— Jimin...

El llamado estuvo entre la realidad y el sueño de Taehyung, suspirando cansado cuando su reloj biológico lo hizo abrir los ojos

— Dormiste mucho — escucho, sintiendo que sus labios se estiraban en una sonrisa.

Anhelaba las caricias en su cabello que solía recibir cuando despertaba pero dadas las circunstancias se limitó a abrir los ojos

— Sí, mhmm ¿no tenias clases tu?

Jimin se distrajo con ver su cabello alborotado, sus ojos hinchados, todo adormilado

— No, no, voy hasta las diez

— Mhm, pues... yo igual, no iré hoy

— ¿Por qué?

— No hay ninguna clase especial — O que le importe más que estar aquí con su Jimin, suspiró

— Tae

— Ah, ¿Sí?

Jimin sintió algo de pena así que decidió empezar a hablar mientras jugaba con sus dedos — Ayer... me falto decir algunas cosas

— ¿Hay más? ¿Es otro rumor? Ni siquiera he entendido bien el primero

— No, ya no es sobre eso, es aparte

— Oh, uhm, esta bien. Te escucho

Jimin respiro profundamente antes de iniciar

—... El día que peleamos... cuando decidí irme y pasaron los días, cuando pensé en ello me sentía enojado todavía porque no podía sacarme de la cabeza por qué inventarían algo así... — Jimin hizo una pausa — Sí había alguien que gustaba de ti y quería hacerme quedar mal o al revés-

Taehyung sostuvo su mano, delicadamente

— Luego pensé en que simplemente la gente querría hacerlo por aburrimiento

El silencio hizo a Taehyung opinar sin pensar tanto. — Si, claro, bueno... Siempre hay algún rumor de alguien, pasaron muchos meses de paz hasta ese momento

Pero Jimin solo se estaba preparando mentalmente para soltarlo todo — ¡Pensé en lo estúpido que había sido por dejarme llevar yo también!

Y Taehyung, comprensivamente asintió. — No fue tu culpa, ya sabes... es fácil dejarse llevar

Negó varias veces, sin poder llegar a su punto aún. — No, no, es que... perdón, Tae, perdóname — sus labios temblaron, aguantándose el sollozar y terminar antes. — Esa noche te llame idiota, te dije que eras un estúpido, te llame baboso, bruto — continuó — Te grite que eras una cucaracha de cocina económica, una mosca panteonera, un ácaro de motel de paso, una larva de fosa séptica...

— Te está haciendo daño ver mucho la familia peluche, ¿sabes?

Jimin respiro frenéticamente tratando de tragarse las lágrimas, otra vez, pero Taehyung se la puso difícil, sobretodo cuando llevó una mano a su mejilla, obligándolo a verlo.

— Amor, sé que no fue tu culpa y tampoco fue la mía — trato de ser lo más suave posible — Siempre existirá gente que no esté conforme con nosotros, ni con los demás, ni con ellos mismos, ni con nadie... ese no es nuestro problema

Su sonrisita ablandó el corazón de Jimin

— Mientras yo confie en ti, y tu en mi, nadie más importa

— ¿Me perdonas aunque te haya llamado lombriz de agua puerca?

— Te perdono — Taehyung lo abrazo en su pecho, finalmente, junto a él.

Jimin levantó la vista — Vamos ahorita a pagarle a don José lo que falta de renta

— ¿Regresas?

— ¿Puedo? Si es que aun no has colgado un cartel donde pidas un compañero de cuarto...

— No podría — objetó — Este lugar está lleno de ti y de mi, en todas partes estás tú. No puedo reemplazarte y no quiero a nadie más. —

Jimin sorbió su nariz dejando que las lágrimas que estaba aguantado finalmente se derramaran por sus mejillas, aunque Taehyung pronto las apartara con sus pulgares. — Eres tan bueno conmigo, ¿por qué? — sus ojos brillaron, húmedos, rojizos

— Porque te amo — Las manos en sus mejillas lo acunaron antes de reír por sus palabras

— Lombriz de agua puerca — rió, ay como te amo Eugenio Derbez

— ¿Y ahora? ¿Qué hacemos?

— ¿Podemos seguir durmiendo?

Jimin finalmente sonrió asintiendo pero antes de que pudiera volver a recostarse, Taehyung recordó algo

— ¡Antes! — le sujetó la mano, aunque esa repentina emoción se desvaneció por la pena. —... ¿Sí seguimos siendo novios, verdad? — preguntó viéndolo acostarse en su almohada, siguiéndolo

— Si, por supuesto — Jimin le acarició el cabello — Y este sigue siendo nuestro hogar —

Taehyung apretó sus manos alrededor de su cintura, besando su frente y jalando las mantas sobre sus cuerpos

— Donde estemos juntos será nuestro hogar

(.づ•᷄ᴖ•᷅)づ.