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8.- Las piedras lunares

Al otro lado del mundo, en la ciudad natal de ambos jóvenes super héroes, el clima y la ciudadanía era algo totalmente opuesto a su situación; el clima estaba cálido y las nubes dejaban entrar el sol, viéndose las calles altamente transitadas tanto por autos, como por civiles, siendo este el caso de Gwen Stacy. La rubia amante del lanza red iba en dirección al trabajo de Peter, el Daily Bugle, buscando llevarle un desayuno mínimamente sano a quien era su cuñada, y seguramente, quien se encontraba supliendo a Peter en sus deberes laborales, Lois Lane. Gwen entro a la recepción, notando como reporteros, y gente con notas que darle a los periodistas, iban de un lado a otro en su pesado día a día en el campo de batalla que era su labor.

—¿¡Puedo ayudarla!?— pregunto una secretaria, al ver a Gwen casi entrar a los elevadores sin algún previo aviso

—Déjala pasar, es novia de uno de los hermanos Parker— confesó Betty Brant, mientras saludaba con la mano a Gwen desde su asiento —. Hola Gweny.

—¡Hola Betty!— clamó alegre la joven rubia, mientras agitaba la mano saludando y dejando que se escuchara el agitado sonar de la bolsa de papel en su otra mano —¿Llegue en mal momento?

—Un hombre muro, una especie de super capitán Nazi, monstruos sueltos— expreso burlona Betty, justo antes de oír sonar el teléfono y, al percatarse de que era el mismo número por centésima vez este día, una hombre insistiendo en que había mil arañas corriendo y susurrando dentro de los muros de su edificio —, ya sabes, un día normal en la tierra. ¿Vienes a ver a la chica Parker?

—Por alguna razón, suena mejor que te refieras a mi por ese apodo gracias— expreso medianamente incomoda Gwen, mientras miraba hacia el reloj —. Pero si, Betty, vengo a traerle algo de comida a Lois.

—Claro, sube, seguramente esta bajo una montaña de papeles y notas— declaró Betty, levantando finalmente la bocina y viendo a Gwen con poco de pesar—. El Señor Jameson se ensaño un poco con ella cuando supo que mando solicitud para el Daily Planet allá en Metrópolis.

Gwen solo cerro los dientes y sonrió con un fingido nerviosismo justo antes de seguir su camino, ahora con "permiso, hacia los pasillos, escaleras y habitaciones del famoso lugar de periodismo. Gwen subió y subió escaleras, únicamente viendo reporteros, cámarografos y más oficinistas ir de un lado a otro por todos los pisos por los que pasara, lo rutinario cuando visitaba a Peter. Llego al piso predilecto para el trabajo de su, momentáneamente ausente, pareja, topandose con una Lois Lane como había sido predicho; montones de documentos, carpetas y viejas notificas que debía renovar a un formato más digital para las computadoras y el sitio web del Daily Bugle, además de buscar también una presentadora para dicho programa, pues en ese aspecto el Daily Planet ya les llevaba ventaja, definitivamente no era el día, semana, o quizás mes, para ser cuñada de Peter Parker.

—Vaya, creo que Brant no bromeaba— declaró al aire Gwen, presentándose con Lois Lane y sacándola de su caos andante

—Estoy aquí desde las cinco, por el amor de dios dime que tienes comida— contestó Lois en lugar de su común saludo, mientras colgaba ambos teléfonos qué colgaban de su cuello y de alejaba del escritorio; un fuerte abrazo le fue dado a Gwen apenas Lois noto que en efecto, había venido con comida —. Ese bigoton es un lunático, uno pensaría que saca todo su odio con Peter pero...

—¡Shh!— mando a callar Gwen, aunque podía pasar desapercibido, una mente audaz descifraria tal equivocación; Lois se encogió de hombros y miro a su alrededor —. Harás qué lo despidan jeje...

—Lo siento, la costumbre supongo— contestó Lois, mientras recibía la comida y la abría sobre el escritorio de Peter —¿Has sabido algo de ellos?

—Nop— respondió desanimada la rubia, mientras miraba de reojo los periódicos más populares de Peter y fotografías con ella en el muro de su cubículo —. Han sido días largos...

—S.H.I.E.L.D, S.T.A.K.E, buah, son la misma estupidez— explico molesta Lois, empezando a comer con una desesperación que le preocupaba demostrar frente a los empleados del Bugle, o que pudiera preocupar a Clark donde sea que estuviera —. Dame un par de años y estaré volando en helicóptero hacia el peligro con ellos o en otras notas como, no se ¿San Monte?

