
Capítulo 38
"El equipo completo"
POV ELLIE
Al día siguiente me encontraba mejor y repuesta en todos los sentidos. Y no me quedaba de otra, ya que se supone que todos nos reunimos temprano en la casa de McCall para discutir acerca de la desaparición de Mason, de como haremos para encontrarlo pronto y como salvarlo.
Anoche la búsqueda estuvo extensa por lo que supe, pero ninguno pudo dar con su paradero.
Scott se encontraba en su habitación aún descansando. Kira mencionó que anoche cayo rendido en la cama y que seguía durmiendo cuando lo fue a ver al llegar temprano a la casa.
Eso me deja a mí como la cabeza del grupo por mientras, lo que me generaba cierta inquietud, ya que nunca habíamos reunido en un mismo espacio a mis betas y al resto de los chicos. Es algo nuevo para todos, pero ya es hora de que comencemos a trabajar en conjunto y que aceptemos que la manada creció considerablemente.
Solo esperaba que Isaac que no decidiera irse de nuevo una vez que acabamos con esto.
Por obvias razones, traje a los mellizos conmigo, así que Lydia había capturado a mi hijo mientras que Madison se mostró algo recelosa y solo quiso permanecer en los brazos de su padre, Tyler estaba más feliz y cómodo con la atención que recibía de parte de todos a excepción de Malia, ella se mostró más reservada y evitaba mirar a mis hijos más de la cuenta.
Era algo divertido de ver.
—Por más que desee acabar con la Bestia, Gerard aún no posee el arma que va a permitir asesinarlo —no me había quedado de otra que sincerarme con todos con respecto a ese tema, ya que al parecer, anoche mi padre con el viejo le contaron la historia de mi familia a Lydia—. Mi padre intentará mantenerlo a raya para darnos el tiempo de encontrar a Mason, pero no prometo nada. El arma aún es nuestro objetivo principal.
—¿Quieren asesinarlo? No podemos hacer eso —se coloca a la defensiva Liam y Alex fija su vista en él mientras se posiciona a mi lado.
—De una u otra forma Mason va a terminar muerto —Liam aprieta los dientes con frustración—. A Gerard no le interesa si es el adolescente o su propio antepasado, va a querer hacerlo igual y lo más pronto posible.
—Todo depende cuanto tardemos en descubrir donde se encuentra la lanza —explico—. Ese tiempo es nuestra única ventaja para descubrir como asesinar a la Bestia sin afectar a Mason.
—¿Es necesario asesinarlo? —pregunta Kira— Digo, es obvio que sí, tenemos que detenerlo, pero ¿y si no logramos salvar a Mason?
Me quedo callada sin saber como decirlo sin que suene cruel.
—Es obvio que lo harás, no vas a permitir que tu abuelo te saque ventaja —señala Malia y solo atino a asentir.
A nadie le gusto eso, pero a mi tampoco me gustaba la idea.
El problema es que el viejo no va a parar y yo no deseo darle ese triunfo a él, lo que me deja con muy poco tiempo para averiguar la forma de salvar a Mason.
—Esperemos no llegar a eso —dice Derek para calmar la tensión que se formo—. Tenemos el tiempo para descubrirlo. Todos aquí deseamos el mismo objetivo: salvar a Mason y detener a la Bestia.
Stiles asiente junto a Lydia.
—Mi papá emitió un boletín —dice él para retomar nuevamente el primer paso: encontrar a Mason.
—¿De un chico de 16 años de 1.70 metros? —pregunta Alex.
—Yo recomendaría un hombre lobo furioso de 2.70 metros —dice Isaac.
—¿Tú recomendar algo? —se burla Cora.
—Lahey, no empieces —se queja Alex y él mencionado solo sonríe divertido.
Para más remate le guiña un ojo a Cora, lo que deja a ambos hermanos Hale con ganas de golpearlo.
Menos mal que Liam habla.
—Aun así podría no ser él.
Todos nos quedamos en silencio de golpe, incluso los mellizos dejan de balbucear al notar el cambio drástico en el ambiente.
—Pero, Hayden está en la escuela buscando —dice cabizbajo.
Se entendía que no quisiera aceptar la realidad, a nosotros nos paso con Stiles cuando fue poseído por el nogitsune.
—Yo puedo seguir revisando los bosques —agrega Malia.
