
Capítulo 29
"Rescate parte 3"
POV STILES
El empujo de Ellie fue suficiente como para hacerme reaccionar y correr por el pasillo para llegar a la zona donde tienen encerrada a Lydia.
No fue necesario saber la cantidad de tiempo que requiero para poder llegar donde está ella, lo tenía bien presente en mi mente es el conteo. La intranquilidad en mi pecho no me permite olvidarlo.
Llego a otra puerta y el alivio fue reconfortante cuando veo que si tiene el lector. Saco la tarjeta y la puerta se abre, la empujo y vuelvo a salir corriendo hasta llegar a la habitación de Lydia.
Mi corazón martillea fuerte en mi pecho ante las ansía de poder verla y sacarla del lugar lo más pronto posible. Pero al entrar al cuarto me detengo en seco viendo directamente hacia el taladro con sangre en la pequeña mesa quirúrgica junto con un paño bañada de sangre.
Su sangre.
-¿Stiles?
Respiro hondo cuando escucho su voz llamarme y me acerco revisando la herida que tenía en su lado izquierdo de su cabeza. El daño había sido reciente, lo que quiere decir que debo actuar pronto antes que vuelvan por ella.
-No puedes estar aquí.
Mi vista pasa del agujero en su cabeza hacia sus ojos repetidas veces, luego me enfoco en como la tenían amarrada a la camilla para inmovilizarla. De seguro era para que no causara alboroto ante el proceso... Dios, no puedo ante la idea de que el maldito de Valack la lastimara estando consciente.
-Si te quedas, vas a morir -enfoco mi atención en ella al oírla, su rostro estaba empapado por el sudor al igual que su cabello-. Todos.
Lo sabía, pero no me iba a detener hasta que ella estuviera lejos de este horrible lugar.
Comienzo a desamarrar sus muñecas intentando ser rápido en el proceso y que mis manos no tiemblen por los nervios que me provocaba la situación y la probabilidad de no lograrlo.
-Stiles, ahí viene.
-Lydia, no te dejare aquí -aclaro enseguida mientras sigo en el proceso de liberarla.
-Debes hacerlo.
No quería, pero cuando se escucha el timbre de la puerta siendo abierta al final del pasillo supe que debía actuar rápido, pero no sabía como.
-Stiles, vete -me sentía perdido mientras miraba sus ojos verdes-. Por favor.
Mierda.
-Voy a volver por ti.
Me acerco dejando un beso en su frente y respiro hondo no queriendo dejarla aquí, pero solo sería un momento.
Yo no me voy a rendir.
Salgo antes de que puedan verme y me escondo viendo como Valack se dirige con calma hacia la celda de Lydia.
-Concéntrate, Lydia.
-¿Qué me hiciste?
-Aumenté tus habilidades. Algo que puede salvar la vida de tus amigos.
Intento con todas mis fuerzas no ir y cometer una estupidez.
-Theo y Hayden, lo encontraron. Estaban buscando a Noah, pero encontraron el símbolo -no se me debía extrañar que supiera eso, el método de Valack es el responsable de que Lydia sepa eso y mucho más-. Un círculo dentro de otro círculo, tallado en la pared. El símbolo de la manada de Ellie y de Scott.
-Era más que un símbolo, ¿no? Es una promesa de reunirlos.
Me asomo un poco para intentar ver algo, pero no podía.
-Sí.
-¿Scott y Ellie lo hicieron? ¿Vendrán por ti?
-Alguien viene... -me escondo cuando los veo- pero no es Scott ni Ellie.
Theo, Tracy, Corey y Josh caminan hacia Valack y la kanima lo toma por el cuello arriconandolo a la pared.
-No puedo creer que sea un centro médico.
-¿Para qué quiere una manada de quimeras una Banshee?
-No quiero una Banshee -le responde Theo-. Busco a un Hellhund.
Parrish. Y su rugido no tardo en advertirnos a todos de su presencia.
-¿Querías un Hellhound? Creo que al fin lo encontraste.
Valack estaba maravillado con lo que veía, al igual que Theo.
Parrish utilizo su propio fuego para deshacerse del metal de la puerta y esta comienza a derretirse a medida que el calor va en aumento y logra desprender el metal de su marco.
Y sin ser afectado por el serbal.
