Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

51. Estoy muerto

Alexander:

Unas horas antes:

—¡Oh, Dios mío, eres tú! —exclama Adams con los ojos tan abiertos que parece que en cualquier momento se saldrán de sus cuencas.

—Un gusto volver a verte, amigo —contesta Nick con una sonrisa y yo aún no logro cerrar la boca por la sorpresa.

Maldita sea, ese hombre se supone que está muerto.

—No lo puedo creer. —El lobo pasa sus manos por su pelo contrariado, confundido.

—Te has pasado veinte años enviándome mensajes informándome de todo, ¿y ahora no puedes creer que esté vivo? —pregunta el Nefilim divertido.

—Una cosa es pensar, desear, tener la esperanza de que estés vivo, otra muy diferente es que lo estés.

Un golpe en mi brazo me sobresalta. Miro hacia la fuente de mi agresión y me encuentro con los ojos azules de Sam.

—¿El padre de Jazlyn? —Asiento con la cabeza como única respuesta ante su susurro—. Y yo que pensaba que esto no se podía poner más raro. Ese tipo me quería matar hace como veinte años.

Si no fuera porque estoy demasiado confundido, me habría reído ante la mueca ligeramente aterrada del vampiro. En su lugar, concentro mi atención en el Nefilim que nos observa a todos detenidamente hasta que se queda totalmente paralizado con un gesto de dolor en su rostro que me deja más confundido aún.

Busco qué ha podido provocar semejante expresión en un hombre tan grande e imponente como él y mis ojos se encuentran con la mirada cristalina de una mujer que justo ahora, debe tener el corazón latiendo en su pecho a una velocidad para nada normal.

Isabel.

—Mamá —murmura Nick.

Isa está de pie, tiesa como una vela, pálida y con los ojos abiertos de par en par, mientras lágrimas silenciosas comienzan a recorrer su rostro.

—Mamá —repite el Nefilim dando un paso al frente tan sorprendido como su progenitora. Supongo que no se esperaba verla tan pronto.

Isabel, llorando a mares, corre a su hijo hasta acunar su rostro entre sus delicadas manos.

—¿Eres tú, mi niño? —Nick solo consigue asentir con la cabeza—. ¡Oh, Dios mío! ¿Cómo es posible? ¡Estabas muerto!

—No, mamá, no lo estaba… yo… —La voz se le quiebra y una lágrima corre por su mejilla.

Atrae a su madre a su cuerpo y la abraza como si no hubiese mañana; con la pena de lo que sucedió, la añoranza por los años perdidos, el dolor por la lejanía y la necesidad de sentirse en casa. O al menos así lo siento yo.

Son tantas las emociones en ese abrazo que no puedo evitar que mis ojos se cristalicen. Definitivamente, a Isabel le han devuelto la vida; primero su nieta, ahora su hijo.

—Te extrañé, mamá. No tienes idea de cuánto.

—Oh, mi niño… mi niño querido. No sabes lo feliz que estoy de verte, de que estés bien, vivo. —Se separa de él, besa su rostro una y otra vez provocando recuerdos de hace muchos años cuando éramos mi hermana y yo los receptores de tanto cariño—. ¿Cómo es posible?

—He hecho un largo viaje para llegar aquí, ¿creen que pueda pasar? — pregunta separándose de su madre para luego secarse las lágrimas.

Todos miramos al brujo en espera de una respuesta solo para darnos cuenta de que luce tan confundido como el resto.

—Sí, claro que sí —responde luego de aclararse la garganta.

El brujo da la media vuelta y poco a poco, cada uno de nosotros lo seguimos.

Mi madre intenta acercarse a Sharon, pero esta le rehúye, algo que no me sorprende. Hasta hace unos minutos pensábamos que nuestra familia era una mierda, en realidad, nada nos garantiza que no sea así; a eso debemos sumarle que mientras mi abuelo nos declaraba la guerra y ordenaba matarnos, ni ella ni mi padre se inmutaron.

Entramos a la mansión y mi cabeza late con fuerza, me duele demasiado. Últimamente, siento que siempre se me quiere reventar.

Sin perder el tiempo, el brujo nos dirige a su despacho. No hay necesidad de decir nada, todos sabemos que hay muchas cosas que explicar y que debe ser rápido. Una vez acomodados, es el Nefilim quien rompe el silencio.

—¿Y mi hija? —Luce nervioso mientras mira a su alrededor.

—Secuestrada por vampiros —respondo sin tacto ninguno. Sus ojos se abren sorprendidos y asustados—. Más específicamente por Cristopher Hostring, así que queremos explicaciones y necesitamos que sea rápido, hay que rescatarla. ¿Quién comienza?

Cruzo los brazos sobre mi pecho y el Nefilim me observa.

—Me alegro de verlo, alteza. La última vez que lo vi era un bebé, he escuchado muchas cosas de usted y sí, debo muchas explicaciones, pero antes, ¿cree que alguien me pueda decir qué hace Sam Hostring aquí?

—Fácil —responde el aludido—. Soy el mejor amigo de su hija.

La mirada afilada del Nefilim sería capaz de asustar a cualquiera, sin embargo, Sam ni se inmuta. Nick observa a Adams y este se encoge de hombros.

—En realidad su mejor amigo soy yo, pero sí, Sam es amigo de Jazlyn y nos ha estado ayudando a mantenerla a salvo.

—Las cosas han cambiado —murmura Nick.

—Dejémonos de tonterías —ordeno consciente de que no podemos seguir perdiendo el tiempo—. ¿Cómo mierda estás vivo?

—Yo lo salvé —responde mi madre y mi boca se abre por sorpresa. Suspira profundo—. América era mi mejor amiga. A diferencia de lo que todos piensan, eso era importante para mí y la quería como a una hermana; sin embargo, estaba atada de pies y manos al ser la esposa del futuro rey. No podía hacer mucho por ella, pero no por eso me iba a rendir.

»Durante todo el tiempo que estuvieron huyendo, yo me encargué de que no los encontraran. Cada vez que estaban cerca, le avisaba a Nick y ellos huían hasta que simplemente un día los encontraron, algo que resultó demasiado sencillo, a pesar de todos mis esfuerzos.

»El día que Jazlyn nació, todas las alarmas sobrenaturales se activaron y el clima se volvió loco. Solo tenían que encontrar el epicentro del poder y lo hicieron. América murió en el parto y Nick se encargó de poner a su hija a salvo.

»Su idea era morir en ese nido de vampiros, yo tuve un plan mejor. Fingir su muerte…

—Yo vi su cuerpo —interrumpe Isabel—. Yo tuve su cuerpo frío, pálido entre mis brazos.

—El rey nunca habría creído que Nick había muerto si no veía el cuerpo, solo tuvimos que conseguirnos un brujo para que hiciera el hechizo y…

—¿Y el brujo? —pregunta Sacarías—. ¿Qué le pasó?

—Lo maté —responde sin más y yo me quedo perplejo—. Entre menos supieran la verdad, mejor; solo Nick y yo y de esa forma, todos estarían a salvo. Solo hice lo que creí correcto por el hombre que mi mejor amiga amaba y por su hija. No me arrepiento.

—Me parece que yo merecía saberlo —reclama Isabel indignada.

—Mamá, no quería ponerte en peligro, que lo supieras era demasiado peligroso. Me mantuve en las sombras, me fui del país y lo que he sabido de mi hija en todos estos años, ha sido por los mensajes de Adams.

—¿Tú no sabías de Jazlyn? —pregunto y mi madre niega con la cabeza.

—Pensamos que lo mejor era que yo no supiera nada, así, si por alguna casualidad se enteraban de mi traición, no tendrían forma de dar con Jazlyn. No supe de ella hasta hace unas semanas cuando Nick me llamó para informarme que su hija los conocía y que ustedes desconfiaban de ella.

