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Capítulo 40

¡Al fin! Ya comenzó el final.

Siento la tardanza, tuve que dedicar mucho de mi tiempo a los estudios, ya que desde mañana, comienzo con mis primeras evaluaciones del semestre. Pero no me olvido de esto, así que les voy adelantando esta primera parte, que se va a dividir en tres o en dos (aún no decido), luego el epílogo y ya sería todo.

¡Estoy muy emocionada! 

Pero a la vez, preocupada y hago un especial mención a  -MrsMikaelsonHale, ya que ella junto con todos los ecuatorianos necesitan ser escuchados y ayudados. 

En mi tablero colocare más información sobre el tema.

No soy creyente de ninguna religión, pero para los que sí, les pido que mantengan en sus oraciones al país de Ecuador.

¡Mucha Fuerza! 

*

"Final parte 1"

POV ELLIE

No estaba tan segura que si llevar al Doctor donde Deaton iba a ser una buena idea, él podría lastimarnos, pero a la vez, sentía una curiosidad por saber quien era bajo la mascara y descubrir más cosas sobre ellos. Aunque, este es el único que queda, los otros dos fueron asesinados por la Bestia.

Derek se quedo con mi padre, ya que ellos iban a seguir a la Bestia junto con Parrish.

Y todo para que yo no estuviera cazándolo.

De nuevo.

Al llegar nos encontramos con Stiles y Deaton, ambos nos miraron con absoluta sorpresa, alcance a visualizar que Stiles había conseguido el historial médico de Mason, de cuando se trago a su gemelo en el vientre. 

No tan así, pero mutó de todas formas.

—Fue idea de ellos —señalo a Scott y a Liam—. Y sigue con vida.

Los chicos lo colocaron en la mesa quirúrgica.

—¿Puedes mantenerlo con vida? —le pregunta Scott a Deaton cuando comienza con la revisión.

—Olvida el mantenerlo vivo. ¿Cómo hacemos para que hable? —dice Liam a mi costado.

—Opino que no utilizamos suficiente tortura —opina Stiles y estaba de acuerdo con él, no había olvidar que esos tres asesinaron a muchas personas durante mucho tiempo.

Ven...

Fruncí el ceño cuando sentí una voz a lo lejos.

—¿Escucharon eso? —asiento levemente hacia Liam y me giro para ver hacia la entrada de la veterinaria.

Ven a mí —esa voz... — A mí.

De repente el Doctor se sienta de golpe en la mesa e imite una frecuencia que hace que todos nos alejemos y llevemos nuestras manos a nuestros oídos para intentar aislar el ruido y que no doliera tanto.

El gesto era ridículo, pero inevitable no hacerlo.

Todo vibra a nuestro alrededor por la potencia de las vibraciones que emitía y comienzo a retroceder cuando veo que el Doctor se iba a colocar de pie, y como yo estaba a la altura de sus pies, no quise terminar siendo aplastada o golpeada por él.

Veo como se coloca de pie frente de mí, manteniendo una mano en su abdomen en señal de que aún estaba herido.

—¡Liam, espera!

No pude ver a Liam porque el Doctor obstruía mi vista, pero alcance a verlo cuando él extiende su "mano" metaliza hacia Liam generando una onda de frecuencia expansiva y luego su vista se clava inmediatamente en mí. 

Retrocedo otro paso llegando hacia el pasillo que da la salida y al ver como continúa andando hacia mí, no me quedo de otra que seguir retrocediendo sintiendo aún como la potencia de la frecuencia que emitía seguía generando dolor en mis oídos y para rematar, termino generando la misma onda hacia mi dirección y termino volando hacia atrás, chocando con las puertas de la veterinaria abriéndolas y mi espalda termina siendo golpeada por el concreto del suelo.

—¡Ellie! 

Escucho que Scott me llama, pero no fui capaz de ponerme de pie ni moverme, el golpe había sido duro. 

Alzo la vista viendo como las puertas se cierran de golpe y chispas saltan sobre el Doctor, pero no parecía importarle. Pronto las vibraciones dejaron de escucharse para mi alivio y eso me permitió moverme mejor, pero al hacerlo, pude sentir como su sola presencia me hizo estremecerse y al mirar, pude comprobar que efectivamente Sebastien estaba a unos pasos de mí.

