7. Revelación.
Multimedia: Shinomiya Kikoru, Ichikawa Reno, Hibino Kafka, alías Kaiju no. 8.
⚠️ADVERTENCIA: Capítulo largo.⚠️
NARRADOR OMNISCIENTE.
[Años atrás; Europa del Norte; Aldea escondida del clan principal.]
En las frías colinas de la zona, más profundo del bosque en que se encontraban había un grupo de personas que se dedicaban observar la escena frente a sus ojos que a pesar de estar presentes no podían asimilar el suceso.
Este clan se caracteriza por dos ramas; la principal y la secundaria.
La rama principal era la que se encontraba ubicada en Europa del Norte, temporalmente, y la rama secundaria se encontraba en Rumania.
Actualmente se presenciaba la iniciación del vínculo con un "familiar", no era un familiar de forma literaria, sino, de como adiestrar y tener el control total de una criatura que no fuese humano.
Más precisos, era un kaiju.
Uno de los nietos del Patriarca del clan fue quien la protagonizaba, mucho creyeron que al ser muy joven no lo lograría, sin embargo, nunca esperaron los resultados exitosos en tan poco tiempo.
Era el primer nieto del Patriarca; Scott Velkan para abreviar todo su extenso nombre.
Es decir, el primogénito de su hijo mayor; Enzo. Quien junto a su esposa Sara tuvieron 9 hijos en total, según los registros oficiales del clan.
En ese momento solo tenían 7 hijos, faltaban 2 por nacer.
—Con tan corta edad y ya hizo su primer vínculo. —de pronto se escucharon los susurros alrededor.
—¿Quién diría que tendría éxito a la primera?
—Antes de tener la mayoría de edad y ya completó la fase más difícil de un miembro de nuestro clan.
—Pero... ¿No creen que su aspecto es algo pequeño?
Muchos dirigieron su mirada hacia la criatura que estaba con el nieto del Patriarca, era una cría de una mezcla entre oso polar y el de un perro. Pero era demasiada pequeña como para que tuviera sangre de un oso en sus venas.
—¿Cómo vas a llamarle, Maze? —le preguntó su abuelo y jefe del clan a su primer nieto.
Este lo pensó un poco y al ver bien lo que era en realidad decidió por fin el nombre.
—La llamaré Naga.
—Entonces es una hembra.
—Si.
—Entonces creo que está bien. —le acarició sus cabellos negros para después retirarse de ahí. La ceremonia había terminado al fin.
Y mientras cargaba a su ahora nuevo acompañante sus demás hermanos llegaron a su lugar.
—Que envidia, yo también quiero uno. —dijo uno de 4 años que miraba con recelo a la criatura que sostenía el mayor de todos.
—No seas así Shawn, somos hermanos. Algún día también tendrás el tuyo. —le dice su hermano mayor por un año mientras le revolvía sus cabellos igual de negros como todos ellos.
—Que el abuelo te oiga. —rezó para que se le cumpliera.
Maze, como era llamado en su clan, a los 7 años fue capaz de convocar y de adiestrar a un kaiju híbrido para sus fines personales y de batalla.
Pero nadie se esperaría que a esa misma edad pero en unos meses más adelante conseguiría otro a su inventario.
Nadie sabía que ellos usaban a los kaijus que les eran útiles para poder mejorar exponencialmente sus habilidades de combate y de comunicación con estas criaturas. No todas eran peligrosas, además de que eran excelentes compañeros que cargaban las cosas pesadas.
Sin mencionar que eran leales a sus amos.
Un secreto para la humanidad ya que aún seguían pensando que los kaijus eran seres que buscaban exterminar a los humanos, cuando la realidad era otra.
Solo no les gustaba que los amenacen en sus propios territorios.
[Actualidad.]
Después de todo lo sucedido en el examen de admisión de las Fuerzas de Defensa, Kafka fue hospitalizado por su pierna rota y Kikoru era tratada por los mejores médicos de la zona.
—No me gusta la diferencia de trato ante heridos. —dijo Kafka lloriqueando ya que estaba en un cuarto normal.
—No se queje Senpai, sus heridas no fueron tan graves ni los de Shinomiya. Aunque a ella la están tratando con todo el equipo médico. —le reprocha Reno mientras pelaba una manzana para él.
—¿Ves? La diferencia es enorme, no es justo.
—Kaf, es obvio que van a preservar su vida al ser la hija del director. No te pongas así. Ahora come. —la peliblanca le extendió un pedazo de manzana a su boca para que la comiera, este le hizo caso.
—Pero a uno que le gusta que le traten bonito, así como tu a mi pero esa es otra historia. —dice a modo de puchero para luego poner una cara más seria. —Acabó todo en un santiamén.
—En eso estoy de acuerdo. —dijo su amiga. —Escuché por ahí que les tomó demasiado trabajo en construir el escenario del examen y en un instante fue concluido. Pero es culpa de ellos al no ver bien los expedientes de los reclutas. —termina para después comer un pedazo de manzana.
—Senpai, ¿a usted le sigue sin agradar las Fuerzas verdad? —con una gotita cayendo en su cabeza Reno mira a la mujer mayor con algo de nerviosismo.
Después de todo declaró a los cuatro vientos y de forma indirecta que la Capitana Ashiro Mina no le agradaba en lo absoluto, sin mencionar sobre su manejo con las armas de fuego.
—Y jamás lo harán Reno. —llevó otro pedazo de manzana a su boca para después darle uno a Kafka y luego a Reno que este último se avergonzó pero no se negó a ser mimado un poco.
—Como iba diciendo, —expresó Kafka con cara juzgona a sus acompañantes por haberle interrumpido. —Hace mucho que no competía con gente tan genial y al hacerlo recordé algo, que el perseguir tus sueños es lo más importante, a lo que no debes de renunciar.
Ichika sonrió ante las palabras de su amigo en cama, así podría recuperar la confianza que le caracterizaba siempre y sobretodo, que ella junto con Ichikawa eran los únicos que podían verlo de esa manera ahora mismo.
—Cada minuto, cada segundo, estás perdiendo hasta que lo cumplas. Pero eso es lo que más me emociona ya que uno es capaz de olvidar eso, ¿verdad que si? —miró a ambos con una sonrisa. —Eso fue lo que recordé gracias al empujón que me dieron ambos en el examen. Así que gracias. —hizo una reverencia con su cabeza hacia ambos tomándolos desprevenidos.
Ichika solo soltó una risa nasal.
—No tienes que agradecer, creo que somos nosotros los que deberíamos de agradecerte por nunca cambiar tu esencia y por ayudarnos cuando más lo necesitábamos. —Reno asintió a todo lo que la mayor dijo.
Lo que nadie sabía era que su conversación era escuchada por la Capitana de la 3ra División.
Ichika volteó hacia la entrada al sentir una presencia detrás de la pared para después identificar su olor a lo que arrugó la nariz.
—Creo que tienes visitas. —le susurró a Kafka para que momentos después ella entrara y los otros dos se sorprendieran.
Ichika ni siquiera la volteó a ver y siguió pelando otra manzana.
Mina solo vino a agradecerles a los tres por haber cargado a Shinomiya y así tratarla dando el saludo habitual de la milicia a lo que Reno le correspondió, Kafka estaba en cama por lo que no se podía mover mucho e Ichika solo la ignoró.
Con disposición a irse de la habitación, Kafka tuvo la intención de llamarla pero Ichika le dio una mirada de que no era el momento, cosa que lo entendió de inmediato.
Al ya estar lejos de ellos la peliblanca solo apretó el mango del cuchillo por solamente su molestia presencia y lo más importante: hacer que Kafka pusiera una cara algo larga.
«Ah, al diablo. Yo sé quien en verdad eres, Ashiro Mina. Y con eso es más que suficiente.»
[Cuarto de recuperación de la base.]
En este yacía la rubia dentro de una cápsula que registraba sus signos vitales y el como ya la habían sanado por completo, sin embargo, ella seguía inconsciente teniendo una lucha consigo misma.
Al despertar ve que las puertas se abren y cree que es su padre, pero en realidad era el Vice-capitán Hoshina quien solo fue a ver como se encontraba y por supuesto hacerle una pequeña pregunta.
—¿Fuiste tú quien derrotó al kaiju principal? —aquella cuestión hizo que la joven inmediatamente pensara en todo lo que sucedió en el examen.
La peliblanca luchando contra el kaiju humanoide sin armas kaiju.
La transformación de Kafka en un kaiju.
El como la mayor invocó a un kaiju e hizo que las protegieran de la onda de choque entre el kaiju principal y Kafka.
No podía decirle nada al Vice-capitán sobre todo lo que vivió.
Esos dos le salvaron la vida.
—Si, yo fui quien mató al kaiju principal. —respondió con seriedad para que el adulto no sospechara nada.
Hoshina solo la escuchó sin decir nada, pero algo dentro de él le decía que había gato encerrado en todo esto del tema del kaiju.
Sin mencionar que la escena anterior era similar al caso de hace tres meses.
«¿Qué es lo que está pasando con los kaijus?»
También lo más extraño era la pequeña área que no fue destruida por la onda de choque del principal.
«Todo fue destruido excepto esa pequeña zona donde no estaba lejos del kaiju. No tiene sentido, debió de haberse hecho polvo junto a todo lo demás. Era como si en aquel lugar hubo una especie de pared.»
Hoshina ataba cabos en su cabeza ante toda esta extraña situación, la de ahora, la de hace tres meses, el otro caso de hace tres meses en donde tuvo una "conversación" con la figura misteriosa pero famosa "La Dama Roja", en donde fracasó a causa de una insubordinación de un soldado que disparó sin permiso.
«Esto solo hace que me duela la cabeza.» Pensó al llevarse una mano hacia el área mencionada y suspirar de cansancio.
[Monster Sweeper Co., LTD.]
En las instalaciones de la agencia de limpieza anti-kaiju tanto el adulto como el joven estaban de ronda pero lo que más llamaba la atención eran los escándalos gritos que daba Kafka por sus nervios.
—¡Me está matando la espera! —se agarra ambas manos su cabeza ante su desesperante angustia. —¡Ya no puedo con esto! ¡Y todo es tu culpa! —apuntó acusadoramente a Ichikawa.
—¿Y yo por qué? —se apuntó a si mismo ofendido.
—¿¡Cómo que por qué!? ¡El empujón que me dieron tu e Ichika fue lo que me condujo a este estado! Que por cierto, ¿¡dónde está!? ¡Necesito decirle todo lo que siento!
«¿Dónde quedó esa mentalidad filosófica que mostró en el hospital? Pobre de la senpai, teniendo que aguantar sus ataques como el de ahora, mis respetos.»
Cuando Reno creyó que iba a marearse de tanto ser jaloneado de un lado a otro por Kafka su jefe les llamó diciendo que les había llegado unos sobres de las Fuerzas para los tres.
Kafka y Reno los tomaron rápidamente y le agradecieron.
—¡Ay que nervios! —exclamó Kafka al ya tener su sobre en manos.
Cuando este iba a abrirlo fue detenido por Ichikawa.
—¡Espere senpai! ¿No es mejor que los tres veamos nuestros resultados? —le pregunta ya que la peliblanca no estaba por ningún lado.
Hasta Kafka pensó que había faltado pero al ver la lista de asistencia de hoy supo que no fue así.
—Tienes razón Ichikawa. Hay que buscar a Ichika para que los tres sepamos por fin como salimos. ¡Vamos! —arrastró al más joven para poder buscar a la mayor.
Según el itinerario de hoy, Ichika estaba en el turno matutino trabajando en el inventario por lo que se dirigieron al almacén.
Al llegar la vieron acomodando el equipo que usaban para la siguiente salida en cuanto les avisasen. Kafka corría arrastrando a Ichikawa que muy apenas y mantenía el ritmo al tomarlo desprevenido.
—¡I-chi-ka! —alargando cada sílaba de su nombre hasta llegar hasta donde estaba. La nombrada se volteó para encarar a ambos hombres.
—¿Tan temprano y ya estás gritando? —le comenta al ya tenerlo cerca y esperando a que recupere el aliento.
Ichikawa estaba peor pero sin soltar los tres sobres que les dieron.
—I...chika... —tomó aire para poder hablar. —¡Llegaron nuestros resultados!
—Ya te oí, no es necesario que me lo grites en la cara. —le pone una mano en la boca para que dejara de vociferar.
—¡Senpai, aquí tiene! —Reno le da su sobre correspondiente a lo que la peliblanca solo le acaricia sus cabellos en agradecimiento. Ichikawa se sonroja un poco por tal acción.
Los tres van a buscar una mesa y se sientan juntos para poder abrir sus sobres.
—Ahora si, que nervios. —mencionó Kafka casi sudando por saber como le fue.
—Te fue bien, estoy segura. —le consuela para calmarlo un poco. —Ahora deja de temblar como gelatina y abre el maldito sobre. —exigió.
—Tu manera de consolar a la gente me confunde mujer. —suspiró en resignación. —A la cuenta de tres los abriremos, ¿de acuerdo?
Ambos asintieron a sus palabras.
«La última oportunidad...» Pensó Kafka tragando un poco de saliva por sus ansias.
Los tres tomaron sus sobres cuando Kafka inició el conteo, al llegar a tres sacan sus hojas de resultados revelando al fin su contenido.
[Base de Tachikawa, salón de ceremonias.]
Todos aquellos que lograron pasar se encontraban ahora en el salón donde solo esperaban a los altos mandos para iniciar con la ceremonia de nombramientos de los certificados.
Entre ellos estaban Izumo Haruichi, Furuhashi Iharu y Kaguragi Aoi.
Y también estaba Ichikawa Reno, que siempre si logró pasar el examen.
Entre la mayoría se saludaba al ya reconocer sus rostros y el como se desenvolvieron en la prueba del kaiju.
Lo que esperaban que sucediera en si.
El salón de pronto se envolvió en murmullos al ver entrar a Shinomiya Kikoru al salón, se sabe que ella quedó en primer lugar y que dará el juramento en representación a la nueva generación.
«No me sorprende, Shinomiya demostró de lo que es capaz al matar a todos los residuales y al principal antes de que volviera a la vida.»
Pensó Reno al verla hablar con otra chica que también pasó.
Disimuladamente Shinomiya buscaba con la mirada a dos adultos que fueron los que le permitieron seguir viviendo, pero al no verlos solo se resignó y volvió a hablar con la chica que se le acercó, Minase Akari.
Iharu accidentalmente chocó con Reno a lo que se inició una conversación sin más.
—Oh, tu eres amigo del viejo y de la mujer que vuela. —Reno parpadeó varias veces al escuchar aquello.
«No creo que la senpai le guste que le pongan esa clase de apodos.»
Ichikawa se presentó ante Iharu y este último preguntó por los mayores a lo que Reno no pudo decir con exactitud lo que pensaba en aquel momento.
—¿No me digas que reprobaron? Bueno del viejo no me sorprendería, ¿pero de esa mujer?
—¿Hablas de la peliblanca que lanzó a los guardaespaldas de Shinomiya? No me creo que ella no esté. —se acercó Haruichi con Aoi quien solo asintió a lo que el otro dijo.
—Creo que fue porque ofendió a la Capitana. —Minase junto a Shinomiya y otra que era más alta de nombre Hakua llegan a donde estaban los chicos.
—¿Tu crees? Aunque bueno, no fue directamente a la Capitana Ashiro pero no creo que se deba a eso. Sino, ¿qué imagen estarían dando la 3ra División? —cuestionó Hakua algo extrañada por la ausencia de la peliblanca mayor.
—¿Vieron que mató a un kaiju sin armas? Eso para mi ya es suficiente como para aprobar. —comentó Iharu a lo que la mayoría estuvo de acuerdo.
Shinomiya solo escuchaba lo que decían de la mayor sintiendo un poco de frustración al no verla aquí y de no tener la oportunidad de reclamar una revancha con ella.
Puede que Kikoru haya quedado en primer lugar para muchos, pero para ella Ichika y Kafka fueron los que se llevaron la victoria ante la adversidad que se presentó en el examen.
—Pues en si creo que si la ofendió pero jamás dijo nombres, solo mencionó que ella no necesitaba armas de fuego ya que no le gustan y todo el mundo sabe que la única portadora de armas de fuego es la Capitana Ashiro. —teorizó Minase a lo que dijo Hakua.
—La senpai solo fue sincera al respecto de sus habilidades y lo demostró en el examen, ella no atacó a nadie por querer así que ya dejen de hablar como si ella hubiese hecho algo malo. —harto de que la tacharan como algo peor, Ichikawa les dijo con el ceño fruncido y se fue de ahí para tomar su lugar correspondiente.
—Creo que estoy de acuerdo con él. No es bueno hablar solo por hablar. —Kikoru también se fue de aquel circulo y se dirigió a su primera posición.
—Bueno cada quien es libre de decir lo que dice y por lo que escuché aquel día solo fue una característica de lo que es capaz, ¿no es así? —Haruichi al escuchar todo eso habló con respecto al tema. —Lo mejor será dejarlo así, nadie sabe lo que pasó excepto los altos mandos. Solo ellos tendrán sus razones. —sin más se fue de ahí junto con Aoi dejando a Hakua, Minase y a Iharu quien solo se mantuvo callado al tocar el tema.
No es que le desagrade Ichika, pero tampoco quería quedar mal cuando se trataba de la Capitana Ashiro, a fin de cuentas ella le salvó la vida en secundaria. Por lo que optó solo con decir las cosas buenas de Ichika y no meterse en un lío.
Minase no quería que hubiera discordia por el asunto por lo que cuando quiso arreglarlo ya no podía, la voz de Okonogi resonó anunciando el ingreso de la Capitana de la 3ra División.
Todos se pusieron en firmes al tenerla presente. Ella subió al podio para poder dar inicio a la entrega de diplomas.
—Representante de los aprobados de la nueva generación, Shinomiya Kikoru. —llamó Okonogi a la rubia para que esta subiera y recibiera su diploma e hiciera el juramento por todos ellos.
Antes de que la Capitana diera inicio al discurso para el representante una voz la interrumpió.
—Disculpe la interrupción Capitana, pero en realidad son dos representantes de los aprobados. Solo que al parecer no llegó a la ceremonia. —aquello causó que los presentes se sorprendiesen.
Es decir que Shinomiya no era la única que había sido aprobada con la puntuación más alta.
Mina solo suspiró ante ello, lo sabía perfectamente pero nunca vio su cara por lo que Okonogi solo mencionó a Shinomiya al ver que solo estaba ella.
—Lo sé, pero al no estar presente la segunda representante solo se le tomará en cuenta a la que si se presentó.
—Eso es cierto, así que no te preocupes por eso, se le había avisado con anticipación a la otra representante para que viniera... Pero creo que solo nos ignoró. —susurró lo último el Vice-capitán Hoshina Soshiro con una nerviosa sonrisa al ver el poco interés de la susodicha.
—¿Segunda representante? —preguntó Shinomiya sin entender.
—Si, originalmente iban a ser tu e Ichinose Ichika las que darían el juramento. Pero por ahora solo nos centraremos en ti así que no tienes que preocuparte por cosas como esta. —le dice Hoshina y también era para todos los presentes haciendo que aquellos que pensaban erróneamente de Ichika dejaran de hacerlo.
Reno sonrió para si mismo al ver el cambio de atmósfera del lugar. Se sentía orgulloso de su superior y que ya nadie hablará mal de ella.
Lo que no sabe es que a ella le daba igual lo que pensaban de su persona. La única que sabe quien es en realidad era ella misma.
—Gracias a ti no se perdieron vidas al concluir el examen, como la encargada de dirigir esta División te lo agradezco. —Shinomiya al oír las palabras se sorprende pero en un momento ella solo mira al suelo.
«No soy yo quien debería de recibir estas palabras. Sino Hibino Kafka e Ichinose Ichika, ambos arriesgaron sus vidas para que nadie saliera herido. No solo me salvaron la vida, sino que se preocuparon y cuidaron de mi para evitar que empeorara mi condición. De tan solo recordarlo me da vergüenza. Sin mencionar todas las preguntas que tengo de ambos, uno que se transforma en kaiju y la otra que llama a kaijus. No voy a tolerar que desaparezcan de mi vista sin...»
Los pensamientos de Shinomiya fueron interrumpidos por el sonido de la puerta al abrirse dejando ver a un Kafka pasando rapidito al salón disculpándose en el proceso causando sorpresa en los presentes.
—Con permisito~. Ya llegué~. —dijo para después posicionarse atrás de todos los demás.
—¡Es el viejo! —exclamó feliz Iharu al verlo.
—Dado que se unirá como cadete queda fuera de la lista de aprobados. —exclamó Mina para seguir con el protocolo.
«Como se esperaba, Hibino Kafka.» Pensó Shinomiya.
«Así que también aprobó.» Haruichi sonrió al verlo de reojo.
«Aunque como cadete.» Iharu jamás dejó de sonreír al verlo.
«Que inesperado.» Eso fue lo único que pensó Aoi.
Mina solo observaba a Kafka y este la observaba a ella. Ahora que Kafka pudo entrar, aunque sea cadete, podría cumplir con la promesa que se hicieron hace tantos años.
Mina daría su discurso para los presentes, mientras que en otro lado se encontraba la que única que no acudió al llamado de las Fuerzas recostada mirando el cielo y sintiendo la brisa en su rostro con un cigarro en mano.
Tal y como dijo Hoshina, Ichika ignoró a todo aquel que perteneciera a las Fuerzas desde que vio sus resultados junto con Ichikawa y Kafka.
[Días antes de la ceremonia.]
Ambos se alegraron de ella, pero esta al ver la invitación de ser la representante la tomó entre sus manos y la hizo bola para después arrojarlo a la basura.
Tanto Kafka como Reno le reclamaron el porqué de su acción. Ichika solo dijo que era un fastidio y que les avisaba de antemano que ella no se presentaría a menos que Ashiro Mina saliera de ahí o que concluyera la ceremonia.
Ichika al llegar a su departamento vio a su mayordomo Alfred avisándole sobre todo lo que sucedió.
—Joven ama, no creo que sea buena idea faltar a dicha ceremonia. Usted fue de las mejores sería un desperdicio que la gente no la mire como se merece. —le recrimina el mayordomo mientras este empacaba las cosas que necesitaría la mujer en la base.
—No me interesa para nada lo que unos buenos para nada digan al respecto. Sabía que esto sucedería, sin mencionar que estaban a punto de reprobar a Kafka, otra vez. ¿Y sabes lo que iba a decir la malagradecida esa, Alfred?
Este solo negó.
—Ella iba a estar de acuerdo con ello, lo vi mediante la visión compartida. Me frustra esa mujer, no logro entenderla en absoluto. Primero se enfada con Kafka porque dejó de hacer la prueba pero ella iba a impedir que pasara a pesar de que sus estadísticas eran menores al promedio. ¿Tantas veces que ha visto el mismo resultado y todavía tiene el descaro de enfadarse con él de no poder cumplir con su palabra cuando es ella la que se lo impide? ¡Eso no tiene ningún puto sentido! —sacó todo lo que le molestaba mientras caminaba por toda la habitación.
Alfred solo sacó una caja de cigarrillos para ofrecerle uno y sacó su encendedor para darle fuego a su ama.
Al estar estresada y enojada era mejor calmarla con algo de tabaco.
—Dime algo Alfred. —le caló a su cigarro para sacar el humo por su boca mientras encara al hombre mayor volviéndose a meter el cigarro en la boca. —¿Me veo como alguien que quiera unirse solo porque sí? ¿Yo, alguien que fácilmente puede matar a un kaiju sin toda esa tecnología barata?
—Eh...
—No me respondas, es obvio cual es la respuesta. —le corta mientras saca el humo del cigarro por su vía bocal. —Lo único que hicieron bien fue que ese tipo del clan Hoshina lo aceptó como cadete en su escuadrón, aunque no me gustó el como se refirió a Kafka pero al menos lo aceptó. Así que solo por eso iré. —aquello alegró al hombre mayor. —Pero solo cuando termine.
—Bueno, al menos es algo joven ama. —le entregó su maleta con todo lo necesario. —Aquí tiene joven ama todo está listo y también le agregué algunas "cosas extras" a tu maletín en caso de emergencias. No se preocupe por el área de la vivienda, yo me haré cargo de que ningún kaiju perturbe el lugar en su ausencia.
—Te lo agradezco mucho Alfred. —ella lo abrazó haciendo que este le correspondiera aunque no se esperaba dicha acción. —Te voy a echar de menos, en los días libres vendré a visitarte como te mereces.
—No se preocupe joven ama, mi papel es servirle en todo lo que necesite ya que ese es mi rol desde que usted era una niña junto a toda su familia. —ambos se separaron para verse bien. —Espero y no se ofenda ama, pero luce idéntica a su padre pero los ojos los sacó de su madre, con ese brillo sin igual que siempre desprendía a donde quiera que iba.
—Que cosas dices Alfred, pero siempre me han dicho que me parezco más al abuelo.
—Y en eso es verdad, sacó un poco de su personalidad pero no es del todo malo.
—Eso espero. —dispuesta a irse de ahí para establecerse en un lugar más cercano a la base gracias a Alfred, esta se voltea verlo por última vez recibiendo una sonrisa de su parte. —Gracias por estar a mi lado Alfred.
—Soy yo quien debería de agradecerle ama, usted fue quien le dio un propósito en mi vida así que se lo agradezco de corazón. —hizo una reverencia con una mano en su pecho, justo donde estaba su corazón, símbolo de su lealtad a la peliblanca. —Que tenga un excelente viaje.
Ichika abre la puerta para salir de ahí y no volver por un buen tiempo, ahora deberá de cuidar a su amigo y a su kohai mientras estén viviendo en la base.
—Solo espero no desesperarme mucho.
[Actualidad.]
Ichika acabó su cigarro y se dispuso a ver como iba la ceremonia.
—Garuda, visión compartida. —exclamó y un kaiju pequeño se rodeó a su cuello para que su vista fuera transmitida a ella y desaparece para llegar a la sala de ceremonias. —Ja, así que la estúpida está dando el discurso. Supongo que puedo esperar un poco más.
Escuchó cada palabra que decía Mina y solo le daba asco el como decía las cosas.
—Que buena manera de motivarlos. —dijo con sarcasmo.
Al acabar de hablar Mina el primero en hablar después de ella fue Kafka diciendo que pronto iba a llegar a su lado a lo que ella solo se dio un golpe en su frente con la palma de la mano.
—Eso bebé, humíllate. —dijo resignada al ver la metida de pata que dio sin pensar.
Luego escuchó la sentencia de Mina sobre Kafka.
—¿¡Ha!? ¡Mejor hazlas tú malparida que bien que te hacen falta! —escupió de molestia al escuchar aquello.
Sin más se levantó y bajó del tejado para ir directo a la sala. Ella portaba el uniforme oficial pero no era el femenino, sino el masculino.
El pantalón era cómodo, eso fue lo que pensó al tenerlo puesto.
También ve como Hoshina se burla del éxito de su factor cómico en su primer día, algo que también la hizo enojar.
—Condenado ojos de gato y zorro, ya me las cobraré contigo. —se tronaba los dedos de sus manos mientras seguía avanzando y mirando lo que hacía Hoshina.
Pero fue tanta la intensidad que usó la visión compartida que su instinto de querer golpear a Hoshina se hizo notar haciendo que este parase de reír y se volteara detrás suyo, donde estaba Garuda en su forma invisible.
—Ups. Creo que me pasé. Garuda ve hacia otra esquina, aléjate de ese hombre. —el kaiju le hizo caso y ella suspiró. —Si pierdo a este kaiju me veré en problemas.
Por mientras veía como Kafka hacía sus flexiones como podía mientras escuchaba las palabras de Hoshina con Okonogi, pero también se dio cuenta que este escondía sus verdaderas intenciones al ver que abrió sus ojos mirando fijamente a Kafka.
—Maldición, Hoshina Soshiro, de todas las personas que existen en las Fuerzas tu eres la más peligrosa al ser tan inteligente. Tendré que mantener a Kafka lejos de él también. —dijo mientras empezó a correr para llegar a la sala. —Garuda cambio forma, anula la visión compartida por ahora tienes una nueva misión. Vigila a las 24 horas al Vice-capitán de la 3ra División, Hoshina Soshiro. No dejes que se le acerque demás a Kafka ni a Parca, ¿quedó claro? —solo se escuchó un sonido singular en su mente de parte del kaiju.
Al llegar vio que la puerta estaba custodiada por dos soldados que al verla preguntaron quien era a lo que ella les respondió que era de la nueva generación a lo que le dieron acceso.
«Tontos, no me preguntaron si decía la verdad o no.»
Al entrar todos estaban enfocados en Kafka y el como Shinomiya le llamó para que pudieran hablar en privado. Inmediatamente supo a lo que se refería.
—No me digas, ¿te le vas a confesar? —se burló Iharu de Kikoru al escuchar su petición de hablar a solas.
Ichika tuvo que poner ambas manos en su boca para reprimir la carcajada que estaba a punto de soltar.
—¡Claro que no, idiota!
Ve que Ichikawa se le acerca a Kafka para susurrarle algo y el mayor solo suelta un comentario que nada que ver con el tema.
—¡Cállate y ven! —con toda la intención de golpearlo, Kikoru se le acerca para proporcionarle una patada pero esta fue detenida en el aire y con una sola mano de alguien.
Ichika le había detenido el acto y de un solo movimiento la hizo girarse de modo que su cuerpo mirase hacia el estrado con la pierna estirada siendo sujetada todavía por la peliblanca, lo que también hizo que Kikoru soltara un gritito de sorpresa.
—Andando, señorita. —se dirige a Kikoru mientras la obliga a avanzar causando que ella diera saltitos para evitar caerse de boca y gritándole que la soltase. —Reno, levanta a Kafka en lo que yo me hago cargo de ella. Iremos a Bonny's, invito yo.
Una vez dicho eso siguió avanzando con Kikoru delante de ella como perro con correa mientras que los que presenciaron todo se quedaban estáticos por lo que hizo. Reno solo hizo caso a lo que la mayor le dijo y ayudó a Kafka a levantarse para irse del salón.
Ignorando todas las miradas que se ganaron en tan poco tiempo, incluyendo a los líderes de pelotón y al vice-capitán junto con la analista de lentes.
—Sabía que había pasado la prueba. —soltó de golpe Haruichi cuando ya no vieron a esos cuatro.
—Yo también pensé lo mismo. ¿Viste como detuvo la patada de Shinomiya? Hasta la obligó a doblegarse ante ella. —elogió Iharu con brillitos en los ojos de tan solo recordar la escena.
Minase estaba de boca abierta, no creía que Shinomiya fuese neutralizada tan fácilmente y Hakua solo soltó una risa nerviosa al ver el modo que calmó la situación, si es que se puede decirlo de esa manera.
—Creo que todos aprendimos algo el día de hoy. —dijo Aoi después de estar en silencio. —No hay que molestarla, sino, estaremos igual o peor que Shinomiya.
Todos asintieron estando de acuerdo con sus palabras.
Ichinose Ichika no era una mujer que se debe tomar a la ligera.
Los líderes veían todo desde sus asientos y el vice-capitán solo sonreía con su mano en su barbilla.
«Con solo aparecer ya les hizo entender a los demás que esto no es un juego. Ella prácticamente puede detener cualquier tipo de golpe con las manos desnudas. Pero qué interesante adquisición hemos obtenido en esta cosecha.»
[Restaurante Bonny's.]
—¿¡Qué!? ¿¡Que te convertiste en kaiju al comerte uno!? —exaltada soltó Kikoru con la explicación que le dieron ganándose un golpe en la cabeza por parte de Ichika. —¡Ay, me dolió!
—Que bueno mocosa porque de no ser así te iba a dar otro con el doble de fuerza. —aquello hizo que Kikoru se cubriera la cabeza con sus manos. —Además, ¿quién demonios grita lo que le cuentan a los cuatro vientos? Esto solo demuestra que no eres de confianza. Kafka, Reno, yo me encargo de todo, ustedes solo dirán que no saben nada de ella cuando salgamos de aquí.
Kafka, Reno e Ichika estaban sentados juntos mientras que Kikoru estaba del otro lado de la mesa.
Reno al escucharla supo a qué se refería por lo que intentó calmarla y Kafka solo a abrazó por los hombros para evitar que se le lanzara encima a la rubia.
Kikoru sintió por un momento que su vida estaba en peligro de tan solo haberla escuchado.
—Ichika déjala, es normal su reacción. —Kafka en un intento de hacerla entrar en razón le dice las cosas como tal.
—Pues para mi no.
—Senpai, por favor cálmese. ¿No gusta un té? —le ofrece el vaso como ofrenda para evitar la tragedia.
—Aún así no me lo puedo creer. Qué glotón.
Ichika ahora le patea la pierna con su bota militar con casquillo haciéndola chillar de dolor.
—Oye más respeto grosera. —le suelta enojada mientras ve como Kikoru se soba en el lugar afectado. —Vaya manera de decir "gracias por salvarme la vida" a las personas que se arriesgaron a llevarte al centro médico de la base.
—Ichika ya deja a la niña. —Kafka intervine por el bien de la rubia, antes de que la saque de sus casillas.
—"Esa." —apunta hacia Kikoru que solo frunce el ceño mientras se encoge de hombros. —No es una niña, es una adolescente mimada y con falta de educación hacia sus mayores que no sabe cuando mantener la maldita boca cerrada cuando es necesario y que al parecer le gusta que le den zapes.
Kikoru instantáneamente se cubrió la cabeza con sus manos nuevamente por si le da otro golpe en esta.
—Volviendo al tema. —Reno fue quien recuperó el hilo de la conversación. —Eso fue lo que pasó, no es que senpai se lo haya comido por gusto.
—¡Si! ¡Se me metió a la boca sin permiso! ¡Se sintió raro! —sintió escalofríos de solo recordarlo.
—¡No grites eso! —Reno e Ichika regañan al mayor que solo se disculpó por su leve descuido.
—Aún así creo que podría contárselo a las Fuerzas de Defensa. Quizás se pueda curar. —dijo Kafka pensativo en ver si había remedio.
Ichika al escucharlo escupió el té que le dio Reno que casi le cae a Kikoru de no ser que lo esquivó a tiempo.
—¡Definitivamente no! —declaró mirando a su amigo.
—Estoy de acuerdo con ella. —mencionó Kikoru mientras se acomodaba mejor en el asiento. —Aunque no te castigaran, harán experimentos a diario. Así no podrás ser soldado.
—¿Ah, no? —soltó incrédulo Kafka mientras que Reno e Ichika asentían a todo lo que decía ella.
—Solo piénsalo Kaf, ¿de verdad crees que una organización que únicamente se dedica a matar kaijus sin importarles si son buenos o no no aprovecharían tu condición para diseccionarte? —soltó el golpe de realidad Ichika y Kafka solo enmudece. —Además, a ti te clasificaron como categoría especial.
Miró hacia Kikoru que esta solo se sobresaltó en su sitio al sentir su mirada.
—Adelante niña, dile lo que les hacen a aquellos kaijus que tienen un número específico.
La rubia solo tragó en seco para solo decir lo siguiente:
—A los kaijus poderosos a lo que les ponen número se usan para hacer piezas de armas especiales. Es probable que termines así.
Kafka solo tenía la cara de espanto y Reno palideció con solo escucharla.
—¡Por favorcito, Kikoru, guárdame el secreto! ¡Me salvarías la vida! —la toma de los hombros mientras llora por su vida.
—¡Qué cerca! —dentro de su pánico Kikoru soltó eso con las mejillas sonrojadas.
En medio de dicho pánico Kikoru casi le da otra patada a Kafka en lo que era sostenido por Reno de no ser porque nuevamente Ichika le detuvo el golpe y el menor acomodó al pelinegro para que se tranquilizara.
—Tú en serio quieres que te rompa la pierna, ¿verdad, mocosa? —le aprieta el pie haciendo que soltase un quejido obligándola a soltarla al estar en un lugar público. —Deberías de quitarte esa maña de patear a quien se te dé la gana. Es jodidamente molesto.
La rubia se soba el pie mientras susurra una disculpa por su acción, temiendo que en verdad te rompa algo y termine hospitalizada, otra vez.
—Me salvaste, así que no diré nada por ahora. —se cruza de brazos mientras aparta la mirada avergonzada.
—¿Qué quieres decir con "por ahora"? ¿Piensas andar de lengua suelta cuando veas la oportunidad? Por que de ser así créeme niña que esa "oportunidad" jamás te llegará. —la toma por el cuello acercándola a sí misma para mirarla fijamente y dejarle el mensaje claro.
—¡Senpai, suéltela por favor! ¡Ella no quiso decir eso! ¿Verdad? —Ichikawa interviene en un intento de salvar la vida de Shinomiya diciéndole con la mirada que se retractara.
—¡Si, así es! ¡No quise decir eso, perdón! —desesperada contesta para luego sentir como se le afloja el agarre de la mayor suspirando de alivio al respirar mejor.
—Ah bueno, por ahí hubieras empezado. —se acomodó mejor en su lugar y volvió a darle un sorbo al té que le dio Ichikawa.
Kafka por su parte estaba feliz de que Shinomiya cooperara con ellos en no decir nada mient5ras limpiaba el desastre que hizo su amiga con el té anteriormente.
—Por otra parte... —menciona la rubia captando la atención de los tres. —Si descubro que eres un kaiju malo para la humanidad, te mataré yo misma. —declaró seriamente.
—¡Senpai, no! —Ichikawa intenta detener a la mayor de lanzarle un tenedor a la rubia pero no le fue del todo bien ya que solamente le rozó la mejilla delineando un delgado sendero en su rostro que se tornó roja por instantes.
El tenedor quedó clavado en la pared detrás de la rubia.
—¡Ichika! —Kafka le llamó la atención por su acción.
Shinomiya solo miró de reojo su nueva herida y se tocó el área para ver como sus dedos se tornaban rojos por su propia sangre.
—Shinomiya Kikoru, ¿de verdad no aprecias tu joven vida, no es así? —la mira fijamente con seriedad que incluso con esos lentes que llevaba podía sentir como penetraba su piel de lo pesada que la sentía. —Decir eso delante de alguien que puede hacerte desaparecer es algo que por lo general llamaría que tiene agallas, pero en tu caso lo llamaría una total estupidez.
Ichika le da un sorbo a su té para después dejarlo en la mesa y seguir hablando.
—Además, solo alguien lo suficientemente estúpido podría provocar al kaiju dentro de Kafka que únicamente existe para matar a los de su raza. Así que no tienes de qué preocuparte, siempre y cuando no seas tu la que haga esa locura, tú estarás bien. Y por supuesto Kafka no está solo. Nos tiene a Reno y a mi. Principalmente a mí.
«No a Mina, ni a nadie. Solo a mí.»
Ichika no podía permitir que le hicieran eso a Kafka, sobretodo conociendo al que está a cargo de toda la organización Anti-Kaiju.
—Te lo agradezco Ichika, pero si eso llega a pasar también puedo contar con Kikoru, ¿no crees? —le sonríe como él suele hacerlo para poder calmar las aguas en el ambiente.
—¡Kaf! —le reclamó ella. —¡No sabes lo que dices! ¡Tú no eres el villano en esta historia! ¿¡Por qué demonios debes de pagar por algo que no cometiste!?
—Porque así podré calmar a aquellos que le tengan miedo a los kaijus. —la mira serenamente mientras le sonríe sin mostrar los dientes.
Ichika se sorprende por lo que dice al igual que Reno y Kikoru.
Kafka estaba dispuesto a sacrificarse con tal de no perjudicar a los que aprecia.
—Pero aún así... No deberías de decirlo en voz alta. —gruñó mientras frunció el ceño.
—Lo siento, no me gusta que pongas esa cara. Perdóname Ichika. —se coloca una mano en su nuca rascándola en el proceso.
Ichika solo muerde su labio inferior al ver que nunca piensa en sí mismo.
«Pero si haces eso, ¿qué pasará conmigo?»
Pensó profundamente la peliblanca al ver que no podía hacerlo cambiar de opinión sobre su situación.
«Si tu no estás en este mundo, entonces yo no tendría un propósito para vivir.»
Reno miraba la conexión y amistad de los adultos que le salvaron la vida, y los entendía perfectamente.
Shinomiya también los miraba y algo dentro suyo le punzó causando que empuñara sus manos arrugando el vestido que usaba sobre sus rodillas.
A ella le hubiera gustado que alguien la mirase como Kafka e Ichika se miran con preocupación mutua.
Después de todo la única que le daba esas muestras era su madre.
Lo cual la llevó a su siguiente cuestión.
—Ahora que ya resolví lo de la transformación, me gustaría saber la otra cosa. —Kikoru habló para llamar la atención de los tres. Mirando solamente a la mujer. —¿Qué fue ese kaiju que llamaste para protegernos de la explosión?
Ichikawa y Kafka ahora miraban a la peliblanca esperando su respuesta, Kikoru estaba expectante por su respuesta pasando su saliva por su garganta por lo ansiosa que se encontraba.
Ichika terminó su té para después colocar el vaso en su lugar para mirar a la rubia.
—No es algo que una joven como tú deba de saber. —fue lo único que dijo a su pregunta.
—¡Pero es algo que jamás se había visto! Al menos me gustaría saber como es eso posible. —su tono de voz subía y bajaba teniendo cuidado ahora de como reaccionaría la mujer.
—¿Para qué? —alzó la ceja al ver que quería saber demás. —¿Para que se lo cuentes a papá jefe? ¿Para que también le cuentes sobre lo de Kafka? ¿Para buscar reconocimiento? Pues fíjate que eso no pasará niña, acepta la cruda realidad. Lo que viste en el examen, se queda en el examen. Y donde me entere que soltaste la lengua aunque sea solo unas palabras esto es lo que sucederá: Voy a tomar su pequeña y fea cara, tomaré un pequeño cuchillo y cortaré desde la raíz esa lengua en pedazos y haré que te la tragues para ver si así vuelves a decir algo indebido. ¿Te gustaría saber qué sabor tiene tu lengua? ¿Eh? ¿¡Lo quieres saber!?
A estas alturas la mujer era sujetada por ambos hombres para que no se le acercase a la joven.
Kikoru negó repetidas veces con miedo y se tapaba la boca con sus manos.
—¡Lo siento! ¡No quise preguntar algo indebido! ¡Por favor, olvide lo que dije! —se disculpa ella llena de terror de tan solo imaginar lo que le dijo.
Al ver que su disculpa era sincera se recargó en el asiento haciendo que Reno y Kafka suspiraran de alivio.
No pasó a mayores.
—¿Algo más que quieras saber? Excepto lo que te negué a contestar. —la rubia niega levemente hacia la peliblanca. —Bien.
—Al menos no por el momento... ¡O espere, si! ¿Cómo es posible que puedas pelear con un kaiju sin usar armas de fuego? —la curiosidad era lo que invadía a la rubia en esos momentos.
—Bueno, siendo sincero yo también quiero saber, senpai. —dice Reno mirando a la mayor a su lado.
—Ichika siempre ha sido buena en lo que se refiere a combate cuerpo a cuerpo. Por lo que no me sorprende que pueda a hacer todo eso sin ayuda de un francotirador o algo por el estilo. —Kafka llevó a su boca un pedazo de pastel que pidió anteriormente.
Ichika lo pensó por momentos en si responderle esa pregunta o no. ¿Debía de ser sincera hasta cierto punto? Al ver la mirada que Reno le estaba dando solo suspiró en rendición.
—Todos los días entreno mi cuerpo para que esté preparado bajo cualquier circunstancia en la que me puedo involucrar. En la personal, no puedes confiar en las armas, sobretodo en las de fuego. El día en que llegue un momento crítico y tengas una pistola pero esta no tenga balas pensarás que todo acabó cuando en realidad solo comienza. —miró su mano para luego hacerla puño. —En lo único que debes de confiar es en tu entrenamiento, ya que este jamás te traicionará.
Para cuando levantó la mirada se sorprendió al toparse con las miradas de admiración de Reno y Kafka y una sorprendida de Shinomiya.
—¡Eres mi ídola, Ichika! —le aplaude orgulloso su amigo pelinegro y al mismo tiempo le da dos pulgares arriba. —¡Como se esperaba de mi mejor amiga!
—Senpai, por favor enséñeme lo necesario para el combate cuerpo a cuerpo. Le prometo que me esforzaré. —le pide Reno con determinación a la peliblanca que no sabía como reaccionar.
—¿Eh? Ah... Bueno, no tengo ningún problema pero...
En lo que esos tres estaban en su mundo Shinomiya solo podía pensar en muchas cosas.
«¿Confianza en tu entrenamiento? ¿Sin armas kaiju? ¿Es eso posible?»
Recordó todo lo que sucedió en el examen.
«No, claro que es posible. Ella supera los límites en cuestiones físicas. Pero ¿un entrenamiento así te hace ser capaz de hacer eso?»
Kikoru pensaba demasiadas cosas como para encontrar una respuesta en ese momento.
—En ese caso creo que ya acabé aquí. —mencionó Kikoru al levantarse para poder retirarse. —Gracias por invitarme, la próxima vez que nos veamos estaremos en la base y me gustaría poder tener un enfrentamiento contigo, digo, con usted. —se corrigió al dirigirse hacia la mujer mirándola con deseos de que ese momento llegue pronto.
Ichika solo soltó una risa nasal.
—Hasta que por fin muestras el respeto hacia los mayores. —dice ella cruzándose de brazos. —Por lo general no acepto desafíos de personas jóvenes y menos si son de las Fuerzas, pero haré una excepción. Sin embargo, con la condición de que solo seamos tú y yo. ¿Te parece? —le dio un trato a lo que Kikoru lo pensó por momentos.
—Hecho. —ambas se dieron la mano cerrando el acuerdo.
Con eso Shinomiya se va del restaurante dejando al trío por fin solos.
Ichika suspira al ya no tenerla cerca.
—Creí que jamás se iría.
—A propósito Ichika, con respecto a lo que ella preguntó... —Kafka deja al aire lo que quería decir.
—Ah eso, pues la verdad no dije mentiras. Si ella llegaba a enterarse y esa información cae en manos del director general no sería nada bueno para mi. Pero como son ustedes no tengo problema con decírselos.
Eso hizo que ambos hombres se emocionaran a su modo. Kafka aplaudió y Reno solo sonrió sonrojado.
—Pero antes déjenme hacerles una pregunta a ambos. —ellos asintieron. —¿Conocen a una entidad misteriosa que se la ha pasado matando kaijus en la noche y siempre se va antes de que las Fuerzas lleguen al lugar?
—¡Oh, yo si! —levantó la mano cual niño en clase Ichikawa. —La llamaron "La Dama Roja", se dice que los ciudadanos están divididos ya que unos apoyan a las Fuerzas y otros a "La Dama Roja" ya que es ella quien siempre hace el trabajo de las divisiones, sobretodo de la 3ra División. Ante ello se especula que es una ciudadana que vive cerca de la base Tachikawa. Los medios se han preguntado el porqué no une fuerzas con la organización pero jamás han dado detalles al respecto en como se tratan ambos bandos ya que la 3ra División tampoco tienen mucha información. —termina finalmente el joven.
Los adultos se le quedan viendo al ver que si sabe "algo" del tema.
—¿Te gusta mucho investigar, verdad Reno? —le pregunta Ichika con una leve sonrisa en el rostro.
—Tus ojitos brillaban con solo hablar de "La Dama Roja." —le sigue Kafka el decir los detalles en su rostro a lo que Ichikawa solo se sonroja por los "halagos."
—S-Solo lo vi en Internet, es algo natural.
—Lo natural es solo saber lo que hace, no todo lo que acabas de decir. —le reprocha Ichika haciendo que este se encogiera avergonzado. —En fin, en vista que si saben del tema, díganme ¿qué piensan de ella?
—Es alguien que se dedica únicamente a la exterminación de los kaijus y los testigos dicen que ella aparece al ver un kaiju y al eliminarlo desaparace lo más rápido posible. —explicó su versión Ichikawa ante la cuestión de la mayor.
—También he escuchado que la apodan así por su máscara roja aunque sus ropas son negras, lleva varios tipos de armas consigo totalmente diferentes a lo que usan en las Fuerzas. El día siguiente de que se eliminó a un kaiju tipo hurón no había tantos desastres ¿recuerdas Ichika? No tardamos nada en limpiar ese día por lo que tuvimos medio turno libre.
La peliblanca asentía a lo que decía.
—También escuché que fue vista en otros lugares antes de llegar a Tachikawa, hubo movimientos en Yokohama hace 3 años, sin mencionar de su aparición en Hyogo hace 2 años.
—¿Qué pasó en Hyogo? Esa si no me la sé. —le pregunta Kafka al más joven.
—Se rumorea que "La Dama Roja" tuvo unos pequeños malentendidos con el capitán de la División de aquel lugar.
—Hyogo... Hyogo... —Kafka pensó un poco sobre el lugar hasta que al fin lo recordó. —¡Oh, cierto! Ahí se encuentra la 6ta División. Me pregunto qué fue lo que causó esos malentendidos entre ellos.
—Nadie lo sabe, es algo que todavía se sigue investigando. Se dice por ahí que desde que ella apareció aquí la han intentado reclutar la 3ra División pero jamás han tenido éxito. Ella no desea comunicarse con nadie.
Ichika los escuchaba mientras le daba un sorbo a su bebida por medio de un popote, jamás pensó que sabrían del tema a tal grado de saber los sucesos en otros lugares.
«Uy, creo que esto será algo que memorar.»
—Pero, ¿por qué pregunta sobre ella, senpai? —el primero en lanzar la pregunta es Ichikawa con una mirada de confusión.
—¿También quieres conocer a "La Dama Roja"? Estoy seguro de que podremos verla un día de estos ya que estamos en las Fuerzas. —le anima Kafka en que llegaría ese día, él lo sabía.
Ichika solo reprimió una leve risita que no pasó desapercibido por ninguno de los dos.
«Se ve más bonita cuando sonríe.»
Ichikawa no pudo evitar pensar en ello al ver a la mayor haciendo que se sonroje en el acto.
—No es necesario que ocurra eso. —diced aún tapándose la boca con su mano para evitar reír.
—¿Tú crees que le lleguemos a agradar si le presentamos nuestros respetos? —Kafka le pregunta a Ichikawa y este lo pensó diciendo que a lo mejor.
—¿Cómo que le puede gustar a "La Dama Roja"? Quizás si le damos algo de su preferencia nos pueda escuchar.
—¡Buena idea, Ichikawa! ¡Hagamos eso!
La peliblanca solo se mantenía lo más callada posible al ver la emoción en los ojos de ambos hombres, finalmente, no pudo reprimir más su risa por la situación llamando la atención del más grande y del más joven.
—No tienen que preocuparse si ustedes les caerán bien o no. —dice limpiando un poco su visión sin quitarse del todo sus lentes.
—¿Por qué lo dices, Ichika? —confundido pregunta su amigo.
La peliblanca soltó una risa nasal para después soltar lo que nadie esperaba.
—Porque yo soy "La Dama Roja."
Al fin se abarcó este tema que tanto ansiaba llegar.
Me tomó más tiempo en escribir este capítulo ya que era necesario agregar estos importantes detalles.
Muchas gracias por su paciencia y espero que este libro les esté gustando como a mi me gusta escribirlo. No olviden votar y preguntarme en comentarios lo que gusten de esta historia.
Nos vemos pronto ^^.
-Alessa.
Escrito: 10/10/2024.
Publicado: 22/10/2024.
Capítulo dedicado a: IaraBelen076.
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