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-TWO


Clary vivió en las calles, desde que tenía 7 años. Se había escapado del orfanato cuando vio la mirada anhelante de un sacerdote sobre los cuerpos de las niñas que ahí vivían, las monjas pensaban que miraba a las niñas como un padre miraría a los hijos. Clary sabía que aquella mirada no era más que el anhelo de poseer los cuerpos suaves e inocentes de las niñas. El la anhelaba a ella, una niña pelirroja de ojos grandes y de un color verde brillante, su imagen de un querubín hacía al sacerdote enloquecer. De niña ella no comprendía mucho, pero sabía que los pensamientos de aquel siervo del señor no eran correctos, por lo menos lo supo cuando el fantaseaba con ella deliciosamente expuesta ante sus ojos durante una misa un domingo.

Se había sentido tan asqueada en ese momento que no le tomo mucho tiempo decidir escapar. Ella se había esforzado tanto en sus habilidades que no tardó mucho en caer casi desmayada al duro asfalto, pero eso su cansancio un vagabundo se había encargado de ella. La había cuidado como si fuera su hija, y en la mente de aquel vagabundo así era. Pero desgraciadamente tuvo que dejarlo no antes de que ella de asegurará de que aquel buen hombre se olvidará de sus penas y lo impulsará a salir adelante.

Se sintió mal por manipularlo de aquella manera, pero se digo así misma que era para su bien.

Durante el tiempo que vago en las calles las armas fueron lo que más predominaron, vio como las armas le quitaban la vida a personas inocentes, vio a aquellas armas ser usadas para el robo y el asesinato. Vio vidas irse sin tener la oportunidad de luchar por una esperanza.

Vio a las armas como un signo de guerra más como algo que la ayudaría a protegerse. Y juro a si misma nunca dejar que sus proyectos destinados a la protección se usarán como armas de destrucción masiva.

Una lágrima se deslizó por sus mejillas, había roto la promesa que se hizo así misma hace años cuando apenas entendía el mundo.

—¡Eres un maldito bastardo Fury! — Clary trato de golpear al director, pero Steve la detuvo — ¡Me dijiste que solo ibas a hacer un Helicarrier!¡Me lo juraste Nick!
Sus ideales, las promesas que se hizo a si misma habían sido en vano.

“Ella está loca” “esa pieza no va ahí estúpida” “Tal vez si llevo flores no se enoje tanto” “el es un estúpido, pero necesito ese dinero”

Los pensamientos de los demás la golpearon, sus escudos se caían cuando estaba enojada. El horrible pitido en los oídos, el volumen demasiado alto. Clary se escapó del agarre de Steve y sin decir nada se marchó. Necesitaba meditar, más que nada necesitaba el silencio. Se sentía la peor persona del mundo, había ayudado a la construcción de armas de destrucción masiva. Ella sabía que una sola arma disparada desde aquellas naves y todo un estado entero estaría bajo el fuego continuo de las armas, sin piedad, sin misericordia.

Se subió al ascensor y se seco la lágrima silenciosa. Minutos después Rumlow subió, su sonrisa fue cálida, sus pensamientos, una tormenta caotica de pensamientos indebidos a su persona. Estaba acostumbra a los comentarios metales de las personas sobre los cuerpos de las damas, había acompañada a más de una joven unas cuantas cuadras a su destino porque las seguían, se aseguraba de que llegara a salvó y luego manipulaba la mente del hombre malo para que se olvidará de la joven.

Siempre que utilizaba sus habilidades se sentía débil, siempre se llevaba algo de ella.
Sus poderes era una extensión de su cuerpo que simplemente no siempre usaba y como tal no estaba fortalecido. Usarlos era un esfuerzo monumental y muchas veces contraproducentes. En momentos como aquel en donde su cuerpo era la instigadora de comentarios mentales demasiado obscenos hubiera deseado jamás nacer con aquella habilidad.

Cuando el elevador anuncio su parada ella se despidió con un asentimiento, actuando como si nada ocurriera. Pero claro ella sabía que detrás de ese rostro hermoso se encontraba un hombre horrible.

Con paso apresurada se dirigió al único lugar en donde se sentía segura… un almacén abandonado escondido en las calles más oscuras de Nueva York. Su antiguo hogar.
Cuando llegó se metió por la puerta oxidada, el olor a viejo y el olor a fétido de lo no cuidado. El almacén era el hogar de aquellos que no tenían uno. Los olvidados, esa pequeña parte de la población que no tenía nada. Con una sonrisa saludo a aquellos vagabundos que estaban cerca del fuego. Conocía a todos ahí, en algún momento cuando terminó su carrera les ofreció una mejor vida. Su sueldo no habría bastado, pero era mejor de lo que tenían, pero le habían dicho que no se preocupara por ellos. Que habían elegido aquella vida por una razón.

La culpa…

Se arrodilló en un rincón del almacén y con un toque cálido movió a la anciana Marie… cuando los ojos cansados de ella la vieron fue como una inyección de alegría. Nunca había tenido una madre, pero Marie había sido lo más parecido a una.

—Abuela… — Clary le acaricio la mejilla — ¿Cómo está?

—Mejor ahora que te veo — los ojos brillantes de orgullo — mi niña es todo un médico…

Clary sonrió entre lágrimas… Marie tenía Alzheimer. Muchas veces se olvidaba de que ella ya se había graduado hace un tiempo.
—Si abuela lo logré — tomo las manos arrugadas de Marie entre las suyas —Logre graduarme…

—Es una maravilla — la risa de la anciana música inocente — Te dije que estabas destina a volar más alto que todos nosotros… tus alas son fuertes, tu…tu… ¡Mi niña! ¡Oh jovencita te pareces tanto a mi niña!

Clary sonrió — ¿Sí?

—¡Si! ¡Ella es una niña hermosa! La verás por aquí es pelirroja como tú y tiene una energía envidiable, ella tiene sueños muy altos. Mi Clary siempre está trabajando, me trae dulces cuando le iba bien en los restaurantes, ella siempre sabe lo que pienso. ¿dónde está esa niña?

Clary sonrió las lágrimas incontenibles —Debe de estar trabajando

La abuela resoplo — Eso es seguro, esa niña nunca descansa. Siempre le digo que de quede los días fríos, pero es tan necia que sale a conseguirnos comida. Es una niña rebelde.

Clary asintió — Duerma abuela … necesita energía para criar a esa niña rebelde.

—Tienes razón jovencita — la abuela se acomodo en las mantas que ella le había comprado a ella y a todos en aquel almacén — Tengo que descansar para poderla alcanzar.

—Si descanse — Clary le acarició el cabello lleno de canas y suciedad, aunque ella ya no quería usar sus habilidades. Sumió a la abuela en un profundo sueño. — ¡Jonathan!

—No es necesario gritarme Clary — el hombre adulto le sonrió — Es bueno verte Clary.

—Me alegro mucho de verte también Jonny — Clary saco de su mochila un sobre, ahorros de su sueldo y por los trabajos que había realizado a SHIELDS. — Toma, son 100 mil dólares. Compra lo necesario para que todos estén bien, vendré en unas semanas para ver cómo están, tal vez traiga un poco más de dinero

—Muchas gracias niña — Jonathan, era la persona que se encargaba del almacén y de que las personas en ella estuvieran bien. Para Clary él era lo más cercano a una figura paterna. — Me alegra que no nos hayas olvidado…

Clary sonrió — Son mi familia, me dieron cariño y amor cuando solamente fui una niña que vagaba por las calles pidiendo comida y calor. Son lo único que tengo, nunca me olvidaría de ustedes.

Jonathan la abrazo — Eres maravillosa niña, el hombre que se case contigo será afortunado.

Clary se sonrojó— Jonathan, por favor.

—Ay niña

Clary beso la mejilla del hombre antes de separarse — avísame si la abuela necesita más medicamentos, también avísame si se siente mal. Yo vendré de inmediato.

—Está bien, Clary… Vete te avisaré si le ocurre algo a la abuela.

Clarissa asintió y con paso apresurado salió del almacén, su hogar podría no ser el mejor, pero en su momento había sido lo único que había tenido. Sus habilidades cuando era pequeña eran una cosa alocada, le costaba tanto concentrarse cuando sentía mil voces hablándole, con el tiempo aprendió a construir muros alrededor de su cerebro para impedir que los pensamientos de los demás entrarán. Había sido aliviador ya no escuchar, pero con el tiempo su control sobre su habilidad se debilitó. Haciéndola inservible en una situación de peligro. Cómo en aquel momento del secuestro, habría escapado sin más si su uso sobre sus habilidades no estuviese oxidado. Claro que a veces esos muros fallaban y dejaban entrar algunos pensamientos.

Clary se sorprendió cuando vio a Steve afuera del almacén — ¿Qué haces aquí Steve? ¿cómo sabes de este lugar?

—Cuando Fury decidió que eras una persona en constante amenaza me dio tu expediente, toda tu información estaba ahí, incluso la dirección de este almacén.

—Le dije al ojo loco que no quería nada de mi información es sus servidores de SHIELDS

—Puedes entrar cuando quieras y borrar tu información — Steve suspiro— ¿Estas bien?

Clary negó — Crecí sabiendo que las armas eran la peor creación del mundo, vi a inocentes ser asesinados por la bala de una pistola. Me jure nunca fabricarlas, hacia los planos por diversión, un pasatiempo. No tenía planeada darle mis planos a nadie.

—Pero se las diste a Fury ¿Por qué?

—Cuando me encontraron, no tenía nada, vivía en este almacén con todos. Lo poco que ganaba era para que todos comiéramos o para la medicina de la abuela. Me costaba demasiado pagar las cuotas de la universidad, tenía beca, pero los materiales corrían por mi cuenta. — Había trabajado de noche y medios tiempos para cubrir todos sus gastos —Entonces me secuestraron, SHIELDS me rescato y cuando me interrogaron Fury ya sabia que era buena con la fabricación de tecnología avanzada… el me ofreció un trato. Yo le proporcionaba a él planos de armas innovadoras y SHIELDS se encargaría de mis cuotas universitarias.

—Pude a verte ayudado con la universidad — Murmuro Steve, no estaba contento con el hecho de que ella había caído en las trampas de Nick para utilizar sus habilidades — Abríamos buscado maneras de ayudarte, Stark es un idiota, pero el estaría encantado de ayudarte.

Clary sonrió irónica, las lágrimas acumulándose en sus hombros —No quería ayudarlo, pero no tenia nada y el es un hombre de muchos recursos no podía negarme. Steve, no tuve otra opción.

Había sido tan solo una joven con sueños demasiado altos para sus recursos, una niña abandonada, una niña que siempre se preguntó ¿por qué la habían tirado como si fuera basura?

Steve camino hacia ella para abrazarla —No estas sola. Clary, ahora eres mi familia, eres alguien importante para mí.

Steve le acariciaba el cabello mientras ella lloraba— No me gusta llorar. Steve, ¿Por qué me haces llorar?

Steve rio — ¿quieres acompañarme a un lugar?

Clary asintió mientras se limpiaba las lágrimas…
[…]
El museo dedicado a Steve, toda su historia durante y después de la guerra estaban plasmadas en aquellas paredes. Clary se sentía como si estuviera entrando a la mente de Steve, como si el soldado hubiera dejado que ella se metiera hasta sus más escondidos pensamientos.

—¿Los extrañas? —Le pregunto cuando se detuvieron en una pared en donde se mostraba a Steve y todo su escuadrón — ¿Añoras aquellos años?

—Si, desearía volver en el tiempo y vivir mi vida en la época en donde nací — Murmuro Steve — Hubiera deseado construir una vida con Peggy, hubiera hecho todo lo posible para salvar a Bucky.

Clary suspiro — La salvación de la nación te cobro un precio demasiado alto. Steve ¿Te arrepientes de ello?

—No… —Steve le sonrió triste —Lo que hice fue por los inocentes, para que los niños pudieran crecer sin el miedo, para que las mujeres no temieran por sus maridos.

Clary sonrió, ella no estaba segura si la nación o la humanidad entera mereció el sacrificio de Steve. Clary suspiro cuando los pensamientos del soldado la golpearon.

“¿Debería ir a ver a Peggy?”

“—Si deberías ir a verla— Le dijo en su mente Clary, El soldado la miro consternado ella jamás le había hablado mente a mente. — Iré a caminar mientras hablas con ella”

—Esta bien, no te alejes demasiado.

[…]

El mundo era un caos, mucho de ese caos se debía al mundo tecnológico. Redes informaticas de diferentes fuentes, la variedad de información y de opinión era la que a veces generaba conflicto. Los humanos eran seres complejos pero entre su complejidad había algo que destacaba de entre todos sus hilos, ellos querían ser superiores. Ser los únicos inteligentes, que los alardeen por lo que saben. Le había tocado compañeros de esa calibre en la universidad, Clary amaba bajarlos de su nube cuando ella demostraba ser mejor, claro que a veces le acarreaba una serie de burlas por ser pobre. La últimas veces Steve la había llegado a recoger con su imponente presencia, la imagen de Steve a su lado siempre le había evitado problemas.

Claro, nadie quería meterse con el soldado de la Nación y su posible conquista. Según los chismes de la universidad.

Ellos no entendían que prácticamente se trataban como hermanos, se cuidan cuando uno enfermaba. Bueno realmente ella solo le curaba las heridas cuando llegaba de sus misiones, el suero le evitaba las enfermedades a Steve, claro que a ella no entonces los días fríos siempre despertaba con la nariz roja y un chocolate caliente que el soldado le había hecho.

“¡Mira mamá, un perrito!” “Solo espero a que termine de hablar y me largo, no quiero a alguien como el cerca mío” “Ella es tan… estúpida”

“¡Miren ahí está!” “Clary Farchild la telepatía ¡Ja! Será demasiado fácil capturarla”

Clary le sonrió a una personas a lo lejos y los saludo, tratando de parecer tranquila. Cuando en realidad por dentro de estaba muriendo del miedo. Y con valentía empezó a planear su escape.

Por qué aquellos hombres no solo la iban a capturara… ellos la conocían, ellos… eran de SHIELDS.

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