.Quinto.
Parece ser que esto no está funcionando nada bien. Derek se la pasó explicándome que Sabrina no era más que una amiga que no lo dejaba en paz, parece ser que después de acompañarla una vez a su casa -y a pedido de su hermana- esa chica creía tener algún derecho sobre él. A ver, dejenme informarles como va la cosa. Resulta que Sabrina se ha hecho muy, pero muy amiga de la hermana de Derek, por lo tanto ella añora mucho que Sabrina y él sean novios, algo que Derek no quiere, cuando él la fue a dejar a su casa, ella le dio un pequeño y simple ósculo, algo que trató de esquivar pero no pudo... Lo que haya pasado después mis lindos oídos no escucharon, me desconecte de la explicación y comencé a pensar en nada más y nada menos que en Maze. Más que pensar en él, pensaba en su actitud que tuvo conmigo, algo verdaderamente muy impropio de él. Porque vamos, me preguntó si iba a dejar pasar lo que había ocurrido entre los dos, algo que me sorprende ya que Maze es un chico de solo ligues, así que... ¿Cual es la razón para que le interese tanto ese juego de niños que tuvimos? Por favor, ni siquiera nos llegamos a besar y estamos en un siglo donde un besos es solo eso. Un beso. Sin compromisos ni nada. Sé que tampoco quiere arruinar nuestra amistad y por eso me preguntó eso, cosa que supe esquivar bastante bien, pero sé que en algún momento la conversación llegará y tengo que estar preparada. Pero, ¿Preparada para qué? ¿Para decirle que ese beso nunca debió pasar? Eso sería muy hipócrita de mi parte, teniendo en cuenta que yo realmente lo deseaba en ese momento.
-...Por eso no quiero que pienses mal, no me gusta. A mí me gusta otra chica.
Sacudo mi cabeza un poco aturdida ¿De qué estaba hablando? Parto un pedazo de galleta y la meto a mi boca, eso me dará tiempo a pensar. Aquí, sentada en el café, me doy cuenta lo pésima que soy para enfocarme solo en él, tampoco es que Derek me ayudara mucho, su conversación giraba en una sola cosa: Su supuesta explicación. Ya me estaba empezando a irritar.
-Perdona ¿Qué dijiste? -su rostro que había sido esperanzador, pasó a ser muy serio, de pronto ya no quería su café porque lo había puesto a un lado y toda su expresión de amabilidad conmigo había cambiado completamente.
-Nada, olvidalo. Parece que no te importa nada de lo que digo.
Hice una mueca clara de culpabilidad, me siento fatal, ¿Por qué seré así? Saco mi mano de la asa del café para agarrar la suya, al ver que no la movía, seguí con mi procedimiento.
-Lo lamento, es solo que ahora no estoy muy concentrada. -apreté un poco su mano. -¿Me perdonas?
Derek mantuvo su mirada al igual que yo, pero no hacía ningún gesto, solo me miraba. Suspiró y con su mano libre se despeinó el cabello, tardaba muchos minutos solo en deliberar lo que le había dicho. Relamí mis labios en un intento de calmar la tensión, mi tensión, pero no funcionaba. Asentí al entender lo que me quería dar a entender: No aceptaba mis disculpas. Saqué mi mano de la suya y me levanté del asiento dejando, con todo el dolor de mi corazón, mis galletas y café casi a la mitad. Siempre soy una tonta, no debo hacerle eso a las personas y menos a Derek, que no se ha comportado mal conmigo. Estoy saliendo del café pero siento una mano en mi brazo, sonrío al saber de quién se trata.
-¿Puedes explicarme por qué no puedo enojarme contigo?
Me acerco un poco con mi sonrisa aún perdurando.
-¿Es porque soy adorable?
Él solo me abraza y yo río, Derek es lindo, intenso, pero lindo. No la paso nada mal con él, me gusta su compañía y a él le gusto yo. ¿Y como lo sé? Pues una mujer siempre se da cuenta de eso y también están tus amigas para reafirmartelo, como Sheril lo está haciendo, ahora mismo.
-Se le nota, desde el año pasado que está loquito por ti. Ahora, ¿Volverás con él?
Me paro en seco apenas había llegado a mi casillero, lo abro adentrando todos mi cuadernos, al girar mi cara lo dice todo.
-¿Volver? ¿Cuando estuvimos juntos? -suspiro. -Solo salimos, nada especial.
Sheril puso los ojos en blanco. -Sí, sí, sí. Ya me había olvidado lo tuyo y el amor no existe.