—Yo revisaré las cámaras de seguridad del condado —ofrece Andrea.
—¿Eso si quiera es legal? —le pregunta con cierta timidez Kira— No suena algo que se pueda conseguir fácilmente.
—No, no es algo sencillo, pero para alguien como yo, hackear el condado es prácticamente mi pan de cada día —me lanza una significativa mirada y yo solo atino a sonreír inocentemente.
Eso dejo peor a la pobre de Kira, pero vi en sus ojos la curiosidad por saber más.
—Mi mamá puede buscar en todos los hospitales del condado —aparece Scott en la entrada de la cocina sano y repuesto. Todos lo volteamos a ver, incluso mis hijos y todos nos alegramos con su aparición—. Podemos encontrarlo.
—¿Y qué pasará entonces? —pregunta Liam.
—Buscaremos la manera de salvarlo.
—Bien —dice Lydia— ¿Y dónde más podemos buscar?
—Preguntémosle a Corey —todos lo miramos sin entender, pero cuando miro hacia el lado izquierdo de Scott, es cuando lo noto.
Scott tira de su brazo hacia atrás y atrapa a Corey, lo que hace que el chico sea visible para todos nosotros y nos mira asustado.
—Espera. No es mi culpa —le dice a Scott cuando mi amigo lo jala rudamente hacia él—. Se lo llevaron y yo no pude hacer nada. Se lo llevaron...
—¿Quiénes se lo llevaron? —lo interrumpo y me acerco a ellos temiendo su respuesta, pero ya la sabía.
—Los Doctores del Miedo.
Miro hacia Scott y este suelta al chico dando un paso hacia mí, Stiles se nos une.
—Al menos ahora sabemos donde buscar —señalo lo positivo.
—Lo malo es que ese lugar es un laberinto y podríamos tardar días en encontrarlo —señala Stiles y los tres nos miramos en busca de alguna solución.
Pasan algunos segundos en donde voy captando nuestra posibilidad.
—No —decimos Stiles y yo a la vez.
—Es nuestra única oportunidad —nos recuerda Scott y con Stiles compartimos una mirada de desagrado, ambos estamos de acuerdo en que esto es una medida muy desesperada.
—Es una pésima idea —me quejo.
—¿Qué tan desesperados estamos? —pregunta Stiles dirigiendo una mirada hacia mi y luego a Scott.
—Lo suficientemente desesperados —responde McCall.
Suspiro.
—Iré contigo.
—Lo vas a matar —dice mi co-alfa—. Lo mejor es que vaya con cualquier otra persona menos tú y Stiles.
—Me alegro de que encontraran una solución al problema, pero ¿podrían compartir la información con el resto de nosotros? —Malia hace el trabajo de recordarnos que los demás existen.
Ups.
Son las viejas costumbres.
Creo que aún debemos trabajar en eso de la exclusividad y en recordar que no somos solo los tres, que ahora somos trece integrantes en la manada.
Y pensar que al principio solo éramos tres adolescentes intentando sobrevivir y adaptarnos a lo que era el mundo sobrenatural.
La diferencia es que ahora ya tenemos la suficiente experiencia como para sobrellevarlo de la mejor forma y tenemos a más integrantes que nos ayudan a seguir adelante.
Los tres volteamos hacia el resto.
—Theo es el único que conoce a la perfección los túneles, así que Scott va a encontrar la forma de que se reúnan hoy—les cuento.
—Es una locura —comenta Lydia—, pero es una locura que nos podría ser útil.
—Liam ira conmigo —señala Scott y el mencionado asiente—. Los demás esperen a que sepamos la ubicación exacta de Mason.
—Yo iré con Parrish hoy al bosque —dice Lydia y Stiles se pone rígido a mi lado—. Anoche se quiso ir, así que intentare ayudarlo con sus poderes.
¿Parrish se quiso ir? ¿Por qué?
Muerdo mi labio teniendo ganas de preguntarle más detalles, pero la sola presencia de Derek me hace negarme a abrir la boca y soltar la pregunta.
Lydia dirige la mirada a Stiles.
—Luego nos reuniremos con tu padre.
Stiles asiente.
Malia debía quedarse en la casa McCall, ya que su madre en cualquier momento podría aparecer para matarla, así que Braeden iba a esperar con ella y mis betas se ofrecieron para quedarse y ayudar.
