Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

27. El secreto de los Hostring

Adams:

Diez minutos después de mi más que vergonzosa conversión, estoy terminando de vestirme con una muda de ropa que siempre llevo en mi coche y que Jazlyn fue a recoger hace un instante.

Aún no puedo creer todo lo que ha pasado, pero juro por Dios que me encargaré de que Sam no vuelva a cruzarse con ella.

—Siento lo que ha sucedido —digo saliendo de su baño. 

Ella asiente con la cabeza, pero no me mira. Debo haberle dado un susto del demonio; nunca me había visto convertido y ahora de la nada, por algo que ella no entiende, pierdo el control.

Nervioso, camino hacia ella y me siento a su lado en la cama.

—Lo siento, en serio, es solo qué...

—¿Qué sucede entre ustedes, Adams?

Demasiadas cosas; muchos años con una cantidad desmedida de odio y rencor acumulándose. No quiero hablar de eso, así que cambio el tema.

—¿Por qué no me lo habías dicho? Jazlyn, esto es algo que...

—¿Cómo querías que te lo dijera? —Me interrumpe poniéndose de pie—. No sé nada de ti, Adams; conozco la versión que me mostraste durante estos años y confío en ti, de verdad que lo hago, pero te he mencionado varias veces a Sam y has estado a punto de convertirte. ¡Hoy lo has hecho!

»No tenía forma de llegar y contarte todo lo que él me ha dicho sin mencionarlo y no quería enojarte. No, de hecho, me daba miedo enojarte.

Ok, eso ha dolido. Lo último que quiero es que me tenga miedo y me joroba saber que no le he dado la suficiente confianza como para que se abra a mí completamente, pero es que el tema de Sam es demasiado sensible. 

—Jaz, Sam es peligroso.

—¡Lo sé! —grita por todo lo alto y se detiene, supongo que temerosa de que su hermana la escuche. Lo que ella no sabe es que Olivia lleva buen rato en la alberca—. Créeme, Adams, lo sé... tú lo has dicho en cada ocasión, los O'Sullivan me lo han dicho, Sam, me lo ha dicho; pero qué le vamos a hacer, confío en él.

Ah, no... Eso sí que no. Eso no lo puedo permitir.

—Jazlyn, Sam es un experto manipulando, es un puñetero vampiro, hace eso con todas sus víctimas. Es peligroso, no puedes confiar en él.

—Sam ha tenido miles de oportunidades de matarme y no lo ha hecho. Intentó evitar que entrara a la Logia porque según él, era peligroso...

—¡Exacto, Jazlyn! —Me pongo de pie, tengo que hacerla entrar en razón—. Entrar a la Logia significa tener su protección, él perdía la oportunidad de tenerte a su merced, él...

—No lo entiendes...

—La que no lo entiende eres tú. Conozco a Sam y sé... —Una carcajada sarcástica me sorprende.

—No creo que lo conozcas tan bien. Sam me ha acompañado a casa desde la Universidad para asegurarse de que llegara a salvo, a pesar de que tú y los Legnas lo odian, se ha arriesgado a rondarme simplemente porque se preocupa por mí. No dudó ni un segundo cuando lo llamé para pedirle ayuda con la serta.

»Fue él quien me explicó todo lo que sé y no estoy justificando su actuar. Él ha admitido varias veces que ha matado y lo seguirá haciendo, que eso no le importa; sin embargo, a mí quiere protegerme y dado que cada vez todo se complica más, cualquier ayuda me viene bien.

»Él sabe cosas que tú no sabes, Adams; si por un segundo se sentaran a arreglar las diferencias entre ustedes, podríamos luchar juntos.

La verdad es que no sé qué es más sorprendente: que me diga que confía en Sam o que lo haga con tanta vehemencia.

—¿Luchar juntos contra qué? —pregunto con las manos en mi cintura.

—No lo sé. Tú me dices que estoy en peligro, él me lo dice también, yo me siento en peligro... algo debe ser, ¿no?

—No hay forma humana ni sobrenatural de que Sam y yo trabajemos juntos, en realidad, dudo mucho que podamos estar en la misma habitación sin matarnos.

Bueno, sin que él intente matarme.

—Jaz, confía en mí cuando te digo que Sam no es de fiar. 
—Confía en mí cuando te digo que sí lo es... que al menos con él, no corro peligro.

—¿Por qué tanta fe en él? ¿Por qué estás tan segura de que no te hará daño?

Suspira profundo y pasa ambas manos por su rostro.

—Mía... ¿Has escuchado hablar alguna vez de ella? —Niego con la cabeza—. Dios, se va a enojar, no debería contarte esto.

—¿Ahora tienen secretos entre ustedes?

Esto es el colmo.

—Mía fue una novia que tuvo hace como un siglo o qué sé yo. Era una criatura igual que yo, descendiente de un ángel, un humano, un Nefilim y un Legna, por eso sabe tantas cosas.

Ay, Dios... ¿Esto puede empeorar? Si eso es cierto... no lo sé, simplemente se me acabaron las teorías.

—Esa chica, no solo era un híbrido como yo, tenía una pulsera y un anillo idéntico al mío y... y... Según él... somos completamente idénticas. Cuando Sam me conoció, pensó que yo era Mía.

Entonces si puede empeorar...

Abro los ojos sorprendido por su declaración. ¿Idénticas? En cualquier otro momento, no me creería ni una palabra pues estamos hablando de Sam, pero la voz de Sharon hace eco en mi cabeza, mientras me contaba que Maira, la chica de los sueños de Alexander, no solo es idéntica a Jaz, sino que tenía el mismo pulso y el anillo. 

Si esa Mía y Jazlyn son lo mismo, ¿Maira también?

Paso mis manos por mi rostro cada vez más confundido.

—¿Qué le pasó a esa Mía?

—No estoy segura, pero creo que su padre tuvo algo que ver.

Resoplo, ¿por qué no me sorprende?

—Adams, ¿qué relación hay entre ustedes dos?

—Eso no es importante.

—¡Eso es importante! No más secreto, Adams, necesito saber qué está sucediendo entre ustedes porque te guste o no, confío en él. Sam ha jurado defenderme con su vida y yo le creo, pero necesito saber qué los une a ustedes. ¿Por qué tienen el mismo apellido?

—¿Jazlyn?

—¿No confías en mí? 

—¡Claro que sí, tú lo sabes!

—¿Entonces?

Frustrado y sabiendo que no va a dejar el tema, me siento en la cama.

—Sam es mi hermano menor.

Sus ojos se abren sorprendidos ante mi declaración y me imagino los engranajes de su cerebro funcionando a todo dar para encontrar respuesta a la interrogante más importante. 

—Hermanos. —Asiento con la cabeza a pesar de que no es una pregunta—. ¿Cómo es que un lobo y un vampiro pueden ser hermanos?

Sonrío. Esa es una larga historia.

Aquí vamos.

—Somos hermanos por parte de padre. Mi madre era una loba y cuando yo nací, mi padre era humano. ¿Has escuchado hablar de la maldición de los lobos?

—No.

—Actualmente, la mayoría de los hombres lobos que existen dentro de la Sociedad Sobrenatural son puros, o sea, que nacieron siéndolo pues tanto las leyes de la Logia como de los Legnas, prohíben morder a un humano. Eso sí, en el submundo sí los hay que han sido mordidos, pero estos, a diferencia de nosotros, no pueden convertirse totalmente. Solo garras, orejas puntiagudas, colmillos, ojos amarillos y un poco de bello por algunas zonas del cuerpo.

»Los lobos nacemos como humanos y nos criamos como tal, mientras la bestia duerme en nuestro interior. Existen dos formas para que nuestro lobo despierte, una, cuando el hombre alcanza la madurez emocional requerida que no es igual en todos y otra, luego de presenciar un acontecimiento traumático. Y la maldición es convertirnos en criaturas inmortales.

»Cuando el seguidor de la luna robe una vida, su reloj biológico se detendrá y obligado será a vagar sin rumbo por toda la eternidad. —recito como tantas veces he escuchado y Jazlyn me mira concentrada intentando asimilarlo todo.

—Mi bestia despertó luego de un acontecimiento traumático. Cuando tenía cinco años, vi morir a mi madre en manos de un vampiro. Fue horroroso y a pesar de los siglos que han pasado, a veces cierro los ojos y veo cómo ese hombre la desmembraba. Tuve mi primera transformación al día siguiente.

—Lo siento, Adams —murmura sentándose a mi lado.

—No te preocupes. Fue difícil, pero mi padre me ayudó a controlarlo, buscó por cielo, mar y tierra alguien que me enseñara a domar la bestia y por unos años, todo estuvo tranquilo. Cuando tenía siete, conoció a la mamá de Sam y a los nueve, nació él. No te imaginas lo feliz que estaba porque tenía un hermano.

»Vivimos felices por años. Sam siempre estaba pegado a mí, no me dejaba solo para nada, ni siquiera para visitar a mi novia. Nos llevábamos bien. —Una sonrisa triste aparece en mi rostro. Fueron buenos años aquellos—. Hasta que un día a mi padre se le ocurrió la brillante idea de que quería ser inmortal, más específicamente, un vampiro.

»Logró que lo convirtieran. Por años, me pidió que matara al menos a una persona para poder vivir juntos por toda la eternidad, pero yo no quería, yo deseaba una vida normal, humana… En aquel entonces había una chica que me gustaba, estaba convencido de que me casaría con ella.

»Pero no conforme con mi rechazo, centró su atención en Sam. Convirtió a su madre y planeaba hacer lo mismo con él cuando llegara a la mayoría de edad, no quería a un niño para siempre. Al principio creí que había convertido a su esposa porque la quería a su lado, pero tarde me di cuenta de que no era así.

»Cristopher no solo es uno de los vampiros más temidos, Jaz, es el más inteligente. Sabía que yo nunca aceptaría su petición, que nunca mataría, así que me obligó a hacerlo. Él sabía que Sam era lo más importante en mi vida y que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para protegerlo por lo que, cuando la sed de sangre de su esposa estaba en el punto culminante, en esas horas posteriores a la conversión, la soltó junto a Sam.

»Él tenía once años y lo vio todo. Maté a su madre justo delante de sus ojos ganándome su odio eterno.

—¡Tú no querías matarla! —chilla Jazlyn sorprendida.

—Pero él no lo sabía.

—¿Y para qué tienes boca, Adams? ¿Por qué no le dijiste?

—Lo intenté. Él no sabía que yo era un hombre lobo por lo que cuando me vio se asustó. Cuando quise hablar con él no me quería ver, me lanzó todo lo que tuvo a su alcance con tal de que no llegara a él. ¿Sabes lo que es mirar en los ojos de tu hermano y ver miedo donde antes había amor?

Ella niega con la cabeza.

—Solo tenía veintiún años y ya había visto morir a mi madre, había matado a mi madrastra y me había convertido en inmortal. Solo un hombre lobo sabe lo difícil y doloroso que es ese cambio en tu interior. Me asusté cuando me di cuenta de que él me odiaba. Me hundí en un pozo de dolor y autodestrucción por los cambios en mi interior que no tuve cabeza para nada.

»Desaparecí, estuve años perdido, incluso de mí mismo, hasta que me encontré con Lucio. Él me acogió y me convirtió en lo que soy hoy.

»Cuando regresé por Sam, él tenía veinte años y desde hacía dos, era un vampiro. Mi padre envenenó su cabeza con mentiras que hicieron crecer su odio y su rabia hacia mí. Intenté explicarle, pero terminamos peleando. Ahí me di cuenta de que tenía dos opciones, matarlo o dejar que me matara. No podía permitir ninguna de las dos, así que hui.

»Ese día juró que me mataría, que la próxima vez que nos encontráramos, acabaría conmigo de la misma forma en que yo lo había hecho con su madre.

»Y desde entonces me he mantenido lejos de él, no porque le tenga miedo, sino porque no quiero enfrentarme a él, pues si lo hago, uno de los dos morirá y después de todo lo que ha hecho, no seré yo.

—¿Y por qué no has vuelto a buscarlo?

—¿Qué parte de: me odia y me quiere matar no entendiste?

—Yo puedo ayudarte, él me escucha, puedo interceder por ti, contarle esta historia y arreglar un encuentro entre ustedes.

—No… —Niego con la cabeza para dar mayor énfasis.

—Es una buena idea, Adams.

—No, Jazlyn. —Sujeto sus manos para que me preste atención—. Has visto cómo me puse con solo escuchar su nombre, imagínate cómo se pondría él si intentas hablarle de mí. Él me odia y no voy a permitir que pierda el control contigo delante.

—Pero…

—Prométemelo, Jaz. Sé que no te puedo prohibir acercarte a él por mucho que piense que es una locura, pero por lo menos, prométeme que no me mencionarás delante de él y que si te crees en peligro, me llamarás.

—Solo si tú prometes que una vez que salgas por esa puerta, no lo buscarás.

Me conoce; la desgraciada me conoce pues es justo lo que estaba pensando. Encontrar a mi hermano y asegurarme de que no le pueda hacer daño.

—Adams… Prométemelo. No quiero que pelen entre ustedes, los quiero vivos a los dos. Prometo que me cuidaré, que no te mencionaré, pero debes prometerme que lo que hablamos aquí, entre nosotros se quedará y que no lo buscarás.

—De acuerdo, te lo prometo.

 

🌟🌹🌟

Uff, ¿qué creen de los Hostring?

¿Qué les ha parecido el capítulo?

Espero que les haya gustado...

Besos gigantes 
 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro