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34화

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Una, dos semanas. En total ya eran tres y aún no me había hablado. ¿En qué momento el tiempo decidió ir tan deprisa? Es más, ni siquiera le había visto de lejos o por casualidad. «¿En serio no va a buscarme? ¿Debería hablarle?», me pregunté.

Daba vueltas una y otra vez a los eventos pasados. Pensaba en la última conversación que tuve con TaeHyung antes de que su tiempo se viera totalmente ocupado para acabar lo necesario para el comeback. Además estaba el hecho de que la maldita pulsera se había hecho humo y desapareció, lo agradecí.

La conversación se repetía en mi mente y la tenía casi nítida, como si hubiese hablado con V hace horas.

―Dime que terminaste con él ―pidió apenas ambos estábamos a solas en una de las miles de salas de práctica.

―No pude.

―Perdón por lo que voy a decir, pero estoy preocupado y esto no pinta bien. ―Se detuvo viéndome con preocupación y esperé a que continuara―. ¿Acaso eres tonta?

No diré que no dolió. Dolió mucho, porque hasta yo misma me lo preguntaba en ese punto.

―No, yo sé que las cosas están mal, TaeHyung oppa. No soy tonta, solo soy cobarde.

―Empieza a sacar valentía, porque si tú no le dices la verdad a JungKook, creo que se lo diré yo.

Entendía su postura. Ellos eran como hermanos y él solo quería cuidar que nada le lastimara o, mejor dicho, que yo no lo hiciera. Tan solo que, cuando parecía que todo ya iba a tener solución, el problema cambiaba, empezaba desde cero y trataba de hacer las cosas bien de nuevo. Una cosa tras otra, todas eran un fiasco.

―¿Harías eso? ¿No puedes entenderme?

―Créeme, HaeBi, te entiendo, en serio lo hago, pero esto tiene que detenerse. Ya no soporto el hecho de ver lo mucho que le gustas a JungKook cuando él no sabe lo que sucede contigo. ―Su semblante era imponente y podía afirmar que me dio miedo su expresión―. Pensar en ti le pone feliz y triste, hasta tú lo sabes. Él quiere estar contigo y tú lo evitas sin darle motivo, sin embargo, le aseguras que aún te gusta. Está confundido, pero sigue intentando, porque le importas demasiado.

―Es que nada de esto es mi culpa. No sé cómo manejarlo y es frustrante. Hasta estoy enojada conmigo por eso. TaeHyung, intenté que terminara antes de empezar de nuevo, porque era lo que tenía que hacer. Solo una semana después volvimos a estar bien y detesto que no pude hacer algo para acabarlo de raíz, porque soy débil. ―TaeHyung tenía el ceño fruncido―. En serio me gusta demasiado y me molesta que no me sienta bien para decirle las cosas como son. ―Iba a llorar ahí por la rabia interna que tenía acumulada―. Diablos, cuando dijo que aún éramos novios me sentí peor, porque era como si le estuviera engañando; de hecho, eso es justo lo que estoy haciendo. Y ¿sabes qué? Me odio. Para mí también es difícil. Cada vez que le veo, solo puedo sonreír, pero en el fondo sigo sintiéndome mal. Cuando me abraza o toma mi mano, mi corazón sigue latiendo jodidamente rápido y siento culpa, porque no lo merezco. TaeHyung, sé que no merezco a JungKook en absoluto.

―No digas eso, HaeBi. ―Su expresión cambió a una preocupada―. Yo quiero que estén juntos, no te lo dije con una mala intención. Solo es preocupante todo esto y no me refiero a JungKook sino también a ti. No te ves bien.

―¡Hey, espera! ―solté con ironía―. Olvida lo que dije; sí es mi culpa. Desde el principio, todo es por mi cobardía. ―La primera lágrima salió―. Ni siquiera odio tanto a MinJae como me odio a mí misma. Yo... ―mi voz se quebró―... yo soy el único enemigo aquí y soy la única persona que complica las cosas más sencillas. ―Apretó sus labios viéndome―. No merezco la atención de JungKook. No merezco nada de lo que él hace por mí, pero tampoco quiero dejarle ir. Soy una maldita egoísta y él no se merece a alguien así, se merece algo mejor.

―No entiendo por qué solo no dejas a MinJae.

―Me amenazó con decirle a mi mamá que estoy entrenando si termino con él y eso es un problema, porque nunca le dije y no quiero que sepa.

―No puedes dejarte manipular así. ―Limpió mis lágrimas con su sudadera―. No te lastimes más. Habla con tu mamá y dile la verdad para que ese idiota no pueda chantajearte.

