Lena trepó el cerezo que se encontraba a un lado de la ventana del chico y minutos después ya se hallaba dentro de la oscura habitación.

Apestaba a Marihuana, la vista de la joven era algo borroza, hasta que logró divisar una figura conocida dentro de la alcoba, Leigh.

Sin decir nada él chico tomo delicadamente el rostro de Lena con ambas manos y la besó. Ambos sentían esas "mariposas" en el estómago.

Acabado el beso Leigh la envolvió en un tierno abrazo que traía como consecuencia que el corazón de los dos jóvenes latiera a una velocidad increíble. Con la cabeza recargada en el hombro del joven Lena le murmuró al oído.—¿Este fue un beso de consuelo?—Hubo algunos segundos de silencio hasta que Leigh tomó valor y susurró.—Me gustaría no sólo darte besos de consuelo.

—¿Eh?—Al parecer ella no había escuchado, tomando una gran bocanada de aire él chico volvió a murmurar.—Olvídalo.

Los dos deseaban que el tiempo se detuviera, ambos añoraban que más adelante no sólo hubieran besos de consuelo, si no de amor.