♤13♤MILAGRO
Año 5.
10Ka, 50Ma.
Korbe.
♤Nota inicial♤
Para poder entender a plenitud este capítulo es necesario que hayan leído el extra "Mientras Procuro Olvidarte" publicado dentro del 1er libro y luego el 3er Especial disponible en ese mismo libro que narra las crónicas que tuvieron lugar en la Tierra cuando Khristen se marchó. Si no los has leído te aconsejo abandonar aquí la lectura y regresar después de haberlo hecho. IMPORTANTE ESE TERCER ESPECIAL !!!
—♤—
Era demasiado. ¿Es que no tendríamos un período de paz hasta llegar a Jadre?
Me harté desde lo profundo y me erguí de la tierra completamente brillante. Era un brillo verde y nuevo, al parecer de enojo. Moví los brazos formando una bola y la lancé a tres Oscuros. Para cuando los otros dispararon Forian se había encendido en fuego y corrió hasta ellos rostizando sus bastones láser. Pero resultaban más de lo que teníamos previsto y llegaban por grupos de a tres. Cuando la cuenta nos dio treinta cambiamos de estrategia y nos unimos, espalda con espalda, para combatir juntos.
—Estaremos buen tiempo en esto —le dije a Forian lanzando par de bolas.
—No si sacas la energía Oserium que hay en ti —dijo él y más que sugerir parecía una exigencia.
—No puedo hacerlo. —Dejé que me tomará por los brazos y caminé en el aire para patrarle el casco a un Oscuro.
Forian comenzó a balancear mi cuerpo y repetí el movimiento en un giro de trescientos sesenta grados.
—Es la única energía que puede acabar con ellos definitivamente —recordó mientras me soltaba y tomaba poción para atacar.
—Me llevará horas recuperarme antes de poder usarla.
La energía dorada que emanaba de mi interior solo salía si estaba descansada, en condiciones físicas aceptables. Pero con las últimas vivencias, el derroche de poderes que había tenido y el hambre aturdiéndome las neuronas era imposible sacar energía pura. Así que tendríamos que resistir con el fulgor verde, que representaba un cuarto de la fuerza Oserium o idear otra alternativa.
Justo cuando Forian estaba por responderme un láser lo alcanzó y lo inmovilizó en el suelo.
—¡Nooo!
Intenté socorrerlo pero otro láser me lo impidió. Sin embargo apenas sentí un ligero pinchazo porque estaba revestida de poder en acción y aunque no era suficiente intenso para acabarlos me protegía como escudo repelente. Arremetí contra ellos furiosa pero también resultaban inmunes a las bolas que les lanzaba. Comencé a desanimarme y el cansancio se hizo latente. No podía estar eternamente de ese modo porque tarde o temprano la policía xariana aparecería y sería el fin de la libertad; y no podía dejarme atrapar, no podía ser capturada de nuevo.
Forian se había incorporado y trataba de convertirse en antorcha otra vez pero al parecer los estragos del hambre no dejaban que su evolución ocurriera correctamente, apenas si se le encendieron las manos.
Necesitábamos un milagro.
Y como milagro que se pide encarecidamente y llega de las maneras menos esperadas, fuimos bendecidos por el universo. Eso sí, nos quedamos quietos mirando al frente como si fuese una toma de película. En general cuando esto pasa es porque los espectadores están incrédulos y la secuencia de cosas transcurre muy rápido.
Él salió de la nada acudiendo en nuestra defensa. Captó la atención de todos sacando de su bolsa un esfera brillante como el brillo del oro, y se elevó en el aire cual superhéroe encantador. La luz resultaba cegadora, la potencia comprimía el oxígeno. No cabían dudas: se trataba de la mismísima energía Oserium. Se tragó el vigor de los Oscuros, y despojándolos de su resistencia proyectó en el mismo aire un hoyo negro que los succionó uno por uno. Pensé que nos llevaría a nosotros también, pero después de tragarse el último Oscuro se esfumó en la nada.
Desapareció como si nunca hubiera estado.
El muchacho descendió y cayó de rodillas, con gotas de sudor empapándole la frente y algunos mechones rubios pegados a la misma. No podía creer lo que veían mis ojos. Hubiese creído que era una broma sino fuera por el hecho que estaba pisando Imaoro, capital del mundo Korbe en el universo de Irlendia. Me acerqué todavía perpleja y lo ayudé a levantarse. Pero él se empeñó en hacer una reverencia.
—Su alteza —dijo jadeando por la impactante proeza que había realizado.
La verdad para tratarse de un descendiente humano había manejado la energía a la perfección.
—Levántate Bastian Dubois —pedí enorgulleciéndome—, porque soy yo la que debería doblar mis rodillas ante ti.
—Yo nunca lo permitiría princesa —sonrió tratando de normalizar su respiración.
—Has sido nuestro milagro Bastian —declaré agradecida.
—Yo solo...
No lo dejé terminar sino que me lancé a su cuello, abrazándolo llena de gratitud. Fue un abrazo breve que él devolvió.
—¿Cómo has podido hacer eso? ¡Ha sido extraordinario!
—Yo mismo me descubrí haciendo cosas grandiosas una vez crucé Irlendia —comenzó a explicar—. Es como si mis habilidades se hubieran potenciado.
—Wao, increíble —exhalé maravillada llegando a la conclusión que efectivamente, Irlendia podía potenciar las habilidades de los descendientes.
—Es un honor haber luchado para usted princesa.
—Y deja de tratarme de usted, es una orden —sonreí también—. No sabes la alegría que me da verte.
El francés suspiró complacido.
—No tanto como la mía. Por cierto has bajado de peso —notó siguiendo la orden y recobrando la confianza habitual.
—Y tú estás muy sucio pero igual de guapo.
Ambos reímos.
Era sorprendente, de verdad tenía a Bastian Dubois entre los brazos y la felicidad que abarcaba mi pecho podía compararse a haber hallado un tesoro.
Aún recuerdo con claridad la primera vez que interactuamos. Nos encontrábamos en su país natal Francia para el evento de moda en París y yo había bajado contrariada de la habitación del Le Bonheur donde me hospedaba con Lilly al descubrir que el mejor pintor del linaje plasmaba mi figura en un lienzo y sin mi permiso.
Cuando llegué a él, le inquirí al respecto y en su defensa Bastian alegó que cumplía peticiones de "un cliente". Claro, después supe quién era dicho cliente, pero en ese entonces aunque pretendía reclamarle par de cosas me quedé unos minutos anestesiada con su delicada apariencia. Como tallado en mármol, el descendiente de Vilfa lo único que necesitaba eran par de alas para completar la caracterización de un Silfo¹.
Luego él osciló un pincel frente a mi mirada perdida objetando que me había quedado observándolo mucho rato.
—¿Khristen? —Sacudió en esa nueva ocasión la mano frente a mis ojos.
—Estaba recordando. —Sonreí volviendo a la realidad.
—Un hijo del aire venido de la Tierra —Forian tomó la palabra—. Pocas veces han logrado sorprenderme muchacho, pero debo decir que jamás imaginé que un humano apareciera portando energía Oserium. —Alzó ambas cejas.
—Yo iba a expresar justo eso —agregué.
Bastian bajó la cabeza y se quitó los gruesos guantes que habían protegido sus manos de la interacción con la esfera de brillo dorado.
—La he estado guardando durante dos meses para regresar a casa en el momento apropiado. Pero confieso que no vacilé ni un segundo al ver que se encontraban en peligro.
—Serás recompensado cuando lleguemos a Jadre —aseguré—. Y si lo que deseas es volver estoy convencida que mi familia te ofrecerá la energía estelar necesaria para que lo hagas. Pero dime ahora por favor, ¿cómo viniste a Irlendia? Y lo más importante: ¿por qué?
Bastian apretó los labios y su mirada se puso sombría.
—Las cosas se han complicado en Estados Unidos como no supondrías nunca princesa.
—Cuéntame por favor —pedí amable ocultando la ansiedad que me carcomía por saber de todos.
Él levantó las manos en señal de comprensión y dio unos pasos para separarse de nosotros, mirando al horizonte.
—En el país se formaron acaloradas protestas contra los herederos de Howlland y antes de partir supe de otras partes del mundo donde se estaban dando aisladas manifestaciones pero igual de preocupantes.
—Pero, ¿por qué razón? La mayoría de las personas adoran a los herederos.
—No desde el cierre de la Academia, el incendio en Mansión Fortress y las desapariciones.
—¿Las desapariciones? —Tragué grueso.
El francés se mantuvo mirando algún punto en el horizonte e intuí que fuese la posada que se distinguía a lo lejos.
—Vine porque hice un trato con Adara Kane —dijo a medias.
—Explícate, te lo ruego.
Yo sabía que Bastian estaba ocultando información clave.
—Ella me pidió... pues... —Inspiró hondo, tal como si necesitase mucho aire para lo que iba a revelar—. Adrián está en Irlendia Khristen.
Por Daynon.
La estupefacción se escapó de mi boca y por acto reflejo me llevé una mano a ella.
Negué tres veces en silencio.
Adrián estaba en Irlendia. Había saltado y de seguro estaba buscándome.
El corazón me brincó dentro de su cavidad. No sabía qué emoción tomar ante la noticia.
—Es... cuándo... ¿eh? —fue lo único que atiné a decir.
—Ocurrió hace... Bueno —Se rascó la barbilla pensativo—, en Irlendia el tiempo es diferente así que no puedo afirmarlo con exactitud. Entonces lo haré desde el momento en que tú te marchaste de la Tierra y se desataron los demás sucesos. Conológicamente, el hecho se dio lugar cuatro meses después que te marcharas.
—Cuatro meses...
Procesé la información. En Irlendia había pasado un año, casi dos, y en la Tierra habían pasado cuatro meses.
—Pero en ese período desapareció también Ánssel Kane. Y por último Mateo y Maya Alonso.
—Así que Mateo y Maya...
Me quedé un instante organizando todo en el cerebro. Lo primero que pensé fue: Arthur. Si había puesto de su parte, era posible que a esas alturas fuera capaz de dar algunos pasos, o sostenerse por unos minutos...
Y si los Alonso habían cruzado juntos a Irlendia y yo solo había visto a Maya todo indicaba que su misterioso pacto con Jasper debía estar relacionado con la protección a su hermano.
También pensar en los disturbios que estaban teniendo lugar en la Tierra y el odio que estaban incentivando los que siempre se habían sentido pisoteados por los descendientes, trabajando a la sombra de los linajes, me preocupó a gran medida. Y sobre el otro heredero perdidos, Ánssel Kane ¿había cruzado a Irlendia por voluntad o realmente se trataba de un secuestro?
—Adrián sencillamente no pudo soportarlo —siguió contando su amigo—, y cuando yo trataba de consolarlo se predisponía a recibir ayuda. En una ocasión me dijo que no quería vivir, que su vida había perdido sentido porque ya no estabas.
—Qué horror. —Me llevé las manos a la cara.
—Tu ausencia lo llevó a sus límites cuerdos Khristen, tanto que fue capaz de robarle la energía a su tío Alioth y venir al universo paralelo.
—Espera —interrumpí el informe—. La única energía que se guardaba en la Fortaleza la usó Aaron.
—Oh, no estás al tanto es lógico —dijo Bastian—. Alker y Ábner se apresuraron a llegar al lugar donde te tenían encerrada pero solo se encontraron con restos quemados y la energía Oserium suficiente para ser repartida entre los cabecillas principales de los linajes. Te habías marchado con Forian, al igual que Jasper y Hiro; pero al menos habían dejado una esperanza que conectaba con todos los mundos.
—Esa energía me la extrajeron en la máquina —recordé abrazándome a mí misma por lo doloroso del momento.
—La máquina se encontraba destruida, pero la energía intacta. No obstante el caos que desató ese trágico suceso en los pasadizos subterráneos detrás del castillo de Jasper puso a la mitad de los linajes en contra de la otra parte.
—Imagino. Fueron sus hijos los que perdieron la vida allí —reconocí con pesar.
—Desconozco qué planeaban los demás, pero por la parte de los Dubois, Kane, Alonso, O'Brien, Ferreira, Dickson, Kumar y Hassan se estaban llevando a cabo exhaustivas dinámicas para preparar un heredero y enviarlo a Irlendia para ayudarte.
—¿Y a quién enviaron?
—Salté por el agujero antes de enterarme —confesó—, pero de seguro lo averiguaremos tarde o temprano.
—También hay que encontrar a Aaron —apunté—. Pero antes de todo, debemos llegar a Jadre.
—Antes de todo lo que tenemos que hacer es pasar esta noche inadvertidos —aportó Forian olfateando en dirección a la ciudad—. La policía está en camino, debemos apresurarnos. —Giró el cuerpo y empezó a caminar hacia la posada.
—Recuerda que no tenemos con qué pagar —objeté sin una mejor idea.
—Cuando el encargado se vea con unas garras destroyadoras en la garganta no nos hará hincapié en el precio, te lo garantizo —soltó este.
Abrí los ojos como platos y Bastian empezó a reír.
Caminé rezagada mientras ellos tomaban la delantera meditando que Forian era amable solo conmigo, porque la mayor parte del tiempo se proyectaba con los demás peligroso y radical. Podía mencionar el insignificante detalle que el acto terminaría por delatarnos pero si mi guardián estaba seguro que podía convencer al posadero para que nos dejara quedarnos por una noche, no iba a ser yo la que lo contrariara.
La caminata se nos hizo un poco larga en vista del cansancio pero cuando finalmente llegamos a la puerta nos abarcó el alivio. Pudimos escuchar voces dentro del local, risas borrachas y música alegre. Forian abrió cediéndonos el paso y una vez que nos adentramos cerró la puerta a nuestras espaldas.
La posada era... peculiar, por usar una palabra. Recordé la sensación que sentí mis primeras veces en Howlland por la combinación de lo antiguo con lo moderno. La fachada de aquel establecimiento era engañosa, pareciendo de prototipo antiguo cuando en su interior escondía la estructura más estrambótica que se les ocurrió a los ingenieros. Poseía luces incandescentes en rosado y azul. Las mesas eran de metales corroídos y las sillas de madera pesada. Daba ese aspecto cyberpunk pero de bajos recursos, es decir, habíamos llegado al lugar de paso para los que no podían pagar una noche en la ciudad. Los ocupantes variaban entre androides desarrollados, animales parlantes en dos patas y seres con aspecto humano y ropas medievales. También habían atamarinos acaudalados retirados en las sombras en lo que debían ser negocios ilícitos con pescadores y comerciantes extranjeros.
En resumen, la posada era un nido mixto de toda clase de cosas y su ubicación apartada era propicia para los que deseaban cuidar su reputación.
—Es el rincón de los viajeros ilegales—excudriñó Forian—. Aquí vienen a parar todos los que han venido a Korbe buscando una mejor calidad de vida.
—Y también los pendencieros que no pueden gritar a altas voces en la capital que están en desacuerdo con el gobierno —añadió Bastian que habiendo pasado dos meses en Imaoro debía tener conocimientos certeros.
—¿Has estado antes aquí? —preguntó Forian.
El heredero asintió como respuesta.
Fue cuando quise saber mucho más de su estadía y cómo había sobrevivido pese a las circunstancias.
—Por aquí —pidió Bastian y Forian y yo lo seguimos.
El francés supo hacerse espacio entre las criaturas y las mesas, llegando hasta el final del salón que tenía una especie de cerca protectora y dos puertas que se me hicieron semejante a las que resguardan las salas de cirugías en los hospitales, lo que estas tenían un enorme candado.
—Denme unos minutos, seré breve.
Esperamos como nos había pedido y yo noté que algunas miradas empezaban a recaer en mí, y no miradas amigables precisamente. Me bajé más la gorra y cuidé que ningún cabello saliera por fuera de la gabardina.
El heredero golpeó la cerca y se quedó pegado a ella esperando recibir atención.
—Du? —preguntaron en Káliz con voz robótica y creí ver un ojo mecánico entre las sombras.
"Du": Sí?
—Quiero pasar otra noche —comenzó el chico a exponer en Káliz—. Esta vez traigo acompañantes.
Bastian se sacó de la mochila dos billetes que identifiqué como libras esterlinas y par de chelines.
¿Tenía dinero y no dijo nada?
—Erit £ LXXX magis —exigió quien fuera que estuviera del otro lado excudriñándonos de arriba abajo.
"Serán 80 libras más".
Justo cuando estaba por concluir que en efecto Forian tendría que usar sus garras, Bastian agarró la cerca con una fiereza impropia de su carácter templado y la sacudió.
—No voy a pagar ni un chelin más, tu amo todavía me debe el último trabajo —protestó en Káliz.
Hubo un silencio de la otra parte que nos impacientó por algunos segundos. Luego escuchamos que tecleaban en algún panel digital y el sonido de una notificación.
—El líder Uno acaba de confirmar que tú y tus amigos pueden quedarse —la respuesta llegó finalmente y sentimos el ruido de una puerta corrediza moverse.
Miré a mi izquierda y a pocos metros la misma descubrió un ascensor oxidado. Forian me indicó que me moviera y caminamos juntos al interior.
—Otra cosa —pidió Bastian haciendo uso del idioma de Irlendia—: deseamos discreción, nadie puede saber que estamos aquí.
—¿Acaso ellos son los criminales que busca la policía?
—Eso no es de tu incumbencia. Haz lo que te he pedido y te ganarás tu paga.
Aquellas fueron las últimas palabras que intercambió Bastian con posadero de ojo robótico y no tardó en llegar hasta nosotros a la espera que la puerta se cerrara y el ascensor empezara a subir.
—Así que tenías dinero —saqué a colación mientras el aparato se movía.
—Em... sí. —Se puso la mano detrás del cuello sonrojado—. Contaba con unos cuantos billetes.
—¿Por qué no lo dijiste antes?
—Fue muy gracioso ver tu cara cuando Forian dijo que amenazaría al sujeto —sonrió al recordarlo y el mencionado también me miró con una expresión que podía entrar en la categoría de 'divertida'.
¿Le divertía? Pero si los destroyadores no tenían sentido del humor...
—Tú no te rías. —Señalé al destroyador—. Esas cosas no dan gracia.
—No pensaba hacerlo princesa —se defendió mientras Bastian seguía riéndose—. De hecho, no soy dado a las risas.
—Créeme, lo sé. —Rodé los ojos por lo obvio—. Bueno y a todas estas, ¿quién es Uno?
En ese mismo momento un sonido como campana de recepción resonó dentro del ascensor.
—Genial, ya hemos llegado a nuestro piso —expresó Bastian dejando la pregunta en el aire.
Las puertas se abrieron para dar paso a un corto pasillo que parecía una cápsula transparente que dejaba ver el viejo mecanismo que llevaba agua a las instalaciones; echaba humo y se trababa en algunos pedazos. La cápsula contenía ileras de puertas a cada lado que para ventaja no eran de cristal, sino de titanio igualmente oxidado. Tal vez luciría bonito sino fuera por el hecho que el establecimiento era un pasanoche cualquiera al que no le daban mantenimiento desde hacía kiloaños.
—Nuestra habitación es la 46 —informó el heredero Dubois acercándose a la puerta que exhibía el número arriba.
Esta emitió una radiación al pase que levantó Bastian y se abrió automáticamente.
A pesar de estar siendo perseguidos por la policia xariana y estar en una posada con seres desagradables, una vez que nos adentramos sentí un refugio alejado de todas las cosas negativas. O tal vez ya estaba demasiado cansada para resistirme. El caso fue que a pesar de lucir como una construcción hecha en un Minecraft de ciencia ficción, a mi parecer se hizo cómodo.
De tamaño mediano, con rejillas en el techo que transpiraban el oxígeno y una ventana pequeña donde se apreciaban los rascacielos de Imaoro. A mano derecha se encontraba una puerta con forma de semicírculo atornillada por toda la circunferencia. También un espacio vacío con una mesita y sillas plegables. De repente una pantalla retráctil salió del centro del techo y se encendió reproduciendo las noticias del día. ¿Y quienes estaban como tema central? Los vandalistas que estrellaron un Y40 en el callejón al final de la calle 0016.
El retrato digital era excelente, tal como si nos hubiesen tenido frente a frente para realizarlo. Justo como Forian había predicho ya subían el precio dela recompensa por nuestra captura, ascendiendo la misma a quinientas libras por cabeza.
—¿Dónde están las camas? —quise saber desviando la atención para evitar que mis nervios colapsaran.
—Anexadas en las cuadrículas de las paredes —respondió Bastian y se acercó a la de la derecha para presionar una sección.
Salió una cama personal y volvió a guardarse cuando el francés presionó por segunda vez.
Chulo.
La habitación no era de lujo pero me gustaba. Mi mente retornó a la vez que vi esa película francesa de los noventa titulada "El quinto elemento", donde Korben Dallas disponía en su apartamento del futurista New York con sistemas similares.
—Deduzco que esa puerta da a un baño. —Señalé la circunferencia.
—Así es, tienes el primer turno —concedió Bastian y se lo agradecí con la mirada—. Y en un rato subirá la comida.
No veía la hora de tomar un buen baño con agua caliente y llenar mi maltratado estómago. Solo esperaba que la comida de Korbe resultase mejor que las raíces de Balgüim.
—♤Notas♤—
¹Silfo: Ser fantástico que habita en el aire. Hada en masculino.
•Si desean saber qué trato hizo Adara para que Bastian cruzara a Irlendia repito deben leer el 3er Especial que aparece en orden después de los extras.
Sígueme en Instagram para ver contenido multimedia de la saga: @Saga_Legendarios
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro