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23. Pidiendo ayuda

Adams:

Por todos los Santos. ¿Qué habrá pasado ahora? 

Estoy en mi despacho desde hace quince minutos, impaciente, mientras espero a los hermanos O´Sullivan. Hace una hora solicitaron una reunión extraoficial conmigo y a pesar de que no dijeron nada, estoy seguro de que esto tiene que ver con Jazlyn. Todo había salido demasiado bien para ser verdad.

Tocan la puerta y yo me sobresalto. Tengo los nervios a flor de piel así que respiro profundo intentando calmarme.
Camino hacia la entrada y recibo a los miembros más jóvenes de la realeza con una reverencia. En silencio entran y se sientan frente a mi escritorio.

—¿Quieren algo de beber?

—No gracias —responde la princesa, pero yo sí lo necesito así que me sirvo un vaso de whisky para luego empinarlo hasta el fondo.

Tomo asiento frente a ellos y es entonces que lo noto; están asustados. Ese aroma ácido es inconfundible, además del hecho de que están raramente silenciosos.

—¿A qué debo el honor de su visita, altezas? 

—¿Qué edad tienes? —pregunta Alexander.

—Trescientos veintiuno. ¿Por qué?

—Hemos estado investigando un poco acerca del reinado de Hazir. Solicitamos ayuda de Lucio debido a que no existen fotografías sobre aquella época, pensábamos que en vuestros registros podía haber algo. Resulta que nos hemos enterado de que durante la caída del Rey usted estuvo en Morf y se vio obligado a participar en la batalla. Está en su libro de vida.

El libro de vida es como un diario para los hombres lobos. En ellos plasmamos todas nuestras vivencias, para que el que venga atrás, aprenda a través de nuestras experiencias. 

—Lo sé, ese libro de vida lo escribí yo. ¿Qué quieren saber? 

—Lirba Asim. ¿Lo conoció? —¿Qué si lo conocí? El punto es de qué lo conocen ustedes.

—Lo vi solo una vez… —miento, en realidad lo vi un montón de veces. Ese mal nacido bastantes problemas que dio—. Cuando fue proclamado rey.

—¿Eso fue después de salvar a la princesa y casarse con ella? —pregunta Sharon y yo simplemente asiento.

Están nerviosos, temerosos, incluso me atrevería a decir que vulnerables. Sé lo que quieren preguntar, pero no se atreven y que se enteren al respecto no es bueno, pero tampoco los va a matar. Lo que realmente me importa es, ¿cómo lo supieron? 

—Hagamos una cosa. —Los dos pares de ojos me observan atentamente y odio verlos así de asustados; terminaré cogiéndoles aprecio y no quiero—. Yo les doy la respuesta a esa pregunta que me quieren hacer y no se atreven, pero ustedes me tienen que contar como lo averiguaron.

Sorprendidos ante mi propuesta me observan atentamente y Alexander, que hasta ahora había estado sentado con los codos apoyados en sus rodillas y las manos sujetas impacientes, cambia su semblante y se pone de pie. Y aquí está el Alexander de siempre.

—Nos estás hablando como si fuéramos dos niños. ¿Olvidas quiénes somos, Hostring? ¿Dónde están sus respetos?

Suspiro profundo. 

Alexander me observa desafiante y debo admitirlo, es un idiota, prepotente, creído y orgulloso, pero tiene algo que me hace respetarlo y no es que sea el príncipe. Su fuerza y ese poder que emana de él, como no lo he visto en ningún otro Legna, hacen que cualquiera le respete, incluso un viejo lobo como yo. Sin embargo, no se lo voy a demostrar porque eso solo sería darle más alas a ese carácter odioso que tiene.

—Usted ha venido a obtener respuestas de mí, alteza. Yo solo quiero lo mismo… respuestas. Me parece un trato justo.

—De acuerdo —interrumpe Sharon. Alexander la mira a modo de advertencia, pero ella ni se inmuta—. Ah, no, hermanito, sabes que conmigo esa mirada no funciona. Si él nos puede decir lo que necesitamos, cualquier trato me parece justo. Tiene mi palabra, señor Hostring.

Sonrío. La princesa es otro personaje; la única que no le tiene miedo al poderoso Alexander O´Sullivan. Una creída y presumida, pero que al final se comporta como la hermana mayor. Su consuelo. Su ángel guardián. 

—Sí, la respuesta a tu pregunta es sí.

Alexander me mira confundido.

—¿Cómo sabes cuál es mi pregunta si aún no te la he hecho?

—¿Por qué otra razón estarían aquí? ¿Por qué razón te interesaría la historia de esos seres insignificantes que crees que son los humanos?

—En ningún momento he dicho que son insignificantes, que conste.

—Cierto, usted dice que son aburridos y predecibles. No se desvíe, alteza. Lo que le interesa, Lirba Asim y usted, tienen el mismo rostro. Son idénticos. 

Sus piernas se aflojan hasta sentarse en la silla y la sangre se escurre de su rostro dotándolo de un color blanquecino realmente alarmante. Sharon coge unas hojas de mi escritorio y le echa un poco de aire mientras le pone un dedo debajo de la nariz. Yo busco un poco de agua y se la doy. 

—¿Se encuentra mejor? —pregunto y él asiente.

¿Cómo lo ha sabido? No existen ni fotos, ni pinturas, ni esculturas. No existe nada sobre ese hombre; solo libros con su nombre, coronándolo como un héroe cuando no fue más que un sucio traidor.

—He soñado con él.

¿Soñado? 

Con la mirada perdida, saca la GESH de su bolsillo y comienza a darle vueltas entre sus dedos. Observo a la princesa que preocupada, se muerde las cutículas, quemando en mis retinas una imagen que nunca antes había visto. Una lágrima corre por su rostro y algo dentro de mí se agita. 

Estos chicos están asustados; tienen demasiadas responsabilidades, pero no dejan de tener veinte y veintiún años. Son solo unos niños y lo sé, a partir de hoy, estos dos mocosos me caerán bien; a partir de hoy, yo los protegeré. Soy un blando, Jazlyn tiene razón.

—He soñado con Lirba Asim, desde el día en que conocí a Jazlyn Lautner.

—¿Qué? —Ok, esto cada vez se pone más raro.

—En mis sueños estoy dentro del cuerpo de Lirba, me veo como él, pero no puedo hablar, ni moverme. Él es el que tiene pleno control, yo solo puedo sentarme a mirar. Hay una chica, su nombre es Maira Roirep y es el vivo retrato de Jazlyn. 

Mis ojos están abiertos desorbitados, incrédulos. ¿Cómo es eso siquiera posible?

—¿Viste a Jazlyn en aquella época? —Niego con la cabeza. No, nunca—. Pensé que él la amaba, pero visto que se casó con la princesa, no creo que sus sentimientos fueran verdaderos; pero eso es lo más difícil de entender, porque no solo me veo como él, es que siento lo que él siente. Sé que tenía sentimientos por Maira, lo sé. He luchado con él en guerras, he matado con él por la supuesta liberación de Morf, para darme cuenta luego de que es un traidor, que trabaja para Rasiver y que quiere derrotar al rey.

»Aún no he soñado la muerte de Hazir... Los libros dicen que es un héroe, que salvó a su país, pero no es así, él lo planeó todo, ¿no es cierto? Lirba Asim es un traidor, ¿verdad? —Asiento con la cabeza sin saber qué decir. 

Nadie sabe la verdadera historia de lo que sucedió esa noche, solo un grupo bien reducido de lobos, que primero se cortarían la lengua antes de decir algo. ¿Cómo es que el príncipe tiene esos sueños?

—Adams —me llama Sharon. Es la primera vez que usa mi nombre—. ¿Por qué mi hermano está teniendo estos sueños? He hecho de todo como Sanadora, pero no he podido curarlo. ¿Qué le está pasando? Estas pesadillas lo tienen mal.

—¿Ha intentado hacer algo por su propia voluntad cuando está en ese cuerpo? 

—¿Qué si lo he intentado? Un montón de veces, pero nada. ¡Estoy encerrado! —grita exasperado y yo le pido que hable más bajo, no queremos que oídos indiscretos nos espíen.

—Lo siento, alteza, nunca he visto nada parecido, pero prometo que lo ayudaré. Veré qué puedo averiguar con Lucio, él es más viejo que yo, puede que haya visto algo parecido…

—No puedes contarle a nadie, Hostring. Me tacharían de loco y mi abuelo me sacaría del campo. Soy un guerrero, no puedo permitir eso.

—No lo haré, seré discreto. No se preocupe.

Alexander toma la mano de su hermana y se pone de pie.

—Una última cosa… ¿Conocía a Jazlyn antes del interrogatorio? —pregunta.

—No —respondo sin titubear.

—¿Seguro?

—Completamente.

Asiente con la cabeza y salen de mi despacho.

Sé que no me ha creído, pero no me importa. Mi deber es proteger a Jazlyn aunque pierda la vida en el intento. Nadie puede saber quién es; si alguien se entera de que es hija de un Nefilim, estará en peligro.
 
 

🌟🌹🌟

HAY MÁS
 

 

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