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jakt og meningen med livet


jakt og meningen med livet

(la caza y el significado de la vida)

Antes que nada quiero decir que le cambiare el nombre a la madre de Kjartan ahora se llamara Astrid y preguntaras el porque? y pues me vi como Entrenar a tu dragon fue la vez numero 79 a si que por eso.

empecemos:

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https://youtu.be/dcVSnD-pBZo

El sol se alzaba sobre el vasto manto blanco, iluminando la nieve con un brillo plateado. Los copos caían suavemente, como si el cielo intentara cubrir la tierra con una delicada capa de cristal. En la distancia, un grupo de alces se movía con elegancia, sus grandes cuerpos oscuros destacándose contra el paisaje inmaculado. Con cada paso que daban, el crujido de la nieve bajo sus patas resonaba en el silencio de la mañana.

Hrafn, un hombre de estatura robusta con un blanco/Negro azabache que se entrelazaba con algunas hebras plateadas, observaba a su hijo Kjartan con una mezcla de orgullo y ternura. El niño, no más que diez años, lo miraba con ojos brillantes, llenos de curiosidad y determinación. Vestía una piel de ciervo que le quedaba un poco grande, pero que le otorgaba un aire de guerrero en formación.

Hrafn:—Recuerda, Kjartan —dijo Hrafn, su voz profunda resonando en el aire frío—, la clave de la caza está en la paciencia y la observación. Los animales son astutos, pero nosotros somos más inteligentes.

Kjartan asintió con entusiasmo, sus pequeños dedos jugueteando nerviosamente con la empuñadura de su pequeña lanza, hecha a mano por su padre.

El aire helado olía a pino y tierra, y el niño podía sentir el latido de la naturaleza a su alrededor. Con un movimiento decidido, se colocó en posición, siguiendo las instrucciones de su padre. A medida que se acercaban a la manada, Hrafn se agachó, señalando el movimiento de los alces.

Hrafn:—Mira cómo se mueven juntos, Kjartan. Un solo alce puede ser fuerte, pero en grupo, son imponentes. Necesitamos ser astutos.

Los alces, al notar la presencia de los dos hombres, comenzaron a inquietarse.

Sus grandes ojos expresaban una mezcla de curiosidad y temor. Hrafn le hizo una señal a Kjartan para que se mantuviera en silencio, el viento gélido acariciando sus rostros.

Hrafn:—Ahora, cuando te acerques, debes ser rápido y preciso. No solo se trata de fuerza, sino de aprovechar la oportunidad —susurró Hrafn, el aliento formando pequeñas nubes en el aire.

El niño asintió, su corazón latiendo con fuerza. Se sentía vivo, y el frío ya no importaba. Hrafn avanzó unos pasos, su figura imponente como una sombra en la nieve. El grupo de alces, cada vez más inquieto, comenzó a moverse lentamente.

Hrafn hizo una señal a Kjartan para que lo siguiera, y juntos se acercaron, como dos sombras en la nevada.

De repente, uno de los alces se separó del grupo, como si un instinto antiguo lo impulsara a explorar. Hrafn vio la oportunidad. Con un movimiento rápido, empujó a Kjartan hacia adelante, instándole a que se acercara sigilosamente.

Hrafn:—Ahora, hijo. ¡Es tu momento! El niño al escuchar eso sintió una mezcla de adrenalina y miedo.

Respiró hondo, enfocándose en el alce. Con un impulso, corrió hacia la criatura, la lanza firme en sus manos. Pero el alce, al darse cuenta del peligro, echó a correr, sus patas fuertes dejando huellas profundas en la nieve.

Hrafn:—¡Kjartan, no te detengas! —gritó Hrafn, mientras comenzaba a seguir al niño, su corazón lleno de orgullo por la valentía de su hijo.

Kjartan corrió, sintiendo el viento en su rostro y el latido de la caza en su pecho. Cada paso que daba lo acercaba más a su objetivo, y aunque el alce era veloz, la determinación de Kjartan era aún mayor. El bosque se extendía a su alrededor, los árboles altos y nevados observando la escena, como guardianes de la vida.

Finalmente, con un último esfuerzo, Kjartan lanzó su lanza con toda su fuerza. La lanza voló a través del aire, un destello de esperanza y destreza. El tiempo pareció detenerse por un instante mientras todos los ojos.

—el del niño, el del padre, y el del alce— se fijaban en el proyectil que surcaba el aire.

El impacto fue instantáneo.

La lanza se clavó en el costado del alce, que tropezó antes de caer, la nieve alrededor salpicada de blanco y rojo. Kjartan se quedó parado, respirando pesadamente, mientras Hrafn se acercaba rápidamente a su lado.

Hrafn:—¡Lo hiciste, hijo! —exclamó Hrafn, abrazándolo con fuerza. El orgullo brillaba en sus ojos—. Has traído alimento a nuestra aldea.

Kjartan miró la escena, aún asombrado por lo que había logrado. La lección no solo era sobre la caza, sino sobre la conexión con la vida, la naturaleza, y el sacrificio que requería. En ese momento, en la vastedad del paisaje nevado, un nuevo lazo se forjó entre padre e hijo, cimentado en el espíritu de la supervivencia y el honor.

La figura del alce yacía en la nieve, el brillo del sol reflejándose en su pelaje, creando un contraste impresionante con el entorno inmaculado.

Kjartan, todavía respirando con fuerza por la adrenalina del momento, observó a su padre, quien se acercó al animal con una mezcla de respeto y solemnidad. Hrafn se agachó, acariciando suavemente la cabeza del alce, como si quisiera transmitirle un último adiós.

Hrafn:—Kjartan —dijo Hrafn con voz grave, su mirada fija en la criatura—, hay algo más que debes entender sobre la caza. No se trata solo de llenar nuestros estómagos. Cazar nos hace más fuertes, sí, pero también nos conecta con el ciclo de la vida. Cada animal que cazamos es un ser que lucha por sobrevivir, al igual que nosotros.

Kjartan, con la lanza aún en mano, sintió una mezcla de orgullo y tristeza. Comprendía que el alce había caído para alimentar a su familia, pero la imagen del animal en el suelo lo conmovía.

Hrafn:—Nunca debemos olvidar que ellos, al igual que nosotros, tienen un propósito en este mundo —continuó Hrafn—. Ellos viven, sienten miedo, y hacen todo lo posible por sobrevivir. Cada caza es un recordatorio de nuestra propia fragilidad y de la fuerza que debemos encontrar en nosotros mismos.

Hrafn se levantó y se volvió hacia su hijo, sus ojos serios pero llenos de amor.

Hrafn:—Es esencial que respetemos a nuestros hermanos de la tierra. Cuando un animal cae, es un sacrificio, y debemos honrarlo. Con un gesto solemne, Hrafn hizo una pausa y le indicó a Kjartan que lo siguiera. —Vamos a guardar un minuto de silencio por el alce. Debemos agradecerle por su vida y por lo que nos brinda.

Kjartan, sintiendo la gravedad del momento, asintió. Juntos se pusieron de pie, el viento susurrando entre los árboles y la nieve cayendo como un manto blando. Se tomaron de las manos, cerrando los ojos y dejando que la tranquilidad del paisaje los envolviera.

Un silencio profundo se apoderó de ellos. Kjartan sintió cómo el frío de la nieve penetraba en sus huesos, pero en ese instante no le importó. 

Pensó en el alce, en su majestuosidad y en la vida que había llevado, en las travesuras que había hecho en el bosque y en la familia que también lo necesitaba para sobrevivir. En su mente, visualizó al animal corriendo libre, una imagen de fuerza y belleza.

El tiempo parecía detenerse mientras los copos de nieve continuaban cayendo. Después de lo que sintió como una eternidad, Hrafn rompió el silencio.

Hrafn:—Ahora, hijo, podemos seguir adelante. Recordemos que la caza no es solo una necesidad, sino también una responsabilidad. Debemos hacer nuestra parte para mantener el equilibrio en la naturaleza.

Kjartan abrió los ojos, sintiéndose renovado. Sabía que había aprendido una lección valiosa. No solo había cazado, sino que también había crecido. Miró a su padre, sintiendo el amor y la sabiduría que emanaban de él.

Kjartan:—Gracias, padre —dijo Kjartan con sinceridad—. Prometo honrar a los animales y recordar lo que hemos aprendido hoy. Hrafn sonrió, sintiéndose orgulloso.

Hrafn:—Y yo prometo enseñarte más sobre este mundo, sobre la vida y sobre nosotros mismos. Vamos, ahora es momento de llevar este regalo a nuestra aldea.

Mientras comenzaban a caminar de regreso, el viento les susurraba secretos y la nieve seguía cubriendo el paisaje, un recordatorio de la belleza y la fragilidad de la vida. Cada paso era una mezcla de orgullo, respeto y la promesa de un futuro lleno de aprendizaje y conexión.

La nieve caía suavemente, como si el universo celebrara su triunfo, mientras Hrafn y Kjartan se preparaban para regresar, el peso de la vida y la esperanza en sus corazones. 

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Mientras Hrafn y Kjartan avanzaban por el sendero nevado, el aire fresco llenaba sus pulmones, y el paisaje se desplegaba ante ellos como un lienzo en blanco. Las huellas de sus pasos se mezclaban con las de los alces y otros animales que habitan el bosque. La lección de la caza aún resonaba en la mente de Kjartan, y su corazón latía con una mezcla de emoción y responsabilidad.

De repente, un movimiento en la periferia de su visión capturó su atención. Kjartan se detuvo en seco, su instinto de cazador despertando en su interior. Entre los árboles, vio una figura pequeña y temblorosa. Se acercó con cautela, y su corazón se hundió al darse cuenta de lo que era.

Una cría de lobo, de pelaje gris claro, yacía en la nieve, su cuerpo temblando. A su lado, la figura de su madre, un lobo magnífico, yacía inerte, su vida arrebatada de forma cruel. 

Kjartan sintió un nudo en el estómago. Su tribu había sido siempre cercana a los lobos, considerándolos hermanos en el espíritu y en la lucha. No podía ignorar al pequeño.

Kjartan:—¡Padre! —llamó, su voz cargada de urgencia. 

Hrafn se detuvo y se volvió hacia él, siguiendo la mirada de su hijo. La expresión de su rostro cambió de orgullo a preocupación.

Hrafn:—Kjartan, no te acerc...Pero ya era demasiado tarde.

Kjartan se lanzó hacia la cría, ignorando las advertencias. Se agachó junto al pequeño lobo, su corazón lleno de compasión. 

Kjartan:—Shh, pequeño, estoy aquí para ayudarte —susurró Kjartan, tratando de calmarlo.

El lobo, con un ojo cerrado y el otro lleno de miedo, lo miraba con desconfianza.

Mientras Hrafn se acercaba lentamente, preocupado por la situación, Kjartan notó que la cría tenía una herida en la pata. Con movimientos cuidadosos, comenzó a examinarla, buscando la manera de ayudar.

Hrafn:—Kjartan, espera —advirtió Hrafn, su voz cargada de tensión—. Esto podría ser una trampa. Pero el niño estaba decidido.

Kjartan:—No puedo dejarlo así, padre. No puedo abandonarlo. Es un lobo, y su madre... —las palabras se le atragantaron en la garganta.

Justo cuando Kjartan iba a intentar recoger al pequeño, un rugido profundo resonó a su alrededor. Un grupo de guerreros emergió de entre los árboles, todos ellos de la tribu Oso, sus rostros pintados de guerra y sus ojos fijos en el niño. La traición se instaló en el aire, pesada como la nieve que caía.

Hrafn se interpuso entre Kjartan y los intrusos, su figura imponente lista para proteger a su hijo.

Hrafn:—¡Atrás, Kjartan! —gritó, la voz firme y clara. Kjartan sintió cómo el miedo se apoderaba de él, pero no podía dejar al lobo atrás. Sin embargo, su padre tenía razón; la situación era peligrosa.

Kjartan sintió cómo el miedo se apoderaba de él, pero no podía dejar al lobo atrás. Sin embargo, su padre tenía razón; la situación era peligrosa.

Los guerreros de la tribu Oso comenzaron a rodearlos, sonriendo con desdén. Uno de ellos, el líder, avanzó, mostrando sus colmillos en una sonrisa burlona.

Guerrero Oso:—¿Qué tenemos aquí? —dijo, su voz rasposa como la corteza de un árbol seco—. Un niño y su padre, tratando de salvar a un lobo. ¿No saben que esto es territorio de los Osos?

Hrafn, con una mirada de desafío, respondió:

Hrafn:—Este es un ser vivo que necesita ayuda. No dejaré que lo lastimen. La tensión en el aire era palpable. Kjartan, dividido entre el miedo y la necesidad de proteger al pequeño lobo, sintió que las lágrimas le llenaban los ojos.

Kjartan:—No puedo dejarlo. Su madre ha muerto... —su voz era apenas un susurro, ahogada por la realidad que lo rodeaba.

Guerrero Oso:—¿Y qué si lo salvas? La naturaleza es cruel, niño. Solo los fuertes sobreviven. Deja que el lobo se una a su madre en el otro mundo. El líder del grupo Oso se acercó, observando al niño con una mezcla de burla y desprecio.

Kjartan:—No es solo un animal. Es parte de nuestra tierra, de nuestro espíritu. ¡No pueden hacer esto! Kjartan sintió una rabia ardiente, una chispa de valor que lo llenó. Hrafn, reconociendo el valor de su hijo, tomó una respiración profunda.

Hrafn:—Si quieren luchar, tendrán que enfrentarse a mí. No permitiré que lastimen a mi hijo ni a esa criatura.

Los guerreros de la tribu Oso se miraron entre sí, ansiosos por el desafío, pero un rayo de determinación brilló en los ojos de Kjartan. Con un movimiento decidido, se acercó al pequeño lobo, sintiendo que el vínculo entre ellos se fortalecía.

Kjartan:—Si hay una forma de salvarlo, lo haré. El líder de los Osos sonrió, pero esta vez con un toque de duda.

guerrero Oso:—Entonces, ¿te atreves a enfrentarte a nosotros por un lobo? ¿Qué harás cuando esté en tus manos?

Kjartan, sintiendo el peso de la situación, respondió con firmeza:

Kjartan:—Haré lo que sea necesario para proteger a quien no puede protegerse a sí mismo.

Hrafn miró a su hijo con admiración, sintiendo que el valor de Kjartan era una chispa de esperanza en medio de la oscuridad. Pero sabían que el enfrentamiento sería inevitable. Con el pequeño lobo temblando a su lado, Kjartan se preparó para lo que viniera, convencido de que la conexión con los seres que habitaban su mundo era lo que realmente lo hacía fuerte.

La batalla que se avecinaba no solo sería por la vida del lobo, sino también una lucha por el respeto y la conexión con la naturaleza, un desafío que marcaría el destino de ambos jóvenes guerreros.

https://youtu.be/z9oNnGNBvCY

El viento aullaba entre los árboles, llevando consigo la tensión palpable en el aire. Kjartan y Hrafn se preparaban para enfrentarse a los guerreros de la tribu Oso, que emergieron de entre las sombras con sonrisas burlonas y miradas desafiantes. Kjartan sentía el miedo apretando su pecho, pero también la determinación de proteger al pequeño lobo.

Hrafn:—¡Kjartan, mantente cerca de mí! —advirtió Hrafn, mientras se posicionaba entre su hijo y los atacantes.

Los guerreros Osos avanzaron, listos para atacar. Hrafn, con su hacha en mano, se lanzó hacia ellos. La batalla comenzó con movimientos rápidos, sus movimientos precisos y controlados, buscando desarmar a sus oponentes sin causarles daño fatal. 

 La nieve crujía bajo sus pies, y el aire se llenaba de gritos de desafío y coraje. Kjartan observaba a su padre, admirando su valentía y habilidades. Pero, a medida que la lucha continuaba, la situación se tornaba más complicada.

Hrafn se encontraba rodeado por varios guerreros, cada uno intentando superarlo en número. El niño sintió cómo el miedo se apoderaba de él, y a la vez, una rabia creciente.

Kjartan:—¡No puedo dejar que le pase nada! —pensó, recordando la madre lobo caída. Su corazón se llenó de un deseo ardiente de proteger a los que no podían defenderse.

Entonces, algo comenzó a cambiar dentro de él.

Un resplandor suave emanó de su ser, iluminando la nieve a su alrededor. Kjartan cerró los ojos, sintiendo cómo la energía fluía a través de él, transformándolo en una criatura poderosa, un lobo humanoide, con pelaje gris plateado y ojos que brillaban con determinación.

Cuando abrió los ojos, vio el campo de batalla desde una nueva perspectiva. Sin miedo, se lanzó hacia los guerreros Osos, que ahora miraban con asombro y temor. Su presencia imponente era un recordatorio de la conexión profunda que tenía con la naturaleza.

rugió, su voz resonando con una fuerza inesperada.

Kjartan avanzó, moviéndose con agilidad entre los guerreros, evitando el daño, pero desarmando a sus oponentes con movimientos fluidos.

Utilizaba su agilidad para evitar los ataques y desviar las armas con movimientos rápidos, mostrando su habilidad sin causar un daño grave. Hrafn, viendo el cambio en su hijo, sintió una oleada de orgullo.

Hrafn:—¡Eso es, Kjartan! —gritó, apoyándose en la fuerza de su hijo mientras luchaba.

Juntos, padre e hijo formaron un dúo imparable. Hrafn se ocupaba de desviar los ataques mientras Kjartan movía su cuerpo con rapidez, sorprendiendo a los guerreros Osos, que no podían igualar su agilidad.

El lider del grupo Oso viendo la situación volverse en contra de sus hombres, decidió que era hora de retirarse. Con una mirada desafiante, se volvió hacia sus guerreros y, sin más, ordenó la retirada.

Kjartan y Hrafn se detuvieron, respirando pesadamente mientras el campo de batalla se llenaba de silencio. Kjartan se transformó lentamente de regreso a su forma humana, sintiendo la energía dentro de él disiparse.

Kjartan:—Lo siento, amigo —dijo Kjartan, Se agachó junto al pequeño lobo, que observaba con curiosidad.—Hicimos lo que pudimos.

Hrafn:—Has sido valiente, Kjartan. Has defendido lo que es importante. Hrafn se arrodilló a su lado, sintiendo el peso de lo ocurrido.

Ambos miraron hacia el horizonte, donde los guerreros Osos se alejaban. Habían luchado con honor y, aunque la batalla había sido difícil, habían protegido a los que no podían defenderse. La conexión con la naturaleza y la vida que compartían se había fortalecido en el calor del combate. Mientras la nieve caía suavemente a su alrededor, Kjartan supo que había aprendido una valiosa lección sobre el coraje, el respeto y la unidad.

Kjartan se sintió abrumado por la fatiga tras la intensa batalla. La energía que había brotado de él se desvanecía rápidamente, y su visión comenzó a nublarse. En un parpadeo, el mundo se desvaneció en la oscuridad.

Cuando volvió en sí, se encontró en un lugar familiar: su hogar. El suave aroma de la madera y el calor del fuego que crepitaba en la chimenea lo envolvían. Con esfuerzo, abrió los ojos y se sentó lentamente. La luz del sol filtraba a través de las ventanas, iluminando la habitación con un brillo cálido.

Al levantarse, notó la figura de su padre, Hrafn, sentado en una silla junto a la mesa. Sus ojos se encontraron, y la preocupación que había dominado su rostro se disipó en un instante. Hrafn se acercó rápidamente, su voz llena de alivio.

Hrafn:—¡Kjartan! ¡Estás despierto! —exclamó, inclinándose hacia su hijo, sus manos firmes y cálidas en los hombros del niño.

Kjartan:—¿Qué pasó? ¿Dónde está... el lobo? Kjartan sonrió débilmente, pero sus ojos estaban llenos de confusión y cansancio.

Hrafn:—Todo está bien, hijo. El lobo está a salvo —respondió Hrafn—. Tu valentía nos salvó a todos.

En ese momento, la puerta se abrió y entró Astrid, su madre. Al ver a Kjartan despierto, su rostro se iluminó con una alegría inigualable.

Astrid:—¡Oh, mi querido Kjartan! —dijo, corriendo hacia él y envolviéndolo en un abrazo cálido y reconfortante. Kjartan sintió la suavidad de su madre, su voz llena de amor y ternura. —Te hemos estado esperando. Estabas muy cansado, pero ahora estás aquí, y eso es lo que importa.

Kjartan:—¿Cómo llegué aquí? —preguntó Kjartan, aún un poco aturdido. Hrafn se reclinó hacia atrás, con una mirada de orgullo.

Hrafn:—Después de la batalla, te desmayaste. Nos aseguramos de que estuvieras a salvo y te trajimos de regreso. Astrid te cuidó mientras yo me ocupaba de las cosas afuera.

Astrid:—Te vi luchar con tanto coraje. Eres un verdadero guerrero, hijo. Pero no olvides que también necesitamos cuidar de ti mismo. Astrid acarició la cabeza de Kjartan con cariño.

Kjartan:—Lo hice por el lobo... y por ustedes. No podía dejar que les pasara nada malo. Kjartan se sintió lleno de gratitud.

Hrafn:—Sabemos, hijo —dijo Hrafn, inclinándose hacia él—. Has mostrado un gran espíritu, y estamos muy orgullosos de ti. Pero recuerda que no estás solo. Siempre estaremos aquí para apoyarte.

Mientras Kjartan escuchaba las palabras de su padre y madre, se sintió renovado. A pesar de las dificultades, sabía que tenía a su familia a su lado, y eso le daba fuerzas. La batalla había sido dura, pero el amor y la unidad que compartían en su hogar eran aún más poderosos.

Kjartan sonrió, el peso de la preocupación comenzando a levantarse de su corazón.

Kjartan:—Gracias, mamá. Gracias, papá. Prometo ser más fuerte y siempre proteger a quienes amo.

Astrid y Hrafn intercambiaron miradas, llenos de orgullo y amor por su hijo. En ese momento, Kjartan comprendió que, aunque el camino por delante podría ser difícil, nunca tendría que enfrentarlo solo. La familia siempre sería su refugio y su fortaleza.

Después de que Kjartan se sintiera más fuerte, Hrafn y Astrid intercambiaron miradas, sus rostros marcados por la preocupación y la curiosidad.

Hrafn:—No puedo quitarme de la cabeza lo que ocurrió —dijo Hrafn, su voz grave llena de inquietud—. Nunca había visto a Kjartan así. Fue como si algo dentro de él despertara. Astrid asintió, su expresión reflejando la misma confusión.

Astrid:—He sentido que hay algo más, algo poderoso. Necesitamos entenderlo. Quizás deberías hablar con el chamán de la tribu. Él podría tener respuestas. 

Hrafn:—Tienes razón. Iré a buscarlo. No quiero que esto le cause problemas a nuestro hijo. Hrafn tomó una respiración profunda, sintiendo el peso de la responsabilidad.

Mientras Hrafn se preparaba para salir, Astrid lo miró con preocupación.

Astrid:—Ten cuidado. El camino hacia la montaña puede ser peligroso, especialmente con la llegada del frío.

Hrafn:—Lo haré —prometió Hrafn, abrazando a Astrid antes de partir. Con cada paso que daba hacia la montaña, el frío del aire se intensificaba, pero su determinación lo mantenía caliente.

Al llegar a la cima de la montaña, Hrafn encontró al chamán, un anciano de mirada sabia y profunda, rodeado de símbolos antiguos y una atmósfera de misterio. El chamán estaba meditando, concentrado en las fuerzas de la naturaleza.

Chaman:—¿Hrafn? —dijo el chamán, abriendo los ojos al escuchar el sonido de sus pasos—. Has venido a buscar respuestas. Hrafn asintió, sintiéndose un poco intimidado por la presencia del anciano.

Hrafn:—Mi hijo, Kjartan, ha experimentado algo extraño. En medio de la batalla, algo despertó en él. Se transformó, y desde entonces, he estado preocupado por lo que significa. El chamán lo observó con atención.

Chaman:—La naturaleza es compleja, y los espíritus que la habitan son a menudo impredecibles. Tu hijo tiene una conexión especial, más profunda de lo que imaginas.

Mientras hablaba, el chamán cerró los ojos, sumido en un trance. Hrafn sintió la inquietud crecer en su interior. En la oscuridad de la mente del chamán, una imagen comenzó a formarse:

Vio un lobo enorme, majestuoso, encadenado en la cima de una montaña helada. Su pelaje brillaba con un tono plateado, y sus ojos eran dos faros en la oscuridad. El chamán abrió los ojos, su expresión grave.

Chaman:—He visto al lobo. No es un simple espíritu, es un guardián, una manifestación de la fuerza de tu hijo. La conexión entre ellos es más fuerte de lo que creías.

Hrafn:—¿Qué significa eso? —preguntó Hrafn, ansioso por entender.

Chaman:—Tu hijo ha despertado una parte de sí mismo que es antigua y poderosa. Pero también conlleva un gran riesgo. Si no se controla, puede consumirlo. Debes enseñarle a aceptar y canalizar esa energía.

Hrafn:—¿Cómo podemos hacerlo? Hrafn sintió un escalofrío recorrer su espalda. El chamán miró hacia la montaña, su rostro sereno.

Chaman:—Necesitará enfrentar sus miedos y entender su conexión con el lobo. Tendrá que subir a la montaña y liberar al espíritu que lo ha llamado. Solo entonces podrá encontrar su verdadero propósito.

Hrafn:—Gracias, anciano. Haré lo que sea necesario para ayudar a mi hijo. Con esas palabras resonando en su mente, Hrafn sintió que el peso de su misión se hacía más claro.

Mientras se preparaba para regresar a casa, el chamán lo detuvo.

Chaman:—Recuerda, Hrafn, no es solo una batalla física. Esta es una lucha interna que debe enfrentar Kjartan. Asegúrate de que sepa que nunca estará solo en este viaje.

Hrafn asintió, sintiendo la responsabilidad sobre sus hombros. Con un último vistazo a la cima de la montaña, se dirigió de regreso a su hogar, decidido a preparar a Kjartan para el camino que se avecinaba.

-Ubicacion actual Territorio Oso-

En la base principal de la tribu Oso, un ambiente tenso llenaba el aire. Los guerreros se reunían, sus rostros serios mientras esperaban las noticias de la reciente confrontación con la tribu de Kjartan. Al fondo, en el gran salón adornado con trofeos de caza, se erguía Bjorn, el imponente líder del clan. Con sus tres metros de puro músculo, cabello largo y blanco, y una cicatriz que cruzaba su pecho, irradiaba una presencia que imponía respeto y temor.

Un guerrero se acercó, visiblemente agitado.

Torvald:—¡Bjorn! Los guerreros que regresaron de la batalla han informado sobre un poder inusual en el hijo de Hrafn, Kjartan. Se transformó en una criatura impresionante, un lobo humanoide que desató una fuerza increíble.

Bjorn frunció el ceño, sintiendo cómo la emoción comenzaba a burbujear en su interior. La idea de un adversario con tal potencial lo intrigaba.

Bjorn:—¿Un lobo humanoide? —preguntó, su voz resonando como un trueno—. ¿Qué más has aprendido?

Torvald:—Dijeron que luchó con valentía, y su conexión con el lobo parecía ser poderosa. Pero aún así, no pudimos vencer a su padre. Hrafn se defendió bien, y Kjartan demostró una habilidad sorprendente.

Bjorn:—Interesante. Parece que el hijo de Hrafn ha encontrado un poder que no comprende del todo. Bjorn sonrió, la emoción creciendo dentro de él. —¡Eso es lo que lo hace un blanco aún más atractivo!

Los guerreros murmuraron entre sí, sintiendo la tensión en el aire. La risa de Bjorn resonó como un eco en la sala.

Bjorn:—Un niño que se atreve a desafiar a los Osos... Creo que esto puede ser más divertido de lo que pensaba. No solo quiero vencerlo; quiero hacerle entender que su fuerza no significa nada sin control.

El guerrero que había informado a Bjorn se sintió un poco incómodo ante la emoción de su líder.

Torvald:—Pero, Bjorn, si se une con ese poder, podríamos enfrentar problemas. La tribu de Kjartan no es débil.

Bjorn:—¿Te preocupan los débiles? —respondió Bjorn con desdén—. Este niño es un desafío, y me encanta la idea de enfrentar a alguien que se cree fuerte. Eso lo hará más satisfactorio cuando lo derrote. Con una mirada decidida, Bjorn se volvió hacia sus hombres.—¡Preparémonos! Nos aseguraremos de que este encuentro sea inolvidable. Quiero que Kjartan sepa que el clan Oso no se detiene ante nada. No solo lo venceremos; lo haremos desear nunca haber nacido.

Los guerreros asintieron, sintiendo la adrenalina fluir por sus venas. La ambición de Bjorn les infundió un nuevo fervor, y la idea de la batalla se convirtió en una llamada a la acción.

Bjorn:—No solo lucharemos contra él, —continuó Bjorn—. ¡Lucharemos para demostrar que el poder no se obtiene sin sacrificio! Kjartan aprenderá lo que significa enfrentarse a los Osos.

Con la determinación de su líder guiándolos, los guerreros comenzaron a prepararse para la inevitable confrontación, sabiendo que se avecinaba una batalla que cambiaría el destino de ambos clanes.

-Con Kjartan-

https://youtu.be/ENjtavDDOXQ

Kjartan se sintió desorientado mientras su conciencia se deslizaba hacia un espacio completamente oscuro. Al principio, no podía ver nada, solo una vasta y silenciosa negrura que lo envolvía. Pero a medida que sus sentidos se agudizaban, comenzó a percibir un leve resplandor en la distancia.

Con pasos cautelosos, se adentró en la penumbra, sintiendo el frío de la montaña a su alrededor. Finalmente, llegó a un claro en la cima de una montaña imponente. Allí, en el centro, estaba un lobo titánico, un ser de proporciones desmesuradas y pelaje plateado que brillaba tenuemente en la oscuridad.

El lobo lo miraba con ojos profundos y llenos de una furia intensa, sus cadenas brillando con un resplandor ominoso. Kjartan sintió una mezcla de miedo y fascinación al ver la fuerza y la majestad de esa criatura.

???:

Gritó el lobo, su voz resonando en el vacío como un trueno. Cada palabra era un eco de poder y deseo reprimido

???:—¡No puedo permanecer aquí encadenado! Kjartan retrocedió un paso, su corazón latiendo con fuerza.

Kjartan:—¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí?

???:—Soy la fuerza que resides dentro de ti —respondió el lobo, su tono lleno de frustración—. Soy el espíritu de la caza, el guardián de tu sangre. Has despertado mi poder, pero aquí estoy, prisionero. ¡Deja que me libere!

La intensidad de la mirada del lobo penetraba en su alma, y Kjartan sintió cómo una mezcla de ira y miedo se apoderaba de él.

Kjartan:—No sé cómo ayudarte. ¿Por qué estás encadenado?

???:—Porque temes lo que realmente eres —dijo el lobo, su voz llena de dolor—. Tienes el poder de liberar a ambos, pero primero debes aceptar tu verdadero ser. ¡Solo así podré salir y ser uno contigo!

Kjartan sintió un torbellino de emociones en su interior. Recordó la batalla, la forma en que había luchado con valentía, pero también la lucha constante entre su humanidad y la fuerza que ahora veía ante él.

Kjartan:—No quiero perderme. No quiero ser solo una bestia. El lobo soltó un profundo suspiro, teniendo una mirada ahora más suave habla.

???:—No serás una bestia. Eres un protector, un guerrero. Pero debes comprender que esa fuerza no es algo que debas temer. Acepta lo que eres, y juntos podremos hacer cosas increíbles.

Kjartan sintió una chispa de comprensión. La conexión con el lobo no era algo que debía temer; era una parte de él, un poder que podía usar para proteger a los que amaba. Pero el miedo seguía presente, y el lobo parecía sentirlo.

Kjartan:—¿Cómo puedo liberarte? —preguntó Kjartan, su voz temblando.

???:—Rompe las cadenas de tu propia inseguridad y miedo —respondió el lobo, sus ojos llenos de fervor—. Solo entonces podrás ser quien realmente eres. Confía en ti mismo, Kjartan. Hazlo por ti, y por los que están a tu alrededor.

Con esas palabras resonando en su mente, Kjartan sintió que su corazón se llenaba de determinación. Se acercó al lobo, mirándolo a los ojos.

Kjartan:—Haré lo que sea necesario. No dejaré que el miedo me controle. El lobo asintió, una sonrisa que reflejaba tanto poder como esperanza.

???:—Entonces, comencemos. Solo tú puedes romper estas cadenas.

Kjartan cerró los ojos, sintiendo el pulso de su energía. Con cada latido de su corazón, comenzó a concentrarse, liberando las emociones que lo habían mantenido prisionero. La oscuridad que lo rodeaba parecía temblar a su alrededor, y una luz comenzaba a surgir de su interior.

Kjartan:—¡Soy más fuerte de lo que pienso! —gritó, sintiendo la energía fluir a través de él, uniendo su ser con el espíritu del lobo. Las cadenas comenzaron a temblar, y un estallido de luz iluminó el espacio, como si la montaña misma estuviera respondiendo a su llamado.

A medida que la luz crecía, las cadenas comenzaron a romperse, y el lobo, libre por fin, se unió a Kjartan. Juntos, se convirtieron en una sola entidad, una combinación de fuerza, valor y conexión, listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara.

La oscuridad se desvaneció, y Kjartan sintió una renovada claridad. La cima de la montaña se desdibujó, y su conciencia se trasladó de vuelta a su cuerpo, listo para enfrentar el mundo exterior y su destino.

-En otro lado-

En un claro profundo en el bosque, la tribu Cuervo se reunió en torno a su líder, Eldrin. La atmósfera era tensa; los cuervos, con sus plumas negras brillando bajo la luz del atardecer, parecían más inquietos que de costumbre. Un mensajero proveniente de sus aliados, de las Aves, había llegado volando, trayendo noticias alarmantes sobre los sucesos recientes.

Eldrin, un hombre astuto y astuto con ojos penetrantes, escuchaba con atención.

Eldrin:—¿Dices que Kjartan se ha transformado en un lobo humanoide? —preguntó, la preocupación en su voz.

El mensajero asintió, sus alas aún extendidas, como si estuviera preparado para despegar en cualquier momento.

espía cuervo:—Sí, Eldrin. El hijo de Hrafn desató un poder increíble. Enfrentó a los guerreros de la tribu Oso y mostró una fuerza que nadie había visto antes. Los Osos han tomado nota y se preparan para un nuevo conflicto.

El rostro de Eldrin palideció, y su mente comenzó a girar. El poder que Kjartan había mostrado era una amenaza no solo para su clan, sino para toda la región. La inseguridad se apoderó de él mientras pensaba en las implicaciones de esa fuerza emergente.

Eldrin:—¿Y si Kjartan se une a los Osos? —murmuró para sí mismo—. ¿Y si se convierte en un líder que no solo desafíe a Bjorn, sino que también amenace nuestra existencia?

La preocupación se transformó en miedo, y Eldrin comenzó a trazar planes en su mente. ¿Cómo podían los Cuervos, conocidos por su astucia y agilidad, enfrentar una fuerza como la de Kjartan y el clan Oso? La idea de una guerra inminente lo mantenía inquieto.

Eldrin:—¡Debemos actuar con cautela! —exclamó, atrayendo la atención de su gente—. Si esta nueva fuerza se une a los Osos, nuestra posición se volverá extremadamente vulnerable. Necesitamos formar alianzas, fortalecer nuestras defensas, y quizás incluso intentar negociar con Kjartan antes de que se convierta en un enemigo.

Los miembros de la tribu murmuraron, sintiendo la tensión en el aire. La posibilidad de unirse al hijo de Hrafn les parecía arriesgada, pero Eldrin sabía que no podían permitirse el lujo de ignorar la amenaza que se avecinaba.

Eldrin:—Convocaremos a una reunión con las tribus vecinas —decidió, su voz firme—. Necesitamos que todos estén al tanto de la situación. La unión puede ser nuestra única esperanza.

Mientras Eldrin comenzaba a planificar la reunión, la sombra de la incertidumbre seguía acechándolo. Cada estrategia que ideaba estaba impregnada de inseguridad, el miedo a ser superados se reflejaba en su mirada.

A medida que el sol se ponía, el clima en la reunión se tornó sombrío. Eldrin sabía que el tiempo estaba en su contra, y cualquier paso en falso podría llevar a la ruina de su clan. Con cada pensamiento, la figura de Kjartan se erguía en su mente, un símbolo de un poder desconocido que podría alterar el equilibrio en la región.

-Regresando con Kjartan-

Kjartan permanecía en su espacio mental, enfrentándose al titánico lobo que ahora había dejado de ser una figura temida y se había convertido en un aliado. La oscuridad a su alrededor comenzaba a disiparse, y una luz suave iluminaba el lugar, reflejando el cambio en su interior.

???:—Para ser más fuerte, debes entrenar tu cuerpo, mente y alma —dijo el lobo, su voz resonando con la sabiduría de mil batallas—. Esto no se logra de la noche a la mañana. Es un camino que requiere tiempo y dedicación.

Kjartan asintió, sintiendo la verdad en sus palabras. La idea de un crecimiento continuo lo emocionaba y a la vez le parecía abrumadora.

Kjartan:—¿Pero cómo puedo hacerlo? ¿Dónde empiezo? El lobo se acercó, su presencia imponente y reconfortante a la vez.

???:—Primero, debes aprender a escuchar a tu interior. Tu mente y tu alma están conectadas con la naturaleza y el poder que llevas dentro. Meditación, introspección, y enfrentarte a tus propios miedos son esenciales.

Kjartan:—Meditación... —repitió Kjartan, recordando las historias que su madre le contaba sobre los antiguos guerreros que encontraban fuerza en la calma—. Pero, ¿y el entrenamiento físico?

???:—Tu cuerpo es solo una parte de la ecuación —respondió el lobo—. Debes fortalecerlo a través del combate y el ejercicio. Cada desafío que enfrentes, cada batalla que luches, te hará más fuerte. Pero también necesitas entender el poder que tienes; no debes dejar que te controle.

Kjartan:—¿Y si no puedo? ¿Y si el poder me consume? Kjartan sintió un torrente de energía recorriendo su ser. El lobo lo miró con una intensidad profunda.

???:—Ese es tu verdadero desafío. Debes enfrentar el miedo que te frena. La inseguridad que sientes es normal, pero no dejes que te defina. Entrena conmigo, y juntos aprenderemos a dominar tu fuerza.

Kjartan:—¿Cuánto tiempo tomará? Kjartan se sintió más seguro, la idea de tener al lobo como guía era reconfortante.

???:—No puedo prometerte que será rápido, —respondió el lobo—. Pero si te comprometes y trabajas cada día, la transformación será evidente. Cada pequeño paso que tomes cuenta.

Kjartan:—Estoy listo. Quiero enfrentar este desafío. Quiero ser fuerte para proteger a los que amo. 

Con determinación brillando en sus ojos, Kjartan se enderezó. El lobo asintió, su expresión llena de orgullo.

???:—Entonces comencemos. Cada día que pases aquí será un entrenamiento para tu mente y tu alma. Con cada momento, sentirás cómo te conectas más profundamente conmigo y con el poder que llevas dentro.

A medida que el espacio a su alrededor comenzaba a transformarse, Kjartan sintió un renovado sentido de propósito. Era el inicio de un viaje que lo llevaría a descubrir no solo su fuerza, sino también su verdadero yo. Con el lobo a su lado, sabía que no estaba solo en este camino, y que cada paso lo acercaría más a convertirse en el protector que su tribu necesitaba.

-Territorio de los ciervos-

Therin, el líder de la tribu Ciervo, se encontraba en su campamento, rodeado de los árboles altos y serenos que caracterizaban su hogar. La luz del sol filtrándose a través de las hojas creaba un ambiente pacífico, pero una sensación de inquietud lo invadía. Los rumores de la reciente transformación de Kjartan y la inminente amenaza del clan Oso habían comenzado a circular entre su gente.

De repente, un cuervo negro, sus alas brillando con un tono oscuro, se posó en la rama cercana. Therin frunció el ceño, sintiendo que el ave traía un mensaje importante. Se acercó con cautela, y el cuervo extendió su pata, donde una pequeña carta estaba atada con una cinta de cuero.

Con manos firmes, Therin desató la carta y la abrió. El mensaje, escrito con una caligrafía clara y precisa, era de Eldrin, el líder del clan Cuervo.

Therin se quedó en silencio, el peso del mensaje asentándose en su mente. A lo largo de los años, su tribu y el clan Cuervo habían tenido sus desacuerdos, pero la situación actual era diferente. La posibilidad de un conflicto mayor requería una reconsideración de sus prioridades.

concejal:—¿Qué piensas, Therin? —preguntó uno de los miembros de su consejo, un hombre de mirada aguda—. ¿Deberíamos realmente unirnos a los Cuervos? Therin miró al horizonte, contemplando las implicaciones de una alianza.

Therin:—Es arriesgado, pero Eldrin tiene razón. La fuerza de Kjartan y la ambición de Bjorn pueden amenazarnos a todos. Si no actuamos, nuestras tribus podrían verse atrapadas en el fuego cruzado.

El consejo murmuró, algunos mostrando dudas, mientras otros parecían comprender la gravedad de la situación. Therin se dirigió a ellos con firmeza.

Concejal:—No podemos permitir que nuestras diferencias nos dividan en este momento. Si unimos nuestras fuerzas, podremos enfrentar lo que sea que venga. Proteger nuestras tierras y nuestro futuro es lo más importante.

Therin:—Llevaré una respuesta a Eldrin. Debemos actuar rápido. Con determinación, se volvió hacia el cuervo que aún permanecía en la rama.

Therin tomó un momento para redactar su respuesta. En ella, aceptaba la propuesta de alianza, instando a una reunión entre las tribus para discutir sus estrategias y prepararse para la inminente amenaza.

Therin:—Que el cuervo lleve este mensaje —dijo, atando la carta a la pata del ave—. Nuestras diferencias quedarán atrás, y nos uniremos por el bien de todos.

El cuervo aleteó, como si entendiera la gravedad del momento, y se elevó hacia el cielo, llevando consigo la esperanza de una nueva alianza en un tiempo de incertidumbre. Therin sintió que un peso se aliviaba de sus hombros; la decisión estaba tomada, y ahora, juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que se presentara en el horizonte.

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-Ubicacion actual: Asgard-

En el esplendor de un salón iluminado por la luz dorada del atardecer, Brunhilde, la mayor de las hermanas valquirias, se encontraba rodeada de la majestuosidad de su hogar celestial. Con su armadura brillante y una presencia que irradiaba autoridad, observaba el paisaje que se extendía ante ella, con nubes flotando suavemente en el cielo.

En un rincón, Skeggjöld, una de sus hermanas, se entrenaba. Su figura era una perfecta combinación de fuerza y belleza, con largos cabellos dorados que caían como cascadas sobre su espalda. Vestida con un bikini rojo que resaltaba su musculatura esculpida, Skeggjöld era una visión de poder y gracia.

Brunhilde:—Skeggjöld, ven aquí. Brunhilde se volvió hacia ella, con una mirada seria.

La hermosa valquiria dejó de lado su entrenamiento y se acercó rápidamente, su porte orgulloso y su energía vibrante.

Skeggjöld:—¿Qué deseas, hermana?

Brunhilde tomó un momento para reunir sus pensamientos.

Brunhilde:—Necesitamos que vigiles a Kjartan. Ha despertado un poder formidable, y no podemos permitir que Odin o Loki interfieran en su destino. Su potencial es demasiado grande como para que caiga en manos equivocadas.

Skeggjöld frunció el ceño, entendiendo la gravedad de la misión.

Skeggjöld:—¿Por qué es tan importante que le echemos un vistazo? No me gustan los juegos de los dioses.

Brunhilde:—Exactamente —respondió Brunhilde, su tono firme—. Odin busca fortalecer su ejército, y Loki siempre tiene sus propios planes. Kjartan es un faro de fuerza y potencial, y no podemos permitir que se convierta en una herramienta en sus manos. Necesitamos saber cómo se desarrolla su historia. Skeggjöld asintió, sintiendo la urgencia en las palabras de su hermana.

Skeggjöld:—Entiendo. Lo haré. Pero, ¿Cómo lo localizaré?

Brunhilde:—Tu conexión con la naturaleza te permitirá sentir su presencia —dijo Brunhilde, su voz suavizándose—. Sigue la energía que emana de él. Además, el lobo titánico que lleva dentro está despertando, y su aura es poderosa. No deberías tener problemas para encontrarlo.

Skeggjöld:—Considera que lo haré —respondió Skeggjöld, sonriendo con determinación—. Protegeré a Kjartan de cualquier interferencia divina. No permitiré que se convierta en un peón en sus juegos. Brunhilde se sintió aliviada.

Brunhilde:—Gracias, hermana. Confío en ti. Este es un momento crucial, y con tu fuerza y habilidad, Kjartan estará a salvo.

Skeggjöld:—Partiré inmediatamente. Quiero que sepas que haré todo lo posible para garantizar su seguridad. Skeggjöld inclinó la cabeza, el fuego de la determinación brillando en sus ojos.

Con un último intercambio de miradas significativas, Skeggjöld se dispuso a salir, su figura resplandeciendo mientras se preparaba para el viaje. Brunhilde la observó con orgullo, sabiendo que su hermana no solo era una guerrera formidable, sino también una valquiria dispuesta a proteger a quienes lo necesitaban.

Mientras Skeggjöld desaparecía entre las nubes, Brunhilde volvió su mirada al horizonte, sintiendo que el destino de Kjartan estaba a punto de entrelazarse con el de las valquirias. Con la esperanza de que su hermana llevara a cabo su misión, se preparó para enfrentar los desafíos que se avecinaban, lista para luchar por el futuro del joven y por la libertad de su propio linaje.

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-Ubicacion desconocida-

En la penumbra de una cueva cercana, dos pequeños lobos jugaban en el suave lecho de hojas secas. Uno de ellos, de pelaje blanco como la nieve, emitía un aura helada que hacía que el aire a su alrededor se volviera fresco. El otro, de pelaje negro como la noche, irradiaba un calor intenso que contrastaba con su compañero.

De repente, ambos se detuvieron, sus orejas erguidas y atentos. Una vibrante energía recorría el aire, una sensación que hacía vibrar sus instintos. El lobo blanco miró a su compañero con ojos brillantes.

Lobo Blanco:—¿Lo sientes? —preguntó, su voz suave y melodiosa—. Es el poder de nuestro padre. ¡Ha despertado!

El lobo negro asintió, su mirada fija en el horizonte donde la luz del sol se encontraba con el paisaje nevado.

Lobo Negro:—Sí, siento su fuerza. Ha encontrado su camino, pero no está solo. Hay algo más. Su poder está conectado a un humano.

Lobo Blanco:—Kjartan —respondió el lobo blanco, sus ojos reflejando un destello de emoción—. El hijo de Hrafn. Debemos encontrarlo. Si nuestro padre ha despertado, significa que la conexión se ha formado. Es hora de que nos reunamos.

Con un movimiento decidido, los dos lobos se prepararon para salir de la cueva. El lobo negro emitió un suave rugido de fuego, calentando el aire a su alrededor.

Lobo Negro:—No podemos quedarnos aquí. Cada segundo que pasa, ellos se acercan. Debemos encontrar a Kjartan y unirnos a él.

El lobo blanco asintió, su aura helada envolviendo a su compañero en un abrazo gélido.

Lobo Blanco:—Juntos, seremos más fuertes. Él necesita nuestro apoyo, y debemos ayudarlo a controlar el poder que lleva dentro.

Mientras se dirigían hacia la salida de la cueva, la luz del sol iluminó sus pelajes, creando un hermoso contraste entre el hielo y el fuego. Los dos lobos miraron hacia el horizonte, donde se extendían los vastos bosques y montañas.

Lobo Negro:—Vamos —dijo el lobo negro, su voz firme—. La búsqueda de nuestro padre y de Kjartan ha comenzado. No podemos permitir que el destino de nuestro linaje se pierda.

Juntos, los dos pequeños lobos avanzaron, su conexión con el lobo titánico que era su padre fortaleciéndose con cada paso. Mientras corrían hacia el futuro, el eco de su determinación resonaba en el aire, y el mundo a su alrededor parecía vibrar con la promesa de un reencuentro que cambiaría el curso de sus vidas.

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"Y así, tras liberar su poder, Kjartan se encuentra en la encrucijada de su destino. Su vida, una vez tranquila en la aldea, se convierte en un torbellino de fuerzas antiguas y energías desconocidas. El poder que brota de su interior no es solo un regalo; es una prueba que pondrá a prueba su esencia misma.

El eco del lobo titánico resuena en su ser, otorgándole habilidades asombrosas, pero también trayendo consigo sombras de duda y conflicto. A medida que los dioses fijan su mirada sobre él, Kjartan se verá envuelto en un juego cósmico que trasciende su comprensión.

¿Se convertirá en un héroe que unirá a las tribus, o caerá en la tentación de utilizar su poder para satisfacer sus propias ambiciones? Su camino estará plagado de decisiones difíciles, y cada paso lo acercará más a su verdadero yo.

Con aliados inesperados a su lado y enemigos al acecho, el futuro de Kjartan se entrelazará con el destino de su tribu y el equilibrio del mundo. Lo que le depara el futuro es un misterio, pero una cosa es segura: su historia apenas comienza, y la leyenda del joven que desató el poder del lobo será contada a través de las generaciones."


Fin que les parecio el capitulo?

Hasta la próxima!

Subaru: Anda la olla que cosas desde que apareció ella todo el fandom se volvio loco!

Issei: Es que es una Tomboy solo imagina las posibilidades!

Basara: Na yo prefiero las elfas y......*Mira las orejas de Morrigan* Sabes que cambio de opinión quiero que ella se siente en mi cara.

Issei: Quiero que use esas piernas y me ahorque con ellas!

Tatsumi: Quiero que cuando hagamos el amor me golpee bien duro!

Subaru: .........Mejor no digo nada!

Gonta: Si que son unos degenerados hermanos míos.........Me agrada su compañía!

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