En un impulso Lena saltó de su cama y en pijama salió de su casa para dirigirse a la de un viejo amigo, Leigh.

Conforme se acercaba al edificio el humo de la marihuana se hacía más y más visible en la ventana del chico, aún más furiosa la joven trepó por un cerezo que se hallaba cerca de la ventana de él.

Escalando y logrando entrar a la habitación con éxito Lena se disponía a encontrar a Leigh, pero había un grave problema. El humo nublaba su vista, haciéndole casi imposible ver al chico y después de algunos segundos esparciendo dicha niebla la chica se percató de lo cobarde que él chico podría llegar a ser.

No estaba, el joven ya no estaba en su habitación. Encolerizada Lena exclamó.—¡Cobarde! ¡Te quiero! ¡Y no me rendiré hasta que logre que todo vuelva a ser como antes!—Suspirando, ella dio media vuelta y se preparó para volver a salir por la vieja ventana.