—¡Deténganse! Está electrificado —escucho decir a Deaton y supe que no iba a tener el apoyo de los chicos.

—Joder, debemos salir.

—¡Ellie!

No puedo seguir prestando atención a lo que decían dentro de la veterinaria, el Doctor se dejo caer de rodillas junto a mí una vez que Sebastien avanza hacia nosotros.

Mil alarmas se activan y sabía que debía huir, pero era consciente de que si hacía un movimiento en contra, la que iba a terminar mal iba a ser yo.

Mi antepasado no ponía su atención en mí, solo se preocupo del sujeto que tenía al lado y de quitarle la mascara. Eso, por supuesto que hizo que el miedo fuera reemplazado por la bendita curiosidad por saber quien estaba bajo esa mascara.

Siempre chismosa, Ellie.

Pero yo no busco el chisme, el solo llega a mí.

Una mueca de total desagrado se instala en mi rostro una vez que veo como el hombre tenía todo su rostro arrugado y húmedo, como una pasa, como si fuera más cadáver que algo vivo, había sangre fresca en su boca y tuve que apartar la vista porque el olor que desprendió fue horroroso.

Corro mi cuerpo un poco más lejos de esa cosa inhumana por mi propio bien.

—Marcel.

¿Qué?

No me lo creo, ¿de verdad es él?

Giro mi rostro hacia ellos sin querer perderme de nada, estaba sorprendida de que en verdad fuera el Marcel de la historia. 

—Si así luce la inmortalidad... —dice mi antepasado con la vista fija su viejo amigo, estaba igual de asqueado que yo. Tal vez un poquito menos, pero lo parecía— creo que te engañaron.

—Por ti... —era extraño escucharlo así, sin la mascara— Todo por ti.

—¿Qué le hiciste, Marcel? ¿Dónde está la lanza?

Yo ya sabía la respuesta a eso.

Marcel gira su asqueroso rostro hacia mi, haciendo que Sebastien haga lo mismo y preferí no verlo a él, porque esa extraña sensación de familiaridad de sus ojos me inquietaba.

—Los Argent —trago saliva sabiendo ahora porque mierda me trajo con él—. Los Argent —vuelve a repetir mientras dirige su vista hacia él. Lo veía con tanta admiración, como si de verdad hubiera alcanzado su propósito en la vida y Marcel cae al suelo sin vida.

Mierda, mierda, mierda.

Eso me dejaba con toda la atención de Sebastien y eso es lo que menos deseaba.

—Argent...

No, no deseaba verlo.

Pero aún así termine haciéndolo.

—Argent —repitió mi apellido mientras sus ojos volvían a mí y esa sensación que sentí antes volvió a recorrerme.

Lo familiar que eran sus ojos me abrumaba.

—¿Dónde está la lanza? 

—No lo sé.

Lentamente me corro hacía atrás y me posiciono en caso que tenga que huir o irme contra él para intentar derrumbarlo, pero sabía que cualquiera de mis opciones iba a ser muy mala, ya que Sebastien desprendía una seguridad en él que me intimidaba.

Es esa clase de seguridad que yo siento cuando acabo a mis enemigos, esa confianza que se te da al ganar y el poder que brinda esa victoria. Te hace sentir diferente y superior a todos, pero ahora que tenía a Valet enfrente de mí con toda esa seguridad superior a la mía, me hacía temblar del miedo.

—Ellie... te llamas Ellie —se pierde un momento en su mente—. Eres diferente, pero tan idéntica... 

Me muevo hacia mi derecha despacio, sin quitarle la vista por si decidía atacarme.

¿Sabrá que somos parientes? ¿Qué provengo del linaje de su hermana?

Todo indicaba que conocía el apellido de nuestra familia, pero no sabía que tanto sabía de nosotros.

Intento controlar los latidos desenfrenados de mi corazón, pero no podía, el miedo de ser atrapada al escapar me dejaba casi entumecida del miedo y por un momento quise retractarme de huir, pero necesitaba llegar a mi padre. 

Tal vez, si lograba llegar a ellos, podría llegar a la lanza y que lo asesinarán.

—Ni siquiera lo pienses.

Freno en seco y abro los ojos con pánico cuando se me viene encima.

