11. ¿Jazlyn atacada por un vampiro?
Alexander:
Otra pesadilla… Otra batalla… Más heridas en mi cuerpo que, si bien ahora que estoy despierto no se ven, el dolor permanece.
Paso mis manos por mi rostro preguntándome por enésima vez en la última semana, ¿qué carajos está pasando conmigo? ¿Por qué estoy teniendo estos sueños? ¿Por qué son tan intensos?
No quiero admitirlo y mucho menos delante de mi hermana, pero comienzo a tener miedo, miedo de verdad y si Sharon no encuentra una cura rápido a lo que sea que me esté pasando, no tendré más remedio que informarles a mis padres y estoy convencido de que eso, no sería una buena idea.
La puerta de mi habitación se abre bruscamente y Sharon entra como una exhalación.
—¿En la cama aún? —pregunta cuando me ve envuelto en la colcha. Miro mi reloj de noche: siete y cuarenta de la mañana. Al menos no son las ocho—. Mañana pondré mi despertador media hora antes solo para quemarte el móvil hasta que te despiertes. El rey te va a matar, apúrate.
—Buenos días a ti también.
—Buenos días ni nada. Espabila que no me quiero meter en problemas por tu culpa.
Agotado, adolorido y soñoliento, salgo de la cama y una vez en el baño, me doy una ducha rápida y me cepillo los dientes. Quince minutos después estoy listo.
—Tenemos solo cinco minutos para llegar al salón del Trono, hay que correr.
Convencidos de que el gran Lohan no me permitirá una llegada tarde más, salimos corriendo por todo el palacio, llamando la atención de los Legnas que nos encontramos a nuestro paso. Llevo tantos días haciendo este recorrido a carreras que ya deben pensar que ocurre algo malo.
Faltan solo dos minutos para las ocho cuando nos detenemos frente a la puerta para tomar aire y calmar nuestras respiraciones erráticas. Sharon anuncia nuestra llegada con tres toques y entramos.
—Buenos días, alteza —saluda ella y él la ignora estrepitosamente.
—Me alegra ver que por fin te estás adaptando, Alexander.
—Sí, alteza, solo necesitaba unos días, pero ya estoy listo para iniciar mis labores.
—Perfecto, porque tengo tarea para los dos… Edward —llama a mi padre quien se acerca con una carpeta roja y me la entrega.
—La Logia ha solicitado nuestra ayuda —anuncia con voz autoritaria—. Ayer en la mañana se hizo una petición de membresía...
—¿Y eso que tiene que ver con nosotros? —le interrumpe Sharon—. A diario reciben ese tipo de solicitudes, ellos... —Se detiene ante la mirada a modo de reprimenda de mi padre. Este hombre odia que lo interrumpan.
—Esta solicitud es especial y por eso requieren una representación de la realeza, nosotros tenemos cosas más importantes que hacer que atender a las solicitudes de la Logia por eso irán vosotros.
Genial, como si nosotros no tuviéramos cosas que hacer también.
—¿De qué se trata? —pregunto.
—Una joven fue atacada por un vampiro hace unas noches, fue salvada por otro vampiro que llevaba una máscara, ¿les suena?
—El Justiciero.
Bueno, tal vez no sea mala idea ir a ese interrogatorio, estoy loco por atrapar a ese maldito vampiro, pero el imbécil es escurridizo. A lo mejor consigo alguna pista en todo esto.
La Sociedad Sobrenatural lo ha catalogado como el Justiciero pues entrega en la puerta de la Logia a todo aquel que infrinja las normas de esta y por supuesto, de los Legnas. Lo que más lo caracteriza a pesar de su ropa, claro, pues siempre usa la misma, es la nota que deja junto al infractor donde narra sus delitos.
A pesar de que hace cosas que podrían considerarse buenas, lo hace a su forma, violando cuanta ley existe sin importarle las consecuencias y, por tanto, está siendo buscado por la justicia sobrenatural.
—El nombre de la chica —dice mi padre mientras ojeo el contenido de la carpeta—, Jazlyn Lautner.
Y como si de un resorte se tratara todo mi cuerpo se yergue. Observo a mi hermana que con los ojos desorbitados me devuelve la mirada y yo rezo para que nadie se haya dado cuenta de ese acto reflejo.
¿Jazlyn atacada por un vampiro? No puede ser, o sea, Sharon me dijo que eso le había dicho cuando le preguntó su razón para entrar a la Logia, pero no lo creía. Solo con ver su reacción confundida y temerosa ante la presencia de Sam es suficiente para saber que mentía. ¿Por qué poner esto en su solicitud?
¿Cómo una humana común y corriente sabe de la existencia del Justiciero?
El tema de Jazlyn pasa a segundo plano cuando Sharon comienza a informar sobre el veneno con el que han estado atacando a nuestros guerreros, pero desgraciadamente, no hay avances. Y por más que intento prestarle atención al resto de la reunión, mi cabeza solo puede pensar en que Jazlyn fue atacada por un vampiro y salvada por el Justiciero. Esto es una locura.
Desconcertado aun, salgo de la Sala del Trono. Escucho los pasos de mi hermana tras de mí, pero no dice nada, simplemente me sigue hasta la cocina donde caigo desplomado en una silla. Apoyo los brazos en la isla y hundo mi cabeza en mis manos mientras intento encontrar una explicación a todo esto.
El delicioso olor a pastel de manzana, receta especial de Isabel, nuestra nana, inunda mis sentidos cuando Sharon coloca una ración frente a mí. Levanto la cabeza con una sonrisa, esta chica me conoce mejor que nadie. Nada mejor que un pastel de manzana para mejorar mi humor.
—Alex, ¿cómo es posible que cada día que pasa Jazlyn esté más involucrada en nuestro mundo?
—¿De verdad te crees esa historia? ¿Jazlyn atacada por un vampiro? ¿Salvada por el Justiciero? ¡Maldita sea! Ayer parecía que le iba a dar un ataque cuando vio a Hostring. Definitivamente no sabía nada.
Su silencio no me gusta, significa que piensa igual que yo y por algún motivo tenía la esperanza de que ella tuviera una razón para este sinsentido. Llevo un pedazo de pastel a mi boca y mi estómago ruge con aceptación, está delicioso y tengo un hambre del demonio por lo que lo devoro en cuestiones de segundo.
Sharon apoya su mano sobre la mía libre y es entonces que me doy cuenta de que en algún momento he sacado la GESH; para los ojos de un simple humano, una moneda antigua; para todo el que me conoce, mi arma preferida. Pero el hecho de que le dé vuelta entre mis dedos solo significa que estoy nervioso, muy nervioso.
—Alex, ¿recuerdas lo que siempre nos dice Isabel? —La miro sin saber a qué se refiere—. Para ella las casualidades no existen.
—¿Qué quieres decir?
—Que son muchas cosas como para dejarlas pasar. Jazlyn estudia en Jack Alvar; de repente quiere entrar en la Logia; Hostring la confunde con quién sabe quién; su pulsera tiene cinco runas, por lo que alcancé a ver: la del Adaptador, la del Destino y la de la Vida, las otras dos no las conozco. También está esto de que fue atacada por un vampiro y el rollo del Justiciero. Jazlyn no es la chica que creíamos.
—Te falta una cosa. —Ahora es ella quien me mira sin entender—. Mis sueños comenzaron luego de conocerla y Sharon, por mucho que te esfuerces en decir que es por estrés, o porque Jazlyn dejó una fuerte impresión en mí, en el fondo sabes que no es así.
—Supongo que tendremos que esperar a esta tarde. —Asiento de acuerdo con ella. En el interrogatorio podremos saber si Jazlyn dice o no la verdad.
Y espero realmente, que todo esto sea un malentendido.
El resto del día transcurre lentamente. Estoy nervioso por los sucesos de la tarde, sigo sin entender qué demonios está pasando y ya me duele la cabeza de tanto darle vueltas.
Cuando llegamos al SENCO, vamos directo a la sala de interrogatorios. La impaciencia puede conmigo, me siento encerrado dentro de mi propio cuerpo por no saber qué hacer. Es una sensación rara y extremadamente incómoda.
Sharon está callada, algo normal cuando viene a este lugar, no le gusta, siempre termina estresada, enojada y con un dolor de cabeza infernal. Lleva su traje que la identifica como Sanadora: un vestido blanco ancho que arrastra al suelo, de mangas largas, con un cinturón fino de cuero que sujeta la bash de las runas; nada parecido a lo que usa habitualmente. Por encima, luce una capa negra con el símbolo de la Logia "Witnesses of de History", una especie de H y W entrelazadas con un enorme ojo encima. Por último, en representación de la realeza Legna, porta la tiara real.
Hace muchos años que los guerreros no usamos uniformes en la batalla, algo que me alegra muchísimo porque una vez me probé uno y era de lo más incómodo. Aún no sé cómo los Legnas antiguos podían usar algo como eso, no tenía facilidad de movimientos. Es por eso que solo llevo un pantalón negro, con una enguatada roja y una americana negra también, unas botas altas y mi bash colgando de mi cinturón.
Dada la importancia de este Juicio, que es como se le suele llamar al interrogatorio, debo usar la capa de la Logia al igual que mi hermana y como representación de la realeza Legna, el anillo real, nada del otro mundo, pero pesa demasiado para mi gusto.
Las paredes del salón son de color terracota lo que la hace parecer fría; fue decorada por humanos así que tiene cierta similitud con sus tribunales de justicia. En el podio hay cinco asientos: el del centro le pertenece al líder de la Logia, un hombre lobo de los más antiguos que da miedo con solo mirarlo. A su izquierda está el asiento que le corresponde a mi hermana y a su derecha el mío, o sea, los que le pertenecen a la realeza. Las sillas siguientes las ocupan otros miembros de la Logia que ellos mismos eligen.
En el fondo de la sala hay banquillos dedicados a todos los curiosos de la Sociedad Sobrenatural que quieran estar presentes y por lo que veo, hoy estará repleto. Al parecer el justiciero es más famoso de lo que pensaba. Y ese pequeño podio en el centro de la sala le corresponde hoy a Jazlyn.
Cerca de la hora acorada, salimos del gran salón para reunirnos con Lucio y el resto del jurado que resultan ser Adams Hostring, uno de los fundadores de la Logia y con el que he conversado en varias ocasiones y Sacarías, uno de los brujos más antiguos, a este no lo conozco tanto.
A pesar de que ya me he leído el expediente de Jazlyn doscientas veces en las últimas horas, vuelvo a repasarlo nuevamente con el jurado y si bien ninguno da una opinión sobre lo que piensan, no creo que vayan a aceptarla.
Diez minutos después, hacemos entrada en la sala y todos los presentes guardan silencio mientras cada miembro del jurado toma posición. Jazlyn ya está en el podio, mordiéndose ese delicioso labio y dejando claro su nerviosismo. Se ve preciosa.
Lentamente, levanta su cabeza y cuando sus ojos se cruzan con los míos, se abren desorbitadamente y no puedo evitar sonreír. Sin dudas no esperaba verme aquí y estoy seguro de que no le hace mucha gracia. Baja la cabeza y retuerce sus dedos.
Espero que seas convincente, Jaz, porque yo no creo ni una palabra de lo que dice tu formulario.
🌟🌹🌟
HAY OTRO CAPÍTULO
☺️
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