―No puedo. Ella va a decepcionarse y puede enojarse. Podría hacer que me vaya a Busan o a Canadá y no quiero eso.

―¿Crees que lo haría?

―Sé que no le va a gustar que haga esto en lugar de ir a la universidad. Incluso si no le molesta que entrene, se va a molestar porque no le dije antes. Tiene muchas expectativas puestas en mí.

―¿Y qué piensas hacer?

―La verdad ya no sé. ―Agaché la cabeza―. Siempre hay algo que hace que tenga que empezar de nuevo y esta vez no sé qué hacer.

―¿Qué hay de Kook?

―Si él regresa a mí, intentaré cuidar su corazón hasta que pueda darle el mío también. Voy a intentar no arruinarlo otra vez. No quiero ser un problema.

―Piensa en cómo solucionarlo, ¿bien? ―Asentí.

¿No podían crear un manual de instrucciones para la vida?

Me acomodé boca arriba en mi cama con el conejo de peluche sobre mi pecho mientras jugaba con sus patas para pasar el rato. Extrañaba mucho a JungKook. Sentía un vacío incómodo que detestaba, pero si él no quería verme, iba a respetarlo. No tenía derecho para hacer alguna rabieta por eso, así que esperaría. Además estaba Han, acababa metiendo su cuchara en todo lado, incluso si no fue invitado.

―¿En verdad te preocupa tanto que YoonJi sepa? Él te está manipulando y tú se lo está sirviendo en bandeja de plata, HaeBi ―me dijo SeAh el día siguiente de lo que sucedió con MinJae.

Estaba tan perdida que no sentí cuando mi celular vibró sobre el buró y perdí la llamada. No sabía quién era, solo deseaba que no fuera Han, porque estaba muy harta de él y su completa existencia.

La pantalla se iluminó de nuevo dejándome saber que era JungKook. Mi corazón empezó a latir con rapidez y mi estómago se sintió extraño. Me sentía nerviosa. Contesté de forma torpe.

―Hola.

―HaeBi, vamos a hablar.

―¿Ahora? ―Eran como las once de la noche.

―No, es muy tarde ahora. Hablemos mañana. Estaré en la sala de prácticas de siempre, así que te esperaré.

Se escuchaba muy frío y eso dolía. Por TaeHyung supe que no lo estaba haciendo precisamente bien en los ensayos. Incluso estaba cometiendo errores en las coreografías y me sentía sumamente culpable por eso.

―Estaré ahí.

―Hasta entonces. Descansa.

―Tú igual.

La llamada terminó y me tiré en la cama abrazando el peluche. Me preguntaba si aún estaba enojado o si me diría que fue suficiente y se cansó. Entendería lo que fuera, pero igual dolería.

🍭

―¿Estuviste practicando? ―Entré en la sala y sentí el calor en el aire.

JungKook volteó a verme al instante. Sí, se veía diferente, apagado. No parecía el mismo que había visto bailar hace tres semanas.

―Sí.

―¿Y cómo está yendo?

―Mal, porque tengo la mente en otro lado. ―Teníamos contacto visual y era incómodo para mí―. He estado pensando demasiado en ti.

―Yo lo siento, en serio. No quería decir lo que dije, no lo pensé.

―HaeBi, es la segunda vez que me lastimas. ―Mi corazón se estrujó―. Y no me importa, porque mis sentimientos por ti son fuertes, pero necesito entenderte. ―Se acercó lento hasta dónde yo estaba―. Si ya no sientes algo por mí, solo dímelo. Explícame por qué parece que ya no quieres estar conmigo.

―Quiero estar contigo, es solo que no puedo.

―¿Por qué? ¿Es tu contrato? Si es eso, podemos salir en secreto.

―En realidad, eso no es una de las razones principales. ―No iba a decirle―. Pasaron cinco años y estábamos yendo en direcciones distintas hasta que hice esa audición y pasé. Nos encontramos de nuevo y supongo que ni tú esperabas eso.

―Claro que no lo esperaba, pero estoy feliz de que sucediera.

―También estoy feliz por eso ahora ―dije sincera―. Muchas cosas pasaron en cinco años y ninguna preveía ese cambio. Yo quiero estar contigo, pero no puedo hacerlo hasta que arregle mis problemas.

―De casualidad, ¿esto es uno de tus problemas?

Su mano subió en puño hasta estar frente a mi rostro. Ahí dejó ver el estúpido brazalete que me regaló MinJae. «Mierda».

Hmm, no ―mentí. Estiré mi mano y se lo quité.

―¿Quién es MinJae?

