14. Dulce Oportunidad.
Multimedia: Arma personalizada de Ichinose Ichika; Abanico Tessen.
NARRADOR OMNISCIENTE.
[Días después.]
Tanto Kafka como Ichika estaban al frente de nada más que Ashiro Mina, la capitana de la Tercera División.
Y ella los estaba nombrando oficialmente miembro de la tropa y nueva líder de pelotón de su distinguida división.
Mina le colocó una pequeña medalla distintiva de las Fuerzas a Kafka en su cuello de su uniforme mientras que a Ichika le daba un cordón de mando pero sigue siendo inferior a los cordones de ella y de su vice-capitán, colocándosela en su hombro derecho de su uniforme.
—Hibino Kafka, a partir de este momento dejas de ser cadete para ser ascendido a miembro de la tropa. —le dice al hombre mientras pasa su vista hacia la mujer. —Ichinose Ichika, te nombro nueva líder de pelotón de la Tercera División.
Kafka y Mina fueron los únicos en dar el saludo acostumbrado de las tropas mientras que Ichika solo permanecía firme en su postura.
—Juro dedicarme a la causa en cuerpo y alma. —Kafka miró a Ichika para darle un codazo que la hizo quejarse.
—Daré lo mejor para que no haya bajas. —dijo ella mientras miraba mal a Kafka desde sus goggles oscuros.
—Líder de pelotón Ichinose, debe de saludar como se estipula el reglamento. —le dice Mina al verla de reojo.
—Lo siento, pero mis costumbres me impiden hacer el saludo como es debido. Espero que lo entienda, por favor. —aquello hizo que ambos la mirasen raros.
—¿Costumbres? —pregunta Ashiro intrigada.
Kafka no dijo nada, pero sabe que eso era mentira.
—Verá, vengo de una humilde familia en donde somos igualitarios y no saludamos como lo hacen las Fuerzas de Defensa. —explicó ella metiéndose en el papel. —Por lo que le pido que me entienda si no hago el saludo ante usted o ante otros mandos... Son costumbres que difícilmente puedo romper.
Ashiro no dice nada mientras analiza lo que escuchó de su parte y por el lado de Kafka miraba a su amiga de forma incrédula por lo que acababa de presenciar.
Su amiga es una tremenda actriz.
—Esta bien, si es una costumbre de años no puedo obligarte a romperlas así como así. Entiendo tu posición. —accedió la capitana.
—Muchísimas gracias por su comprensión. —agradeció de manera amable tanto en sus palabras como en la forma en que le habló.
Por dentro Ichika se burlaba de ella al ser tan crédula.
«Pero que estúpida, se lo creyó todo.»
Al ya finalizar el nombramiento oficial, Kafka fue el primero en decir que se retiraba de la oficina a lo que Ichika estuvo más que lista para seguirlo pero la voz de la capitana los frenó.
—No te emociones, Hibino Kafka. —le llamó su atención que casi hizo que Ichika chocase contra su espalda. —Aún te falta mucho para poder pelear a mi lado.
Ichika la miró más que ofendida como si aquel comentario iba dirigido hacia ella. La fémina de cabellos blancos estaba más que dispuesta a contestarle cuando el pelinegro le tapó la boca con intenciones de llevársela a rastras.
—¡Si, lo tendré en mente! ¡Muchas gracias y con permisito! —le responde Kafka nervioso mientras mantenía quieta a su amiga para jalonearla hacia la salida hasta que su voz le detuvo.
—Ichinose Ichika, necesito que te quedes para nuevas instrucciones. —Ashiro frenó todas las intenciones de Kafka en sacar a Ichika de ahí con su petición.
Kafka miró a su amiga con nerviosismo a lo que la peliblanca solo asintió para que estuviera más tranquilo. Resignado, salió de la oficina.
La peliblanca dio media vuelta en su eje para estar cara a cara con Ashiro quien aún veía sus papeles en mano.
—El día de hoy será tu primer día como líder de pelotón, sin embargo, fue preparado un escenario para poder evaluar tus habilidades a pesar de que se ha demostrado lo capaz que eres. —mencionó para después verla de frente. —No lo tomes a mal, es solo el protocolo.
Ichika solo asintió para que ambas se encaminaran hacia la salida. La fémina de cabellos blancos fue guiada por la capitana hasta una habitación de comando en donde Hoshina esperaba a ambas quien las recibió con una sonrisa.
—Capitana. Líder de pelotón Ichinose. —miró a cada una al mencionar sus rangos.
—Hoshina, abre la puerta. —ordenó al de ojos rasgados quien obedeció sin más para acercarse a la puerta metálica en donde estaba un tablero.
Tecleó el código correcto para que la puerta se abriera y así acceder los tres a la sala de armas kaijus, donde los esperaba Okonogi con una tableta en mano.
—¡Bien, llegaron! —exclamó feliz la más baja para después ir hacia el computador y comenzar a teclear rápidamente y una compuerta desde el piso se abre para dar vista a varias armas blancas altamente letales. —¡Listo! Puede escoger una, por favor.
Ichika miró cada una de las armas delante de ella para empezar a caminar y examinarlas con la mirada de manera cuidadosa.
—Si no son de su agrado puede ver las que están en la pared sin ningún compromiso. —menciona Okonogi al ver que aún no le ha llamado la atención ninguna arma en la mesa.
Como ninguna de las presentes en la mesa fueron de su agrado siguió observando en las paredes de la habitación mientras caminaba hacia estas, siendo seguida por la mirada tanto por la capitana, el vice-capitán y la analista.
—Y bien, ¿cuál arma crees que se acoplaría contigo, Ichinose? —después de varios minutos Hoshina fue el primero en romper el silencio que se formó.
La mujer no había dicho ninguna palabra desde que llegó y ciertamente le estaba causando una ligera ansiedad.
—Ninguna, señor. —respondió luego de lo que fueron varios minutos largos para los otros tres.
—¿Por qué? —cuestionó sin entender. —¿Ninguna es de tu agrado? —frunció el ceño con algo de preocupación ante la respuesta de la mujer.
—Hoshina eso no importa al momento de estar en servicio. —dijo la capitana seriamente. —Ichinose Ichika, la comodidad con el arma no lo es todo.
—Bueno, eso es cierto... —comentó Hoshina ante el comentario de la capitana.
Ichika intervino de inmediato.
—Con todo respeto, estas armas no sirven a largo plazo. —comentó sin quitarle la mirada de la pared llena de armas. —En cualquier momento se destruirán y se volverán inútiles.
Los tres se miraron entre si al escuchar aquel comentario.
—¿Por qué lo mencionas? Fueron diseñadas por Izumo Tech, la misma empresa que hace los trajes. —menciona Ashiro expectante de una respuesta convincente.
—Verá, aunque no parezca sé de armas de combate y al ver estas sé de antemano que no servirán mucho en una misión peligrosa. —comenzó a explicar mientras se daba vuelta y los miraba. —Además, el arma no es solo un instrumento, sino una extensión más de tu cuerpo para alargar el rango de ataque.
Se encaminó para poder tomar un arma cualquiera y dar una explicación visual y sea más fácil de entender.
—El arma debe de ser controlada, no al revés. —hizo una maniobra con el arma haciéndola girar en su mano. —Sin embargo, hay algo que coincido con el arma, y es que ella te elige a ti. En el servicio únicamente confiarás en tu maestría con esta para sobrevivir, en caso de que no la tengas entonces en tus habilidades físicas pero hasta ahí. —devolvió el arma en su lugar y se alejó de la mesa para ir hacia otro rincón de la habitación armada. —Si eres incompetente en una de esas dos, entonces pasarás a mejor vida.
En eso ve un arma que por fin le llama algo de su atención, pero decidió quedarse callada por el momento.
—Admito que lo que dijiste es totalmente cierto. —concordó Hoshina mientras colocaba su mano en su mentón, pensativo. —Como usuario de armas blancas soy plenamente consciente sobre mis habilidades con mis espadas, de lo contrario ya hubiese muerto hace tiempo.
Ichika solo asintió ante su comentario.
—Aunque necesito preguntar... —dijo al aire la mujer. —¿Por qué quieren darme un arma personalizada? Soy consciente de que solamente los capitanes y los vice-capitanes tienen derecho a una. Y recientemente citaron a Shinomiya Kikoru para otorgarle una. —reveló. —Ah y no, ella no me lo dijo. Lo deduje por mi cuenta al ver sus heridas en el rostro y porque el vice-capitán la citó aparte. —explicó al ver las caras de los otras tres personas con ella.
—Impresionante. —exclamó Okonogi sin palabras.
—Creí habértelo dicho en aquella celebración. —exclamó Hoshina ante su pregunta. —Tienes las capacidades necesarias al igual que Shinomiya, sólo que tú pareces tener más experiencia en el campo.
—Se debe a mi antiguo trabajo, o al menos eso creo... —comentó con algo de titubeo desviando la mirada.
No tenía que ser tan obvia en este caso.
—En todo caso, es cierto que te daremos un arma personalizada pero ahora queremos que tomes esta oportunidad para demostrar de lo que eres capaz. —dice la capitana Ashiro. —Normalmente no hacemos esto, pero ya que hemos observado tu adiestramiento en las armas de todo tipo y el hecho de que puedes moverte sin ellas en el campo se ha decidido que elijas tu propia arma, siguiendo con el principio que acabas de mencionarnos.
Ichika la analizó milimétricamente creyendo que era mentira todo lo que salió de su boca, hasta que Hoshina y Okonogi apoyaron sus palabras de que eran 100% verídicas.
—En ese caso... —se dio la vuelta caminando a grandes zancadas para llegar hasta la pared en donde le llamó la atención un arma, tomarla, guardarla entre su saco y volver con ellos. —Listo, ¿qué hay que hacer?
Al verla tan dispuesta a hacer algo prosiguieron con la siguiente fase.
—Síguenos, creo que ya sabes que es lo que te pediremos que hagas. —le dice Hoshina con una leve sonrisa mientras salían de aquel cuarto. —Pero antes cambiate, el uniforme no te ayudará a moverte bien.
«Eso dices tú niño, pero con estos pantalones una puede hacer muchas cosas.»
Al estar vestida con el traje de combate y en el lugar acordado junto al vice-capitán lista para lo que sea que le vayan a pedir hacer. El lugar era parecido a donde se ejecutó el examen de aptitud para subyugar al kaiju.
—Sé que esto es repentino pero, ¿tienes alergias? —le mira su perfil mientras ella solo fijaba su vista hacia al frente.
La mujer lo miró de reojo mientras soltaba una risa nasal, confundiendo al hombre.
—No descuide, no tengo alergias a nada. —le responde con tranquilidad.
—¡Excelente! —respondió con alegría juntando sus manos a la altura de su pecho. —Entonces no habrá ningún problema con esto y supongo que no te asustan las criaturas nocturnas.
Ichika intentó reprimir una risa ante lo último que dijo colocando una mano en su boca y seguir como si nada.
—No es muy frecuente que desarrollemos armas personalizadas. —continuó con lo suyo Hoshina. —Hasta ahora, solo había dos personas en la tercera división, como ya sabes. —Ichika asiente ante sus palabras. —Tú serías la cuarta en portar un arma, veamos como manejas esto, ¿de acuerdo? Suerte~. —dijo para después irse de ahí y dejarla para su demostración.
En lo que esperaba la señal para poder comenzar, sacó el arma que tomó del cuarto para mirarlo bien.
Tenía que admitir que la empresa de Izumo Tech tenía buenos gustos en cuanto a artillería útil como el que tiene en mano.
Era un abanico tessen, estas armas fueron usadas en la época de los samuráis y en situaciones cuando no podían llevar sus espadas ni otras armas visibles. También se usaba para defenderse de los cuchillos y de los dardos.
«Bonito pero mortal...En las manos correctas.»
La abrió de un solo movimiento observando que estaba hecha de plumas, lo curioso es que estas plumas eran hechas de metal con algunas manchas rojas, le daban el toque hermoso. Con su mano libre la acarició para poder sentir las grabaciones en esta y detectar que había un pequeño botón en el clavillo de esta, por el momento no quiso apretarla.
Las plumas metálicas forman el país, mientras que el resto que eran las fuentes también estaban hechas de metal mientras que entre sus dos padrones había un adorno negro y en medio había otro.
Sin duda era hermoso.
Hizo bailar el abanico en su mano y escuchaba como sus cuchillas cortaban el aire de manera fina y rápida, justo como le gusta.
Suspiró en consecuencia mientras algunos recuerdos le llegaban a la mente, todavía sigue sin creer como fue que llegó hasta esa posición.
Los sucesos le retumban en su cabeza como si la situación hubiese pasado el día anterior.
[Noche de la celebración.]
Los presentes estaban celebrando al doble ese día, el primero por el nombramiento de Kafka a miembro oficial y el segundo por el ascenso de Ichika a líder de pelotón.
Todos excepto la nombrada, quien al ver una oportunidad se fugó de la habitación para despejarse un poco.
Una vez que ya estuvo fuera de la vista de todos se recargó en la pared más cercana para luego sacar una cajetilla de cigarros, sacar uno y encenderlo lo más rápido que pudo para darle una calada larga y sacar el humo por su boca.
—¡Maldita sea! —alargó la última vocal en frustración al ver su actual situación.
Con su mano libre se tomó un puñado de su cabello y apretarlo de la ira, casi arrancándoselo.
Le dio otra calada para poder tranquilizarse, pero fue en vano.
—¡Me cago en todo! ¡Maldita sea la hora en que decidieron esos hijos de perra sin mi permiso como si no fuese alguien! ¿¡Quién se creen que son!? —gritó a más no poder llena de frustración sabiendo que el escándalo dentro del restaurante amortiguaría su ira.
Jamás se le pasó por la cabeza que aquello pudiese sucederle, ya que era más que evidente que no ascenderían a alguien como ella en dos meses. Prácticamente estarían nombrando a una "novata" y una "desconocida".
¿Y la que tomaba riesgos era ella?
A veces les resultaba muy raros esos tipos.
Siguió calándole a su cigarro hasta ya no tener más, después sacó otro de su cajetilla y poder encenderlo y así darle una calada más larga hasta llegar a la mitad del cigarro y sacarlo por su boca, dejando que la leve nube de nicotina se alejara cada segundo de ella.
Intentaba calmarse de aquella atrocidad de hace unos minutos, pero para ser sincera no podía hacerlo tan fácil.
«Ahora me tendrán en el ojo de su huracán para mantenerme vigilada por más tiempo. Desde que Garuda me dio su informe ya no puedo confiarme de ningún mando de la división. De por si no confiaba, ahora menos. Tengo que calmarme para no levantar sospechas.»
Y ya sabía como hacerlo.
Necesitaba otra cerveza.
Más que dispuesta a irse y de apagar el cigarro algo le detuvo sin ser capaz de siquiera moverse un milímetro y solo suspiró rendida.
—Usted tiene un problema con espiar a la gente, señor. —dijo al aire sin mirar hacia donde detectó la presencia, revelándose al instante.
—Vaya~, si que tienes buenos instintos. Cada día me sorprendes más. —exclamó el culpable de su interrumpido momento de intentar calmarse.
Hoshina ve lo que tiene en la mano para fruncir el ceño e ir directamente hacia ella y quitárselo de la mano de un movimiento.
—¡Te dije que dejaras eso! —le dice molesto al verla nuevamente fumando. —Yo sería quien te iba ayudar en esto. No lo vuelvas a hacer. —la miró aún frunciendo el ceño apagando el cigarrillo con el pie.
—¿Qué lo trae por aquí, vice-capitán? —decidió cambiar de tema para que ya no le dijese nada. Igual volvería a hacerlo sin que él estuviera cerca.
Hoshina suspiró para también recargarse en la pared, al lado de ella.
—Vi que saliste del salón, así que vine a ver si estaba bien. Creí verte con mala cara y pensé que esas cervezas te habían hecho mal. —habló metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta.
«¿Cómo no la iba a tener si me nombraron líder de pelotón? Era algo que no estaba en mis planes.»
—Las cervezas son la última de mis preocupaciones, se lo aseguro. —menciona la mujer mirando hacia el frente también con sus manos en los bolsillos, jugando con un dije que tenía guardado ahí para distraerse.
Ambos quedaron en un pequeño silencio, al menos era agradable para ambos. El viento soplaba levemente causando que algunas hojas caídas volaran por ahí.
Ichika seguía jugando con lo que traía en sus manos para poder mantenerse tranquila, ya que le quitaron el cigarro al menos debe de lidiar con eso.
Hoshina estaba pensativo, después de tantas cosas en una sola noche su cerebro trabajaba a más no poder para poder atar cabos.
Primero, el kaiju que apareció en los exámenes.
Luego el kaiju que se comportaba de manera extraña.
Y por último, una cosa peluda de dudosa procedencia le bloqueó la vista y en cuanto se la quitó ya había desaparecido junto con el kaiju no. 8.
La vida se estaba burlando de él.
Hubiese pensado más sobre el asunto hasta que una voz lo sacó de su cabeza.
—¿Por qué? —escuchó a su lado causando que voltease a verla.
Hoshina no entendió su pregunta a lo que Ichika lo notó.
—¿Por qué me nombraron líder de pelotón? —le aclaró.
Hoshina la observó por unos minutos antes de contestar tu incógnita.
—Veamos, ¿por dónde empiezo? —miró hacia arriba, fingiendo pensarlo por más tiempo. —En la misión fuiste a apoyar a dos novatos quienes no se detectaban sus signos vitales, salvaguardaste sus vidas y aplicaste primeros auxilios a los lesionados, reportando lo sucedido sin que ellos se arriesgaran, ganaste tiempo para que el pelotón de Ikaruga llegase al lugar de los hechos, detuviste un pequeño pero significativo grupo de kaijus residuales tú sola. —estaba enumerando todas las cosas que ha hecho en la misión pasada. —También en las prácticas ayudaste a los de tu grupo a como controlar mejor su potencial de batalla y en sus disparos a pesar de que no usas armas de fuego, les dice en como mejorar sin ningún compromiso y por ahí me enteré que ayudas a Shinomiya en secreto para que sea mejor luchadora en combate cuerpo a cuerpo.
Ichika desvió la mirada, a pesar de que estaba oculta con sus goggles, al sentir que este la miró de reojo.
A saber quien fue el que las vio entrenar y le fue a contar el chisme a Hoshina. O quizás él volvió a escuchar a escondidas.
—Sin mencionar que en los exámenes hiciste todo lo posible para tus compañeros no sufrieran en el proceso de ser heridos. —recordó los sucesos del examen de ingreso. —Te enfrentaste a un residual, que por cierto lidiaste con él de un solo golpe, fuiste la primera en llegar con el principal... Lo que me hace preguntarme, ¿por qué no te atacó? —la miró confuso sobre los hechos anteriores.
Ichika dejó de mover el dije en sus bolsillos, temiendo por un instante que empezase a sospechar y sobre pensar demás.
—Si le soy sincera no tengo idea.
—Hiciste algo raro antes, como si le estuvieras mostrando... —pensó por unos momentos. —...Respeto.
Ichika sin siquiera pensarlo volvió a sacar su cajetilla llena de cigarros para volver a encender uno de los nervios que casi le estaban dando, siendo esta arrebatados de sus manos por el hombre.
—¿¡Tienes más!? —se alteró al ver la cantidad de cigarros que contenía en la caja. —¡Mujer, piensa en tu salud! —le confiscó la cajetilla observándola de manera reprobatoria.
—No fumo todos los días, no tiene de qué preocuparse... —al menos ya se desviaron del tema.
—¡Eso no importa! —le reprochó. —Ahora eres un líder de pelotón, tienes que cuidarte en todos los sentidos. —exclamó para después mirarla con leve preocupación. —No debes de consumir cosas que te harán mal a largo plazo. Mejor déjame encargarme de esto.
La peliblanca alzó la ceja ante lo último que dijo... ¿Se estaba preocupando por su persona?
—Si usted lo dice...
—¡Pero hazlo! —le reprochó nuevamente. —¡No lo digas solo por decir!
—No se altere que luego le hará mal, señor... —intentó reprimir su risa al ver al hombre de baja estatura casi perder los estribos por algo tan trivial.
Hoshina solo suspiró rendido al ver que la mujer simplemente no daba de su parte en esto. El hombre solo se volvió a recargar en la pared a un lado de ella para después mirar el cielo, aún, nocturno.
Pasaron unos minutos en silencio que para la mujer fueron lo mejor al ver que ya no insistió con la cuestión anterior. Si seguía así tendría que implementar medidas drásticas.
Pero su silencio duró poco. Otra vez.
—He querido preguntarte algo desde hace tiempo, Ichinose... —volvió a abrir la boca el de hebras oscuras.
Ichika ya solo pensaba en que el sujeto no lo callaba ni Dios.
—Dígame señor, soy toda oídos ante usted. —aquel comentario hizo que a Hoshina se tensara por leves momentos y aunque estaba algo dudoso, con eso, le dio la fuerza suficiente con seguir.
—¿Por qué usas esos goggles? —se apuntó a sí mismo en el área de los ojos en señal de que se refería a estos. —Nunca te los has quitado hasta donde he visto, ni siquiera en la noche. ¿De verdad puedes ver con esas cosas?
Ichika se quedó en blanco por una fracción de segundo para inmediatamente calmarse y suspirar de alivio para si misma y se dispone a contestarle la duda.
—Verá, estos goggles me permiten mejorar mi visión. —empezó a explicarle mientras los tocaba con su mano derecha. —Sonará raro pero así es como me sirven para todo. Es como un tipo de entrenamiento visual. No sé se me di a entender. —lo voltea a ver captando que este jamás le quitó la vista de encima.
«¿Por qué me mira tanto?»
—Nop. Lo entendí perfectamente. —le regaló una de sus típicas sonrisas largas. —Pero sigo teniendo mis dudas del por qué los usas todo el tiempo. ¿No es mejor descansar la vista cuando sea necesario?
Ichika se quedó en silencio con una brevedad que al hombre le pareció eterna. La mujer prosiguió con algo de cautela.
—Me los quito, por supuesto. —afirmó. —Pero únicamente cuando nadie está cerca... —aquello le causó intriga al contrario. —Digamos que... —titubeó por segundos. —...Mis ojos no son algo del agrado de la mayoría de la gente, por lo que es mejor mantenerlos ocultos y evitar malos ratos hacia los demás.
Giró su cabeza hacia el lado contrario de donde se encontraba Hoshina causándole más intriga ante sus reacciones.
—¿Tus ojos? —soltó la pregunta. —No tengo idea de como sean, pero no creo que sean tan malos como dices. A veces la gente se sorprende con algo que desconoce que al verlo no saben como reaccionar correctamente. —compartió este su humilde punto de vista. —Yo creo que son algo bueno, aunque nunca los haya visto.
«¿Eso crees tú?»
Ichika sonrió para sus adentros al oírlo decir aquello. Pero sin darse cuenta lo proyectó en su rostro. Aunque sea minúscula.
—Oh~... —escuchó decir a su lado. —Es la primera vez que te veo sonreír así. —expresó con un deje de sorpresa en su voz, combinado con alegría. —No está mal hacerlo de vez en cuando.
Ichika solo volteó el rostro para evitar que viese más de ella.
Se estaba descuidando con quien menos debe de hacerlo.
—Es curioso que lo diga usted considerando que fue quien dijo que no debemos de sentirnos cómodos con otros, y mucho menos en este trabajo. —lo encaró sin miedo. —Si que es algo raro, señor. Pero aprecio que se preocupe por sus soldados. —compartió con sinceridad. —Significa que valora la vida en más de un sentido.
Ahora fue Hoshina quien volteó su rostro para evitar que ella viese su leve sonrojo, aunque no sirvió de mucho gracias a la buena visión de la mujer.
Reprimió una risita nasal al ver lo podía causarle al hombrecito.
—Creo que será mejor entrar. —sugirió la fémina. —No vaya a ser que realicen más desastre de lo que ya hicieron, ¿no lo cree? —expresó en burla hacia su generación dispuesta a irse.
—Ichinose. —la llamó y ella dándose vuelta para responderle pero algo la tomó por sorpresa.
Una extraña invasión en su boca de dudosa procedencia la hizo sobresaltarse que en consecuencia hizo que diese un ligero paso hacia atrás.
Ante la duda por su acción y la sorpresa impresa en su facial Hoshina soltó una risilla diabólica pero sin signos de mala fe. O eso supuso.
Una de sus manos se alzó hasta su boca para sentir un palillo de plástico y al sacarlo ve que era, ¿una paleta?
La confusión estaba en su rostro a máximo esplendor y dirigió su mirada hacia el responsable de haberle dado aquel dulce.
—Es para que puedas lidiar con tu "pequeño" problema. —le aclaró este. —Ingenioso, ¿no? Ahora volvamos antes de que se haga realidad lo que dijiste. —comenzó a caminar pero se devolvió hacia ella. —Oh, y estos son tuyos. —le da una bolsa llena de paletas como la que tiene en la mano. —Avísame si se acaban y te consigo más, pero por favor, no recurras a fumar, ¿de acuerdo? —pidió, o más bien rogó, a la mujer para que pudiese comprender su preocupación.
Ichika solo miró la bolsa llena de dulces y la paleta en su mano para volver a colocarla en su boca, señal de que le haría caso.
Por esta vez.
—Y si las paletas no te bastan, te puedo dar de esos pays que te gustan. —sugirió como opción "B".
—No tiene que tomarse tantas molestias. —comenzó a caminar ella seguida de Hoshina colocándose a su lado.
—Para mi no lo es. —respondió con calma. —Después de todo ayudo a un colega recién ascendido. —dice este. —Sonará repetitivo pero felicidades por tu rango.
—Gracias señor. Y también a aquellos que estuvieron de acuerdo. —evitó soltar su sensación de duda por sus palabras "amigables".
Hoshina reprimió una risa al escucharla para después asentir.
—Yo les diré tus agradecimientos, aunque estoy seguro que ya lo saben. —eso fue lo último que dijo antes de darle el paso a la mujer para poder entrar a la sala, cosa que agradeció, en donde estaban todos armando su escándalo.
Vaya noche la que tuvo.
[Campo de entrenamiento de la Tercera Divisón; examen de prueba del arma personalizada de la líder de pelotón Ichinose.]
—Ichinose, ¿estás lista? —escuchó desde su auricular la voz de Hoshina, devolviéndola a la realidad.
Ichika suspiró antes de responderle presionando el aparato en su oído.
—Si señor. —se limitó a responder eso.
—Iniciando conteo regresivo desde 10... 9... —la voz de Okonogi resonó desde el aparato y se preparó para salir una vez terminase el conteo. —...3... 2... 1.
La peliblanca de un solo salto salió disparada hacia la zona en donde había obstáculos de tiro listos para destruirse. Al llegar a dicha zona a su costado localizó el blanco y de un solo movimiento cortó a la mitad sin necesidad de tocarlo.
El viento fue quien hizo el trabajo, ella solamente lo manipuló.
Un fenómeno denominado como kamaitachi, basado en la leyenda folclore japonesa.
Al aterrizar sobre un techo, de manera rápida detectó las posiciones de los demás objetivos a demoler por lo que implementó el mismo movimiento de manera diagonal iniciando desde la esquina inferior derecha a la esquina superior izquierda.
El efecto kamaitachi abarcó las zonas altas del área de entrenamiento logrando que todos los objetivos fuesen cortados a la mitad de un solo tajo. Consiguiendo acabar el ejercicio que le fue indicado en tiempo récord.
—¿¡35 segundos!? —exclamó con gran sorpresa Okonogi al ver el tiempo establecido y las estadísticas que le llegaron en pantalla. —¡Esto es considerado como un récord en la historia de las Fuerzas! ¡Y ni siquiera liberó el potencial de batalla!
Hoshina sonrió de satisfacción al ver dichos resultados, indicando que hizo una buena elección mientras que la capitana Ashiro vio que era eficiente con su arma elegida a pesar del tamaño de este, demostró una maestría total.
—Yo creo que está lista. —señaló Hoshina hacia su superior. —O ¿usted qué opina, capitana? —se giró a verla captando un semblante serio, habitual en ella, mientras observaba a la peliblanca por las pantallas de los drones.
—Hoshina, ¿tienes preparado todo? —le preguntó al de cabellos oscuros ignorando su comentario a lo que este respondió que si. —Entonces que inicie.
—Entendido capitana, le informaré de inmediato. —respondió de vuelta el segundo al mando.
Por mientras la peliblanca seguía observando el arma en mano para volver a hacerla bailar alrededor de esta y nuevamente admirar los finos detalles y el cómo fue su elaboración.
«Para ser algo que hizo Izumo Tech no tienen tan mal gusto en diseñar este tipo de armas.»
En eso, escucha como en el comunicador se vuelve a encender para dar paso a una voz que ya conoce.
—Ichinose, buen trabajo. —felicitó Hoshina desde el otro lado. —Ahora mismo serás transportada a otro sitio en donde podrás subyugar kaijus de un nivel estimado de 7.4, no creo que te sea difícil pero aún así no está demás en decirte que tengas cuidado.
En eso una camioneta llega hasta donde se encontraba a lo que la fémina bajó de aquel edificio para poder adentrarse al transporte y ser llevada hacia el punto de encuentro.
—Hoshina. —le llamó la capitana Ashiro.
—Dígame, capitana.
—Eso fue por encima de lo eficiente. —se acercó a este para poder cuchichearle sin que nadie los escuchase. —Ni siquiera Shinomiya pudo hacer eso cuando la evaluamos. ¿Tenías este ejercicio preparado antes de que esto se llevara a cabo? —le cuestionó al hombre que no dejaba de sonreír.
—¿Fui descubierto? —se reveló a sí mismo con aquella pregunta. —He querido ver desde hace tiempo qué más puede hacer. Dado que alguien como ella no está acostumbrada a que la pongan a prueba constantemente quise presionarla un poco para sacar más de su potencial. Pero creo que no me salió como yo quería. —explicó este al ver que no le fue para nada difícil aquel ejercicio.
En eso Hoshina le muestra en una pantalla a su capitana sobre los datos que tiene del kaiju que va a exterminar.
—Verá estos kaijus tienen características interesantes. —le pasó la tableta a la mujer. —A pesar de que tiene una fuerza estimada arriba de 7 no es muy agresivo pero si es algo rápido si siente que lo acechan. Lo atrapé en una de mis misiones, fue fácil pero neutralizarlo es algo muy diferente.
Ashiro analiza lo que se le ha mostrado previamente, inquiriendo sobre lo que puede que pase en la evaluación de la reciente ascendida líder de pelotón.
—¿Le vas a lanzar esto a Ichinose? —le preguntó. —Si que tienes una admirable consideración hacia la nueva generación.
—¿Acaso fue un cumplido, capitana?
—No. —respondió.
En el trayecto hacia la zona de subyugación, Ichika bajaba del comboy mientras se colocaba delante de la puerta. Ajustó su coleta alta mientras que se aseguraba que sus goggles no estuviesen flojos al saber que el kaiju que se iba a enfrentar no era de un nivel débil.
—¡Muy bien Ichinose! ¿Estás lista? —le preguntó Hoshina desde su posición al verla en la puerta, estirándose un poco.
Ichika solo asintió, siendo consciente de que era observada por el hombre por los drones que no la dejaban tranquila.
—Ahora mismo los kaijus están liberados detrás de aquella puerta de acero por lo que no tienes que preocuparte ni mucho menos contenerte. ¿Quedó claro?
Ichika asintió y ve que la puerta se abre ante ella. Con paso firme se adentra a la zona desierta llena de edificios para la práctica captando que no había nada en su perímetro.
Siguió caminando en busca de algún residual que estuviese oculto pero no ha detectado ninguna presencia.
Se detuvo en un punto de la zona y cerró sus ojos para verificar si tenía alguna suerte, esperó algunos segundos y al respirar hondo pudo apuntar su concentración en las leves vibraciones que alcanzó a sentir debajo de ella.
Cuando sintió que se aproximaba algo desde el subsuelo, abrió los ojos y dio un gran salto para esquivar en inminente ataque del kaiju, que a su parecer era, residual cayendo hacia un techo de forma segura.
El kaiju del que se iba a encargar, era del tipo terrestre. Un topo ciego nariz de estrella, dedujo al verlo.
—Oh~, es un topo. Que lindo. —exclamó enternecida sin darse cuenta que era escuchada y vista por los de la zona de control, quienes se quedaron extrañados por sus palabras.
«¿Lindo?» Pensaron los presentes extrañados ante la reacción de la líder de pelotón.
—Eh... No es algo que digas al ver un kaiju pero bueno. —expresó Hoshina intentando quitar el ambiente raro que se formó. —¿Quiénes somos para juzgar, verdad?
La chica se percata que el kaiju está algo desorientado, era típico ya que sus pies no estaban tocando el suelo. En su experiencia debe de evitar que detecte las vibraciones o ruidos que hará cuando se desplace de un lugar a otro para revelar su ubicación a la criatura gigante.
—Condylura cristata... —susurró para si misma. Desde su posición ve como los tentáculos de su nariz se mueven aleatoriamente para verificar su entorno y si es que está solo.
—El cuerpo de ese topo es lo suficientemente resistente y grueso como para que las balas puedan perforarlo. —empezó a explicar Hoshina al resto y dicha información también es escuchada por Ichika. —Pero como ella no suba armas de fuego, ¿qué es lo que harás, Ichinose? —sonrió entretenido por la situación.
Sonrió con algo de sorna la nombrada ante aquel reto indirecto completamente directo.
«¿Que qué haré? Muchacho tonto, no es la primera vez que me enfrento a esta raza.»
Las patas del topo se mueven hacia adelante, avanzando para poder buscar comida como insectos o crustáceos.
Su cola larga y escamosa se movía cada que este se balanceaba de un lado a otro a causa de su cuerpo cilíndrico. Primero se desharía de ella para evitar que la golpease en el acto. El resto que sea lo que Dios quiera, pero esperaba que fuese lo que ella quisiera.
Tomó una piedra de paso para caminar cuidadosamente hacia la orilla del edificio y lanzarla hacia el lado opuesto para captar su atención y que sus tentáculos fuesen a investigar.
Aprovechando su distracción Ichika saltó en dirección a su lomo y con el tessen en mano de un solo movimiento lo abre y suelta un corte rápido dándole en el núcleo, matándolo en el instante.
No hubo necesidad de cortar la cola, al parecer.
—Nada personal pequeño, ahora con tus tentáculos serán el cebo para tus hermanos. —se encaminó hacia la parte delantera donde se ubicaba su hocico para después hacerle un corte limpio en la zona y tomarlos para largarse de ahí.
Los espectadores veían todo desde las pantallas de los drones, todavía sin procesar lo que acababa de suceder.
—Cortó sus tentáculos... —expresó incrédula Okonogi.
—Si, así es. —le respondió Hoshina en un tono calmado.
—Y los usará para atraer a los demás... —siguió esta con el mismo tono de voz.
—Así parece. —nuevamente le respondió Hoshina.
Hubo unos segundos de silencio antes de que la analista de baja estatura habla con exasperación.
—¿¡Quién demonios en su sano juicio hace eso!? —gritó esta al borde de arrancarse el cuero cabelludo.
—Al parecer ella. —respondió Ashiro esta vez mientras observaba como la de cabellos blancos iba hacia otro punto oculto y comenzar a cavar un pequeño agujero con la mano disponible y colocar los tentáculos, aún moviéndose, en este. —Ya colocó los tentáculos, veamos que hace.
Siguieron sus movimientos desde la pantalla captando que, la mujer ahora oculta, esperaba desde un punto algo elevado la llegada de los 3 residuales restantes.
Y después de ellos, viene el principal.
Escrito: 03/01/2024.
Publicado: 01/02/2025.
-Alessa.
•Para aquellos que desconocen las partes de un abanico, aquí les presento un diagrama de como se compone. Aquí todo el mundo aprende algo nuevo.
•Aquí les presento el modelo en 3D del topo que se usó como base kaiju.
Así se ven, solo que este topo en forma kaiju mide alrededor de 20 metros, el principal. Los residuales mide la mitad (10 metros).
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