
Capítulo 34
Ellie a tenido más sesiones, pero solo e publicado tres de ellas. Aun así, se a hecho mención en algunos capítulos de que Ellie a asistido de forma regular una vez por semana, lo cual, con este capítulo, sería su sesión número siete.
***
"Terapia 3"
POV ELLIE
Llego a las gradas notando a la doctora Martin, estaba esperándome.
—Siento la tardanza, se me presento un inconveniente.
Me mira con curiosidad, pero se limita a sonreírme.
—Espero que nada grave, por cierto, feliz cumpleaños —hago una mueca y eso pareció divertirle a la doctora— ¿Por qué esa cara? No te veía como alguien que no le gustara su cumpleaños.
—Me gustan, pero cada vez que alguien menciona el feliz, siento que no tiene nada de feliz, no en este momento que las cosas están muy peligrosas y turbias.
—Porque, ¿crees qué no es un buen momento? —asiento en respuesta—. Ellie, a veces, tienes que permitirte disfrutar de los pequeños momentos que te puedan ofrecer felicidad y considero que tu cumpleaños, es algo por lo que deberías sentirme más plena. Tal vez no mejor, pero permitirte disfrutar de la atención que te dan tus seres queridos.
Pienso en el momento en que Scott me abrazo y la muestra de afecto me relajo lo suficiente como para que mi semblante fuera mejor. Aunque me hace sentir culpable, ya que no permití que Derek me consintiera y terminé huyendo, pero con Scott no, a él sí se lo permití.
Derek se va a sentir y con justa razón.
—Entiendo.
Asiente y teniendo su libreta en su regazo con su lápiz en manos, comienza a hacerme preguntas y yo la voy poniendo al corriente a medida que avanzamos. Desde que descubrí que Hayden había robado mi expediente, no hemos vuelto a vernos, a pesar de que la doctora se mantuvo en contacto conmigo a través de mensajes para saber como me encontraba, no habíamos vuelto a la rutina de las terapias.
Se siente bien volver a hablar con ella.
—¿No has pensado en hablar con Deaton acerca de esas alucinaciones? —pregunta cuando llegue a la parte en que le pedí a Allison está mañana que no se apareciera más.
—¿Considera que debería? No creo que Deaton este capacitado para ayudarme a entender porque veo a Allison.
—Ellie, no podemos descartar que esto sea de verdad y no alucinaciones tuyas —me explica y siento sus palabras como un golpe directo a la boca de mi estomago—. Hemos trabajado en esto y lo he manejado como con cualquier paciente que presenta las mismas conductas, pero esto se siente distinto, y como vivimos en un mundo donde lo sobrenatural no pareciera tener límites, es muy probable que tengamos que trabajar esto de manera distinta y confío en que si trabajamos junto con Deaton, podríamos obtener las respuestas que tú necesitas para poder superar esto.
Siento como sus palabras van calando en lo profundo de mi ser y un escalofríos me recorre entera, dejándome con una sensación helada y casi terrorífica en mi cuerpo.
—Lo pensare. Hablar con usted sobre esto es una cosa, pero ir con Deaton... eso solo lo hace ver...
—¿Real? —termina por mi y asiento afligida—. Tienes que tener presente que es probable de que Allison no sea alucinaciones tuyas, y que, por la conexión que tienen ustedes dos al ser gemelas, ella en verdad podría estar vagando por así decirlo entre la vida y la muerte.
La miro horrorizada y ese mismo escalofríos vuelve a embargarme.
—No quiero eso.
—Lo sé, pero tienes que tener en consideración esa posibilidad.
Prefiero mil veces a estar loca a que de alguna forma ser la que está reteniendo a Allison.
—Aun tengo varios problemas que resolver como para poder dedicarme abiertamente a esa posibilidad —siento como un nudo se forma en el estomago—. Hoy en la noche van a transmitir el partido, habrán muchas personas que podrían resultar heridas.
—¿La Bestia? —asiento en respuesta— ¿Y qué sabes sobre Theo y su manada? De Hayden, principalmente.
Agradezco que me dejara desviar el tema y aunque hablar sobre Theo no es de mis temas favoritos, menos Hayden, prefiero seguir a que volver a lo de Allison.
—Lo último que supe, es que están justo donde queremos que estén.
—¿Y Hayden? —vuelve a insistir y suspiro.
—Hayden nos a ayudado en ciertas ocasiones, no por nosotros, sino por Liam —le explico—. No, nos hemos topado y espero en serio no hacerlo, porque no voy a responder cuando los tenga de frente... a cada uno de ellos.
—¿Quieres vengarte?
—No.
—¿Entonces? ¿Solo hacerlos sufrir?
—Sí.
Piensa unos segundos antes de responder.
—Voy hacerte honesta, Ellie y creo que me saldré un momento de mi papel de psicóloga y te hablare abiertamente, de madre a madre—me inclino hacia ella levemente, teniendo mi completa atención—. Si hubieran atacado a mi hijo, los hubiera hecho pagar, porque una cosa es meterse conmigo y otra muy distinta es cuando se meten con los hijos de uno.
Asiento, sin querer interrumpirla.
