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Capitulo uno: Tiempo.

Jisung estaba moviendo su pierna derecha de forma frenética. En las últimas semanas había comenzado a sentir mareos excesivos, fatiga y se desmayó una vez. Si el no supiera cuando fue la última vez que tuvo sexo con su alfa, comenzaría a creer que se encontraba en cinta. Ahora estaba en una dura silla esperando el diagnóstico del médico. Mordió su labio con nerviosismo, pensando en lo peor.

- Bien. - Reviso su nombre nuevamente en el expediente. - Jisung, ¿acaba de divorciarse?

El nombrado sin poder articular palabra negó.

- ¿Usted y su pareja han discutido en los últimos meses?

Negó nuevamente.

- ¿Cuánto tiene casado, Jisung? - Pausó. - ¿Tienen hijos?

- Tenemos catorce años y dos hijos.

- Mire, desde que entre lo supe solamente debía confirmarlo. - Suspiro sin saber cómo decirle a su paciente. - Usted comienza a tener indicios de un lazo roto, su alfa debe renovar la marca cuanto antes.

- ¿La-azo roto? - Él doctor asintió. - N-no puede ser posible, mi alfa me ama y estamos bien.

- Muchas veces es porque ambos están muy ocupados y no tienen tiempo para, ya sabe, el sexo, simplemente renueven el lazo y todo estará mejor, su salud mejorara casi instantáneamente.

Él beta solo le regalo una sonrisa comprensiva al pobre omega afligido, también le receto unas pastillas para controlar sus dolores. Jisung agradeció y salió del consultorio aún en estado de shock. Le pago la consulta a la agradable recepcionista y se apresuró a abandonar el recinto. Ya en el estacionamiento, se subió a la nueva camioneta que Minho le regalo cuando olvidó su aniversario de novios.

Han quería llorar, pero antes que todo era padre. Reviso su celular. Dos con treinta y ocho. Soltó un largo suspiro. Ni-ki salía de la secundaria a las tres de la tarde y Heeseung hoy salía de la universidad a las tres con treinta.

- Bien, Sunnie, si primero pasas a pedir una pizza extra grande, llegaras por Riki probablemente diez minutos antes, regresando recogemos la pizza, calculando llegaremos tres minutos antes a la universidad, teniendo en cuenta que son veinte minutos a la casa, estaremos mínimo diez minutos antes que llegue Minho para comer.

Después de hablarse a si mismo le mando mensaje a sus dos hijos avisando que pasaría por ellos y puso en marcha el auto.

El plan resulto exitoso, se encontraban doce minutos antes que Minho. Sabía que el alfa no le tomaría mucha importancia si ellos no estaban a la hora de la comida, simplemente le mandaría mensaje a Jisung diciéndole que al no encontrarlos decidió ir a comer a algún restaurant porque debía llegar a tiempo a las cinco cuarenta a la oficina. Para el omega era lo contrario, era de los pocos momentos que podía tener con su marido en el transcurso del día que adoraba cuando el gran reloj de la pared marcaba las cuatro de la tarde.

- Cachorros, ¿pueden ir a lavarse las manos en lo que pongo la mesa? - Preguntó en tono dulce a lo que los dos chicos acataron la orden rápidamente. Cuando volvieron ambos de sentaron en sus lugares correspondientes. Heeseung comenzaba a trazar círculos invisibles en la mesa de vidrio.

- Pa. - Inició el beta. - ¿Mañana podrías dejarme salir después de la escuela?

- ¡Claro!, ¿con quién? - Preguntó Jisung sonriente terminando de colocar el último plato.

- Ya sabes... con unos ¿amigos?

- Huening Kai invito a Heeseung a la nueva heladería que abrió en la esquina del parque. - Acusó Ni-ki viendo burlonamente a su hermano mayor. - Yo vi cuando lo invito en el autobús. Las mejillas de Hee se volvieron rojas y Kai dijo que era adorable, awws. - Hizo cara de asco el pequeño.

Las mejillas del pelinegro volvieron a adquirir un bonito color carmesí debido al sonrojo. Poco después Riki se quejó.

- Heeseung, sin patear. - Regaño el único omega.

- Lo siento, papi. - Puso sus mejores ojos inocentes para Jisung y sus mejores ojos furiosos para el cachorro, que solo atinó a enseñarle la lengua infantilmente.

Riki estaba por decir algo cuando el sonido de la puerta resonó por toda la casa. Un Minho muy cansado se asomó por el umbral de la puerta. Paso por el sofá tirando su saco negro y aflojó su corbata. Camino sin apuro al comedor donde sus tres amores de vida lo esperaban. Sin decir nada se sentó y así en silencio comenzaron a comer.

- Omega, ¿saliste?

Han asintió terminando de tragar el bocado de pizza.

- Sip, fui a comprar... - Analizando la situación Jisung se dio cuenta que había olvidado comprar su medicamento. - ¡Mierda!, se me olvido traerlo.

- Omega, descuidado. - El mayor de los Lee's rió. - ¿Donde tienes la cabeza, pequeño?

La comida transcurrió de forma tranquila, todos charlaron y rieron. Más cuando el reloj de alfa sonó, este se apresuró a lavarse los dientes, ajustar su corbata, recoger su saco y salir corriendo al auto en tiempo récord para poder llegar a tiempo a la empresa. Jisung se quiso autoconvencer que para el era suficiente pasar ese poco tiempo con su alfa, sabía cuán importante era el trabajo para Minho y el no debía ser egoísta.

Gracias a ese trabajo tenían la casa en la que viven ahora. Lujos que cuando recién comenzó su noviazgo no podían permitirse. Si tan solo su alfa lo hiciera sentir valorado o tan siquiera una persona y no un mueble más de la casa. Y lo peor es que Jisung se sentía todavía más egoísta cuando debía repartir los cuarenta minutos del tiempo de Minho con sus dos cachorros.

¿Estaba mal pedir cariño y no regalos caros?

Minho tenía la estricta rutina de llegar a las nueve a la casa y encerrarse en su oficina a seguir trabajando. Los tres miembros restantes cenaban juntos y terminando, el omega le llevaba la cena al alfa. En esta ocasión Jisung tenia un plan y agradecía infinitamente que las habitaciones estaban segunda planta y la oficina en el sótano.

Han estaba en su habitación observándose al espejo, traía puesta una bata de seda blanca que escondía todas sus curvas. Bajo hasta la cocina para calentar el plato de comida y ya con los alimentos se dirigió al sótano.

Toco dos veces hasta que escucho un leve "adelante", puso el plato a un lado del alfa, que mantenía la vista pegada al ordenador.

- Alfa, debes comer. - Jisung camino detrás de su esposo masajeandole levemente los hombros.

- Si, ya casi termino este reporte.

Acercándose hasta el oído del mayor, el de grandes mejillas susurró:

- Alfa, ¿no prefieres comerme a mi? - Han movió la silla giratoria para que Minho lo viera y abrió lentamente su bata revelando la linda lencería azul pálido que traía puesta.

Después de tanto tiempo el lobo de Minho despertó deleitandose con la escena frente a él. El menor de los dos se sentó en su regazo y comenzó a repartir besos por todo el cuello de su esposo. Tragando en seco Lee se vio autobligado a apartar a su omega.

- Cariño, ya estoy por terminar este trato, si todo sale bien, me darán un bono con el que prometo regalarte un teléfono nuevo, pero necesito terminar este reporte. - Negoció suplicante.

- E-esta bien. - Han se amarró nuevamente la bata y salió apresuradamente del sótano.

El picor en sus ojos le avisaba al omega que en cualquier momento lloraria. Su esposo jamás le había hecho un desplante de esos, se sentía humillado. Corrió a su habitación y una vez encerrado se permitió soltar todas las lágrimas que tenía guardadas.

Jisung no tenía ninguna duda sobre si Minho lo amaba. En lo que si tenía duda era si lo amaba más que a su trabajo.

Y tal parecía que la respuesta era que no.

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