Reí sacando los libros que necesitaba y cerrando mi casillero de un golpe.
-Que yo no crea, no quiere decir que no exista, Sheril. Simplemente no hay nadie que me demuestre lo contrario.
Ambas comenzamos a avanzar hacia nuestra primera clase, Dios, que flojera.
-Sí, pero nunca antes me habías dicho lo feliz que estabas solo porque un chico, Derek para ser exactos, te dijo cosas lindas.
Bufé. -Jamás dije eso.
-Puedes mentirte a ti, pero yo soy mamá Sheril y a mí no me puedes mentir.
Reí negando, era imposible discutir con Sheril, ella siempre tenía que tener la razón, así no la tenga. Al llegar al salón, nos sentamos juntas, y como siempre adelante. De repente ya extrañaba el lugar de atrás, dirigí mi mirada hacia allí encontrándolo, Dylan hace un asentimiento de cabeza y yo nuevo mi mano saludándolo, Sheril a mi costado, me codea, haciendo que voltee de golpe viendo como su ceñuda cara exige respuestas.
-Desde ayer te veo rara con Dylan, nunca hablan ¿Y de pronto ya son amigos?
No quiero decirle que hablamos desde que nos encontramos en el cuarto del conserje porque eso implicaría explicarle qué hacía allí y tampoco quiero eso. Mi única salida: Hablarle de Derek, ya que desde la mañana estamos dándole vuelta a ese tema.
-Creo que Derek me gusta un poquito más de lo debido.
Las palabras salieron solas de mi boca, mis ojos se agrandaron junto con los de Sheril que, tenía la sonrisa más grande que había visto. Primero gritó, luego me abrazo, me soltó, volvió a gritar, meneo sus manos emocionada y finalmente me volvió a abrazar. Uff, bueno, al parecer se convenció de lo que dije.
-No puedo creerlo, ¡Por fin! Aceptaste que tienes sentimientos.
Ruedo los ojos ante la incoherencia, claro que tengo sentimientos, amo a mis padres, a ella, pero que tonta. Sheril secó una lágrima falsa de su rostro, de pronto una sombra se presenta ante nosotras, levantamos la mirada en cámara lenta, yo no quería saber de quien se trataba.
-Hey, chicas ¿De qué hablaban?
Termino de levantar la mirada regalándole una media sonrisa a Maze como saludo, seguimos siendo los mejores amigos así que tengo que actuar como siempre, nada de nervios, nada de nada. Sheril sonríe con entusiasmo juntando sus manos, oh no... No le va a contar, ¿O sí? Miro a Sheril, de esas miradas que solo las mejores amigas entienden "Callate no digas nada" pero ella parece no comprender ya que me ignoró y siguió con lo suyo.
-A Lola le gusta Derek, confirmadísimo.
Mi boca estaba semi abierta, mis ojos se agrandaron minúsculamente mientras que Sheril me miraba confundida para que segundos después se cubras su boca con sus manos, creo que se dio cuenta de la estupidez que dijo o por lo menos se dio cuenta que habló de más. Quitándose las manos de su boca relamió sus labios y los hundió, vaya mierda.
-¿Derek? Por eso querías hablar con él, quiere decir que él ya te gustaba cuando...
-¿Cuándo que? -intervino Sheril. Tragué saliva súper incómoda por la situación, Maze negó con la cabeza y se alejó de donde estábamos nosotras. -Que raro está ¿no?
Hice un sonido de afirmación con mi garganta, y saqué mi cuaderno, justo en ese momento el profesor entró haciendo que toda mi atención se dirija a él.
⊂(・(ェ)・)⊃ ⊂(・(ェ)・)⊃
-Solo piénsalo, ¿Por qué no lo dejó subir a ese pedazo de madera? Por favor, había bastante espacio para ambos.
Detuve mi caminata justo a medio camino de la segunda clase, girándome hacia mi amiga para cogerla de los hombros y hacer que reaccione, ya me estaba irritando, todo él receso se la pasó hablando del mismo tema, sé que es una de las mejores películas que hay, pero ellla está obsesionada, o al menos no supera el final.
-No sé, pero deja de hablar de eso, ya no puedo más.
Ella suelta una risa nerviosa. -Estas bien.
Se calló y me gire a seguir caminando hasta la clase. Mi celular vibró en ese momento, rebusco en mi cartera que está demasiado desordenada, sé que es un mensaje por la prolongación de vibración, al tener mi celular en la mano certificó que si era un mensaje y al parecer era de Dylan.
«¿Sabes que dentro de una semana es mi cumpleaños? Todavía no sé si hacerme una fiesta, no quiero que se arruine mi reputación, pero lo estoy pensando, ¿Tú que dices? Pd: Me sorprendió que hoy no te me pegaras como chicle.»
Una sonrisa invade mis labios, es un tonto, que reputación ni que nada, tengo que encargarme de hacerle una fiesta, inclino mi cabeza hacia atrás viendo como Sheril viene detrás mío, yo no he parado de caminar, una de las pocas virtudes que tengo es que puedo hacer dos cosas a la vez, como ahora, camino mientras que leo el mensaje y me apresuro para contestarlo.
«¡No puedo creerlo! Por supuesto que haremos una fiesta. No te preocupes, de mí no te librarás fácil, solo te estoy dando un respiro.»
Presiono enviar y guardo mi celular. Siento como Sheril a duras penas logra ponerse a mi costado, toma aire y habla.
-Digo, Rose es una egoísta, Jack podía vivir. Creeme que hubiera vivido.
Suspiro. -No sigas, Sheril.
Entramos al salón y nos sentamos juntas, de nuevo. Ella ríe a mi costado, sabe que me está hartando con el tema ese, creo que lo hace a posta.
-Ya ya, ahora sí, no seguiré. -ordena sus cosas en la mesa. -Por cierto, ¿Con quién mensajeabas?
Me acomodé en mi asiento sacando el libro de esa clase, le puedo decir, no tengo que ocultar nada, además es Dylan. Él chico que no habla con nadie, que todo el mundo le tiene miedo pero ahora él y yo somos amigos, nada más.
Vaya, ¿Eso suena a bravucón?
En realidad no lo es, da miedo todo pero jamas ha lastimado a alguien por diversión. O eso creo.
-Con Dylan.
Sheril guardó silencio durante segundos, me inspeccionó con la mirada.
-Veo que sí es tu nuevo amigo. -hace una seña hacia adelante, frunzo el ceño y dirijo mi mirada hacia donde señaló. -Sigue guapo. -susurra una vez Dylan esta en frente a nuestra mesa. Lo veo suspirar a penas llega, revuelve su cabello mirándome.
-Lola, era una broma. -mira a los costados y junta sus manos. -Por favor, no hagas nada.
Sonrío con malicia. -Lo siento pero acabas de cavar tu propia tumba, esa fiesta se hace porque se hace.
Suena el timbre haciendo que Dylan se vaya a su lugar, cogiéndose la cabeza en el camino. Sheril a mi costado lo siguió con la mirada. La clase comenzó, pero esta vez no presté nada de atención, Maze no se había acercado a nosotras desde la clase anterior, el receso no lo pasó con nosotras y eso era raro. Siempre lo pasábamos juntos, Sheril dice que está raro y yo opino lo mismo.
-¿De que fiesta hablaba Dylan?
Sheril susurra aquello para que el profesor no nos escuche. Dudo en contestarle pero es mi mejor amiga así que mi duda se disuelve en un segundo.
-Su fiesta, y tú mi querida amiga me ayudarás a hacerla.
Le sonrío cómplice y ella solo niega riéndose. Las clases pasaron rápido, no me crucé con Derek lo cual fue raro, él siempre está rondando por ahí, en cuanto a Sheril y a mí, estábamos caminando por los pasillos, llevaba mi nuevo libro en la mano "Orgullo y prejuicio" sé que es uno de los principales libros que ya he debido leer, pero simplemente no pude, la lectura es mi pasión, pero últimamente una serie me ha atrapado más de lo debido, siendo su temática distinta a lo que yo realmente leo o veo, esta ha sido una excepción, algo que simplemente me atrapó desde el primer capítulo, "Aliados" una serie argentina que no dejaré pasar. Pero tengo que hacerle un espacio a este libro que realmente se lo merece. Ya en el estacionamiento de la preparatoria nos dirigimos al auto de mi amiga, casi nunca me iba con ella, siempre caminaba con Maze, pero no lo veo desde temprano y dudo por su última expresión que tu tuvo conmigo que quiera llevarme a mi casa, por lo que Sheril era una grandísima gran opción. Les voy a ser sinceros, me aterra ir en un auto y que la conductora sea Sheril, la última vez que me subí en su auto bajé de el besando el piso, literal chicas. Me hecho la bendición antes de entrar, necesito estar segura.
Vamos Dios, acompañame en esto y no dejes que muera joven.
Con un pie adentro escucho como gritan mi nombre.
-¡Lola! ¡Espera!
Sheril que ya estaba dentro del auto me mira poniendo los ojos en blanco. -¿Es posible que todos los chicos estén detrás tuyo?
-No te preocupes que lo despacho rápido. -le guiño un ojo y volteo a ver quién me llama. Observo como un chico de tez trigueña se acerca a mí, su cabello negro y zambo era lo que resaltaba en él. Toma una bocada de aire justo cuando está parado frente mío. -¿Necesitas algo?
El chico revolvió su cabello antes de responderme.
-Sí, vengo de parte de un amigo tuyo, alguien que dice que es especial quiere que vengas conmigo, vamos.
Me coge la mano halándome hacia él. Mi ceño se frunce haciendo que retroceda unos cuantos pasos que este chico me hizo avanzar, mi cabeza está ligeramente hacia atrás por lo confuso que se puso el ambiente. ¿Este chico me está cargando? ¿Por qué le haría caso? Resoplo volteando los ojos e ignorándolo para subirme de una vez al auto. Pero este chico me detiene -otra vez- cogiéndome del brazo. Listo, acaba de colmar mi paciencia.
-Mira... ¿Cuál es tu nombre?
El chico duda pero me responde.
-Matteo.
Asiento. -Bien Matteo, no te conozco de nada, acabo de enterarme tu nombre ¿Y me pides que te acompañe? No sé con que chicas haces esto, o si lo haces para conquistarlas, pero te voy diciendo que yo no soy así, lamento que tu plan se arruine.
Matteo me mira enojado, resopla y susurra algo para sí mismo, obvio sus expresiones al darme cuenta que la puerta del carro hace un ruido como si la hubieran cerrado, ya sé de quien se trata.
-¿Se puede saber qué está pasando aquí? -Sheril es la que pregunta aquello, Matteo la mira.
-Resulta que aquí, tu amiga, se cree la gran cosa. -le responde. -¿Pero te digo algo? Yo solo vine a hacer un favor, no hablo con malcriadas populares que lo único que hacen es ver a todos como si fueran menos. -su mirada vuelve a posarse en mí. -Voy a cumplir con lo que me dijeron y ya no te llevaré yo, te vas como puedas. -saca una hoja y un papel de su mochila, mi boca se abre y se cierra sin saber que decir, yo no me comporto de esa manera, Sheril a mi lado fulmina al chico con la mirada, no sé por qué, pero ahora que lo veo con más detenimiento se me hace parecido a alguien, pero ¿A quién? Matteo termina de escribir y me entrega el papel revisando la hora en el reloj que trae en su muñeca. Camina unos cuantos pasos acercándose más a mí. -Anda allí, lo único que voy a decirte es que si algo llega a pasar entre tú y la persona que te espera en esa dirección, creeme, niña mimada, que no te la haré nada fácil.
Apenas dijo aquello se retiró sin más, mis ojos lo siguieron hasta que desapareció en el camino. Por alguna razón, lo único que hacía mi mano era arrugar el papel que Matteo me había entregado. Suspiré tratando de calmarme, pero no lo estaba logrando. ¿Qué se ha creído este igualado? ¿Decirme a mí, niña mimada?
Inhala exhala, inhala exhala.
-No le hagas caso, es un niñato ¿En que año irá? -mientras me calmaba, Sheril había cogido el papel haciendo que mi mirada se dirija a ella. -Yo conozco esta dirección ¿Quieres que te lleve?
Hundo mis labios, ¿Voy? ¿Y si es una de esas bromas que hacen las bravuconas de la preparatoria? Esas chicas que solo les gusta ver sufrir a la gente... No, no quiero que me hagan nada, ellas me odian sin si quiera conocerme, no imagino lo que me harán. Hasta ahora no me han hecho nada, pero no dudo que en algún momento se les meta el demonio y yo termine lastimada.
-No lo sé ¿Y si es una de esas chicas que me odian y quieren hacerme daño? -mi cara de preocupación debe decirlo todo. -Tú sabes que ellas me juzgan sin saber nada de mí, nada más mira al chico de hace ratito, su voz derrochaba irritación... Molestia hacia mí.
-Es que te pasaste un poquito, fuiste muy borde. -hago un puchero.
-¿Tu crees? -Sheril asiente. Yo no fui tan borde, creo que sí, pero el chico fue más borde que yo, me trato pésimo, y yo no tolero esas cosas. Nadie lo haría. -Ya bueno, ¿voy?
Sheril lo piensa unos segundos. -Vamos, no pierdes nada, además yo te acompañaré y medio vea que todo esta en orden, me iré ¿Que dices?
La miro meditándolo, tiene razón, no pierdo nada, así que asiento y me subo al auto. Me acomodo en el mientras Sheril ponía radio, la canción que se reproducía me encantaba, nunca logré descifrar el nombre, pero no importó, de pronto Sheril giró perdiéndose en el camino, a lo lejos se vio una casa de madera.
-¿Estás segura que es por aquí?
-Sí, a unos metros más allá esta la casa de mi tía. -estaciona el auto. -Bien, te espero aquí ¿O prefieres que te acompañe?
Por un momento se me pasa por la cabeza que Sheril me acompañe, pero la razón principal que hace que esa idea sea totalmente descartada es tener la alternativa, -por mas mínima que sea- de suponer que las cosas no salgan del todo bien y ella este involucrada en eso. Tomo una bocada de aire al mismo tiempo que niego con la cabeza para así salir del auto.
Inhala exhala, inhala exhala.
Camino con cuidado, no veo ningún carro, por lo menos de este lado de la casa, no hay. Se nota que el sitio es viejo, el sólo olor a polvo me lo confirma y, además, hace que estornude estrepitosamente, logrando que mi entrada sea más notable. Sobo mi nariz y me amino a tocar la puerta. Siento como unos pasos se acercan hasta la entrada, mis nervios aumentan.
Calmate, nada malo pasará.
Volteo y mi vista se dirige hacia el auto, dentro está Sheril mirando todo con atención, esperando mi visto bueno para irse. Matteo dijo "Sorpresa" pero no especificó si era buena o mala.
Tranquilizate.
Vuelvo mi mirada al frente justo en el momento en que la puerta se abre y el olor a polvo se hace presente, esa fragancia casi despista el olor principal que disipa del cuerpo de la persona que tengo al frente, además del olor a velas de vainilla y un aroma a rosas que no se puede obviar, esto era hermoso, una sonrisa se forma en mis labios al ver una manta en el piso dentro de la casa adornada, en la manta habían unls platos muy apetitosos, sin duda era una sorpresa, una muy linda sorpresa. Utilizo mi mano derecha para hacerle una seña a Sheril diciéndole a través de ella que todo estaba bien, y tan pronto escuché el motor encenderse y alejarse, le planto un buen beso de agradecimiento a él. Un beso que, contradictoriamente a lo que siento, tenía ganas de darle.
⊂(・(ェ)・)⊃ ⊂(・(ェ)・)⊃
-Todo estuvo hermoso, en serio gracias, eres todo un galán si te lo propones. -yo estaba de copiloto dirigiéndolo a mi casa, no es por presumir pero se me daba muy bien.
No querida, no presumes nada.
Bueno... Mi tarde fue perfecta, quiero decir, siempre la paso genial con él, pero esto fue único, nadie había hecho una cosa así por mí. Y pensar que trate mal a ese pobre chico que trató de ayudarlo, me apena solo pensarlo, seguro pensará lo peor de mí y no lo culparía, a veces no me doy cuenta lo hiriente que puedo llegar a ser.
-No tienes que agradecer nada, al fin de cuentas el premiado fui yo. -lo miro de reojo y sonrío. -Lola, -su vista estuvo en mí unos segundos y luego volvió la mirada a la carretera. -En serio me encantó pasar la tarde contigo y no quisiera que pienses que esto es un ligue, para mí no lo es y espero que para ti tampoco. Lola, me estás gustando de verdad.
Inhalo y exhalo un poco nerviosa, no sé si esto es un ligue más, pero tampoco quiero crear falsas expectativas, no quiero ilusionarlo y decepcionarlo al mismo tiempo, no quiero que me odie, no quiero eso. Por otro lado, tampoco quiero decirle cosas que de repente ahora mismo no pueda sentir. No estaba lista
-Yo... -Y la llegada a mi casa me salvó, justo en el momento en que el auto se estacionó, supe que era mi única salida para no lastimar a nadie. -Te veo en la preparatoria, ojalá esto se repita algún día.
Me despido de él con un beso en la mejilla. Ni bien salgo del auto veo a alguien sentado en la acera de mi casa, mi ceño se frunce y volteo hacia al carro, viendo como mi amigo conductor miraba al que estaba en la acera, con rabia. Rayos, otra vez los dos a sólo unos metros, esto no saldrá bien.
-Ma... -tartamudeo. -¿Maze? ¿Que haces aquí?
Mis palabras se quedaron en el viento al escuchar como cerraban la puerta del auto en el que había llegado y el chico con el que había pasado la tarde más bonita de mi vida, se acercaba a nosotros.
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