El sabueso comienza a caminar hacia el grupo apagando las llamas de su cuerpo, pero aun así era fácil distinguir en su piel el fuego que había dentro de él, literalmente.
Por un momento percibo el rugido de Scott y de Ellie, y una increíble energía me atravesó por todo el cuerpo. Pero no le pude prestar atención a eso cuando Theo tiene sus garras en el cuello de Lydia.
-Retrocede -le exige Theo a Parrish.
No obedece y Tracy suelta a Valack.
Me tenso cuando veo como lastima con sus garras el cuello de Lydia y Parrish se detiene.
-Ataquen.
-El tipo está ardiendo.
Sus miembros estaban asustados.
-Sanarás. ¡Hazlo!
Tracy fue la primera en atacar y en un movimiento rápido le clava sus garras llenas de veneno en el costado de su estomago. Nada sucede y recibe un golpe que la manda al suelo.
El siguiente que actúa es Josh, rompe los conductos que están en la pared y toma los cables para recargarse así mismo. Voltea cuando se acerca Parrish y coloca su mano en su hombro dándole descargas eléctricas, pero no le hacía efecto.
-¡Theo, esto no está funcionando!
Parrish lo ataque con un golpe en su pecho y lo deja lastimado en el piso.
Todos estábamos tan metidos en lo increíble que estaba siendo el sabueso infernal que no nos dimos cuenta cuando Valack se arrastra por el suelo hasta Theo y ocupa el taladro para herir su pierna.
Lydia cae de rodillas cuando la suelta y Valack con el mismo aparato lo golpea en el rostro.
-Lo siento, Theo, aún no termino con ella.
Me inquieto. Soy consciente de que va a seguir taladrando su cabeza en busca de respuestas.
Corey ataca a Parrish, pero no me dedico a observar como terminaba igual que el resto. Aproveché mi ventaja de que la manada de Theo estaba herida y me coloque enfrente de Valack para impedirle el paso y este voltea cuando Corey comenzó a gritar cuando Parrish se incendia y en el proceso lo quema a él. Luego lo lanza hacia nosotros, Valack reacciona a tiempo, en cambio yo reaccione tarde, su cuerpo me golpeo y ambos caemos al suelo.
Me quejo adolorido por el impacto pero no me importa, no cuando veo que Valack aprovecho su oportunidad de escapar arrastrando a Lydia consigo. Me quito el cuerpo con esfuerzo y veo a Parrish con una tubo de metal atravesando su cuerpo.
Me levanto como puedo y corro hacia Valack, pero la puerta en donde entra se me cierra en la cara y ya la tarjeta que tengo no sirve.
-¡Lydia!
Golpeo la puerta con desespero.
-¡Lydia!
Con mi cuerpo golpeo la puerta y el dolor que sentía era lo de menos, mi desesperación por llegar a ella era más grande.
-¡Lydia!
No me rindo y sigo intentando hasta que siento como Theo me hace a un lado.
-Déjame intentarlo -con solo patear la puerta la logra abrir haciéndola añicos.
No me dedico a perder el tiempo con él y salgo corriendo por los pasillos.
-No la vas a encontrar sin mí.
No lo escucho y sigo corriendo hasta llegar a a una puerta con lector de tarjeta, pero se encontraba abierta.
-Stiles.
Como lo detesto.
-Yo también la quiero fuera de aquí.
Me volteo hacia él irritado.
-Percibo su aroma.
-¿Qué quieres?
-¿Qué importa? Yo puedo encontrarla. Tú no.
Tenía razón, pero no confiaba en él.
De pronto su vista viaja hacia una pequeña ventana, la cual salia vapor de ella y no me queda de otra que seguirlo dentro del cuarto. Habían varios pacientes en las duchas, pero estos eran inofensivos. Mostraron temor al vernos y Theo aparta uno que estaba justo en una rejilla.
-Conduce a los túneles, ¿no es así?
Ambos nos agachamos para observar la escalera que guiaba hacia los túneles.
-Son kilómetros y kilómetros de túneles. Ya podrían estar en cualquier parte.
-Es por eso que lo vamos a intentar.
Abre la raja y comienza a bajar por la escalera y no me queda más opción que seguirlo. Una vez abajo sigo siguiéndolo hasta que noto como comienza a disminuir su paso y se apega a los ductos de la pared.
-Creí que percibías su aroma.
-La perdí.
-Pues, encuéntrala.
-¿Qué hueles aquí abajo, Stiles?
Lo odio.
-Químicos y materia fecal. Aunque estoy seguro que la materia fecal eres tú.
-Yo también lo huelo. Es todo lo que huelo y es por eso que intentaré otra cosa, para que te calles y me dejes concentrar.
-La voy a encontrar.
No me iba a quedar quieto a esperar que recuperara el aroma de mi chi... Lydia.
Siento que me sigue.
-Sabes que no lo harás, Stiles. Vas a tener que confiar en mí.
-¿Confiar en ti? -me giro de golpe hacia él- ¿En el tipo que asesinó a su hermana a las nueve años?
-Sí, tenía nueve años -confirma dando un paso hacia mí-. También creía que un tipo de traje rojo bajaba por la chimenea para dejar regalos. Así que cuando se presentaron tres personas con mascaras de cuero y me dijeron que mi hermana quería que tuviera su corazón, también les creí.
-Así que la descuartizaste y la mataste. Es una hermosa historia.
-La vi caer al agua y congelarse en minutos. ¿Crees que tenía idea de lo que estaba pensando?
No lo sé en verdad, puede que se pueda justificar sus acciones porque tenía nueve años, pero ahora es un adolescente que puede racionar de lo bueno y lo malo. Lo único que a hecho desde que apareció es cumplir sus objetivos macabros sin importarle las consecuencias ni la acción para ejecutar sus planes.
-Yo creo que la empujaste y que lo disfrutaste.
El grito de Lydia comenzó a escucharse por todos lados y miro a mi alrededor intentando captar de donde provenía.
-¿De dónde vino eso?
-De todos lados.
Maldita sea.
Comienzo a correr sabiendo que ya no quedaba demasiado tiempo y ya estaba comenzando a desesperarme mientras voy por los túneles sin poder encontrar el camino a Lydia.
Todos los pasillos lucían iguales, nada diferente, ninguna maldita serpiente comiendo su cola para poder guiarme, nada. Incluso llegue nuevamente hacia Theo y saber que corrí en círculos se pone de peor animo.
-Nada.
Cierro mis ojos soltando un largo suspiro, ¿cómo puede ser posible que la hayamos perdido? La tuve conmigo pero no lo suficiente.
-Bien, eres tan inútil como yo.
-Solo quiero salvar su vida.
Ya me tiene arto, aún no olvido como por su culpa Lydia cayo en un estado catatónico y luego la lastimo para obtener a Parrish.
-Basta de tus patrañas altruistas. Quieres a Lydia porque ella te llevará con Parrish, y quieres a Parrish porque él te llevará con la Bestia.
Se voltea dándome la espalda.
-¿Y? También la quiero muerta.
-Después de tomar sus poderes, ¿cierto?
Eso hizo que nuevamente me mire.
-Ya sabemos porque tienes las garras.
Niega y voltea hacia los conductos.
-Sabemos que estás buscando a Deucalion.
-Encontré a Deucalion.
Bingo.
-Y sí, tienes razón. Ayudaré a Parrish a detener a la Bestia y le quitare su poder. Luego voy a romperle el cuello.
Es obvio que lo va a hacer... pero ahora eso no estaba siendo mi interés principal.
-Quizás no soy el bueno para ti, pero tal vez termine siendo quien les salve el pellejo.
Los ductos están conectados por todos lados, sirve como un transmisor.
-Rómpela.
Me acerco viendo los tubos.
-¿Qué?
-El sonido viaja por la tubería -me fastidio su cara al no entenderme-. Oirás mejor, tarado. Rómpela.
Me miro mal, pero agradecí que me hiciera caso y con su puño rompe una parte de la tubería, lo suficiente como para que logré oír.
Acerca su oído al agujero de la tubería y espero ansioso a que me de una respuesta. Pasan los segundos y el simplemente comienza a correr, lo sigo y note que iba más orientado en el camino que tomaba. Llegamos hasta una doble puerta y alcance a oír al doctor Valack hablarle a Lydia.
-¡Lydia!
Theo golpea con su cuerpo la puerta varias veces y no entiendo como no lo logra.
-¿Qué diablos haces? Abre la puerta.
-¡Eso intento!
Mi corazón late frenético en mi pecho, no lograba ver que pasaba adentro ni en que condiciones la tenía. De la nada se escucha su potente grito y con Theo tuvimos que cubrirnos los oídos ante el dolor que causaba la frecuencia de su poder vocal. Pasan los segundos y el grito se detiene. Ambos estábamos agitados y Theo toma la manilla de la puerta para abrirla, pero esta sola se sale.
Mi corazón más se agita. Hago a un lado al idiota y empujo la puerta abriéndola por completo dejándome verla al fin. Corro hacia Lydia, su cabello estaba más húmedo y se encontraba sentada una camilla mientras estaba conectada con dos aparatos en cada lado de su rostro.
-Lydia...
Exhalo cuando mis manos viajan a su rostro y compruebo que realmente estuviera bien.
-Tú... regresaste.
Le quito los aparatos del rostro sintiendo tantas emociones fuertes embargarme de golpe con solo tenerla de frente a mí, mirándome de esa forma.
-Te sacaremos de aquí, ¿sí?
-No puedes, es demasiado peligroso.
Nuevamente con eso, me daban ganas de callarla con un beso...
Fijo mi vista en sus ojos grandes y verdes.
-Lydia, cállate por favor y déjame salvarte la vida.
Sigo sosteniendo su rostro con una mano y la sonrisa que me regala cuando se recarga en ella hace que todo mi mundo gire alrededor suyo.
Rodeo su cuerpo con mi otro brazo y la ayudo a colocarse de pie.
-¿Estás bien?
Asiente y la llevo conmigo en busca de la salida.
-Bien. Intenta mantenerte de pie. El plan no resultó muy bien, así que voy a necesitar de tu ayuda, ¿si?
-¿Tenías un plan?
Odiaba que estuviera sintiendo dolor.
-Sí. Era bueno en escrito, pero no tanto en la realidad.
Abro la puerta que nos lleva a la casa Eichen y siento como Lydia se resbala de mis brazos al dar el paso. Volteo hacia ella quien sostiene su cabeza con dolor.
-Ya no puedo aguantarlo. ¡No puedo!
-¡Lydia!
-¡Stiles, corre! -me suplica entre quejidos.
Me agarran por el hombro haciéndome para atrás y por la impresión casi caigo al suelo pero justo entonces me sostiene Scott y me hace para atrás cuando el grito de Lydia llega como una onda arrasando a su alrededor y levanta polvo a nuestro alrededor dejándonos sin vista de lo que sucede.
Los cuatro volteamos cuando el grito cesa y vemos a Parrish cargar a Lydia. Ella aún estaba sufriendo.
-¿Por dónde?
-Por aquí. Vamos -señala Scott y comienza a caminar.
Ellie tiene que sujetarme del brazo para que comenzara a avanzar junto con ellos.
-Hay una reja adelante.
-¿Qué hay de Mason? -pregunta Ellie hacia Liam.
Nuestro famoso plan B, o como nosotros nos gustaba decirle: la improvisación.
-En eso anda. Confía en mí.
Seguimos el paso intentando llegar lo más pronto posible a la salida.
-¿Qué...? ¿Qué pasa?
Escucho preguntar a Lydia y Parrish le responde que era el plan B.
-¡Liam, despacio!
Estaba avanzando mucho y Parrish no podía andar con Lydia corriendo por todos lados.
-¡Liam, espera!
Liam llega hacia la reja y con sus manos la agarra recibiendo una descarga eléctrica leve y la empuja dejándonos el camino libre.
-Se los dije -se emociona cuando nos ve y vuelve a correr.
Los tres nos miramos antes de volver a perseguir a Liam hacia el final del lugar y subir por las escaleras hasta salir por el conducto que se encontraba afuera de la entrada de Eichen. Fue complicado pero lo importante es que ya logramos la parte complicada del plan, que era salir. Ahora debíamos apresurarnos para llegar con Deaton y que revise a Lydia.
Malia estaciona mi jeep enfrente de nosotros y ambas se bajan para acercarse a Lydia.
-¿Está bien?
-No, tenemos que irnos -Scott voltea hacia Malia-. Dame las llaves. Tenemos que llevarla a la clínica.
Parrish de un segundo a otro suelta a Lydia y se va de golpe encima de Ellie, quien por la sorpresa del impacto se va hacia atrás, pero Parrish alcanza a mortiguar el golpe tomándola con una mano sobre su cintura y la otra la recarga en el auto que estaba estacionado detrás del mío. Todos vemos su arañazo en la espalda y volteamos hacia Tracy, quien tiene agarrada a Lydia con sus garras.
Esa chica es un grano en el culo.
-Lo siento, pero ella vendrá conmigo.
-Espera, Tracy. No sabes que va a pasar -Scott interviene.
-Me la voy a llevar. Eso es lo que pasará, y ninguno de ustedes me lo impedirá.
Le da la corriente y termina en el suelo electrocutada.
Voy donde Lydia y la agarro viendo con impresión a la señora Martin sosteniendo un bastón eléctrico.
-¿Ahora puede alguien sacar a mi hija de este infierno?
No tiene que decirlo dos veces. Scott, Ellie y yo nos encargamos de ir con Lydia en mi auto hacia la veterinaria. Yo iba en la parte trasera con ella en mis brazos mientras que Scott iba conduciendo y Ellie de copiloto.
- Scott -lo llamo cuando veo que tiene problemas para pasar el cambio.
-Sí, estoy tratando.
-Estamos cerca.
Asiento hacia Ellie y volteo para mirar a Lydia quien se mantenía aguantando el dolor que sentía.
-Ya casi llegamos, Lydia, solo aguanta, ¿si? -suplico.
Su rostro estaba bañado de sudor ante el dolor y la fuerza que estaba utilizando para aguantar lo que sea que estuviera escuchando. De la nada grita, pero fue rápida en aguantarlo. Dolío y eso me hace pensar en lo mucho que se estaba conteniendo...
-Lydia, Lydia... Mira. Vas a superar esto, ¿sí? -apretaba fuerte su rostro y acaricie su mejilla-. Lydia, mírame, vas a sobrevivir.
Tiene que.
Lydia abre sus ojos y me observa por unos leves segundos antes de hablar en voz baja.
-Pero tú no.
Sabía por que lo decía, era por la sangre que había salido de mi oído izquierdo cuando grito. Pero era lo de menos en estos momentos así que acaricio su mejilla sin dejar de verla a los ojos.
-Scott...
-Lo sé.
Scott pasa a cuarta y el auto aumento de velocidad.
Tan pronto como llegamos a la veterinaria, Deaton estaba en la espera con todo listo para atender a Lydia.
-Subanla sobre la mesa -ordena Deaton y la cargo para dejarla acostada sobre la mesa.
Ellie se acerca a Deaton siguiendo las indicaciones que le da este y Scott se pone del otro lado de la mesa.
Lydia se queja por el dolor.
-¡Sujétenla! -pide Deaton y nosotros dos obedecemos.
Todo comienza a vibrar a nuestro alrededor cuando otro quejido sale de la boca de Lydia.
-Doc, ¿podría hacer algo? -pregunto con desespero al saber que en cualquier momento Lydia iba a soltar un potente grito.
-Lo haré, pero ahora necesito que la mantengan quieta.
Deaton y Ellie se acercan, y cuando alzo la vista veo al doctor con una jeringa en manos.
-Quieta -le pide a Lydia y coloca dos dedos sobre su cuello.
-¿Qué diablos es eso? -exijo saber.
-Es muérdago.
¡¿Que?!
- ¿Muérdago? Tiene un maldito hoyo en la cabeza.
Lydia se remueve y Ellie viene hacia mi lado para ayudarme sujetar a Lydia al ver como estaba perdiendo los nervios ante la situación.
Vuelve a quejarse cuando Deaton comienza a ingresar el muérdago por el agujero en su cabeza y siento como las lágrimas comienzan a acumularse en mis ojos.
Odio verla así.
De pronto se sienta de golpe en la mesa y grita haciendo que todo comience a temblar a nuestro alrededor y los vidrios explotan. Ni siquiera lo pienso cuando me voy encima de Lydia para protegerla del cristal, ni pienso en mí ni en el resto. Solo me importa ella.
El movimiento se detiene y miro a mi alrededor agitado. Todo estaba hecho un desastre, pero al menos Deaton, Scott y Ellie se encontraban bien.
Bajo mi vista para ver a Lydia, pero tenía los ojos cerrados y no estaba respirando.
