Vio Pov

La vida era extraña. Todo en ella era raro, pero a la vez fascinante. Incluso los sucesos que consideramos casualidad no eran así.

Eran las palabras que surcaban mi mente todas las mañanas al levantarme de mi cama. Tal vez son pensamientos contrastantes si los comparábamos con mi costumbre de citar a grandes investigadores para validar mis palabras o forma de pensar y actuar, sin embargo, esas palabras surgían de un descubrimiento personal. Algo que me hacía olvidar por instantes la lógica científica de la vida.

Mis labios empezaron a formar una pequeña sonrisa al recordar lo sucedido hace tres años. Tome mi almohada entre mis manos para colocarla sobre mi cabeza y ahogar mis pequeños gritos de emoción. Parecía que fue ayer cuando mis hermanos me obligaron a viajar con ellos a ese campamento de verano, el cual se realizó en el estado vecino. Sin duda alguna nunca estuve tan agradecido con ellos como lo estoy ahora.

Flash Back

La idea de dormir en pequeñas literas ajenas, donde docenas de adolescentes desconocidos y de higiene dudable se acostaron, no era nada tranquilizadora, sino todo lo contrario. En mi mente ya había maldecido a cada uno de mis hermanos mayores por arrastrarme a este campamento. Amaba a mis hermanos, pero en estos casos quería matarlos y bailar sobre sus cadáveres.

En estas vacaciones de verano únicamente quería quedarme en casa y leer mi nueva colección de novelas de criminología, pero al parecer era demasiado pedir. Si creyera en la existencia de seres todopoderosos e inmortales diría que ellos me odiaban.

No importaba cuanto me quejara o mis intentos para que el campamento contactara a mis padres para recogerme y me llevaran a casa. Estaba atrapado en ese lugar hasta la penúltima semana del verano. Al menos que él lugar se incendiara misteriosamente.

Mi rostro no tardo en formar una pequeña sonrisa de genialidad ante esa idea, más al darme cuenta del significado de lo que estaba pensando empecé a negar con mi cabeza repetitivamente. Debía de considerar seriamente dejar de apoyar tanto a Shadow, mi mejor amigo desde la infancia, con sus bromas. Estaba empezando a entrar al lado oscuro sin saberlo.

—De seguro ya habría quemado este lugar a los segundos de percatarse que no hay internet —Dije para mí mismo soltando una suave risa. En el fondo lamentaba que mi mejor amigo fuera obligado a estar en cama durante las vacaciones a causa de Zelda, ya que esta le había contagiado la varicela— Él hubiera logrado que nos mandaran a casa sin problema alguno.

A diferencia de los dichos, y pensamientos de la sociedad, era bueno tener de amigo cercano a un chico problema. Facilitaba la vida en varios sentidos, pero al no tenerlo cerca debía de pensar en cómo sobrevivir al campamento de verano solo. Mi única opción, por el momento, es buscar un lugar apartado y ausente de adolescentes revoltosos para poder leer en paz mi libro de historia hyliana, más eso era una misión casi imposible. No importaba a donde caminara, siempre había un grupo de gritones.

¿Era demasiado pedir un lugar, aunque sea pequeño, que estuviera en silencio?

Bufe molesto ante mi situación. No me quedaba otra opción. Tendría que pedir una balsa y adentrarme al medio del lago para leer en silencio.

Con ese pensamiento en mente inicie mi camino hacia el lago, deseando en silencio que las balsas estuvieran en condiciones óptimas para navegar. Solo avance cinco pasos cuando mis oídos captaron el sonido de las cuerdas de una guitarra española. Era sin duda una armonía casi hipnótica y tranquilizadora.

No sé en qué momento mis piernas comenzaron a caminar hacia el origen del sonido, el cual se iba transformando en una pieza musical conforme avanzaba. Llegue a una de las cabañas destinadas a la impartición de clases y no dude en abrir la puerta principal, teniendo cuidado de no provocar algún ruido que arruinara la melodía que perseguía. Respire hondo antes de entrar al interior, encontrándome por fin al responsable de tal hermosa melodía.

Un joven de largo cabello lavanda intenso hasta la cintura, piel de una tonalidad cremosa y orbes dorados tan brillantes como el oro era el responsable de aquella hermosa armonía. Sonreí al ver como sus dedos bailaban sobre las cuerdas, movimientos tan firmes, pero que lucían delicados al mismo tiempo. El chico termino la armonía colocando sus dedos al mismo tiempo sobre las cuerdas para evitar que siguieran vibrando, sonrió con carisma y orgullo para alzar su vista y encontrarse con su oyente. Su rostro se puso tieso al igual que el resto de su cuerpo. El ambiente alegre y mágico se volvió tan denso como el concreto.

—Lo lamento, pero no pude evitar venir. Tocas de maravilla —Hablo Vio al deducir que el contrario nunca había tocado delante de alguien. Su lenguaje corporal lo delataba.

—Gra-Gracias —Agradeció el cumplido el chico desconocido bajando su vista dorada a su guitarra, la abrazo con cierta fuerza contra su pecho antes de sonreír un poco. Era agradable que alguien externo a su familia le dijera que tocaba bien.

—¿Te molestaría si me quedara a escuchar un poco más? —Pregunto con cierta timidez Vio observando, al contrario, el chico desconocido alzo su vista para verle y asintió sonriendo.

—Por supuesto —Dijo el chico usando su voz, la cual ya mostraba algo de emoción— Mi nombre es Octavo

—Vio —Se presentó el rubio tomando asiento en uno de los pupitres cercanos para ver al músico.

Octavo sonrió emocionado, mostrando ligeramente sus dientes blancos, posicionando sus dedos sobre las cuerdas para iniciar de nuevo aquella armonía que lo había atraído a ese lugar. Vio cerro sus ojos apoyando su cabeza sobre su mano, apreciando mejor cada nota musical en su cabeza e imaginando un paisaje amplio y sin rastro alguno de la humanidad. Si creyera en la magia, juraría que Octavo era un mago.

End Flash Back

—"Como pasa el tiempo" —Pensé al terminar de recordar aquel campamento de verano. Al final no fue tan horrible.

End Vio Pov

Tres años pasaron desde ese momento. Cuando siguió a su curiosidad y termino con un nuevo amigo como premio, el cual se volvería en una persona especial y cercana a su corazón. Al terminar el campamento tuvieron que despedirse, como era de esperarse, pero no pudieron prometerse que se verían pronto de nuevo. Ambos jóvenes vivían en estados diferentes que, a pesar de no vivir al otro lado del mundo, hacia complicado reunirse, la escuela y las situaciones económicas inestables que se presentaban en sus familias sin aviso complicaban todo. Como agradecieron la existencia de TriforBook y otras redes sociales.

Se enviaban correos casi a diario, los cuales iban desde saludos hasta contándole al otro alguna tontería que les había pasado. Incluso su mejor amigo, Shadow, se puso celoso de que no le prestaba atención, por supuesto, después de presentarle a Octavo fue Shadow quien se lo quito por casi un mes. Al parecer la mente de Shadow le dio la idea de programar un videojuego de acción y que Octavo se encargara de componer la música para el mismo. Ahora quien se quejaba de la falta de atención era él.

Sonrió con cariño al recordar sus celos infantiles, como Shadow bromeaba al compararlo con una novia y Octavo le prometía hablar más seguido. Al final el juego fue un éxito en las plataformas Android, pero aún les faltaban detalles para tener ingresos de este. Octavo le prometió que con su primer ingreso del juego iría a verlo, pero eso aún no sucedía, Shadow no había conseguido a un comprador que le ofreciera lo justo por su trabajo, aunque eso no fue impedimento para que las conversaciones fluidas entre ellos no volvieran.

Se levantó de su cama para ir a su closet y prepararse para el día de hoy. Ayer su mejor amigo le envió un mensaje en la noche pidiéndole que se pusiera guapo y no como un nerd, realmente trato de no tomarlo personal, así que ahora se estaba vistiendo con un conjunto que las revistas juveniles marcaban como aceptable, unos jeans de mezclilla claros y una camiseta blanca de botones, para una salida de amigos, aunque a la verdad esa ropa era de Shadow y se la había tomado "prestada" por si un día Octavo le avisaba que iría a visitarlo.

—¿Qué planeara ese idiota? —Preguntó Vio al aire soltando un suspiro. Siempre los planes de Shadow eran de temer.

Su celular emitió una armonía de violín, señal de que había recibido un mensaje de su mejor amigo. No dudo en tomar su celular para abrir su conversación.

El asombroso Shadow:
Ratón de biblioteca! >:v
Amigo del alma! :D
Si antes me amabas y adorabas hoy lo harás más <3
Incluso me harás una estatua B)

Una risa risueña escapo de los labios del rubio al leer los mensajes de su mejor amigo. Realmente existían ocasiones en que pensaba que estaba loco, pero así le quería.

Vio Akira:
Quisiera ver eso.

El asombroso Shadow:
Pues sal de tu casa de una vez >:v
Tenemos mucho camino que recorrer :'v
No me digas que te falta el maquillaje D:

Vio Akira:
Idiota
Ya bajo

Rodo sus ojos con una sonrisa para bloquear la pantalla de su celular y guardarlo en el bolsillo delantero de su pantalón, también todo su cartera para repetir la misma acción y avanzar a la puerta para salir de su habitación. Bajo las escaleras a paso rápido para abrir la puerta principal y ver a su mejor amigo afuera sosteniendo una manta pintada que decía "Cállate y disfruta, que después de esto me amaras". Alzo una ceja en confusión antes de ver la limpieza de su patio y una pequeña tarima improvisada con cajas de madera cubiertas por una manta negra.

—¿Usaras de nuevo cohetes en mi casa? —Pregunto Vio recordando los desastres del día de la independencia de Hyrule.

—Mejor —Dijo Shadow con una amplia sonrisa soltando la manta para ir con su mejor amigo y sujetarlo de los hombros con cierta fuerza— Cállate y disfruta —Esas palabras solo alertaron al rubio. Tenía miedo— ¡Sal idiota!

El rubio quedo en silencio al observar como la puerta trasera se abría; era extremadamente raro que Shadow dejara que alguien se subiera a su auto además de ellos dos, odiaba que la gente lo ensuciara; sus ojos se abrieron como platos al reconocer una cabellera lavanda intenso junto a un brazo de guitarra. Mirada hielo y dorada se unieron por unos segundos causando una sensación cálida en los corazones de ambos.

Octavo sonrió acercándose a la tarima improvisa para subir con cierto cuidado, acomodo su guitarra y coloco sus dedos sobre esta dispuesto a tocar. El corazón de Vio latía rápidamente, la guitarra que sostenía Octavo era la misma que tenia cuando se conocieron, no evito cubrirse la boca al pensar en lo que estaba sucediendo. Shadow solo sujeta los hombros de su amigo para evitar que arruinara la sorpresa.

—Me enamore sin querer —Comenzó cantando Octavo al mismo tiempo que sus dedos iniciaron su baile sobre las cuerdas— Cuando menos lo esperaba, cambiaste mi forma de ser, me enseñaste a amar con el alma.

—Oh por Nayru —Pronuncio Vio aun cubriendo su boca mientras sus ojos empezaban a brillar de forma tenue.

—No es tu cuerpo, ni belleza, lo que me hace enloquecer, es lo que hay en tu cabeza y en tu corazón lo que te hace tan -¡Ah! —Un grito salió de los labios del lavanda intenso haciendo que dejara de cantar. Vio se había librado del agarre de su mejor amigo y no dudo en ir a abrazarlo.

—¡Lo siento, es más fuerte de lo que parece! —Grito Shadow antes de romper en risas al ver a ambos en el suelo. Sus planes habían salido mejor de lo planeado.

—Vio —Hablo Octavo abrazando al rubio con una pequeña sonrisa, aparto su guitarra para sentir el calor del contrario contra su cuerpo— ¿Te gustaría ser mi novio?

Esta no era la declaración que deseaba hacer, no tenia las flores en mano y no termino su canción, pero aun así el momento parecía mágico.

—Si —Asintió Vio sin pensar observando los ojos dorados del contrario.

Ambos jóvenes sonrieron antes de juntar sus frentes y disfrutar del momento. Sentían que era muy pronto para un primer beso, pero aun así decidieron juntar sus labios en un tierno y corto roce. Después de todo, se conocían desde hace tres años.

—Eres grande Shadow —Se felicitó el peli morado, cruzándose de brazos y sonriendo mientras observaba a su mejor amigo besando a su pareja. Recargo su espalda contra el árbol más cercano y cerro sus ojos. Estaba orgulloso de su hazaña— Eres mejor que las hadas madrinas de los cuentos. Sin duda alguna.

Algunas personas se alegraron por su nueva relación sentimental, otros lo tacharon y le dijeron que debería de reconsiderarlo, después de todo, Octavo siempre viviría en otro estado y él nunca sabría a la verdad lo que estaba haciendo. Debía de admitir que esas palabras atacaban siempre su cabeza, haciéndolo considerar romper su relación y esperar a que ambos vivieran en el mismo lugar para dar un gran paso, pero ahí estaba su mejor amigo para decirle que todos los que decían que no iba a funcionar estaban celosos y eran unos idiotas, por algo Shadow se había ganado ese puesto.

Nunca alegro tanto de tenerlo de amigo como en ese momento, le había apoyado en su amistad a distancia, ayudo a que volviera a ver a Octavo en persona, brindo su ayuda incondicional a este para que se confesara, siempre le animo cuando su familia le decía que debía de romper con su actual prometido y ahora era su padrino de bodas. Realmente la vida tenia todo planeado y no existían las casualidades en esta.

Octavo tenia una radiante sonrisa en su rostro viendo a su futuro esposo en su traje blanco. Ambos se encontraban delante del altar donde el padre llevaba acabo la ceremonia. La felicidad que lo inundaba era demasiada. Desde esa tarde en el campamento, donde toco para él, descubrió que Vio sería una persona importante para su vida, y no se equivoco. Definitivamente valió la pena sufrir la distancia, durante siete años, para estar aquí, a unos minutos de volver a ese dulce rubio su amado esposo.

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Regalo de intercambio por San Valentine para Vaatimage.

Según mi imaginación Octavo es dulce y adorable, un caballero, así que no podía pedirle a Vio que fuera su pareja por medio de un mensaje o video llamada, tenía que ser en persona para mostrarle todo el amor que sentía por él :3 Lamento si no es lo que esperaba q.q

Esperó que te gustara ^-^ aunque sea un poco, y que todo hubiera, o salga bien, en la cita con el doc :'v

Hasta la próxima.