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Capítulo 36

"Beacon Hills v/s Devenford"

POV ELLIE

Había olvidado lo incomodo que era el equipo. Derek había comentado que me veo sexy, toda una deportista ruda, pero eso no mejoraba para nada mi humor. 

Seguía frustrada sexualmente y ya llevábamos una hora en la escuela, no podía soportar otra hora más, pero ahora tenía que aguantar mi genio mientras estábamos reunidos Stiles, Scott, Malia, Kira, Liam, Mason, Derek y yo en el aula de biología para repasar el plan de está noche.

—Mason, sabes que hacer —Scott rodea la mesa para colocarse enfrente del susodicho.

—Corey y yo allanamos el autobús de Devenford y buscamos los zapatos.

Malia da un paso al frente.

—Yo me encargo de las camionetas de TV.

—Justo antes del silbatazo, el entrenador abandona el juego —Stiles voltea hacia Scott.

—Los demás buscamos tenis talla diez con sangre en la suela —agrega Liam.

—Solo por curiosidad, ¿y si no funciona? —pregunta Malia— ¿Y si tenemos que enfrentar a esa cosa? Es decir, odio evocar malos recuerdos, pero Scott aún convalece por lo que le hizo.

No hizo falta que nombrara a Liam, la indirecta fue clara.

—No, no es así —le responde Kira.

—Tiene razón —asiente Scott hacia su novia.

Para demostrar la verdad, se alza su camiseta del equipo para mostrarnos su tonificado abdomen y sin ninguna marca.

—Sucedió la noche que sacamos a Lydia de la Casa Eichen —explica y mira a Malia—. Me curé cuando volvimos a estar todos juntos.

—Cuando volvieron a hacer una manada —señala Derek—. Todos juntos fortalecen el vinculo y le dan el poder a los alfas.

—La Bestia no tiene manada—dice Liam—. No como nosotros.

—Podemos hacerlo, chicos —Scott nos mira a todos—. Esta noche nadie muere.

Cuando Scott hace la señal para que vayamos a la cancha no puedo evitar ser la primera en partir y de paso le mandaba una mirada a Derek. 

Estaba ansiosa por volver pronto a casa y cobrarme cada una de sus palabras.

Al llegar a la cancha, todos nos dividimos ahí.

Malia fue a las camionetas mientras que Mason se reunió con Corey para revisar el bus. Derek fue a las gradas y yo me quede junto con el resto para alistarnos y colocarnos el equipo faltante.

Aun faltaban unos cuantos minutos para empezar, así que lo ocupe para estirar mi cuerpo e intentar aflojar la tensión que hay en él, y de paso, me encargo de hacerlo lo más seductora posible.

Se que el equipo no es lo más sensual, pero todo va en la actitud y en como con un simple movimiento se puede volver algo seductor. Como el movimiento de tu cabello, una sonrisa o a penas una mirada. 

No necesito hacer mucho como para provocar a Derek, aunque eso consista en que termine llamando la atención de otros chicos.

—¿Qué se supone que haces? —pregunta Stiles mientras me observa estirar en el suelo abierta de piernas.

—Estoy calentando, ¿qué no es obvio? —sonrió haciéndome la tonta.

Rueda sus ojos con impaciencia.

—Lo que estás haciendo es conseguir admiradores de Devenford y que Derek termine golpeando a más de a uno —ambos volteamos hacia un chico que paso junto a nosotros con la mirada puesta en mi y casi tropieza con otro chico—. No tengo tiempo para esto, vamos.

Chillo de sorpresa cuando me pone de pie de un solo jalón y me lleva a rastra donde el entrenador.

—Estamos casi en la maldita hora y el entrenador aún no hace nada —gruñe—. Hay que ver que pasa.

Tiene razón, no me había dado cuenta de eso por estar pendiente en provocar a Derek.

Dios, que vergüenza.

—Entrenador, es hora de abandonar el juego.

El entrenador nos ignora olímpicamente.

— Es el momento perfecto para abandonar el juego —le dice Stiles pero el solo se cruza de brazos—. Tienes que... Entrenador —lo vuelve a llamar cuando nota que no le esta prestando atención deliberadamente.

—Stilinski, Argent... —comienza para el alivio de los dos— nunca he abandonado un juego.

¿Qué?

¿Cómo dijo?

— ¿Entrenador? No fue eso lo que acordamos —me acerco al igual que Stiles, los tres nos apegamos a él.

—Nunca lo haré, ¡nunca! —responde con una sonrisa—. Ahora, ¡vayan al campo!

Se lleva el silbato a la boca y sopla, dando aviso que el equipo de Beacon Hills High estaba listo.

Me giro hacia Scott estupefacta y el se levanta de la banca con la misma expresión que la mía.

Los gritos de jubilo por parte de nuestro público no tardo en escucharse por todo el campo.

Se me corta la respiración cuando el equipo de Devenford comienza a colocarse en posición en la cancha y ya no había vuelta atrás, ahora solo quedaba jugar el partido.

— ¡Argent reacciona y ve a jugar! —me reprende el entrenador haciendo que pegue un salto y voy corriendo de manera automática a agarrar mi equipo.

Adiós a mi deseo de volver a casa pronto.

Es como si el maldito universo me gritara en la cara que no voy a tener mi orgasmo hoy.

—No importa, está bien —escucho a Scott hablarle a Liam a unos cuantos pasos más adelante que yo—. Malia desconectará las camionetas de TV.

— Y tenemos hora y media para encontrar a alguien con sangre en los zapatos.

— Una persona de 400 —me asomo entre ellos con la respiración irregular—. Pan comido.

Miro a mi alrededor al no notar a Stiles y lo encuentro junto a su padre entre medio de las camionetas de los oficiales.

—¿Y si amenazamos con una bomba?

—¿Recuerdas la del aeropuerto hace tres semanas?

—Sí, claro que sí —responde Stiles—. Estuvo en las noticias.

Ambos se mantienen en silencio y dirijo mi vista hacia ellos mientras coloco bien el casco en mi cabeza.

—Entiendo el punto —suspira Stiles.

—Listos...

La voz del arbitro me devuelve la vista al juego y afirmo el palo de Lacrosse entre mis manos.

Scott estaba encargo de iniciar el juego junto con Brett. Al silbatazo, Scott tenía que ser más veloz que Brett y ganar la pelota.

—Mi hermana tiene cubierta la tribuna.

Brett nos apoya junto con su hermana, ya que al ser 400 pares de pies, es algo complicado de buscar sin levantar sospechas y hacerlo en tan poco tiempo.

El silbato suena en el momento en que Scott se distrajo y fue lento en su movimiento, en cambio Brett, fue más veloz y salió disparado a la dirección de mi equipo.

Mi co-alfa salio disparado detrás de él al igual que los que estábamos delanteros y central, mientras que los defensas se preparan para cubrir y proteger nuestro arco, pero el maldito de Brett es muy bueno y logra hacer su primer gol a penas a los 30 segundos del partido.

Respiro hondo para controlar mi respiración y soy consciente de que va a ser un partido bastante largo y dificultoso... aunque solo para nosotros.

A penas llevábamos jugando los primeros cinco minutos del partido y ya estábamos perdiendo 4-0, pero cuando Scott logra tomar la pelota primero que Devenford —por primera vez luego de cuatros intentos— y me da el pase antes de que Brett lo alcanzara por detrás. 

Voy corriendo esquivando a uno y cuando otros tres vienen hacia mi, Kira se acerca pidiendo el pase y se lo doy. Ella comienza a correr con una agilidad bastante ruda e intensa hasta que llega al otro lado e insista nuestro primer gol.

Scott junto con Stiles llegan a mi lado y observan a los adolescentes adoloridos —algunos graves— en el suelo del capo. Kira había arrasado con ellos de una forma que me llego a dar gusto, casi me hacen tenerle admiración, pero sabía que lo que hizo no fue por gusto propio, esto era algo del zorro.

—Creo que Kira juega un poco agresivo —observa Stiles.

Con los cinco adolescentes en el piso era más que claro.

—Podríamos tener un problema —nos dice Scott viendo fijamente a su novia.

El juego nuevamente se reinicia y todos volvemos a posicionarnos.

Scott nuevamente no alcanza a agarrar la pelota y el equipo verde se mueve hacia nuestra área, pero Kira se mueve entre los jugadores y derriba a dos al suelo. El arbitro toca el silbato y Scott se acerca a Kira.

—A esa chica le importa en serio la caridad —escucho decir al entrenador a lo lejos.

Todos estaban bastantes impresionados con la agresividad repentina de Kira.

—Kira, trata mejor a los otros jugadores —le pide Scott.

—Intento ganar.

—Pero no tenías la pelota.

Kira baja la vista a los jugadores que derribo.

—Aléjate de mí —le gruñe a Scott y pasa por su lado chocando su hombro en el proceso.

Stiles trota hacía mí.

—¿Vamos al plan B?

—Vamos al plan B —asiento hacia él y volvemos a colocarnos nuestros cascos.