Había que detener a esa mujer de lugar, no solo por la propia Malia, sino porque ahora su otro objetivo es asesinar a Stiles.
Así que me deja más tranquila que mis betas se ofrecieran a ayudarlos. Mientras sean más, mejor para mi tranquilidad.
Los Hale iban a volver al loft junto con Isaac mientras que yo iba a la escuela junto con Liam y Scott, no para acompañarlos —no por opción mía claramente— sino para poder hablar con Hayden, ya que anoche mis betas lograron obtener información importante en la casa Eichen, así que necesitaba hablar con ella lo más pronto posible.
Liam se encargo de avisarle de mis intenciones y que nos reuniéramos en el estacionamiento, ya que iba a ser más cómodo para ambas hablar en mi auto que entremedio de tanta gente y en parte deseaba evitar el impulso de ir hacia Theo.
Veo a Hayden a la distancia y ella camina hacia mi auto y se mete en el una vez que llega. Giro mi rostro para verla y note que estaba algo nerviosa, sus hombros estaban rígidos y su espalda recta. Intentaba mostrarse segura y sé que no lo estaba, no necesitaba mi olfato para captar que su postura la delataba.
—Ya estoy aquí.
—Sí.
—¿Qué necesitas saber? —se gira hacia mí para verme a los ojos—. Te diré todo, prometo que ya no estoy de parte de Theo.
—Bien, pero antes de que me cuentes eso, quiero que me respondas algo —asiente y espera a que hable—. ¿Por qué la confianza hacía él?
—Salvo mi vida, algo que ustedes no lograron hacer —suelta a la defensiva, pero fue algo automático y al darse cuenta de sus palabras se remueve incomoda—. Lo siento, es que estoy nerviosa.
—Pero aún sientes que te fallamos, Hayden —le digo—. Solo estás ayudándonos por Liam, no porque tú en verdad lo sientas.
Hace una mueca luciendo culpable.
Di justo en el blanco.
—Mira, Scott y yo te vamos a aceptar en la manada si es así tu elección, no necesitas ser parte de la manada para estar con Liam —me encojo de hombros—, perfectamente puedes ser su novia y ser una omega.
—No quiero ser una omega —dice rápidamente— y quiero ser parte de la manada, no por Liam sino por mí, porque es algo que quiero hacer y porque me di cuenta que puedo confiar en ustedes.
—Bien, me alegra que tengas eso en claro.
—¿Ahora que sigue?
—Nosotras —le respondo—. Tenemos que hablar de nosotras.
—En verdad siento lo que sucedió, nunca se me paso por la cabeza que iba a afectar a tu familia directamente. Mi trabajo solo consistía en robar tu expediente porque la rubia lo necesitaba.
Sabía lo de Lauren.
—Lo que paso después no fue cosa nuestra. Tu beta solo le hablo a Theo para que yo consiguiera ese documento y listo, lo demás todo fue su causa.
—Lo sé —suspiro sintiendo como su traición aún es algo amargo—. Se que Lauren solo les pidió eso y ella se encargo de ayudar a Theo a arreglar el asesinato de Scott, también le estuvo pasando información constantemente y que hizo lo posible por traer a mi familia a Beacon Hills.
Información que mis betas lograron conseguir en conjunto con los profesionales —si es que se les puede decir así— de la casa Eichen.
—Siento mucho eso y lamento en serio no contártelo —suspira—. No es que yo no deseara que lo supieras, quería decírtelo, pero no sabía como acercarme sin que quisieras asesinarme.
Es justo.
—Lo iba a hacer, no te voy a mentir sobre eso —confieso—. Intentaron vender a mis hijos, es claro que iba a ir por ustedes y los haría sufrir.
—Lo entiendo, son tus hijos, algo intocable —traga saliva y me mira con duda en sus ojos.
—Suéltalo, se supone que debemos aclarar todo y que podamos seguir adelante.
Asiente y se acomoda mejor en el asiento.
—¿Es verdad que estuviste conmigo hasta que morí?
—Lo hice, no me moví de ahí hasta que sentí que algo le había sucedido a Scott —menciono intentando no recordar ese episodio—. No la pase bien, Hayden, créeme que me importaba tú vida y que tuvieras la oportunidad de despedirte de tu hermana. Yo no la tuve con Allison, ya que todo fue tan repentino que ella simplemente cayo en los brazos de Scott y falleció.
—Siento eso.
—Yo también, pero es algo que ya acepte.
—Aprecio que estuvieras conmigo y no me dejaras sola en ningún momento.
—No te iba a dejar.
—Lo sé. Tengo bien presente en mis recuerdos la sensación de tu mano afirmando la mía en todo momento —se pierde en su mente en un corto lapso de tiempo—. Recuerdo que de un momento a otro Liam ya no estaba conmigo y eso me asusto porque no deseaba morir sola, pero tú estabas ahí, no me dejaste y eso lo aprecio mucho.
Asiento hacia ella recordando también ese momento.
—Ahora lo importante es que ambas podamos avanzar, después de todo, aparte de ser tu alfa, seré un apoyo para ti.
—Confío en ti, Ellie.
Asiento levemente sin ser capaz de decirle lo mismo, no porque no lo sienta, sino porque Hayden es una mezcla entre jaguar y lobo, y algo de su personalidad me hace no sentirme segura, porque me recuerda a Kate.
Pero no todos son iguales a ella.
Suspiro.
¿Qué tanto puedo revelar? ¿Confío en ella? Sí, lo hago, pero esa habilidad para mentir me deja con la duda, y es por eso que prefiero mantener lo de Deucalion solo para el circulo cercano y para nadie más.
Por el momento.
—Veo que ya no te genero la misma confianza que antes —alzo la vista hacia ella al darme cuenta lo muy obvia que fui—. Lo entiendo.
—Confío en ti, Hayden —le digo con deprisa, sin querer que se lleve otra impresión—. Tal vez no ciegamente, pero lo hago.
—Te creo, y te aseguro que haré lo posible por no defraudar tu confianza otra vez.
Me sentí más aliviada luego de esa conversación, ya que me permitía volver a dar ese paso con Hayden nuevamente y que todo se sintiera correcto, que voy bien encaminada en mis decisiones.
Claro que aún tengo incertidumbre de lo que sucederá, ya que hay cosas que aún no resolvemos, pero hasta el momento, me siento más optima.
.
.
(...)
.
.
Ya en casa, me encuentro viendo la página de Stanford para mandar la inscripción, pero había algo que me hacía dudar y sabía que era por el correo que había leído de la mamá de Lydia.
Había una lista de las mejores universidades.
1) Stanford
2) Harvard
3) Berkeley
4) Columbia
Entre otras, había información hasta la número 7, pero esas cuatros me llamo inmediatamente la atención y era porque cada una estaba relativamente cerca de los chicos.
Muerdo mi labio comenzando a estresarme, miles de posibilidades pasan por mi mente y lo que significaría el cambio para todos, porque a pesar de que es mi futuro, también pienso en lo que implica el cambio para Cora.
Podría ir a Stanford, porque esa es la mejor en el área de los negocios, pero la excelencia no es algo que me motive, ya que puedo perfectamente escoger la última y terminar cumpliendo mis objetivos.
Suspiro.
Da igual, solo hazlo.
Al final, terminó por mandar la solicitud a las cuatro que me interesaron y solo queda ahora esperar que tal.
Tengo la beca por excelencia de calificaciones, pero dudo mucho que las universidades la acepten por mis ingresos económicos, van a preferir que mil veces que desembolse mi dinero para ellos a otorgarme algún tipo de beca.
—¿Cómo vas? —los brazos de Derek me rodean por detrás y besa mi cabeza.
—Pues... ya estoy lista, ahora solo falta esperar.
—Estoy orgulloso de ti —gira la silla para que quede enfrente de él y agarra mi rostro en sus manos para darme un beso.
—Aún no fui aceptada.
Me da otro beso.
—Vas a ser aceptada igual. Stanford jamás rechazaría una chica tan brillante como tú.
Uy...
Al ver mi cara frunce el ceño y se separa un poco para analizar mi expresión.
Le había mencionado sobre la lista y que Stanford era la mejor opción para mí, pero eso había sido antes de que analizará en verdad las otras opciones.
—Ellie Argent, ¿qué sucedió?
—Postulé a estas cuatro —le muestro—. Stanford y Berkeley están aquí en California, cerca del condado y de Scott. Harvard a solo 5 minutos de Lydia en Massachusetts y Colombia en New York, un punto intermedio entre Lydia y Stiles.
—Ellie...
—Y-y pensé en Cora, la verdad. No quiero que estemos lejos y que ella tenga que adaptarse a una nueva escuela.
—Amor...
—¿Hice mal? —hago una mueca y el suspira—. Las cuatro son una buena opción.
—No hiciste mal, claro que no pienso en eso —me tranquiliza.
—¿Entonces?
—Tienes que hacer la elección por ti, no por el resto.
—Lo sé, amor, lo sé.
Besa mi frente con cariño y baja sus manos a mi cuello haciendo un masaje para aliviar la tensión que se formó en esa zona producto de mi estrés.
—Esperemos la respuesta y ahí decides tranquila la mejor opción para ti.
Asiento más tranquila y dejo que sus dedos sigan haciendo maravillas en esa zona de mi cuello.
—¿Vas a contarles a lo demás? —niego— ¿Por qué?
—Quiero saber bien si me aceptan o no antes de decirles —mi teléfono suena y veo que es un mensaje de mi padre para avisarme que ya esta afuera—. Es mi padre, ¿luego nos alcanzas?
Asiente y sus manos vuelven a mis mejillas.
—Les daré su biberon, los dormiré y luego iré por ti —besa mis labios—. Ve con cuidado.
—Siempre —sonrió de forma inocente y el gruñe.
—Mentirosa.
Me reí, pero a él no le parecía gracioso.
—Voy a mantenerme a salvo —me acerco robándole un beso—. El viejo solo quiere que le muestre como quedo la biblioteca.
—Solo espero que lo de esta noche salga bien.
Asiento de acuerdo con sus palabras.
—Scott nos informó que Theo los va a llevar a los túneles. Todo marcha de acuerdo al plan.
—Desde que estoy con ustedes, nada les sale igual al plan inicial.
—Está vez sí, ya verás —me coloco de pie y me encargo de apagar la laptop—. Hay que der positivos.
Me giro para llenarlos de besos melosos antes de dignarme ir donde mi padre y ese viejo.
No me daba ganas de tener que pasar tiempo con él y la verdad es que ya no lo estaba tolerando mucho, pero debía ser fuerte.
Solo lo usamos y después ya puedo sacarlo por completo de mi vida.
.
.
(...)
.
.
La biblioteca había quedado clausurada luego del desastre que causo nuestra pelea con la Bestia y lo único que se dignaron a limpiar fue la sangre mía y la de Scott. Lo demás seguía siendo un desastre y no se preocuparon de sacar el material destruido, ni siquiera los fragmentos del ventanal esparcidos en la escalera.
—Mason...
Odie la manera en que pronuncio su nombre, pero lo deje pasar, ya que sabía que era el momento en que supiera la identidad de la Bestia.
Esperaba en serio que Scott encontrará a Mason y lo llevaran a un lugar seguro, porque estábamos contra el tiempo ahora.
—Mason Hewitt —hago mención de su apellido—. Es estudiante de segundo año. El mejor amigo de Liam.
—Y un asesino de masas —me responde el viejo.
—Tendremos que decirle el resto a Scott —nos recuerda mi padre y se coloca junto a mi.
—No necesariamente —se molesta y voltea hacia nosotros.
Viejo de mierda.
—Si hay una manera de salvarlo...
—La lanza no lo salvará, lo matará —Gerard interrumpe a mi padre—. Mason Hewitt se ha ido.
Odio tener que estar ocultándole está información a Scott, pero con mi padre sabíamos que debíamos mantener al viejo donde queríamos antes de actuar junto con mi compañero.
—Pero aún no nos puedes decir dónde está —me cruzo de brazos— ¿Cómo sabemos que no es copa de acero acumulando polvo en la colección de antigüedades de alguien?
—Creo que está más cerca de nosotros que eso —Gerard mantiene su vista en el desastre que hicimos cuando peleamos con la Bestia, analizaba cada detalle—. Encontraremos la lanza. Sea cual sea la forma que tenga.
Mis sentidos se activan cuando siento el aroma de Parrish acercarse a donde estábamos nosotros.
—Si no podemos, necesitaremos mucho más poder de fuego para matar a la Bestia —dice mi padre.
—¿Cuanto poder de fuego quieres? —Parrish pasa la puerta de la biblioteca con su atención puesta en mi padre y me sorprendo cuando veo como cambia el color de sus ojos.
Antes no era capaz de activarlo estaba consciente, y ahora parecía que tenía mejor control.
Sea lo que sea que hizo Lydia, pareció funcionar.
De nuevo la curiosidad por saber que había ocurrido se hizo presente, pero sabía que no era ni el lugar ni el momento para ponerme en fase de vieja chismosa.
Ahora se supone que debemos ir como apoyo para Scott, en caso de que la situación se descontrole con Mason o que el maldito hijo de puta de Theo decida volver a traicionarnos y matar a Scott.
Aunque siendo honesta, prefiero la segunda opción.
Esta noche mi energía está como para pelear contra Theo, pero ¿con la Bête? No gracias, ya lo hice una vez y no deseo volver a quedar en ese mismo estado.
Ah, pero la niña quiso tener su orgasmo.
Bueno, de una forma u otra debía obtener lo que quería.
Ahora solo esperaba que Andrea me consiguiera el video y tener la tranquilidad de que nadie nos viera haciendo el delicioso.
.
.
(...)
.
.
—
Es por aquí —le señalo a mi padre el lugar donde debía salir Scott con los chicos.
—Bien, no sabemos si vaya a lograrlo —me pasa el rifle mientras él se queda con la escopeta y me aseguro que este cargada—. En caso de cualquier imprevisto, necesitaremos dos lados para darle apoyo a Parrish.
Asiento y rodeo el lugar para buscar un punto alto y que me de la vista completa hacia ellos. Derek me sigue de cerca y en silencio, parecía estar muy alerta a su alrededor y se que es para anticipar cualquier ataque y que no vuelva a salir lastimada.
No pasaron ni cinco minutos cuando se escucho el rugido de la Bête.
Eso solo significaba que no lograron sacar a Mason a tiempo.
Pongo mi arma en alto y observo como la Bestia sale arrastrando un cuerpo por el suelo. Por un momento me asuste, pero me alivie bastante cuando capte que era uno de los Doctores del Miedo, era el líder y estaba herido.
Se hizo el milagro.
Siempre pensé que esa cosa era invencible.
Parrish actúa en su forma infernal y salta sobre la Bestia tomándolo por sorpresa. Mi padre comienza a dispararle y se va acercando a medida que las balas parecieran debilitar a la criatura.
No disparo, pero me mantengo alerta en caso que deba hacerlo.
La Bête retrocede a medida que mi padre se acerca y llega hasta el puente, sin ser capaz de librarse de las balas. Los disparos cesan y todos vemos con sorpresa cuando la Bestia se transforma en hombre, y no era Mason, sino otra persona.
La verdadera Bestia de Gévaudan.
—¡La Bête du Gévaudan! —lo llama Gerard en el idioma de nuestra familia—. Sé tu nombre.
El hombre se coloca de pie y se gira hacia Gerard con el cuerpo manchado con una viscosidad negra muy extraña, pero era como los restos de piel de la Bestia.
—¿Recuerdas el mío? —insiste Gerard.
Mantengo mi arma apuntando a su dirección y voy dando pasos cautelosos para no llamar su atención. Derek me sigue por detrás respaldándome.
—Argent —le responde con cierto desprecio en su acento francés bien marcado.
Sus ojos se mueven por los árboles como si buscara algo y pronto sus ojos encuentran los míos.
Retengo el aire de golpe y mi mente me grita que dispare, pero mi cuerpo no responde, estaba tan impactada por la forma en que me miro, era tan intensa y cargada de un sentimiento que no supe identificar.
El rifle en mis manos tiembla producto del temblor que sentí recorrerme, pero todo fue tan breve, ya que Parrish se le va encima y él debe escapar haciendo que la conexión de nuestros ojos se corte.
—¿Qué mierda fue eso? —espeta Derek a mi lado, pero no fui capaz de responder.
Tenía muchas dudas en mi mente y aún procesaba que había visto al verdadero hombre bajo la Bestia.
Es... parecido a mí.
—¿Quién diablos era ese? —pregunta Scott.
—Vieron a la Bestia de Gévaudan —le responde Gerard—. Ese era el hombre.
—Sébastien Valet —dice mi padre el nombre del hermano de nuestro antepasado, el hermano de MarieJeanne Argent.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro