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† IX. Siempre y para siempre, hasta que el para siempre no exista †

New Orleans, LA

— Bienvenido al hogar familiar de los Mikaelson —exclamó Eira mirando el lugar.

— Repiteme otra vez por qué estamos aquí y no en tu cama como en los últimos tres días —cuestionó Sebastian.

Eira sonrío, mirándolo.

— Por mucho que yo también quiera pasarme el día en una cama contigo tengo cosas de las cuales ocuparme aquí en New Orleans.

— ¿Cosas como cuales?

— Mi malvado plan para dominar el mundo, por supuesto —bromeó.

— ¿Y mi compañía era necesaria para...?

— Digamos que te usé de excusa con Freya para que me diera las llaves y un fin de semana aquí. Además, siempre podemos hacerlo en la habitación de mi padre como dos adolescentes malos.

— Este viaje comienza a parecerme interesante

— Seguro, pero deberías ir a tomar algo, enserio tengo cosas que hacer.

Sebastian asintió, dejó su mochila en una esquina y salió de la casa. Inmediatamente Eira sacó un poco de salvia que quemó para impedir que la escuchara e invocó a Dahlia.

— ¿Cómo sé que esa es la ubicación? —preguntó Eira en cuanto su tía apareció.

— Tienes la llave del otro lado, Eira. Sabes bien que aunque ustedes no nos vean, desde allá vemos y oímos todo lo que hacen y dicen, vi muy de cerca como Elijah, Kol, Freya y Niklaus arrojaron ahí sus cenizas.

— ¿Por qué él? —cuestionó.

— Ya te lo dije, no es suficiente quiero lo que se me prometió y esa es la única manera.

— ¿Y Klaus? ¿Y Hayley? ¿Por qué ellos?

— Es un mal necesario.

— Tal despliegue de poder generará un Nexus borten ¿qué pasará con toda esa energía?

— La voy a absorber para empujar el hechizo y darle la vuelta que necesita.

— ¿Y como se supone que consiga lo que necesito?

— Para eso estás aquí.

— No me refiero a eso, sino a lo otro.

— Pídeles ayuda, los tienes comiendo de la palma de tu mano, no se negarán, están bajo su promesa de por y para siempre. Hazlo.

Eira asintió y Dahlia desapareció, entonces la más joven se puso en marcha hacia el puente que Dahlia había dicho, gracias a la hora pudo pasar desapercibida, dejó la urna en el piso y comenzó a murmurar el cántico que hizo que poco a poco las cenizas se elevaran y juntaran en la urna, una vez terminada la cerró y volvió a la casa.

‡•°•†•°•‡

Mystic Falls, VA

Eira se removió intentando salir de la prisión creada por los brazos de Sebastian sin despertarle, con cuidado se levantó de la cama y recogió su ropa del suelo y, con aún más cuidado, salió de la habitación.

— La mañana de escape después de una noche de sexo siempre es divertida —murmuró Lizzie detrás de ella, sobresaltandola— ¿Le obligaste a olvidarlo?

— Vete a la mierda Elizabeth.

— Eres cruel, Eira. Rompes mi corazón.

— No quieras ver qué lo haga literalmente, ahora tengo cosas que hacer y esas cosas incluyen a tu hermana y a mí familia.

— ¿Para que quieres a Josie?

— No es tu incumbencia, pero tiene algo que me pertenece y lo necesito.

Eira se adelantó, dejando atrás a Lizzie y se adentró en la habitación de Josie.

— Hola Finch —saludó a la chica sobre Josie.

La loba dejó de besarla y ambas miraron a Eira.

— ¿Que haces aquí? —exigió Josie.

— Quiero la lanza.

— ¿Que lanza?

Silencio.

Entonces Josie comprendió.

— La de roble rojo, ¿Para que la quieres?

— Necesito canalizar su poder, no voy a matar a Hope, tranquila, la familia no me deja.

Con bastante inseguridad Josie le entregó la lanza a Eira.

— Tanto por esta cosa —comentó Eira mirando al objeto— en fin, yo que tú me daría prisa, tu hermana está fuera, invisique.

Eira salió de la habitación de Josie, sin que Lizzie notara la daga en su mano gracias al hechizo, siguió por el pasillo y, tras dejar la lanza en su habitación entró en la de Hope.

— Necesito tu ayuda con un hechizo.

Hope la miró entre sorprendida e incrédula.

— ¿Qué hechizo?

— Uno del que vas a salir más beneficiosa que yo, vamos, necesitamos al resto de la familia.

— Espera, espera, no puedo ayudarte si no sé de qué se trata.

— Hope, mejor no hables y ve para la casa, ocúpate de que nadie que no tenga la sangre Mikaelson esté ahí. Confía en mí y hazlo.

— ¿En serio me pides que confíe en ti?

— Puedo robar tu sangre y tus poderes otra vez y me ahorro esto, venga.

Hope suspiró, pero finalmente asintió y se puso en marcha a la casa de los Mikaelson, Eira volvió a su habitación, Sebastian estaba acostado en su cama jugando con la lanza de roble rojo.

— Esto es filoso, ¿Que se supone que vas a hacer?

— Créeme, es mejor que no lo sepas.

— Eira...

— Cuando vuelva te lo contaré todo —prometió ella guardando la urna y tomando la lanza—, pero ahora mi familia me está esperando.

Eira se inclinó sobre Sebastian para dejar lo que pretendía ser un casto beso sobre sus labios, beso que Sebastian enseguida convirtió en uno vehemente.

— Tengo que irme —se apartó Eira en tono lastimero.

— Últimamente siempre me cambias por tu familia, me siento celoso.

— Con mi familia no hago lo que contigo.

— Faltaría más.

Eira suspiró al ver puchero de Sebastian, puso los ojos en blanco y dejó un beso de pico en sus labios.

— Solo puedo decirte que se trata de una antigua promesa familiar rota después de más de un milenio: siempre y para siempre, hoy voy a revivirla.

‡•°•†•°•‡

— ¿Donde está Niklaus? —preguntó Eira por el hijo de Freya.

— Hope dijo que no querías a nadie que no tuviera sangre Mikaelson —habló Freya—, Nik es mi hijo, pero no tiene nuestra sangre así que se fue con Davina y Keelin, Marcel se fue hace días a New Orleans y Vincent solo vino para conocerte.

— Bien, seguro Hope les dijo que necesito vuestra ayuda para un hechizo.

— Y seguro sabes que para hechizos solo te sirven Freya y tu madre —habló Kol—, a menos que quieras una clase teórica.

— Para este lo que me sirve es la sangre Mikaelson.

— Eira...

— Silencio u os partiré el cuello a todos. Necesito concentración y prefiero trabajar en silencio. Tenemos que seguir el orden de la línea sanguínea así que me daréis vuestra mano cuando os mencione y dejareis que vuestra sangre caiga sobre este cáliz.

— ¿Eira...?

— Silencio. Empecemos: Freya.

La bruja le extendió su mano a Eira, ella tomó una daga e hizo un corte en la palma de su mano, la cerró en un puño y dejó que la sangre de Freya cayera en el cáliz.

»Finn, Elijah y Niklaus no están aquí, así que continuemos con el próximo: Kol.

Kol la miró con desconfianza pero le extendió la mano para que ella la cortara y dejo que la sangre cayera en el cáliz hasta que la herida se curó.

»Rebekah —la rubia hizo lo mismo que sus dos hermanos, cuando su herida sanó Eira fijó sus ojos avellana en los de su prima—, Henrik no está aquí, así que es tu turno, Hope.

Cuando Hope le pasó la palma de su mano Eira se aseguró de que la punta de la daga cortara la piel hasta el hueso, causándole el máximo dolor posible, cuando la herida de Hope sanó, Eira hizo un corte en la palma de su propia mano y dejó que la sangre cayera en el cáliz mezclándose con el resto.

La híbrida comenzó a dibujar un círculo con sal en el suelo y a rodearlo de velas, sacó de dentro de su ropa el collar con el dije del nudo de bruja y se paró en medio del círculo.

Incendia.

Las velas se encendieron, Eira salió del círculo, tomó la urna y la lanza, Hope jadeó al ver la última.

— Solamente voy a canalizar su poder —aclaró la castaña—, traiganme el cáliz y pónganse alrededor del círculo en el mismo orden que tomé su sangre.

Eira se arrodilló de la parte afuera del círculo, con la lanza lo más cerca posible de ella, el resto de los Mikaelson se posicionaron a su alrededor y se tomaron de las manos cuando Eira ordenó, tomando ella finalmente las manos de Freya y Hope, después de verter la sangre dentro de la urna.

— La sangre de los hermanos, las cenizas de sus muertos y la sangre de sus descendientes.

»Letson de duerix, letson de dumot. Letson de duerix, letson de dumot. En respuesta a su pregunta, este hechizo es una réplica de uno que hizo mi madre hace años, es una nueva oportunidad de cumplir su promesa: Siempre y para siempre, hasta que el para siempre no exista, ¿no fue eso lo que dijiste cuando Finn murió por última vez, tía Freya? Esta es su oportunidad.

»Letson de duerix, letson de dumot. Letson de duerix, letson de dumot. Letson de duerix... Aquí está, Finn Mikaelson.

El círculo se rompió cuando Finn, desnudo apareció arrodillado en medio del círculo.

»Deberiais llamar a New Orleans, cuando Elijah y Hayley despierten seguro estarán confusos. Hope, deberías ir al lago antes de que Klaus se ahogue y alguno de ustedes debería ir a donde murió Henrik. Esta es una nueva oportunidad para la familia Mikaelson, aprovechen el siempre y para siempre esta vez, yo me quedo con Finn.

En cuando Eira terminó de hablar los Mikaelson se movilizaron, incluyendo a Finn, que se levantó y la miró.

— ¿Tú quién eres?

— Eira Isabelle Mikaelson Claire —respondió la chica haciendo una pausa entre cada palabra—, la hija de Kol y Davina.

— ¿Por qué hiciste este hechizo?

— ¿No notas nada diferente, tío Finn? Toma, una hoja de papel.

— ¿Para qué?

— Hazla una bola —Finn hizo lo que Eira ordenó—, lanzala al aire y di incendia.

Incendia —tal como Eira había previsto la hoja se incendió, el Nexus borten qué usó Dahlia para devolverlos a su forma original había servido.

— Bienvenido a la vida, tío Finn.

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