12. Sofía
Canción: I Don't Want To Talk About It - Rod Stewart
Lunes 27 de Marzo, 2017
—No puedo cree' que sigas sin ve' el final, Sofi —Se quejó Nati por quinta vez ese día y yo sacudí mis manos exasperada para eliminar los restos de agua en ellas.
Ese lunes había sido tan horrible como siempre. Habíamos servido corrientazos por lo que se sintió una eternidad y yo apenas si había logrado comer a las dos de la tarde, después de lavar un bulto de platos.
Estaba molida. Sin embargo, no así, Natalia, cuyas pilas parecían recargadas, mientras me seguía al abandonar la cocina y a Marcos, que seguía comiendo, recostado en el mesón en que nos pasaba los platos especiales.
—Me embolaté y se me borró del mapa, mija —expliqué con esfuerzo.
Me estaba sintiendo mal. Mi garganta ardía porque el fin de semana había coordinado coreografías por más de tres horas continuas cada día y, por si fuera poco, había tenido que soportar a Louis cuestionarme sin parar la razón de que Luci no le hablara.
Por supuesto, no estaba ayudando que Nati no pudiera dejar ir que no había visto Made in heaven.
—Pero míralo hoy, porfi —suplicó y se adelantó para impedirme abrir al armario—. ¡No me vayas a baila' el indio!
La mujer incluso juntó sus palmas frente a su rostro y, porque me apremiaba sacar el celular y revisar mi Whatsapp para verificar si mi hermano había hablado, cedí.
—Bien, intentaré verlo —dije y me aseguré de sonar lo bastante convincente, antes de hacerla a un lado.
Tal como temía, había una hilera absurda de mensajes de mi hermano.
Manito (07:05)
No me dejaste plata pa la cosita
Manito (09:20)
puedo decirle al d kiosko que te fie?
Manito (09:35)
me dio papitas y jugo
también pedi arequipe x Luci
Manito (09:36)
Ramon dice q debes 12mil del mes pasado
Manito (09:38)
Luci dice que su mamá le dijo q no nos hablara
Manito (09:40)
Dice q la regañaron x su papi y x ti
también q su papi es un actor, pero que no puede decir nombre
Manito (09:45)
PORQ SAPEASTE A LUCI??
SOFIIIIIII, NO PUEDES HACER ESSSO!!!
Masajeé mis sienes y observé el rostro afectado de Natalia.
—No lo vas a ve', ¿cierto? —preguntó con verdadera decepción y me sentí mal al mentirle, así que terminé por ofrecerle la respuesta más honesta que pude formular.
—La verdad es que ya no estoy tan emocionada, Nati, pero lo voy a ve'. —aseguré y me dejé caer en la silla plástica junto al baño—. No ahora, claro. Tengo dos niños enojados y creo que me estoy muriendo.
Había exagerado mi malestar para obligarla a abandonar su intensidad. Sin embargo, una vez recosté mi cabeza en la pared, percibí mis energías drenarse. Cada extremidad en mi cuerpo se sintió pesada y una punzada helada atravesó mi sien.
Mis ojos se cristalizaron y mordí mi labio para contener un quejido.
—¿No te sientes bien?
—¿Qué comes que adivinas? —cuestioné con sarcasmo, pero igual negué como respuesta.
—Doni no te va a deja' quedarte así.
—Debe se' gripa, Nati, y una gripa no ha matado a nadie. Además, he abusado mucho de Doni estos días.
—¿Y? ¿Cuál es el problema? Son como familia.
—No lo son —intervino Marcos puntilloso y yo sonreí a pesar del esfuerzo que me supuso.
No habría sido él si no respondiera de ese modo. Ni siquiera me esmeré en aclarar sus palabras y sacudí mis manos para Natalia, pidiéndole entre dientes que no le parara bolas.
De ese modo, recibí una pastilla y un vaso de agua de manos de él y observé, no sin culpa, auténtica preocupación en el rostro de ambos. Dos personas de las que había sentido celos hacía apenas una semana.
Apuré la pastilla y el agua como si de la premura dependiera mi supervivencia las siguientes horas del día. Sin embargo, cuando intenté ponerme de pie para huir, fui detenida.
—Quédate quieta un rato. Marcos puede acompañarte, yo iré a atender a la señora Eli y dos mesas nuevas.
Sin otra opción, asentí y observé al moreno afirmarse de costado en la pared a mi lado. Él pareció tener algo que decir, así que esperé hasta que, con un suspiro, habló:
—Voy a empeza' una técnica en julio.
—Eso no parece mal...
—Tengo que arregla' unos papeles, pedí varios días a Doni —explicó sin permitirme acabar y resopló con frustración cuando notó que no podría comprenderlo si no era más explícito—. Serán dos semanas y me iré este domingo. No pasaré Semana Santa aquí, Sofi.
Entendí a qué iba; fue bastante claro para mí que su preocupación estaba asociada a Ricky y a las veces que intervino entre ambos. Sin embargo, fui incapaz de asumir la situación con la misma gravedad que él la hacía ver. Incluso me resultó gracioso y se lo demostré riendo, tanto como el dolor en mi cabeza me permitió hacerlo.
Sobre todo, porque, aunque llevábamos más de dos meses sin hablar, y sabía que Doni me ocultaba cuando la llamaba, se suponía que Ricky y yo aún estábamos en alguna especie de relación. Por lo menos, eso creía, ya que no habíamos terminado de manera oficial.
—Sé que Ricky es una persona difícil, Marcos, pero no es un bandido.
—Solo porque le dieron estudios —gruñó entre dientes; tan alto como podía hablar de ese tema en el restaurante—. Habría sido chirrete si su mamá no hubiera cubierto todas sus cagadas.
Sentí el golpe en sus palabras, pero me negué a mostrar comprensión.
—Tuvo una infancia maluca —excusé, utilizando las palabras de Doni, pero me sentí tan idiota como creí que lo haría.
—¡¿Qué carajos, Sofi?! No me vengas con pendeja's, que la mitad de este pueblo tiene familias de porquería y ninguno es tan hijo de puta.
—Ya, tampoco me pegues.
—¿Yo? Cuidado más bien te pega tu noviecito... o tal vez ya lo ha hecho.
Sentí un escalofrío y me acomodé mejor en la silla porque un silbido agudo atravesó mis oídos.
—No puedo seguirte así —susurré, sosteniendo mi sien—, pero, si te calma, no perdonaría a Ricky si me pegara.
—Le has perdonado cosas peores. A ambos, porque Doni nunca te va a pone' primero que al hijo, ¡y tú lo sabes mejo' que nadie!
—¡Bueno, ya! ¡Para el carro, Marcos! Ni me laves ni me extiendas, que ya estoy muy grande pa' estas marica's.
Marcos no alcanzó a responderme porque Doni llegó a preguntarnos qué ocurría.
Por supuesto, el moreno se marchó enojado y yo dejé caer mi cabeza contra la pared una vez más. No tenía intención de explicarle que el motivo tras nuestra discusión habían sido ella y su hijo, así que adopté el papel de moribunda, que muy actuado no era, y me inventé una excusa para calmarla.
—No pasó na', Do. Marquitos estaba intenso con que me tenía que ir y me la voló.
—Pero empila, cariño —bromeó y se acercó a mí para colocar su mano en mi frente—. ¡Cristo, Sofi, puedo frita' un huevo en tu frente! Y te irás a emputa' otra vez, pero te vas ya mismo pa' tu casa. ¿Qué diría mi comadre en el cielo si sabe que te hago trabaja' así?
Intenté rechazar sus intenciones, pero fui levantada y obligada andar.
—Veré que Carla te lleve caldo y algo para Louis en la tarde —agregó.
—No estoy mocha, Do.
—Solo apalea' —replicó mordaz y me dejó junto a la pared de la cocina para ir por mis cosas y enganchármelas al hombro—. No hagas na' y ponte paños de agua. Esto es por anda' practicando hasta tan tarde con los flojos de la plaza. Te he dicho ya que dejes la tontería del baile por la paz.
Escuché el bufido de Marcos y fue tan claro que quise golpearlo. No obstante, los empujones de Doni, para sacarme del café, impidieron que pudiera hacer algo.
—Hasta los sueños tienen un límite, cariño. Ni siquiera te presentas en algo, y esa manada de vagos te utiliza pa' aprender, pero cuando ganan plata no te dan ni un billetico de cincuenta.
No refuté. Los años me habían enseñado que nunca tenía argumentos suficientes contra Doni. De cualquier modo, aunque sonara mal, yo sabía que sus intenciones eran buenas y, me gustara o no, algo de razón tenía. Uno no llegaba a los veinte seis años bailando en la calle y aún conservaba la esperanza de lograr algo.
Siempre había talentos nuevos y, por si fuera poco, al bailar ritmos urbanos, la mayoría de los vestuarios elegidos por quiénes nos contrataban parecían tener intención de sacarme corriendo. Casi todo era sin mangas, demasiado corto o muy apretado para hacerme sentir cómoda.
Me había sentido una payasa todas las veces que intenté colocarme los vestuarios. Sin embargo, había elegido omitir mis comentarios al respecto, pues obligar a los demás a rechazar las indicaciones de los clientes, solo porque yo no me encontraba bien, era egoísta.
De ese modo, había terminado por convertirme en la coreógrafa y conformarme con ayudar a organizar la logística de los eventos.
Sobre los pagos, no era que Doni tuviera razón, pero era una verdad absoluta que el baile, sino eras influencer o tenías contactos con lugares "pris pris", era un arte muy mal pagada. Presentarse en fiestas del pueblo y, con suerte, Cartagena o Barranquilla, apenas si alcanzaba para que el equipo llevara de comer a sus casas. Así que considerar recibirles algo de las ganancias, cuando yo era de las pocas que tenía sueldo, era una crueldad. Por ello, era cierto que no me pagaban, pero también que, desde que estaba en el grupo, no había tenido que comprar tenis y, cada cumpleaños, mi casa se convertía en el epicentro de un evento local.
—Te quiero, Sofi, no te diría esto si no fuera por tu bien.
Vi la sonrisa que ya empezaba a marcarse con arrugas en la boca de Doni y por un breve instante imaginé a mamá llegando a esa edad, con su cabello crespo adornado por canas y mirándome con todo el amor que sus ojos podían contener.
Olvidé haberla visto demacrada los últimos días de su vida y la pensé abrazando a Louis y alentándome a "sacudir las penas bailando". Porque, a diferencia de Doni, ella sí entendía que bailar era como respirar para mí y que no importaban las circunstancias en que ocurrieran, pedirme que dejara de hacerlo no me haría bien.
No obstante, Doni no era mamá y yo no podía exigirle que hiciera más de lo que ya hacía todos los días por mí y por Louis.
Eso era lo que no entendía Marcos. Que, aunque me hubiera lastimado una vez, Doni había hecho más por mí que todo el pueblo junto. Yo era capaz de perdonarla, tanto como ella lo era de pagar un mes de mi arriendo, las veces que debí comprar los uniformes, útiles o algún medicamento para Louis.
—¿Lo sabes, verda'? —insistió, tomando uno de mis rizos para enroscarlo en su dedo índice, tal como hacía desde que podía recordar, y yo sonreí.
—Lo sé —acepté y, aunque se sintió como una punzada en mis memorias, frescas desde que había visto a Tatiana, fue soportable.
GLOSARIO:
(1) Bailar el indio: Se refiere a no cumplir una promesa.
(2) Parar bolas: Se refiere a poner atención.
(3) Chirrete: Referido a persona, normalmente, ladrón, ratero y/o drogadicto.
(4) Cagada: Error grave.
~~~
¡Hola, hola! Feliz 2022 <3 ¡Les mando un abrazo gigante!
¿Cómo les terminó de ir con las fiestas de fin de año? ¿Se plantearon metas para este año?
Yo traté de tomarme las cosas con un poco de calma y, aunque pedí mis doce deseos con las uvas, solo me fijé un par de intenciones a las que pretendo darle seguimiento hasta cumplir. El 2021 me dejó muchos golpes con el tema de las expectativas propias, así que traté de ser menos exigente esta vez. (Y no sé por qué he cogido esto de chat de confesiones, pero ya que estamos, aquí pueden dejarme sus experiencias; los leo).
Capítulo dedicado a Solbvhjk. <3 Amo leer sus comentarios y su amor a la historia. *-*
Finalmente, ¡LLEGAMOS A LAS PREGUNTAS DEL CAPÍTULO!
1. ¿Qué piensan de Marcos y lo que dijo a Sofi?
2. ¿Tienen teorías acerca del pasado?
3. ¿Qué opinión tienen de Sofi, después de leer este capítulo?
4. ¿Donny y Ricky? ¿Tienen algo qué decir al respecto? xD
5. ¡Costeñol* activado! ¿Qué les parecieron las expresiones usadas aquí? ¿Se entendió o necesitaron el glosario?
*Costeñol = costeño + español xD
No siendo más, me retiro por hoy... pero antes dejaré la dedicación de este capítulo a la bella Solbvhjk. Demasiado amor en una sola persona, ¡y que manera de comentar! (Eres muy bella, mijaaaaaa)
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