15. Pelotón.
Multimedia: Ejercicios de pre-calentamiento de Ichika. Rutina vespertina.
HOSHINA's POV.
[Hace 22 años atrás; Primavera; Japón. Medio día.]
El sol abrasador estaba en su punto, delante de mi se encontraban dos figuras mayores a mi. Pero el escenario era algo que no esperaba de presenciar. Y menos ahora.
Soichiro, mi hermano mayor, quien es conocido como "La última encarnación de la familia Hoshina" estaba sentado sosteniendo su peso corporal con sus manos hacia atrás y su espada estaba algo lejos de este, mientras miraba hacia al frente a la persona que logró lo que yo he querido hacer desde que tengo memoria.
Aquella figura logró vencer en sparring de espadas a aquel que era "el mejor" de mi familia. La figura que hace unos meses conocí por parte del amigo de mi padre, ahora era la única que ha podido derrotar al genio de mi sangre.
Nadie dijo nada, nadie hizo nada. Todo estaba en silencio y lo único que lo rompió fueron los aplausos pausados del amigo de mi padre mientras soltaba un silbido de impresión.
—Bien, bien. Buen trabajo niños, ahora tómense un descanso y dejen que los demás también hagan su parte. Gracias. —expresó mientras veo como el ganador le ayuda a mi hermano a levantarse y se dirigían hacia donde estábamos nosotros los espectadores.
Sin siquiera pensarlo mi mirada se centraba en aquella figura que no perdía la firme postura para después sentarse a unas pocas personas de mi y mirar el siguiente combate.
Al cabo de unos segundos siente mi mirada y se gira levemente hacia donde me encuentro logrando estar en su campo de visión azulada.
Su intensa mirada me sobresalta sin siquiera quererlo a lo que por instinto desvío la mía con algo de nerviosismo. Luego de unos segundos miro de reojo hacia la misma figura para lograr ver que en su rostro... Había una leve sonrisa amable.
Inclinó su cabeza hacia mi cerrando momentáneamente sus ojos para después colocar su atención al combate frente a todos.
Sin darme cuenta de las reacciones ante aquella acción mi rostro se sonrojó y desvíe nuevamente mi mirada para poner atención hacia al frente.
Aquella persona no era fea, y me gusta como me trata cuando me acerco hacia donde estaban sus hermanos y me daba palmadas en mi cabeza.
Igual que hace mi padre.
Mi hermano mayor estaba al lado de nuestro padre al igual que yo, observando el enfrentamiento que era de dos de los hermanos de la persona que venció al mio mientras que su padre daba inicio al combate.
Sin duda alguna iba a aprender mucho de ellos.
[Terrenos de entrenamiento de la Tercera División; subyugación y evaluación de la líder de pelotón; Ichinose Ichika. Actualidad.]
Después de haber visto aquel espectáculo, vimos como la peliblanca mantenía la distancia prudente para esperar como aparecen los demás residuales.
Jamás había visto a alguien usar un uniórgano como los tentáculos de la nariz de ese kaiju para ser usada a su favor en la subyugación.
Sin duda uno nunca deja de aprender de otros sin importar su apariencia.
En menos de dos minutos vimos como del subsuelo parecen los demás topos, creyendo que lo que estaba enterrado era alimento se abalanzaron hacia el punto donde estaba el hoyo creado por la mujer. En eso veo que ella salta desde su posición y abre nuevamente el arma que ella misma escogió para proceder a lanzar cortes de alta velocidad hacia las colas de este.
Lo que me causó curiosidad ya que la cola en si no era algo que asegurabas en poder matarlo, pero supongo que ella piensa diferente a un soldado promedio de las Fuerzas.
Si, lo más seguro. Tal parece que no me había equivocado en nominarla como líder de pelotón.
También me llama la atención que los ataques que lanza con ese abanico se parezcan un poco a los cortes nebulosos que doy en combate. Podría decirse que tenemos algo en común.
El día siguiente de la charla que tuvimos, reuní a todos los miembros de la división para hablar precisamente de los ascensos, entre ellos Hibino Kafka y por supuesto, Ichinose Ichika.
La capitana Ashiro me concedió el permiso total de nombrarla y le pregunté al resto de los líderes que opinaban de ella. Obviamente Nakanoshima estuvo de acuerdo con la decisión y porque quería a otra chica en el grupo, Ebisu a pesar de que dijo que tenía cierto aire de arrogancia que sus habilidades no estaban mal e Ikaruga...
Bueno, digamos que tuvo su momento para desahogarse sobre todo lo que pensaba de ella desde el primer día que la vimos en el examen, para que finalmente concluyera que ella poseía ciertos puntos fuertes para ser líder de pelotón.
Era obvio que no le agradaba por la forma en que se refería tanto a la capitana Ashiro como a mi. Aún recuerdo la forma en que me amenazó en el examen por haberle dicho a Kafka que abandonara la prueba si no quería morir ahí.
Todavía me daba algo de escalofríos con solo recordarlo, pero era una sensación rara. Sé que era capaz de hacerlo, pero no hacia mi persona.
Como dije, raro.
Salí de mis memorias al ver que Ichinose había terminado el trabajo con los residuales y ahora estaba caminando por ahí en busca del principal.
Shinomiya tuvo dificultades con los crustáceos que le pusimos aquel día, sobre todo con el principal.
Quiero ver qué tanto puede demostrarnos, más de lo que ya lo ha hecho.
De solo pensarlo se me sale una sonrisa de entretenimiento.
En pocas palabras, fui yo quien quería darle este puesto por mero gusto. Me pregunto cómo reaccionaría si se enterase que todo fue mi idea.
NARRADOR OMNISCIENTE.
La fémina caminaba tranquilamente por los edificios vacíos que usaban para practicar los tiros con los pequeños pelotones de cada miembro de alto rango.
Miraba por los costados para ver si tenía suerte con encontrar al principal y de vez en cuando se detenía para intentar percibir su presencia debajo de sus pies, sin obtener nada aún.
Suspiró un poco mientras seguía haciendo bailar el abanico en mano como forma de distraerse un poco. Ya se estaba aburriendo de esperar a algo que sabe que tarde o temprano iba a terminar muerto.
ICHIKA's POV.
Ni la izquierda, ni la derecha.
Sigo pensando que está debajo de mi, pero por alguna extraña razón cada que avanzo no siento absolutamente nada.
Tengo entendido que los topos son buenos escondiéndose cuando sienten una amenaza inminente, por lo que no me sorprendería que no se haya aparecido ante mi a pesar de que siento que he estado caminando en círculos por el dichoso lugar este.
Miro de reojo como los jodidos drones me seguían hasta el más milimétrico paso que daba. Siendo sincera me sentía algo incómoda, sin mencionar que no puedo hablar en voz alta porque sé que me pueden oír.
Y no quiero que esos dos me escuchen diciendo mis ocurrencias cada que estoy aburrida. Capaz y me tachen de loca.
Es decir, no niego que cuerda no estoy pero siento que los japoneses se toman todo muy en serio.
Pero no soy quien para decir esas cosas, ¿verdad?
Me giré en mi propio eje volviendo mis pasos para dirigirme hacia donde se encontraba la puerta de entrada, quizás estaría por ahí.
Pero en eso se me viene algo a la cabeza, si es cierto que pueden ocultarse cuando se sientan amenazados entonces les daré una falta sensación de seguridad.
No me gusta asustar a un topo tan lindo, pero al ver a los residuales noté que no eran kaijus de los que debería de intentar "evaluar" por lo que no tiene caso que sea amable con ellos, mucho menos del principal.
Troté hacia un edificio para poder saltar y escalarlo quedándome en el techo y seguí mi camino directo a la puerta que ya de por si se encontraba algo lejos. Ante esto me daría cuenta de donde resurgiría el topo. Porque evidentemente tiene que salir de la tierra, no había de otra.
Seguí corriendo teniendo a los estúpidos drones detrás mío sin quitar la vista del suelo y en eso veo como poco a poco se va levantando para dejar a la vista unas garras de color negro y una cola rapada y gruesa.
Era evidente que medía el doble que los anteriores por lo que me obligué a esperar a que saliese del todo. El problema con este tipo de kaijus es que debes de esperar a que esté totalmente fuera para poder atacarlo desprevenido.
La piel de estos topos es resistente de por si, ahora si su cuerpo permanecía en el suelo se volvía el doble de dura que si me atreviera a lanzar un ataque con esta tessen se rompería al instante.
Y por eso es necesario un látigo pero estos tipos tienen cero imaginación en crear armas para un verdadero cazador.
La modernización a veces tenía sus contras, como este por ejemplo.
Me detuve en el techo de algún edificio aleatorio esperando a que acabase de salir a la superficie. Los topos aunque sean ciegos necesitan salir de vez en cuando para poder ubicarse mejor además de estar bajo tierra y verificar las condiciones ambientales de su alrededor.
Usaré eso a mi favor para poder colocarme frente suya, sin intenciones de matarlo... Todavía.
Al verlo completamente fuera procedo a moverme despacio y bajar con cuidado y estando a una buena distancia para no espantarlo. De por si son algo cobardes era más difícil tener un contacto directo con ellos.
Una vez estando en posición, como a unos ocho metros lejos de él siente que algo está cerca de él y se gira directo hacia mi. Su nariz única en su estirpe seguía moviéndose en todas direcciones, los tentáculos de este verificaban si no había más de una entidad cerca. Pero solo estoy yo, los drones no cuentan.
Conté solo cinco segundos para poder avanzar tranquilamente hacia donde estaba, en eso sus tentáculos se percatan de mis acciones por lo que el topo está en modo alerta a lo que yo no disminuyo ni mi velocidad ni mis intenciones de acercarme.
NARRADOR OMNISCIENTE.
—Está demasiado tranquila incluso cuando el kaiju principal ya detectó su presencia. —expresó Okonogi nerviosa desde su asiento observando la pantalla frente a ella. —¿Realmente estará bien?
—Yo digo que si. —soltó sin preocupaciones Hoshina de brazos cruzados. —Aunque me da curiosidad el cómo se hará cargo de esto. La veo muy relajada, ni siquiera nosotros nos damos esos lujos en algunas misiones. —rió levemente ante su propio comentario.
—Hoshina. —le llamó Ashiro. —¿Qué piensas de las habilidades de Ichinose?
La pregunta le tomó algo desprevenido, pero no se lo pensó mucho al responderle.
—Pienso que es una caja llena de sorpresas. —inició con algo simple. —Sinceramente jamás había visto a alguien que tuviese ese temple estando en servicio, sin mencionar que ella rebasa por mucho los estándares de los novatos de años pasados. Sus habilidades en combate son realmente excepcionales, aunque siento que se ha estado conteniendo pero desconozco aún el por qué. También he notado que es muy dedicada a su propio crecimiento personal pero se da el tiempo de ayudar a otros para mejorar. Sus reflejos son dignos de admirar y también de envidiar lo cual creo que servirán para más momentos en donde no podamos ver a un kaiju fácilmente. La forma en que controla las armas pequeñas también deja mucho que decir en el buen sentido, diría que si incluso le diéramos unos cuchillos más pequeños podría manejarlos aunque me sería difícil de creer. Sin embargo creo que sería un espectáculo digno de ver. —y siguió hablando hasta que se quedó sin ideas, por el momento.
Ashiro y Okonogi se le quedaron viendo sin decir nada y se miraron mutuamente por unos segundos, como si fuese una charla telepática para volver a mirar hacia Hoshina que se les quedó mirando raro.
—¿Qué?
—No, nada. —dijeron ambas.
—Solo que se medio proyectó un poco en sus palabras. —se atrevió a decir Okonogi acomodando sus gafas.
—¿Eh? —Hoshina quedó confundido con lo que soltó la más bajita.
—No me haga caso y mejor sigamos observando a la líder de pelotón, ¿quiere? —sugirió Okonogi para redirigir su vista a la pantalla para toparse con la mencionada esquivando las garras del topo.
Hoshina asintió estando de acuerdo con lo que dijo para ver lo mismo que ella. La peliblanca saltaba de un lado a otro evitando los ataques del kaiju principal, como si fuese un simple juego para ella.
Los cabellos revoloteaban cada que ella se movía velozmente, acción que no pasó desapercibido por el de hebras oscuras haciendo que otro recuerdo le llegase de golpe.
[Primavera, Japón; Pasado del medio día; Hace 20 años; Residencia Hoshina.]
El sol abrasador pero sin llegar a ser molesto reflejaba sus rayos hacia los seres vivos de aquel país, más precisos en el patio de entrenamiento de una familia espadachina.
En dicho lugar se lograba ver dos figuras armas y con vestiduras iguales; una túnica tradicional.
Las jóvenes figuras estaban en posición de ataque con sus espadas de bambú en alto, llamadas shinai. El leve viento que hacía ese día causaba que sus cabellos estando amarrados volasen sin ningún problema en su concentración.
Al lado de estos yacían nueve figuras más jóvenes que los mencionados. Dos de ellas cargaban a los más jóvenes de tan sólo dos años de edad que aún así permanecían en silencio y serenos observando la escena frente suya.
Los cabellos blancos y azabaches se hacían notar el uno frente al otro, apretando firmemente el shinai esperando la señal por parte de uno de los espectadores, sin dejar de mirar al contrincante.
El réferi de ese momento al ver que ambos estaban listos, alzó la mano en preparación del inicio del combate.
El primero en darle un golpe a su rival, gana. Algo sencillo.
—Comiencen. —bajó velozmente su brazo para darles luz verde a sus ataques.
La figura de cabellos negros fue la que se movió primero alzando su shinai hacia el de cabellos blancos quien lo bloqueó apenas vio como el contrario se movió apenas terminó de hablar el réferi.
Entre varios movimientos de ambos en donde consistieron en bloquear y blandir a una rapidez excepcionalmente ágil, sus posiciones cambiaban drásticamente en el preciso momento de acercamiento de su contrincante.
El de hebras negras presionaba a más no poder al de hebras blancas obligándolo a retroceder antes de que el golpe le llegase en la cabeza. Ante ello el de cabellos negros aprovechó su pequeña pausa para avanzar y azotar su arma mientras que el de hebras blancas estaba arrodillado para quitársela de un movimiento mandando el arma lejos de su usuario para proceder a darle un leve golpe en su cabeza, recibiendo un quejido de su parte.
—Terminó el enfrentamiento. —se escuchó la voz del réferi. —La hermana Senju, gana.
Sus demás hermanos aplauden levemente, a excepción de uno que lo hacía emocionado y gritaba en coro su nombre, mientras que la mencionada iba hacia su contrincante que era nada más y nada menos que el primogénito de la casa Hoshina; Soichiro, para darle la mano y ayudarlo a levantarse.
Soichiro todavía se seguía sobando en el área golpeada para luego sonreírle con molestia.
—Felicidades. Otra vez. —comentó con algo de ira incontenible pero no siendo grosero. Aquello le causó risa a la pelinegra.
—Gracias. Otra vez. —le respondió de vuelta. Se giró hacia donde estaban los espectadores para enfocar su visión en el más joven de la casa ajena.
Soshiro la ve y siente un leve manojo de nervios mientras aprieta sus manos en sus piernas flexionadas y sus labios para evitar un poco su mirada.
En el fondo estaba algo triste de que ella fuese capaz de vencer a su hermano y él todavía no por lo que se sentía poco digno de mirarla de frente. La mayor de nombre Senju se acercó hacia él para darle leves caricias en su cabeza llamando su atención.
—No tienes porque ponerte así. —le dice en voz baja para que ellos sean los únicos que pudiesen escuchar. —Sé que algún día superarás a tu hermano en más de un sentido, ¿recuerdas? Mis padres y mis hermanos confían en ti. Yo confío en ti.
Aquello hizo que alzara su vista hacia la niña de nueve años y ver como se ondeaba su, algo larga, cabellera azabache mientras le daba una linda y amable sonrisa junto a su mirada azulada que tanto le gustaba.
Sin duda uno de sus mejores recuerdos que permanecería en lo más profundo de su ser hasta el final de sus días.
—¡Si! —asintió de mejor humor con sus mejillas sonrojadas de la emoción.
Su linda acción le sacó una sonrisa más grande a la mayor.
[Terrenos de entrenamiento de la Tercera División; subyugación y evaluación de la líder de pelotón; Ichinose Ichika. Actualidad.]
Hoshina miró a un costado, consternado y con leve confusión.
¿Por qué recordó eso con solo un movimiento tan banal como el de su cabello ondearse? ¿Tan parecida le vio a su persona especial?
Era obvio que la extrañaba, sin lugar a dudas. Pero no quiere decir que alguien más llegase y se comparase con ella.
No puede.
Nadie puede.
Pero había cosas que le hacían recordarla con solo observar a aquella peliblanca de goggles que le era demasiado difícil no ponerse a pensar que eran algo... similares.
Dejó de pensar aquello para prestar atención a la pantalla.
La mujer seguía esquivando y de vez en cuando repelando sus garras para redirigirlas hacia un lado, ¿todavía seguía jugando con el kaiju?
Por mientras, la evaluada en cuestión solo veía de cerca las funciones de aquella criatura gigantesca para saber qué hacer después.
Se fue corriendo hacia la pared de un edificio cercano siendo perseguida por el kaiju para después trepar hasta un punto lo suficientemente alto y saltar hacia sus espaldas y poder tener una mejor vista desde su lomo y de su cola para sacar el tenssen, abrirlo de un movimiento y lanzar un kamaitachi causando que perdiese la extremidad y soltase un grito de agonía.
—De un sólo tajo. Que suerte. —exclamó ella satisfecha por su trabajo.
Aterrizó detrás de este y tomó la cola para salir de ahí y dejarla en un lugar más lejano y que no estorbase, volver hacia el kaiju para prepararse nuevamente. Ahora solo le restaría cortarle el núcleo ubicado en el centro de su cuerpo y acabaría con esta tonta evaluación.
Oh al menos eso pensó en su momento. Porque cuando fue corriendo de frente con el arma lista para lanzarle el último corte, vaya fue su sorpresa cuando este se paró en sus patas traseras y apuntando sus delanteras hacia ella las garras del topo salen disparadas hacia su persona como proyectiles a alta velocidad.
No solo Ichika fue la que se sorprendió, sino los altos mandos de la tercera división junto a su analista también les tomó desprevenidos aquella habilidad.
—¿¡El topo...!? -no acabó de decir Okonogi cuando ve que una de las garras va directamente hacia la peliblanca, creyendo que no la iba a librar. —¡Líder de pelotón Ichinose, cuidado!
La nombrada frenó de golpe para poder esquivar las garras voladoras con algunas acrobacias que le permitieron salvarse por poco. Vio como estas mismas se quedaron incrustadas en el suelo para dirigir su vista hacia el topo y ver que le volvieron a crecer en sus patas.
—Muy bien... —soltó con un deje de asombro en su voz. —Eso... es nuevo. -apuntó hacia este mientras se levantaba y se sacudía el polvo que quedó en su traje. —No sabía que podían hacer eso.
—Ni nosotros tampoco. —se escuchó la voz de Ashiro en su auricular después del ataque. —Ichinose, tu estatus.
—Creo que eso lo puede ver en la pantalla, pero respondiéndole estoy bien dentro de lo que cabe. —observa que el topo la buscaba con desesperación y procede a colocarse detrás de una pared de un edificio. —Sólo debo de evitar los proyectiles y listo.
—No intentes algo estúpido, Ichinose. —ahora era la voz de Hoshina quien se presentó en su oreja. —Esa habilidad no era algo que teníamos contemplado por lo que deberás de tener extremo cuidado con su forma de atacar a partir de ahora.
Ichika reprimió su cara de disgusto y de ofendida al escuchar tales palabras de su parte, pero la vena que salió de su cuello no era algo que pudiese esconder fácilmente.
«Pero ¿qué es esta falta de respeto? Oígame no.»
Se asomó un poco para ver al topo y volvería a iniciar su ataque frontal, con el arma en mano la volvió a examinar para ver más sus detalles, sobretodo el pequeño botón que vio con anterioridad a lo que se atrevería a probarla ahora mismo.
Salió detrás de la pared y comenzó a correr hacia este, llamando la atención del topo y un susto a Okonogi al ver sus acciones.
—¿¡Pero qué hace!? ¡No haga eso, por favor! —entre gritos estuvo a punto de arrancarse los cabellos de la preocupación.
—Lo primero que le digo, es lo primero que hace. —se dio un golpe en la frente con su palma Hoshina al ver su osadía.
Ashiro por el momento guardaba silencio, esperando lo que sea que vaya a realizar.
Ichika siguió corriendo hacia el topo y este reacciona de la misma forma lanzándole sus garras hacia ella y nuevamente los esquivó sin problema, pero una de ellas se encontraba escondida detrás de otra garra para tomarla desprevenida.
Sin embargo, Ichika lo nota por una fracción de segundo pero Okonogi no ayudaba con sus gritos en su oído.
—¡Líder de pelotón Ichinose, tenga cuidado por favor! —Ichika estaba a punto de decirle el apodo de ella pero se centró en la garra que venía hacia ella.
La mujer se preparó física y mentalmente para poder atrapar la garra con las manos desnudas, causando que fuese empujada hacia atrás por la fuerza del impacto de esta y sus pies arrastrasen parte del suelo. La garra la tuvo que alzar un poco sin soltarla para después dejarla caer haciendo que sonara fuertemente el impacto contra el suelo y levantando un poco de tierra.
Desde el punto de vigilancia nadie decía nada, Okonogi era la que estaba con la mandíbula caída al ver como la mujer evitó una muerte inminente con únicamente sus manos. Ashiro le ayudó a cerrársela mientras no dejaba de ver la pantalla.
Hoshina por su parte no se esperó aquello por lo que le tomó desprevenido en más de un sentido. La vio como abría el abanico y se abalanzó hacia el kaiju que era por mucho más grande que ella.
Era lo malo de ese tipo de kaijus, gigantes y problemáticos. Él podría encargarse de hacerle cortadas profundas para quitarle sus extremidades, por parte de Ashiro le daría con un cañón en el centro. Algo sencillo.
Definitivamente no eran métodos fáciles de guiarse para cualquiera. Pero para Ichika no le resultaría difícil con lo que tenía planeado.
Volviendo a donde se encontraba la peliblanca lanzaba cortes feroces con ayuda de su abanico mientras esquivaba los proyectiles que no dejaban de crecer de sus patas.
—Que yo sepa, los topos no tienen esta habilidad. Pero bueno, la vida está llena de sorpresas. —dijo mientras desvió una garra con su arma y se posicionaba a su costado para poner a prueba con su teoría.
El topo quiso girarse pero cuando lo intentó de pronto sintió una punzada que lo hizo soltar un gruñido de dolor.
El botón que vio antes Ichika servía para poder soltar las cuchillas del tessen que se incrustaron en este dejándole un daño que por lo menos tardaría en sanar.
La cuchillas eran magnéticas, significa que podía moverlos a voluntad. No estaba mal el arma si era sincera.
Le sirve.
De un movimiento se las quitó para que regresaran hacia la base de la tessen y poder seguir con su trabajo.
—Como dije, nada personal. —dijo para irse hacia este y seguir lanzándole las cuchillas del arma para moverlos como le placiera con la base.
—¿¡Descubrió la función oculta del arma!? —exclamó Okonogi sorprendida. —Que raro nunca le dije el como funcionaba.
—Es más que obvio que lo averiguó por su cuenta. —dijo Ashiro sin despegar la vista.
—Es lista~. —canturreó Hoshina con una sonrisa en el rostro.
Las cuchillas viajaban por todas direcciones ocasionando que no tuviese tiempo de regenerarse de lo rápido que iban y mantenerlo entretenido. Una de estas estaba en la mano de la peliblanca quien se colocó en un punto alto y claro, desde su punto ciego.
Como ustedes comprenderán.
El topo seguía dando golpes al aire para evitar que le llegasen los ataques rápidos por lo que se alzó en sus dos patas para mayor facilidad sin tener ni la más mínima idea de que era parte del plan de la peliblanca.
«Y con esto doy por terminado mi humilde show. Gracias por ver y espero que con esto aprenden algo tarados.»
La chica saltó desde el techo para alzar su cuchilla en mano y apuntar hacia su cabeza y desde ahí dejar que la gravedad hiciese lo suyo.
Lo había cortado a la mitad a pura fuerza bruta sin activar el potencial de batalla.
Al aterrizar de espaldas hacia el kaiju comenzó a caminar hacia la salida sin darle importancia al estruendo que se escuchó por detrás y el polvo se levantaba por el impacto mientras que los drones captaban todo lo sucedido.
Había acabado con la prueba con éxito y sin ninguna herida visible en su cuerpo.
El corte que hizo fue limpio y bien hecho, digno de admirar y envidiar. Tal y como lo había expresado Hoshina quien quedó más que satisfecho para después proceder a salir del área y recibir con su respectiva sonrisa en cara a la recién llegada.
—Bienvenida de vuelta. —le dijo en cuanto la vio a lo que ella solo asintió como respuesta. —Ahora vamos a la sala de control, la capitana tiene algo que decirte.
[Sala de control de la Tercera División; 15:45 hrs.]
Ya estando en el lugar la peliblanca solo esperaba casi impaciente por dentro para que ya la dejasen ir porque quería comer algo.
Matar un topo gigante puede causar mucha hambre.
Las tres figuras que habían presenciado todo estaban delante de ella en una línea recta para después la capitana empezó a decir lo siguiente:
—En vista que se ha demostrado que lograste manejar con éxito la situación y el arma que te fue entregada se hace de manera oficial que posees la capacidad de estar a la altura de tu rango. Felicidades, líder de pelotón Ichinose. —da el saludo formal ante la nombrada haciendo que los otros dos hagan lo mismo.
La mujer solo asintió ante sus palabras y agradeciéndole en el acto. Las acciones sacaron de lugar tanto a la analista como al vice-capitán a lo que la capitana les explicó su situación.
—¿Algo que necesites? —le pregunta la capitana a lo que la mujer se lo pensó por unos segundos para poder responderle.
—Si. —dijo. —Necesitaré otros 3 más como estos si no es molestia. —mostró el abanico para que la analista pudiese tomarla y así proceder con su petición. —Y eso sería todo, muchas gracias.
—Considéralo hecho. En cuanto esté listo se te llamará para que les des el visto bueno. —con eso último se termina la reunión.
—Bueno, en vista que ya acabó todo... ¿Te parece conocer a tu pelotón ahora? Yo mismo hice la selección para tus nuevos soldados así que espero que llenen tus expectativas. —encaminándola hacia la salida de aquel cuarto la llevó hacia donde estaría su nuevo grupo que iba a dirigir a partir de ese momento.
Tanto Ashiro como Okonogi se vieron cuando ambos salen de la sala observando un pequeño detalle pero significativo para sus ojos.
Hoshina había colocado una de sus manos en la espalda de la chica mientras abandonaban el lugar.
—Les dije que esperaran en el campo de entrenamiento ya que estabas ocupada a lo que ellos no tuvieron problema con quedarse un poco más de tiempo. —le informó a su acompañante para matar el tiempo en lo que llegaban a su destino. —Oh y sonará repetitivo pero muchas felicidades.
—Gracias, señor. —se limitó a contestar haciendo que el hombre soltase un leve bufido.
—Pero no me digas señor. —se quejó este. —Si gustas puedes llamarme por mi nombre. Estoy seguro que te lo sabes completo.
—Soy consciente de ello.
—Haber, dilo. —ella lo miró con confusión. —Di mi nombre.
—¿Por qué haría eso? —alzó la ceja mientras lo miraba de forma sospechosa.
—Porque quiero saber si lo sabes o no.
—Ya le dije que si lo sé. —mencionó ella para que dejase de insistir.
—Pero quiero oírlo, ándale no seas mala. —le siguió pidiendo como niño pequeño a lo que ella en resignación le cumplió el capricho.
—Hoshina Soshiro. —la forma en que lo dijo hizo que al nombrado se detuviese por un momento y voltease hacia un lado para toparse con una leve sonrisa de su parte. Muy minúscula, pero ahí estaba. —¿Feliz? Ahora hay que ver a esos soldados. No me agrada hacer esperar mucho a la gente.
Continuó con su caminado sin ver que Hoshina tenia un leve sonrojo en el rostro por lo sucedido y que al reaccionar este empezase a correr para alcanzarla.
—Suena mejor de lo que imaginé. —susurró para si mismo y así poder colocarse a su lado y recuperar un poco la compostura.
Al llegar notaron un grupo con una cantidad de personas considerable para un grupo siendo vistos por ellos ya que saludaron apenas llegaron.
—¡Buenas tardes vice-capitán Hoshina! ¡Líder de pelotón Ichinose! —dijeron al unísono de manera firme mostrando el merecido respeto a ambos.
—Descansen. —ordenó Hoshina a lo que ellos bajaron su saludo. —Veo que están entusiasmados, eso es bueno. —les dijo a todos. —Bueno como pueden ver les presentaré a su nueva líder de pelotón, Ichinose Ichika. Por favor sean buenos con ella, no quiero quejas de ustedes de su parte de ningún tipo, ¿quedó claro? —preguntó para recibir una afirmación de su parte. -¡Excelente! Bien, todos tuyos. No seas tan dura. Suerte~.
Sin más se retiró del lugar para darle algo de espacio y que así pudiera conocerlos mejor. Se burló internamente por lo que podría llegar a pasar con los soldados.
Mientras el grupo le daba el saludo correspondiente a la llegada a lo que ella les dice que no era necesario y que retomen su posición.
—De acuerdo... No soy del tipo que da introducciones largas pero daré lo mejor de mi para que ustedes no tengan problemas en las futuras misiones. Si necesitan ayuda desde sus puestos no duden en decirme e inmediatamente llegaré a ustedes. Como dijo el vice-capitán anteriormente mi nombre es Ichinose Ichika y espero que podamos congeniar bien en este trabajo. —saludó un con un ligero movimiento de cabeza hacia ellos en señal de que estaba a su disposición.
Los soldados la observaban callados pero intrigados. El vice-capitán les había dicho que su nueva líder de pelotón era alguien sumamente comprometida con el trabajo y que ayudaba a aquellos que lo necesitasen. Sin mencionar que era buena en el combate pero también estricta.
—Líder de pelotón Ichinose. —le llamó uno de ellos. —Si no es molestia... ¿Podría enseñarnos un poco de sus habilidades de combate? Por favor... —titubeó casi al final cuando sintió todas las miradas de sus compañeros. Hasta recibió un codazo por su atrevimiento.
La mujer solo lo miró para luego asentir e irse directamente a tomar dos de las varas de madera que descansaban cerca de ellos. Le lanzó una de estas al que le pidió darle una demostración mientras que el resto retrocedía para rodearlos y así estar en un circulo de tamaño considerable para poder estirarse un poco.
El soldado miró la vara en mano con duda para mirar a la mujer quien estaba lista para empezar. Sudó frio al ver en donde se metió.
—Si no te molesta yo muestro en carne propia lo que puedo hacer y como me pediste que te enseñara un poco lo normal es que tu también muestres de lo que eres capaz, ¿no? Es lo justo. —menciona desde su posición. —El vice-capitán me dijo que fueron seleccionados por su propia mano lo que me hace pensar que todos son considerablemente buenos así que... ¿Me permiten evaluarlos? Me gusta confirmar con mis propios ojos lo que se me ha dicho con anterioridad.
Desde ese momento sus nuevos soldados comprendieron las palabras del vice-capitán y ahora lo estaban pagando.
[Cafetería de la Tercera División; 17:00 hrs.]
La peliblanca se encaminaba hacia uno de los pocos lugares que le gustaban de la base para poder darse el festín que tanto quería desde hace horas pero se entretuvo con su nuevo pelotón que solamente hizo que su hambre creciera más y por terminar su rutina de pre-calentamiento básico de la tarde.
Pero de que se divirtió, se divirtió. Sobre todo cuando las caras de todos ellos palidecieron cuando acabó su primer combate. Sin duda no olvidaría aquel bello momento.
Al llegar ve a la lejanía a sus tres personas que no había visto desde que empezó con su nuevo cargo. Va por su bandeja con comida y se acerca a ellos de manera tranquila.
Kafka es el primero en verla a lo que estira el brazo para saludarla.
—¡Hola Ichika! ¡Te guardamos un lugar! —exclamó el mayor indicándole donde era el lugar. Al lado suyo.
La mujer sonrió gratamente mientras se colocaba en el puesto reservado para comenzar a comer. Al fin.
—¡Senpai muchas felicidades por su nombramiento! —exclamó Ichikawa emocionado por ella nomás se sentó.
La fémina le agradece aunque siente que no era algo del otro mundo.
—Sabia que algún día notarían sus capacidades. Pero no crea que me quedaré con los brazos cruzados. Líder de pelotón. —dijo Shinomiya desviando el rostro con un ligero sonrojo admitiendo que la mayor era buena.
Kafka sintió como su presión bajaba cuando escuchó a la rubia llamarla por su cargo, tragando duro en el proceso.
—¡Ah! ¡Lo siento Ichika...! ¡Quiero decir Líder de pelotón Ichinose! ¡La llamé por su nombre! —Kafka habia entrado en pánico al darse cuenta de su error.
La mencionada lo tuvo que calmar haciendo que tragase un poco de la comida de la bandeja del mayor.
—Cálmate Kaf. —le dice al ver que estaba ocupado masticando. —No tengo problema con que me sigas llamando como siempre lo has hecho. A fin de cuentas sigo siendo yo.
—Pero ahora tienes mayor rango que nosotros. No sería correcto tutearte. —exclamó apenado mientras jugaba con sus dedos índices.
—Bueno... En eso tiene razón el senpai. Ahora es líder de pelotón por lo que seria correcto llamarla como lo hizo Shinomiya. —ahora fue Reno el que se sintió algo incómodo ya que la llamó como siempre lo hacia.
La fémina los miró para solamente acariciar sus cabellos desordenándolos en el proceso.
—Escuchen, si en verdad me molestase les hubiera dicho algo, ¿no creen? —les quitó la duda con ello. —Ustedes tres son los únicos que pueden llamarme como les plazca, aunque claro sería cuando no haya nadie cerca. De lo contrario les llamarán la atención a ustedes, ¿quedó claro?
De la cabeza de Reno pasó a la cabeza de Shinomiya quien no se esperó aquella acción sobresaltándola al sentir la calidez de la mayor en su ser.
—No quiero que les pongan un castigo solo por algo tan banal, en mi opinión claro.
—Entonces ¿no nos harás hacer flexiones? —preguntó Kafka con ojitos brillosos llenos de esperanza.
—Claro que no. —dice ella algo ofendida. —Ni que fuera un monstruo.
Con eso dicho los tres se tranquilizaron al ver que ellos saldrían bien librados, hasta que caen en cuenta de algo.
Indirectamente había insultado a la capitana Ashiro que ella si le hacia hacer flexiones a Kafka cada que la llamaba por su nombre de pila sin querer. Y en parte al vice-capitán Hoshina que hizo que Shinomiya realizara flexiones cuando se le soltó que tiene una "personalidad desagradable" cuando obtuvo su arma personalizada.
A esta mujer no dejaba muñeco con cabeza, se iba parejo.
Escrito: 24/01/2025.
Publicado: 01/02/2025.
-Alessa.
Un nuevo arco empieza. ¿Qué cosas les espera a las Fuerzas de Defensa?
Lo averiguaremos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro