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6. Secretos.

Multimedia: Kaiju no. 8 vs Caecus Taurus.

ICHIKA's POV.

—Mírate, tan bello y encerrado en este maldito lugar. —digo una vez lo tengo enfrente.

Muy pocas veces he visto a uno igual de cerca, normalmente estos kaijus son ejecutados en el acto cuando ya son blanco fácil o dejan de ser útiles cuando son heridos o llegan a una "edad" mayor.

Pero quién diría que precisamente hoy volvería a ver uno de su estirpe en medio de una estúpida prueba de aptitud creada por la organización que me desagrada en todo el mundo.

—¿Que tal, grandulón? —me fui acercando a este poco a poco, ya sabía que me había detectado por lo que hacer movimientos bruscos no era la opción. —Tranquilo, no vengo armada si eso es lo que creías.

Levanté mis brazos en son de paz, sé que no puede verme como tal, pero sus instintos le permiten ver una sombra de lo que sea que esté frente a él por lo que no se le dificultará saber que no estoy mintiendo.

Los kaijus no son tan diferentes a los seres humanos, después de todo son seres vivos como nosotros.

Solo que ellos fueron mutados por una especie de virus antiguo que aún no se ha estudiado por completo, es totalmente desconocido por el ser humano.

Bueno, en parte esa es la teoría que ha pasado por muchos años. Desde que tengo memoria.

El kaiju ya estando más cerca de mi me empezó a olfatear, inspeccionando que no represento una amenaza para él.

—No. 2029, ¿me escuchas? —por un carajo, lo que faltaba. —Soy el vice capitán desde el centro de control. —¿en serio? No me diga... —Procederemos a activar el escudo, no sabemos si pueda reaccionar agresivamente por lo que estamos forzados a-

No lo volví a escuchar más ya que me quité el micro transmisor que nos dieron al principio rompiéndolo entre mis dedos y botándolo disimuladamente lejos de mi.

Como si no supiera lo que estoy haciendo, zorro idiota.

Los Caecus Taurus reaccionan con el más mínimo movimiento, ya que al ser ciegos dependen de su olfato y de su tacto cuando pisan causando ondas de choque para percibir a su presa o a otros kaijus.

No son agresivos a no ser que invadan su territorio o amenacena  sus crías. Además de ser vegetarianos, o al menos la mayoría.

—¿Lo ves? No soy tu enemiga, solo quiero verte bien. —le dije cuando terminó de hacerme lo que quisiera para ver que no lo mataría.

Al no presentar una presencia ostil por ende, el kaiju no reaccionará de manera ostil.

Algo tan básico que las fuerzas de defensa no entienden.

Idiotas.

Ahora lo último que me falta para ganarme su confianza por completo es hablar su mismo idioma.

En este caso son golpes al piso con sus pezuñas. Pero como no tengo pezuñas acudiré a que mi pie intente comunicarse por mi.

Un golpe al piso es el inicio de entablar la comunicación con esta especie. Una vez que el kaiju corresponde al golpe se procede a dar dos golpes para dejar en claro que no tengo intenciones asesinas.

Si el kaiju llegase a responder de la misma manera ya sería un gran avance. Después de eso, se repetirá la acción pero con tres golpes. En dado caso que el Taurus te devuelva el saludo de los tres golpes, significa que te puedes acercar a él.

Casi nadie lo ha logrado, y aquellos que lo han hecho ya están muertos.

Di el primer golpe y solo tuve que esperar 10 largos segundos para que me lo devolviese, di los otros dos para decirle que vengo solo para observar y en paz, cosa que también me llevó tiempo ya que tuve que repetir la acción unas tres veces.

Si llego a ser insistente se molestará y querrá embestirme como a otro de su manada cuando quieren demostrar su autoridad.

Al ver que si me llegó a corresponder los dos golpes aspiré hondo y solté todo el aire que mis pulmones retuvieron en ese corto lapso para prepararme a dar los tres golpes.

Un golpe con el pie.

Dos golpes.

Tres golpes.

El kaiju se quedó quieto, fueron los segundos más largos que he pasado en mis 29 años de vida, considerando que ni siquiera me he movido desde que me empezó a oler.

Al minuto de que realicé los tres golpes sientiendo que ya había perdido las esperanzas, finalmente, me correspondió los tres golpes.

Dios, gracias por dejarme vivir un poco más.

Ahora que ya tengo su permiso me puedo acercar a él con pasos suaves y lentos. Una vez que ya estaba lo suficientemente cerca alcé mi mano para poder acariciar parte de su cabeza.

Sin embargo, cuando iba a tocarlo el kaiju se levantó agresivamente quedando en dos patas y rugiendo de manera alterada.

Me sorprendió su reacción por lo que evité que hacer movimientos bruscos y cuando creí que me iba a pisotear, de algún modo, veo que destruye algo que estaba encima mio.

Al girar un poco mi cabeza veo que el kaiju destrozó el dron que me seguía. ¿Creyó que lo atacaría a él o a mi? De cualquier modo no pensé que eso ocurriría.

Se dice que los Caecus Taurus son leales a quienes mostraron respeto ante ellos. Y veo que no era mentira.

—Fortachón, me acabas de quitar un peso de encima. —mi felicidad no era para menos, esto ya cumplió con mis expectativas.

Quitarme los ojos de esos idiotas de encima.

HOSHINA's POV.

—¿Qué rayos está pasando? —dije cuando vi la escena en la pantalla.

La participante estaba frente al kaiju principal, sin armas, sin nada en mano para poder combatir con él.

¿Acaso estaba loca?

Y eso se confirmó al instante cuando se dejó que se le acercara demasiado, ¿no tenía miedo a morir devorada? Creí haber sido claro cuando dije que sus vidas no estaban garantizadas.

—¡Vice capitán, debemos activar el escudo! —me dice Okonogi al ver lo mismo que yo en la pantalla grande.

Encendí el canal entre su transmisor y el mio y avisé lo que haríamos para que estuviera al tanto, cuando le iba a decir que estábamos forzados a activarlo de pronto veo como se quita algo de la oreja y lo lanza lejos.

Era el micro transmisor. Lo rompió y lo botó.

—¿Hola? ¿No. 2029? —me giro hacia la capitana. —Me cortó. —digo sin poder creerlo.

—Activamos el escudo de cualquier modo. —volvió hablarme Okonogi, dispuesta a hacerlo pero otra voz la interrumpió en su acto.

—Dejemos como se desarrolla esto. —dijo la capitana Ashiro sin decir más.

—Pero... —intentó hablar Okonogi pero fue nuevamente interrumpida.

—Por ahora dejemos que así sea. —apoyé a la orden de la mujer.

Personalmente quería ver más de su inusual forma de tratar a los Kaijus, en mi opinión parece como si los tratara como simples animales de corral.

Pero también sé que algo va a pasar, no sé qué pero sé que pasará algo.

Vimos todos en la sala de control como el kaiju la olfateaba, como daban sus pisotones en el piso, todo.

Para después ver como ella se iba acercando a la bestia y alzando su mano frente suya.

—Okonogi, acércate un poco más.

Ella me hizo caso, queríamos ver que es lo que sucederá después pero vimos que el kaiju se salió de control.

—¡Okonogi, hazlo! —ordené.

Pero cuando iba a activar el escudo, el kaiju alzó su puño con pezuñas en este para después ver todo negro.

Había destrozado el dron.

—¡Dennos otro ángulo de la zona! ¡Debemos saber que la participante esté a salvo! —habló la capitana Ashiro mientras se acercaba a las pantallas.

¿Qué carajos acababa de ocurrir?

NARRADOR OMNISCIENTE.

Ichika estaba sorprendida de lo que acababa de pasar.

¿El kaiju le había ayudado? Era un premio para ella.

Ahora que ya no tenía moros en la costa, podía hacer lo que quería desde un principio.

Acariciarlo.

—Con tu permiso. —le dice alzando una mano a la altura de su rostro para comenzar a caminar lentamente hacia la criatura quien seguía algo irritada por lo del dron.

Una vez que estaba lo suficientemente cerca se dispuso a querer colocar su mano en él pero un disparo le hizo retroceder y causando que el kaiju gritase.

«¿¡Y ahora quien carajos es!?»

Ichika ya estaba harta de que la interrumpieran cada que podían.

—¡Oye, aléjate de él! ¡Yo me encargo! —esa voz, aquella voz que a veces le irritaba y justo ahora, más.

Shinomoya Kikoru había llegado hasta donde estaban con toda la intención de matar al kaiju para así acabar el examen y por supuesto, resaltar.

—¡Niña tonta! ¡La criatura no me estaba haciendo nada hasta que llegaste! —le espetó en el rostro con enojo.

Aquello hizo que Shinomiya frunciera el ceño.

—Se dice gracias, ¿sabes?

—Si en verdad necesitara tu presencia si lo agradecería pero ahora no, niña Shinomiya.

La peliblanca veía con el ceño fruncido al kaiju que ahora rugía por aquel ataque inesperado.

—¿¡Ves lo que hiciste!? ¡Lo alteraste! —le reclama a la más joven mientras ambas esquivan el golpe de la criatura. —¡Y ahora será más difícil calmarlo!

—¿¡Por qué rayos no lo mataste o algo!? ¡En lugar de estar cerca de él! —le devuelve el reclamo mientras seguía disparando al kaiju principal.

—¡El no me ha hecho nada hasta que llegaste con tu estúpida arma de fuego! —Ichika seguía esquivando mientras le gritaba a Shinomiya como si nada.

Shinomiya lanza una granada de sonido al kaiju y salta para quedar en laboca de este pero manteniendo su boca abierta con sus piernas.

Ichika al ver su posición quiso detenerla.

—¡Espera niña, no lo hagas! —pero ya era demasiado tarde.

Shinomiya susurró que ya era el último y disparó aquella bala de color haciendo que las entrañas de aquel kaiju explotasen y cayeran abruptamente. Muerto.

Shinomiya cae sin problema al piso mientras observa al cadáver de este.

Con ello concluyó el examen y con el buen momento de Ichika con el kaiju que hacia mucho no veía de su raza. Por lo tanto, los drones volverían a la base mientras que los altos mandos de ahí hablaban con respecto a lo que acababan de presenciar.

Ichika se acerca al kaiju para ver en el estado en que quedó, apretando los puños al ver que ya no tenía solución. Se giró hacia la joven que estaba en sus pensamientos y se acercó a ella con claras intenciones de gritarle en cara la estupidez que acababa de hacer, en su opinión.

—Felicidades mocosa, mataste al único kaiju que podría beneficiarnos estando vivo. —el sarcasmo sale de su boca cuando la tiene enfrente.

Shinomiya solo frunce el ceño ante la rara actitud de la mayor.

—Era parte del examen, no te quejes.

—Ese kaiju no era un examen, sino un posible vínculo que nos ayudaría en la humanidad. Pero eres tan de mente cerrada como tu maldito padre que estoy segura que ni lo entenderías. ¡Podrás tener el aspecto de tu madre pero heredaste la estupidez y el salvajismo de tu padre! —le grita lo último dejando en shock tanto a ella misma como a la rubia.

—Espera, ¿qué acabas de decir? —¿acaso escuchó bien?

Pero antes de que la peliblanca le respondiera esta sintió una presencia hostil detrás de ella a lo que agarró un escombro y lo arrojó de donde provenía y quitó a Shinomiya del camino.

—¿¡Qué rayos!? ¿¡Acaso te volviste loca!?

—Cállate estúpida, hay viene otro. —advierte sin quitarle la vista hacia un punto en específico.

Shinomiya la mira confundida, ¿que otro viene?

En eso la peliblanca se levanta y vuelve a tomar otro escombro de buen tamaño y lo arroja hacia donde vio el próximo ataque librándolas de nuevo.

—¡Niña Shinomiya, quiero que te vayas ahora! —le dice la adulta mientras intentaba ganar tiempo para que las fuerzas se dieran cuenta de lo que estaba pasando. La joven solo la miró confundida, ¿por qué le decía eso?

La mayor toma una barra de hierro que estaba cerca de ella y se enlistó para lo que se avenía.

Entre el humo de tanto escombro apareció una criatura extraña y algo delgada con una cabeza demasiada peculiar, como si fuese un tornillo.

Y ese no era el único problema, los kaijus residuales que ya habían sido liquidados estaban regresando a la vida.

Ichika al ver la apariencia de aquel ser detectó un olor único, un olor del que tanto tiempo ha marcado en sus memorias.

Era ese mismo olor del que tanto se ha hablado.

—Tú... —susurró. —Tú... —su tono aumentó un poco pero todavía era un susurro para la que la acompañaba. —¡Tú! —gritó finalmente dejando ver su ira en su rostro gracias a las venas que se le marcaron en este.

La peliblanca se avalanzó hacia el nuevo kaiju que estaba reviviendo al kaiju principal. Al oír algo detrás suya se voltea y encuentra a una Ichika muy cerca de este y le proporciona un golpe con la barra de hierro alejándolo de la zona y que Kikoru no se vea expuesta.

—¿Aún sigues con vida? Extraño, lanzé dos ataques y vi que chocaron con algo. —dijo con su voz distorcionada al mirar a la peliblanca intacta.

—Después de tantos años... Sigues teniendo un aspecto tan asqueroso y lamentable... —le dice sin emoción alguna y mirándolo fijamente.

—¿Me conoces? Eso no debe de ser posible.

—Pertenezco a un grupo en donde sabemos todo tipo de criaturas, y eso te incluye a ti. —corre hacia él mientras que el kaiju raro se prepara para lanzarle otro ataque. —Ese truco barato no funciona en mi, imbécil.

El ataque fue lanzado e Ichika lo esquiva como si nada, dejando en claro que los puede ver perfectamente.

—Que buenos instintos, pero que lástima que no le estés prestando atención a tu alrededor. —de forma escurridiza lanzó varios golpes de ese tipo e Ichika estaba dispuesta a esquivarlas todas, hasta que un grito le obligó a voltear.

Y ahí se dio cuenta de lo que significaba lo que había dicho aquel kaiju que habla, esos ataques no eran para ella, sino para Shinomiya quien estaba ocupada con el kaiju revivido y ahora estaba en el suelo desangrándose.

—¡Hijo de...! —al voltearse esa criatura había desaparecido y solo alcanzó a oír "te encargo el resto."

«¡Mierda! ¡La niña!»

Pensó en sus adentros y fue rápidamente a socorrerla, al llegar vio que tenía varias heridas que poco a poco se intentaban regenerar gracias al traje.

«Claro, regeneración kaiju, al parecer estos trajes no son solo de adorno como creí.»

En la sala de control se veía todo lo que pasaba, la capitana manda a que regresen los drones y que evacuaran los aspirantes de la zona. Ahora los kaijus tenían más poder que antes por lo que ambos altos mandos irían a combatir aquella anomalía.

—¿¡Que rayos está pasando!? —pregunta alterado un aspirante cerca de Kafka y Reno.

—¡Los kaijus muertos están reviviendo y están tomando un aspecto diferente!

Kafka miró hacia otro lado en específico, había sentido una presencia nueva, lo peor era que provenía del mismo punto donde estaban Ichika y Shinomiya.

—¡Senpai! —le gritó Reno. —¿Qué hacemos? La Senpai todavía no vuelve y pronto llegarán los refuerzos, no podemos dejarla a su suerte aunque sea ella de quien estabamos hablando.

—Ichikawa. —le llamó. —Perdón, pero tengo que ir. Cúbreme mientras tanto.

El más joven se quedó en blanco al escucharlo, si es que lo había hecho bien.

—Senpai, ¿qué está...? —antes de que terminara la oración Kafka ya se había ido hacia el lugar donde siente la mayor energía kaiju del lugar. En el kaiju principal.

Por otro lado, Kikoru ya se había regenerado las 4 heridas que le había dejado aquel kaiju y se levanta tambaleante dispuesta a seguir peleando.

Ichika llega al lugar y la ve casi sin fuerzas y gritando sobre que tiene que ser perfecta apuntando al kaiju revivido y de mayor poder.

—Estúpida. —susurró ella. —Y estúpido el padre que le llenó de ideas absurdas a tan corta edad.

Shinomiya es golpeada por el kaiju mandándola contra una pared dejándola algo inmóvil. El kaiju iba a darle otro en lo que se aproximaba pero Ichika lo distrae lanzándole otro escombro que se encontró.

Ahora el kaiju estaba mirando a la peliblanca y se le aproximó mientras que ella retrocedía poco a poco y se mantenía en guardia lista para un combate.

Ichika esquivaba los ataques del kaiju enfurecido y le daba golpes en lugares clave haciendo que la criatura retrocediera pero ella sabía que no era suficiente, ella necesitaba de su látigo para neutralizarlo y clavarle la barra en su núcleo.

Ese kaiju se movía más rápido que antes de eso no había duda.

En lo que ella estaba manteniéndolo ocupado, Kikoru estaba recordando cosas de su infancia, y todo era a raíz de su padre.

En eso le llegaron las palabras de la albina: "¡Podrás tener el aspecto de tu madre pero heredaste la estupidez y el salvajismo de tu padre!"

¿Era así? Siempre admiró a sus padres, pero era más a su madre la que siempre la hacía feliz.

No solo era la mejor mamá del mundo, sino que era la capitana de la segunda división y ella mató a un sin fin de kaijus en su época dorada, pero todo eso acabó cuando ella se sacrificó al luchar con un kaiju especial.

Desde ahí su padre se volvió distante y reservado, incluso con su propia hija.

Y sobre todo, que siempre que ella le decía de algún logro que ella obtuvo este le recalcaba que era lo normal y que no se debe de emocionar con algo tan banal.

"Debes de ser perfecta por el bien de este país."

Era lo que decía cada que podía. Shinomiya adoptó esa filosofía por lo que entrenó duro hasta llegar a donde está, pero ahora ella era salvada por alguien más que a su parecer era mejor.

No quería admitirlo, no quería creerlo, no quería aceptarlo.

Si lo hacía entonces no sería perfecta a los ojos de su padre.

«¡No puedo perder!»

Su consciencia vuelve en si y se dedica a disparar a la criatura para que la albina tuviera más posibilidades, aunque esa no era su intención en si.

Las palabras de su padre resonaban en su cabeza mientras seguía peleando, no podía detenerse. No ahí y no ahora.

—¿¡Qué estás haciendo!? ¡Te dije que te largaras! —le gritó Ichika mientras bloqueaba un golpe del kaiju y le rompe algunas pezuñas junto a unos cuantos dedos.

—¡Cállate! ¡Yo debo de hacerlo para ser perfecta! ¡No puedo perder! —Shinomiya fue lanzada nuevamente hacia los escombros de aquel edificio destruído dejándole un brazo roto.

«Aún es joven como para combatir contra este nivel. Necesito mi arma o lo que sea y rápido. Este kaiju no es igual que el de tipo araña, tiene más músculo por lo que puede herir con más gravedad y perforar cuerpos fácilmente.»

Kikoru no se detenía por más que la golpeasen o intentara disparar, el kaiju se concentraba en la rubia mientras que la albina golpeaba sus patas para desestabilizarlo.

—¡Oye grandote! ¡Métete con alguien de tu tamaño! —quiso llamar su atención para que dejara a Shinomiya en paz y pudiera salir de ahí. —¡Eso es! ¡Mírame! —al ver que su cabeza se giró hacia ella.

El kaiju le crecen los uniórganos que le fueron extraídos y ahora estaban produciendo energía.

—Ay mierda... —susurró la mayor al ver lo que eso significaba.

Okonogi informa sobre la situación a la capitana y al vice-capitán quienes corren a toda velocidad hacia el lugar. Okonogi les dice que Shinomiya está herida y que Ichinose estaba frente a frente con el kaiju.

«¡Rayos! No sé si llegaremos a tiempo.»

Pensó Hoshina al escuchar todo el reporte.

«¿Será mi fin?»

Fue lo que pensó Shinomiya al ver que ya nada podía hacer, ante ello se disculpa mentalmente con su padre al no poder cumplir con sus expectativas.

Ichika no sabía que hacer, pensó en algo pero si lo hacía sería demasiado riesgoso ya que alcanzó a ver a los drones captando todo.

Si las fuerzas se enteraban... Ni siquiera quería saber que sería de ella si lo hiciesen.

Por lo que se preparó para poder, al menos, minimizar los daños para que no fuesen directo a la más joven.

—¿Energía? ¿En serio? ¿¡Eso es todo lo que tienes!? ¡Ven por mi, feble! —mientras golpeaba el piso con la barra en mano.

Ichika ya estaba preparada para ese momento, viendo como la acumulación de energía se hacía más grande y estaba a punto de lanzarla cuando de repente ve otra figura humana más acercarse a Shinomiya que estaba cabizbaja aceptando lo que venía, y ella sonrió más si misma.

—¡Llegas tarde! —fue lo único que le dijo al recién llegado.

—¡Lo siento! ¡Tenía que evitar muchos obstáculos! —le responde de vuelta. —¡Ambas lo hicieron muy bien! Ahora es mi turno. —dijo este mientras se preparaba.

El kaiju notó la presencia nueva y se volteó hacia donde estaba para lanzarle su bola de energía.

—¿Qué haces tú aquí? —susurró Shinomiya aún en shock. Ichika ya se había acercado a ella para ver mejor su estado.

—¿No es obvio? Está aquí para evitar que te mueras, niña. —se volteó hacia Kafka. —¡Patéale el trasero!

La energía fue lanzada pero Kafka ya se había transformado en kaiju protegiendo a Shinomiya y a Ichika.

—Gracias a su esfuerzo, todos pudieron evacuar. —les dice a ambas. —Déjenme el resto a mi.

—Será mejor alejarnos un poco de aquí antes de que nos afecte la pelea. —dice Ichika mientras carga a Shinomiya al estilo princesa teniendo cuidado con sus heridas.

—¿Qué pasa? ¿Ese tipo era un kaiju? No entiendo... —seguía hablando al ser cargada pero Kafka las mira a ambas antes de que se alejaran un poco.

—Kikoru. —le llamó haciendo que la peliblanca se detuviera para que hablara con ella. —¡Por favor! ¡Por favor! ¡No se lo digas a las Fuerzas de Defensa! ¡Te lo suplico! ¡Por fis! —le ruega este mientras junta sus manos kaiju en rezo para que tuviera algo de pena en su persona.

En eso el kaiju de atrás se prepara para otro ataque mientras ve que estaban distraídos.

—Eh Kaf, no te quiero interrumpir pero el caecus está por atacar. —avisó su amiga y cuando fue lanzada la bola de energía Kafka la desvía de un golpe. —Buenos reflejos.

—Gracias, ahora llévate a Kikoru de aquí. Que tengo planeado mandarlo a volar de un solo golpe. —le dijo a la peliblanca para prepararse a lanzar su poder.

—No me lo tienes que decir dos veces. —dicho eso se fue algo lejos de ahí pero no tanto ya que ella quería ver la batalla. —Oye niña, más tarde habaremos de esto pero también deberás de cerrar la boca con lo que verás.

Shinomiya ya nada le puede sorprender a ese punto, ¿verdad?

Aprovechando que el dron muestra signos de falla para captar imagen, decide hacerlo por fin.

—Zamza emerge y defiende. —susurra ella mientras que del suelo aparece una pequea grieta que de a poco se vuelve más grande y de esta sale un ciempiés de 20 centímetros que al acatar la orden se expande para medir alrededor de 30 metros.

—¿¡Qué rayos...!? —expresó Shinomiya al ver al kaiju o animal o lo que sea esa cosa.

Zamza empezó a rodearlas pero con una distancia prudente entre ellos como si fuese un escudo que rodaba constantemente, al estar en movimiento produce una energía morada que hace que el escudo esté activado.

—Listo, con esto será suficiente. —dice la mayor mientras se agacha y deja descansar a Shinomiya en si misma. —Ahora solo calla y ve del espectáculo.

Shinomiya le hace caso por esta vez y se dedica a observar lo que hará el kaiju humanoide contra aquel kaiju tipo toro transformado.

Las señales de ambos eran totalmente diferentes teniendo a Kafka como el valor más alto en toda la historia de la humanidad y de los kaijus con un 9.8 de fortaleza.

Para Ichika era más que claro el como iba a terminar esto.

Kafka desbordaba una gran energía azul mientras que el del caecus era de color morado claro, en un impacto entre ambos puños fue Kafka el que desintegró todo su cuerpo y hasta perforó la piel llegando a su esqueleto mandándolo a volar como dijo que lo haría.

Ambas chicas no les afectaba la ráfaga de aire que se presentó al estar dentro de la protección de Zamza, pero no les dejaba ver nada por lo que esperaron a que se despejara y vieron que aquel kaiju ya era solo residuos de carne, hueso y sangre cayendo del cielo como lluvia.

Kikoru no daba crédito a lo que veía e Ichika solo se sentía orgullosa de su amigo.

Al ver que ya no había peligro la peliblanca le ordena al ciempiés que deshaga el escudo y con cuidado ayuda a Shinomiya para acercarse a Kafka.

—Quiero ver que intentes revivir de eso. —le dice al ahora cadáver de kaiju mientras chocaba su puño con su mano.

En eso partes del cuerpo se empiezan a mover como queriendo unirse otra vez, causando el susto de Kafka y la sorpresa de Ichika.

—¡Aaaaahhhhhh! —empezó a alterarse el kaiju adulto. —¡No lo decía en serio! ¡No revivas, por favor! —ahora estaba arrodillado mientras hacia reverencias a los órganos que se levantaron.

Al decir eso dichos órganos se vuelven a caer al suelo haciendo suspirar de alivio a Kafka.

—No me espantes, hombre. —le dijo con enojo al ver que terminó aquello.

Mientras tanto Ichika asimilaba lo que acababa de presenciar mientras miraba los restos sin soltar a Kikoru.

«¿Eso acaso fue... una fuerza de palabra modificada a una orden? Se dice que los únicos que tienen influencias en kaijus de todo tipo es uno que es categorizado como el más fuerte; ya que al tener la fortaleza más alta sin darse cuenta activan un comando de orden que afecta a los kaijus más débiles que él. ¿Será que Parca... tiene ese poder y lo manifiesta en Kafka?»

Muchas cosas pasaban por su cabeza en esos momentos, debía de investigar más sobre aquello con lo que tenía por ahora.

—¿Qué le pasa a este? —la peliblanca sale de sus pensamientos al escuchar a Kikoru hablar.

En eso Kafka se voltea para correr hacia ellas espantando a Kikoru pero lo que ella no sabe es que un residual estaba por atacarlas por la espalda. Ichika sintió su presencia y dejó que Kafka se hiciese cargo matándolo de un manotazo.

—Tal parece que ya todo está bien. —le dice el hombre a ambas al ver que ya nada quedaba de kaijus.

Kafka se destransforma de la parte de la cara para sonreírle a Kikoru y decirle que que bueno que estaba sana y salva. La joven rubia solo se le quedaba viendo en brazos de la mujer de cabellos blancos.

—Pero déjame decirte una cosa. —le dice seriamente. —Cuídate un poco más, ¿quieres?

—¡Usted también! —recibió un golpe en la cabeza por parte de Ichikawa que llegó por detrás sin darse cuenta este. —¡Se desaparece sin ser más claro! ¡Y sabía que se iba a covertir cuando me dijo todo eso!

—Pensaba que podría arreglarlo si solo transformaba una parte de mi, pero supe que sería imposible cuando lo vi. —se excusó este con el menor.

—Además si no lo hubieras hecho es probable que este lugar se haya vuelto polvo. —en defensa de su amigo, Ichika entra a la conversación.

—¡Senpai, no lo defienda! ¡Se puso en peligro!

—Bueno, en ese caso yo también me riesgué un poco, ¿no lo crees? —dice para intentar calmarlo y repartir la culpa con su mejor amigo.

Ichikawa iba a protestar de que ella no debía de decir aquellas cosas pero en eso Ichika siente un peso en su hombro y ve que Shinomiya cae incosciente entre sus brazos por sus lesiones causando que los otros dos se preocupasen.

—Descuiden, solo se desmayó. Será mejor largarnos de aquí antes de que lleguen esos dos. Y como siempre llegando tarde. —suspirando y negando ante la tardía de la tercera división.

[Lugar de la batalla, horas después.]

La capitana y su vice-capitán llegaron al sitio donde se produjo todo el desastre.

Los restos del kaiju seguían tal y como los dejó Kafka antes de fugarse con Ichikawa e Ichika junto a Shinomiya herida y desmayada.

Hoshina le resulta familiar la escena por lo que empieza a unir algunos cabos y dice que aunque Shinomiya tenga un gran potencial dudaba mucho que ella pudiera contra el kaiju.

—¿Y que me dices de Ichinose Ichika? Ella demostró grandes habilidades de combate cuerpo a cuerpo contra un residual. Aunque esto sería demasiado. —opinó la capitana.

—No estoy seguro, pero el hecho de que los kaijus revivieran y que estos restos quedaron así son demasiados misterios. ¿No lo cree, capitana? —le pregunta Hoshina al ver la escena.

Reciben información de que cuatro aspirantes estaban bien quienes eran: Shinomiya Kikoru, Ichikawa Reno, Ichinose Ichika y Hibino Kafka.

Por lo que ahora todo estaba bien.

«Se ve excatamente igual al caso de hace 3 meses. ¿Estarán relacionados?»

Hoshina entre más lo pensaba más le parecía extraño las similitudes.

Ashiro vio una zona algo pequeña pero casi intacta de donde fue la explosión, llamó a Hoshina para que lo viera con sus propios ojos.

—¿Cómo es posible? —fue lo único que soltó al ver el pequeño lugar.

Era la misma zona donde Ichika y Shinomiya fueron protegidas por Zamza, el kaiju ciempiés.

Bajo ninguna ciscinstancia se debía de saber lo que en verdad pasó ahí.

-Alessa.

Escrito: 04/09/2024.

Publicado: 07/10/2024.

Capítulo dedicado a: AnuarDavid.

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