3.- Piedras Lunares
—Base Lunar de S.W.O.R.D.
En el laboratorio de la base, Spider-man, y Zane caminaban extrañados alrededor de John, quien se mantenía quieto de una lúgubre manera frente a la piedra lunar naranja, logrando erizar la piel del arácnido. Spider-man, por debajo de su máscara, miró con preocupación a John, ahí estático y con una especie de deleite
—¿J.J bueno?— pregunto Spider-man, viendo como los ojos de John se clavaban en la piedra lunar —¿Esta bien? Parece que vio...
—A dios— bromeo por nerviosismo Zane, mientras desviaba la mirada por temor hacia las computadoras que, al menos las que no estaban rotas o arañadas, manifestaban estática o pantallas azules
—Es extraño— susurro John, mientras daba varios pasos hacia el frente, en dirección a la piedra —, la luna debería de potenciarla pero tal parece que la contiene al sobrecargarla, o seríamos tres monstruos...
—¿C-Cómo lo sabe?— pregunto Spider-man, tras dar varios pasos hacia atrás en aras de ponerse en guardia
—Los reportes confirman eso— declaró Zane, mientras analizaba los papeles sobre los escritorios —, solo tiene efecto si...
—¿Si que?— pregunto Spider-man, sintiendo vibrar su sentido arácnido ante una amenaza próxima
—Si se toca— finalizó Zane, dejando caer los papeles y girandose, junto a Spider-man, hacia John —¡Señor Jameson!
—¡John!— llamó Spider-man, tratando de acercarse a John —¿¡Qué haces!?
—Lo último que recuerdo fue tocarla...— finalizó John, tomando con rapidez la piedra en su puño, y viéndose rodeado por una intensa aura de energía color naranja, misma, que se apago rápidamente y la ahora temblorosa mano de John dejó caer la piedra; al girarse, tenía ojos de un descolorido color rojo
Desde el fondo de su garganta un grito fue dado; mas lo aterrador del grito no cesaba en el acto, sino en la forma. Aquel grito era bestial, uno corrupto grito humano que se había vuelto animal en apenas unos segundos; con el mentón hacia arriba, los colmillos de John empezaron a crecer mientras más fuerte se volvía su grito; su mandíbula, dedos y piernas parecían estirarse entre un agónico cambio evolutivo en segundos, aumentando tales alaridos, y logrando hacer retroceder a ambos héroes.
—¿¡Qué hacemos!?— gritaba Spider-man, que trataba de procesar lo que veía
—¡No lo se!— gritaba Zane, llevando sus manos hasta sus shurikens —¡No es algo lógico!
—¡No jodas, Sherlock!— exclamó Spider-man, viendo avanzar los cambios en John
Sus huesos se quebraron y sanaron en unos segundos, tomando una forma más de bestia que de humano; su piel se estiraba a la par que sus huesos y músculos crecían, llenándose de una creciente capa de cabello blanco a una especie de tono grisáceo; con las grandes garras que ahora eran sus uñas, rasgo su traje, dejando ver sus extremidades lupinas y una larga cola esponjada. John Jameson ya no era más un simple astronauta. John Jameson, ahora era una bestia que respiraba de manera jadeante entre sus gruñidos dedicados a sus una vez aliados.
—D-Dudo que se pueda razonar con él ¿Cierto?— pregunto Zane, blandiendo sus shurikens al frente y apuntando al lobo
—O-Oye John— pero un gruñido de parte de la criatura hizo callar a Spider-man —, okey, okey... ¿Qué tal Man-Wolf?
—S...— espeto entre un atisbo de hablar mientras gruñia
—Eso es, anda, dinos...— pedía Zane, bajando lentamente sus shurikens y viendo compasivamente a John, o al ahora Man-Wolf
—Somos amigos, no comida...— decía Spider-man, mientras se agachaba lentamente y se acercaba con calma a Man-Wolf
—S-Ser...— finalmente trataba y empezaba a lograr hablar Man-Wolf; por momentos parecía calmado
—Así es, continúa...— pedía Spider-man, con ambas palmas extendidas tratando de calmar a la criatura
—Servir— fue lo primero que pudo decir el lupino ser, que alzaba lentamente la mirada hacia ambos
—No me gusta como suena eso...— susurro Zane, nuevamente alzando con disimulo sus shurikens, logrando que una tenue capa de escarcha las cubriera ante su magia
—¡Servir a él!— exclamó Man-Wolf, poco antes de soltar un sonoro y escalofriante aullido digno de un lobo a su tamaño, resonando por toda la instalación y alertando a ambos héroes, pues la pelea había empezado
Man-Wolf se lanzó hacia Spider-man y Zane, en un bestial intento por arrancarles la carne del hueso con sus garras, cosa que fue imposible por el sentido arácnido de Spider-man y la agilidad de Zane como el ninja blanco; Spider-man, entre brincos de techo y muros, lanzó sus redes hacia Man-Wolf, en un intento de atraparlo; Zane, en uso de sus shurikens de hielo, comenzó a crear una capa de hielo sobre las redes que Spider-man le había lanzado, creando un sólido amarre de hielo, uno que tristemente poco duraría. Entre un aturdidor aullido que se volvía un alarido, Man-Wolf destrozo su prisión y alargo aún más sus garras, atacando a Spider-man y rasgando así la araña en su traje.
—¡Oye, la araña del pecho se respeta!— grito Spider-man tras dar un salto hacia atrás y lanzandole telarañas a los ojos y hocico
—¿¡Deberíamos mat...!?— pero Zane, entre brincos y el lanzar de sus shurikens, no pudo terminar
—¡No, no es su culpa!— reclamaba Spider-man, lanzándose para abrazarlo y terminar por embistirlo —¿Podrías hacer algo para congelarlo?
—¿Debe quedar vivo?— pregunto Zane, parando antes de lanzar sus shurikens; Spider-man lo miro molesto bajo su máscara —De acuerdo, solo corregía posibles errores de logística— añadió Zane, mientras apuntaba con fuerza ambas shurikens heladas al frente, soltando una potente ráfaga de escarcha y nieve que golpeó a Spider-man y Man-Wolf, este último volando hasta un muro
—¡Pu-pu-pudiste av-visar!— decía entre gélidos titubeos Spider-man, mientras se ponía de pie y se quitaba la escarcha de encima
—Lo siento, mi error— decía Zane sin parar su contención a Man-Wolf, quien rasgaba el suelo y los muros en un intento aguerrido por escapar, pero siendo esto inútil
—¿Y ahora que?— pregunto Spider-man al ver que Man-Wolf solo se quedaba ahí gruñendo mientras trataba de soltarse de aquella fría rafaga; a la par, un montón de nieve comenzaba a cubrirlo y amontonarse en el suelo —¿Puedes hacer eso hasta que se destransforme?
—¿Se destranformara?— pregunto intrigado Zane —. Quiero decir, ¿hay noche y día en la luna o solo pasan las horas? Además que la luna, bueno, siempre se verá llena si estamos en ella ¿No?
—Me ganaste, tienes buenos puntos.— confesó Spider-man, empezando a lanzar aún más redes a Man-Wolf —, vamos a suponer que en algún momento quedará inconsciente y le quitaremos la piedra.
—¿Qué clase de cosa es esa piedra para hacerle eso a un hombre como John Jameson?— pregunto Zane, mientras veía a su oponente lentamente perder la consciencia
—Incluso un hombre puro de corazón, puede volverse lobo cuando se pone la luna llena— recito Spider-man, mientras trataba de ver la piedra lunar naranja en la mano, o garra, de John —, tenemos que esperar, sólo eso...— pero sin que se dieran cuenta, Man-Wolf esbozaba una bestial, pero disimulada, sonrisa.
—Shelley's Town.
