Especial tres: Changlix.
Felix se balanceaba aburrido en la silla de su padre, Dongwoo estaba viendo unas cuantas cosas de trabajo y Lee no podía hacer más que esperarlo puesto que su padre aun no confiaba mucho en él para resolver temas de la empresa, y claro, Yongbook podía tener veinte años, pero estaba seguro de que tenía habilidades que sorprenderían a su padre. Suspiro molesto y comenzó a darse vueltas en la silla. La puerta de aquella gran oficina se abrió dejando ver al imponente omega olor frutos rojos.
El pecoso arrugó la nariz al sentir el aroma agrio de su progenitor:
— ¿Pasó algo? — Preguntó temeroso.
— No. — Gruñó. — Solo fue una reunión muy pesada.
— Tal vez si me explica, yo puedo ayudarlo y...
— No puedes. — Lo calló. — Aún no entiendes sobre estos temas.
— Papá, yo he estudiado, quizás si me explica si lo entienda...
— Ya te dije que no, no eres bueno, debes esforzarte más.
Suspiró caminando hasta su hijo y tomó su mejilla casi con cariño.
— Lo siento mucho, hijo, solo esfuérzate un poco más y algún día serás tan bueno como Minho.
— No quiero ser como mi hermano. — Gruño bajito.
— Ese es el problema, que no tienes metas exigentes contigo mismo, tu hermano...
— Mi hermano es feliz, padre.
— No, no lo es, tan solo está endiosado con aquel estúpido omega.
— Aquel "estúpido omega" es mi amigo.
— Ese es uno de tus problemas, Lix, no sabes escoger tus amistades, Hyunjin es un alfa que no sabe ser, eso, un alfa, por el contrario, Jisung es un completo caza fortunas. Minho si sabía escoger sus amistades, Seungmin es un omega excelente.
— ¿Podría dejar de compararme con mi hermano?
— No. Si te comparo es porque te amo, quiero que seas tan bueno como él, pero sé que tú no me decepcionarás. — Sonrió hipócrita volviendo a acariciar la mejilla de su hijo.
— Esta bien, papá. — Habló decepcionado.
— Lix, ¿quieres hacer algo por mí?
— ¡Claro! — Comento con emoción. — ¿Qué puedo hacer por usted?
— Hoy viene un nuevo inversionista, es el dueño de la corporación Seo, vendrá con su hijo para que aprenda un poco del negocio, ¿podrías enseñarle la empresa?
— ¡Claro!, puedo hacerlo.
— Entonces, alístate.
Felix asintió y corrió hasta su departamento para cambiarse.
Algunas horas pasaron hasta que los Seo llegaron a la empresa, al primero que los Lee vieron fue a Seo Sanghwa, un alfa y dueño de la empresa cosmética mejor vendida de todo Corea. El pecoso hizo una reverencia de noventa grados saludando.
Sanghwa sonrió cálido y estiro su mano para saludar a Felix.
— Yo soy...
— Seo Sanghwa, lo sé, un gusto, yo soy Lee Yongbok o Lee Felix, como guste llamarme. — Tomo la mano y la apretó levemente.
— Eres un chico bastante lindo. — Miro al ceo Lee. — Tu hijo no tarda en ser robado por un alfa, ya cuando menos te lo esperes se estará casando y tendrá bastantes hijos.
— Entre mis planes si esta casarme, — Ahora el de olor vainilla río falsamente. — Pero los hijos... No creo que los tenga.
— Ay, los jóvenes de hoy en día.
— Ya uno no sabe qué hacer con ellos, Changbinnie piensa igual que tu hijo. — Río, dándole un mini empujón al alfa menor.
El chico olor cedro sonrió tímido y extendió su mano hasta Felix haciendo una reverencia, Lee la tomó sonrojado y también se inclinó.
Ahí Felix confirmo que quería casarse y más si era con el alfa frente a él.
El jardín estaba perfectamente adornado, los invitados yacían en sus asientos esperando al omega. Dongwoo refunfuñaba al tener que sentarse a un lado de Jisung, más no decía nada en voz alta por lo arruinar el momento.
La marcha nupcial comenzó a sonar, Changbin limpio sus sudorosas manos en su pantalón pulcramente blanco. Minho y Felix entraron a aquel hermoso huerto, caminaron lento y después de varios años, el mayor le decía cosas lindas al que pronto se casaría.
Ambos se pararon frente a donde estaban el cura y el futuro novio, Minho tomo la mano de Felix y se la extendió para que Changbin la tomara, sin poder evitarlo, en el instante que observo a Yongbok, unas cuantas lágrimas de felicidad rodaron por el rostro de Seo.
— Hola. — Susurro Felix una vez estuvo de pie frente a su prometido, casi esposo.
— Estas hermoso.
— Lo sé.
El sacerdote carraspeo para que le pusieran atención, dando pie a que la misa comenzara.
— Yo, Felix Lee, prometo que te amaré siempre, diga lo que diga, haga lo que haga, sea como sea, de cerca o de lejos, siempre te amaré.
— No puedo creer que esté haciendo esto. — Lee sonrío sabiendo lo que se avecinaba. — Pero... Con esta mano yo sostendré sus anhelos, tu copa nunca estará vacía, porque yo seré tu vino, con esta vela alumbraré tu camino en la oscuridad y con este anillo te pido que seas mi esposo.
— Ahora pueden besarse. — Dijo el sacerdote sonriendo.
— ¿P-puedo besarte? — Pregunto Changbin bastante temeroso.
— Dios, alfa, siempre me besas sin permiso, ¿por qué estas preguntando justo ahora?
— Y-yo, no lo sé.
El pelirrosa tomo al de olor a cedro del cuello de la camisa y lo jalo para así poder besarlo, los belfos se comenzaron a mover en un lento y suave beso, poco después se separaron por la cantidad de arroz que caía sobre ellos.
Juntaron sus frentes, susurrándose leves "te amo"
Porque sí, Felix estaba dispuesto a pasar el resto de su vida con Changbin y Changbin estaba dispuesto a pasar el resto de su vida con Felix.
La pareja de recién casados estaba tumbada en su sofá, habían rentado varías películas y estaban dispuestos a hacer un maratón cuando el teléfono del omega comenzó a sonar.
— Fefi, ayúdame por favor. — Habló Minho a través de la línea preocupando enseguida al menor.
— Dime, ¿Qué pasó?, ¿Están bien?
— Hee enfermo, tiene mucha calentura, no para de vomitar y tiene diarrea. — Pausó. — Ya vamos camino al hospital, pero no tenemos quien cuide a Ni-ki, ¿tu podrías?
— Claro que sí, hermano, Changbin y yo vamos en seguida, nos vemos en el hospital.
¿Qué tan difícil podría ser cuidar a un niño de cinco años? Para aquella pareja, bastante difícil.
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