9. Entrenamiento cuidadoso.
Multimedia: Garuda; Kaiju tipo insecto de Ichika.
Después de aquella revelación ninguno de los dos dijo nada. la impresión de que su amiga de años y su superior era aquella figura misteriosa pero de buena fe (según los testigos) era demasiada grande como para si quiera pronunciar un sonido de sus bocas
pues estas estaban abiertas de la sorpresa.
—E-Entonces tú... tú... —su amigo Kafka a pesar de su estado pudo pronunciar algunas palabras mientras la apuntaba con el dedo haciendo que la peliblanca solo riera un poco.
—Si Kaf. Yo fui quien hizo todas esas cosas en los lugares donde hubo kaijus que pondrían en peor situación a la humanidad.
—¿¡Eso quiere decir que también peleaste con el capitán de la 6ta división!? —preguntó alterado pero fue callado por la mano de la mujer.
Ella le chitó mientras que miraba hacia los lados para verificar que no hubiese nadie cerca. Ichikawa también se tapó la boca para evitar soltar el grito como en el hospital.
—¿Puedes bajar la voz? Aún es un tema que no quiero que nadie se entere y en mi defensa ese patán me atacó primero. Yo solo pasaba por ahí como futura ciudadana, se presentó un kaiju, lo maté, no hubo bajas y ¿así me lo agradece? ¿Con una pelea en donde salió perdiendo? Que no me joda. —explicó y quitó su mano de la boca de su amigo.
—¿El capitán de la 6ta división perdió? Eso no lo pasaron en las noticias. —Reno finalmente habló después de un rato.
—Claro que no lo hicieron. Soichiro no dejaría que nadie se enterase de su vergonzosa humillación ante una "turista". —hizo comillas en la palabra. —Además de la "asistencia" que mencionó con anterioridad cosa que si me hizo enfadar. —volvió a hacer la misma acción con la palabra asistencia. —Yo solo le eché una mano y ni las gracias más básicas me dio. Qué grosero.
—Significa que lo conoces. —espetó Kafka.
—Solo de lejos, digo todo el mundo sabe su nombre, ¿no? Es normal que también me lo sepa. —se encogió de hombros restándole importancia.
—¿Y al vice-capitán Hoshina también? —la pregunta de Reno se presenta al momento.
—También es muy conocido, seria el colmo que no me lo supiese. —dice mientras toma de su té sin profundizar el tema.
—Bueno, eso tiene sentido.
«Eso, no me pregunten más de eso.»
—Aunque tocando el tema del vice-capitán necesito que ambos tengan cuidado con él, sobretodo tu Kafka.
—¿Por qué lo dices?
—Ese hombre me da mala espina. No me malentiendas pero la razón de que él te haya reclutado como cadete fue porque serias el factor cómico en la base.
—Eso ya lo sé. —bufó de solo recordarlo pero en parte le agradece por dejarlo pasar.
—Sin embargo hay otra razón detrás de eso. —comentó seriamente preocupando a los otros dos. —He estado vigilando al vice-capitán y creo que sospecha de ti Kaf.
Aquello causó preocupación en los hombres.
—¿Qué quieres decir? —con temor a que sea lo que él pensaba se atrevió a preguntarle a su amiga.
—Creo que él sospecha que eres el kaiju no. 8
—¡Lo que me faltaba! —exclamó con tono de estar harto pero a la vez con miedo. —¡Así no podré ser de ayuda! —lloriquea en la mesa.
Reno quiso consolarlo pero algo le llamó la atención, ¿cómo era que su Senpai sabia eso?
—Senpai, ¿como sabe usted eso? —cuestionó el menor haciendo que el mayor del grupo se callara para poder escuchar la respuesta.
La albina suspiró ante su pregunta.
—Y volvemos al inicio. —dijo para acomodarse mejor en el asiento. —La razón es porque uso un kaiju que puede hacerse invisible cuando yo lo ordeno y me "presta" su visión para estar al tanto. —hizo comillas en presta.
—¿Cómo es posible eso? ¿Usas kaijus a tu beneficio? No sabia que se podía hacer eso. —mencionó Kafka pensativo.
—Lo mismo se puede decir de que te puedas transformar en uno y yo no te juzgo. —le lanza una mirada inquisidora provocando que este solo desviara la vista. —Además deberían agradecerme de que les esté avisando, si no hubiera tomado medidas esto se hubiera complicado más adelante.
—Ahora me toca a mi. —dice Kafka preparando su siguiente línea. —¿Cómo haces para "ver" a través del kaiju?
La albina solo les ofrece sus manos a ambos.
—¿Por qué no lo ven por ustedes mismos?
La confusión abarcada los rostros de los hombres pero aún así tomaron las manos de la chica para que ella dijera lo siguiente:
—Garuda, visión compartida. —solo aquellas palabras bastaron para que su panorama cambiara al instante.
Físicamente estaban en el restaurante, pero sus ojos veían claramente a la figura masculina de cabellos oscuros que estaba trabajando en unos papeles en su escritorio.
Era el vice-capitán Hoshina.
—¡Wow! ¡Es como ver cine en 3D! —dijo Kafka lleno de emoción pero fue golpeado en el hombro por Reno. —¡Ay! ¿¡Y eso por qué fue!?
—¡Nos van a escuchar! —susurró fuerte creyendo que sería así.
—En realidad no, nosotros podemos verlo pero él a nosotros no, ni mucho menos escucharnos. Garuda solo nos comparte lo que está captando ahora pero si Garuda es el que hace un sonido el vice-capitán si lo escucharía lo cual eso sería malo.
Ichika suelta sus manos y dejan de ver al portador de espadas para después sus ojos captaran a la fémina quien solo seguía tomando su té.
—Senpai no creo que esto sea buena idea, podrían descubrirla —exclamó Reno lleno de preocupación.
—Es la única manera de saber si va a planear algo en contra de Kafka, sin mencionar que es alguien capaz de pelear contra él. Además si eso fuese así Garuda ya hubiera muerto desde el día uno, ¿no crees?
—¿Qué? —comentó asustado Kafka.
—Escuchen, ese hombre es parte de un clan que se ha dedicado a la exterminación de kaijus desde la era Muromachi. No sé que era es pero ustedes si, el punto es que matar criaturas lo lleva en la sangre por lo que sería complicado para Kaf si se llegase a enfrentar a el en combate cuerpo a cuerpo. Estoy segura de que saben como lo apodan, ¿no?
Kafka y Reno se miran.
—"El mejor soldado de combate cuerpo a cuerpo de las Fuerzas, Hoshina Soshiro", por eso me preocupa que ustedes se llegasen a topar y si en dado caso eso llegara a ocurrir será mejor que huyas de ahí Kaf e intentes esquivar lo mejor que puedas sus ataques veloces. De lo contrario te hará pedazos. —dijo ella sin mirarlo y cruzada de brazos.
Lo que no sabía es que solo lo asustaba más de lo que hizo Kikoru hace unas horas.
—¡Ichikawa, Ichika no me quiero morir! —lloriqueó este alterado.
—Y por eso lo estoy vigilando. —le dio un pulgar arriba para que no se preocupara. —Tu tranquilo, yo nerviosa. Pero será mejor marcar distancia con él desde ahora, uno nunca sabe que puede llegar ocurrir en estos casos.
—¿Cómo puede tener esa conexión con el kaiju, senpai?
—Solo te diré que lo adiestré con mano dura y por supuesto le hice que tuviese una lealtad hacia mi con un contrato. El cuento es algo largo pero prometo contárselos un día de estos. Por ahora vayamos a descansar que dejaremos de tener vidas tranquilas.
Ambos asintieron por lo que Ichika pide la cuenta para pagar. Una vez hecho esto los tres se dirigen a la camioneta rumbo al nuevo departamento de la albina en donde se estaba quedando antes de tomar el examen.
—¡Oh cierto! Casi se me olvida. —dijo Kafka antes de dejar que se subiera a la camioneta va por su mochila y saca un plumón y un pedazo de cartón blanco con marco. —¿Me das tu autógrafo? Es que siempre he querido conocer a La Dama Roja y se me cumplió, ándale ¿si?
Kafka le hace ojitos para que aceptara haciendo que ella se ría por su extraña petición.
Ichikawa se sonroja por su expresión.
«Definitivamente a la Senpai le sienta mejor sonreír.»
Asintió convencido de sus pensamientos.
—Kaf pero si ya tienes eso en tu casa. —le aclara al mayor con una ceja alzada mirándolo con leve burla.
Había veces en que a Kafka se le olvidaba ciertas cosas.
—Oh... Buen punto. —dijo este ya aclarado. —¡Entonces se lo das a Ichikawa!
El mencionado tardó en reaccionar cuando escuchó lo que dijo Kafka.
«¿Quién? ¿Yo?»
Se apuntó a si mismo al notar que era observado por los dos mayores.
—No tengo problema, siempre y cuando Reno así lo quiera. —dice la peliblanca al no tener respuesta del joven.
Ichikawa sintió un golpe fantasma en su mente al caer en cuenta de algo.
Conoció a su figura a seguir femenina, sabe quién es su figura a seguir femenina.
¡Tendrá un autógrafo de su figura a seguir femenina!
¡Oh por Dios! ¡Uno de sus sueños se cumplió!
—¡Si, definitivamente si! —de sus ojos un brillo indescriptible se hizo presente en el chico sintiendo la serotonina rodearle el cuerpo de la felicidad.
—Ya lo oíste Kaf, dame eso. —le quita de las manos las cosas para poder firmarle como corresponde la tabla y así alegrarlo más de lo que ya estaba.
Una vez terminado se lo entregó a Reno que al mirarlo bien notó el pequeño mensaje en este.
"Para Reno, por parte de la merodeadora de Tachikawa y enmascarada secreta. La Dama Roja ♥."
Ichikawa sintió que se iba a morir en ese instante, pero de la alegría.
—¡Gracias, gracias! ¡Muchas gracias, Senpai!
—No tienes de qué. Si quieres más no dudes en decirme. —como si eso fuese lo mejor de su corta vida, Ichikawa asintió frenéticamente ante las palabras de la mayor.
Y con eso se montaron a la camioneta encendiendo la estación favorita de la fémina, por petición de Kafka.
Ya al dejarla en su hogar ella se despide de ambos para después entrar al edificio lleno de departamentos para dirigirse al suyo, inserta la llave en la cerradura para después entrar y nuevamente cerrar.
Camina hacia su pequeña sala y cae rendida en el sofá soltando un suspiro de cansancio.
—Dios, que día. —se estira estando acostada para después colocar sus brazos detrás de su cabeza haciéndole de almohada. —Garuda visión compartida.
Sus ojos captaron nuevamente la figura de Hoshina quien ahora estaba caminando por los pasillos del cuartel con sus manos en sus bolsillos de aquella chaqueta que siempre portaba.
—Bien, por lo menos está tranquilo y no parece planear nada por ahora así que supongo que lo dejaré en paz unos cuantos minutos más.
Cuando iba a cancelar la visión nota que Hoshina se detiene y de sus bolsillos saca lo que parece ser una fotografía algo ya vieja, por las leves arrugas que tiene en las esquinas, para después desdoblarla y ver lo que escondía.
La imagen reflejaba a un grupo de niños, demasiados diría cualquiera, en donde posan como uno desea mientra sonríen a la cámara frente suya.
Hoshina pasó el dedo suavemente en unas figuras en particular, eran de una niña alrededor de 10 años cargando a un niño con ojos rasgados y cabellos oscuros que estaba abrazándola felizmente su cuello mientras su mejilla estaba pegada al de la chica.
Suspira mientras vuelve a meter cuidadosamente la foto en su bolsillo para seguir su recorrido, siendo visto desde un principio por la albina a través del kaiju.
Ichika anula la visión con Garuda para después quitarse sus lentes y arrojarlos a la mesita de enfrente para suspirar fuertemente pasando una mano por su rostro.
—No debes de poner esa cara en un lugar donde te puedan ver tus subordinados, vice-capitán.
El rostro de Hoshina que Ichika vio desde los ojos de Garuda reflejaba una profunda tristeza y dolor en su interior que le sorprendió que fuese capaz de hacer una cara así.
[2 meses después; Base de Tachikawa; Zona de tiro de la 3ra División.]
En esta se encontraban los reclutas de nuevo ingreso para mejorar su tiempo en tiros con el arma de fuego y su maestría.
Todos ellos eran supervisados por el vice-capitán Hoshina que al notar que no estaban todos se le hizo extraño.
Acudió a su lista de asistencia en mano y vio quien era el recluta que faltaba.
Ichinose Ichika.
Este suspira un poco nervioso. Ya sabía que ella no le gustaban las armas de fuego, lo dejó muy en claro en la prueba, pero era necesario que se presentara aunque sea por obligación.
«Aunque sea que hubiera avisado que se sentía indispuesta.»
Pensó Hoshina al no ver rastro de ella y dispuesto a ponerle una amonestación un grito en particular le llamó la atención fijando su vista hacia abajo.
Fue Kafka el que gritó.
—¡Ichika, si viniste! —corrió hacia la nombrada que caminaba hacia el área tranquilamente mientras bostezaba un poco junto con Ichikawa que ya había terminado su prueba.
—Fue porque insististe hasta la médula en que viniera, no te hagas el inocente. —le golpeó en el hombro sin fuerzas, aparentemente, mientras llegaba a su sitio.
—¡Oye, no tan fuerte! —se sobó en el área donde recibió el golpe.
—¿En serio fue tan fuerte? Si ni siquiera me esforcé en hacerlo bien. —dice ella algo sorprendida y se mira la mano algo dudosa.
¿Debería de contenerse más?
—Tu siempre pegas duro. —le hizo un puchero a la mujer pero rápidamente cambió su cara a una de felicidad. —¿Qué crees? ¡Ya aumenté mi potencial de batalla a 1%! ¿¡No es genial!? ¡Felicítame!
La peliblanca al escuchar aquello se sorprendió ante dicho logro. Pero luego dio paso a una leve sonrisa.
—Bien hecho Kaf, sabía que podías hacerlo. —chocaron puños mientras Kafka seguía feliz por su cometido.
Tanto que persiguió a Kikoru un buen rato antes de que la peliblanca apareciera.
Reno le dijo que él también aumentó su porcentaje obteniendo una mano en su cabeza mientras le despeinaban un poco. Reno se sonrojó un poco ante tal acción de la mayor.
También le comentó cuanto porcentaje sacó algunos que conocía de vista, incluyendo a la rubia problemática.
—¡Ichinose Ichika! ¡Por llegar tarde a la práctica serás la siguiente en participar! —los gritos por parte del vice-capitán llamaron la atención de todos para luego observar a la mencionada que solo caminó al área sin arma alguna.
—Eh... No es por ser grosero pero... Creo que le falta el arma. —dijo algo nervioso Haruichi al ver a la mujer mayor parada en la zona de tiro sin nada.
—Es porque no necesito un arma de fuego. Creí haber sido clara antes. Odio esas cosas. —hizo un ademán de no darle importancia a la existencia de las armas.
Ante ello, ven como empieza a recolectar piedras cercas a ella. Las juntó en sus palmas para ver cuantas consiguió dando un total de 20 piedras.
Eran más que suficientes para ella.
«Bien, es hora de darles una verdadera lección.»
La peliblanca se preparó en el punto de partida esperando que en la sala de control le dieran la señal.
Por mientras en ese mismo lugar, uno de los operadores no estaba seguro de si darle dicha señal o no poniéndose nervioso en el proceso.
—¿Está bien que se haga esto, Vice-capitán? —preguntó dudoso el hombre en su sitio de operaciones mientras que el nombrado veía la escena desde lo más alto.
—Hazlo. —ordenó el de cabellos oscuros. —Quiero ver lo que tiene pensado hacerlo con eso. —colocó sus antebrazos en el barandal sin quitar la vista de la zona de disparo.
Ichika al recibir una señal solo acomodó mejor las piedras y empezó a correr para lanzarlas hacia todas direcciones con una sola mano, como si fueran agujas o dardos entre los huecos que separaban sus dedos.
Una vez perforando todos los blancos la voz del traje habló.
—"Ichinose Ichika, práctica de tiro finalizada. Tiempo: 17 segundos. Potencial de batalla previsto: 90%." —comunicó este ante los presentes al igual que en la sala de controles donde estaban más que atónitos.
Era la primera vez que veían a un recluta estar casi a la par que un alto mando en tan poco tiempo.
Los demás reclutas solo sudaron ante tal rapidez.
Ni siquiera Shinomiya lo hizo tan rápido, considerando que superó la barrera del 50%.
—¿Es una broma...? —soltó casi jadeante la rubia al presenciar aquello.
Iharu al ver la situación no quiso desaprovechar.