El arbitro vuelve a tocar su silbato como señal para que se reinicie todo otra vez y Scott y Brett vuelven a su posición en medio de la cancha junto con el arbitro.

—Abajo. Listos —le indica cuando deja la pelota posicionada entre ellos, justo en la línea que marca la división del campo.

Silbato.

Brett nuevamente lleva la delantera y Kira va directamente hacia él, de frente, lista para atacarlo igual que sus otros compañeros, pero nunca espero que Brett la fuera a derribar y cayera al suelo con un golpe seco.

—Ya no eres tan ruda, ¿o sí? 

Kira se levanta y va hacia él golpeándolo con el palo de lacrosse en la cabeza.

Brett cae desplomado al suelo y del golpe, el casco salió volando de su cabeza.

 —Tú, estás fuera, sal del campo —señala el arbitro luego de tocar el silbato para poner en pausa el juego.

Debo decir, que amo los plan B.

Me acerco a Brett para asegurarme que el daño no fuera mayor, pero solo estaba algo noqueado y perdido, aun así estaba consciente.

—Estuvo perfecto. Gracias.

Él asiente sin poder enfocarme bien con sus ojos.

—なんて退屈なゲーム —escucho a Kira murmurar a lo lejos y veo a Scott hacerle una seña a la hermana de Brett para que vaya tras su novia.

Los gritos del público no tarda en envolver toda la cancha, pidiendo que siga el partido. 

Suspiro dirigiendo mi vista a Derek, quien estaba sentado observando atento a las furgonetas de las noticias, pero al parecer, sintió mi mirada, porque su vista se clava inmediatamente en mí.

Mi cuerpo inevitablemente reacciona ante él, pero me obligo a concentrarme en lo que pasa en el juego y desvió mi vista a los jugadores, quienes vuelven a estar en posiciones. Rápido los emito y aseguro bien mi casco estando a solo unos cuantos pasos detrás de Scott, ya que si el logra obtener la pelota, debe darme el pase a mí.

No lo logró, y todos debemos correr en nuestra posición en modo de defensa.

Liam corre hacia Brett para intentar derribarlo, pero este fue más hábil y lo derribo primero. El golpe fue brutal para mi beta, cayó al suelo y todo el impacto lo recibió su muñeca.

Brett lanza otro gol para su equipo y ya íbamos perdiendo 5-1.

Scott y yo nos acercamos a Liam, estaba muy adolorido en el suelo por su muñeca.

—Nos están aplastando —me quejo mientras entre los dos lo ponemos de pie.

—No importa —me dice Scott—. Solo debemos dar tiempo a los otros.

Liam se queja en protesta de eso.

—Como dije, nadie saldrá lastimado —nos mira a ambos.

—Excepto nosotros —suspiro y me saco los guantes para revisar la muñeca de Liam—. Al menos no hay ningún hueso fuera de lugar, solo aguanta hasta que sanes.

—Kira.

Liam y yo alzamos la vista hacia Scott, pero no alcanzamos a preguntarle que sucedía porque corre inmediatamente hacia la escuela, dejándonos a nosotros dos extrañados.

Agudizo mi oído hacia la dirección que tomo y escucho golpes y quejidos femeninos. Había una pelea, y es claro que Kira estaba en modo asesina intentando acabar con la hermana de Brett, pero por como se escucha, parece que sabe defenderse sola.

Ahora caigo en cuenta de que si Scott abandono el juego, el entrenador debe decidir entre dejarnos a Liam o a mí como capitán suplente.

Oh dios.

¿Ya me puedo retirar verdad?

.
.
(...)
.
.

No, no se me permitió retirarme.

El entrenador considero que yo debía suplantar la posición de Scott y Liam cubrirme a mí, lo que quiere decir, que por los nervios y por ser primera vez que hago esto, me vuelvo más lenta y Brett consigue tomar la iniciativa.

No vuelvo a cuestionar a Scott jamás.

En esto, claramente.

Un jugador de nuestro equipo comienza a discutir con Brett y antes de que se fueran a los golpes, interviene el arbitro con su silbato.

—Tiempo fuera.

¡Al fin! 

Esto es muy humillante.

¿Desde cuando comenzamos a perder así?

Ni siquiera quiero considerar que es desde que Jackson e Isaac abandonaron el equipo, ni siquiera deseo irme por ahí.

Tomando la poca dignidad que me queda voy con Stiles hacia la banca y respiro más tranquila cuando me libero del casco.

—Necesitamos más tiempo —veo que Liam se acerca a Brett—. Debes dejar de anotar.

—¿No crees que lo haya intentado? Son muy malos —le responde—. Son un verdadero asco, es imposible perder contra ustedes.

—¿Qué esperas que hagamos?

—Traten de no ser tan malos.

Hay muchas cosas que no soporto en esta vida, pero creo que la primera es que odio que me pisoteen y me den en mi ego, es como que activa mi vena competidora y las ganas de despedazar a ese cretino y a todo su equipo me aviva.

—Tienes esa cara —me dice Stiles a mi lado.

—¿Qué cara?

—La que haces cuando planeas despedazar a alguien.

—Sí, y lo voy a hacer —declaro.

Esto ya se volvió personal.

—Suerte, iré a ver si consigo algo —golpea mi brazo con su mano para llamar mi atención—. Le pediré a Derek que me ayude, ¿lo tienes asegurado con su correa? No quiero que termine asesinándome.

Me es inevitable no sonreír.

—Si Derek hubiera querido asesinarte, lo hubiera hecho desde el primer día.

—Nunca es tarde, me odia.

—Tú sabes que no es verdad —le digo divertida—. Cuando nos conoció a los tres, nos trato de manera distinta, pero siempre nos protegió. A mí porque se enamoro, a Scott porque lo considera como su hermano pequeño y a ti... fue distinto, algo entre amor y odio, pero al final de cuentas es algo lindo, ustedes siempre se han protegido y cuidado aunque nunca lo acepten y lleven esta extraña y adorable relación.

Stiles me mira como si me hubiese salido un tercer ojo.

—¿Estás bien? ¿El juego te afecto a la cabeza? ¿La frustración sexual te dejo con falla mental?

—¡Stiles!

Golpeo su brazo sintiendo como mis mejillas adquieren un fuerte tono rojizo.

No hace falta preguntarle como rayos lo sabe, prefiero no irme por ahí y tampoco en pensar en que si él lo noto, todo el mundo también.

Te odio Derek.

Stiles solo niega con la cabeza y se va donde Derek.

Liam no tarda en ocupar el lugar que dejo Stiles y agradezco que venga perdido en sus pensamientos, porque este es otro el cual hubiese hecho un comentario fuera de lugar por mera curiosidad.

De repente Hayden se acerca a nosotros y mi cuerpo se pone rígido, listo para irme en contra de ella y terminar golpeándola.

Todo me viene de golpe, su traición, en como dejo que Theo jugara con nosotros y que ella fuera la causa de que mis hijos terminaran en peligro.

Antes de que pueda levantarme, Liam se levanta para protegerla de mi y Hayden alza sus manos en son de paz.

—Estoy con ustedes.

—¿Qué? —Liam voltea a verla.

Me pongo de pie sin apartar mi vista de ella.

—Estoy con ustedes. Todos ustedes —explica y mira hacia Liam.

— ¿Por qué? —le pregunto.

—Porque Liam tiene razón sobre ustedes, Scott y tú —me responde y hace a un lado a Liam para poder ponerse enfrente de mí. Liam queda igual alerta a mis movimientos—. Y pase lo que pase, quiero estar con ustedes, con Liam.

—Tú y yo vamos a hablar —espeto cuando suena el silbato y recojo mis cosas para ir a la cancha.

—¿De verdad quieres estar conmigo? —escucho a mi espaldas a Liam y luego ambos estaban besándose.

Me dirijo hacia la cancha, pero soy interceptada por Derek y Stiles, a los pocos segundos se acerca Liam a nosotros.

—¿Qué ocurre? —pregunto al ver sus caras.

—Algo pasa. Creo que Malia no terminó con todas las camionetas —me responde Stiles y todos miramos hacia donde están estacionadas las camionetas.

—La estuve observando y hace unos momentos tenía todo bajo control, pero se me perdió de vista ahora.

—Debe ser por los periodistas —comento mientras veo como algunos estaban preparando las cámaras y el resto de los equipos.

—Le daremos más tiempo —dice Liam.

—¿Cómo diablos lo haremos? —se voltea Stiles hacia el beta.

—Aumentaremos el marcador.

—Repito, ¿cómo diablos lo haremos?

—Aumentando el marcador —vuelvo a repetir las palabras de Liam y me giro a ellos—. Escuchen, estamos haciendo el ridículo allá y más ahora que no tenemos a Scott, pero Liam —miro al beta—, tenemos que trabajar juntos para mantener el juego y poder ganar.

—Ellie, ¿se te activo la vena competitiva?

—Sí, y los voy a aplastar —le respondo a Stiles. 

—Esa es mi chica —Derek besa mi coronilla—. Hazlos trizas, amor.

Liam y yo nos colocamos los cascos y vamos al centro de la cancha para tomar nuestras posiciones.

—Me pasas el balón y me cubres.

Asiento hacia Liam y me coloco enfrente de Brett, en posición.

—Listos —empieza el arbitro y me inclino hacia abajo junto con Brett.

Respiro hondo evitando prestar atención a lo que sucede a mi alrededor y solo me enfoco en esa maldita pelota. Siento mi corazón martillar en mis oídos cuando escucho el silbato y me muevo más rápida que Brett, agarro la pelota y me muevo a un costado cuando el cuerpo de Brett se va encima al no agarrar la pelota y pierde el equilibrio.

Paso junto a él rápido y esquivo los dos primeros jugadores que quieren bloquear mi jugada.

Ubico entre los jugadores a Liam y salto haciendo un giro para que el tercer jugador no me alcance y lanzo el balón a la red de Liam. 

La atrapa y los gritos de emoción de nuestro público aumentan.

La adrenalina sube por mi sistema a medida que cubro a Liam hasta que llega al angulo perfecto y encesta nuestro segundo gol.

— ¡Sí! 

Celebro junto con mi equipo y volvemos a repetir el juego. Vuelvo a hacer más veloz que Brett y le paso la pelota a Liam cuando está vez tres jugadores se me vienen encima a la vez. Los esquivo y corro hasta una esquina, cerca del arco cuando veo que Liam debe pesarla a otro jugador y le hago señas para que me capte.

Veo la pelota en el aire y la atrapo, luego giro mi cuerpo y lanzo la pelota hacia la red del arco y le doy en el blanco.

Más gritos llenan el lugar y sonrío sintiendo como vamos retomando el partido como corresponde.

Mis compañeros celebran su victoria conmigo y de reojo capto como Stiles está detrás de las gradas mirando las suelas de los zapatos.

Otra ronda, veo mi oportunidad y hago nuevamente el próximo gol.

Siento la euforia de todos y el entrenador aplaude con entusiasmo y ya quedaba poco para que Devenford llevará la victoria segura, pero si hacíamos el siguiente gol, podríamos hacer más tiempo.

Liam y yo trabajamos juntos en la siguiente vuelta y logramos quedar parejos en el tablero, lo que causa la emoción de todos y principalmente de nosotros, ya que logramos conseguir tiempo a Malia y a los otros para que puedan encontrar a la última quimera.

El silbato del arbitro suena.

—¡Eso es tiempo extra!

Me quito el casco con una sonrisa para quitar el sudor de mi cuello y de la frente. Estaba entusiasmada por conseguirlo, pero a la vez sentía como mi ego volvía a quedar intacto y tal vez, un poco más elevado tras demostrarle a los malditos de Devenford que en Beacon Hills High sí somos los campeones.

Me acerco a Liam para ayudarlo a colocarse de pie y el entrenador se acerca corriendo hacia nosotros.

— ¡Tienen que seguir así! Ahora nosotros tenemos la delantera, ¡demuestrenle a esos arrogantes que nosotros lideramos esto!

Por supuesto que sí.

Sonrío golpeando el brazo de Liam y de pronto un fuerte pitido deja a toda la cancha aturdida y chispas saltan de las entenas de transmisión.

Todo queda en absoluto silencio, solo sonaba ese maldito ruido y luego de unos tortuosos segundos, se detiene y la gente no tardo en quejarse sobre eso.

Miro hacia las camionetas buscando a Malia con la vista, se suponía que teníamos que hacer el tiempo para que ella lograra arrancar los cables de la antena e impedir la transmisión.

—Debí quedarme en rehabilitación —se queja el entrenador a nuestro lado y se dirige a las gradas con las manos en sus oídos.

—Ya viene —susurro hacia Liam y ambos comenzamos a mirar a nuestro alrededor, atentos.

Escucho su gruñido, luego su rugido y se sintió poderoso.

Liam se mueve a mi lado y corre hacia los buses escolares que estaban afuera de las gradas.

—¡Liam detente! 

Voy detrás de él, pero freno en seco cuando siento a la Bestia muy cerca.

Stiles se coloca a mi lado con la vista fija en Liam.

—Liam. ¡Liam, espera!

La Bestia aparece de un salto y Liam se va en contra de él con las garras listas para atacar.

—¡Nadie me menciono que era horriblemente gigante! 

Estaba completamente horrorizada viendo como de un solo manotazo manda a Liam a nuestros pies.

—Bueno... ya lo sabes.

La Bestia ruge enfrente de nosotros y desde ahí, todo el mundo entro en caos y pánico.













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