—¡No! —grito asustada cuando veo su puño alzado hacía mi y giro mi rostro esperando el impacto, pero nunca llega.

¿Por qué me paralizo?

¿Por qué me hace sentir así?

—¡Ellie! —escucho de lejos gritar a Scott mi nombre junto a los otros, pero no pude prestarle atención, mi respiración era un desastre y no me atrevía a alzar la vista.

—Vamos —lo escucho decir pero no me muevo—. No lo volveré a repetir, vamos.

Suspira cuando nota que no me muevo y su mano toca mi mejilla.

—No temas, MarieJeanne —dice con cariño mientras me ayuda a colocarme de pie y yo no salgo de mi trance al percatarme de como me llamo—. No quiero que la historia se repita, tu ne seras plus contre moi, ma sœur.  

Ya no volverás a estar en contra de mi, hermana.

Mierda.

¿Piensa que soy MarieJeanne? ¿Que soy idéntica a ella? ¿Cómo una reencarnación? 

Me abre la puerta del vehículo para que suba y eso hago, aún en shock, pero permito que me lleve a no sé donde. Mi antepasado solo comienza a conducir y algo me dice que va a ser complicado librarme de él.

¿Derek ya sabrá? Lo más seguro es que sí. Scott debió encargarse de avisar que había sido secuestrada por la maldita Bestia.

Doble mierda.

¿Ahora qué puedo hacer?

Se suponía que no debía meterme en problemas y mantenerme a salvo.

Lo más probable es que mi padre debe estar armando un plan para salvarme, pero sin desperdiciar la oportunidad única que le brinda que yo este aquí con él. Podría ser la carnada y solo esperar a actuar.

Intento relajarme en el asiento, pero repito nuevamente: su presencia me perturba de una manera muy extraña y que aún no logro descifrar el porque. Ahora sabía que Sebastien me veía como su hermana, y tal vez el parecido entre nosotros, en especial los ojos, debe ser una de las razones del porque me inquieta tanto.

—Es realmente increíble como a avanzado todo —me comenta como si fuéramos conocidos de años—, desde las casas hasta el medio de transporte que se utiliza ahora —acaricia el volante con una sonrisa— podría acostumbrarme a esto.

No hago el intento de seguir la conversación, y eso pareció no gustarle.

—¿Sabes, Ellie? Tu familia a sido una constante molestia.

—Puedo imaginar el porque.

Suelta un suspiro, como de anhelo.

—Hasta tu voz es igual, solo que has perdido nuestro acento.

—Nací en California. Es normal que luego de 250 años todo cambie.

—Dime algo, Ellie —no lo miro, me causa curiosidad la ruta que esta tomando—. ¿Serás sincera conmigo y me dirás donde está el resto de tu familia?

—No mentí cuando dije que no lo sabía —evito sonar borde—. Nos separamos una vez que tu escapaste.

No dice nada durante un par de minutos, los cuales, lo sentí eternos producto de la incomodidad que se produjo en el vehículo.

—Bien, en ese caso, espero que sigas siendo honesta conmigo y hagas lo que te pida al pie de la letra, ¿quedo claro?

No le pude responder, ya que se estaciono afuera de la estación del sheriff.

—¿Qué hacemos aquí?

—A buscar las respuestas que quiero —se baja del vehículo y lo me imito moviéndome rápido, pero me frena con su mano—. Me esperas aquí.

—No vas a entrar ahí sin mi —le señalo.

—Si entras ahí voy a matarlos a todos —dice y yo no puedo evitar soltar un bufido exasperada. No sé de donde saco valor para encararlo así, pero no puedo dejar que entre ahí—. Si al volver, no te encuentro aquí, voy a asesinar a cada persona dentro del lugar, ¿quedo claro?

Mierda. Mierda. Mierda.

—Solo si tu cumples tu parte de no lastimarlos.

Sonríe de lado.

—Tienes mi palabra.

Se da media vuelta e ingresa al lugar, dejándome a mi completamente sola en el estacionamiento, muy inquieta. Sabía que no iba a cumplir su parte, si algo pasaba adentro que no le gustara, iba a matarlos.

Dirijo mi vista a la patrulla del papá de Stiles y respiro de forma ansiosa.

—¿A quién dijiste que buscabas? —esa era la hermana de Hayden.

—El hombre se llama Argent —le responde Valet siendo encantador.

—¿Dijiste Argent?

Me remuevo inquieta afuera de la estación al oír al papá de Stiles.

Mierda.

Mierda.

Mierda.

¿Ya sabrá? 

Muerdo mi uña al sentir la ansiedad hacerme pedazos por dentro.

Escucho pasos, y luego una puerta siendo cerrada. Puedo suponer de que se trata de la oficina del sheriff.

—Perdón, a mi hijo le gusta dejar mensajes increíblemente largos y confusos —¡sí! Le está avisando. Por favor que lo vea, que lo vea—. Tal vez debería apagar la maldita cosa.

¡NO!

Espera... ya no dicen nada.

—Así que... —empieza el sheriff— ¿Estás buscando a uno de los Argent?

—Parece que sabes quien soy —es lo que responde Valet y me debato si entrar o no, pero su advertencia fue clara—. Eso significa que sabes de qué soy capaz.

—Tengo algo de experiencia.

—Tus armas tal vez sean más sofisticadas que las flechas y balas de mi tiempo pero aun así no me matan.

Ese sonido... al parecer el sheriff tenía su arma lista.

—Estoy seguro de que una Baretta de 9 milímetros hará más daño que un mosquete del siglo XVIII.

—¿Estás seguro? —le pregunta— Puedo salir de esto con las manos limpias o... puedo salir con ellas manchadas de sangre. Tu elección.

—¿Dónde está Ellie?

—Afuera, y no deseo hacerla esperar más tiempo.

Se forma un horrible silencio, pero sus pasos me indican que ya no están en la oficina de Stilinski.

—¿Señor?

Mierda, la hermana de Hayden.

—Clark, no.

—Detente justo ahí —creo suponer que la advertencia fue para Sebastien.

Doy pasos inseguros hacia la estación.

—Deja que se vaya —le pide Stilinski, pero se escucha un gruñido— ¡No!

Los disparos me hacen correr hacia la estación, ya estaba más que claro que Sebastien siempre iba a ser lo que deseaba, no importaba si incumplía su parte.

Maldito Bastardo.

Veo a Sebastien lanzar a la pared al sheriff y me pongo enfrente de él antes de que de un paso más.

—Detente —me coloco firme—. No conseguiste respuestas, ahora vayámonos de aquí.

—No. Esto es solo el comienzo —me espeta dando un paso al frente y nuestros cuerpos quedaron casi rozándose—. Ya veras que una vez que logre mi propósito, tú y yo nos iremos de aquí. 

Atrás mío, la puerta fue abierta y eso hace que nosotros enfoquemos nuestra vista en Hayden y Lydia. 

Miro a Lydia sorprendida, no la había notada cuando ingreso a la estación y mi cuerpo se puso alerta cuando Sebastien se va en contra de ella, pero yo lo intercepto primero y intentando aplicarle una llave. 

Fue completamente inútil mi movimiento, ya que atrapo primero mi brazo y me lo torció hasta que escucho como mi hueso se quebró y luego fui arrojada al piso sin poder evitar que se acercara a Lydia. 

Veo como alza sus garras y alcanza a hacerle un tajo en su cuello cuando, de repente, fue expulsado por el potente grito de Lydia y Sebastien cae al suelo.

Increíble. Ese era el bendito poder de banshee.

Vuelvo mi vista en mi amiga mientras voy acomodándome el hueso otra vez, esperando que termine de sanar y veo con horror como la sangre comienza a caer de su cuello sin control. Cae de rodillas al suelo y me acerco a ella a la vez que se llevo sus propias manos a su cuello intentando parar la hemorragia.

—Lydia, sigue haciendo presión —intento mantener mis nervios a raya mientras analizo la herida. No era un corte profundo, gracias a dios, pero si alcanzo a dañar la piel y no estoy segura si una vena importante—. Todo va a estar bien, solo no quites tus manos.

Alcanzo a ver al sheriff arrastrarse por el piso tanteando su arma y mira con preocupación a Lydia.

Mierda, ¿qué hago?

Me acerco a Lydia no deseando dejarla sola y queriendo llevármela lo más pronto a urgencias, pero dudo que Sebastien me deje ir así de simple, el maldito planea raptarme de por vida.

—Hayden.

Abro mis ojos alarmada y me giro hacia Valet, estaba a solo unos pasos de distancia de Hayden.

—Te llamas Hayden.

Mi respiración se corta cuando ruge para atacarla.

—¡No! —grito poniéndome de pie enfrente de Hayden y siento como sus garras se clavan en mi abdomen, dejándome sin aire y con los ojos bien abiertos hacia los de él, ojos que son iguales a los míos.

Veo absoluto horror en sus ojos cuando ve que fue a mí quien apuñalo con sus garras, pero no pude ser capaz de seguir observándolo. Mi vista se distorsiona y siento como poco a poco voy cayendo inconsciente en los brazos de alguien hasta que todo queda negro.

NARRADOR OMNISCIENTE

—¿Dónde está? —pregunta con rabia mientras lanza una mesa al suelo junto con todo lo que estaba arriba.

Hayden sintió como se estremecía por el miedo, pero se recordó a si misma que debía controlarlo y mantenerse lo más serena posible.

Baja su vista a Ellie y vuelve a pasar el paño por la herida, viendo con mucho alivio como estaba sanando, pero aún se encontraba inconsciente. Solo esperaba que abriera los ojos pronto, necesitaba tener las habilidades de Ellie para que ambas lograran escapar de ese loco sujeto.

Por lo que entendía, era el hermano del antepasado de la familia Argent, y que en estos momentos, el tal Sebastien estaba enloqueciendo porque, según el loquito, su hermana no estaba despertando.

Lo peor de todo era que estaban junto al cadáver de Tracy. Algo que ella jamás se espero en encontrar cuando Sebastien le pidió que lo llevara a la guarida de Theo, quien, no se encontraba allí ni con Deucalion y sentía que el viejo había hecho algo para que Theo estuviera —sin que él lo supiera claramente—a sus pies.

Sintió pasos acercarse a ella y alarmada alza la vista.

—Te traje aquí, como querías —le recuerda— ¿Y si ahora me dejas ir?

Pero el no tenía su atención en ella sino en la pintura de la predicción.

Ellie abre sus ojos estando un poco mareada y desorientada, pero poco a poco logra reconocer el lugar en que estaba y ve a Hayden junto a ella recoger algo del suelo y caminar hacia al frente. Ni siquiera tuvo que mirar para saber quien estaba ahí con ellas.

Lleva su mano a su abdomen y nota que ya había sanado por completo. Luego su atención viaja al cadáver y comienza a sacar sus propias conclusiones.

—Este demonio de la izquierda —menciona Sebastien, absorto en la pintura— ¿Qué es?

Hayden se coloca junto a él, teniendo firmemente la jeringa de veneno de kanima en su espalda.

—Se llama Hellhoun.

Sebastien cierra sus ojos y busca entre los recuerdos de Mason para recopilar la información que necesita.

—Parrish —dice a penas abre los ojos—. Se llama Parrish, ¿no? Y los Argent intentarán poner la lanza en sus manos.

No mi cielo, en las mías. Piensa Ellie mientras va colocándose de a pie intentando no hacer ruido. Lo que menos quería era ser notada y que Hayden perdiera su fantástica oportunidad de clavar el veneno de kanima a Sebastien.

Hayden sabía que era ahora o nunca.

Mueve su mano derecha hacia él para apuñalarlo con la aguja, pero Sebastien se mueve a tiempo para atrapar su muñeca y tirar su brazo lejos de él. Aprieta con todas sus fuerzas haciendo que la adolescente no tenga más remedio que dejar caer la jeringa.

—¿Cuándo se volvió tan confiada la gente joven? —espeta molesto y le clava sus garras en su abdomen.

—¡No! ¡Maldito bastardo! 

Ellie toma una silla de metal y con todas sus fuerzas la usa para golpearlo con ella en la cabeza.

Sebastien gruñe por el impacto, pero fue suficiente como para que sus garras se alejaran de Hayden. No lo desestabiliza, pero al menos había dejado de herir a la quimera.

Gruñendo nuevamente ya hastiado con todos esos adolescentes, se coloca de pie con dirección a Ellie Argent, quien era tan malditamente igual a su hermana, pero solo las diferenciaba porque Ellie era más parecida a él, era una mujer lobo alfa no una humana cazadora.