―No es nadie importante.

―¿Y por eso su nombre está escrito al otro lado del tuyo?

―Te prometo que no es nadie. Créeme.

―Quiero creerte, en serio, pero sé que me estás mintiendo. ―Le estaba decepcionando―. HaeBi, ¿por qué no me dices la verdad? No soy importante para ti, dilo.

―Eso es una mentira y no pienso decirte mentiras. ―No más de las que ya había dicho.

―Si te importara, no te habrías quitado nuestra pulsera. Tú la reemplazaste.

―¿¡Qué!? ¡No! Solo la guardé. ¿Para qué usarla si tú no la usas?

―Para demostrarme que todavía te intereso; que todavía te gusto.

―JungKook, usé la pulsera todos los días por cinco años, ¿no es suficiente para ti? ―Pasé mi mano por mi cabello―. Ni siquiera había garantía de que nos fuéramos a ver de nuevo y yo nunca me la quité, pero tú sí.

―¿Qué importa si lo hice? Ahora tú también te la quitaste.

―Fue como si me hubieras dejado ir cuando yo nunca pude sacarte, maldita sea. ¿Cómo crees que me sentí? ¿Crees que salté de alegría? Me dolió ―dije tocando mi pecho.

―A mí me dolió que tú te la quitaras y que intentaras alejarme de la nada. ―Soltó un suspiro sonoro―. Kwon HaeBi, en serio me gus-

―Que no. ―Me tapé los oídos con pánico―. No digas eso.

―¿Por qué no me dejas decirlo? ¿Por qué sigues evitándome? Cada vez que intento acercarme a ti, me alejas.

―Porque no puedo estar contigo incluso si siento lo mismo que tú. ―Mis ojos fueron invadidos por lágrimas y giré la cabeza para dejar de verle a los ojos―. Porque, justo ahora, no tengo ni un poco de control sobre mi vida. JungKook, perdón ―mi voz se quebró―. En serio lo siento.

E iba a huir, porque era lo único que sabía hacer. Sin embargo, no pude hacerlo, porque lo que pasó fue que él me abrazó antes de que pudiera voltear e irme. Me retuvo de forma física y mental. JungKook me tenía aun después de todo y eso no me molestaba en absoluto. Él era como ese rayo de sol en medio de una tormenta.

―¿Por qué lloras cada vez que quiero que me expliques algo?

―Porque... ―hipé―... las palabras que tengo que decirte no quieren salir y eso duele. ―Me estaba escondiendo en su pecho―. En verdad lamento que tengas que verme así y lamento que... ―Me detuve y mordí mi labio―... que tengas que pasar por esto por mi culpa.

―Está bien. ―No, claro que no―. No es tu culpa. ―De hecho, sí lo era―. Confía en mí y explícame todo.

―No quiero decepcionarte.

―Creo que me decepciona más que no me cuentes las cosas.

―Lo siento. ―Él empezó a acariciar mi cabello con calma―. No sé cómo decirte, por eso no lo he hecho.

―Entonces solo respóndeme esto: Si no es por el contrato, ¿entonces por qué?

―Por mi mamá. ―Y por MinJae, completé en mi mente.

―Puedo hablar con la señora Kim para que me deje salir contigo. Quiero ir en serio.

Negué sobre su pecho. ―Ella no va a aceptarte ahora, JungKook.

―¿Por qué? Ella ya me conoce.

―Las cosas cambiaron, te lo he dicho. Ella quiere que esté con alguien más y es por eso que, aunque quiero, no puedo aceptarte tampoco.

―Pero es tu vida, no la suya. ―Ya, lo sabía. Me quedaba claro, sin embargo, intentaba complacerle con mi vida, como si esa fuera mi elección―. Y ese alguien más ―tragó con sonoridad antes de preguntar―, ¿te gusta?

―Te diré una y mil veces que para mí solo eres tú, siempre eres tú. Esa persona ni siquiera me agrada.

―¿Entonces? ¿Cual es el problema para que estés conmigo?

―Es solo que... ―Titubeé un poco. El problema era que MinJae no me dejaba ir, pero tampoco le dije que estuviera saliendo con él―... Quiero cumplir las expectativas de mamá.

Eso no fue una mentira, porque había terminado en ese enredo por la misma razón. El problema era que tampoco era una verdad absoluta a ese punto.

―Creí que estabas saliendo con otra persona. ―Soltó un suspiro aliviado y apreté mis labios―. ¿No tengo que preocuparme por que te guste alguien más? ―Negué limpiando mis lágrimas―. ¿Incluso si su vida es más normal que la mía?

―¿Eso qué tiene que ver?

―Que si al final acabamos juntos, no podremos hacer cosas que una pareja normal haría.

―Escúchame, Jeon JungKook. ―Tomé su rostro entre mis manos―. A mí no me importa, porque ya sería suficiente estar contigo.

―Pero habrá giras, momentos en los que no tenga tiempo. No quiero descuidarte.

―Nunca me molestaría por eso, ¿sí? Yo entiendo que es tu trabajo y está bien. Te apoyo.

Sonrió y apoyó su frente en la mía. Ambos cerramos los ojos y, segundos después, yo también estaba sonriendo, porque él me estaba dando un beso esquimal. En reacción moví mis manos y enrollé mis brazos en su cuello.

―No peleemos otra vez, ¿sí? ―Asentí.

―JungKook, ¿por qué eres así? ¿Por qué siempre estás cuando la estoy pasando mal?

―Porque soy tu soporte para que lo aguantes.

―También quisiera ser tu soporte.

―Mientras te quedes junto a mí es suficiente.

―Entonces me quedaré hasta que me muera.

―Te extrañé.

Me separé solo lo suficiente para poder darle un beso en la mejilla como si, con eso, quisiera decirle que yo también; luego volví a la posición pasada. Si me dijeran que tenía que quedarme así toda mi vida, no tendría quejas al respecto.

Unos pocos minutos pasaron y el momento se interrumpió cuando sentí la vibración de mi celular. Me hacía una idea de quién era. Siempre siendo inoportuno y llegando a donde no le llamaron.

Antes de que yo pudiera llevar mi mano al bolsillo trasero de mi pantalón para tomar mi celular y colgar, JungKook decidió que él lo tomaría. Se separó para ver la pantalla y yo giré también para poder confirmar mi suposición. Ahí estaba, su nombre en letras grandes mientras el botón de contestar bailaba. Él me lanzó una mirada fría.

Alcancé mi celular y colgué sin dudarlo.

―Si no es nadie, ¿por qué te llama?

―¿Tienes hambre? Yo tengo hambre. ¿Deberíamos ir a comer?

―HaeBi ―uso un tono descontento.

Okay. Él es la persona con la que mamá quiere que salga y por eso cree que puede llamarme cuando se le dé la gana.

―¿Solo eso? ―dijo serio y asentí―. ¿Y no te agrada ni un poco?

―¿Estás celoso?

Ladeé la cabeza y sonreí a la vez que decidí jugar con el cabello corto de su nuca. Lucía el típico corte tazón, pero se veía bien de cualquier forma. Claro, tenía la presencia de un idol. Hace años no podría haber imaginado algo similar.

―Tal vez.

―No deberías.

―¿A quién escogerías? ¿Él o yo?

―¿Eso es una pregunta? ―Confirmó con un sonido―. Jeon JungKook, la respuesta siempre eres tú. ―Sus labios se curvaron en una sonrisa leve y sus ojos brillaron―. En realidad no tengo que escoger tampoco, eres mi única opción.

Y ojalá hubiera tenido claro eso hace meses para no escoger mal, porque pensé que la opción correcta era lo que mi progenitora quería y no lo que yo quería. Sin embargo, para mi vida y mi perspectiva, la opción correcta tenía nombre y ese era Jeon JungKook.

―También eres mi única opción.

Después de eso no me dejó irme. Le repetí que debía practicar, porque no quería volver a fracasar en la evaluación mensual y él solo dijo que practicara con él. Así que, ahí estaba yo, haciendo el paso que acompañaba las palabras 'pi, ttam, nunmul' imitando a JungKook y sin poder bailar su coreografía. Su estilo era mil veces más complejo de lo que estaba acostumbrada a hacer. Aun así, no hice un intento real por irme. Me daba miedo que no fuéramos capaces de encontrarnos de nuevo. Tal vez era tonto, pero no quería alejarme por nada del mundo.

―Es así: pi ―puso su mano izquierda frente a su cuello―, ttam ―la llevó a su nuca ladeando la cabeza―, nunmul. ―Terminó por ponerla frente a sus ojos.

―Eso hice. ―Repetí el movimiento.

―Hazlo más sexy.

―En definitiva eso no está en mi estilo, JungKook. ―Negué varias veces―. Además me da vergüenza.

―¿Quién dice que no es tu estilo? Aparte de ti.

―No se me da. ―Hice un mohín―. En esta relación, tú te encargarás de eso.

―¿Te parezco sexy? ―Caminó hasta mí con una sonrisa divertida.

―Vamos a comer. ―Desvié la vista por los nervios que me causó su pregunta―. Tengo hambre.

―HaeBi ―me abrazó y le vi de reojo―, ¿te parezco sexy?

Sentí mi cara calentarse más. Por suerte, el sonrojo que me estaba provocando se disimulaba con el que ya tenía después de haber bailado.

―¿Cómo te respondo a eso?

―Es una pregunta de sí y no. ¿Necesitas pensarlo? ―Se acercó a mi rostro―. O, tal vez, ¿te da vergüenza decirlo? ―Asentí sintiendo ya su respiración sobre mi mejilla―. Entonces voy a asumir que la respuesta es sí. ―Dejó un beso en mi mejilla.

―Un día de estos me vas a matar.

―No dejaré que eso ocurra hasta que vuelvas a ser mi novia. ―Se apoyó en mi cuello―. La encontraré y te la daré ―añadió.

―¿La pulsera? ―Asintió―. Te lo tomas muy en serio.

―Solo es porque se trata de ti. Te quiero de vuelta a mí.

―Pero ya estoy contigo.

―Sí, pero no de la manera que quiero.

―Lo siento.

―Intenta no tardar mucho en venir a mí. Cada día te extraño más.

―Lo haré. Volveré a ti.

Nos abrazamos durante un tiempo hasta que alguno de los chicos llamó a JungKook para ir a comer. Él me llevó consigo de la mano y, cuando llegamos al comedor, vi a todos sentados y me sentí nerviosa. Los seis pares de ojos acabaron sobre nosotros, sobre nuestras manos entrelazadas y sobre nosotros de nuevo.

―¿Por fin lo arreglaron?

―Sí, hyungs.

JungKook me guio hasta las sillas y nos sentamos para comer.

Intercambié miradas con TaeHyung varias veces durante la comida. Se estaba mordiendo la lengua para no decirme algo en ese instante, lo noté porque estaba inquieto. Siempre apartaba la mirada cuando Jeon le veía algo celoso por nuestro contacto visual. El menor no decía nada, pero V entendía su mirada asesina.

Al terminar seguían sentados conversando de cualquier cosa, en realidad no estaba muy atenta. Solo estaba jugando con los dedos de JungKook y los míos para pasar el rato.

―¿Estás aburrida?

Levanté las cejas y la cabeza. ―No, descuida. Quiero estar aquí contigo.

―Si quieres, podemos irnos.

Sonreí levemente y negué. ―No tienes que hacer nada por mí.

―Sé que no tengo que, pero quiero hacer todo por ti. Hasta te daría el universo si me lo pidieras.

―Pero ahora estoy bien aquí. Estoy bien donde tú estés, no te preocupes.

Asintió, me dio un beso rápido en la frente y regresó su atención a sus hyungs. Alcancé a escuchar que hablaban sobre lo nerviosos que se sentían. Sin embargo, mi interés se fue a mi celular a ver el nuevo mensaje que recibí.

sábado, 24 de septiembre de 2016

MinJae_15:08
Te llamaré en cinco minutos y, si no contestas, no dudes que voy a entrar a ese jodido edificio para buscarte yo mismo.

Suspiré exasperada. No quería que tuviera oportunidad de meterse más en mi vida. Con desgano leí un nuevo mensaje.

MinJae_15:09
Tendremos una cita, bebé.

Ya no sentía mi odio a él tan marcado, solo me sentía cansada. Claro que me molestaba su actitud posesiva y de querer ser dominante, pero quejarme no me servía de nada. Necesitaba dejarle y, aparte de la razón obvia que era JungKook, también era por mí. Sabía que no era sano.

Tiré del brazo de JungKook para que me pusiera atención. Fue automático para él girar a verme. Nuestras miradas se conectaron y vaya, amaba sus ojos incluso en mis peores días. Era como mi medicina.

―Tengo que irme.

―Pero acabas de decir que no querías.

Asentí. ―No quiero irme, pero tengo que hacerlo.

―No dejaré que te vayas. Me hiciste mucha falta, HaeBi.

Ladeé la cabeza. ―No juegues así. JungKook, tu ganas sobre quien sea, en serio. Si no quieres que me vaya, no voy a querer irme; el problema es que tengo que.

―¿Cuándo vas a hacer lo que quieres y no lo que tienes que hacer?

―Lo haré cuando todo se arregle.

―¿Y eso cuándo será?

―Pronto.

Quería prometerlo, pero no deseaba tener una promesa que se pudiera romper. No había necesidad de pasar por ese tipo de desilusión. No cuando podía ser en vano.

🍭

-비🌧

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