—El lado positivo es que no están solos, y ahora también tienen a ese Green Lantern kryptoniano— expreso con desánimo Gwen, empezando a comer con la mirada hacia la nada

—No te muy alegre cuando hablas de lo positivo— intervino Lois con una mirada preocupada y una sonrisa nerviosa

—A veces solo pienso, tu sabes— decía Gwen, sin dejar de comer y viendo a su alrededor, buscando que no se percataran con demasiado interés de su platica —. Peter y yo llevamos unos años juntos y el siempre ha sido, tu sabes...

—¿"Cámarografo"?— respondió Lois, tras mirar de reojo

—Si, me preocupa que eso lo consuma— explico con pesar Gwen, mientras veía como había más fotografías de Spider-man, Superboy y compañía, que de ella y del propio Peter —¿Nunca te gas preguntado eso con Clark?

—Lo siento Gweny, canal equivocado, hija de familia militar, soy más de pensar en correr a la acción si algo pasa— explico Lois, con pesar en mirar hacia un reportaje que tenía en su libreta con el título: ¿Llego la era guerra de especies? Meta humanos, mutantes y aliens ¿Cuál es la diferencia realmente? —, y luego pensar que pasara por lo que hice. A quienes molestara y a quienes ayudará, ya sabes, lo que los reporteros siempre debieron ser...

—Si, supongo que soy más la científica, que la que corre a la acción y...— pero Gwen fue detenida al por azotarse con suma violencia

—¡Esto es basura Brock!— grito con suma violencia J.J Jameson, sacando a un hombre fornido de su oficina

—Le dije a ese musculoso que lo de los adolescentes que robaron un adaptoide en forma de camioneta era una mala idea— susurro Lois, echando la cabeza hacia atrás con molestia y lastima

—Analfabetas, pandilleros juveniles, marginados de la sociedad— gritaba J.J, evocando las nerviosas risas y sonrisas de sus compañeros de trabajo —¿¡Acaso crees que la lastima va a hacer que los vean como villanos!? ¡Robaron a un montón de villanos!— explico de un grito aun más fuerte, haciendo que aquel musculoso hombre tambaleara hasta chocar con una vieja fotografía con el grabado: ¿Qué haría él Capitán América? —. Si empezamos a cubrir cada crimen juvenil contra villanos o estúpidos vigilantes, tendremos a estúpidos que se creen psicólogos sacando libros sobre, no se ¡Punisher como víctima! ¡Largo!

—Yo se lo dije con más calma y palabras más lindas pero si, supongo que es todo— añadió Lois, haciendo reír a Gwen mientras ambas veían a Eddie Brock correr con mucha prisa hacia las escaleras

—¡Lane!— llamó de golpe, haciendo que la pelinegra diera un salto de su silla y tomará muchos papeles en sus manos

—Diablos, Gwen me tengo que ir, gracias por el desayuno— explicó tras dar una última mordida a su comida y empezar su camino hacia la oficina de su jefe temporal —¡Nos vemos para comer!

—¡Lane!— volvió a gritar J.J; Lois solos apresuró su carrera mientras veía venir los gritos del reportero en jefe —¿¡Qué demonios es esta basura de la hipocresía social con los "religiosos de los héroes"!?

—Egipto.

La arena soplaba contra las mejillas de los héroes victoriosos qué salían de la pirámide con la piedra lunar morada en mano; si bien a Moon Knight, Layla y el propio Scarlet Scarab los lugareños los veían con gloria y emoción, aun había aquel recelo hacia los venidos de parte de S.H.I.E.L.D como lo eran el Ninja Negro, White Tiger y Kid Flash. Los héroes únicamente miraron con cierta duda hacia el interior de dicha pirámide, si esta y muchos de los monstruos que ahora combatían era extraterrestre ¿Qué más lo sería?. Las puertas del jet se abrieron lentamente, anunciando la pronta ida de los héroes, y una victoria más, o lo que parecía, contra Drácula.

—Si el futuro de los superhéroes son ustedes— iniciaba Scarlet Scarab, mientras posaba su mano en el hombro de Cole y los miraba de reojo, volviendo la mirada hacia su yerno capado de blanco —, creo que con algo de entrenamiento estaremos bien.

—Aunque por favor, dejen las bromas— bromeó, irónicamente, Layla, mientras dejaba su arma sobre la mesa e intentaba ver más allá del intenso sol que los abrumaba

White Tiger empezaba a decaer, como si el cansancio le cayera de golpe, o el intenso sol egipcio le afectará tras horas en la oscuridad de la pirámide. Sentía como si le robaran las fuerzas desde dentro de la pirámide, algo no tan notorio hasta ahora, que no pudo confundir más con cansancio cuando casi se desmayo en la arena, dejando caer incluso la piedra lunar y rápidamente entrando en acción su propio amuleto, el cual empezó a brillar intensamente en su cuello.

—¿Estas bien?— pregunto Kid Flash, mientras ayudaba a White Tiger a mantenerse de pie

—S-Si, aun con mi amuleto fue difícil tenerla en mis manos— decía White Tiger, levantandose la máscara del mentón para así respirar con mejoría; su piel iba recuperando lentamente aquel tono acaramelado, pues estaba muy pálida tras la exposición a la roca —, tal vez esa kryptonita afecta a los humanos...

—No la toquen— ordenó Cole, usando la hoja de su guadaña dorada para levantarla

—Es extraño— decía Layla, mientras escaneaba la roca con un aparato hecho por LexCorp para, según su dueño, el bien de la arqueología —, la kryptonita es de las pocas cosas raras que esta cosa tiene en su menú, pero por lo visto, esta roca púrpura no es kryptonita...

—¿Qué es kryptonita?— pregunto Moon Knight, mientras se quitaba la máscara y veía atento hacia el escaneó

—¿No escuchaste su explicación cuando llegaron?— regaño Layla a su pareja, a lo que este simplemente sonrió apenado —Lo de las piedras lunares ¿Superboy y eso?

—Creó el que escucho fue Steven el qué escucho— se excuso Marc, mientras dejaba su blanquecino báculo clavado en la arena

—No me salgas con esa excusa, solo funciona seis veces con cada uno de ustedes— explico Layla, logrando que todos, a excepción de Scarlet Scarab, la miraran confundida

Más la paz no duró mucho, pues el cielo grito ante la ruptura de la barrera del sonido, haciendo que todos se girarán con aires de nerviosismo hacia el cielo, sin saber que su temor iba a ser correspondido. Una lluvia de dos chorros carmesí cayó sobre aquel campamento junto a la pirámide, volviendo cristal la arena a su paso, mientras que todos escapaban y esquivaban los mismo, viendo ocasionalmente a su atacanta en los cielos, topandose con su atacante: Kara Zor-El.

—La piedra lunar...— ordenó Kara, con ambos ojos ardiendo en su amenazante carmesí, viendo fijamente a los héroes

—...denmela, ahora.

—Ah... ¿Quieres una piedra?— pregunto Cole, dejando caer la piedra lunar mientras apuntaba con su guadaña hacia Kara, mientras que la arena a su alrededor empezaba a girar

—¿Ese no es el símbolo del niño de New York?— pregunto Moon Knight, arrancando un par de moonarangs de su cinturón, viendo extrañado a la rubia

—¡No te lo llevaras, rubia loca y sexy!— clamó al aire Kid Flash, comenzando a girar por alrededor del campamento hasta que pudo finalmente lanzarle relámpagos a Kara, aunque viéndose esto poco útil, al menos hasta que Scarlet Scarab actuó

—¡Qué no se lleve la piedra!— grito al aire Scarlet Scarab, mientras disparaba su energía hacia Kara, tratando de frenarla; aquello pareció más efectivo de lo pensado, pues la mujer cayó de rodillas al suelo y rápidamente fue atacada por la lluvia de balas de las personas del lugar

—¿Hechicería?— pregunto Kara, justo antes de ser golpeada por la parte no filosa de la guadaña de Cole, sirviendo como una especie de martillo —. Bien, que sea algo justo— confesó al aire Kara, justo antes de usar su super aliento para mandar lejos a Cole, viendo como es que los moonarangs solo impactaban contra su pecho y caían a la arena tras un metálico ruido seco

—¡Váyanse ya!— ordenó Moon Knight, dando un brinco sobre de White Tiger y corriendo hacia Kara

Un par de golpes secos fueron dados al rostro de la mujer kryptoniana de parte de Moon Knight, viéndose las puntas de sus blancos bastones destrozarse apenas tocaban a la misma, no haciendo más que enfurecerla más; Kara alzó el puño hacia atrás, cargando para dar un fuerte golpe al avatar de Konshu con su puño, siendo esto evitado por el elemento mágico entre los héroes egipcios. Scarlet Scarab disparo sus llamas mágicas y envolvió con estas los bastones, o lo que quedaba de estos, con sus llamas, siendo golpeados por la kryptoniana, terminando por amortiguar suficiente el golpe como para que, aunque estos quedaron destrozados, Moon Knight saliera volando varios metros hacia atrás, tras el chispazo de impacto, derribando a Layla y Cole en el camino. Kara entonces se giro hacia quien representaba la mayor amenaza entre los héroes, Scarlet Scarab, rápidamente volando hasta él y confrontandolo.

—Magia— susurro Kara, levantando a Scarlet Scarab del cuello mientras que los relámpagos de Kid Flash solo le impactaban contra la espalda, sin sufrir efecto alguno más allá del fastidio de Kara —. Siempre odie a los ilusionistas en Krypton.

—¡Déjalo en paz!— grito Kid Flash, acercándose hacia ella para tratar de empujarla, pero quedando vulnerable al aliento gélido de Kara, logrando llenarlo de escarcha y derribandolo con un pronto choque térmico al estar casi congelado en el desierto

—La roca le pertenece a Lord Drácula— contestó Kara, volviendo al tema con Scarlet Scarab y encendiendo sus ojos nuevamente

—¡Papá!— grito con pesar Layla, levantándose de entre la arena y soltando un desgarrador grito apenas vio la visión calorífica de Kara atravesar el vientre de su padre, entre los ahogados quejidos de Scarlet Scarab.

Como si fuese nada, Kara lanzó al suelo a Scarlet Scarab, viéndose bañada por las balas que le disparaba cada persona armada en el lugar, incluidos los proyectiles de Moon Knight y rocas de distintos tamaños creados por la guadaña de Cole; moviéndose a una velocidad propia de los kryptonianos como Superboy o Nova, o incluso los fantasmas hace ya un par de años, Kara se deslizó entre un vals kryptoniano, levantando nubes de tierra tras ella hasta que freno a los pies del jet de S.H.I.E.L.D, viendo con una sonrisa triunfal aquella piedra lunar púrpura, dejando que un tenue brillo rojizo reluciera en sus iris tras tomar la piedra lunar, como si una especie de hechizo recibiera un refuerzo o daño; Kara miro hacia el cielo y salió volando sin importarle en lo más mínimo los héroes a su alrededor; ahora Drácula tenía una piedra lunar más.

—¡Papá!— gritaba Layla, siendo ayudada por White Tiger a ponerse de pie tras caer por el impulso de Kara para volar; Layla busco con desesperación a su padre, intentando ver más allá de la nube de tierra a su alrededor —¡Papá!

Apenas pudo ver más allá de su nariz, Layla se encontró con una escena de terror puro para una hija; su padre se tomaba del vientre con un increíble dolor mientras intentaba frenar el sangrado con las manos. Incluso con el escarabajo de rubi, aquella herida fue mortal; las palabras de Layla y el propio Moon Knight no parecían ser escuchadas por Scarlet Scarab, nada más que un ensordecedor e insufrible eco de derrota para los héroes, quienes solo evitaban ver dicha escena en el caso de Wally, mientras que White Tiger y Cole miraban con tristeza y temor, aunque este hombre estaba por morir frente a ellos, también estaba por completarse la maquina del Conde Drácula.

—V-Vengame...— pedía Scarlet Scarab mientras se ahogaba con su propia sangre frente a los ojos de hija, quien no dudo en asentir aun con los ojos llorosos y mientras tomaba la mano de su padre

—L-Lo haré, papá... yo...— intentaba decir Layla, hasta que rompió en llanto al sentir la mano de Moon Knight en el hombro

—La joven no...— pidió Scarlet Scarab, tomando la mano de su hija y rogándole con la mirada, de esas que solo un padre daría de suplica a su hija —, sentí la mano moviendo los hilos, Drácula esta... det... ras...

Y así como así, todo quedo en silencio justo antes de escuchar a Layla llorando, rogando por su padre, quien dejo ir su vida entre un último suspiro, únicamente dejando a su, ahora huérfana, hija llorando desconsoladamente en los brazos de Moon Knight, quien le dedico una mirada llena de furia y tristeza al hombre, iba a vengarlo. En un moviendo ágil de su parte, Layla aún envuelta en llanto tomo el escarabajo de rubí en sus manos, jurando aquello último que le prometió a su padre hacia sus adentros: venganza.

—Aquí White Tiger y el equipo de Egipto a S.T.A.K.E— decía la felina a su comunicador, evitando ver hacia dicha escena desgarradora —. Drácula tiene la piedra lunar púrpura...

—Shelley's Town.

En los campos verdes alrededor de la casa de Victor Frankenstein, ya no solo estaba el inconsciente Superboy, pues ahora en los suelos también estaban los secuaces del científico loco, La Novia y el Monstruo de Frankenstein, abatidos oír refuerzos inesperados para el kryptoniano, e incluso el hunsno que los creo; los restantes del equipo que iría por la piedra lunar rosa. Nova y Elsa, ambos en compañía de los miembros de la Winter Guard, habían llegado al rescate y apoyo de Superboy, Jay y Morbius, en un intento de evitar que lo peor ocurriera, grave error, puesto que la piedra hace un rato ya que no estaba. Nova voló envuelto en su energía hasta que llego con su hermano, a quien rápidamente busco ayudar, hasta que escucho el cantar del pasamanos en una escopeta a unos metros de él, en la cabaña.

—¡Atrás, humano!— amenazó Nova, tras envolver de energía cósmica su puño y apuntarle a Victor y disparar, friendo un arma cuyo interior emanaba un brillo verde, solo para ser rápidamente sometido por Darkstar II y el Ninja Azul —¡Puedo deducir qué estás confabulado con este Drácula y sus fuerzas!

—¿Q-Quien es él?— pregunto Superboy, finalmente despierto y mientras veía a ojos entre cerrados a su hermano, buscando averiguar a quien cargaba

—Gracias a Rao, estas bien— susurro con alivio Nova, justo antes de responder a su hermano con una recién recuperada calma —. El es Red Guardian, un noble guerrero que se quedó junto conmigo para que nuestros aliados pudieran escapar— explico Nova, mientras le daba el inconsciente cuerpo al de mayor tamaño

—Spasibo, tovarishch vedro— hablo en su idioma natal Ursa Major, recibiendo en brazos a su líder

—Es un casco, lo hablamos de camino, Ursa— contestó Nova, mientras se quitaba el casco y le daba la mano a su hermano, buscando ayudarle a ponerse de pie y prestando atención a lo que su oído captaba —La escuchas tambien ¿Cierto?

—S-Si— confesó con pena Superboy, escuchando con todo su esfuerzo hasta Egipto, y lo recién ocurrido —Ava dice que también le quito la piedra a ellos— apretó sus puños con rabia

—¡Oigan! ¡Hermanos E.T!— llamó Elsa, con ambas manos junto a la boca —¿Algo de Spider-man y ese bombón de trasero grande?

—¿Quién?— pregunto extrañado Nova, viendo a su hermano suspirar antes de responderle

—N...— pero Superboy no pudo responder, pues alguien más lo hizo

—Nightwing— contestó Darkstar II, logrando que la miraran con una muestra de tenue molestia y gracia

—Lo último que supe es que ya volvían con S.T.A.K.E— expreso Morbius, intentando hacer funcionar un comunicador, destruido durante la pelea

—¿Qué les paso a ustedes?— pregunto Jay, mientras se sentaba en la hierba y miraba a su alrededor

—Esa suka rubia y el ninja rojo, eso paso— aquella declaración, llamado la atención de Nova, cuyo caso estaba bien ocupado para traducciones; una mirada molesta salio del joven pelirrojo —. Una disculpa, Superboy, Ron-El nos explicó la situación pero entiendenos, nos dio una paliza...

—Espera...— susurro Jay tras ponerse de pie y así dejar caer su máscara y chacos al césped, con temor de lo peor —¿Kai?

—Sucumbió a la infección, Ninja Azul, lo siento, genuinamente— expreso Nova, llevándose la mano el pecho

—Y se llevaron a Blade y Red Lantern— informo Elsa, tras patear unas rocas y ver que estas golpearon el pie del Dinamo Carmesí; soltó una risita burlona antes de verse observada por el Dinamo Carmesí —, como si pudiera ponerse más de la mierda...

—¿Y ahora que hacemos?— pregunto Darkstar II, con intriga y temor en su voz, al verse sin su líder —. Drácula también tiene la piedra verde...

—Qué sepamos, hasta ahora solo tenemos la amarilla y la naranja— explico cabizbajo Superboy, mientras rayos de luz solar cruzaban a través de las nubes, curandose de un par de heridas en el rostro

—Bueno, ese humano de allá— decía Nova con molestia y mientras señalaba con molestia hacia Victor, aun sometido en el suelo —, apuesto a que save muy bien como tener una reunión con su amo.

—Eso y que ahora, tenemos un par de manos extras— señaló Morbius al notar la presencia de los héroes soviéticos con ellos —. Puede ser un buen factor sorpresa...

—Castillo de Drácula.

En la lúgubre fortaleza vampirica, múltiples de los lacayos de Drácula rondaban en guardia alrededor del castillo o en sus múltiples torres, esperando el anocher y, en el caso de los vampiros, tener la libertad de quitarse sus trajes militares que ocultaban cada mínima parte de su piel, dándoles una gran protección contra la luz solar. Kara vagaba por los pasillos tras entrar por uno de los muchos ventanales en las torres del castillo, con ya dos piedras lunares en la mano y apunto de conseguir la tercera, esto sin saberlo. Cientos de pasos hicieron ruido en sus super oídos mientras que las ramas de los árboles crugian y el lejano eco del ejército de los muertos empezaba a hacerse oír, acto por el cual Kara miro más allá de la ventana.

—Miren nada más...— le susurro Kara a los vampiros altamente armados a su alrededor, haciendo que estos en respuesta vieran por las ventanas con sus armas de alto calibre y sus respectivas miras

Efectivamente como los vampiros pudieron comprabar, algo se acercaba: Un numeroso ejército de zombies con un zombificado Ninja Rojo a la cabeza, portando no solo su espada de fuego, sino también la roca rosada en alto.

—...tenemos visitas.— finalizó Kara, apenas vio a los cientos de muertos frenar antes de llegar al lago, cuyas aguas se tornaban rojas ante la sangre que los vampiros dejaban salir del interior del castillo y las llamas qué resplandecían al otro lado del lago

Pronto, las tropas de los muertos vieron un borrón grisáceo salir del castillo y dirigirse hacia ellos, como si fuera un proyectil, uno que se detuvo sobre el lago a tan solo un par de metros de su ahora líder, Kai. El Ninja Rojo observo a quien había salido en búsqueda de sus palabras, sintiendo un lejano temor y recuerdo apenas vio que se trataba de Kara, aquella que no solo podía salir al sol, sino que incluso la fortalecía; Kara se mantuvo a brazos cruzados, observando y usando su visión de rayos x para evitar sorpresa alguna.

—¿Y esos?— pregunto Kara, tras ver a los inconscientes Blade y Red Lantern, siendo cargados por otros zombies y a su vez estos siendo vistos con recelo al no darlos para una comida grupal

—Prisioneros— declaró Kai, tras alargar la letra S en sus palabras, y sin quitar la mirada de Kara —, p-para Drácula...

—¿Y tu piedra lunar, la tienes?— pregunto de nuevo Kara, mientras instintivamente se llevaba la mano al saco donde esta resguardaba las piedras lunares en su cinturón

—P-Piedra lunar...— susurro en respuesta Kai, antes de asentir lentamente y buscar entre los pliegues de su arrugado traje de ninja, finalmente encontrando aquella brillante piedra rosa —, ¿dar a Drácula...?

—Asi es— respondió Kara, mientras se acercaba volando hacia Kai y estiraba la mano —, yo se la daré, Ninja Rojo.

—Drácula...— susurro el moribundo Ninja

—La piedra, para que puedan pasar al castillo— contestó autoritaria Kara, encendiendo sus ojos en su visión calorífica y recibiendo de Kai la piedra lunar rosa —¿en serio? ¿Es rosa hasta en su energía?— Kai solo asintió y vio a Kara alzar la mano con una sonrisa, a lo que el puente se empezó a elevar lentamente, permitiéndoles en unos segundos el paso —, lleven a los prisioneros a los calabozos, Drácula los convocará para la reunión de la oscuridad...

Apenas Kara termino de hablar, voló rápidamente hacia el interior del castillo, dejando únicamente a los zombies esperando a que el puente se pusiera en su lugar, permitiendoles pasar. Por los pasillos, Kara se dirigía con rapidez hasta la enorme biblioteca de Drácula, donde se pasaba la mayor parte del tiempo que no estaba en reunión con su consejo o el resto de los monstruos; el día de hoy, yacía leyendo uno de sus muchos libros, por milésima vez seguramente, mientras que su ama de guerra, Baronesa Blood, le daba los reportes en compañía de su lacayo, B-Negative, alistándose para la gran pelea y activación de la maquina.

—Debiste enviar a tú mascota a Florida— reclamaba Baronesa Blood, mientras destrozaba el comunicador con la mano y lo lanzaba al fuego de la chimenea, únicamente escuchando el tronar de sus materiales en el fuego —, esa tal Siren no se ha comunicado hace horas, seguramente ya la derrotaron.

—El pesimismo no nos ayudará, Lady Cromwell— confesó Drácula, cerrando finalmente su libro y devolviendolo a la sección de criptozoologia

—Atuma era una mejor opción como aliado y usuario de la piedra lunar amarilla— regaño Baronesa Blood, agachando la cabeza tan pronto Drácula de giro para verla; la Baronesa recupero aquella calmada y sumisa postura —, m-mi señor.

—Atuma.— hablo Drácula, sin un tono amenazante o autoritario, solamente intimidando a ambos vampiros con su postura y una sonrisa —, nacionalista, si supiera que lo que vamos a hacer afectaría a su Talokan.

—En realidad es la Atlantida, mi señor— corrigió Baronesa Blood, recibiendo una ceja alzada de parte de Drácula

—Si, Siren viene de Atlantis y Talokan es solo una leyenda de marineros— añadió B-Negative, terminando por ser regañado con la mirada por Baronesa Blood; B-Negative agacho la cabeza con pesar, su maestra no quería que se entrometiera

—Ahora faltan tres piedras y casi es hora de llevar a cabo el ritual— decía con todo el respeto que podía Baronesa Blood, intentando hacer que su amo entrará en razón —, sino hay que esperar hasta el siguiente año y...

—La piedra lunar morada, Lord Drácula, y también la rosa— respondió Kara, sin presentarse y mientras entraba a la biblioteca, ganándose la molestia de Baronesa Blood, pero a su vez una pequeña carcajada de la Baronesa al ver que la traía en la mano, brillando

—¿Estas bromeando, kryptoniana?— pregunto Baronesa Blood, mientras veía aquella roca rosada —. Los no muertos ni siquiera son una casta importante entre los nuestros ¿De que servirá?

—Lo que importa para la maquina no son las castas de monstruos— aclaro Drácula, mientras veía fijamente a la vampiresa —lo que de verdad importa son las piedras, deben ser seis y su energía.

Una sonrisa de orgullo nació en Kara, mientras que una de pesar abundaba en B-Negative, y la rabia empezaba a emerger del interior de la Baronesa Blood.

—Gracias Kara.— finalizó Drácula, mientras señalaba hacia la salida con una calida sonrisa —Puedes retirarte a dormir el resto del día, te necesitaremos bien despierta esta noche.

—Lord Drácula— se despidió Kara, mientras hacía una reverencia a su maestro y veía a de pies a cabeza a la Baronesa Blood, dejando salir un pequeño brillo en sus ojos, usaba su visión de rayos x —, Lady Cromwell.— finalizó con una picarona sonrisa, justo antes de darse la vuelta y dirigirse hacia la salida

—¿Acaso tú mascota uso su visión de rayos x conmigo?— pregunto molesta, y hasta vagamente ofendida la Baronesa Blood

—Tal lo parece— expreso Drácula con una sonrisa pícara, mientras bebía de su taza de sangre

—Wow...— susurro B-Negative, mientras bajaba la mirada y se adentraba en sus pensamientos

—Los héroes en los calabozos— inicio la Baronesa Blood, girandose hacia Drácula —¿Los ejecuto?— pregunto mientras tomaba el mango de su espada

—No, Lily— declaró Drácula, con una sonrisa maliciosa  —. Son buena garantía si es que los pesos pesados llegan a querer frenarnos, o mejor aun, buenos elementos como vampiros.

—Bien... ¿Y entonces que sigue?— pregunto Man-Wolf, bajando de uno de los libreros, justo antes de que a través de un muro apareciera Ghost y el ahora monstruoso Gentleman Ghost —, Lord Drácula.

—Preparemos la maquina, es hora de que la larga noche comience— sentenció Drácula, con una sonrisa mientras que veía hacia los dibujos que eran los planos de su máquina, lista para cubrir al mundo de tinieblas.

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