Una frecuencia se escucha atrás de Ellie y se gira viendo con alivio la estaca metalizada de su padre, las cuales, emitían una luz azul cada vez que emitía la frecuencia.

Sebastien pasa por el lado de Ellie y la toma del brazo obligandola a avanzar con él.

—¡No! ¡Para, para! —grita histérica mientras intenta no avanzar y mira a Hayden herida en el suelo— ¡Busca a Deaton! ¡Solo el puede salvarte!

Sebastien quita la estaca y pronto siente otra sonar así que vuelve a arrastrar con él a Argent, quien intenta —inútilmente— en frenar su propio andar, pero él la obligada a seguir.

—¡Hayden! ¡Hayden!

Hayden lleva su mano a su herida sintiendo como el dolor la ahogaba, pero al ver los ojos de horror en los de Ellie, supo que no podía hacer nada por ella, que todo dependía ahora del resto. El problema era que nadie sabía que ella estaba ahí herida, así que tomando la recomendación de su alfa, porque ella era su alfa, se coloca de pie y parte hacia la clínica veterinaria.

—Tienes que detenerte —le pide con desesperación Ellie y jala de su ropa—. Por favor, debo ir por ella.

—De nada te sirve implorar —le dice sin voltear a verla y cuando llega a la otra estaca la retira dejándola caer al suelo—. Ni siquiera cuando asesine a todos tus seres queridos, no me va a importar.

—Sebastien, Sebastien, ya detente —le pide—. No lograste acabar a tu hermana esa vez, ¿por qué crees que ahora va a ser diferente?

Sebastien gruñe y lanza a la chica a la pared y aprieta sus puños, aguantando las ganas de asesinarla.

—Yo jamás voy a parar —espeta acercándose peligrosamente a ella y bajando su rostro a su altura, haciendo que Ellie se encoja hacia la pared— Entiende eso de una buena vez, porque una vez que termine con todo esto, nos vamos a ir.

—¿Por qué no lo hacemos ahora? —a pesar de la incomodidad, se endereza y lo mira directamente a los ojos— Podemos irnos, todos saben que vas tras ellos y si nos retiramos ahora, podríamos tener muchas horas de ventaja.

El cambio de actitud de la chica desconcertó un poco a Valet, pero algo cálido se instalo en lo oscuro de su corazón.

Alza su mano y acaricia su mejilla, la cual, era tan suave bajo sus dedos ásperos. 

No era su hermana, se dijo a si mismo mientras analizaba a la joven de los Argent, y por un momento, considero la posibilidad de tomar esa ventaja. Tomarla a ella y a los pequeños que tenía e irse lejos de allí. Podrían hacerlo, y esa posibilidad hizo volar su imaginación ante lo que significaría tenerlos a ellos, pero su orgullo y vanidad era más grande que ese pequeño deseo de tenerla a ella.

—¿Cuánto crees que me demore en acabarlos a ellos? —le pregunta con una sonrisa mientras admiraba que ella tuviera sus ojos, no solo los de MarieJeanne, sino que también los de él.

Lo hacia sentir que ella le pertenecía de cierta forma.

Ellie casi quiso maldecir ahí mismo pero se controlo.

—Sebastien...

La silencia llevando sus dedo a sus labios y se inclina más a ella, provocando que sus respiraciones se mezclen.

—Corre Ellie.

La mencionada lo miro con confusión y Sebastien solo pudo adorarla más.

—Corre e intenta llegar a ellos antes de que yo lo haga —sonríe dejando un casto beso en su mejilla y ese gesto la dejo totalmente paralizada— ¿Debería tomarme eso como una señal de que vas a quedarte conmigo y me veras asesinarlos?

Deseaba que hubiese dicho que sí, pero sabía quien era Ellie Argent.

La joven alfa reacciono alejándose de Sebastien y comenzó su huida entre los pasillos de los túneles. Aún estaba el sonido de las estaca y sabía que se encontraba cerca de una de ellas, solo tenía que avanzar más para poder llegar a Derek y a su padre primero.

Siente el gruñido de la Bestia y al mirar sobre su hombro, ve con horror como corría a gran velocidad detrás de ella, muy cerca.

























































































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