
Capítulo 22
"El Sabueso Infernal"
POV ELLIE
Me acerco a ellos en el momento en que abren el mecanismo para que la pared se corriera a un costado y el primero en notarme fue Gerard y parecía molesto por venir sola.
- Espero que hoy si venga el hellhound, no hay tiempo que perder niña.
Ruedo mis ojos.
- Se lo que hago viejo.
Mi padre se acerca molesto.
- Deberías estar en la escuela.
- Lo sé, papá -pestañeo con inocencia-. Pero esto es importante, así que no te preocupes por la escuela, tengo las mejores calificaciones.
Suspira negando y acaricia mi cabello antes de acercarse y darme un beso en la frente.
- Que sea la última vez, aunque tengas una mente brillante, no debes dejar esa responsabilidad de lado.
Asiento con una leve sonrisa y ambos entramos teniendo la criticona mirada de Gerard sobre nosotros. Una vez que entramos el mismo mecanismo hace que la pared se cierre y continuamos con la investigación que quedó pendiente.
- ¿Dónde se supone que se encuentra la lanza? -me acerco al viejo.
- Hay teorías, pero ninguna certera para nuestra mala suerte -saca un libro y comienza a hojearlo-. Pero tengo el presentimiento de que está cerca, tiene qué.
- Eso podría ser una causa perdida, pero debemos encontrarla. Solo así podremos acabar con la Bestia de Gévaudan.
Lo miro.
- Solo nosotros podemos acabar con esto, de la misma manera en que Marie-Jeanne lo hizo.
Sonríe de costado y vuelve su atención al libro.
- ¿Dejarías a tu compañero fuera de esto?
- Claro que no, esto nos compete a todos.
Miro de reojo a mi padre, quien estaba en la otra esquina revisando los químicos que se encontraban en una repisa. Parecía absorto en lo que hacía, pero sabía que estaba atento a la conversación.
- Solo que la muerte de la Bestia va a ser por la mano de un Argent, de nadie más -decreto y eso pareció gustarle.
- ¿Y tus amigos estarán de acuerdo con eso?
Me cruzo de brazos entrecerrando mis ojos, mirandolo de maner crítica.
- Voy a arreglar tus mierdas, porque fuiste tu quien mancho nuestro apellido y ahora como la líder debo reconstruir nuevamente el legado que por derecho me pertenece.
- Es hipócrita de tu parte culparme de manchar nuestro apellido cuando todos hablan de como el último miembro de nuestra familia rompió el código y terminó aliándose con el enemigo.
Touché.
- No me voy a defender, no sacó nada dandote explicaciones. Aun así, ten en claro que me va a importar una mierda si vienen para cazarme. Tengo aliados, tengo el poder suficiente como para corregir todos nuestros errores y comenzaré haciendolo cuando asesiné a la Bête.
Doy un paso hacia el para hacerle frente.
- Ten en claro que cuando encontremos la lanza, no vas a sacar nada matandola tú -mis palabras no le afectan, pero sé que eso es lo que quiere hacerme creer-. Tu período de grandeza ya pasó. Ahora viene él mío y ni siquiera Scott me lo va a impedir.
Solo sonríe y yo me voy para el otro lado para dejar zanjada la conversación.
De pronto, me giro en el momento exacto en que note la presencia de alguien más a través del muro. Mi padre también lo notó y preparó su arma cuando alguien estaba a punto de abrir el mecanismo.
- Quedate aquí.
Le hago una seña a mi padre y juntos vamos a la otra sala, cerca de la puerta en posición de defensa para enfrentar a lo que sea que esté del otro lado. La pared se mueve y papá dejó lista su arma cuando la puerta de enfrente de nosotros fue abierta. Scott y Liam aparecen y se enfocan en mi padre y en el arma que porta, aunque rápido la baja con alivio de que fueran ellos y no otra cosa.
Yo no sentí alivio para nada, ya que Scott posó su mirada en la persona que venía detrás de nosotros.
Anoche lo puse en contexto, pero no por completo. Antes de eso, deseaba saber la opinión de papá, pero no hemos tenido la oportunidad de hablar.
- No lo hicieron.
Liam estaba confundido.
- Tenía que hacerlo -confiesa mi padre.
El viejo se acerca colocándose entre mi padre y yo.
- Hola, Scott.
Los ojos de Scott se encienden con superioridad, dejándole en claro a Gerard que ya no era el mismo niño que conoció tiempo atrás y eso a Gerard, le molesto.
- No he visto ese color en ti -sonríe de costado y me sorprendió cuando siente cierta simpatía-. Te va bien.
Scott comparte una mirada conmigo antes de que yo pestañeé y ambos volvemos a nuestra tonalidad de ojos normal de nacimiento.
- ¿Quién es el viejo? -pregunta Liam totalmente perdido.
- Por ahora me llamarían un mal necesario.
Gerard sonríe mirando hacia mi padre y a mí, muy consciente de que todos odiamos el hecho de que lo necesitamos.
- Pero puedes llamarme Gerard.
- ¿En que estabas pensando?
Scott interrumpe mirándome con molestia y yo no sabía que responderle, ya que todo esto fue idea de mi padre. Aunque, ahora entendiendo, se que hizo bien.
- Lo necesitamos.
- Tiene razón. Si atrapas a un hombre lobo como la Bestia de Gévaudan, vas a necesitar más que un Argent.
Nos señala el viejo y mi padre se acerca a Scott.
- Él conoce todas las historias. Todo el folclore. Todo lo escrito y todo lo transmitido.
Scott se pone enfrente de mi padre.
- ¿Estás seguro de esto?
Piensa un momento antes de responder.
- Echa un vistazo.
Todos vamos a la sala del laboratorio donde salía la pintura en la pared, y me acerco para que Scott pudiera entenderlo.
- El de la derecha es la Bestia de Gévaudan. ¿Sabes qué es el otro?
Niega.
- Es el hellhound.
- El guardián de los lugares sobrenaturales. Ambos son criaturas de la noche, pero tal vez las conozcas como gente normal durante el día -explica Gerard.
- Y lo más seguro es que ninguno sepa lo que son -apoya mi padre.
Scott y Liam se miran entre sí.
- ¿Qué sucede?
- Hallamos un mensaje en latín -me mira y luego se pierde en su mente-. Damnatio memoriae.
Ay, no. Es la condenación de la memoria. Miro a mi padre y luego al viejo, los tres lo entendimos.
- Quieren que se recuerde a sí mismo.
- Eso tal vez nos dé tiempo.
Ambos asentimos hacia mi padre y los chicos parecían más que perdidos.
- ¿Tiempo para qué?
- Para prevenir esto.
Mi padre señala la pintura enfrente de nosotros y da varios pasos hasta acercarse a la pared y con su pie patea la parte de abajo del cerámico para quebrarla y que vieramos el resto de la predicción.
Liam estaba horrorizado.
- ¿Quienes son ellos?
- Nosotros -Scott comenzó a respirar de forma jadeante cuando se dio cuenta-. Somos todos nosotros.
La lucha entre la Bête y el Hellhound iba a provocar la muerte de todos nosotros en Beacon Hills y nadie estaba capacitado para detener a los precursores de la noche, salvo una persona en particular y ella podría ser nuestra única oportunidad.
.
.
(...)
.
.
Una vez afuera, me recargo en mi auto con aburrimiento. No he tenido tiempo de casi nada, ni siquiera para ir a visitar a mi mejor amiga a la casa Eichen, quien estaba aún catatónica e iba a estar muy molesta conmigo por estar en estos momentos perdiendo clases en materias importantes. Siempre hemos tenido un orden y respetado lo que es la escuela y lo de las investigaciones, pero en estos momentos, mi situación es crítica y necesito poner todo mi tiempo en encontrar una manera de acabar con mis enemigos antes de que acaben conmigo.
La lanza es mi única oportunidad para acabar a la Bête, pero cabe la posibilidad de que solo sea un mito, este perdida, modificada o ya ni siquiera exista.
Lo bueno es que Scott había recibido una llamada de Malia, en donde le indicó que estaba en la veterinaria y había rescatado a Deaton de las garras de la loba del desierto. Una historia bastante larga que tendrá que explicar Tate, pero nos dejó más aliviados con la noticia de que el veterinario ya esté de vuelta y a salvo. Es por esa razón que alfa y beta partieron para ver a nueatro fiel aliado, sin poder acompañarnos a lo que iba a pasar a continuación.
El rugido de un motor acercándose hace que preste atención a mi alrededor y veo la camioneta de Alex con Parrish y Isaac dentro de ella.
Espero con paciencia a que mi beta acomode el vehículo. Luego los tres se acercan a mí y le hago una señal a Alex y a Isaac para que me dejen un momento con Parrish. Isaac no pareció entenderme y mi beta tuvo que arrastrarlo dentro de la bodega para que Parrish y yo pudiéramos estar a solas.
Hoy estaba vestido de civil y se encontraba bastante serio, pero con la interrogante en su mirada de porque estamos los dos solos. No quería indagar en sus emociones, pero me fue inevitable no sentir como su cuerpo reaccionaba ante mi y eso era muy malo.
- Hola, Parrish.
- Ellie.
Sus ojos recorren mi cuerpo y yo no le quito lo mirada de encima. Soy consciente de que hoy mi atuendo es provocador, aun así, no es mi culpa tener pechos y que el escote del body resalté esa zona en especifico y que los jeans luzcan el largo de mis piernas.
