La frustración hierve en mis venas el echo de vivir bajo está bella fachada bañada en sonrisas no me está haciendo bien...

Pero es mejor negarlo.

— Aster!! — El nombre retumbando en los pasillos y vibrando en mi garganta.

Esa chica me parecía agradable, había algo en ella que me llenaba de una indescriptible calidez. 

Tal vez era por qué es la única persona que no a buscado sacar provecho de mí.

— Mira enserio hoy estás agotando mi paciencia chico...— Su voz era tenue, amenazante pero tenue a fin de cuenta, era bonita, todo en ella era bonita.

— por favor solo por hoy, puedo almorzar contigo.— la necesidad de estar con ella era más que mi propio orgullo, así que rogando y dando mi mejor cara pretendí mirar sus ojos, unos muy lindos.

— escucha esto bien Park Jimin por qué no lo volveré a repetir, jamás ruegues si no es por vida o muerte, es como pedir misericordia por algo que no hiciste.— Capte sus palabras un tanto avergonzado, ¡estaba actuando como un idiota otra vez!

— ¿Entonces podemos almorzar juntos? — murmulle decaído.

— Solo por qué soy misericordiosa.— contesto con una sonrisa que hizo palpitar mi corazón de alegría.

Gracias por leer.