—¿Qué decías sobre que ni Reno ni yo podemos igualar tu potencial? Si, puede ser, pero al menos habrá alguien que te deje muy por detrás también. —se rió al remarcar la palabra "muy" en la oración.
—¡Cállate! —le grita de vuelta.
Kafka y Reno solo miraban estupefactos pero felices de que ella demostrara que puede hacer mucho sin armas.
Algo que ellos ni de chiste lograrían con un potencial liberado decente.
Ichika al notar las miradas de todas direcciones quiso dar en claro un punto al ver sus expresiones.
—¡Escuchen! —llamó la atención de sus compañeros en el campo. —Nadie de aquí es incapaz de hacer esto. Sin embargo, al estar tan apegados a las armas que portan ahora mismo les impide sacar o incrementar el verdadero potencial que tienen dentro de si. Y yo les mostraré como. Kafka, acércate. —le pidió a su amigo con una seña de mano y este a pesar de estar algo confundido le hizo caso.
Una vez estando a su lado Ichika quiso confirmar sobre su potencial a lo que Kafka dijo que si por lo que continuó hablando.
—Ahora mismo verán poco a poco el cambio de poder dependiendo de quien está a mi lado. Por ahora empezaremos con Kafka. —no quiso decir que era porque él tiene el nivel más bajo por lo que le pidió que sacara su arma pequeña.
Kafka hizo lo que le dijo y apuntó hacia donde estaba un blanco entero, Ichika hizo lo mismo con la piedra en mano.
—A continuación procederé a liberar únicamente el 1% del traje. —dicho eso Ichika activó la liberación tal y como lo mencionó y le dijo a Kafka que disparara cuando quisiera y que le avisara para hacerlo al mismo tiempo.
Kafka quien estaba algo tenso por ser también el centro de atención se acomodó mejor para luego tomar algo de aire y sacarlo por la boca, una vez más tranquilo le dijo a Ichika que estaba listo.
Los demás solo observaban lo que tenía planeado hacer la peliblanca por lo que se acercaron más para ver mejor. Reno era el más interesado de aprender mejor sobre la liberación total.
—Listo Ichika. No sé que planeas hacer pero creo que te saldrá bien. —avisó Kafka teniendo el blanco en la mira.
—Tu tranquilo y yo nerviosa. Esto es algo que deben de grabar en sus cabezas. El traje es el que les da ventaja, no las armas. —al terminar ambos disparan hacia el mismo sitio con la diferencia de distancia de entre 3 metros entre si.
Al impactar el blanco fue perforado por parte de Kafka mientras que el muro al lado de este también fue dañado pero a una escala un poco mayor a lo que Kafka se giró hacia la mujer.
—¡Oye! ¿¡Por qué el tuyo se ve más dañado que el mio!? —al ver la diferencia de fuerza a pesar de que ambos tenían el 1% activado le ofendió de cierta manera.
—Simple. Presión. —responde esta al ver la duda de todos. —Cuando ejerzo presión en la piedra antes de lanzarla esta se produce lo que llamamos energía cinética, que es cuando un objeto que está en reposo pase inmediatamente a pleno movimiento a una velocidad específica. Normalmente cuando alguien lanza una piedra esta alcanza aproximadamente 25 metros por segundo. Sin embargo, cuando un jugador de beisbol profesional lo hace la piedra alcanza una velocidad mayor por obvias razones. Es lo mismo aquí, yo soy el jugador y le doy la velocidad y fuerza que quiero a mi proyectil lo que determina cuantos metros pueda alcanzar.
Volvió a tomar otra piedra y llama alguien más para demostrarlo nuevamente.
—¡Reno, tu sigues! —llamó al peliceniza quien se sobresaltó pero arrancó hasta llegar a su lado para prepararse a disparar.
—Estoy listo Senpai. —avisó e inmediatamente ambos dispararon hacia otro blanco que apareció.
Reno al poseer un 18% de liberación su ataque más grande que el de Kafka, sin embargo, Ichika al liberar el mismo porcentaje de su traje el daño ocasionado de su parte fue más desastroso que el del joven.
—Aquí la diferencia fue que al querer impactar contra el mismo blanco el portador solo tenía una cosa en mente y era darle a su objetivo, pero no tuvo en mente cuanto daño quería hacerle. He ahí la diferencia de destrucción. —dijo en voz alta para que todos la escucharan recibiendo asentimientos por parte de Iharu al comprender el punto.
Haruichi y Aoi tomaron nota mental de lo que dijo y Kikoru aunque no queriendo puso atención también.
—¡Siguiente, Iharu! —llamó al de cabellos rosados quien solo escuchó su nombre fue corriendo mientras Kafka y Reno se alejaban un poco para darles espacio.
—¡Listo, señora! —apuntó al blanco nuevo frente suyo liberando su potencial.
—¡Ahora! —al liberar el 20% la diferencia se volvió a marcar a simple vista ante todos.
Solo 2% de diferencia pero la magnitud era demasiado alta a comparación de Iharu quien al observar la diferencia de ataque sudó por un momento.
«Nada que ver con lo que yo hice.»
—No te sientas mal, una vez que te acoples a un ritmo adecuado para ti la diferencia será mejor para ti. —le dio palmadas a su espalda para quitarle algo de tensión.
Iharu apretó un poco sus labios y asintió de buena gana, retirándose de ahí para poder mejorar por su cuenta.
—¿Alguien más que necesite saber un poco sobre su porcentaje? —preguntó en voz alta hacia los que todavía no se animaban a acercarse.
Sabían que Ichika era alguien a quien temer no solo por su carácter, sino por sus habilidades físicas.
Ante ello, Aoi se acercó también y se preparó para poder disparar.
—Ah no, eso si que no. —Haruichi también le siguió para estar del otro lado de la fémina.
—Dos en uno... Por mi no hay problema, pero tendré que usar las dos manos. —una de sus manos estaba en su bolsillo por lo que tomó otra piedra preparándose para poder lanzarlas a la señal de ambos jóvenes.
—No puedo creer que estoy haciendo esto... —soltó sin poder creerlo aún el peliverde millonario.
—Siempre hay una primera vez para todo muchacho. —exclamó Ichika esperando su señal.
—Yo estoy listo. —compartió Aoi.
—Yo igual. —dijo igualmente Haruichi.
—Bien, ¿preparados? ¡Fuego! —los tres dispararon sus proyectiles marcando la misma velocidad pero margen de daño diferente.
Ichika sabía que debía de soltar el 25% del traje por lo que le dijo Reno sobre ambos jóvenes.
Una vez que la leve nube de humo se dispersó observaron los tres puntos perforados.
Los blancos de Haruichi y Aoi abordaban casi por completo de este ante su disparo.
Ichika apuntó hacia un edificio cercano y el punto de impacto logró agrietar una parte de este causando que leves escombros cayeran.
Aoi y Haruichi no dijeron nada. No tenían nada que decir al ver la diferencia de poder a pesar de que los tres usaron el mismo porcentaje.
—Gracias, aprendí mucho sobre esto. —Aoi agradeció con una reverencia hacia la mayor retirándose para poder pensar en mejorar.
Haruichi hizo lo mismo y se fue apresuradamente para hablar con Reno sobre la puntería que este tanto quería abordar.
—Bueno, creo que aquí acabo. —dispuesta a irse a comer se da la vuelta pero alguien la detiene.
—Espere. —la voz de la rubia con coletas la detuvo momentáneamente. —Sigo yo.
Ichika la mira de reojo por una fracción de segundo.
—Creí que no te interesaba. Lo digo porque gesticulabas demasiado. —dice la peliblanca al ver que la rubia se acercaba hacia donde estaba originalmente la mayor.
Kikoru no negaría que le molestaba el hecho de que ella pudiese hacer eso con una simple piedra, tanto que solo fruncía el ceño porque aún no lo creía. Pero si lo que decía era cierto entonces la rubia también puede hacer lo mismo.
—Sólo pondré en evidencia de que su teoría no es difícil de entender. Es todo. —sin aceptar el hecho de que le llamó la atención todo lo que dijo se preparó para poder disparar la bala.
Ichika solo suspiró ante el tsunderismo de la rubia y volvió a su puesto liberando el mismo potencial que ella.
55%.
—Cuando quieras, niña Shinomiya. —comentó a la rubia.
—Estoy lista. —exclamó y ambas dispararon su proyectil correspondiente para impactar a su objetivo inmóvil.
Kikoru logró darle a su blanco y lo destrozó por completo sonriendo con sorna al ver que superó a los anteriores disparos.
Pero su cara cambió al ver el impacto de la peliblanca.
Ella logró crear un cráter en el muro de ese edificio viejo causando que su estructura cayera al suelo, o por lo menos una gran parte de este.
—¿55%, eh? Nada mal, pero aquí se puede ver claramente que tu solo buscabas exceder tu poder a un nivel que aún no puedes controlar. Tienes poder, si, lo reconozco, pero te falta disciplina mental. El sólo destruir no te llevará a nada ideal. —con eso se retira al fin del lugar.
Pero nuevamente fue detenida por otro grito.
—¡Bien, eso es todo! —los gritos de Hoshina llegaron a los oídos de todos al ver que ya concluyó aquella actividad extra. —Den diez vueltas y váyanse a las regaderas.
Ante ello los reclutas se quejan, o al menos la mayoría.
—Por quejones serán quince. ¡Muévanse! —sentenció y recibió una respuesta positiva y todos empezaron a corre.
«Jodido zorro con ojos de gato. Salió igual a su hermano en cierto modo.»
Maldijo Ichika a media carrera, aumentó la velocidad para acabar rápido dejando atrás al grupo.
—¡Ichika, espéranos! —le gritó Kafka que también aumentó su velocidad pero ni de chiste la podía alcanzar. Reno también hizo lo mismo pero el resultado no cambiaba a su favor.
—Menuda velocidad. —exclamó sorprendido Haruichi y casi sin aliento.
—Me iré adelantando un poco. —Aoi aumentó su marcha dejando al peliverde algo atrás.
Haruichi respiró hondo y aumentó su carrera.
Kikoru e Iharu no se quisieron quedar atrás.
—¡Aún lado pandillero!
—¿¡A quién le dices pandillero, niña mimada!?
—¿¡A quién demonios le dices niña mimada!?
Su discusión no les impidió bajar la velocidad.
Hoshina los veía desde lo más alto de su lugar con Okonogi detrás de él.
—No me creo aún que ella sea capaz de hacer eso. Y todavía se niega a usar las armas. Vice-capitán, ¿no es eso un desperdicio de talento? —preguntó la de lentes hacia el pelinegro.
Hoshina solo pudo meditar todo lo que acababa de pasar junto a la pregunta de la analista. Cierto que ella puede tener potencial en disparos pero parece ser que no habría nada que la convenciera para portar una.
Lo cual respetaría.
—Dejemos que sea a su comodidad Okonogi. Pienso que ella se destacaría en otras áreas. —finalizó y se fue del sitio con la analista de lentes detrás de él.
«Ichinose Ichika. No es alguien a quien puedas hablarle fácilmente y no es de las que toleran aquellos que portan armas o que le digan que debe de usar una solo porque es necesario. Prefiere usar armas blancas que otra cosa. Sin embargo, ha estado faltando a las prácticas de tiro solo para que no la molesten pero no es algo que ella pueda decidir. Menos mal que Kafka la convenció de aparecer.»
La razón por la que Ichika ha estado ausente en la mayoría de las prácticas de tiro era porque en las noches hacía patrullaje por si algún kaiju aparecía o si alguien requería ayuda.
Ante ello, Kafka y Reno la cubrían como podían con alguna que otra excusa o de que simplemente no se sentía bien o algo simple, se quedó dormida. Eso siempre funcionaba.
Ser alguien que las Fuerzas buscaban desesperadamente para que se les uniera sin contar que ya estaba en sus instalaciones era algo que debía de permanecer en secreto. Al menos por ahora en lo que piensa como salir de ahí de manera natural.
Hoshina desde que la vio en el examen le causó intriga y claro; una gran curiosidad a su persona.
No le gustaba hablar con nadie a menos que eran Kafka o Ichikawa.
Se mantiene lo más alejada del grupo y solo observa desde su posición el como los demás practican.
Por un tiempo creyó que era porque al estar a un nivel demasiado alto pensó que no debía de entrenar tan duro. Pero ese pensamiento cambió cuando tuvieron su práctica de kendo.
Ese día todos portaban el vestuario adecuado para la práctica y por supuesto Hoshina también participó para ayudarles a mejorar.
Sin embargo, ese día Ichika asistió puntualmente pero jamás se enfrentó a nadie.
Excepto que ayudó a Kafka a corregir su postura y así poder atacar limpiamente a Iharu quien era el que se enfrentó aquel día.
Desde ahí supo que debía de ponerle un ojo encima a la peliblanca. Además de que el día en que estaban asignando a los aprobados Ichika destacó en sus pruebas correspondientes pero sin llegar a ser la número 1 por razones que por ahora desconoce.
Aunque en la prueba de exterminio kaiju el matar a un residual de un solo golpe y el evitar que el principal la atacase ya eran puntos a destacar.
Por lo que fue decisión unánime el que ella se integrara a la 3ra División.
Ella junto con Shinomiya podrían ser los pilares de la base en caso de que la capitana y él estuvieran ausentes.
Por lo que se pensó de hacerles un entrenamiento aparte.
«La forma de ser, la forma de actuar ante un grupo, la forma en que siempre está al tanto de cada uno de ellos... Es como si tuviera experiencia en estas cosas. Y dudo que sea porque sea la segunda mayor del grupo.»
Hoshina empezó a maquinar como podía los puntos clave de la peliblanca sin darse cuenta de que era vigilado aún por un kaiju particular y a través de este la nombrada lo veía claramente.
—Rayos... sabía que algún día sobre pensaría la situación, pero fue más rápido de lo que creí. —se dijo a si misma la peliblanca mientras estaba oculta en un árbol observando al vice-capitán. —Garuda sigue vigilándolo. Aún no podemos bajar la guardia.
Al desconectar su vínculo con el kaiju se fue a una habitación apartada para practicar su manejo de lanza.
Al estar sola y tranquila sin que nadie la moleste tomó una barra de hierro que estaba cercana a ella y empezó a hacerlo girar entre sus manos para después golpear al aire causando que la fuerza implementada que le da a la barra sonase como si el aire se cortara a su gusto.
Colocó la barra en el piso e hizo que al tomar vuelo girara en el mismo lugar que el arma sosteniendo su peso sin dificultad y que su cuerpo diera giros en el aire por breves momentos para después seguir lanzando golpes mortíferos a la nada.
Así estuvo por unos minutos hasta que se detuvo abruptamente al sentir una presencia detrás suyo.
—¿Se te ofrece algo? —preguntó sin voltear para ver quien era, ella sabía perfectamente quien la acompañaba.
—Dijiste que si no habría nadie por los alrededores podríamos tener un combate. Así que vine a tomar tu palabra. —la rubia se le acerca para poder tomar otra barra igual que la que llevaba la mayor y se puso en posición para poder pelear.
—Cierto, te debo una pequeña demostración. Bien, en ese caso la primera que logre golpear a su contrincante o que le quite el arma gana, ¿te parece justo? —consultó con la otra parte a lo que Kikoru estaba de acuerdo.
Ambas se separan lo suficiente para poder atacar a su gusto iniciando una leve carrera entre si para chocar sus barras causando un estruendoso ruido en la habitación.
La menor le estaba proporcionando varios ataques que eran simplemente bloqueados por la mayor quien solo estaba peleando con una sola mano al manejar la barra de hierro.
Ichika quiso desequilibrar a Kikoru pero ella salta hacia atrás evitando ser tocada por la peliblanca y se impulsó para darle el golpe de gracia, no obstante, la mayor lo esquiva de un salto dando una pirueta en el aire para caer a un lado de la rubia.
«Perfecto, la atacaré una vez caiga.» Con la victoria a la vuelta de la esquina Kikoru espera pacientemente a que su adversaria toque el suelo y en esa fracción de segundo le quite el arma.
Cuando la de lentes tocó por momentos el suelo Kikoru lanza el golpe dirigido hacia alguna área cercana a su pecho, pero no contó que la peliblanca la esquivara magistralmente con un split sorprendiendo a la joven y dándole justamente en sus piernas haciendo que la rubia caiga y la encierre con una llave.
—Bien, estás muerta niña. —le dice mientras le pegada en la frente con la barra dejando una marca roja en esta que por supuesto la más joven se quejó por el dolor.
—Maldición. —murmuró derrotada y frustrada al ver como acabó el combate.
La peliblanca le ofrece una mano para poder levantarse, la rubia frunce los labios molesta pero le acepta la ayuda.
—Buenos movimientos, pero no dejes que tus emociones te aborden demasiado, puede jugarte en contra. —le dice para tomar la barra de Shinomiya y colocarla junto a la suya en su lugar correspondiente. —Sigue entrenando y cuando estés lista ya sabes donde encontrarme. —le dice sin mirar atrás y saliendo de ahí para irse a la azotea.
Kikoru la miró sorprendida para luego poner una cara determinada ante sus palabras.
Le había dado otra oportunidad para poder enfrentarse otra vez.
—No me rendiré... Le ganaré un día de estos...
Kikoru a veces tenía recuerdos entre sus sueños, uno de ellos era cuando ella era tan solo una niña que quería recibir algún halago o felicitación por parte de su padre al obtener una nota alta al ingresar a la escuela militar anti-kaijus.
Pero jamás llegó a recibir una sola palabra de apoyo de su parte. Sólo se dedicaba a repetir lo mismo una y otra vez.
—Eso es lo natural. Debes de ser perfecta Kikoru, por el bien de la humanidad, por tu madre que está en el cielo y por tu padrino y tus tíos que velaron por ti hasta el final de sus días. —aquellas palabras siempre retumbaban en su mente desde que tenía memoria.
Su madre murió en servicio y su padrino con lo que le comentaron sus padres falleció en un incendio junto a sus hijos y nietos. Su madre le comentó que su padrino la vio nacer al igual que los hijos de su padrino y sus nietos.
Su padrino era muy amigo de sus padres, tanto que siempre le presumía que él llegó a ser abuelo antes que su padre lo hiciese o cosas por el estilo.
Recuerda que su padrino siempre la visitaba cada que pisaba el país y le traía algún regalo raro pero que era preciado. Su madre se reía de él al ver lo entusiasmado que llegaba solamente para darle su presente a la joven rubia y un grupo de niños que la cuidaban cada que los adultos se ocupaban.
Recuerda que todos ellos eran mayores que ella por lo que entretenerla no era difícil y poder acostumbrarse al ambiente.
Ella recuerda que uno de ellos tenía el cabello algo largo para su edad y una mirada pacífica, otro era serio pero amable, después el ruidoso de cabello corto azabache que peleaba con otro con expresión aburrida pero irritada al tener que lidiar con él, pero sobretodo recuerda a quien siempre terminaba de separarlos para que cada uno se disculpase.
Supuso que era el mayor de todos ya que siempre le hacían caso.
Le agradaba pasar el tiempo con el primero y el de la mirada pacífica ya que este último le daba a escondidas algunos dulces para que los probara tranquila.
Todo estaba bien cuando estaban vivos.
¿Por qué tuvo que pasar eso?
—Quisiera que estuvieran aquí... —susurró para si misma antes de salir de la habitación de entrenamiento para irse a las duchas.
Mientras que en el baño de hombres había un alboroto total, en el baño de mujeres que de por si eran pocas se toparon con la Capitana Ashiro que también descansaba.
Kikoru no perdió la oportunidad para preguntarle a la mujer sobre su rutina al ver su cuerpo bien cuidado.
«Ah, pero Ichinose Ichika tiene más músculo ahora que lo recuerdo, al estar practicando con la barra de hierro sus brazos se tensaron dejando ver que posee la fuerza necesaria para lanzar las piedras de hace rato y dejar daños a pesar de que llevaba el traje creo que eso solo lo potenció más.»
Shinomiya estaba en un dilema muy personal al comparar ambos cuerpos femeninos, que por un momento dejó de escuchar a Ashiro que le compartía su rutina de baño en tina para mejor condición, según ella.
En el baño de hombres estaban interrogando a Kafka por cierta peliblanca.
—Oye viejo, ya dinos. ¿Cuánto tiempo llevas conociendo a la mujer fuertota? —preguntó Iharu con gran curiosidad siendo seguidos por Haruichi y Aoi.
—¿Ichika? Pues la llevo conociendo desde hace años. A decir verdad, la conocí en mi antiguo trabajo. —reveló sin darle mucha importancia cuando para los más jóvenes era más que relevante en lo personal.
—Creí que se conocían de más tiempo. —le dijo Ichikawa quien también se sorprendió por lo que dijo el mayor.
—Ichika entró al trabajo de limpieza de kaijus a la edad de 21 si mal no recuerdo. Yo tenía 24 en ese entonces así que me tocó capacitarla por orden del jefe. Lo que me sorprendió de ella fue que aprende rápido, muy rápido para alguien normal. —rió un poco al recordar la primera impresión que le dio la chica en su primer día de trabajo.
Todavía la recordaba con el cabello corto hasta el nivel de su cuello pero con los años se lo dejó crecer hasta que le llegase casi al nivel de sus pantorrillas, ante eso tuvo que agarrarse el cabello siempre y se lo soltaba cada que salía de turno.
La noche en que salieron a beber y la vio con su cabello muy largo le gustó como se le veía y que si tuviera tiempo que le gustaría verla con otro tipo de peinado a lo que la, en ese entonces, pelinegra aceptó.
—¿Y por qué se unió a las Fuerzas? Lo digo porque se nota que no es algo que la motive mucho. —soltó Iharu nuevamente pensando en la forma de actuar de la mujer.
—Ah sobre eso, la Senpai siguió a Senpai porque ese era su objetivo. Es muy buena su amistad. —Ichikawa fue el que respondió ante la incógnita del pelirosado.
—Ah entiendo. —asintió el joven ante las respuestas obtenidas. —¡Bien, siguiente pregunta!
—Andas muy preguntón, ¿no crees Iharu? —Haruichi fue el que le habló de forma juguetona.
—Es que todavía no me creo que con algo tan simple como una piedra pueda causar tanto daño. Necesito aumentar el peso. —dijo flexionando su brazo para que se viese lo "marcado" de este.
—Creo que Aoi tendría más posibilidades. —dice Ichikawa mirando de reojo a Iharu quien solo se ofendió ante lo dicho.
—Entonces... ¿Por qué se unieron a las Fuerzas? Yo por la Capitana Ashiro. —compartió el pelirosado ante los presentes queriendo saber sus motivos de estar aquí.
Cada uno dijo sus propias razones agregando que también fue por la Capitana Ashiro a lo que Kafka se sorprende como es que ella es tan influyente en la actual generación a lo que Ichikawa le explica la razón de ello.
—¿Y tú viejo? —Iharu era la voz de todos ante las incógnitas en la conversación.
Kafka jamás pensó que lo que iba a decir los llevaría más tiempo en las duchas.
Ichika se encontraba en la azotea de la base únicamente para hacer tiempo y que los baños estuvieran solos para ella con una chaqueta en sus hombros para evitar lo fresco de la noche.
Miraba desde su posición las luces de los edificios y los sonidos de los autos pasando por ahí mientras sacaba una cajetilla de cigarros para poder encender uno a su gusto.
Inhaló el humo del tabaco para poder expulsarlo cuando este se contraía por su calada, dejando ver la nube tenue de entre sus labios.
«Todo muy tranquilo... Algo me dice que no va a estar así mucho tiempo.»
Analizó el entorno minuciosamente verificando que al menos esa noche estaría bien el quedarse un poco a descansar y después saldría a alta hora de la madrugada para darse una vuelta por el área.
Claro tendría que decirle a Kafka y a Reno que la cubrieran otra vez, sino, el vice-capitán Hoshina estará encima de ella.
«Ese tipo si que se ha hecho de buena fama desde que se unió a esta organización. En poco tiempo se le nombró como vice-capitán cuando lo transfirieron de la 5ta División a la 3ra División. Según el informe Hoshina Soshiro fue reclutado por Ashiro Mina en persona después de salvar a un niño de un kaiju tipo lagarto venenoso hace unos años. En aquel entonces seguía las órdenes del líder de pelotón Ebisu al estar en su escuadrón, sin embargo desobedeció a este para poder tener una oportunidad de poner al niño en un lugar seguro mientra que Ashiro Mina disparaba sin tregua al kaiju salvando a los civiles y recibiendo leves heridas en el proceso.»
Ichika leía el informe que Alfred le envió hace unos minutos, el nombre del vice-capitán era uno de los que estaban en la lista que le dio tiempo atrás.
—Espero que mínimo le haya agradecido como se merece al pobre muchacho. Mira que tuvo que lidiar con esa cosa por su cuenta. —soltó sin pena alguna al terminar de leer toda la información recolectada.
«Sigue igual por lo que veo.»
Ichika estaba demasiado enfrascada que no se dio cuenta de que una figura se aproximaba hasta tomar la cerradura dándole vuelta y así abrir la puerta dejando ver quien era.
Era el vice-capitán Hoshina.
Este al ver que la peliblanca estaba en el celular y fumando se acercó a ella cuidadosamente.
Pero poco le sirvió.
—Yo en su lugar no lo haría, Vice-capitán. —le dice Ichika sin voltear haciendo que el mencionado se parase abruptamente a centímetros de ella.
«Que buena intuición.» Halagó este.
—Solo quería verificar si estabas bien, no te has ido a bañar por lo que me dio curiosidad del por qué estabas aquí, soldado Ichinose. —respondió este mientras se colocaba en su lugar mirando con el ceño fruncido la acción de la mujer. —No es bueno que fumes.
—Me relaja de todo a mi alrededor Vice-capitán, no puedo dejarlo así como así. —Ichika guardó rápidamente su celular al notar que estaba a su lado.
No podía permitir que viese que lo estaba investigando.
—Pero tu salud se verá implicada. —replicó este a su persona cruzándose de brazos. —No deberías de seguir haciéndolo.
—Lo siento pero es lo único que me hace sentir de buen humor. —se limitó a responder mientras sacaba el humo del tabaco por su boca.
Hoshina solo se tapó la nariz con su mano al notar el fuerte olor.
—Si le molesta puedo apagarlo, pero no dejaré de fumar. —le dice ella como opción.
Hoshina no quería que eso sucediese a lo que pensó en otra cosa.
—¿Y si te doy algo que reemplace lo que fumas? Puede servirte mejor, estoy seguro. —le da un mejor camino en sus opciones.
—¿Y eso sería...? —alzó la ceja mientras lo miraba de reojo mientras que apagaba el cigarro por el bien del hombre.
—Puedo darte algo dulce o de lo que tu quieras siempre y cuando dejes de fumar poco a poco. ¿Te parece? —le sonríe levemente rezando a que ella accediera.
Hoshina aún sigue en su pequeño dilema sobre la mujer por lo que empezaría a conocerla un poco para poder determinar su pensamiento personal.
Ichika lo meditó por unos momentos hasta que finalmente accedió para fortuna del hombre.
Hoshina siempre se decía que no debía de encariñarse con los compañeros ya que nunca se sabe que puede ocurrir, pero en el caso de la albina era diferente.
Algo dentro de él le decía que ella podría con todo, desconocía el por qué pero le daba cierta seguridad.
Algo parecido a lo que sentía cuando era niño.
Escrito: 30/10/2024.
Publicado: 08/11/2024.
-Alessa.
Listo, 2/2 en un día. Espero que les guste y de paso quiero compartirles lo que me pasó en el mes de Octubre.
¡Un cosplay de Kikoru! Muy bien hecho la verdad. Me encantó verla con todo y arma y me llegué a tomar foto con ella.
Lo disfruté ^^.
Ahora si no sé cuando vaya a subir el siguiente capítulo, lo que si sé es que ya se viene integrado la primera misión de los reclutas por lo que veremos a Kafka transformado y por supuesto su lucha contra Hoshina.
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