Soy hermosa y eso no lo voy a esconder ante nadie.
- Antes de ir con mi padre, necesito que tú y yo tengamos una conversación.
Respira hondo antes de soltar el aire de golpe y vuelve su vista a mis ojos.
- ¿Sobre qué?
- ¿Por qué no puedes superarlo? -voy directo al grano-. Pensé que con lo que conversamos íbamos a estar bien y tú ibas a olvidar lo que viste.
Su cara fue de total desagrado, él no quería tener esta conversación pero no lo iba a dejar irse así de simple. Necesitaba resolver esto, ya no quiero agregar más problemas a la lista.
Sobre todo ahora que sé que mi novio puede llegar en cualquier momento.
- ¿Crees que no soy consciente de eso? -se molesta y da un paso hacia mí-. No sé como, pero siempre apareces en mis sueños sobrenaturales y sabes que esos sueños muchos parecen ser vividos y tú... estabas en ellos y siempre cercana a mí.
Alzo mis cejas con sorpresa.
- ¿Qué?
- Y ya no lo toleró Ellie, el tener que luchar constantemente por no tocarte, besarte, adorarte como quiero hacerlo -quede sin aliento cuando de golpe se apega a mi, dejándome atrapada entre él y mi auto. Me tomó por sorpresa-. Es una tortura, porque por más que lo intento, no puedo sacar la imagen de ti en mi carro tocandote para que te vea y menos cuando estabas desnuda en mi ducha. No puedo olvidar el sabor de tus labios, la suavidad de tu piel y de como gemías cuando tocaba tu deliciosa humedad.
Se me seca la boca.
- No alcancé a saborear esa parte como me hubiese gustado y es una lástima porque de seguro sabes delicioso. Fue un sueño, pero no puedo olvidar lo real que se sintió.
Me sentí tan sofocada que coloqué mis manos en su pecho para apartarlo de mí, pero no pude. Parrish estaba tan firme que por un momento sentí que parte de su poder estaba ahí de manera inconsciente y eso era peligroso, más para mí que para él.
- Tienes que detenerte.
- No quiero.
De un movimiento rápido me pone de espaldas y vuelve a empujarme contra mi auto. Siento como rápido se acerca a mí y como algo duro y caliente se apega a mi trasero causando que jadeé ante la sorpresa.
Mierda, si es grande.
- No quiero, no cuando me muero por ti.
- Parrish...
Muevo mis manos para intentar golpearlo, pero con una mano agarra mis muñecas dejándome inmovilizada... y a su completa mercerd.
Doble mierda.
¿Cómo terminamos así? Solo deseaba llegar a un acuerdo y seguir en paz.
- Hueles tan bien.
Siento su nariz pegado a mi cuero cabelludo y eso manda escalofríos por todo mi cuerpo. Mi corazón martillaba tan rápido en mi pecho ante los nervios, no sabía que hacer.
Me tenso cuando su mano libre recorre mi cadera hasta llegar a mi cintura y de ahí poco a poco sube hasta al gran escote de mi espalda causando escalofríos en esa zona.
- Tienes que parar -vuelvo a repetir en un hilo de voz.
- Y yo quiero follarte, por favor -súplica con la voz ronca y pega mis caderas a él dejándome sentir su dureza tras su pantalón-. Déjame tenerte.
¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
- No. Jamás me vas a tener, no cuando estoy comprometida con Derek, con el padre de mis hijos.
Eso último pareció hacerlo reaccionar y siento como me suelta. Rápido me volteó exaltada y notó lo muy afectado que él estaba, quería ayudarlo pero no sabía como hacerlo sin tener que comprometerme en ese aspecto.
- Voy a ser muy honesta contigo. Si te hubiera conocido antes, de seguro hubieramos tenido una buena química en el sexo y yo libremente hubiera accedido a todo lo que quisieras hacerme -ambos estabamos jadeantes e intentando controlar la respiración-. Pero conocí a Derek primero y desde entonces no he podido mirar a otro hombre de la misma forma, menos ahora que tenemos hijos y es con él que quiero pasar mis días, compartir la cama, momentos, la vida misma si es necesario. No sigas insistiendo, porque yo no le haría algo así a mi pareja.
Tenemos una promesa.
- Ellie, de verdad lo siento.
Me da la espalda pasando sus manos por su cabello con frustración.
- Se que lo haces, pero ya estoy llegando a mi límite contigo. Me caes bien, te aprecio como amigo, pero nunca voy a acceder a lo que me pides.
- Y yo también te apreció, sobre todo como amiga, es por eso que no entiendo como puedes tenerme así -se gira exaltado señalando sus pantalones.
Bajo mi vista a su entrepierna y sí que lo noté.
- Tienes graves problemas y si no quieres perder mi amistad -lo miro a los ojos con seriedad-. Será mejor que te quites las ganas con otra o utiliza cualquier otro método que te parezca mejor a ti, pero a mí, y vuelvo a repetirlo, jamás me tendrás de ese modo.
Nunca.
- Será mejor que bajemos y que esa erección se baje ya, si no quieres que mis acompañantes se den cuenta y considero necesario recordar que mi padre tiene una buena puntería.
Asiente alzando las manos.
- Lo captó.
Comienzo a caminar intentando calmar mis emociones, necesitaba mantener un bajo perfil y concentrarme netamente en lo que necesitábamos corroborar y luego poder ir al siguiente paso.
Nos alejamos de los tuneles en caso de que Parrish pudiera llamar de cierta forma a la Bestia. Según el viejo, si queremos asegurarnos de que verdad es el hellhound, tiene que ser en un lugar relativamente seguro.
Parrish me sigue en silencio, había tomado el control del asunto de la mejor forma y esperaba que con eso ni mi padre ni el viejo sospechen algo. No quiero dar explicaciones de como sucedió todo, me da vergüenza y prefiero mil veces mantener esto en secreto.
Lamentablemente los lobos si se iban a dar cuenta, pero a ellos los puedo manejar sin culpa alguna.
Entramos donde estaban todos esperándonos y mi padre le pide a Parrish que vaya inmediatamente al grano, sin rodeos y nos cuente lo que deseamos saber. Un poco incómodo comienza a hablar y yo me recargo en el mueble junto a mi padre ya sabiendo parte de su historia.
- Fui parte se un equipo DAE en Afganistán. Desactivación de Artefactos Explosivos, manejábamos bombas.
- ¿Y antes de eso?
Cuestiona papá a mi lado.
- La preparatoria.
Gerard toma un libro y lo acerca a Parrish abriendolo en una página en específico. La imagen de un sabueso mirando hacia un cadáver, ambos estaban sobre varios troncos de un gran árbol.
El nemeton.
- ¿Qué se supone que es eso?
Isaac con curiosidad se acerca junto a Parrish para ver el libro.
- ¿Hombre lobo?
- No -niega Gerard-. Se llama Hellhuond.
Todos lo miramos y Parrish captó por donde iba todo esto.
- ¿Qué más recuerdas de Afganistán?
Le preguntó mientras lo rodeó y él se pierde un momento en sus pensamientos. Alex aprovecha de acercarse y Isaac queda atento junto a mi padre.
- Dijiste que viniste a Beacon Hills porque te atrajo -el viejo toma el soplete avanzando hacia el oficial-. Escondiste los cadáveres de las quimeras.
- Te resistes al fuego.
Papá lo rodea por detrás y eso lo alertó más.
- Nos preguntábamos que tan ignífugo eres, agente.
Gerard enciende el soplete y Alex lo agarra por detrás para inmovilizarlo, tomandolo por los brazos y dejándolos firmes atrás de su espalda. Tal como lo hizo conmigo hace un rato allá afuera, solo que a mí me tomó de las muñecas y ahora él era el inmovilizado.
¿Será el karma?
Un escalofrío me recorre por la espalda y Alex lo nota, pero no dice o insinúa algo, solo se queda atento a los siguientes movimientos de Gerard. Claro que Isaac se quedo divertido y muriendo por la curiosidad de saber que había pasado.
Él muy maldito.
- ¿Qué diablos estás haciendo? -le reclama al viejo intentando librarse del agarre de Alex.
No dejaba de ver con terror la flema que se acercaba él.
- ¡Ellie! ¡Pará esto ya!
Mi padre lo agarra del rostro para que dejará de moverse y yo me muevo para estar enfrente de ellos para no perderme de nada.
La llama del soplete se acerca más a su rostro, específicamente directo a su ojo y a penas llegaba la punta de la flama a sus pestañas, sus ojos cambian. Ruge con los colmillos al aire y se suelta del agarre de Alex. Todos retrocedemos un paso ante la sorpresa.
Parrish nota su reflejo en un espejo.
- ¿Hellhound?
Voltea hacia mi padre agitado y este asiente aún impactado por lo que significaba esto.
- ¿Y si te equivocabas? ¿Me hubieras sacado el ojo?
- Sí.
Gerard miraba con fascinación a Parrish, por lo que había descubierto y lo que significa su ser.
- ¿Este tipo es tu abuelo?
Estaba indignado el pobre.
- No fue mi elección -me defiendo.
Isaac golpea su hombro de manera amistosa y eso hace que Parrish vaya relajandose de a poco. Él pobre va a tener que asimilar mucho, más cuando le terminemos de explicar la parte en que tiene que perseguir a la Bestia de Gévaudan.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro