RESUMEN: SOY TU CASTIGO
El destino, descaradamente, se encarga de unir a Elena, la hija de un pirata y a Alejandro, el hijo de un importante comerciante de la ciudad de Magdalena. Sin conocer sus verdaderas identidades, terminan en medio de un enfrentamiento cuyo objetivo era el de cobrar la vida de Elena. En medio del caos, Alejandro decide proporcionarle ayuda a la mujer, acabando con la vida de dos piratas.
Lamentablemente para él, la verdadera identidad, tanto de la mujer que auxilió como la de los hombres que mató, termina por arrastrarlo a donde debe cumplir con el castigo infundado por el código pirata.
El padre de Elena y capitán de una nave pirata, es quien debe llevarlo a bordo de su barco por al menos un año o hasta saldar la deuda que ha adquirido con la hermandad de piratería.
La joven de cabello castaño muestra con claridad sus intenciones por proteger al muchacho que han su subido a La María, prácticamente en calidad de secuestro. No obstante, la oportunidad de ayudarlo le es negada de inmediato por su padre y su prometido, Manuel Barboza quien funge como contramaestre en La María.
Barboza es el hombre que Antonio Montaño —el padre de Elena— tomó como hijo para educarlo y convertirlo en su sucesor. Este, a su vez, se enamora de Elena y la pide en matrimonio. Ella acepta feliz hasta que la presencia de Alejandro abordo de la nave la hace dudar.
El muchacho rubio aprende con rapidez sus actividades como grumete del barco, pese a sus deseos por salir de ahí lo más rápido posible. Luego de varias semanas, logra tener un corto encuentro con la mujer que le ha defendido y la misma por la que ha terminado castigado. En medio de la conversación, se dan cuenta de que han sido víctimas del destino, puesto que se conocieron en una fiesta de disfraces en Magdalena, una noche antes del ataque que los unió de nuevo. Corrompidos por el amor naciente que ven surgir, deciden comunicarse por medio de cartas, mismas que deben ser escritas con suma precaución para que estas no sean leídas por alguien más fuera de ellos dos.
Por otro lado, Manuel Barboza ha comenzado a sentir el distanciamiento por parte de su prometida. Decide establecer una conversación con ella a fin de solucionar sus problemas. Desgraciadamente, para el pirata, el momento a solas, no termina como él hubiese deseado y Elena le hace saber su decisión por romper su compromiso con él. Barboza padece cada palabra que recién escuchó y decide subir al mástil en medio de la oscuridad para llorar en silencio sin ser visto. No obstante, lo que jamás imaginó, era que desde las penumbras vería Alejandro deambulando por el barco con el objetivo de esconder una de las cartas que iban dirigidas para Elena.
Para la mañana siguiente, Elena y Danielle —Dama de compañía y amiga de Elena— se percatan de un nuevo castigo que será impuesto. Elena une los cabos y asume que el tripulante que será castigado es Alejandro. La castaña no se ha equivocado, lo reconoce pronto cuando lo ve atado de manos al mástil donde recibirá veinticinco latigazos. Ella intenta evitarlo colgándose del brazo de su prometido. Entre súplicas y llanto, le exige reconsiderar su decisión, pero este le hace saber que ese castigo se lo ha impuesto su padre por haberse atrevido a hablarle de amor a la hija de su capitán.
La joven no logra hacer nada para remediar la situación, Alejandro es sometido a los golpes y del mismo modo, también es sentenciado al exilio en una isla solitaria. De nueva cuenta, Elena objeta el castigo, pese a que las posibilidades de ayudarlo son prácticamente nulas.
Antonio decide poner la decisión en manos de Barboza, ya que él fue el principal agraviado. Finalmente, y como única opción, Elena le propone a Barboza casarse con él a cambio de la libertad de Alejandro. Dicha oportunidad, el contramaestre no la desperdicia y la acepta como prometida una vez más.
Tras un ataque con la marina, la tripulación de Montaño llega a la Isla del Coco, una famosa isla caribeña utilizada como guarida para piratas, el lugar es custodiado por Julia Benítez, cuya carismática personalidad y seductor cuerpo, enloquece a los piratas que llegan a su isla. En dicho lugar, se realizan reuniones anuales de piratería, casi como una convención de perros del mar, donde además de abastecerse, pueden alardear sobre sus grandes proezas y fortunas acumuladas.
Ese año la reunión fue encaminada hacia la reciente casería de piratas comandada por Rafael Díaz, el padre de Alejandro. Rafael decide encontrar a su primogenito a como de lugar. Para ello contrata a dos investigadores privados, mueve parte de la policía de Magdalena y la marina mexicana con la finalidad de acabar con los hombres que se atrevieron a secuestrar a su único hijo varón.
Elena logra encontrar la ubicación del prisionero en la Isla del Coco, ya que este fue escondido por el mismo Barboza,evitando que su prometida se le acerque. En casa de Julia, en una de las habitaciones, estaba el hombre de cabellos rubios, atado de manos y pies, con fuertes cadenas que apenas si le permitían moverse. Elena le quita las cadenas y confiesa sus sentimientos por él. Alejandro hace lo mismo, a pesar de su conocimiento por el matrimonio de ella con Barboza. Después de unos minutos, Elena le explica que pronto será libre y termina entregándose al hombre que asegura amar.
Un par de días después, la boda de Elena y Barboza se lleva a cabo, tal cual ella prometió. Debido a esto, Barboza cumple con su parte del trato y libera al hombre que tenía encerrado. Durante la celebración del matrimonio, Barboza acude a donde el prisionero para pagarle por sus servicios prestados con la hermandad. Alejandro enfurece y le explica a su enemigo que su nueva esposa le perteneció noches antes; sin embargo, Manuel controla sus instintos más oscuros y lo toma como un grito desperado por parte de Alejandro.
El día después de la boda, aparece una pirata apodada la Gitana, la mujer trae las noticias que comunican la reciente cacería de piratas comandada por el comodoro Mancera y Rafael Díaz, ambos en busca de Alejandro Díaz, un miembro honorable de la sociedad de Magdalena. Debido a esto, los piratas deciden abandonar la Isla del Coco para salvar sus vidas; sin embargo, previo a esto, buscan a Alejandro con la idea de entregarlo a su gente, evitando así, una guerra.
El caballero de sociedad aparece en la nave de Julia y ella le explica la situación, posterior a ello, una nueva reunión da lugar en medio del mar en el barco de Julia, donde todos aceptan la idea de la pirata de entregar al muchacho a cambio de evitar la guerra. Por otro lado, Antonio Montaño acaba envuelto en un combate donde mata a su mayor enemigo, se trataba de un pirata llamado Donatello, el mismo hombre que quería asesinar a Elena en un principio.
Las naves de bandera negra deciden volver a las aguas que rodean la Isla del Coco, en el lugar, se encuentran con los barcos de guerra que pertenecen a la marina. Un total de siete naves piratas contra diez barcos de la marina. Montaño llega en bote a la isla con la insignia de entregar al muchacho que él mismo secuestró para llevar en su nave.
Después de formalismos entre el comodoro Mancera, Rafael Díaz y Antonio Montaño, el pirata habla sobre el nuevo papel de Alejandro en sus barcos, ya que el muchacho aceptó un pago y subió a sus naves por cuenta propia, luego de ser liberado. Debido a esto, el caballero de Magdalena es ahora un pirata más. Rafael Díaz entra en conflicto con lo dicho y decide desbocar un arma sobre el cuerpo de Antonio, este cae en la arena sin vida.
La guerra comienza, tanto por mar como por tierra, lo que termina en baño de sangre, acompañado de un desahogo de piratas y guardias. La pareja de recién casados, termina en medio de la trifulca debido a su caída al agua. En dicho momento, ella se percata de su padre muerto y Barboza enloquece en contra de Alejandro, a quien culpa de la muerte del hombre que le enseñó todo.
Un duelo surge entre ambos hombres, permiten que sea la rabia y el odio los que guíen sus pasos con cada choque de espadas. En medio de sus mortíferos movimientos, Elena es doblegada por Rafael Díaz, exigiendo, a su vez, el cese de la batalla. Los enfurecidos hombres bajan las armas y tanto Barboza como Elena son llevados al barco del comodoro en calidad de prisioneros.
Los estragos de la batalla han mostrado la perdida de al menos dos tripulaciones completas, al igual que varias naves de bandera negra dañadas, sin dejar de mencionar la sangre derramada, Barboza y Elena como prisioneros, así como la muerte de un capitán de la comunidad pirata. Julia, Bartolomeo y la Gitana, deciden ir tras los únicos familiares que tenía Montaño, el capitán cuyo cuerpo fue consumido por las llamas.
En el barco del comodoro, Alejandro decide hacer todo lo que esté en sus manos para ayudar a la mujer que ama, de ninguna manera permitirá que ella llegue a la horca. Debido a ello, le pide a Elena que se quede a su lado con la promesa de ir en contra de las decisiones de su padre, Rafael Díaz para casarse con ella. Sin embargo, Elena estaba tan afectada por la muerte de su padre, que decidió no creer en sus falsas promesas y lo culpa de todo acto en contra de la hermandad de piratería. Declina la ayuda y prefiere morir al lado de quien ahora funge como su esposo.
Barboza estaba decidido a dejarla ir, sabía que la única opción de libertad para ella era si Alejandro la acogía bajo su protección, pero ella se niega a las ideas de ambos hombres, dejando clara su postura de que, a partir de ese día, sería ella quien tomaría sus decisiones de vida, ya no sería su padre, su esposo o cualquier otro hombre.
De regreso en la ciudad de Magdalena, Elena y Barboza son puestos en prisión, aguardando su pronta sentencia como perros del mar: la horca es lo único que pueden esperar. Por esas fechas, la celebración del santo patrono de la ciudad se está llevando a cabo, por lo que hay una enorme cantidad de gente vagando por las calles y visitando la iglesia. Julia y Bartolomeo —el viejo lobo de mar y fiel amigo de Antonio— aprovechan el escandaloso evento de las calles para entrar a la ciudad, camuflados por el secuestro de una nave de pasajeros. Ingresan al puerto de Magdalena con el único objetivo de encontrar a sus amigos antes de que se conviertan en el espectáculo del evento.
Los piratas consiguen la ubicación de sus amigos con algo de hostigamiento, dinero y fuerza bruta. Danielle finge ser una dama en peligro y entra corriendo a la comisaría donde se supone encontraría a Elena y Barboza. Los guardias se niegan a auxiliarla, puesto que tienen órdenes estrictas de dejar el resguardo del sitio. Enseguida aparece Alejandro, a fin de sacar a Elena de prisión. Confabulado con Danielle, ataca a los guardias para lograr internarse en las celdas.
Manuel Barboza fue golpeado; no obstante, se ha hecho de la información que necesitaban para que el plan que sus amigos tenían montado no fuera una catástrofe. Por ende, Alejandro les confirma que dicho encuentro es una trampa de su padre, ya que sabían que los piratas irían en busca de sus amigos. La idea era permitirles entrar a la ciudad, mas no saldrían de ahí vivos.
Establecida la trampa, Julia, Bartolomeo y Barboza aceptan la versión de Alejandro y ponen en práctica el único plan que tenían para salir de la ciudad: fuego.
Llamas, cañones, espadas, sables, armas siendo disparadas, personas corriendo que exigían auxilio. La ciudad de Magdalena se vuelve en un verdadero infierno, convertida en el escenario de una batalla sin fin, esa que se daba en entre piratas y guardias, la misma que prometía nunca terminar. Los edificios colapsaban y el polvo del escombro mezclado con la pólvora quemada, entorpecía la visibilidad de los hombres, era la oportunidad perfecta para cada pirata que deseara vagar por la ciudad con alevosía y ventaja.
Finalmente, luego de que la ciudad quedara cubierta en esa nube de hostilidad, los cañones fueron detenidos, como por arte de magia. Fue entonces, donde todo quedó en silencio. Los piratas tuvieron que resguardarse en cuanto recóndito rincón oscuro encontraron para permanecer camuflados. Fue ese el caso de Alejandro, quien ahora estaba siendo buscado por los guardias bajo las órdenes del comodoro Mancera, el hombre que lo consideraba un revoltoso pirata.
Bartolomeo envío a un tripulante para averiguar cuál fue la razón del cese de los cañones, este llegó a donde los barcos y convenció a la pequeña tripulación que aún permanecía en la nave de hacerse de municiones con el objetivo de enaltecer las proezas que estaban por contar.
Los piratas iniciaron de nuevo la guerra, la ciudad volvió a estar cubierta de humo. El ruido y la oscuridad volvieron a hacer escenario que los perros del mar requerían para dejar la ciudad que estaba plagada de guardias.
Justo en la entrada del puerto, aguardaba toda una escolta de hombres impidiendo la salida de los piratas. Alejandro y Danielle parecían perdidos hasta que Manuel Barboza apareció a sus espaldas. El pirata les ayudaría en la disputa por su huida.
La batalla de Magdalena terminó esa misma noche; sin embargo, Elena tuvo la oportunidad de hablar con Alejandro para decirle que su deseo era permanecer al lado de su esposo Manuel Barboza. Él aceptó su elección a pesar del dolor que sentía por perder a la mujer que amaba. Las razones de ella fueron el caos y las muertes provocadas desde que intentaron estar juntos.
La historia acaba en una separación de los participes en la guerra. Cada capitán toma su camino con la promesa de permanecer ocultos hasta que las aguas infestadas de guardias volvieran a la normalidad.
Manuel y Elena ahora dedicarán parte de su tiempo a intentar una vida normal fuera de la mar, mientras Alejandro se posiciona como un fuerte capitán de barco de bandera negra.
La segunda parte de esta historia, nos habla sobre el inevitable crecimiento de Manuel Barboza, el pirata que busca convertirse en un pirata legendario que fuera recordado por toda la humanidad.
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