Capitulo dieciocho: Coindicencia. ¹
Minho supo que no debió decir "¿puedo hacer algo para remediar lo imbécil que he sido?" porque terminando de decir esa oración los ojos de Jisung brillaron tanto que el alfa supo que nada bueno para él ocurriría. Y así fue. La hermosa petición de Jisung fue que el viernes organizaran una pequeña reunión, para decirle a Seonghwa que estaba recontratado pero a su vez presentarle a sus amigos y familia. Lee estuvo a punto de negarse, pero cuando Jisung quería algo inconscientemente hacia un puchero, el cual provocaba que las mejillas del menor se abultaran aún más, causando que al alfa le fuera imposible decir que no.
Pero eso no era lo peor para el hombre con el orgullo herido, claro que no, lo peor de todo fue que ese mismo viernes, Han antes de irse de la oficina le había dicho:
"Honnie, ¿puedes salir una hora antes del trabajo?, como ya sabes, la reunión comenzara a las seis, pero aún debo comprar comida, snacks y pasar a recoger a Seong, sin embargo Jungwon, Sunoo y Jake irán a la casa a visitar a los cachorros, así que alguien debe cuidarlos y darles comida, puedes hacer eso por mí, ¿verdad, Min, Min?"
Tampoco fue como que el omega le había dado mucha opción a protesta y ahí se encontraba el gran ceo Lee intentando no llorar con la cebolla que estaba partiendo, sus hijos y sobrinos ya se encontraban en casa hace una media hora, él estaba terminando la comida, había optado por el bibimbap, que para su gusto era lo más sencillo de hacer para ocasiones como esta en la que el tiempo se le venía encima.
Por más que Jisung intento apurarse, no pudo, el reloj de su teléfono marcaba que eran las cinco de la tarde y el seguía comprando cosas en el supermercado, la ventaja era que Seonghwa ya le había mandado mensaje diciéndole que lo veía afuera del establecimiento. Cargado de bolsas, pero ya en el estacionamiento, Han busco el coche de su amigo, una vez cerca, abrió la puerta trasera sorprendiéndose de que estaba el coche vacío.
— Súbete adelante, Sunn. — Comento el sonriente alfa.
— Creí que traerías a tu esposo e hijos. — Dijo acusonamente, más acato la orden de subirse adelante.
— Lo iba hacer, pero de último minuto, mi hijo Sunghoon fue invitado a una fiesta con sus amiguitos y con su novio, Jay decidió aprovechar que el chico que le gusta vive cerca para ir a verlo a su casa, ambos le rogaron a Wooyoung que los llevara. — Justifico arrancando el auto de una vez.
— En la siguiente a la derecha. — Pausó. — ¿Tu esposo tampoco ira?
— No, él si va a ir, solo que me alcanzara en tu casa.
— Oh, está bien, por fin conoceremos a nuestra familia.
— Sii, ¿tu alfa estará?
— Ni que lo dudes.
— Me da mucha curiosidad tu esposo, no me has querido decir ni su nombre.
— Créeme que te vas a sorprender.
— Siempre me dejas más con la intriga. — Se quejó.
— Lo siento. — Comenzando a reír. — Mejor cuéntame de tus hijos.
— Ambos se la viven en las nubes del amor. Sobre Sunghoon sé que tiene una relación formal con un chico, pero como es muy reservado, no me cuenta mucho sobre su vida amorosa. Por el contrario Jay, él se la podría vivir hablando todo el día sobre ese chiquillo, Jungwon lo trae muy mal.
— ¿Jungwon? — Preguntó tras escuchar aquel nombre tan familiar.
— Sip, Jungwon.
— Yo tengo un sobrino con ese nombre. — Sonrió instintivamente de solo recordar a su tierno sobrino.
— Vaya coincidencia.
Jooseong vio cómo su papi se alejaba de la privada, él estaba parado afuera de la casa amarilla que Wonnie le había comentado que era la suya. Reviso por última vez su atuendo y que las flores que traía en mano fueran perfectas, había optado por comprar dos ramos de flores, uno de lilas para Jungwon y uno de lavandas para el papi de Jungwon, seco sus sudorosas manos en su pantalón y dándose ánimos a si mismo toco el timbre.
Un sonriente Hyunjin había salido a atender el llamado a su puerta, sonrisa que se desvaneció al ver al nervioso alfa fuera de su casa y sus ganas de cerrar la puerta en las narices del crío aumentaron. Él sabía desde la primera vez que lo vio que ese cachorro traería problemas.
— No compramos flores, gracias. —Volvio a sonreí esta vez de forma hipócrita e intento cerrar la puerta.
— N-no, señor, estoy buscando a Wonnie.
— Jungwon para ti. Y no, no está.
— ¿N-no está?
— ¿No me escuchaste? No está.
— Hyunjin, no seas grosero con el niño.
Jeongin al ver que su esposo tardaba por curiosidad se acercó a la entrada de su hogar, topándose con que su marido de treinta y cuatro estaba intimidando a un chico de diecisiete.
— Cariño, no está Jungwon, pero pasa, te invitare un vaso de agua.
— G-gracias, señor.
Hyunjin se hizo a un lado permitiendo que muy a su pesar el alfa entrara a su casa, enojándose con Jeongin por consentir que el enemigo entrara. Jeongin paso a Jay a la sala para que se sentara en lo que buscaba la bebida para convidarle. Hwang se sentó frente a él, gruñendo bajito, haciendo que Jay sudara aún más y se encogiera en su sitio.
— Para de gruñir, lo intimidas. — Regaño Yang una vez trajo el agua.
— Señor, le traje estas lavandas, Won... Jungwon me comento que era su olor y quise traérselas, también les traje estas lilas por ser el aroma de su hijo.
— Gracias... — Pausó intentando averiguar su nombre.
— Jay, me dicen Jay.
— Gracias, Jay, es un lindo detalle, seguro a Wonnie, le van a fascinar.
— No fue nada realmente y señor disculpe mi atrevimiento pero que lindo se ve embarazado. — Revelo bajando la cabeza automáticamente.
— ¿Estas insinuando que si mi omega no estuviera embarazado sería feo?
— N-no, n-no, señor, no fue esa mi intención.
— Alto, te gusta cómo se ven los embarazados. ¿Estás intentando embarazar a mi Wonnie?
— Hyunjin, ¿Qué estupideces dices? — Otra vez regaño Jeongin.
— El niño está diciendo estupideces. — Señalo a Jooseong. — Mi bebé no puede estar con alguien que planea embarazarlo.
— Bien, me harte.
Bajo la mirada confusa de ambos alfas, Yang se sentó en las piernas de su esposo, tomando sus dos brazos y entrelazándolos con los propios.
— Jay, te diré esto una vez y escucha con atención porque tienes unos diez segundos. Won está en la casa verde frente a esta, si corres rápido alcanzas a llegar antes que Hyunjin, sin miedo abre la puerta, esta jamás tiene seguro por las tardes, pero tú vas a ponerlo una vez entres, ¿entendiste?
El alfa olor a café asintió y comenzó a correr, Jeongin dejó caer su peso sobre Hyunjin quien intentaba quitarlo a toda costa, cosa que resultaba difícil por el avanzado embarazo de su omega.
Minho estaba descansando por fin en su ex casa, cuando escucho que de manera abrupta era azotada su puerta.
— ¿Pero que carajos? — Se levantó de su asiento algo asustado.
Jay lo primero que hizo al terminar de poner seguro a la puerta fue correr por su vida y hacer la cosa más valiente que pudo, la cual fue esconderse debajo del comedor.
Los demás chicos al escuchar el alboroto salieron del cuarto de Heeseung ver qué pasaba, siendo espectadores de todo desde la planta alta, el timbre sonó, tensando a Jay aún más. Minho preocupado por el pobre niño se acercó hasta el agachando se en el proceso.
— Amiguito, ¿estás bien?, ¿huyes de la policía o de algún drogadicto?
— Abran la maldita puerta una buena vez. — Grito Hyunjin.
Jungwon un poco asustado de escuchar a padre hablar así, se acercó a la puerta abriéndola. Hyunjin al ver a su primogénito sonrió de manera forzada y lo abrazo.
— Papá, ¿pasa algo? — Comento preocupado.
— No, cariño, Jay y yo estábamos jugando.
— ¿El que está debajo de la mesa es Jay?
Jungwon se emocionó comenzando a liberar feromonas felices, hiriendo el orgullo del alfa olor a madera.
— Ven, niño, te llevare a la cocina para que te calmes un poco. — Ofreció Minho y Jay sin protesta comenzó a seguirlo.
El carro de Seonghwa por fin fue abarcado afuera de la casa de los Lee, se distribuyeron las bolsas entre la pareja de amigos y al ver la puerta abierta decidieron pasar, topándose frente a frente con un alfa.
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