PREFACIO.

Abrió los ojos con dificultad y respiró una bocanada de aire exaltada. Sus ojos se acomodaron a la luz pero aún así no veía mucho. A su alrededor, no había nada ni nadie pero la estaban observando. Estaba tirada en el suelo frio, con las manos y pies atados con tanta maestría que era difícil desatar los nudos incluso para ella. De repente, se oyó un sonido de acople a través de los parlantes.

— Empezaremos de nuevo —retumbó una voz profunda y criptica contra el todo el lugar— Tu nombre es Valquiria Von Engels, ¿No es cierto? —preguntó.

Ella no respondió, todavía saboreaba el aire que entraba a través de sus vías aéreas mientras su cuerpo dolía por los cortes y los golpes que la recorrían de forma pulsátil. Se veía ensangrentada y sucia, con la ropa rota y el pelo empapado de agua.

— Responde la pregunta, ¿eres o no Valquiria Von Engels? —preguntaron nuevamente. Ella sonrió levantando la cabeza.

— Que feo seria que tuviesen a la persona equivocada, con todo el trabajo que se han tomado —murmuró con un tono tranquilo y amenazador. Del otro lado no se oyó nada pero ella sabía lo que venía. La soga atada a los pies la elevó en el aire dejándola cabeza abajo. Se abrió una compuerta en el suelo y ella cerró los ojos, respirando con tranquilidad, antes de ser sumergida violentamente en el agua helada.