—¿Y mi padre? —pregunto con la esperanza de que él también haya sido parte de este plan.

—Lo siento, cariño. Tu padre está muy influenciado por tu abuelo. Cuando le propuse hacer algo para ayudar a América y a Nick al menos a huir, él se negó. Tuve que hacerlo por mi cuenta.

Ni siquiera me sorprende; algo dentro de mí, me decía que sería así.

—¿Pero por qué aparecer ahora? —Todos miramos a Adams sin entender. ¿Acaso no es obvio? —. Es decir, veinte años contándote acerca de cada momento importante en la vida de tu hija; entiendo que en cuanto a eso mantuvieras silencio. Pero hace mucho tiempo que las cosas empezaron a salirse de control. Te pedí ayuda cuando quiso entrar a la Logia, te dije que quería vengar tu muerte y la de su madre y no me respondiste. Te dije que había sido secuestrada, te pedía ayuda porque no teníamos oportunidad de ganar… yo…

—Y aquí estoy. Es cierto, no vine cuando me contaste que quería entrar a la Logia porque entendí que solo se lo permitirías para poder hablar abiertamente con ella. Cuando me dijiste que quería venganza, confié en que sabrías cómo quitarle esa absurda idea. Cuando me contaste que el príncipe no confiaba en ella, yo le confié mi secreto a Alysson para que estuviese al tanto. Y cuando me dijiste que había sido secuestrada, preparé las cosas y me monté en el primer avión de Tokio a Nordella.

»Estuve en esa batalla desde las sombras asegurándome de que todo saliera bien, incluso me encargué de algunos vampiros y demonios, pero quise mantenerme oculto. Si Lohan piensa que estoy muerto es mejor, así no me esperará cuando vaya a por él, pero puedes apostar que habría ardido el campo de batalla si hubiese visto a mi hija en peligro, bueno, un peligro que no se pudiera evitar.

—¿Sabías de la profecía? —pregunto.

—Sabía que estaba destinada a grandes cosas porque sino, Dios no le habría dado a mi padre el don de la concepción arriesgándose a traer al mundo una criatura que tanto trabajo le costó extinguir. Pero no sabía de la existencia de la profecía hasta que Adams me llamó contándome al respecto.

—¿Y tú? —pregunto a mi madre.

—Tampoco.

—¿Alguien sabe que estás aquí? —interviene mi hermana por primera vez.

—No que yo sepa.

—Entonces eres una traidora también. ¿Quién lo diría?

—¿Te consideras traidora por seguir a tu rey? —le pregunta a mi hermana y ella niega con la cabeza.

—Yo tampoco. —La mirada de mi madre se une con la mía—. Yo estoy con mi rey y lucharé a su lado hasta el fin de mis días.

Una emoción abrumadora se adueña de mi interior. No tenía ni idea de que mi madre me considerara como su rey y eso me llena de felicidad.

—Gracias. —Una sonrisa que pocas veces he visto en ella hace acto de presencia y por unos segundos quisiera abrazarla; sin embargo, no tengo tiempo de decidirme porque Nick se pone de pie.

—Ok, ¿cómo rescatamos a mi hija?

Planear el rescate nos lleva alrededor de una hora, no hay mucho que decidir. Da igual si atacamos de día o de noche, sabemos que en cualquier opción nos encontraremos todo un ejército de vampiros asesinos porque a ninguno de nosotros nos queda duda de que cuando lleguemos, Cristopher y los suyos serán inmunes al sol. Solo nos queda rezar para que, si nos damos prisas, no los haya convertido a todos.

Un punto a nuestro favor que, según mi madre, hace una gran diferencia, es la presencia de Nick. A fin de cuentas es un guerrero implacable y un Nefilim, una criatura que con solo mencionar su nombre es capaz de infundir terror, verlo en acción es mucho mejor. Para nuestra sorpresa nos enteramos de que no vinieron solos, que al otro lado de la barrera hay Legnas que son de confianza de mi madre junto a algunos aliados que Nick ha conseguido a lo largo de los años.

Las hadas, incluyendo a las tres Banshee que sobrevivieron al ataque del reino, nos ayudarán también.

Decidimos dividirnos en grupos para entrar desde distintos puntos que gracias a Sam que se conoce el lugar, podemos identificar sin problemas. Para el vampiro, su padre no estará en su mansión habitual, sino en una que tiene en lo profundo del Bosque Insur; queda a unas cuantas horas de aquí, por eso es bueno tener a un brujo de aliado.

Todos sabemos que será difícil y como siempre hago, les doy la opción de desistir porque no quiero llevar a una guerra a nadie con miedo pues siempre termina convirtiéndose en un obstáculo. Para mi sorpresa y no una agradable, luego de contarles la existencia de la profecía a grandes rasgos, algunos Legnas consideran que la mejor opción es dejar a Jazlyn por su cuenta o asesinarla nosotros mismos.

Está de más decir que tenemos que hacer un gran esfuerzo para que Sam no termine degollando al idiota que se le ocurrió la idea y a pesar de que yo también quiero matarlo simplemente por mencionarlo, he sido criado para mantener la calma, así que me aseguro de dejarles claro que al que se le ocurra tocarle un pelo a Jazlyn, se las verá conmigo y que no va a ser para nada bonito.

Siempre me he caracterizado por tener una mirada peligrosa, aterradora, o al menos así me describen algunos de mis enemigos. No es secreto para nadie que soy el guerrero más poderoso de todos, incluso a pesar de que algunos llevan la sangre de Jazlyn corriendo por sus venas. Y eso me ha traído tanto aliados como enemigos; los primeros porque me respetan, los segundos porque me temen.

El punto es que esos que se planteaban la opción de deshacerse de Jazlyn, terminan arrepintiéndose como cobardes.

Partimos cerca de las doce del mediodía cuando ya todo estaba preparado, nos dividimos en grupos tal y como acordamos y contra todo pronóstico, no nos encontramos un solo vampiro en todo el trayecto a la mansión.

Por un momento me atrevo a albergar la esperanza de que Sam se haya equivocado al predecir donde estaría su padre, pero la seguridad de sus palabras al decirme que estarán aquí, me quita la duda. Eso, y el hecho de que para que se cumpla la profecía yo debo beber la sangre de Jaz y para eso, debemos estar juntos.

En otras palabras esto es una trampa gigante y a pesar de que todos lo sabemos, también estamos seguros de que no nos queda otra opción. Hay que sacarla de ahí y rezar para que todo salga bien.

Cuando vuelvo a verla suspiro aliviado, está viva, bien y no luce maltratada. Sin perder tiempo, entre Sam y yo, la liberamos y Adams abre las cadenas que mantenían sus manos atadas con una lleve que Cristopher dejó a disposición de nosotros. Un claro mensaje: “hagan lo que les dé la gana, están jodidos”.

Eso sí, cuando Jazlyn nos sale con la absurda idea de que quiere morir, el alivio por encontrarla se evapora y un genio endemoniado me consume. ¿Qué carajos les pasa a todos hoy que quieren su muerte?

Sobre mi cadáver.

Pienso que ya la tengo casi convencida de abandonar esa locura, cuando Sam le da el regaño del siglo amenazándola incluso con convertirla en vampiro para no dejarla morir. Y en honor a la verdad, luce bastante convencido de que lo haría si Jazlyn intenta hacer algo estúpido y definitivamente, no voy a negar el nudo que se me forma en el estómago al escuchar cómo le habla mientras interiorizo sus palabras.

Él realmente se preocupa por ella. Él siente algo por Jazlyn; no sabría definir qué exactamente, pero cuando la ve, no está mirando a Mía y eso no me gusta. Llámenme idiota, celoso o lo que quieran, entre ellos hay algo que me eriza la piel, es esa maldita atmósfera tan íntima que se crea cuando están juntos y que me vuelve loco.

Por suerte, Nick interviene y a pesar de que no es momento para absolutamente nada de lo que estamos haciendo, no puedo evitar emocionarme ante el reencuentro entre padre e hija. Esto le hará bien a Jazlyn, por fin algo bueno entre tantas cosas horribles.

Sacarías interrumpe la escena alegando lo obvio, tenemos que salir de aquí y todos estamos conscientes de que lo que habrá ahí fuera, será un infierno.

Jazlyn se acomoda la bash y saca dos estacas, yo hago lo mismo luego de asegurarme de que Sharon tiene las que le di antes de venir. Es hora de vivir o morir.

Decidimos salir por la puerta trasera, no creo que haga alguna diferencia pues imagino que habrá todo un ejército esperándonos sin importar la vía que tomemos y comprendo qué tan jodidos estamos cuando llegamos al patio. Estamos literalmente rodeados y ni siquiera puedo definir cuántos son, eso sí, todos tienen los ojos rojos haciendo alarde de su nueva condición diurna.

Sé que nuestro ejército anda cerca, en las sombras proporcionada por las hadas del bosque, aguardando el mejor momento y a pesar de que nuestro enemigo es poderoso y numeroso, nosotros no estamos tan lejos. Será una batalla difícil, pero un poco más equilibrada que la del reino, bueno, eso si no contamos con que son asesinos despiadados y mucho, pero mucho más rápido que todos nosotros.

Cristopher nos observa desde lo lejos con una sonrisa petulante en el rostro que yo quiero eliminar de una vez.

—Cristopher es mío —anuncia Sam y no tengo problemas con eso. Creo que no hay nadie mejor que sus hijos para arrebatarle la vida y el hecho de que Adams asienta en acuerdo, me dice quien más lo necesita es el rubio.

Cristopher camina hacia nosotros deteniéndose a unos diez metros de nuestra posición y sé el momento justo en que sus ojos reconocen a Nick, pues el desconcierto se dibuja en su malvado rostro, para luego revelar puro odio.

—Ha pasado un tiempo, Hostring.

—Nick Holt. —Sonríe, pero no parece tan divertido como hace unos segundos—. Te creía muerto.

—Lamento desilusionarte. —El Nefilim se encoje de hombros con una sonrisa igual de macabra que la de nuestro oponente.

—Bah —se burla Cristopher con un movimiento de la mano restándole importancia al asunto—. Da igual, de todas formas, en un rato lo estarás.

—Me alegra saber que sigues siendo tan estúpidamente seguro de ti mismo como siempre, pero yo no creo que sea así.

—Nos hemos enfrentado antes, Holt, estás un poco viejo, si me permites el atrevimiento y yo soy más fuerte que la última vez.

—Tienes razón, pero hay una falla en tu lógica. —Da un paso al frente—. La última vez, te enfrentaste al Nick guerrero, al Legna, pero nunca has conocido al Nefilim que hay en mí y te aseguro que no te va a gustar.

Sus ojos se vuelven completamente azules y para cuando reacciono, una onda de poder salde de sus manos lanzando a Cristopher por los aires.

La sorpresa no dura mucho pues esa muestra de poder se convierte en el inicio de una de las batallas más sangrientas a las que me he enfrentado.

Los vampiros atacan con toda su fuerza y velocidad al mismo tiempo que nuestro ejército sale de las sombras con intenciones de comerse al mundo. Veo a Sam dirigirse a su padre que lo espera divertido mientras Adams, en su forma humana, se defiende clavando sus estacas en cuanto corazón se encuentra.

Jazlyn se defiende increíblemente bien; es asombrosa la técnica que tiene y la fortaleza que demuestra.

Mi hermana se mantiene cerca de su novio, usando todo lo que le enseñé, pero pendiente de sí alguno de los nuestros cae y necesita la ayuda de una Sanadora. No es la única, hay tres más que quisieron venir para prestar todo el auxilio que pudieran.

Un vampiro viene hacia mí, pero esquivo su estocada con facilidad para luego enterrar mi arma en su pecho y que caiga desplomado al suelo. Un movimiento a mi derecha me avisa que otro se acerca y con mi perfecta puntería lanzo la estaca dando en el blanco.

Sin perder tiempo, meto la mano en mi bash y saco mi espada, será útil para arrancar un poco de cabezas; no los mata completamente, pero les va a doler y dudo que puedan levantarse.

No sé cuánto tiempo ha pasado ni la de golpes que he recibido, solo sé que mi cuerpo ya siente el cansancio y mi cabeza quiere estallar. El sabor metálico de mi sangre inunda mi boca y desde hace un rato tengo un aruñazo en mi costado que a pesar de que no lo he mirado, no debe lucir muy bien. Duele como el demonio.

La cabeza del vampiro ante mí se desprende de su cuerpo ante la perfecta estocada de mi espada. Miro a mi alrededor para intentar dar una revisión rápida a mis amigos y cuando mis ojos se encuentran con Jazlyn, no me gusta lo que veo.

Peleando con dos vampiros al mismo tiempo, ha descuidado su retaguardia y un Legna, el mismo idiota que propuso deshacernos de ella hace unas horas en la mansión del brujo, se acerca a ella con su espada en posición de ataque.

No tengo que ser adivino para saber qué pretende, así que corro hacia ellos.

Todo sucede demasiado rápido…

En un momento corro en su dirección, en otro me veo golpeando el filo de mi espada contra la del guerrero justo antes de hundirse en Jazlyn y al otro, uno de los vampiros que luchaba contra mi chica, encaja sus garras en mi estómago.

La sonrisa triunfante del vampiro frente a mí es lo que veo antes de que mis pies pierdan sus fuerzas y caiga al piso de rodillas. El hijo de puta encaja sus garras más profundamente y un buche de sangre sale de mi boca.

Un dolor agudo se extiende por todo mi cuerpo y un ataque de tos me sacude haciéndome retorcerme mientras un pensamiento alarmante cruza por mi mente: “aquí hay algo mal”. Y no me refiero a las garras del vampiro en mi estómago, sino a ese dolor agudo que lejos de concentrarse en la herida, recorre cada centímetro de mi ser, congelando mi sangre, o al menos así se siente.

He tenido muchas heridas a lo largo de mi vida, unas mucho más graves que otras, incluso algunas más profundas que las simples garras de un vampiro, pero en ninguna mi cuerpo se ha ido paralizando al punto de que ahora estoy casi sin poder moverme, adolorido como nunca antes, tanto, que siento que en cualquier momento perderé la conciencia.

—¡Alex! —Escucho gritar a Jazlyn. Suena lejano, pero su voz parece haberse roto en el aire.

El vampiro retira sus garras de la herida y mi cuerpo cae desplomado al piso. Un olor nauseabundo inunda mis fosas nasales y con la poca fuerza que tengo, levanto la cabeza. Mi pulóver blanco está cubierto de sangre, pero no está roja, no, está negra y es en este momento que me doy cuenta de que estoy muerto.

Es el veneno de demonio… ese con el que han estado atacando a los de mi reino en las últimas semanas, ese que te mata en cuestiones de minutos y al que ningún Legna ha sobrevivido hasta ahora.

Toso y la sangre brota de mi boca.

Joder… esto es malo…

Aunque tal vez sea lo mejor…

Si yo muero, la profecía no se cumple.

Sí, creo que es lo mejor.

Y con ese pensamiento en mi mente, la conciencia me abandona dejándome sumido en un mundo completamente negro.


🌟🌹🌟

Hola, ¿qué les pareció el capítulo?

Espero que les haya gustado... pobre de mi Alex.

¿Qué pasará ahora?

Solo quedan dos capítulos para el final del primer libro y se vienen intensos jajaj.

Las quiero

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro