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12. Sagamihara. Parte 2.

Multimedia: Kaiju residual tipo hongo; Misión en Sagamihara.

⚠️ADVERTENCIA: Capítulo largo ⚠️

NARRADOR OMNISCIENTE.

Sagamihara. La ciudad donde había un ataque kaiju.

Alrededor de las tres de la madrugada el equipo de las Fuerzas de Defensa se encontraban en el lugar lidiando con la amenaza latente de los kaijus tipo hongo que surgen desde el principal.

—Comenzó su batalla debut. —exclamó el mando a cargo. —Procuren dejar atónitos a sus superiores.

Estando todos en sus posiciones en sus auriculares mandan la orden de que se aproximan hacia donde se encontraba el escuadrón de Hoshina, grupo donde estaban tres novatos.

Hibino Kafka.

Shinomiya Kikoru.

E Ichinose Ichika.

Cada uno portando el traje para liberar el potencial de batalla para momentos como este.

Sin embargo...

Kafka al liberar el suyo, que era del 1%, el hongo con patas se impactó contra él ocasionando que este volase por los aires y estuvo apunto de caer en unos botes de basura de no ser porque Ichika lo atrapó entre sus brazos para que no cayese feo.

—¡Gracias, Ichika! —agradeció el mayor a la mujer.

—No hay problema. —le dice calmadamente.

—¡No te muevas tan al frente! —le reclamó Kikoru. —Con tu 1% no puedes hacer mucho.

—¡Maldita sea! ¡Ustedes manténganse atrás! —les dice un veterano del grupo. —¡Todavía no tenemos información sobre su punto débil por lo que apunten a una zona que parezca uno! ¡Novatos, no estorben! No estoy aquí de niñero.

Ichika estuvo a punto de decirle algo al sujeto hasta que Kikoru tomó su arma y empezó a disparar hacia el hondo dejándolo deshecho y muerto en el momento.

Entre los aires ella empezó a disparar hacia todo lo que le pareciera un punto débil por lo que los kaijus caían muertos al tener agujeros en casi todo el cuerpo y cabeza.

—Entendido. Disparar a todo lo que parezca un punto débil. —exclamó la rubia mientras apuntaba hacia otros hongos que se acercaban.

Así empezó una ráfaga de disparos por parte de la joven eliminándolos en el instante. La precisión de sus disparos era evidente al ver caer cada cadáver presente.

Ante ello, el superior que estaba cerca se queda sorprendido del poder de disparo de la chica. Ya que nadie puede obtener tanta carga en tan solo dos meses.

Demostrando el por qué ella es Shinomiya Kikoru.

Ya no había kaijus a la redonda, por ahora, así que podían tomarse un respiro.

—Kikoru. —la llamó Kafka quien aún estaba en brazos de la peliblanca. —Bien hecho. —incluso detrás de su máscara sabía que le estaba sonriendo.

Kikoru al ver que la estaban felicitando se sobresalta mientras que se sonroja.

—¡Ah, pues claro! ¿Qué esperabas? ¡Si soy yo de quien estamos hablando! —mira hacia otro lado con vergüenza para que no le viesen la cara.

"Signos vitales anormales. Aumento de las palpitaciones." —se escuchó la voz proveniente del traje, alarmando a la dueña.

—¡No es necesario que digas todo lo que me ocurre! —exclamó enojada y avergonzada.

«Pero que niña tan bipolar. Ni siquiera es sincera con lo que dice cuando sus reacciones son tan obvias. Igualita a su padre.»

Ichika suspira resignada ante su comportamiento. La juventud de hoy en día.

«Por otro lado me alegra ver que su puntería haya mejorado en tan poco tiempo. Supongo que no solo heredó el físico de su madre, sino también sus habilidades.»

Ella bajó a Kafka con cuidado al notar que se estaban acercando más de esas cosas. En eso siente una mano atrapar la suya.

—¿Segura que estarás bien? —le pregunta preocupado mientras le miraba de la misma forma.

«Aw, miren como se preocupa por mi. Lindo. No me molesta que me vea así de vez en cuando. Me siento como alguien que pertenece aquí.»

Ichika apoya su otra mano en la de él para apretarlo un poco en señal de que estaba bien todo.

—Estoy bien. Te aseguro que nada me va a pasar. —le mira directo a los ojos para que le creyese. —Te lo juro, ni siquiera me van a rozar.

Los ojos azules tapados con esos goggles oscuros miraban de forma directa los ojos turquesas del hombre. Para Ichika, aquellos ojos representan como un pequeño lago alumbrado con la luz de la luna.

De esos que se encuentran en el bosque y estos tienden a cambiar de color cuando es de noche y su único testigo es la luna.

