La doble cara del Amor
-Mire esto- levanto su dibujo feliz –Es mi Papá, Marcus y yo- dijo orgullosa por su dibujo.
Miro frustrado por no tener algo de paz –Ah ni toda la condena que me dieron es peor que esto-
Eliza inflo sus mejillas –Bueno si no te gusta puedes irte- bajo el dibujo y miro como el extraño se sobresalta –Oh cierto usted no puede irse ya que no tiene fuerzas para levantarse- se buzo del extraño –Blah- le saco la lengua triunfante.
Miro enfadado a la niña, si no fuera por el maldito de Miguel ahora podía estar lejos de aquí realizando su maldita venganza pero claro no todo es fácil en el mundo está condenado a soportar una niña insolente -¡Porque no te vas de una vez!-
-¡No me iré de mi guarida!- dijo Eliza enojada con el extraño
-¡Tonta!-
-¡Insoportable y gruñón!-
-¡Entonces vete de aquí!-
-¡Blah!-
-¡Oh además de tonta infantil!- dijo cuando vio que de nuevo le saca la lengua.
***
Eliza dejo el emparedado de crema de maní y jalea al lado del hombre junto con un jugo –Aquí tenga su comida-
Miro a la niña –No lo quiero llévatelo-
-Si no lo quiere puede dejarlo a un lado no es necesario que usted se lo coma-
No le dio tiempo de hablar al sujeto ella se fue a su hogar, su Papá debe estar esperándola, camino tranquila mientras tararea una canción, a pesar de que el extraño sea grosero es agradable tener un poco de compañía.
***
-Creó que Marcus y mi Papá harían una bonita pareja, ya que siempre están juntos- Eliza dibujo en una hoja en blanco mientras le cuenta sus cosas al extraño.
-No me importa-
Dejo su lápiz al suelo –Aunque creo que Papá no puede dejar de pensar en...- mordió su labio –Pero aun así Papá tiene derecho de realizar su vida amorosa de nuevo-
-¿Amor? Es lo que importa a todos verdad-
Eliza levanto la mirada confundida por lo dicho del extraño –El amor te da la razón de vivir y seguir adelante- dijo sonriente.
Sus cejas se fruncieron molesto pero de inmediato se rió por lo dicho de la niña, el amor cuantas veces ha pagado por algo que había pedido pero que al final de tenerlo este solo le escupió en la cara –Por favor, eso es lo más tonto que me has dicho-
Suspiro calmado se ha podido reír un poco –Amor lo puedo ver en tus ojos son como casi verdadero como unas lindas mentiras que te dicen-
Eliza miro enojada al sujeto –¡Yo estoy dispuesta por todo para tener feliz a Papá!-
-Oh si enserio tan dispuesta que sacrificas tu orgullo- miro a la niña –Sé que eres lista pero tu pecado es ser un humano lo das todo por nada, dices que el amor te da la razón para vivir pero también tiene otra cara el amor te puede quitar la vida. El amor debería hacer que huyas-
-¡Pero te hace quedarte!- ella mira su dibujo –Si ay amor en un hogar te hace sentir bien- dijo Eliza feliz
-Entonces te vuelve cautelosa y asustada-
Eliza parpadea asustada por lo dicho –No es cierto yo-
Aparta la vista de la niña –Eso es lo que haces, te asusta perder la paz y no pides ayuda- la mira con una sonrisa socarrona –Pero se que tarde o temprano tu estallaras por todo solo eres una bomba de tiempo-
Se levanta apresurada, no responde a lo dicho y se marcha del lugar no quiere escuchar de las palabras del sujeto ella no es así. Mira como la niña se va asustada.
-Inténtalo como quieres pero jamás lo entenderé- suspira baja la mirada levanta su mano extendiendo mostrando aquella esfera roja –El amor es para mortales y tontos-
Cierra sus ojos, al recordar su vida pasada cuando era incrédula sin saber la verdad de la vida humana, la cual te consume te envenena la mente dañando tu alma.
Después de todo por la avaricia de alguien resulto traicionado y desechado al olvido siendo solo un mero rumor esparcido negando su existencia de los demás Ángeles.
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