En el pueblo rumano, la gente veía atemorizada el como un policia atravesaba el cristal de una panadería con violencia tras haber sido lanzado hacia su interior; aunque el panadero quiso correr al axulio del pobre agente, se vio lleno de pavor ante la presencia de sus atacantes, aquellos quienes se habían apoderado del pueblo por mandato del Conde Drácula, mandato dado y ejercido, más a fuerzas que por gusto, por el padre de las criaturas. La primera, y quien parecía estar al mando en aquel duo monstruoso, era una mujer delgada de cuatro brazos y cabello negro peinado hacia arriba y con una curvada franja blanca; si bien su saco rojo sangre de cuero llamaba la atención y a su vez resaltaba su pálido escote, lo que más resaltaba eran sus cuatro brazos delgados, cada uno con enormes y caricaturescos revólveres. Aquella mujer era "La Novia", que venía sujeta a la espalda del más grande de ambos, aquel llamado simplemente "Frank". Frank era mucho más curpulento que La Novia, teniendo una especie de vestimenta similar a la de un antiguo sentinela británico a color azul y una moribunda piel de pálido color verde y costuras por todas partes en las que se habían unido gracias a costuras dignas de una muy alta cirugía.
—¡Trataste de matarnos con fuego!— gritaba con furia La Novia, quitando los seguros de sus cuatro armas —. Al Conde no le gustará saber eso del único pueblo que juro no alimentarse si había paz...
—¡Déjennos en paz, malditos monstruos!— gritaba el panadero, sacando debajo de su mostrador una escopeta
—¡Odiamos el fuego!— exclamó furico y entre rugidos Frank, suspirando poco antes de oír cada gatillo ser presionado por La Novia
—Estarán en paz, sí— susurro finalmente La Novia, tras jalar cada gatillo y disparar
Múltiples balas salieron de cada arma, abriéndose paso entre el silencio cepulcral que se apoderaba del pueblo. Todos dieron un grito de terror al ver las armas disparar; aquel panadero y el policía simplemente cerraron los ojos y contuvieron los gritos ante su venidera muerte. Muerte, que se vio frenada de un momento a otro cual milagro.
—¡Basta ya!— grito Superboy, llegando de un momento a otro e interponiendose entre las balas y ambas personas
Incluso ahí, en aquel olvidado y sombrío rincón del mundo, y con una kryptoniana de igual emblema, la gente de Shelley's Town sabía que la presencia de Superboy era un rayo de sol a través de la nube que era el Conde Drácula y sus monstruos sobre el país; acto seguido, justo detrás de ambas monstruosidades, y cerrandoles el paso, entre un fuerte e intenso relampago celeste aparecieron el Ninja Azul, Jay y Morbius, quien portaba una enorme ametralladora en sus manos.
—Ustedes no hacen más que herir y atemorizar a la gente— decía Morbius, tras quitar el seguro de su arma y alertar a La Novia
—Son monstruos vintage, pero viejos a fin de cuentas, el terror de ahora es más psicológico y experimental— decía Jay, mientras hacía girar sus chacos de relámpago en sus manos con gran habilidad y dejaba estos resplandecientes en relámpagos —. Son anticuados y los quieren lejos de este pueblo y, o, planeta.
—A la gente de la tierra la protejo yo, frankensteins— declaró amenazante Superboy, mientras encendía sus ojos en intenso carmesí —. Así que se retiran, o...
—¡Rendirse jamás!— exclamó Frank, quien corrió sin premura alguna hasta Superboy; este último sólo corrió igualmente hacia Frank y dio un empujón al monstruo, mandandolo a volar a través del techo y hacia la calle
—Eso ya es un reto— declaró La Novia, apuntando con dos de sus armas hacia Superboy, y con las dos restantes hacia Morbius y Jay —. Eres una decepción para tu estirpe superior, vampiro.
—No soy uno como el que crees conocer, muñeca de trapo— decía Morbius, apuntándole en respuesta con su arma
—Podemos hacer esto por las buenas— inicio de nuevo Superboy, mientras se acercaba lentamente hacia La Novia, poco antes de recibir un misil directo en el rostro, disparado por Frank y su enorme bazuca —, o podemos hacerlo por las malas, por que no...— susurro Superboy, aun dentro de una nube de humo negro; tras dicha explosión únicamente tosió y se limpio las manchas de quemaduras de los ojos entre fuertes tallados —¿¡Quién va primero!?
—¡Ninjago!— grito finalmente Jay, tomando la forma de un eléctrico tornado azul a tamaño persona que se movía en círculos alrededor de La Novia y de Frank —¿¡Qué tal ahora eh!? ¡Somos el chico de acero, el vampiro viviente y yo, un tornado humano!
—A decir verdad— susurro con una sonrisa La Novia, mientras sacaba en una de sus manos una brillante empuñadura de kryptonita —, padre nos preparo para pelear contra un kryptoniano ¡Ven aquí, maldito niño!
Superboy trato de lanzarse hacia el blanco más grande, Frank, pero a su vez La Novia se lanzó hacia él; si bien la fuerza y velocidad de ambos monstruos no era rival para la de Superboy, ambos monstruos lograron sacar ventaja de los héroes. Los relámpagos que Jay le lanzaba a ambos no parecieron hacer nada más que cargar y dotar a los monstruos de aun más fuerza; y la kryptonita en los puños de La Novia, causó exactamente el resultado predicho. Superboy choco ambas manos contra Frank, rápidamente doblegando al monstruo e incluso haciendo que varias de sus costuras se vieran afectadas por tal choque de fuerzas; Superboy era superior, o al menos así fue hasta que sus costillas sintieron el golpear de las empuñaduras de La Novia, quien logró hacer que este retrocediera y, presa de un dolor nuevo, fuera golpeado una segunda y tercera vez por La Novia, en rostro y vientre. Jay nuevamente ataco a La Novia y Frank, lanzando relámpagos con sus chacos a partir de su forma de torbellino.
—¡Basta!— decía Morbius, mientras se movía velozmente entre un borrón sacado de la pigmentación de su ropa y piel —¡Les das poder!— grito Morbius, disparandoles a ambos monstruos pero sin surtir efecto alguno más allá de sus quejidos
—¡Y-Yo me encargo!— exclamó Superboy, mientras tomaba aire y alzaba la mano
—¿¡Qué no eras indestructible!?— pregunto Jay, parando en seco tras notar que no hacía más que darle fuerza a ambas criaturas
—¡Incluso lo indestructible tiene destructible en ello!— grito La Novia, disparando para así dispersar a los héroes, aprovechando tal situación para atrapar a Superboy
Con sus piernas, y ante el uso de una articulación inhumana, se aferro a las piernas de Superboy, mientras que sus brazos superiores se aferraban a los del kryptoniano; acto seguido, y con tal de seguir con dicha sumisión, La Novia pasó sus brazos inferiores por debajo de los de Superboy y sujeto ambos extremos de la cabeza de Superboy, solo para que, entre un grito, una especie de aura eléctrica de color verde emanara de ella, hiriendo esta vez a Superboy, quien solo podía gritar mientras era sometido por la monstruesa. Pronto Frank se unió a tal paliza, golpeando con todas sus fuerzas el torso de Superboy, logrando hacerlo retroceder, a la par que Morbius vaciaba su cargador en la espalda del monstruo, y Jay simplemente de mantenía estático, pues no podía hacer nada ante monstruos que hacían uso de la electricidad a su favor, y en el caso de La Novia, incluso regresaban el ataque.
—¡Quitense!— gritaba al aire Superboy, viéndose sometido con una abrumadora rapidez, pero no dispuesto a ceder tan fácilmente; entre lentos pasos, que para los demás fueron casi brincos, Superboy se acercó como pudo al arrolló más cercano —¡Quítate de encima, novia de Frankenstein!
—¿¡Acaso me ves con complejo de elektra!?— gritaba La Novia, aun aferrada a Superboy, pero viendo venir su ataque —U-Un momento... ¿Qué estas tratando de hacer?— sin darle respuesta alguna, Superboy aceleró todavía más su avanzar hasta límites insospechados para el y sus propios conocidos, pues este llegó entre un salto que incluso pareció vuelo, por la trayectoria en la que este caía —¡No! ¡No espera...!— decía La Novia, mientras se movía e intentaba hacer que ambos cayeran antes de tiempo
—¡A no! ¡No lo harás!— exclamó Superboy, usando tras gran esfuerzo su super aliento para darse un último impulso para caer al río
Ambos se vieron bañados no sólo por el agua, sino por una violenta descarga eléctrica de parte del ataque de La Novia; la responsable de tal ataque no hacía más que gritar de dolor mientras era llevada por la fuerte corriente del rio, sin dejar de verse electrocutada por sí misma en ningún momento, y mucho menos sin dejar de gritar. Por parte de Superboy, por más que este intento mantenerse consciente, la extraña electricidad de kryptonita podía más con el, dejándolo inconsciente entre un ahogado grito mientras sentía el agarre de La Novia desaparecer, poco antes de sentir un nuevo, pero gentil, agarre, esta vez era el de Jay.