Kafka confió en ella al oírla tan segura por lo que la suelta despacio y asiente para convencerse a sí mismo de que ella se siente bien.

Ichika se enternece con ello para luego voltearse hacia donde pronto aparecería la manada completa.

«Supongo que puedo lucirme un poco. No me siento nada mal.»

Ichika se quita la tensión del cuello al tronárselo y camina directo hacia los hongos andantes llamando la atención de los demás soldados.

—¡Oye, regresa! ¡No vayas a cometer una estupidez como el anterior! —le dice el mismo que les había llamado antes la atención.

«Estupidez el hecho de que me digas qué hacer. Imbécil.»

Una pequeña multitud se aproximaba con rapidez a lo que ella feliz saca el cuchillo que el traje proporcionaba y se prepara para recibirlos de lleno.

Al tenerlos más de cerca comenzó a correr en línea recta para después saltar lo más alto que pudo mientras alzaba el cuchillo para caer en picada y enterrarlo directamente en su cabeza, matándolo al instante.

Ve que otros llegaban por lo que se bajó el cadáver y se dirigió hacia ellos cortándoles las patas para caer de lado y así encajarles el arma en la misma zona destruyéndolos de un solo golpe.

Así se fue con todos los que llegaron, los superiores que se encontraban presentes ni siquiera pudieron asistirla al ver lo rápida que iba de un lado a otro cortando y matando.

—¿Qué demonios fue eso? ¿Acaso es humana? —se preguntó uno de ellos al verla en acción.

«Eso no se gana en dos meses. Me deben de estar jodiendo.»

El superior estaba atónito al ver los movimientos de la mujer. Ni siquiera ellos con los trajes se podían mover así.

«¿Qué demonios había llegado en aquella cosecha?»

Kafka se alegró de verla en perfecto estado, tal y como ella le dijo por lo que se dirigió a otro lado para no estorbar.

En cambio Kikoru estaba con la boca abierta, a pesar de que la máscara le tapaba media cara, sus ojos abiertos daba a entender que era así.

«Con tan solo el cuchillo corto que ofrece el traje fue capaz de hacer tanto daño al punto de solo hacerlo en un golpe. Ichinose Ichika... No estaba peleando conmigo en serio todos estos meses y no me di cuenta.»

Kikoru muerde sus labios con algo de rabia al ver la gran diferencia entre la mayor y ella.

Ichika ve los cadáveres de los hongos y frunce el ceño por leves momentos para después acercarse un poco y ver mejor lo que le llamó la atención. Con ayuda del cuchillo en mano quitó partes que le estorbaban en su inspección notando algo sumamente raro para su gusto.

—Kaf. —le llamó por medio del comunicador. —Quiero que veas algo. Rápido.

[Distrito F.]

En los demás distritos estaban igual, los novatos habían agarrado campo en cuestión de minutos disparando a diestra y siniestra hacia los residuales que no paraban de llegar.

Iharu y Reno estaban en el mismo escuadrón que era el de Ikagura por lo que llamaban la atención al ver que podían con los kaijus.

Reno sobretodo que los mataban sin ayuda de los veteranos. Iharu no daba crédito a lo que veía frente a sus ojos.

Reno, quien no estuvo en ninguna escuela militar, evolucionaba de una manera rápida a diferencia de él. Y todo por un propósito personal.

«Debo de volverme más fuerte. Así senpai no se transformará y la senpai no pondrá en riesgo su identidad.»

«Tengo que ser más fuerte.»

[Distrito J.]

Y en el escuadrón de Nakanoshima estaban Haruichi y Aoi que competían por ver quién mataba más kaijus a punta de pistola.

—¿¡Qué demonios les pasa a estos novatos!? —dijo uno de los de Nakanoshima. —¡Líder de pelotón, dígales algo! Ya me desanimé con tan solo verlos.

—El vice-capitán me dijo que este año hubo una gran cosecha, pero jamás creí que fuese tan buena. —dijo mirando a su alrededor notando que los demás novatos daban lo mejor de si. —¡Y que buena cosecha! —dijo feliz viendo detenidamente a Aoi y a Haruichi.

—¿Te refieres a sus rostros? —se queja su soldado. —¡Depredadora!

La cosecha de ese año les estaba dando una victoria rápida con la misión, ante eso los superiores solo dijeron que era por el potencial liberado sin más a lo que Okonogi reporta que las eliminaciones van más rápido que de costumbre.

[Distrito E.]

—¿Ya encontraste uno? —Ichika le pregunta a su amigo mientras ella estaba ocupada desmembrando a uno que le llegó por la derecha.

—Ya estoy encima de uno, el traje me facilita la disección así que seré rápido. —le responde mientras abre el estómago del kaiju. —¿Notaste algo raro?

