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.Tercero.

¿Estaba lista? Por supuesto que sí. Tampoco es para tanto, estoy bien, un poco nerviosa por lo que pueda decirle, pero bien después de todo. Sé que puedo simplemente quedarme en mi habitación y fingir estar enferma, aunque eso conlleve a que mi mamá esté triste porque enfermé el único día que ella puede socializar más tiempo conmigo, ¡Pero no! Tengo que enfrentar esto, además mi madre lo sabe y no me dejaría hacerlo. Listo lo enfrentaré. Está decidido.

Un escalón abajo. ¡Vamos, es un simple chico!

Dos escalones abajo. ¡Eso es! ¡Lo estás logrando!

Muchos escalones más abajo. ¡Maldición, no estas lista! ¡¿Qué haces!? ¡retrocede!

Que bipolar me siento.

Un suspiro sale de mí al terminar de bajar las escaleras. Me aliso la ropa usando mis manos y hago lo mismo con mi cabello, sea quien sea siempre hay que verse presentables. Muy aparte, esto no tiene por qué ser incómodo, es mi amigo, nada ha cambiado. Camino de forma lenta, alargando el proceso, preparándome para lo que se viene, suena tonto pero es así. Dirijo mi cuerpo hacia la cocina, teniendo la vista perfecta de un acto que es casi imposible para mi madre: El cerrar la puerta del horno con sus pies mientras que en sus manos lleva la fuente de comida recién horneada, siempre que cocinaba lo intentaba y, a pesar de hacerlo seguido, son pocas las veces en la que lo consigue.

—Cariño, abre la puerta. —su voz siempre ha sido melodía para mis oídos, y a pesar que esta no es la excepción, ahora mismo esas palabras me producen nervios en vez de calma. Deja la fuente en la mesa de la cocina y chasquea los dedos frente a mí. —¡Lola! Siempre te pierdes. —sus manos se apoderan de mis hombros sacudiéndome levemente. —Abre la puerta, cariño. Es solo Maze, siempre ha sido el mismo, nada ha cambiado... Por lo menos en su relación de amistad. Así que vas a ir allá, abrirás esa puerta y te comportarás como siempre. Enfrentalo y listo.

Tres toques en la puerta.

—Pero, ma...

—Nada de peros, tú dices que solo es atracción y no quieres nada con él. Si es así entonces no tienes nada de que preocuparte.

Puse los ojos en blanco asintiendo y saliendo de la cocina tras escuchar otros tres toques más. Miro por el hueco de la puerta, del otro lado se encuentra Maze, es él. Vuelvo a arreglarme mi ropa y por fin giro la manija, dando paso a abrir la puerta.
«Nada ha cambiado»

Repito esa frase en mi cabeza, ella tiene razón, es estúpido que me sienta así, solo es atracción. Solo eso.

Del otro lado de la acera, una ceñida polera marcaba su acentuado cuerpo, genial. Más que genial, lo único que me faltaba era ver a Maze en toda su gloria. Sus jeans los tenia un poco mas abajo haciendo que...

Bofetada mental.

Tengo que dejar de comerlo con los ojos.

Actúa normal.

—Heeeey Maze ¿Qué hay AMIGO? —le di un pequeño golpe en su brazo, eso definitivamente lo despistara.

¡Dije normal, no tarada!

—¿Lola te encuentras bien? —Maze invadió mi espacio personal acercándose más de lo debido, con el simple propósito de llevar una mano a mi frente. Retrocedí un poco haciendo que él frunza el entrecejo. Tengo que dejar la paranoia de una vez por todas. Unas risas aguantadas se escucharon en el living, rompiendo el pequeño silencio que se formó por mi actuación de hace segundos. Sabia quien era. Mi mamá llegó a la sala estallando en carcajadas. Eso solo significa que vio todo y ahora se burla de mí. Con una mamá como ella.... ya saben el resto.

—Buenas noches Sra. Stuart. —Maze se acercó a ella y besó su mejilla cogiendo de paso la fuente que traía entre sus manos.

—Buenas noches, corazón. —sí, mi mamá es de esas madres que usan cualquier apodo menos tu propio nombre. —Sientense, la lasaña está: De-li-cio-sa.

Maze y yo obedecimos la orden. La lasaña se veía tal como mi mamá había dicho. Mis ganas de comer eran evidentes, lo demostraba mi tan sonoro estomago, pero hubo un problema. Algo me distrajo, pero no era el hecho de ver a Maze en el celular desde que llegó, sino, mas bien, ver que mi madre llegó con sólo dos platos a la mesa y que además, esté poniéndose su abrigo en estos momentos. Mi vista dejo por completo mi tan preciada lasaña para que pase a mi madre que acaparaba mi completa atención.

Con su abrigo puesto, llaves en mano y una muy confundida yo siguiendo cada paso de mamá, se acerca y deposita un dulce beso en mi mejilla.

—Bueno, disfruten. Cariño no me esperes, acompañaré a tu padre, quizá lleguemos mañana al medio día y volveré al trabajo antes de que llegues de la preparatoria, así que no creo que te encuentre. —me había olvidado por completo de eso, ahora sí, nada saldrá bien. —Y... corazón, regresa a tu casa temprano ¿Sí? No te quedes hasta tarde.

Maze asiente dejando su celular a un lado para luego cortar un pesado de lasaña y ponerla en su plato. Mamá sonrió dando media vuelta. Ok ya había dejado pasar mucho por hoy, era mi momento de intervenir en lo que sea que esté tramando mi mamá.

—Mamá, ¿Será que puedo hablar contigo? —aunque mi voz sonara sumamente tranquila, ella sabía perfectamente que no lo estaba.

—Claro, Cariño. Te escucho. —actuó indiferente mientras acomodaba su bolso.

—A solas.

—Lo que tengas que decir puedes...

Sin dejarla terminar, me levanté de mi asiento ignorando todo, me acerqué a ella y le jale del brazo hasta la cocina, dedicándole de paso una sonrisa a Maze para que no sospechara nada.

—¿Se puede saber que intentas hacer? —susurré asomándome un poco para ver si Maze me estaba escuchando, pero al verlo en su celular me tranquilice un poco.

—¿De qué hablas? Te dije que tenía que acompañar a tu padre. Antes del almuerzo ¿No lo recuerdas?

—¡No mientas! Quieres dejarnos a Maze y a mí solos. —susurré gritando,asomándome por segunda vez.

—Eso es algo secundario que se presentó en el camino. Lola, no lo tenía planeado. —agarró mi cara con ambas manos. —Además ahora ya no sera incómodo para ti y podrás hablar mejor, ya no estaré ahí molestándote.

—No, no, molestame todo lo que quieras, mamá... ¡Mamá!

Pero ya era tarde, ella me había empujado suavemente haciendo que llegue hasta el comedor, por poco me caigo, pero fui rápida y logré mantener el equilibrio a tiempo. Volteé cual mismo exorcista hacia la cocina, viendo como mamá salía de ahí.

Me las pagarás, madre.

—Ahora sí, los dejo chicoss ¡No se olviden de lavar los trastes!

Cominó casi corriendo por el comedor y la sala, solo segundos después se escuchó el sonido de la puerta al cerrarse. Estaba de espaldas a Maze, así que tuve que girar sobre mis talones para volver a sentarme. Me acomodé bien en el asiento, con el cuchillo partí un pedazo de lasaña para ponerla en mi plato. No vamos tan mal, por qué tiene que ser incómodo, siempre cenamos juntos y ahora no tiene que haber ninguna diferencia. La pasamos bien como amigos ¿Por qué estoy rara? Recuerda: Es solo atracción.

«Nada ha cambiado»

—Tu mamá estaba rara.

Levanté la mirada cortando otro pedazo de la comida.

—Ya sabes, siempre está rara.

Vas bien, muy bien.

—En eso se parecen tanto... —sonrió. —Por cierto, estaba a punto de entrar por el patio. No debía hacerlo ¿Verdad?

Negué con la cabeza repetidas ves intentado pasar lo más rápido que podía la comida.

—No si quieres seguir viniendo. Procura no mencionar nada acerca de eso. Mi madre te mataría.

Asintió con un toque de seriedad. —Está bien.

Casi olvido que los cambios de humor de Maze son constantes y siempre llegan a confundirme demasiado. Un momento podría estar riéndose y al segundo, como si de magia se tratase, su cara adopta la de un gorila, uno muy malhumorado. Tiende a ser grosero algunas veces, pero se controla perfectamente con nosotras. Sheril y yo.

Ok, debería callarme, no soy wikipedia para andar describiendo a la gente.

—Solo no lo hagas cuando mis padres estén presentes.

—Tu mamá me ama, y... Bueno, tu papá, algún día me amará.

Sonrío, mi papá no es una persona reacia con mis amigos, es mas, a algunos los aprecia demasiado, pero... Maze es la excepción. No sé por qué con él es así, digamos que no lo pasa, no lo tolera. Respirar su mismo aire le resulta incómodo, ¿Las razones? Solo mi papá las sabrá, he intentado, crear que he intentado que se lleven bien, les busco una conversación, algo que tengan en común, pero nada. No hay nada que tengan en común, es como si el solo hecho de saber que pueden tener algo en común hace que resulte hasta peligroso.

—Ya llegará el día, eres como mi mejor amigo, tiene que aceptarte. Además, aquí entre nos. —me acerqué un poco, lo cual no fue muy posible por la mesa. —Hace un par de días hice un comentario sobre ti y él solo dijo: "Ahora que hablas de Maze, me acabo de acordar que tengo que ir al baño"

Traté de imitar la voz de mi papá pero evidentemente no pude. Por su parte, Maze puso cara de asco, dejando su plato a un lado y limpiándose con el mantel todo lo que pudo.

—¿Pero que...? ¿Que rayos le sucede a tu papá?

Una carcajada sale de mí, me como el último pedazo de lasaña que queda en mi plato y mientras mastico voy ideando una escusa para decirle que eso es lo más leve que mi padre pudo haber dicho de él. Tragué y hablé:

—Eh, bueno. No lo sé, él es así. Creo que ya te está aceptando. —Maze hace un "Aw" muy fingido e hipócrita que me resultó gracioso. Volvió a tomar su plato y arrasó con su lasaña y con la de la fuente también.

—Lola amo tu comida, pero adoro la de tu madre. Dios tiene manos poderosas.

Blanqueo los ojos levantandome de la mesa y recogiendo los trates. Le hago una señal a Maze para que me siga a la cocina, él también blanquea los ojos y se adelanta. Me había olvidado que Maze conoce perfectamente mi casa.

Ambos dejamos los trastes en el lavador, cojo un vaso de la estantería y me dirijo al refrigerador para sacar el jugo. Amo el jugo de naranja, es la mejor fruta creada en toda la existencia, la naranja y el mango. Los amodoro a ambos. Maze se sirve jugo también, escoge el de pera, particularmente a mí no me agrada, siento que es un remedo de la manzana en color verde. Se recuesta en la mesa falsa del lavador observándome detenidamente mientras bebía de su jugo.

—Sheril dice que has estado rara hoy y como sabía que iba a venir me dijo que te dijera esto: —se aclaró la garganta y cuando habló lo hizo agudizando la voz. —Patty se fue de intercambio el año pasado, si quieres mentirme por lo menos no seas tan estúpida para hacerlo tan mal. Perra.

Fue solo cuestión de segundos para que yo termine explotando en carcajadas. Por Dios, imita demasiado mal. Aunque también sabia que reía de nervios. Había olvidado completamente que Patty se había ido de intercambio. Debí haber escogido otra opción cuando estaba intentando huir, pero estaba bajo presión y yo nunca soy buena bajo presión.

—Es que... No se qué. —rasqué el lateral de mi cabeza. Buscando una distracción— ¿No me pudo llamar? Espera... ¿Perra? ¿En serio?

Mi sonrisa aún perduraba, él se unió a mí riéndose y hasta que se calmó recién habló. —Esta bien, puede que lo de perra lo haya agregado yo, pero el resto es verdad.

Sonreí negando con la cabeza y bebiendo de mi delicioso jugo de naranja.

—La llamaré luego.

—Pero es verdad estuviste rara, solo... Solo hay que pensar un poquito: —comenzó a enumerar con sus dedos. —No estuviste con nosotros todo día, te llamamos y nos ignoraste, dijiste que te había bajado tu escuadra...

—Espera. ¿Mi, qué?

Él rió nervioso. —Dijiste algo sobre Andrés, escuadra, regla, mes... Yo que sé.

Me sentí incómoda, nunca es sano hablar de eso y vamos, yo no estaba con mi 'escuadra' simplemente era una excusa. Muy tonta excusa.

—Ah, eso. Es que hoy me vino.

Y eso, amigos míos, era información innecesaria, bochornosa y una completa mentira, aunque Maze solo sonrió, como si nada.

—Esta bien, pero recalco que estuviste rara ¿A pasado algo?

Oh no, ¿Esto es presión? Porque no soy buena bajo presión.

Nunca soy buena bajo presión.

—¿Evitar? Nadie está evitando a alguien.

Tonta, tonta, tonta.

TONTA.

Debo aprender a controlar esto, no puedo seguir así. Soy incapaz de mentir, eso es malo. Alguna vez tendré que hacerlo y no saldrá nada bien, como ahora. Lo primero que hizo Maze fue mirarme raro, para luego fruncir el ceño.

—No dije eso, solo dije que has estado rara.

Le dediqué una sonrisa sarcástica y me giré a servirme más jugo. Siempre huía de situaciones como estas. Se escuchó un sonido de celular, aun sin voltear reviso el mío y me percato que el mensaje no es para mí, por lo que el sonido es proveniente del celular de Maze.

Seguro que ha sido Cristina.

Me pondré en modo wikipedia por un minuto. Cristina: chica popular, su belleza es su mayor encanto. Porque si de amabilidad hablamos, ella no es nada amigable. Debo decirlo, ella si es una perra. Pero no porque se acueste con chicos, la razón por la cual le digo perra es que ella le gusta romper corazones. Los ilusiona y los bota. Já, yo nunca he hecho eso. Se le prendió a Maze apenas lo vio. Sé que seguro ya se han acostado juntos, vamos la chica es muy hermosa, muy aparte de que ellos salieron una o dos veces —no recuerdo bien—, Sheril y yo siempre le dijimos que no salga con ella, pero Maze nos dijo que le había aclarado que no quería nada serio con nadie y ella aceptó.

Pobre y estúpida Cristina.

¿Por qué digo pobre y... Estúpida? Quizá sea por que Maze no se enamoró y al parecer ella sí. O eso creo, sino como explicar el hecho que Cristina siempre le mandaba mensajes para encontrarse después fe haber dejado lo suyo y además, una vez, cuando Maze y yo nos quedamos limpiando el salón de Arte por detención, ella llegó ahí justo cuando él se había caído encima de mí... Larga historia. El punto es que le armó una escena de celos, nivel Dios. Exacto. Casi me peleo con ella a golpes —digamos que me insultó y a mí nadie me insulta sin tener repercusiones— pero fui madura y los dejé para que hablen. No sin antes haber cogido a Maze de la cintura y decirle "Te espero afuera, cariño" Está bien, no fue maduro, pero poco me importó en ese momento. A pesar de eso, Cristina lo sigue buscando.

Mi intriga por saber si era ella o no me carcomía y en un intento de romper el silencio que se había formado, volteé con la clara intención de disolver mi duda, preguntando, dicho sea de paso, lo primero que se me vino a la mente y posiblemente lo más estúpido.

—¿Es Cristina verdad? —mis ojos se abrieron de par en par, no porque haya preguntado aquello, mas bien por el tono en que lo hice.

«¿Huele a celos

Ahora sí debería llevarme el premio a la más imbécil de este mundo.





A las personitas que leen esto les diré que ahora ya tengo fecha de actualización.

Serán... Redoble de tambores..

Los Sábados 👏

Ahora , espero les haya gustado el capítulo xD


S♥

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