-No...
Llevo mis manos a su rostro y con mis dedos le corro con cuidado los pequeños cristales que quedaron en sus pestañas.
-Lydia -la llamo con un hilo de voz- ¿Lydia?
Esto no puede estar pasando, no a ella.
Scott y Ellie se acercan a la mesa.
-¿Lydia?
Necesito que me responda, un gesto, una maldita señal o algo que me indique que va a estar bien.
Yo la amo. La amo desde el primer momento en que la vi, y a pesar de que hubo un periodo en que creí superarla, todo fue una mentira que yo mismo me hice creer.
Nunca dejo de importarme.
Jamás, ni una sola vez.
-Lydia, vamos.
No quiero perderte.
Aún quiero verla y adorarla en silencio, por más que el sentimiento no sea correspondido, por más que nunca volvamos a repetir ese beso que nos dimos en el pasado, no me importa tener que volver a estar como en el pasado. Solo quiero que ella habrá sus ojos y sea el centro de todo mi maldito universo. Que brille de la forma en que siempre lo hace y...
Se me hace un enorme nudo en la garganta cuando me doy cuenta de que no va a despertar.
-No, no, no, no, no. Vamos, Lydia. Despierta.
La agarro con firmeza de su rostro y la sacudo intentando no ser brusco por más que me sienta desesperado.
-Vamos.
No paro de suplicarle.
-Despierta. ¿Puedes oírme? Lydia.
Me inclino más hacia ella ansiando que despierte.
-Lydia, abre los ojos. Vamos, vamos -paso mi mano por su cabello sin quitarle la vista encima-. Vamos. Escúchame, Lydia.
Me inclino más hasta casi rozar mi nariz con la suya.
-Lydia, solo abre los ojos, ¿sí? Lydia, tienes que abrir los ojos.
Mi labio inferior tiembla.
Me niego a esto.
-Lydia... -susurro su nombre sin dejar de suplicarle que regrese a mí.
No puedo contener las lagrimas ante el dolor que me causa ver al amor de mi vida como un cadáver en la mesa quirúrgica.
Todo estaba en silencio a mi alrededor, pero solo podía enfocarme en su rostro con miles de pensamientos rondando por mi mente. Como cuando la vi por primera vez, cuando fuimos al baile juntos, el beso, los momentos que hemos compartido solo los dos.
No puedo aceptar que ya no este con nosotros.
Me vuelvo a inclinar hacia ella y mi vista baja a sus carnosos labios rosados cuando los separa y suelta el aire de golpe.
Suelto el aire que estaba conteniendo y ella por fin abre sus ojos. Por un momento parece perdida, pero cuando sus ojos conectan con los míos parece acordarse de lo que sucedió.
-¿Estás bien?
Asiente con lagrimas en los ojos y yo suspiro aliviado.
-Estás bien.
Ella extiende su mano hacia mi y la agarro entrelazando nuestros dedos. Respiro hondo cuando la emoción me embarga al sentir su tacto cálido contra el mío.
No me siento capaz de expresar todo lo que estaba sintiendo en estos momentos, pero lo que sí tenía claro es que no puedo quitar mi mirada de ella y de sentirme aliviado.
El mundo no sería el mismo sin Lydia Martin.
Yo no sería el mismo.
-¿Quieres sentarte? -asiente y miro por un momento a los chicos-. Ayúdenme.
Agarro a Lydia de la cintura y Scott por la espalda la empuja para que pueda sentarse mientras pasa su mirada por cada uno de nosotros hasta que su vista se enfoca en la entrada.
-¿Mamá?
La señora Martin estaba junto a Alex teniendo la vista fija en su hija.
-Linda...
Sus ojos se llenan de lagrimas cuando se acerca a Lydia y la envuelve en sus brazos. Yo me alejo para darles su momento de madre e hija. Puedo imaginarme lo mucho que lo deben necesitar.
-Me salvaron la vida, mamá.
Lydia sonríe y sus ojos se encuentran con los míos.
-Stiles me salvó.
Lo hice, y lo haría todas las veces que fueran necesarias para que ella este a salvo.
-No voy a pagar las ventanas -le señalo a Deaton y mi sonrisa de felicidad no la podía ocultar.
Ella de verdad había vuelto y eso me era suficiente.
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