Supuse que era hora de cambiar de sitio y bajé del árbol. Corrí como si no hubiera un mañana hasta un lago en el que estaba mi amigo Robin. Sonreí ante la idea de eliminarle de la prueba ya que siempre me molestaba diciendo que era mejor que yo. Me acerqué por detrás sin que él se diera cuenta y le tape los ojos con una mano mientras él bebía agua. Se intentó zafar lanzando patadas y puñetazos hacia atrás, los cuales yo esquivava con facilidad. Al final saqué una de las dagas que había cogido y le rompí el collar mientras susurraba:
- Game over Robin.
Su cuerpo cayó al suelo con un ruido sordo y desapareció del terreno. Recogí pedazos de la gema del collar y los metí en el bolsillo aunque casi nadie lo supiera, la gema Nébula es un genial defensa contra cualquier hechizo o veneno si se sabe usar bien.
Vi una pequeña madriguera abandonada en una colina cerca del lago que me podía servir como puesto de francotirador. Me dirigí allí con el arco en la mano y me metí dentro del agujero tapandome con algunas ramas y hojas que había alrededor. Esperé y esperé a que alguien pasara pero nadie lo hizo, incluso estuve apunto de dormirme por el aburrimiento cuando escuché el aviso de que sólo quedaban 16 personas en el Mapa. Por supuesto una sonrisa se formó en mi boca y pensaba:
"sólo una persona más y todo habrá acabado".
Me moví con rapidez hasta una roca grande y después a otra y a otra, si me escondía bien sólo tenía que esperar a que mataran al último y ya estaba clasificada.
Me giré un momento para tomar aire y en un milisegundo una daga se estrelló contra mi colgante Nébula haciendo que se rompiera, lo peor de todo es que no pude ver al que lo había hecho ya que la daga la habían lanzado a distancia. Vi a cámara lenta como los pedazos de mi colgante se dispersaban y como todo el paisaje desaparecía poco a poco hasta estar totalmente rodeada de un panorama blanco sin principio ni fin. Una lágrima resbaló por mi mejilla hasta caer sobre mis botas. ¿Cómo había podido perder?¿Cómo no había notado la presencia de aquel individuo que me había eliminado? Una sonrisa sarcástica hizo su aparición en mi rostro. No sabía por que lloraba, después de todo este era un torneo para hombres y yo era una simple chica normal y corriente. El espacio en blanco pasó a ser una estancia de madera con sillones rojos en la que estaban todos los miembros que habían perdido en las eliminatorias. Una chica-bestia (en concreto una medio-gata) apareció por la puerta moviendo sus orejas mientras miraba un papel que llevaba en sus manos.

-Lysandro Roug- levanté la mano- por favor venga con migo.

La seguí por todos los pasillos de la estancia, sinceramente nunca pensé que el estadio Crenfrhix sería tan grande. La chica-gata me abrió la puerta que teníamos en frente con un ruido desagradable.

Dentro de la estancia pude ver como familiares consolaban a los participantes mas jóvenes, escaneé la habitación hasta dar con mi hermano y le saludé con la mano, él me vió y automáticamente se levantó de su sitio y venir corriendo hacia mi.

- ¿Estás bien Lys? - se podía ver una cara de preocupación en su rostro.
- Si, estoy bien - le sonreí - pero no me llames aquí por mi apodo ya que en cualquier momento puede llegar Robin.

Él asintió con la cabeza y me cogió del brazo llevándome hacia afuera con delicadeza. Ya se podían escuchar los vitoreos y los aplausos hacia las 15 personas que habían ganado, aceleré el paso y llegué a casa antes que Thomas. Cuando abrí la puerta lo primero que hice fue tirarme al mullido sofá que estaba justo al entrar y cerré los ojos para dormirme.

Aquel lugar me resultaba bastante familiar, un lago enorme con una cascada de agua transparente rodeado de rosales rojos como el fuego. No me moví, no sabía como reaccionar a aquel hermoso paisaje que tenía delante de mi. El agua empezó a vibrar y una especie de dama del lago apareció en el medio de este, me miró mientras sonreía y se acercó a mi con algo en la mano. Un pequeño broche de color dorado con un pájaro negro de alas abiertas en el medio y estaba rodeado de rosas. La chica me lo metió en el bolsillo de la camiseta y volvió al lago para sumergirse de nuevo. Un ruido extraño hizo presencia y me giré para ver como una sombra enorme se acercaba a mi lentamente. Estaba por gritar cuando...

Abrí los ojos con rapidez y miré a todos lados hasta estar segura de que estaba en mi casa. Con temor metí la mano en el bolsillo y por suerte no encontré nada. ¿Que estaba haciendo? Había sido un sueño, por supuesto que no estaría aquel broche en mi bolsillo. Comí algo de cena y me subí a mi habitación para dormirme en serio. Cuando me metí en la cama, antes de dormirme reflexioné un buen rato sobre el extraño sueño que había tenido.

La mañana siguiente me desperté con dolor de cabeza y fui a desayunar tambaleándome por culpa del mareo. Allí me encontré a mi hermano sentado mientras se tomaba un zumo de almendras y miraba por la ventana. 

-*bostezo*, Buenos días Thomas- le dije con la sonrisa mas grande que pude hacer en ese momento.

- Buenos días dormilona- me respondió él- a llegado una carta para ti desde la base del Gift Game- en esto último señaló un sobre que había en el medio de la mesa. Le hice un gesto para que la leyera en voz alta mientras tomaba un vaso para poner la que quedaba de zumo, probablemente la carta seria de consolación para decir que sentían mucho el que no hubiera podido entrar y bla, bla, bla.

-Para el señorito Lysandro Roug -empezó Thomas- le informamos de que hemos descubierto al jugador número 38 hacer trampas para ganar, no explicaremos cuales para mantener su intimidad, a si que por eliminación y default, usted queda admitido en el Gift Game como concursante número 15 del bloque A. En esta carta le damos las indicaciones del próximo encuentro y todo lo que deberá llevar. Gracias por su atención. Firma: E.A.G.G (Equipo Administrativo del Gift Game)

Cuando oí las palabras: admitido en el gift game, casi me da algo y escupí el zumo de almendra afuera de la ventana. Rapidamente le arrebaté la carta de las manos a mi hermano y releí unas cinco veces aquel papel sin poder creermelo. De verdad había entrado en el Gift Game y no era una broma, tenía en mis manos el documento que lo certificaba. Lagrimas de felicidad recorrían mi rostro rapidamente hasta llegar a mi barbilla y soltarse. Miré a mi hermano con la sonrisa mas grande del mundo, este estaba aplaudiendo lentamente con una mirada de "Felicidades hermanita, lo lograste". Me sequé las lagrimas y salí a fuera para decírselo a Queen, quien estaba comiendo tranquilamente cuando me vió llegar. Le conté lo ocurrido u sacudió sus alas ya que esa era sus forma de felicitar. Me subí a su montura y subimos hasta el cielo, todavía estaba amaneciendo y todo estaba teñido de colores desde ámbar hasta rojo pasando por rosa y naranja. Dimos varias vueltas sobre la ciudad rodeadas de nubes como el merengue. Un bonito petirrojo se posó en la silla de montar y traía algo entre sus patas, con cuidado le quité el paquetito marrón y el petirrojo se fué volando después de que le acariciara un poco la cabeza. Quite el envoltorio para ver el interior de esa cosa y los ojos se me abrieron como platos, aquel era el broche con el que había soñado ayer. Giré la cabeza para ver al pequeño pajarillo alejarse y perderse entre las nubes. Apreté con fuerza el broche contra mis manos y supuse que este solo sería el comienzo de una gran sucesión de aventuras. En ese momento recordé las palabras de mi difunta abuela:

"No tenemos que derrumbar nuestros sueños,hay que derrumbar las barreras que nos impiden cumplirlos"

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Buenoooo, pues aqui teneis el tercer cap de Legend Game mis ladrones/as espero que os aya gustado, por favor voten y comenten y leer mis otras historias... Los amo!!! Me despido hasta aquí. Bye!!

Firma: Vuestra ladrona encapuchada.