—¡Ninjago!— grito Jay, sacando a Superboy del agua y volviéndose torbellino para disparar un potente relámpago al nublando cielo, despejandolo y logrando así que la luz del sol pudiera darle a Superboy —Supsito ¿Estas bien?— pregunto con temor Jay, viendo la luz solar bañar al kryptoniano
—¿Le gané?— pregunto con una calida sonrisa Superboy, viendo a su alrededor y solo viendo en la lejanía a Frank peleando con
—Maldita sea hermano ¿Y tú eres el peso pesado?— pregunto sarcástico Jay, tras darle la mano a Superboy y ayudarlo a ponerse de pie, todo mientras en en el fondo, Frank se encontraba en violenta pelea con Morbius
—En mi defensa, le gane y no espere que la kryptonita estuviera también en forma de electricidad— decía Superboy, poniéndose lentamente de pie para ser bañado por aquellos escasos rayos de luz de sol —¿Deberiamos ayudar al doctor?
—Si. Deberíamos— contesto a secas Jay, poco antes de ver como Superboy, cuál borrón de negro y rojo, fue a toda velocidad hasta Frank y lo embistió con todas sus fuerzas; al estar aún debilitado, Frank solo se estrelló contra una pared y la agrieto —, supongo que peor es nada...
Y mientras la pelea de los héroes y Frank se reanudaba, en una de las colinas alrededor de Shelley's Town, en una enorme y antigua casa con toda clase de pararrayos, de todas las épocas hasta la actualidad, se encontraba expectante de dicho escenario. En su interior, trabajaba incesantemente como siempre Victor Frankenstein en su primer y fallido monstruo, uno anterior a La Novia o Frank, aquel que dio paso a ellos; en los muros, gracias a la fortuna de Drácula y el paso de los siglos, pantallas yacían instaladas en uno de sus muros, dejandole ver la lucha que se llevaba acabo en el pueblo, logrando impresionarlo y, aún sin dejar de trabajar, llamar casi toda su atención. Victor cubría con una manta a su monstruo y le inyectaba todo tipo de sustancias y líquidos, incluso plasmidos.
—Fue bueno que Drácula encontrara la forma de mantenerme con ellos durante siglos gracias a esas criaturitas voladoras— decía Victor, mientras miraba de reojo hacia un frasco marcado con el nombre de "Corrupta", que era una pequeña criatura en forma de hexágono con piel, o pelaje, rojo y un enorme ojo púrpura, además de dos alas casi idénticas a las de los murciélagos
Victor Frankenstein corrió hasta un vaso de barro en el que había vertido la mezcla de Corrupta y otros elementos más para evitar volverse vampiro, pero seguir duradero; tras darle un trago como si agua fuera, se dio la vuelta y bajo la palanca, logrando soltar un espectáculo de electricidad, chispas y maquinaria que desviaba tanta energía podía de las tormentas y la mismísima piedra lunar verde, piedra que estaba sobre la cabeza de su primer monstruo, la cual desvío relámpagos y electricidad color verde hacia el monstruo, pero nuevamente, tras tantos intentos desde hace tantos siglos, no hubo efecto en este primer monstruo.
—Pero tranquilo— decía para si mismo, en voz muy alta —, mi primer hijo— decía Victor Frankenstein, mientras se quitaba el sudor de la frente y cubría con una manta a su primer creación, al mismo tiempo que miraba la grabación de Superboy en las pantallas
—Quizás este Superboy, sea una respuesta a Drácula, y a tú agónica situación...
—Frontera de Rumania con Ucrania.
Entre una ferozmente arrasadora llamarada de fuego y una ráfaga de balas, una horda de zombies era contenida a grandes cantidades por Kai, el Ninja Rojo, Blade y Elsa, estos últimos viéndose como un par de niños en jugeteria sabiendo que el nuevo juguete soñado de turno sería suyo. Por otro lado estaba Nova, quien desde los cielos, y haciendo uso de su visión calorífica, su aliento gélido y sus poderes cósmicos, se encargaba de acabar en masa y a gran velocidad con los zombies resultados de la piedra lunar rosa. Kai, cada vez más débil y pálido, lanzó al aire su grito emblema tras decapitar a un zombie, volviéndose un tambaleante torbellino de fuego que quemaba zombies hasta la calzinacion y los desmembraba gracias a su espada, al menos hasta que la infección volvió a hacerse aún más presente en él; unos segundos como rojo torbellino de fuego bastaron para que, tras tambalear, cayera de espaldas sobre un montón de zombies ya abatidos, únicamente manteniendo su espada dorada hacia el frente, con tal decisión, que seguramente si un zombie se le cruzaba, este sería abatido.
—Insisto, Ninja Rojo, deberías esperar en el jet o con el resto de S.T.A.K.E y S.H.I.E.L.D— sugirió Nova, tras simplemte aparecer a máxima velocidad y destrozar a un zombie con su cuerpo, cubriéndose de la suciedad gracias a su aura cósmica —, apenas tengamos la piedra te curaremos, es una promesa.
—No te ofendas, pero no soy de los que se quedan sentados— contestó tajante Kai tras ponerse de pie y correr, a duras penas, con la espada sobre la cabeza para clavarsela en la cabeza a un zombie y casi partirla en dos, frenando con su mandíbula —. Soy el maldito Ninja Rojo, mentor fuego del Ninja Verde y el maldito portador de la espada de fuego, una de las cuatro legendarias armas doradas— mas Kai, ante el dolor y la infección de nacida de la piedra rosa, no pudo evitar vómitar —. Lloyd, mi hermanito un día será el Ninja Dorado, y yo quiero ver eso— finalizó, mientras veía como una nueva horda aparecía buscando alejar a las personas de aquel enorme cementerio el cual escondía la piedra —. Ademas Nya me mata si me vuelvo zombie...— declaró entre una pesada respiración; tras Nova ver con sus rayos x al ninja, no pudo hacer nada más que preocuparse —, tenemos que seguir...
—Todos te mataríamos si te vuelves zombie, Kai— contestó tajante Blade, cargando su arma y tomando su espada —, pero por ahora, es hora de matar a otros zombies...
—Encontraremos la cura, Ninja Rojo— informaba Nova, rodeandose de energía y flotando para empezar a atacar a los zombies
—¡No toquen la carne podrida! ¡Les dará efecto de hambre!— decía la pelirroja mientras destrozaba el cráneo de un zombie con un golpe de su lanza granadas; había pasado ya un rato, y esta incluso se mantenía de pie sobre un montón de zombies abatidos
—¿No?— pregunto Elsa, poco antes de disparar con una mano su lanza granadas, destruyendo a un pequeño grupo de zombies que se acercaba
—Esa si es una mujer— susurro para si mismo Blade, poco antes de rápidamente ir hacia los zombies y empezar su ataque
—¿Bloodstone es minecraftera?— pregunto extrañado Kai, mientras alzaba, difícilmente, su espada para llevársela a la espalda
—El arte de la mineria es respetable desde Krypton hasta Alderaan— contestó Nova tras tomar el hombro de Kai —, así que no le veo lo malo.
Si bien Kai se vio extrañado por aquello que presenció de parte de Elsa, y lo que le dijo Novs, poco o nada le importo, pues junto a ellos se dispuso a seguir su camino, al menos hasta que en la lejanía más allá del bosque, y en el centro del cementerio, una enorme columna de energía rosada salió disparada al cielo, indicando que una nueva horda estaba por ponerse de pie. Kai suspiro tratando de entender por qué no se habían ido en jet directamente hasta aquel lugar, rápidamente recordando que era por el campo de energía que la piedra creaba a su alrededor, y únicamente pudiendo suspirar para la emprender su camino junto a los demás.
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