—Eso mismo te quería preguntar. —dice ella mientras cortaba a otro matándolo en el acto. —Por fuera se ven normales pero quería que los vieses por dentro y saber tu opinión.

Kafka ve el estómago del kaiju y dice que luce como uno normal por dentro pero que su núcleo no estaba donde siempre.

—Lo suponía. —le responde ella. —Cuando los maté desde la cabeza en realidad apuntaba al cerebro para dejarlos incapaces de levantarse y que los rematasen a disparos, pero cuando vi que murieron se me hizo raro por eso quería que los vieses bien. Me alegra haberlo hecho.

—Buscaré por donde sea necesario, ¿está bien? —le comunica el hombre.

—Eso bebé, haz lo tuyo. —le animó la peliblanca mientras pateaba una pata de hongo que estaba en el camino.

—Si obtengo algo te aviso.

—Mejor avísale al vice-capitán. Dile que al buscar puntos débiles notaste algo raro para que él lo reporte a la sala de control de la base. —le pide mientras ella esquivaba a uno de los hongos y por su lado izquierdo había soldados que disparaban hacia este matándolo. —Créeme, si lo escucha de alguien que ha trabajado en disección de kaijus por tanto tiempo tendrá más credibilidad.

—Tu también trabajaste ahí. —le agrega él.

—Si pero siempre he pensado que eres mejor en eso que yo. —da una voltereta hacia atrás para esquivar el ataque de uno de ellos y subirse por la pared de una casa y patearle en la cabeza mandándolo lejos.

Kafka se quiso chibear pero se tuvo que aguantar para seguir buscando el núcleo. Al girarse nota algo que destaca en el cadáver y va a averiguar más. Una vez disipando sus dudas llama a Hoshina.

—Vice-capitan Hoshina, localicé el núcleo. —le informa al de ojos rasgados. —Está en la base de la cabeza. Pero está bajo el músculo de fibra dura que hace de columna. Puede que los más débiles solo logren eliminarlo desde los flancos.

«Mírenlo, todo un profesional.»

Ichika escuchaba todo lo que le decía a Hoshina por parte de Kafka que no cortó comunicación con ella.

—Otra cosa. Esto es más importante. —Ichika prestó atención a lo que su amigo iba a decirle al del mando mayor. —Los residuales también tienen órganos reproductores.

Aquello le sorprendió, ni siquiera los había notado.

—Son los bultos blancos en el trasero. —informó. —Si no los destruimos, podrían nacer más residuales de los residuales.

«Igual que un tipo lagarto acuático categoría 3 en plena etapa de gestación.»

Hoshina inmediatamente le dice a la sala de control que comparta la información adquirida y felicitando a Kafka en el acto.

«Eso bebé, demuéstrales quien manda en esto de los conocimientos kaiju.»

Pensó la chica feliz de que Kafka haya sido reconocido como en verdad se merece.

—Iré a neutralizar los cadáveres. —dice este bajando del cadáver para ir al siguiente.

Al menos esa era su intención cuando sintió una explosión detrás suyo causando que se voltease. Ichika también sintió el leve temblor por lo que miró hacia el lugar de origen notando que los misiles de las Fuerzas Terrestres disiparon y los de las Fuerzas de Defensa eran los que atacaban con disparos.

En eso la mujer siente una presencia desde lejos y se gira para ver que una luz emergía de un techo. Fue en ese momento que la notó.

Era Ashiro Mina.

La comunicación con Kafka todavía seguía en curso por lo que escuchó las palabras de Hoshina en su oído también.

Un gran disparo verde salió de un tipo cañón que impactó directamente en el centro del kaiju principal. Un segundo disparo se hizo notar casi al instante dejando el cuerpo más que destruido.

«Un poder abrumador de un solo disparo que solo es realizado si el objetivo se queda inmóvil por un corto periodo de tiempo y que no haya distractores en el campo de tiro. Básico si me lo preguntan. Y muy fácil de abordar si el tirador no tiene protección.»

Un tercer disparo se hizo acto de presencia descolocando un poco a la peliblanca seguido de un cuarto disparo.

«Entiendo que quiera asegurar la muerte pero... ¿No son demasiados? Escuché que el potencial es consumido ya sea que lo uses por más de 10 minutos o que uses demasiado poder. No importa si eres capitán o no, el cansancio es igual para todos los seres humanos.»

La peliblanca volteó hacia Kafka quien se quitó la máscara y podía verle la sonrisa que tenía en su rostro viendo los ataques que la capitana ejecutaba. Ichika sabía de su pasado con ella por lo que no le tomó por sorpresa su reacción.

Kafka le había contado casi toda su vida una noche cuando estaba ahogando sus penas en alcohol al ver que nuevamente había fallado la prueba de admisión de las Fuerzas a lo que Ichika preocupada por su bienestar lo acompañó al bar y de ahí lo llevó a su departamento para después limpiarlo un poco al ver tal desastre y sin darse cuenta terminó por dormirse en su departamento.

Al día siguiente Kafka se disculpó por las molestias a lo que ella le dijo que estaba bien pero que ya no ahogase su tristeza en la bebida y que mejor le dijera todo lo que le molestase para que se sintiera mejor.

Y desde ahí supo cada cosa mínima del hombre. Entre ellas la promesa que se hizo con Ashiro.

—¿Ya quieres rendirte, Kafka? —la voz de Hoshina se presentó ante Kafka al verlo que estaba cerca suyo.

Ichika al verlo cerca de él entró en alerta, puede que es probable que ya no sospeche de él pero es mejor estar atentos por si algo pasa.

—Ponerse a su lado implica tener el mismo poder que ella. —le dice Hoshina sin quitarle la mirada a su capitana mientras se acercaba al hombre.

Ichika frunció el ceño al escuchar eso. El poder no lo es todo para estar al lado de alguien.

«Aunque hay excepciones, no siempre es ese tipo de poder.»

Sin más cortó la comunicación para dejar de escuchar aquella charla y se fue hacia otro lado a matar algo. Sin darse cuenta su temperatura corporal se incrementó.

"Niveles cardíacos subiendo. Temperatura corporal en ascenso." —escuchó la voz del traje.

Ichika con una vena marcando su rostro le dio un golpe al traje de un puñetazo.

—Cállate ya, pedazo de hojalata inútil e inservible. —saltó hacia otro punto viendo algunos hongos correr. —Nada personal... Sólo quiero desquitarme un poco.

Sin más cayó en picada atravesando el cráneo del hongo manchándose de sus sesos para luego irse de lleno hacia los otros 3 más que estaban ahí.

Para sentirse mejor.

[Con Kafka y Hoshina.]

Volviendo hacia los dos caballeros, Hoshina le explica a Kafka que aunque Mina sea buena contra kaijus gigantes, cuando se trata de kaijus pequeños o medianos él la supera y por mucho.

En eso le muestra su arma personalizada. Cada mando tiene una como señal de que están capacitados de matar kaijus con esta, mostrando que su estilo es el mejor en la subyugación a su punto de vista.

Su espada hizo pedazos al kaiju residual que estaba detrás de él. Mostrando su habilidad sin ningún esfuerzo.

—Mi familia lleva exterminando kaijus desde la era Muromachi. —empezó a explicar el de ojos rasgados, llamando la atención de Kafka. —Por lo que esto lo llevo en la sangre.

En eso Kafka recordó las palabras que Ichika le dijo a él y a Ichikawa en aquel restaurante hace meses.

«Ese hombre es parte de un clan que se ha dedicado a la exterminación de kaijus desde la era Muromachi. No sé que era es pero ustedes si, el punto es que matar criaturas lo lleva en la sangre por lo que sería complicado para Kaf si se llegase a enfrentar a el en combate cuerpo a cuerpo.»

Recordó sus palabras.

«Significa que el vice-capitán Hoshina está calificado para derribar a uno de categoría alta.»

Pensó en sus adentros nervioso, no podía arriesgarse mucho menos con ese hombre cerca.

«Ahora entiendo por qué Ichika lo ha estado vigilando todos estos meses. Para evitar que él me detectase y eliminarme en el acto.»

No pudo seguir analizando su situación ya que Hoshina se encargó de sacarlo de su cabeza.

—Bien, pronto empezará lo bueno. —aquello le llamó la atención.

—Pero el principal está muerto.

—¿No prestaste atención? —le pregunta burlonamente. —El problema son los residuales que nacen sin cesar. Los que quedan en el cadáver del principal se esparcen incluso con este muerto.

Desde el cadáver balaceado se ven como surgen las cabezas de hongo para empezar a correr hacia todas direcciones como si fuese un ejército.

Los soldados se preparan para la eliminación total de estas criaturas.

—¡Muy bien todos! ¡Estamos en la recta final! —les comunica Hoshina a los soldados. —Licuemos a esos y vayamos a desayunar algo rico. —animó este.

No había nada de malo en sus palabras, el verdadero problema era que los reclutas nuevos estaban cansados a más no poder.

Okonogi desde la sala de operaciones veía los estados de los soldados desplegados, advirtiendo que todos ellos estaban cansados y disminuyó la actividad junto a su potencial de batalla.

Hoshina dijo que al ser su primera exterminación resultó bastante pesada pero si lograban superarla se volverían mucho más fuertes. Se dice que casi todos los soldados solo llegan a un potencial del 20% o 30% y así terminan su carrera. Solo unos pocos superan esa barrera y llegan a capitanes.

De entre los novatos solo Shinomiya Kikoru e Ichinose Ichika la han superado.

Okonogi recibe señales repentinas de una eliminación masiva de residuales a su pantalla avisándole a Hoshina sobre esto.

—Aquí sala de operaciones, el lado sureste del distrito Echo se ha detectado señales de kaijus residuales siendo subyugados casi al instante... ¿¡Por una sola persona!? —exclamó sorprendida y sin poder creerlo.

—¿Quién es, Okonigi-chan? ¿Qué soldado ha estado haciendo de las suyas? —le pregunta este a la de lentes quien recobró la compostura y checó su pantalla de información.

—Un momento. —pidió de antemano para teclear algunos botones. —Lo tengo, el soldado que ha estado ocupándose de ese lado por su cuenta es... Ichinose Ichika. —dijo con un tono de sorpresa e incredulidad.

La información llegó a oídos de todos, tanto superiores como novatos se sorprenden de ese hecho al ver como una novata está haciendo el trabajo pesado.

«En efecto, esa es mi mejor amiga.»

Sonrió de orgullo Kafka al saber quién fue la que se encargó de todo sola.

«La senpai si que es sorprendente. ¡No puedo quedarme atrás!»

Ichikawa le brillaron los ojos de admiración al saber que era ella quien lidió con ese mini ejército.

«No usó armas de fuego más que un cuchillo pequeño, se encargó de la plaga en un lado donde estaba desprotegido... ¿¡Sin ayuda!? ¿¡Es que acaso esa mujer tiene resistencia infinita!?»

Kikoru no lograba comprender como era posible aquel suceso.

Hoshina y Ashiro se quedan pensando sobre aquel dato. Tenían tanto de qué hablar sobre este asunto, pero lo dejarán para más tarde.

—Okonogi-chan, ¿cuál es el estado de la soldado Ichinose? —le pregunta Hoshina mientras Mina espera la misma respuesta en silencio.

La de lentes empieza a teclear rápido y al tener la información que quiso casi grita de la incredulidad.

—La recluta Ichinose no presenta signos de cansancio. —reportó. —¡Pero su temperatura corporal ha aumentado de 36.5 °C a 39.8 °C! ¡Y sus pulsaciones van demasiado rápido! ¡Superó los 100 pulsaciones por minuto!

Hoshina y Mina se sorprenden ante aquella información.

—¡Okonogi-chan, contáctala! —ordenó este. —¿No estará sufriendo una taquicardia? —preguntó el segundo al mando preocupado.

—Okonogi, reporta su estado de salud hacia nosotros de inmediato. —le ordenó Mina desde su posición mientras terminaba de matar a unos cuantos residuales.

—¡Enseguida! —acató la orden tecleando a máxima velocidad para ver los datos de su salud de la peliblanca.

[Sureste del Distrito Echo.]

Ichika por su cuenta terminó de cortar a la mitad al último que se le apareció para después suspirar un poco y ver su magnífica obra maestra.

Juntó todos los cadáveres en un solo lugar para que fuese más sencillo la limpieza, tanto cabezas como órganos reproductivos los puso en un mismo sitio para evitar que se quedasen en alguna casa y empezase a apestar.

Además de que el olor era difícil de quitarse cuando pasa cierto tiempo.

Una pequeña y linda montaña de cadáveres hongo para su vista. La peliblanca sacó su teléfono y empezó a sacar fotos de todos los ángulos posibles para después verla una última vez y sonreír de satisfacción ante tan buen trabajo suyo.

Debía de alabarse de vez en cuando.

—Toma eso, Miguel Ángel. —dijo al aire admirando su obra, burlándose del escultor italiano ya que le salió mejor de lo que ella pensó.

Dispuesta a irse ahí al sentirse mucho mejor fue detenida por un pitido en su oído haciendo que soltase un leve quejido.

—¡Recluta Ichinose! ¿¡Está bien!? —unos gritos le llegan de golpe que casi la tumba de lo repentino que fue.

«¿¡Qué putas madres quieres, pulga aventurera!?»

Gruñó al escuchar su molesta voz en el auricular y sobarse un poco en la zona.

«Debí de arrojarlo por ahí para que dejen de joder de vez en cuando.»

—Aquí Ichinose, ¿qué necesita? —se calmó y habló de manera tranquila aunque por dentro quería matarla por haberle hecho eso.

—¡Qué bueno que esté bien! —se alegró la de lentes al oírla en perfecto estado. —Verá sus signos cardíacos estaban muy elevados y su temperatura también superaba la normal por lo que nos preocupamos.

Fue en ese momento en que se dió cuenta de su error.

«Ah... No me di cuenta que hice todo eso bajo esos efectos.»

—Oh... No se preocupe, eso a veces me pasa pero no es nada grave. Se lo aseguro. —disipó toda preocupación para empezar a caminar para poder reunirse con alguien conocido.

En eso siente un ambiente extraño desde el distrito F a lo que miró hacia aquel lado concentrándose en un punto fijo.

«Algo anda mal...»

En su interior siente como si estuviese ardiendo pero no de fuego, sino de ira y poniéndose en estado de alerta.

«Algo pasa, incluso sin estar fuera presiente una atmósfera inusual en aquella zona.»

Ichika se dirigió hacia aquel lugar lo más rápido que pudo evitando cruzarse con algún soldado de las Fuerzas.

[Distrito F.]

En el distrito F donde el escuadrón de Ikagura estaba al mando, los novatos Reno e Iharu circulaban para verificar que no hubiese nada de residuales en la zona.

En eso ven a un trabajador de la limpieza kaiju cerca de unos cadáveres.

—Ah... Este también le sacaron los órganos reproductivos. —dijo en tono de fastidio al ver el kaiju. —¿Acaso hay alguien que sabe de kaijus en las Fuerzas?

El hombre se voltea hacia los jóvenes quienes le decían que no debía de estar ahí y este les apunta con el dedo y de este sale un disparo invisible que le dio a Iharu.

—¡No deja de sangrar maldición! —se queja este al recibir el impacto casi en el corazón.

—¡Cálmate y detén la hemorragia! —le dice Reno ayudándolo.

En eso ven que el limpiador no resultó ser uno, sino el mismo kaiju que atacó a Kikoru en el examen.

Y al que Ichika le dio una paliza.

—Líder de pelotón Ikagura, encontramos al kaiju humanoide. Pedimos refuerzos ahora. —dijo presionando su auricular pero al escuchar solo estática se quedó mudo.

—Ah, las comunicaciones, ¿verdad? Ya me encargué de eso. —le confiesa el kaiju. —Nadie puede comunicarse con el interior de esta área. Lo hacía para escabullirme en el mundo de los humanos, pero fue una sorpresa que también fuera útil en la cacería.

Apuntó hacia Reno ahora justo a las piernas pero este los esquiva por poco confundiendo al kaiju.

—Tú... ¿eres capaz de verlo? —miró fijamente a Reno.

Kikoru les había dicho como esquivar el ataque invisible en el restaurante de aquella vez. Solamente debían de fijarse en su dedo cuando parecía hacer una acción de carga.

Reno hizo todo lo que pudo para evitar que lo matase de un tiro mientras que Iharu se recuperaba como podía.

Un disparo iba hacia el pelirosado pero fue salvado por Reno a pocos centímetros de su brazo pero aún así logró rozarle haciendo que Iharu grite de dolor.

—¡Iharu, vete! —le grita mientras no quitaba de vista al kaiju que se acercaba.

—¡Ni loco! ¡No pienso aceptar que me protejas! —le replicó en negación.

—¡No es momento de hacerte el rudo, sal de aquí! —le disparó balas de hielo al kaiju pero no tenían mucho efecto en este. —¡Cuando estés lejos reporta esto!

Iharu no quería aceptarlo pero sus condiciones no eran las más favorables para poder hacer algo siquiera.

El enemigo era un kaiju humanoide, probablemente uno de categoría especial. De esos que solo los capitanes pueden lidiar con él.

Sin más se levantó y empezó a correr de ahí frustrado de todo.

Reno se quedó ahí con el arma en mano lista para vaciarla con el kaiju, sabía que no podría vencerlo pero si quería ser alguien mejor debía de ganar tiempo.

«El soldado que quiero convertirme es en un hombre que pueda arriesgarse para proteger a sus compañeros.»

Recordó el como Ichika y Kafka lo salvaron de aquel kaiju araña antes de tomar el examen. El como Ichika se arriesgó a confrontarlo sabiendo que podrían identificarla como "La Dama Roja". El hecho de que ella junto con Kafka fueron de carnadas para ganar tiempo a que él lo reportase.

No se iba a rendir así como así.

Siguió disparando para que su compañero ganase distancia y que saliese de la zona en donde fallaban las comunicaciones y poder contactarse con el líder de pelotón o quien sea.

Iharu por otro lado no estaba feliz de que alguien como Reno le cubriese, o peor, que lo protegiese.

Frustrado de no poder cumplir con su meta de ser alguien mejor después de ser salvado por la capitana Ashiro, gritó hacia los cielos y volvió para poder hacer algo. Aunque sea mínimo.

Reno por su parte no dejaba de disparar pero de un momento a otro tenía al kaiju al lado suyo montado en un auto volteado de lado.

—Tengo la rara sensación de que sabías algo de mi. —desde su espalda surgen unos brazos extra con cargas listas para llenarle el cuerpo al joven. —Pero dudo que sepas sobre esto.

Estas impactan sobre algo pero no en Ichikawa, sino en el asfalto.

Ichikawa siente que fue empujado por alguien más, ese alguien era Iharu.

—¿¡Por qué volviste!? —le reclama a este al verlo ahí.

—Escúchame bien Reno. Tú no me vas a proteger a mí, yo soy el que te salvará, infeliz. —dice eso pero siente que le pesa el cuerpo por las heridas.

—¿Al menos pudiste reportarlo? —le pregunta preocupado.

—Cierra la boca, si no hubiese llegado estarías muerto.

EL kaiju solo los observaba, como si quisiese comprender lo que estaba frente a sus ojos.

—Ah, ya entendí. —se dijo este. —Querías dejarlo escapar, ¿no? Es inútil. Ni objetos ni seres vivos pueden salir de aquí sin mi permiso.

—Ya lo oíste. Aunque quisiéramos sería imposible. —dice Iharu al levantarse con dificultad. —Así que vamos a acabar con esto, Reno.

Ichikawa también se levanta para estar a su lado.

—Puede que esté en malas condiciones pero te apoyaré para crear un abertura por lo que tendrás que dispararle con todo tu poder. —Ichikawa asiente. —¡Pues andando!

Iharu empieza a disparar a lo que Reno corre para tener mejor rango de tiro. Los disparos era para poder distraer al kaiju y así el peliceniza tuviera una mínima oportunidad.

«Por favor Dios, aunque sea por hoy dame las fuerzas necesarias para acabarlo, algo que supere el poder de Shinomiya o de la capitana Ashiro.»

Al tenerlo de frente este empieza a liberar su potencial de batalla y empezar a disparar a diestra y siniestra dándole de lleno.

Se empezó a ver restos volando con cada bala que le llegaba por parte del joven.

Al terminar todo queda en silencio y con una nube de humo cubriendo el área, en eso ve que a lo que le estaba disparando no era al kaiju, sino a los cadáveres. Entre estos sale el kaiju humanoide con los brazos extras con cargas listas dándole de lleno al cuerpo de Ichikawa.

—¡Reno! —gritó desesperado al ver el cuerpo de su amigo caer.

[Distrito E.]

—Vice-capitán Hoshina. —le llega al mencionado. —Aquí el líder de pelotón Ikagura, tenemos un problema. Desde hace rato no hemos contactado a Ichikawa y Furuhashi ni tampoco hemos visto señales de signos vitales.

«¿Ichikawa?»

Kafka se preocupó pero lo más raro es que vio moverse el cadáver. En eso Kikoru llega hacia él para decirle que el kaiju que la atacó estaba aquí.

[Con Ichika.]

Ichika al momento que se acercaba por donde su instinto le decía sentía más pesada el ambiente, como si hubiese algo ahí que no quería que nadie la encontrase.

En eso ve algo raro frente a ella cuando giró en una esquina. Algo que se distorsionó.

—Zamza, ve hacía él y tráelo aquí. —le ordenó a su kaiju insecto que este salió del suelo sin romperlo y se fue volando hacia donde le fue indicado.

Ichika ve desde todos lo ángulos posibles notando que, en efecto, había algo raro ahí.

Subió a un techo de una casa cualquiera para tener mejor visibilidad del área sin toparse con absolutamente nada, hasta que volvió a ver esta distorsión por unos segundos.

«Un velo.»

Ichika ve hacia el cielo para después tomar algo de vuelo y así saltar hasta lo más alto que pudo quedando metros del techo y liberando su potencial de batalla del traje cayó con gran impacto golpeando el campo del kaiju con el puño. Destruyéndolo al instante.

«Sin importar lo fuertes que sean los velos o los campos, sus puntos débiles siempre son en lo alto de este.»

Al ya no ver la distorsión siguió corriendo al sentir aquella presencia más fuerte.

Debía de darse prisa.

[Con Kafka y Kikoru.]

Ambos estaban en un techo lejano para que nadie los viese o escuchase hablando precisamente sobre el kaiju humanoide.

—¿¡Irás por Reno e Iharu!? —le preguntó alterada. —No nos podemos comunicar con ellos ni detectar sus signos vitales. ¿Cómo...?

—Si estuvieran con el kaiju humanoide, yo debería ser capaz de sentirlo. —dice seriamente Kafka mientras veía todo desde su puesto.

En eso ambos ven como una figurita se acercaba a ellos subiendo el edificio. Kikoru estaba a punto de dispararle de no ser que Kafka la detuvo.

—¡Espera Kikoru! —le dice él tomándole por sorpresa. —¡No le dispares!

—¿¡Cómo de que no!?

—Míralo bien. —le dice este. —Ya lo habías visto antes.

En eso ven como esa figurita se hacer ver mejor mostrando que era un ciempiés de color oscuro del tamaño de un gato que se acercaba a Kafka apresuradamente. Kikoru al verlo se ocultó detrás de este viendo al kaiju insecto con algo de nerviosismo.

—Hola pequeñito. —le saluda amigable Kafka. —Tú eres el ciempiés de Ichika, ¿verdad? ¿Ella está bien?

El insecto enrolló la mitad de su cuerpo en su brazo y la otra mitad lo intentaba jalar hacia un lugar tanto como podía.

—¿Quieres decirme algo? —Kafka intentaba descifrar el mensaje del insecto. Este soltó un sonido de afirmación.

Siguió jalándolo a lo que Kafka se levantó y Kikoru los seguía desde atrás. Ni loca iba a estar tan cerca de este ni mucho menos dejar que la tocase.

Lo llevó a la orilla apuntando a cierto lugar.

—¿Quieres guiarme? —le volvió a preguntar a lo que Zamza soltó otro sonido. —Lo tomaré como un si.

Se volteó hacia Kikoru que no dejaba de ver al insecto con algo de nervios. En eso Kafka se transforma haciendo que Zamza se separase de él.

—Kikoru, te encargo este puesto. —le dijo y saltó hacia donde el ciempiés le indicaba a donde ir.

—¡Oye, espera! —le grita pero ya era demasiado tarde. —Ah, ya se fue...

[Distrito F.]

Volviendo con Reno e Iharu, el kaiju estaba torturando al primero mientras que Iharu intentaba alcanzar el arma de fuego frente suyo para ayudarlo a pesar de su dolor.

Debía de ayudarle de alguna forma y evitar que ese muriese. Él tenía fe en que se volvería en un capitán algún día.

Al alcanzar el arma le apuntó directo al kaiju.

—¡No puedo permitir que acabe su carrera así! —grita este entre lágrimas de impotencia para jalar el gatillo, pero desafortunadamente este ya no salía balas.

El kaiju aprovechó para poder apuntarle y deshacerse de él de una vez por todas.

Iharu, de rodillas y en estado de rendición solo le quedó pedir a Dios un milagro.

«Por favor, Dios... No, ya no me importa si recibo ayuda del mismo diablo y sus demonios. Salven a Reno. Salven a mi amigo, por favor.»

—Ya puedes morir. —le dice este preparado para dispararle.

Pero no notó que había dos presencias detrás suyo.

—Quien va a morir, eres tú pedazo de mierda. —detrás de él estaba Kafka transformado quien le dio un puñetazo separando su cabeza de su cuerpo dejándolo confundido.

«¿Que fue lo que ocurrió?»

Y antes de que pudiese pensar en algo más vio su cuerpo volar y una figura más pequeña que la anterior aparecer frente suya.

—Trágate esto, maldito hijo de perra. —le dio una doble patada de hacha tanto a su cabeza como a su cuerpo para que estos impactasen en el asfalto causando que los escombros volasen.

Iharu no daba crédito a lo que veía, pero se alegraba que apareciera la mujer y a pesar de que se sorprendió de ver a otro kaiju humanoide este se acercó a Reno y lo cargó con cuidado para dejarlo en un lugar seguro.

Ambos adultos estaban llenos de ira. Se atrevieron a lastimar a su miembro más joven de su grupo.

Algo que no iban a dejar pasar.

«Pagarás con tu vida, miserable.»

Sus pensamientos eran claros y en sincronía.

Le iban a dar una paliza de la buena.

Escrito: 28/12/2024.

Publicado: 01/01/2025.

-Alessa.

Le puse a Kafka que tiene ojos turquesa porque así los tiene en el manga. Para la apariencia de los personajes me guiaré con los colores originales, mientras que en algunos sucesos me guiaré con el anime. Pero en si van de la mano.

No puse el significado de algo en el capítulo 10, que es ryoka.

Ryoka: Básicamente habla de un intruso o una posible amenaza que podría perturbar ya sea a una persona o a una civilización. Personas no identificadas o sin invitación que únicamente aparecen cuando quieren algo o cuando están perdidos. Es importante aclarar eso antes de que sea demasiado tarde.

Y feliz año nuevo ^^. Este es mi regalito, iba a subir más de golpe pero quería consentirlos un poco.

Espero les haya gustado ♥.

Mamaste no. 9 y te vas a quedar sin nombre.

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