—Estas rodeada de adolescentes que no tienen límites, que van a hacer lo imposible por querer arruinarte a ti y a tu grupo. Por eso Theo los dividió y fue por Scott, creyó haberlo matado y solo quedabas tú en el juego. Se alió con Lauren para que ella se encargara de quitarte de la cima, de hacerte sufrir —analizo cada una de sus palabras—. Por la forma en que Theo a operado, esto que te a pasado no parece ser parte de su juego, sino parte del juego sucio de tu beta.
—Tiene sentido.
Theo solo coloco las piezas para que nosotros actuáramos y cometiéramos errores. En cambio ahora, el ataque fue directo hacia mi en todos los sentidos.
—Hicieron bien en internar a Lauren, esa chica debe tener muchos problemas por los cuales tendrá que lidiar y te sera más fácil mantenerla bajo tu control.
Deja su libreta aún lado junto a su lápiz.
—Tienes que aprender a controlar tu temperamento, porque se que en estos momentos estas pasando por cosas que te están llevando a tu límite, pero tienes que hacerlo, ser más inteligente que todos ellos. Como tu psicóloga, te aconsejo que respires y pienses antes de actuar.
—¿Y como madre? Suena más interesante cuando deja la moral de lado.
Sonríe con humor.
—Como madre les daría una paliza a cada uno de ellos —se encoge de hombros y yo suelto una pequeña carcajada—. Ahí tienes dos puntos de vista totalmente diferentes.
—Ambas me gustan, pero siento más interés cuando menciono los golpes.
—Me imagino que si, no serías Ellie Argent si no fuera así.
Sonreí, ese comentario me llevo a pensar en nuestra primera sesión y en lo que fue para mi desde entonces.
—¿Se acuerda que al principio me pregunto quién era? —asiente y la miro curiosa—. No lo volvió a preguntar.
—Sentí que no era el momento, esperaba que fueras tú quien sacara el tema —responde con una pequeña sonrisa, de esas que saben que vas a hacer algo importante y no es que saber quien eres sea algo grande, pero eso no quiere decir que no sea importante.
Muchas personas tienden a no hacerse esa pregunta y para algunos es fácil decirlo, para otros es complicado y a otros simplemente no lo saben. Cada quien lo maneja de distintas formas, pero para mi, en mi caso, siempre supe quien era hasta que Allison dejo de ser parte de mi vida, desde entonces perdí lo que me hacía ser yo y solo actué para complacer a otros y no a mi misma, porque eso es lo que Allison y Scott hubieran esperado de mí. Mi error y ahora puedo ver lo mucho que me dejaba influenciar. A veces no es malo ir por lo correcto, pero no cuando eso te hace ser algo que tu no eres y lo sabes.
Yo siempre lo supe, pero no quise verlo hasta ahora gracias a las terapias y desde que Theo se metió a nuestras vidas para dividirnos.
—¿Lo estas, Ellie? ¿Sabes quien eres? —me pregunta de forma cautelosa y pestañeo tres veces antes de enfocar mi atención en ella.
—Soy Ellie Argent, líder del clan Argent, co-alfa de una gran manada de lobos, kitsune, banshee, coyote y un humano —sonrió con lo último—. Madre de dos mellizos alfa, pareja de Derek Hale. Soy una estudiante sobresaliente, mis calificaciones son las mejores de la escuela, soy una gran cazadora, el arma que me define son las armas blancas, aunque disfruto de las peleas cuerpo a cuerpo e intento siempre complementar lo que soy, alfa y cazadora.
Me enderezo mientras llevo mis manos a mi regazo y miro fijamente a los ojos de la doctora, quien me miraba con una sonrisa adelantadora y eso me hace querer seguir adelante.
—Mi código es: Nous chassons ceux qui nous chassent et protégeons ceux qui ont besoin d'être protégés.
—¿Y eso que significa?
— Cazamos a quienes nos cazan y protegemos a quienes necesitan ser protegidos.
Por lo que soy, necesito mantenerme en ese punto, ya que si voy a seguir moviéndome en el mundo de los cazadores, voy a tener que hacer útil del código que a permanecido por siglos en mi familia y se que van a haber personas que quieran darme de caza a mi y a mi familia, pero no lo voy a permitir jamás y se que también va a haber personas que necesiten de mi protección, y eso es algo que no se lo negaré a nadie.
No es solo blanco y negro, también hay gris y es en ese punto intermedio es el que voy a pertenecer.
—¿Me promete que esta noche va a permanecer segura en su hogar? Es peligroso que salga.
—Tranquila, no pienso salir por nada del mundo, no hasta que puedan detener a esa cosa.
Asiento más tranquila y nos quedamos hablando unos quince minutos más hasta que ya cumplimos con la hora semanal. Nos despedimos y yo cruzo el campo hasta llegar al estacionamiento, iba a ir donde mi padre para ver lo que iban a hacer con Parrish, pero me entra un mensaje de Stiles pidiéndome que nos reunamos en el centro de rehabilitación en donde a permanecido nuestro entrenador por siete meses.
Al parecer, nuestra última esperanza es que el entrenador vuelva y se retire del partido limpiamente. Perderíamos sin necesidad de jugar, pero al menos salvaríamos muchas vidas.
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