

—¿Eso significa que las invitamos? —preguntó el pelinegro, llegando hasta donde me encontraba y dejándose caer a mi lado.

—No, eso significa que me alegra de haber venido —reconocí y llevé mis brazos para colocarlos en la parte de atrás de mi cabeza.

—¿Por las chicas guapas?

Rodé los ojos.

—Claro que por las chicas, ¿por qué más sería?

—Para que quede claro, ellas me elegirían a mí.

Y allí íbamos de nuevo con su ego. No obstante, en esa área, yo sí podía darle guerra.

—¿Qué importa un abdomen cuarteado cuando eres Asher Lynn? —repliqué.

—Mi querido Ash, en el remoto caso de que no sean tus fans, ¿qué harías?

—Recalca «remoto».

—Sí, sí, bueno, pero ¿qué es lo primero que se ve cuándo invitas o aceptas salir con alguien? —Su pregunta estuvo acompañada de un golpe en mi estómago por el que tuve que contener el aire—. Quien diga que no el físico, miente y lo sabes.

—Miente —acepté, retornando el golpe en su dirección, pero usando la raqueta.

JJ tosió y tuvo que sentarse. Yo reí y me senté también.

—Fíjate, incluso en la actuación, conozco a muchos que no actúan bien y los llaman por su físico.

—Espero que no estés asumiendo que te diré que no eres uno de esos.

—Ya has hecho el cumplido, Ash. Pero no lo necesito, todo lo que hace falta es que tenga la oportunidad y me llenaré de premios.

—Sé que así será —concedí.

—Ahora, dado que rechazarás la película animada, ¿qué tienes planeado? No eres el tipo de persona sin un plan.

Miré a JJ sorprendido y me pregunté qué otras cosas eran lo bastante claras para él, aun cuando no teníamos una amistad en toda regla. ¿Pensaría él lo mismo que Bea y Pace? ¿Se sentiría tranquilo si le dijera que, en realidad, no todos me amaban ni eran mis fans? ¿Que la única persona de la que quería apoyo no me lo ofrecía?

Tardé demasiado en dar una respuesta y el «Olvídalo, no tienes que decirme» de Jayden fue lo que me regresó a la realidad.

—No es que no quiera decirte, es que ni siquiera es seguro, porque sería una producción muy costosa. Pero el director quiere hacer un piloto para ver si consiguen aprobación y, de verdad, quiero que se dé.

JJ me observó curioso y me sentí de vuelta en nuestros primeros días juntos, cuando Lexie invitaba la cena para ambos y ella y yo lo escuchábamos hablar por horas acerca de sus intenciones de ser fisicoculturista profesional y cómo se convenció más tarde de la actuación. Juraba que su historia sería como la de Arnold Schwarzenegger y que llegaría a la gobernación de California a los cincuenta.

—¿Has escuchado hablar de la saga Crónicas de Umbrarum?

—¿Quién no? —Bufó.

—Bueno, quiero ser Alhaster, el protagonista.

Hubo auténtica emoción en la sonrisa que recibí de su parte, pero JJ tuvo que cagarla y, ¿por qué no?, ser el mismo que recordaba y con el que disfrutaba pasar el rato.

—¿Será suficiente para ti mostrar tu cara en menos del cincuenta por ciento de la película? —Se burló, no pasando por algo la calidad de dragón de mi personaje.

—Con una sola vez bastará para robar todas las cámaras —repliqué puntilloso. Sin embargo, me puse de pie sin permitirle un embate.

Había sido demasiado y empezaba a sentir que, si tardara un poco más, terminaría por contarle a Jayden que la motivación de mi estancia en ese lugar no había sido la exclusividad ni las chicas hermosas, sino que quería probarle a Bea que la reunión sería un desastre y que su teoría era falsa.

Que en realidad JJ fuera un buen tipo y que yo tuviera que detener la reunión para no admitir mi derrota fue suficiente. Sin embargo, aunque se levantó tal como yo lo hice, el rizado lució menos interesado en marcharse.

—No entiendo, ¿harás audición? ¿No te darán el papel por ser tú?

—No me regalan los papeles, Jay —respondí riendo y logrando que, como pocas veces, luciera avergonzado.

—No me refería a eso.

—Lo entendí, tranquilo. El tema es que no me parezco al protagonista y el director cree que no podría igualar mi salario al de Made in Heaven.

—Es que solo Modern Family podría... o Disney.

—Sí, lo tengo clarísimo, pero quiero esto y ya hice audiciones la semana pasada. Me enteré gracias a Noah, porque su novia es hija del productor.

—Maldito suertudo.

—Que el infortunio de mi amigo me sirviera no me hace feliz, pero prometí que lo apoyaría cuando esté en depresión post-ruptura.

—¿Por qué Pace y tú se divierten con eso? —preguntó con el ceño fruncido.

—Debido a que no podemos divertirnos con sus novias, toca celebrar cuando se van.

—Fingiré que entiendo eso —respondió y señaló a las universitarias—. ¿Y si jugamos un dos de tres sets en pareja con las vecinas antes de salir por una bebida?

—Preferiría no ser humillado otra vez, Jay. Además, no sabes jugar en equipo, querrías golpear la pelota siempre.

JJ se encogió de hombros y, sin darme una respuesta, tomó una pequeña toalla y una botella de agua y se encaminó hacia las mujeres. Cuando estuvo con ellas, las chicas rieron observándome y no dudé un segundo que me había tomado de chiste, pero me negué a seguirle el juego y recogí mis cosas para buscar los vestidores.

Necesité preguntarle a uno de los encargados para ubicarme, pero, una vez estuve dentro, me permití celebrar por un primer y no terrible avance.

«Tenías razón», texteé a Bea y recibí un emoji emocionado en respuesta.

No agregué nada más y abandoné el teléfono junto a todas mis cosas en el casillero asignado a mi tarjeta de invitado, para ir a tomar a una ducha en la silenciosa cabina de vidrio ahumado cuya intención zen no hizo más que retornar las dudas que había querido ignorar los últimos días.

¿Estaría bien? ¿Por qué nunca me dejó un mensaje sobre su nueva ubicación? ¿Papá estaría siendo bueno con ella ahora? Y, sobre todo, la pregunta que había rechazado por días, pero que no podía parar de hacerme: ¿estaría viva?

Recosté la frente en la pared y dejé que el agua golpeara mi espalda.

—No, no puede estar muerta, el abuelo lo sabría y me habría llamado... —me dije, aunque no pude convencerme de una mierda, porque era probable que mi abuelo supiera aún menos que yo.

Para él, ella había muerto desde el día que yo había nacido. Y tal vez había sido así, porque la mujer que ellos narraban no era la que me había criado. Sin embargo, tampoco era la que me había rechazado o me había borrado de su vida.

¿La verdad? La verdad es que no tenía ni puta idea de quién era, pero sí sabía que casi todos los buenos recuerdos de mi infancia habían sido con ella y que, si no comprobaba que estuviera bien, yo no lo estaría.

Salí de la ducha decidido. Ni siquiera me permití cambiarme y, con la toalla envuelta en mi cintura, corrí hasta el casillero. Saqué el teléfono, ignorando las nuevas respuestas de Bea, y marqué a la única persona que podría pedirle ayuda en esas circunstancias.

—Dime, por favor, que lo reconsideraste —respondió Lexie, después del primer timbrazo y sin permitirme un saludo cordial.

—También te quiero, Lex, pero no lo hice. Quiero ser Alhaster.

—Tenía que intentarlo —suspiró mi mánager, que sonaba como si estuviera atrapada en un lugar lleno de niños—. Es una muy buena oportunidad y sería tu primera película en cine.

—Confía en mí. Crónicas de Umbrarum funcionará bien a largo plazo, el único problema es que la producción es costosa, pero, una vez vean que es rentable, lo aprobarán.

—No voy a discutirte los porcentajes de incertidumbre, pero vamos a hacerlo. Si pudimos con MIH, podemos con lo que sea. Hablaré con la agencia.

—Gracias, Lex.

—Somos equipo, Ash, no hay nada que agradecer. Sin embargo, no me llamaste por esto, ¿qué pasa?

—Sí —confirmé y me senté en una pequeña, pero elegante banca de madera frente al casillero que aún permanecía abierto con mis cosas en su interior—. Necesito un enorme favor.

—¿Debo preocuparme? ¿Te metiste en problemas?

—No es eso, es que... —Suspiré—. Necesito encontrar a mi madre.

—Aguarda un momento, Ash.

Escuché el momento en que Lex salió de la habitación ruidosa en que estaba y el sonido de una puerta al ser asegurada. Una vez sola, me pidió que le explicara mejor.

Lo hice, le expliqué todo, desde el incidente en la alfombra roja hasta la llamada fallida.

—El problema es que, desde entonces, me he estado comiendo la cabeza y no quiero seguir así —admití, cerrando los ojos—. Necesito un contacto, Lex. Necesito la certeza de que tengo un número al que llamar dentro de veinte o treinta años para oír su voz.

Sentí mi pecho encogerse y por un segundo me vi a mi mismo esperando y sosteniendo el pomo de la puerta cerrada de mi habitación.

—Va a estar bien, Ash, no te preocupes. Buscaré un detective. Será el mejor. Voy a conseguirte ese número, ¿de acuerdo?

—De acuerdo.



Glosario:

(1) Crónicas de Umbrarum es una saga de fantasía y aventura. La historia se encuentra disponible en Wattpad en el perfil de Litmuss (cuenta en donde soy coautora con dos amigas de letras).

(2) Alhaster, el personaje que quiere interpretar Asher, es un dragón y el protector y principal interés amoroso de Ilora, la protagonista de la saga Crónicas de Umbrarum. La historia se encuentra disponible en el perfil de Litmuss (cuenta en donde soy coautora con dos amigas de letras).

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Curiosidad, ¿conocen a Alhaster ya? ¿Vienen desde Litmuss o son lectores que no conocen mi doble vida? xDDD

Capítulo dedicado a la_Lacrontte-Morgan, ¡gracias por tu amor en los comentarios! <3

¡Hora de las preguntas de la historia! Ahora que vamos conociendo un poco más de Ash y su vida.

¿Qué opinan de JJ?

¿Son como Bea y creen que la amistad de JJ debe recuperarse o son incrédulos como Ash?

¿Ash pidiendo ayuda para encontrar a la mamá? ¿Por qué creen que su madre no aparece?

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